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Los sujetos

Al definir el acto jurídico, nos referimos a un acto voluntario. Esa voluntad emana siempre de una persona física o jurídica, la cual es el
sujeto del negocio jurídico. Por ello, entendemos que el sujeto es un elemento esencial del negocio. En esta lectura vamos a analizar
dicho elemento, en conjunto con sus características y lineamientos principales.

Los sujetos

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Los sujetos

Efectos del acto jurídico: las partes y terceros. Definición y


clasificación

 La voluntad,  ¿de quién proviene esa declaración?

Para poder analizar los elementos que se te presentarán a lo largo de las  lecturas del módulo, y a los fines de observarlos en un instrumento de la vida profesional
del notario, te presento el siguiente documento:  

Lectura obligatoria: Escritura de donación Gómez-Rodríguez

Donación Gomez-Rodriguez.pdf
218.2 KB

Parte

Es quien en el negocio jurídico adquiere, modifica, extingue algún derecho. 
La parte es quien en el negocio ejerce las prerrogativas por sí o por otro, pero, además, se debe tener presente que en el negocio intervienen las partes, el escribano, los testigos,
quienes los representan, quienes los asesoran; es decir, es una participación plural, para lo que será necesario desglosar y saber quién es parte, quién otorgante e incluso quién
participa en el instrumento pero no en el negocio. 

Terceros

Son todos aquellos que no son partes en el acto o negocio jurídico, pero debemos distinguir que existen distintas categorías de terceros, acordes a los efectos y a la intervención
que se les ha dado en el acto celebrado. 
Podemos distinguir entre terceros interesados y no interesados. Son terceros interesados quienes pueden ostentar un derecho subjetivo o un interés legítimo afectado por la
relación jurídica, como los sucesores a título singular y los acreedores privilegiados o quirografarios. 
Los terceros no interesados son personas totalmente ajenas al negocio, carecen de interés directo o indirecto con el negocio celebrado y sus consecuencias, no tienen derechos
subjetivos o intereses legítimos afectados por al acto jurídico.

Otorgante

Es quien otorga el acto, concluyéndolo por sí mismo, prestando su consentimiento. Pueden otorgarse negocios jurídicos a través de la representación. En estos casos, el
representante actúa como mero otorgante y no como parte. En el caso de las personas jurídicas, actúan a través de uno de sus órganos, que ostenta la representación legal del
ente.

Representante

Es aquella persona-representante que declara su voluntad en nombre y por cuenta de otra persona-representado con facultad apropiada y suficiente, produciéndose en el
representado los efectos en forma directa e inmediata, como si él hubiese ejecutado el acto.

En la donación se puede afirmar que las partes de dicho acto jurídico son:

la señora García que es quien dona el inmueble;

el señor Pérez que otorga el asentimiento conyugal;

la señora Rodríguez que es quien recibe el inmueble donado;

y el señor Gómez que es quien representa a la donante y su cónyuge. 

Sin embargo no se debe confundir a las partes con los otorgantes, ya que en este caso la misma es la señora García, y el señor Pérez que consiente. El señor
Gómez no es parte pero es otorgante, ya que cumple la función de representante, otorgando el acto en nombre y por orden de la señora García. 

En el marco de la vida profesional del notario siempre hay que tener presente, tal como se puede observar en la escritura que se acompaña, la importancia de
analizar los requisitos formales de los distintos poderes y la necesidad de adjuntar copia de los mismos.

Los acreedores son terceros y se hallan en una situación particular, al contar con un derecho de crédito frente a su deudor, pudiendo exigir de este el cumplimiento
de alguna obligación. Los acreedores pueden ser quirografarios o privilegiados. Los primeros son aquellos cuyos créditos no tienen privilegio “y cuyas acciones se
ejercen sobre el patrimonio del deudor, distribuyéndose a prorrata lo que resulte después de pagados los acreedores privilegiados” (Cifuentes, 2004, p. 176). Los

acreedores privilegiados son aquellos acreedores cuyos créditos gozan de la calidad de ser pagados con preferencia a otros1. Dicha preferencia se otorga en
razón del asiento sobre el cual recae el crédito. 

Por ejemplo, son acreedores privilegiados con privilegio especial los que gozan de una garantía real: hipotecarios,
prendarios o acreedores anticresistas.

Algunos autores distinguen una categoría de intervinientes no partes, incluyendo en este grupo al escribano del acto o negocio, los testigos y los representantes de
una de las partes. Dentro de esta categoría, los intereses de dichos intervinientes, al no ser parte en el negocio, no encuentran comprometidos sus intereses, pese
a intervenir en él colaborando en su elaboración y concreción, resultándoles ajena cualquier tipo de consecuencia directa o efecto del negocio en sí. 
Podemos mencionar como ejemplos los honorarios del escribano, la rendición de cuentas del representante, la
veracidad de un testimonio, etcétera. En definitiva, todas las consecuencias que derivan de un acto celebrado.

María va a efectuar la venta de un inmueble, del cual es propietaria junto a su hermano, Pedro. La operación se realizará mediante

escritura pública, en una conocida escribanía de la ciudad. Los compradores son Jorge y Ana. En este supuesto, ¿quiénes son los

requirentes?

María y Pedro, porque son los que le piden efectuar la escritura de compraventa al escribano. 

María, porque es propietaria del inmueble y le pide al escribano que realice el acto.

María, Pedro, Jorge y Ana, porque todos son partes del acto que requieren que intervenga el escribano.

SUBMIT

Asimismo, debemos tener en cuenta que el escribano, en la audiencia previa o de conocimiento, es decir, el paso previo al otorgamiento de la escritura, realiza una
investigación del sujeto referida a sus datos personales e identificatorios.

Estos datos son los que luego coloca en el escrito de presentación de las partes. En el caso de la donación se puede observar los mismos en la primera página de
la escritura en cuestión. Allí se hace mención a datos como por ejemplo: el nombre completo, documento, fecha de nacimiento y domicilio, entre otros.

Podemos distinguir dentro de la escritura a los sujetos, como instrumentales y negociales. En referencia a los primeros, es válido afirmar que son aquellos que
comparecen en el instrumento para otorgarse. En cuanto a los segundos, son los que realizan el negocio jurídico, constituyéndose así el acto para otorgarse.

En razón de ello, concluimos en que los sujetos negociales necesariamente serán instrumentales, pero

estos son todos negociales.

Siguiendo a Jorge Herrero Pons (2011), podemos distinguir como sujetos de la escritura: 

Compareciente: hace referencia a todo aquel que está en el acto notarial.

Requirente: es aquella persona que le pide al escribano que actúe, aquel que requiere al escribano para que, por ejemplo, realice tal acto, una donación, una cesión
de derechos hereditarios, etcétera.

Otorgante: es aquel que da –que otorga– ese negocio jurídico. Tiene interés en este.
Parte: es aquel sujeto que tiene un interés legítimo y puede no comparecer.

La representación en los actos jurídicos:


distintas clases
La representación existe cuando una persona, denominada representante, declara su voluntad en nombre y por cuenta de otra, llamado representado, en virtud de
una facultad apropiada y suficiente, de modo que los efectos se producen de manera directa e inmediata en cabeza del sujeto representado, como si él mismo
hubiera llevado a cabo el acto. 

Respecto de los representantes, entendemos que se trata de:  

Otorgantes del acto pero no de partes, ya que si bien sustituyen a la parte y actúan en su
reemplazo, es la parte quien queda comprometida en cuanto a los efectos del acto a
través de su declaración de voluntad.

Debemos necesariamente distinguir la representación del mandato, dado que puede haber representación sin mandato (legal o judicial) y mandato sin
representación; por ejemplo, un mandato oculto donde el mandatario actúa sin decir que representa a alguien y como si actuara en nombre propio. También la
figura del emisario o nunciusse distingue del mandato; en la representación, el representante declara la voluntad del representado, sigue sus instrucciones, pero
decide él la celebración del acto y tiene margen de impulso y deliberación propia. 

En el caso de la donación existe un representante (el señor Gómez) quien realiza el acto representando a la señora García y presta el asentimiento en nombre de su
esposo, el señor Pérez. 

El mensajero o nuncio es un mero portavoz, un vehículo que transmite la declaración de voluntad de otro; en consecuencia, no necesita capacidad para obrar.

En la representación, los elementos necesarios para que exista serán: 

la declaración en nombre ajeno que realiza el representante;

el actuar por cuenta o interés ajeno; 

y la existencia de una facultad apropiada y suficiente que puede provenir de la ley o de la convención de partes.

Siguiendo a López de Zavalía (1997), concluimos en que los contratos celebrados por representantes se consideran concluidos entre presentes.

El artículo 3582 del Código Civil y Comercial (CCC) distingue entre la representación voluntaria, la legal y la orgánica. 
Voluntaria Se realiza, por ejemplo, mediante un mandato. 

Los actos que desarrollan los padres en nombre


Legal de sus hijos en razón de la responsabilidad
parental.

Por ejemplo la que realiza el presidente de una


Orgánica empresa. 
Voluntaria, legal u orgánica
La representación de fuente voluntaria es una declaración unilateral de voluntad, emitida por el representado, dirigida a los terceros, mediante la cual se da,
normalmente, un poder al representante para que obre por cuenta y orden de aquél. Así, los efectos de los vínculos jurídicos que celebre el representante con los
terceros obligan directamente al representado (Álvarez Juliá y Sobrino Reig, 2014). 

La representación voluntaria se establece por contrato de mandato: el representado nombra voluntariamente al representante y le otorga poder estableciendo los
límites de actuación. Comprende solo los actos que el representado puede otorgar por sí mismo, y debe ser otorgada en la forma prescripta para el acto que el
representante debe realizar. Entonces, por ejemplo, si se da un poder para comprar una casa, se requiere que sea entregado por escritura pública. Además, el

representado debe tener capacidad para otorgar el acto al momento del apoderamiento; para el representante es suficiente el discernimiento3.

La representación será de fuente legal cuando resulte de una regla de derecho, como sucede con la representación que ejercen curadores, tutores y padres en
ejercicio de la patria potestad, con relación a incapaces, relativamente capaces y menores de edad. En este supuesto, el poder de representación está dado por la
ley para suplir la incapacidad de las personas.

La representación orgánica, por su lado, contempla los casos de representación de personas jurídicas. Surgirá del estatuto, contrato, o instrumento legal que diera
origen a una persona de existencia ideal. El representante es el titular de un órgano, independiente de la existencia de un poder (Álvarez Juliá y Sobrino Reig, 2014). 

Representación legal

Un padre que compra una


El curador de Roberto realiza
casa en nombre de su hijo
la venta de la casa de este
menor de edad

Representación orgánica

El presidente de una empresa


que compra un automóvil
para esta
Representación voluntaria

Pedro está realizando una


escritura en nombre de María,
ya que ella se encuentra

La representación también puede clasificarse en activa o pasiva y en directa o indirecta.

A C T I V A Y PA S I V A D I RE C TA E I N D I RE C TA

La representación activa existe cuando el representante declara o realiza una manifestación de voluntad dirigida a otro, en nombre y por cuenta del
representado. En la pasiva, está destinado a recibir una declaración de voluntad de un tercero que se dirige a quien representa.

A C T I V A Y PA S I V A D I RE C TA E I N D I RE C TA

En la representación directa, el representante actúa por cuenta o interés ajeno y en nombre ajeno. En la indirecta, el representante actúa en interés ajeno,
pero en nombre propio. Algunos doctrinarios entienden que en la indirecta no existe representación, debido a que el representado no se hace presente
en el negocio y el representante asume la calidad de parte sustancial, como, por ejemplo, el comisionista que realiza determinados negocios
individuales y lo hace en nombre propio.

En la representación, la regla general es que todos los actos lícitos susceptibles de producir alguna adquisición, modificación o extinción de situaciones
o relaciones jurídicas pueden ser actuados mediante representación, quedando exceptuados los actos de última voluntad y los que estuvieran
prohibidos por la ley. No pueden otorgarse por representación el testamento y la mayoría de los actos vinculados a las relaciones jurídicas familiares.

Video 1: Sujetos
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Video 1. Sujetos. El acto jurídico es un acto voluntario, esa voluntad emana de una persona física o jurídica, pero ¿de
donde emana esa voluntad? En este video se describe éste y más conceptos.

Fuente: Elaboración propia

Sucesores
El artículo 4004 de nuestro Código Civil y Comercial se refiere a los sucesores y distingue entre sucesor universal que es el que recibe todo o una parte indivisa del
patrimonio de otro y sucesor singular el que recibe un derecho en particular.

Entendemos que sucesor es quien pasa a tomar el lugar de una persona en una
relación jurídica, tanto respecto de las obligaciones como de los derechos que se
derivan de dicha relación jurídica, ya se trate de actos entre vivos o por causa de muerte.

Los sucesores pueden ser universales o particulares. Los primeros sustituyen a la parte cuando esta muere y se colocan en igual situación que la que tenía la
parte a la que suceden, es decir, se les transmiten todos los derechos y obligaciones del causante, su activo y pasivo. En nuestro derecho, el único caso de
sucesión universal es el del heredero. Los segundos, es decir, los sucesores a título singular, son aquellos a quienes se les transmite tan solo una determinada
relación o situación jurídica.

En cuanto a los sucesores universales, el artículo 10245 del CCC establece que los efectos del contrato se extienden, activa y pasivamente, a los sucesores
universales, salvo los derechos que no son transmisibles a los sucesores universales, tales como:

Por ejemplo, un pintor que es contratado por sus características


Obligaciones intuitu personae particulares y fallece.
Incompatibilidad de transmisión
Un ejemplo de ello son las obligaciones que provienen de la
atento a la naturaleza de la responsabilidad parental.
obligación

Cuando esté prohibida por una Por ejemplo, que los derechos que surgen de un determinado
contrato no puedan transmitirse.
cláusula del contrato
Cuando esté prohibida por la ley Por ejemplo, con el derecho de usufructo (art. 2140 del CCC).

Los sucesores a título singular son aquellos a los que se les transmite uno o más bienes en particular; por ejemplo: el comprador de un inmueble, el legatario de
una cosa cierta por disposición testamentaria. Si bien estos son considerados terceros, dado que no fueron parte en el negocio por el cual posteriormente se les
transmitió el bien, se encuentran en una posición donde pueden verse afectados en sus intereses.

El negocio jurídico formal, los comparecientes y el análisis de los


requisitos notariales
Los elementos del negocio deben ser determinados o determinables; la comparecencia de los sujetos en la audiencia notarial es indispensable para actualizar la
actividad funcional que, de no ser requerida, no se produce. 

La comparecencia encuentra su fundamento en la rogación o requerimiento previo de uno o varios sujetos. Es decir que la comparecencia activa la función
notarial y da como resultado la escritura. Al momento de celebrar el acto, los comparecientes podrán ser la parte, otorgantes, nuncio o mandatarios con
representación o sin representación. 

En caso de que sea la parte quien concurre al acto, titular del derecho subjetivo, ya sea que actúe por sí o por otro, el escribano controlará si esa persona tiene
capacidad y legitimación, es decir, el otorgante que concurre al acto puede ser la parte o el representante del negocio jurídico. También tenemos la intervención de
testigos, que pueden ser necesarios según lo requiera la ley o el acto para realizar.

En relación con los datos personales, tal cual lo indica Jorge Herrero Pons (2011), se podrían distinguir entre: 

Datos personales subjetivos


nombres y apellidos;

filiación, fecha de nacimiento;

estado civil: nupcias, cónyuge.


Datos personales objetivos

documento nacional de identidad;

nacionalidad;

profesión;

domicilio.

Siempre debes tener presente que el domicilio que se inserta en el acta debe coincidir con el que figura en el documento nacional de identidad, y que actualmente,
en todo trámite notarial, inclusive en las certificaciones de firmas, cuando el compareciente es identificado mediante justificación de identidad (exhibición de

documento de identidad idóneo, inciso a del art. 3066 del CCC, se debe acompañar una fotocopia del documento nacional de identidad, a los fines de ser agregado,
ya sea al Protocolo Notarial (como se da en el caso de escrituras públicas o asimismo de las actas) o al Libro de Registro de Intervenciones (como es el caso de
las certificaciones de firma) de la escribanía. Claro que dicha exigencia se releva en el caso de que el compareciente sea identificado por el escribano mediante fe

de conocimiento art. 3067 inc. b, del CCC.

Justificación de identidad: la fe de identidad y la fe de


conocimiento. Definición y alcance

Gattari (2011) conceptualiza la fe de conocer o de individualización como el medio


técnico jurídico notarial por el cual el oficial público identifica, física y documentalmente,
a las personas con el fin de individualizarlas en el instrumento respectivo.

Así también, entiende por legitimación subjetiva aquella por la cual el notario admite la intervención, por sí o por otro, de personas físicas, en el instrumento notarial.
Tal admisión requiere la nominación de los sujetos, pues corresponde nombrar a quienes comparecen.

El artículo 306 del Código Civil y Comercial establece solo dos formas de justificar la identidad de los comparecientes: en su inciso a, la denominada justificación
de identidad, la cual consiste en la exhibición que se haga al escribano del documento idóneo, con el posterior agregado, ya sea al protocolo o, en su caso, también
al libro de intervenciones, de copia certificada de este de sus partes pertinentes. En su inciso B, el artículo 306 del CCC establece la fe de conocimiento, en la cual
el escribano afirma que el compareciente es persona por él conocida, situación de la que da fe en el instrumento notarial.

En el caso de la donación, tal como se puede observar en el escrito de presentación de las partes se utiliza la fe de conocimiento, y se deja constancia de ello en el
cuerpo de la escritura.
El documento nacional de identidad es una exigencia tanto legal como

registral.

¿Qué se deberá solicitar? 

1 De ser una persona nacional, se le solicita el documento nacional de identidad;

2 de ser una persona extranjera, se le pide el pasaporte o, si ya cuenta con la residencia, tendrá un documento nacional de identidad –similar al de los nacionales–
con una numeración superior a noventa millones.

 Algunos autores señalan que la fe de conocer se limita a la individualización de la persona por sus nombres y apellidos. En consecuencia, se hallan fuera de esa
fe: edad, nacionalidad, estado civil, nombre del cónyuge, nupcias, apellido materno, nombre de los padres, documento de identidad y domicilio.

Así también, si en la escritura pública no se opta por la fe de conocimiento, no puede usarse la tradicional atribución notarial de evitar las sumarias judiciales para
hacer coincidir los nombres de los sujetos implicados cuando aparecen diversos documentos con algunas diferencias, como por ejemplo, discordancias con el
nombre de una determinada persona: en una escritura aparece con Z y en otra con S; o si en alguna escritura consta con un solo nombre y en otras con dos. Sin la
fe notarial, se hace necesario acudir al juez, quien a través de un procedimiento sumario judicial declare que quien figura con dos nombres diferentes en distintas
escrituras es la misma e idéntica persona.

La capacidad y la habilidad. Capacidad de derecho y capacidad de ejercicio. Inhabilitación


La capacidad no es un elemento del negocio jurídico, sino que es un requisito de validez, una cualidad del sujeto, es la aptitud para otorgar por sí mismo actos
jurídicos. El Código de Vélez Sarsfield establecía que el negocio, para ser válido, debe ser otorgado por una persona capaz de cambiar el estado de su derecho. La

parte ha de tener capacidad de derecho, en caso contrario, el acto es nulo. Ello surge de lo dispuesto por el artículo 448 del CCC el cual recomendamos su lectura y
remitimos a él. Además, si la persona otorga por sí el acto, debe tener capacidad de hecho, y si lo hace por representante, bastará la capacidad de este último para
llevar adelante el negocio.

Al momento de la realización de la escritura, algunos notarios suelen colocar, también por una vieja costumbre, la fórmula “Sr. XX persona hábil y de mi
conocimiento”. Ello no corresponde y, en la actualidad, muchos notarios han dejado de utilizarla, ya que la doctrina opina que para el notario es muy difícil saber si
esa persona que va a otorgar el acto es hábil y si efectivamente no pesa sobre ella alguna incapacidad. Si bien algunos escribanos continúan identificando
habilidad con capacidad y dando fe de esta, el notario no es psiquiatra ni médico forense, y salvo que sea una situación ostensible y notoria que le permita
determinar que esa persona no es plenamente capaz, no podrá advertirlo. 

Por ello, el notario deberá obrar con extrema diligencia y prudencia teniendo presente lo previsto en el primer párrafo
del artículo 17259 del CCC.

Legitimación y capacidad
Según Alterini (1966), la legitimación es definida como 
“ la aptitud atribuida o integrada por la ley o por la voluntad, para adquirir derechos, contraer obligaciones o para disponer de objetos concretos, por
sí, o por medio de otro o por otro.”

(p. 251). 

Para algunos autores, es un concepto que viene dado del derecho procesal. Así, podemos hablar de legitimación activa, pasiva o procesal, es una excepción, es
una defensa oponible, falta de legitimación del actor, el demandado me opone excepciones, etc.

Otros autores entienden que entre legitimación y capacidad existe una relación de género a especie, es la aptitud frente al objeto de que se trate, es el poder de
disposición en ese caso concreto, es la aptitud del sujeto para decidir sobre ese objeto del negocio jurídico que pretende realizar. Es un nexo entre el sujeto y el
objeto del negocio, es la capacidad jurídica de obrar en el caso concreto, es la capacidad de actuación en el negocio del que se trata. 

Señala la doctrina que la aptitud genérica es la capacidad y la aptitud específica es la legitimación.

Autores como Gattari (1997) distinguen la legitimación de la siguiente forma.

Legitimación subjetiva

“Es aquella por la cual el notario admite la intervención, por sí y por otro, de personas físicas, en el instrumento notarial. Tal admisión requiere la nominación de los sujetos, pues
corresponde nombrar a quienes comparecen” (Gattari, 1997, p. 99).
En igual sentido, el mismo autor distingue: 

Legitimación sustantiva o títulos, que consiste en verificar críticamente la posición o situación relativa del sujeto negocial transmitente en su titularidad o derechos para lograr
una nueva legitimación futura, la del adquirente, que también tiene su legitimación subjetiva.

Legitimación formal o situación registral, que se refiere a la verificación crítica que el notario realiza sobre la posición o situación relativa del sujeto negocial en los registros de
la propiedad frente a los terceros y al mismo registro, por medio de certificaciones que este expide a pedido de aquel, publicando los asientos con oponibilidad (Gattari, 1997,
p. 253).

Legitimación impositiva

La legitimación impositiva es la comprobación o retención de fondos que realiza el notario, con el fin de justificar, por su pago, la libre deuda de impuestos, tasas y contribuciones
que gravan los actos notariales, sus contenidos objetivos y los servicios prestados con motivo de la instrumentación (Gattari, 1997, p. 122).

Legitimación de personería

Consiste en la verificación de la existencia de poder o documentos habilitantes y crítica de sus facultades. El notario califica la personería del representante por medio de un hecho
notorio que se afirma, de documentación acreditativa, cuyas facultades legaliza en relación con el acto (Gattari, 1997, p. 126).
Debe tenerse presente que el notario solicitará a los requirentes que los poderes que se presenten al acto se encuentren legalizados y, en caso de ser fotocopias,
que sean certificadas. Cuando el acto sea otorgado por la actuación de una sociedad, deberá exigírsele asimismo:

Agregar los contratos de constitución, de adecuación, las reformas efectuadas en el desarrollo de esa sociedad, las cesiones, si se han efectuado aumentos de
capital, como así también si ha operado la liquidación de la sociedad.

En caso de tratarse de sociedades anónimas, deberán agregarse los estatutos sociales, las actas de asambleas, con elección de los directores, como así también
aquellas en las que se resuelve el acto. Recordemos que dichas actas deberán estar inscriptas ante el organismo de control correspondiente. En Córdoba,
contamos con la Dirección de Personas Jurídicas y en Buenos Aires tenemos la Inspección General de Sociedades Jurídicas. Ambas cuentan con sus respectivas
legales de funcionamiento.

1 Art. 2573, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

2 Art. 358. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
3 Art. 364. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
4 Art. 400. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
5 Art. 1024. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
6 Art. 306. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
7 Art. 306, inc. b. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
8 Art. 44. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
9 Art. 1725. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Alterini, J. H. (1966). Capacidad y legitimación. En Revista Jurídica de Buenos Aires Tomo III.

Álvarez Juliá, L. y Sobrino Reig, E. (2014). Libro primero. Parte general. Título IV. Hechos y actos jurídicos. 

Cifuentes, S. (2004). Negocio jurídico. Buenos Aires, AR: Astrea.

Gattari, C. (1997). Manual de derecho notarial. Buenos Aires, AR: Depalma.

Gattari, C. (2011). Manual de derecho notarial (2.a edición). Buenos Aires, AR: Abeledo Perrot. 

Herrero Pons, J. (2011). Vademécum notarial. Sujetos comparecientes. Trámites anteriores y posteriores al acto escriturario (Tomo I). Buenos Aires, AR: Di Lalla.

Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/texact.htm

López de Zavalía, F. (1997). Teoría de los contratos. Parte general (Tomo I). Buenos Aires, AR: Zavalía.

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