SÍNDROME METABÓLICO

INTRODUCCIÓN
Las enfermedades no propagables representan el 63% de las muertes anuales en todo el
mundo y podrían estar acompañadas de algunos síndromes que pueden comenzar un caso
clínico. Estas enfermedades se han convertido en uno de los principales problemas de salud
pública en Ecuador, porque no tiene síntomas y los signos visibles son ampliamente
aceptados por las personas. El síndrome metabólico aumenta la morbilidad de la población y
la mortalidad a largo plazo porque induce el desarrollo de otras enfermedades crónicas.
Aunque sus factores de riesgo son ampliamente conocidos por la población, no son
conscientes de que todos ellos ya son una enfermedad causada principalmente por un mal
estilo de vida. Por lo tanto, es esencial detectar factores de riesgo como el estilo de vida
sedentario, la desnutrición, la falta de chequeo médico y las consecuentes enfermedades
crónicas.
La actividad física es un estilo de vida saludable para prevenir o reducir los síntomas del
síndrome metabólico. La actividad física promueve la pérdida de grasa y la mantiene, aunque
la disminución del peso obtenida con los ejercicios no es excesiva, sin embargo, a largo plazo,
la actividad física tiene una función más importante que la dieta para mantener el peso
corporal. La actividad física regular ayuda a reducir el exceso de grasa corporal. El ejercicio
también ayuda a la sensibilidad de las células de insulina, el nivel de insulina en la sangre se
normaliza y reduce el nivel de glucosa en la sangre, también ayuda a reducir el placer
sanguíneo, aumenta el nivel de HDL. Los estudios han demostrado que tres horas al día de
ejercicio reducen la posibilidad de tener síndrome metabólico. La mayoría de los pacientes
siguen las rutinas de ejercicio para su salud, por ejemplo, correr, nadar, cuando comienzan 5
minutos son suficientes, pueden incluir actividades como estirarse, caminar lentamente y
andar en bicicleta.
Para prevenir los efectos del síndrome metabólico y sus consecuencias, debemos tener una
dieta equilibrada y buenos hábitos alimenticios. La dieta que los pacientes deben aplicar a
sus vidas debe ser baja en grasas saturadas, grasas trans y colesterol y consumir alimentos
como pescado azul, semillas, nueces, aguacate, verduras y soja. La reducción del consumo
de azúcar y el aumento de la ingesta de fibra (frutas, verduras, cereales) es muy importante
y también debe considerarse para un buen estado de salud.
El chequeo médico de rutina es esencial para determinar los síntomas y los hallazgos físicos
o bioquímicos de esta enfermedad. El síndrome metabólico es una agrupación de
componentes que incluyen resistencia a la insulina, hiperglucemia, hipertensión, colesterol
HDL bajo y triglicéridos VLDL elevados y obesidad visceral. Según la OMS, si un paciente
tiene más de 2 condiciones sufre de este síndrome. Por lo tanto, los pacientes diagnosticados
con síndrome metabólico o con una alta probabilidad de riesgo deben mantenerse en
tratamientos y controles constantes.
Los trastornos del síndrome metabólico pueden tener consecuencias fatales. La resistencia
a la insulina produce diabetes y en la etapa avanzada conduce a insuficiencia renal crónica.
El aumento en el colesterol y los triglicéridos es el principal factor de riesgo de infarto agudo
de miocardio y accidente cerebrovascular. El aumento en el perímetro abdominal favorece el
desarrollo de hipertensión arterial crónica que lesiona los vasos sanguíneos a nivel sistémico,
en el ojo causando disminución de la agudeza visual, en el riñón causando insuficiencia renal
y, en el cerebro, al causar microinfartos.
El síndrome metabólico es un problema de salud, no solo por su alta prevalencia, sino también
por su papel como factor de riesgo para otras enfermedades que implican una alta morbilidad
y mortalidad, como la enfermedad cardiovascular y la diabetes mellitus. El mejor tratamiento
de esta patología basado en la prevención, el control de los factores de riesgo y los cambios
en el estilo de vida, ya que el cambio a realizar incluye la programación de una dieta
equilibrada y adecuada junto con la actividad física requerida.