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All content following this page was uploaded by Carlos Enrique Corredor Jiménez on 19 July 2019.
ISBN:
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Primera Edición
Copy Left: los contenidos de este libro pueden ser reproducidos en todo o en parte, siempre
y cuando se cite la fuente y se haga con fines académicos y no comerciales.
Agradecimientos....................................................................................................... 7
Prólogo.................................................................................................................... 9
Introducción. . ......................................................................................................... 15
T odo texto es una aventura que siempre cuenta con la compañía de quienes
impulsan preguntas, críticas, reflexiones, motivaciones y revisiones de lo
expuesto. De diferentes maneras este libro fue posible por una red amplia de
amigos y compañeros de caminos. Las primeras iniciativas de escritura estuvieron
dadas por los contactos con los docentes en la maestría en Estudios sobre
Problemas Políticos Latinoamericanos de la Universidad del Cauca en especial
los profesores: Edgar de Jesús Velásquez quien amablemente escribió el prólogo
del libro, Zamira Díaz, Guido Barona y Diego Jaramillo a ellos un agradecimiento
especial. En este mismo espacio de formación a nuestra compañera y amiga
Gilma Ríos Peñalosa, su solidaridad y hospitalidad impulsó la culminación de
los estudios de maestría a pesar de difíciles circunstancias que vivimos en ese
momento. No podría quedar por fuera el profesor Herinaldy Gómez quien dirigió
el trabajo de grado, su mirada fue muy enriquecedora para múltiples aspectos de
la concepción y compresión del territorio.
11
Por ultimo a las comunidades del Cauca que me han permitido ampliar y
profundizar mis saberes sobre la sociedad y sus caminos de vida digna, en
especial a los amigos de la Vega - Cauca y al Comité de Integración del
Macizo Colombiano – CIMA.
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Bien lo dijo Carlos Pereyra (2002:49) “Los académicos que entienden su labor como
algo aislado de toda responsabilidad política, no pueden evitar que el resultado
de sus investigaciones tiendan a desdibujarse: esto es consecuencia natural de la
separación forzada entre el saber (social y humanístico) y el horizonte político
en que ese saber se produce”. A lo largo de los cuatro capítulos de que consta su
obra, el profesor Corredor Jiménez logra mostrar las relaciones de causalidades
y efectos entre los intereses de unos contextos internacionales y las condiciones
concretas de los pueblos del macizo colombiano. La acumulación primaria de
capitales no es asunto exclusivo del origen del capitalismo, en este importante
libro su autor permite inferir que en el Departamento de Cauca existen formas de
acumulación capitalista que guardan algunas similitudes con la que tuvieron lugar
en Europa.
En uno de los textos Umberto Eco (1995), encontramos una sugerente manera de
comprender una obra. Plantea dicho autor la intentio auctoris, la intentio operis
y la intentio lectoris, como triada hermenéutica, por cuyo intermedio es factible
el acercamiento a una obra. En la intentio auctoris, pueden confluir factores
psicológicos, ideológicos, religiosos, económicos, sociales, culturales, políticos y,
desde luego, la subjetividad individual y social (Gonzales 2002), de los cuales
el profesor Corredor Jiménez no es la excepción. El autor en este caso, no es el
resultado del azar, no es transplantado súbitamente de un lugar a otro, su presencia
no se registra por generación espontánea. Es el resultado de una amalgama de
factores e influencias que determinan su ser, sus experiencias y su pensamiento.
Su presencia en reiteradas ocasiones en el macizo colombiano le permite hablar
con conocimiento de causa del objeto de su estudio. La intentio auctoris es un
retrato del autor en un preciso instante de su vida.
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Referencias
Eco, Umberto.
1992 Los límites de la interpretación. Barcelona: Lumen.
Gadamer, Hans-Georg.
1984 Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica.
Salamanca: Sígueme.
Gélinas, Jacques B.
2006 El monstruo de la globalización. Desafíos y alternativas. Bogotá:
Hombre Nuevo Editores.
González Rey, Fernando
2002 Sujeto y subjetividad. Una aproximación histórico-cultural. México:
Thomson.
Hinkelammert, Franz
2001 Raíces del pensamiento crítico. Bogotá: Universidad Distrital Francisco
José de Caldas.
Pereyra, Carlos.
2002 ¿Historia para qué?. México: Siglo XXI editores
Popper, Karl Raimund
1995 La responsabilidad de vivir: escritos sobre política, historia y
conocimiento. Barcelona: Paidós.
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Una segunda perspectiva reconoce que las explicaciones planteadas para entender
la globalización y su propuesta territorial hacen parte del devenir histórico del
capitalismo como proyecto que, a su vez, configura un sistema de relaciones entre
centro, semiperiferias y periferia; lo cual subordina economías, Estados o regiones
a los designios de relaciones económicas mundiales. ‘El moderno sistema mundo
capitalista’ de Wallerstein (1979) y los modelos de explicación de la dependencia,
son los referentes que permiten ubicar críticamente la globalización dentro del
proyecto capitalista global.
Una tercera mirada indica que no solo las explicaciones económicas son una
fuente de análisis para entender las territorialidades de la globalización, se
requiere adicionar las interpretaciones y construcciones semánticas del espacio
geográfico, las cuales representan contenidos de dominio económico, conceptual
y valorativo. Lo anterior sucede en un marco de relaciones que refuerzan y
dan sentido a la continuidad de un proyecto colonial, con el que se pretende
subvalorar, subalternizar e invisibilizar otros modos de vida ubicados por fuera
del proyecto de modernidad, capitalismo y razón: como sabemos, de imposición
hegemónica, único y válido para todas las sociedades.
Estas reflexiones académicas resaltan lecturas del territorio y sus gentes que
tienen estrecha conexión con la primera misión del BIRF para Colombia (1949),
coordinada por Lauchlin Currie, al representar los territorios para el desarrollo y los
que hoy se interpreta como territorios ganadores y perdedores de la globalización,
esta vez propuestos por estudios de la CEPAL y los planes de desarrollo ‘Cambios
para Construir la Paz’ (1999) y ‘Hacia un Estado Comunitario’ (2003).
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El cuarto capítulo del trabajo centra el interés en un caso local para el Cauca, y
que está dado por la construcción regional del Macizo Colombiano. En términos
ambientales diferentes miradas tienen como eje central la valoración estratégica
para este territorio. Las implicaciones desde una perspectiva de región se pueden
ver en: 1) La creación y desarrollo del Convenio Intercorporativo del Macizo
Colombiano y 2) Las movilizaciones sociales desarrolladas por las comunidades
en 1991, 1996 y 1999. Estas expresiones recogen la complejidad del proceso y la
imposibilidad de consolidar una visión única e integral del concepto de región y,
por tanto, un sentido integral de territorio.
Con esta propuesta de análisis para el Macizo Colombiano se intenta dar respuesta
a las implicaciones políticas presentes en las diferentes visiones territoriales, las
cuales surgen en el marco actual de las transformaciones económicas, políticas y
culturales propias de la denominada globalización. Tomando como referencia un
caso particular para el Cauca se ve cómo una construcción local es mediada por
intereses de todo tipo, y también es una propuesta construida por las formalizaciones
ambientales de la globalización que tiene y refleja dimensiones políticas.
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3 Se retoma aquí la propuesta de Octavio Ianni (1998:4) cuando argumenta que: “La
problemática de la globalización, en sus implicaciones empíricas y metodológicas, o
históricas y teóricas, se pueden plantear de modo innovador, propiamente heurístico, si
aceptamos reflexionar sobre algunas metáforas producidas precisamente por la reflexión e
imaginación desafiadas por la globalización”.
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De esta manera la Internet abre campo a una nueva forma de sociabilidad mundial
o planetaria. Su propuesta pretende situar la internet como la fábrica de la era
industrial. A partir de allí emerge un nuevo paradigma sociotécnico que modifica
la base material de nuestras vidas y las formas cotidianas de relación, de trabajo
y de comunicación de la sociedad contemporánea. Para Castells la virtualidad
que existe en las referencias de la Internet no es lo fundamental del proceso
comunicacional global, lo es el hecho que esta virtualidad se trasforma cada vez
más en la realidad de todo cuanto vivimos.
Para los enunciadores de esta metáfora, en su mayoría adscritos a las ideas del
Banco Mundial - BM y al Fondo Monetario Internacional - FMI, la globalización
es un proceso gestado desde 1870 y que tiene una ‘primera ola’ entre esa fecha y
1914. Durante este periodo los menores costos del transporte, las reducciones de
las barreras comerciales, el fenómeno migratorio, el aumento de las exportaciones
y la inversión extranjera, produjeron un fuerte crecimiento económico, reflejado
en un ingreso per cápita global, aumentando a una tasa sin precedentes.
Sin embargo, los promotores de esta idea reconocen que el proceso de globalización
no fue lo suficientemente acelerado para impedir el aumento del número de
personas en situación de pobreza y el crecimiento de las brechas de países en
proceso de globalización y aquellos que quedaron atrás. Las elevadas tasas de
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En este caso se sigue viendo al mercado como la principal fuerza de configuración del
proceso global. Todos estos aspectos sobresalientes y necesarios en la construcción
de la globalización, o fundamentales para lograr un buen desempeño en la misma, se
presentan como los nuevos enfoques de la competitividad regional. La significación
de este proceso, desde el aspecto de la globalización económica, hace que el
capital busque más regiones que países para hacer procesos de inversión, y que
sea en las regiones donde se soporte, en mayor medida, el desempeño económico.5
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Desde este planteamiento las condiciones de América Latina son producto de una
serie de relaciones de dominación y explotación que estructuran el atraso que
vive en la actualidad. Es en la historia de Latinoamérica donde se encuentran las
raíces del fenómeno de dependencia, condiciones que a su vez han sido producto
de los procesos de mundialización del capitalismo.
Desde otra perspectiva teórica, pero con igual posibilidad de análisis, se ubica la
propuesta de sistema mundo de Inmanuel Wallerstein (1979). Esta construcción,
única en la historia de la humanidad, logra vincular a regiones más allá de donde
nacen las pretensiones del capitalismo. Un punto de partida importante consiste en
comprender el mundo que vivimos desde una mirada histórica de larga duración.
¿Qué cambia y qué permanece? será una pregunta necesaria para entender la
sociedad contemporánea. De allí que la llamada globalización no sea un aspecto
novedoso sino una condición inherente al capitalismo como sistema social, por
cuanto se trata de una esencia de su funcionamiento, una característica central
presente al revisar el recorrido vivido.
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Por otra parte, la acumulación plantea una búsqueda de ‘beneficios’, ésta sólo es
posible si se puede vender a precios superiores de los costos de producción. En
la misma perspectiva de Marx el trabajo es central en la acumulación. Al respecto,
Wallerstein aporta que este trabajo debe entenderse desde la distribución espacial,
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Si bien puede ser muy útil profundizar en los procesos que se desprenden de
estos argumentos, el sentido de la presente reflexión solo procura plantear una
aproximación al concepto de trabajo en las ciencias sociales, y muy particularmente
en el caso de la economía, de allí que puedan quedar por fuera múltiples aspectos
necesarios de aclarar, profundizar o valorar en el planteamiento del sistema mundo.
Por los mismos argumentos expuestos es importante ver la lectura propuesta por
Wallerstein para comprender el sistema-mundo contemporáneo, especialmente en
los aspectos productivos. En esta explicación el autor plantea centrar el interés en
la siguiente pregunta: ¿por qué se ha reducido el promedio mundial de ganancias?
7 Este planteamiento está claramente emparentado con el análisis de Aníbal Quijano (2000)
que va mas allá y asegura que la categoría de clase social deja por fuera elementos del
contexto sexual, étnico y racial impuestos por un patrón colonial de poder.
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Es evidente que en el centro del sistema existen espacios políticos de mayor consenso
social, los cuales han determinado un empoderamiento para la organización de
trabajadores, por tanto, éstos poseen condiciones de negociación más sólidas
que las organizaciones de la semiperiferia y periferias. Este aspecto ha hecho
evidente que la organización sindical de los países del centro capitalista presiona
por mejores salarios, limitando las posibilidades de ganancias de los capitalistas.
Tal contingencia ha dejado como única opción la idea de ‘fábrica desplazada’.
Al desplazar las fábricas a lugares en donde los costos de mano de obra son mucho
menores, el empleador no sólo obtiene menores costos remunerativos, también
gana fuerza política en la zona donde la fábrica se está instalando parcialmente,
así los trabajadores existentes pueden estar dispuestos a aceptar tasas salariales
más reducidas para prevenir una ‘huida’ de puestos de trabajo a otros lugares del
planeta8 (Wallerstein 2005).
8 Es factible pensar que existe hoy un ejército industrial de reserva a escala mundial, lo cual
implica una forma distinta de entender la organización obrera y sus consecuencias sobre
el conjunto de la sociedad.
9 La creciente incorporación de mujeres y niños a los procesos productivos de las maquilas
en el mundo son una prueba de este fenómeno. Estas personas están dispuestos a trabajar
41
Hoy ha llegado a tal nivel la expansión del moderno sistema mundo capitalista
que no encuentra lugares hacia donde seguir desplazando sus fábricas y, por
tanto, se pude afirmar que se logró la plena desruralización del mundo, pero
también se bloqueó una de las fuentes mediante las cuales era posible continuar
con el crecimiento incesante de la acumulación. 10
por salarios bajos pues nunca han tenido la posibilidad de acceder a un trabajo remunerado
y la manutención puede ser soportada por una unidad domestica grande.
10 La desruralización del mundo no implica la creación de un gran conglomerado urbano
en todo el planeta, determina que la lógica del sistema mundo capitalista logró permear y
abarcar la totalidad del globo terráqueo.
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El panorama presentado por Wallerstein ubica tres grandes procesos que generan
una crisis irreversible en el sistema mundo capitalista y un cambio hacia un modelo
económico diferente, bajo la forma de una fase de bifurcación del sistema mundo
capitalista. La desruralización del mundo, la creciente degradación ambiental y el
conflicto social producto de la incapacidad de respuesta a las demandas sociales,
son los grandes problemas que acosan al sistema sin lograr hasta el momento
una solución. Ninguno de estos aspectos puede ser resuelto hoy por el sistema y
es allí donde aparece la bifurcación. En esto es vital el papel de los movimientos
sociales, ubicados en términos de movimientos antisistémicos, que luchan por
la trasformación radical del sistema y configuran una fuerza vital en el actual
proceso, pues de estos movimientos se puede desprender la configuración y el
diseño del nuevo sistema emergente, ya que:
11 Se conoce como Conceso de Washington una serie de medidas orientadas por el FMI y el
BM, para las economías de la periferia que fueron aplicadas durante la década del 90 por
casi todos los gobiernos de Latinoamérica.
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¿Qué sistema emerge luego del sistema mundo capitalista? Esto solo puede ser
resuelto por los niveles de desarrollo que tengan los movimientos antisistémicos
y por la orientación que éstos le den a sus luchas. Aquí es vital el sentido de
incertidumbre implicado en la teoría de sistemas planteada por Ilya Prigogine,
pues la incertidumbre solo puede ser resuelta con acciones eficaces en la
deconstrucción del capitalismo y reconstrucción de un sistema o de múltiples
sistemas diversos. Por ello, la amplitud de movimientos existentes nos presenta
la potencialidad de no existir un único camino o una solución definitiva y
certera sobre el futuro; de este sentido se puede prever que no emerge un único
modelo sino múltiples en la medida que los sentidos de las luchas se hacen cada
vez más diversos.
Este principio choca con la versión del marxismo ortodoxo que planteó una
condición teleológica y única de la sociedad futura. Otro motivo de discusión
y análisis es el papel que cumple el Estado en la transformación social, ya que
para los movimientos anclados en la visión más convencional éste sigue siendo el
camino de la revolución. Y para gran parte de los ejercicios y los experimentos de
deconstrucción el Estado está configurado por una lógica del sistema y siempre
tendrá límites y barreras en el diseño del futuro.
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Así entonces, se reconoce en las ciencias sociales de América Latina una explicación
fundamental para el análisis de su realidad desde la teoría de la dependencia que
en muchos temas y conceptos se refuerza con los planteamientos arriba anotados.
Valga ahora recordar que el concepto de la dependencia se construye desde
diferentes enfoques teóricos, uno de los cuales explica a América Latina como una
estructura histórica vinculada en relaciones económicas, sociales y políticas con los
países de mayor desarrollo capitalista. Tal situación le significó un proceso cíclico
de atraso y progresivos niveles de dependencia. La mayor fuerza de explicación
desde este enfoque se dio como respuesta a la irrupción de las propuestas de
desarrollo en la geopolítica de la guerra fría.
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El caso del poblamiento portugués del Brasil, que privilegió la zona costera,
determinó el peso de los requerimientos de comunicación y flujo de mercancías
con la metrópoli. El mismo aspecto puede observarse en los casos de Cartagena y
La Habana para el periodo en referencia. Un ejemplo de este despliegue territorial
realizado en función de los metales está en la interpretación de José Carlos
Mariátegui en el ensayo sobre el esquema de evolución económica peruana,
donde sostiene que:
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12 Dadas las características de los bienes transados y especialmente determinados por los
contenidos de valor agregado, se da un progresivo deterioro para los productos primarios.
13 Este concepto afirma Kalmanovitz (1983) es de un mundo de suma cero, lo cual
implica entender el capitalismo mundial como un todo donde se interrelacionan dos
tipos de estructuras: una moderna dominante -centro- de alta movilidad, que acumula
los excedentes, y una estructura pasiva -periferia- que se mueve como resultado de la
injerencia de la estructura dominante. Este es uno de los puntos de discusión que plantea
Kalmanovitz, pues considera que las dinámicas de consolidación del sistema capitalista en
los países excoloniales no está necesariamente vinculado con variables externas.
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Entre las décadas de 1840 y 1880, la “fiebre del lanar” pobló de ovejas
refinadas de raza Merino los campos de la región pampeana y sentó las
bases de su crecimiento económico. A fines del siglo XIX, la estructura
de las exportaciones comenzó a diversificarse con la producción de
nuevas mercancías para vender en el exterior, como cereales, lino, carne
congelada ovina y animal en pie. A principios del siglo XX, la carne
refrigerada vacuna se transformó en una nueva estrella (que brillaría
con más vigor a partir de la década del veinte), mientras los cereales
ampliaban su presencia. Cultivos y vacas de raza desplazaron a las ovejas
hacia el sur y cambiaron el paisaje de las pampas hasta modelarlo con las
características que aún hoy continúan prevaleciendo.
Con el desarrollo de las dos guerras mundiales el aparato productivo del siglo XX
concentró sus esfuerzos en la producción bélica, y ante el desabastecimiento de las
economías de los países periféricos se contempló la posibilidad de desarrollar una
industria latinoamericana. Si bien el anhelo se centraba en alcanzar altos niveles
de industrialización, dejando de lado la dependencia de los productos primarios
para la exportación, las características del nuevo modelo hegemónico, implantado
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De esta forma fue posible que en los países de la ‘periferia B’ se registrara una
industrialización de enclave, fenómeno que consiste en la instalación de la
industria en una región donde existen las condiciones para maximizar el capital.
Allí las multinacionales crearon zonas especiales delimitadas, totalmente aisladas
del resto de los procesos económicos. Su comportamiento de expoliación de los
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16 El modelo fordista tenía como estereotipo la industria automotriz, articulaba bajo una sola
estructura todo el proceso de producción. Las trasformaciones del sistema hacen que hoy
no sea un modelo productivo para la acumulación capitalista.
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Cabe anotar que esta nueva revolución tecnológica significa una distancia mayor
entre los países centro y los países periféricos, lo cual genera aún mayores niveles
de dependencia y dominación. También resulta fundamental reconocer, luego
de este corto recorrido por lecturas de cetros y periferia, que gran parte de sus
propuestas construyeron a la idea de una superación de la dependencia por varias
vías, como fueron la revolución en alianza con procesos socialistas existentes
en su momento y algunos procesos de unidad entre los países periféricos, entre
otros; estos de una u otra manera terminaron por sucumbir ante el arrollador paso
de las realidades del capitalismo en su instancia global.
Es evidente que uno de los ejes para analizar el conflicto social es la dimensión
del territorio en la vinculación de la periferia con la metrópoli y por tanto la
compresión del sistema mundo es un aspecto central en este esfuerzo, profundizar
sus alcances, valorar sus lógicas y mostrar desde allí las formas como se viene
adelantado una expropiación de espacios de vida para las comunidades locales
debe ser un compromiso permanente de quienes pensamos la posibilidad de un
mundo mejor. A la par de este esfuerzo, se debe visibilizar la concepción territorial
que culturas locales históricamente construyeron, desde referentes distintos a la
concepción mercantil del capitalismo, muchos de estos esfuerzos son hoy día
portadores de una resistencia territorial al capitalismo, estos aspectos no fueron
siempre valorados por la teoría critica de la dependencia, la cual construyó
una explicación estructural valiosa, pero despreció en muchas ocasiones las
experiencias locales como significativas para el análisis social.17
17 Es evidente en muchos de los análisis propuestos por la CEPAL para la década de los
70 y 80 y por la escuela de la dependencia, que el problema central de estas economías
estaba en la incorporación de la revolución industrial, proceso en el cual los indígenas y
campesinos se convirtieron en un obstáculo para el óptimo desarrollo de este proyecto.
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Si los mapas habían borrado las criaturas míticas y sobrenaturales tanto como las
narrativas de los viajeros y en su lugar se habían realizado las expediciones para
develar el interior del ‘continente oscuro’ y entonces trazar los mapas requeridos
para su representación; este hecho, que parece simplemente una anécdota, fue
empleado para mostrar la relevancia de una geografía que requiere ir más allá
de la representación del espacio físico en formas cartográficas más o menos
ordenadas, para reflejar una de las principales contradicciones cuando se aborda
el tema del territorio y su concepción, pero también una de las grandes discusiones
contemporáneas en términos del conocimiento y su vinculación con estructuras
del poder. Al respecto tenemos, de un lado, la propuesta de universalismo en
la manera de ver, pensar y valorar el espacio por el proyecto del capitalismo,
la modernidad y su relato científico; de otro, las formas diferentes de pensarlo
presentadas como maneras no racionales, próximas a formas primitivas donde el
espacio está repleto de significados y contenido de representación cultural para
quienes lo habitan.
18 Ya en el siglo XVII los mapas de África reflejaban la forma que conocemos hoy día y
que se reproducen en los diferentes atlas y enciclopedias; hoy con el uso de sistemas de
posición satelital -GPS- se tienen una representación cartográfica del mundo, casi exacta
de la realidad física planteada por la mirada occidental moderna.
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19 Para José Luis García el espacio es un contínuum que solo pude ser delimitado en la
medida que se territorializa, siendo la territorialidad una manera de delimitar el espacio,
donde éste tendría diferentes niveles en los que se expresa, por ejemplo, la exclusividad
territorial positiva de un individuo es negativa en otro, pero a la vez ambos sujetos tendrían
espacios en común que darían en otro nivel de actuación social como el hogar que, a su
vez, tendría una territorialidad exclusiva positiva para la familia que la habita en relación
con otro hogar, surgiendo un proceso continuo de tesis, antitesis y síntesis que se concreta
en un nivel superior de territorialidad (García 1976).
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Los preceptos del poder epistémico del capitalismo y la modernidad que hacen
posible la construcción del otro plantean la representación; y para el caso
territorial constituyen metáforas espaciales que reflejan y orienta nuestras formas
de entender y producir el contexto (Serje 2005). Siendo el contexto un requisito
fundamental de las ciencias sociales para la explicación de cualquier fenómeno
social, las metáforas de imagen que surgen se presentan claramente determinadas,
ya que:
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tan antiguas como los procesos de dominación colonial, los cuales continúan
presentes como una forma de colonialismo interno, en el que las configuraciones
del conocimiento y sus formalizaciones discursivas se ponen en marcha al modo
de un sistema de sujeción y control. Así el colonialismo puede ser analizado, como:
Por demás están la historia, con la tarea de construir el relato colectivo de y para
la nación; la economía inicialmente con la preocupación de la economía política
de los Estados Nación y más tarde interesada en la explicación del funcionamiento
del mercado; los científicos políticos centrados en el estudio de las estructuras
formales del gobierno y los sociólogos insistiendo en el terreno social ignorado
por los economistas y los científicos sociales. Tanto la economía, la ciencia
política como la sociología construyeron sus referentes a partir de la imitación
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de las formulaciones de las ciencias naturales y, por tanto, asumieron más una
concepción de tipo nomotético.
[…] hizo que surgiera la pregunta de obvia ¿por qué esa pequeña parte
del mundo había podido derrotar a sus rivales e imponer su voluntad a
América, África y Asia? Era una gran pregunta y la mayoría de las repuestas
no fueron propuestas en el nivel de los estados soberanos sino en un
nivel de comparación de las civilizaciones. Lo que había demostrado
su superioridad militar y productiva era Europa en cuanto civilización
occidental y no Gran Bretaña o Francia o Alemania, cualquiera que fuese
el tamaño de sus imperios respectivos. Ese interés por el modo en que
Europa se expandió hasta dominar el mundo coincidió con la tradición
intelectual darwiniana. La secularización del conocimiento promovida
por la ilustración fue confirmada por la teoría de la evolución, y las teorías
darwinianas se extendieron más allá de sus orígenes en la biología. […]
Una interpretación, más bien, amplia de la teoría de la evolución, pudo
ser utilizada para dar legitimidad científica al supuesto de que evidente
superioridad de la sociedad europea de la época era la culminación del
progreso: teorías del desarrollo social que llegan a su culminación en la
civilización industrial, interpretaciones whig de la historia, determinismo
climatológico, sociología spenceriana. (Wallerstein 1996: 32-33).
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21 Para este historiador y geógrafo norteamericano existirían dos razones fundamentales para
explicar el éxito de Occidente en la expansión imperial. La primera razón, expuesta en
Imperialismo Ecológico (1999), sería el triunfo de la biota europea sobre las demás biotas
existentes en el planeta, lo cual posibilitó una mayor adaptación a lugares diversos y
resistencia a enfermedades; proceso en el que las restantes regiones y habitantes del mundo
fueron menos eficientes en términos ambientales. El segundo argumento, presentado en
La Medida de la Realidad (1998), resalta la mentalidad que desarrolló Occidente y su
funcionalidad en términos de cuantificación y organización del mundo de manera que
permitiera su dominación y control. Estos argumentos, expuestos por Crosby con bastante
número de detalles, no hacen otra cosa que reforzar los elementos de superioridad ecológica
y mental a manera darwinismo social del siglo XIX reeditado a finales del siglo XX.
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tierra, dio impulso a una representación del espacio que se asumió como el
espacio mismo. 22
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Estar más cerca o más lejos de estos ideales de territorios aptos para la globalización
depende de los niveles que marque la escala diseñada para medir el grado de
civilización y progreso alcanzado por cada región. Así no es de extrañar, en
el estudio referido, que en la clasificación de regiones perdedoras se agrupen
zonas como: Amazonas, Apurimac, Uyacali y Puno en Perú; La Araucanía en
Chile; Nariño, Sucre, Cauca, Choco y Córdoba en Colombia; Beni y Chuquisaca
en Bolivia (Silva 2003).
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De tal suerte que ser colombiano o ecuatoriano nos pone en el plano de repensar
los proyectos de Nación construidos por las elites del siglo XIX, hoy presentados
como parte de un conflicto, pero que en el plano de la vida cotidiana las
propuestas de Nación resultan subvertidas desde las prácticas que integran a
pueblos y comunidades, quienes históricamente han estado unidos, por encima
de los mismos héroes de la patria, presidentes, burócratas y militares encargados
de cuidar las fronteras.
Este capítulo indaga sobre el territorio como expresión del orden cultural. Por
ello se entiende que la apropiación y significación del espacio geográficos sea
un elemento de conflicto en el orden social. Importante recordar también que el
territorio como construcción social permite ver la existencia de un orden simbólico
que busca configurar el proyecto de Estado-nación, en este argumento se hace
central mostrar cómo el territorio simboliza la soberanía, y a su vez indicar que
esta noción política tiene origen en planteamientos religiosos, lo cual hace parte
de lo sagrado en el proceso de génesis de los Estados patrimonialistas europeos
y trascendiendo a los Estados modernos, donde el territorio ya no se presenta
ligado al orden religioso, pero conserva la misma implicación sacra, expresada
de manera concreta en el campo de la geopolítica y como parte constitutiva del
orden social.
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Una segunda línea explora las imágenes del territorio impuestas por las elite
peninsular sobre América, espacio/tiempo donde se simbolizó esta región del
mundo como exuberante, exótica, un paraíso terrenal situado en un peldaño
más bajo que las culturas europeas. Un tercer punto ubica la continuidad de esta
lectura del territorio en las premisas del desarrollo y el tratamiento del conflicto,
la construcción de lugares de la geografía como tierras de nadie, fronteras o zonas
rojas que son parte de una forma de ver al otro y construirlo como enemigo.
71
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No se debe pasar por alto que este proceso de transformación en Europa tuvo
como punto de llegada el tratado de Westfalia, el cual implicó un reconocimiento
de la soberanía y los límites territoriales, la libertad de conciencia de los súbditos de
uno u otro Estado y la libertad de comercio. Desde este esquema se definieron tres
procesos coherentes con la configuración moderna del Estado: la homogenización
de concepciones religiosas y raciales, la ciudadanía y la definición de los límites
territoriales (Aceves 2004).
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Las diferentes representaciones del territorio construidas con el fin de dar cuerpo al
proyecto Estado Nación se guiaron, y aún se guían, por el prototipo eurocéntrico y
sus diferentes relatos políticos, económicos y científicos, para articularse al sistema
mundo capitalista. A través de las modificaciones que se dieron en las metáforas
territoriales, de acuerdo con los impulsos y requerimientos de la metrópoli, se
mantuvo constante un proyecto colonial en la moldura del capitalismo, el progreso
y la modernidad.
De allí que, una comunidad política donde una historia común, una memoria
y una serie de valores imaginados dan coherencia y soberanía —en la mayoría
de casos sobre un territorio— constituye la idea de Nación como comunidad
imaginada (Anderson 1992). Retomando este concepto se puede ver en el caso
colombiano, y en general de muchos de los países del otrora Tercer mundo, que
esta construcción es un proyecto inconcluso, no acabado, o incapaz de emerger
por las condiciones impuestas en el sistema mundo capitalista. Sin embargo, en los
ámbitos de la tecnocracia del Estado y sus instituciones sigue siendo el imaginario
único para incorporar ciertos territorios, aún no incluidos, en el ideal propio de la
modernidad y el capitalismo.
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Sin lugar a dudas, una de las mayores contradicciones planteadas por este
esquema de formalización está en la idea de pueblo, idea que tendería a ser
necesariamente homogénea en un marco en donde las nociones de historia, raza,
religión y lengua fueron únicas. Así entonces, historia patria (que relata la gesta
de emancipación), razas blancas o mestizas en el mejor de los casos, religión
católica y hablantes de castellanos o portugués configuraron la unidad requerida
para la construcción de la Nación. Las otras referencias existentes al interior de
la sociedad debían adaptarse o borrase para hacer posible el proyecto nacional
homogéneo y excluyente de la diferencia.
Desde esta configuración los arquitectos del proyecto nacional debían ser los
grupos urbanos y letrados que forjaran una visión de la historia y la geografía,
legitimada bajo la noción naturalista del progreso. La historia y la geografía de
la Nación, por consiguiente, debía estar inscrita en la construcción de la historia
universal y cualquier marco de explicación se hizo desde las categorías modernas
de historiografía occidental y de la economía política que la sustentaba (Serje
2005). Los así llamados pueblos sin historia tuvieron acceso a un lugar secundario
en la historia universal, toda vez que los hombres ilustrados portadores del
mensaje de progreso habían logrado romper con el dominio colonial y construir
los parámetros de la Nación como sucedió en la experiencia europea, mostrada
como la experiencia universal.
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elegidos para la creación de riqueza, en las que el relato mítico del Dorado
encarna la posibilidad de obtención de lucro fácil. En este esquema la aplicación
de la violencia hace parte constitutiva de la disputa por estos territorios articulados
al capitalismo salvaje, con productos como petróleo, drogas, contrabando,
prostitución y tráfico de armas (Serje 2005).
Una segunda idea fue la lectura de territorios en los ideales del desarrollo, que
tuvo en los organismos multilaterales de crédito los principales promotores de
esquemas de formalización territorial. La primera misión del BIRF (1949) y su
aplicación en el caso colombiano es una muestra de esta lectura territorial. En ese
momento el territorio se pensó a partir de la integración y desarrollo del mercado
interno, tanto en función del capital internacional como de la superación de la
pobreza en el marco de la guerra fría, y mediante el discurso del desarrollo se
buscó controlar el avance del comunismo.
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Territorios de Civilizados
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Las lecturas de estos lugares y sus habitantes también están presentes en el siglo
XX. Para este caso, se muestra a la naturaleza como la imposibilidad para construir
el mercado nacional, tan necesario en los procesos de industrialización. En una
perspectiva de historia ambiental en Colombia, Germán Palacio (2001) indica
cómo entrado el siglo XX Laureano Gómez pensaba que el atraso de Colombia
era inevitable por razones ambientales y que solo unos islotes de civilización
podrían existir en los Andes, ello gracias al clima frío de los altiplanos de Ecuador,
Colombia y Venezuela. De igual manera, se destaca que Fabio Zambrano (1993)
utilizó la idea de pisos térmicos con el fin de estudiar el proceso de poblamiento
de Colombia. Así mismo Frank Safford y Marco Palacio (2002), con algo de
vergüenza, propusieron que la explicación del fracaso económico colombiano del
siglo XIX dependió de su compleja geografía.
81
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En un recorrido por las propuestas del desarrollo se puede decir que subyace el
énfasis en la acumulación de capital como factor básico, así como la concepción
que el desarrollo está estrechamente vinculado con el crecimiento económico.
Otro de los aspectos resaltados es la existencia de mercados imperfectos para
los países en subdesarrollo y de un desempleo encubierto en la agricultura. Aun
cuando existen diferencias en la conceptualización y en las propuestas para la
superación de las condiciones de pobreza, lo que se destaca es la imposición de
una idea de sociedad que sigue el ejemplo y el modelo trazado por las economías
de los países de mayor desarrollo capitalista y la consecuente noción de progreso
gestada por los ideales del capitalismo.
83
Por otro lado, se ve cómo los habitantes tienen: “un nivel de actividad y talento
superior al que generalmente se encuentra en países cercanos a la línea ecuatorial”
(Currie 1951:15); es decir, nuestro entendimiento está cercano a países no
ecuatoriales que son el sinónimo de civilización y ciencia.
De allí que la presentación de espacios geográficos y las gentes que los habitan
están en función de llegar al capitalismo como forma de avance social, pues
los territorios necesarios tal fin son los propicios para la industrialización, el
nacimiento de centros poblados urbanos y la articulación de zonas rurales en
las que se pueda generar el monocultivo, bien para la industria nacional o bien
para la exportación. Así los programas de promoción del desarrollo buscaron
homogenizar la producción económica y los territorios.
Con la figura de la globalización se puede ver un hilo conductor que articula los
escenarios de territorios salvajes, territorios para el desarrollo y los conceptos
recientes de territorios ganadores y perdedores de la globalización. En estos
últimos se retoma las posibilidades de construir criterios de competitividad para
regiones y localidades. Es con el renovado discurso de la nueva economía y
sus modificaciones en la vinculación de regiones a las nuevas condiciones del
sistema mundo que se construye la necesidad de encontrar un contexto natural,
con habitantes y gobiernos que respondan a la competitividad.
Hoy, más que antes, se ha dado un renovado interés por el análisis territorial en
los círculos institucionales y académicos, los que han valorado la articulación
de regiones más que países a las dinámicas de la globalización, y soportan la
construcción de una ventaja competitiva sobre el capital humano, las condiciones
geográficas, la capacidad gerencial y las instituciones.
84
cápita, para así valorar regiones al interior de los países. Como ya se anotó esta
propuesta permite clasificar territorios ganadores y perdedores. Más allá de los
elementos novedosos para la observación del territorio, lo que destaca es la
permanencia de ciertas formas de nombrar y representar, en este caso perdedores
y ganadores, se constituyen fundamentalmente en una continuidad del proyecto
colonial, enfocado a: las necesidades de construcción de la República, la
construcción del mercado interno y, ahora, la participación en la globalización,
por lo cual la imagen aquí proyectada se constituye en el referente para valorar
y clasificar los territorios en los actuales procesos de globalización. La dualidad
ganador/perdedor se describen dos cuadrantes opuestos:
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En el otro extremo estarían los territorios perdedores, los cuales se definen como:
86
Estas premisas se constituyeron en la guía de actuación para los países que deben
seguir el camino de incorporar estos territorios a los intereses del proyecto inacabado
de Estado Nación, hoy dentro de un nuevo marco de actuación geopolítico.
Este apartado del capítulo busca mostrar que los elementos conceptuales
representados en construcciones discursivas están presentes en los planes
de desarrollo colombiano, ello como una forma de materialización del Estado
Nación en el actual proceso de globalización. Se busca enfatizar también el por
qué la superación de la violencia es la propuesta necesaria y estructural para
el proyecto de Nación, y fundamentar cómo en la superación de la violencia
resultan estratégicos ciertos territorios, no solo los determinados por el interés
nacional sino por estrategias de intervención extranjera como el Plan Colombia y
los Laboratorios de Paz.
Esta manera de integrar los territorios, hasta ahora ausentes del Estado, dentro de
la ley y el orden se constituye en una nueva necesidad de civilizar, ya no sólo al
interior de cada país, sino dentro del marco de unipolaridad del mundo global.
Para tener una mayor precisión sobre los aspectos concernientes al desarrollo y
dentro de éstos la lectura territorial, el plan de desarrollo Cambio para Construir
la Paz muestra una referencia teórica y conceptual, de la cual debemos partir
para lograr ver las nuevas dinámicas presentes al final del acápite anterior como
territorios ganadores y perdedores de la globalización.
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como la confianza, las normas, las redes de contactos y, con mayor generalidad,
las relaciones de largo plazo que pueden mejorar la eficiencia colectiva de una
comunidad” (DNP 1999: 23).
Muchos de los semblantes del nuevo modelo de desarrollo están ligados con
factores considerados tradicionalmente como ‘no económicos’, requiriendo así la
implementación de un pacto social que convocara y lograra niveles de cohesión
90
El territorio es ahora el capital natural que de una u otra manera representa una
posibilidad de vinculación con otros capitales, los cuales se presentan construidos
de manera separada. El territorio es el espacio en el cual se desarrolla otras
formas de capital. Construye en un sentido una referencia plana, continua sin
demarcación de ningún tipo, pero sustentada de manera diferente cuando se hace
la evaluación de las regiones en donde el conflicto está presente, ya que:
91
Una identificación de los criterios para la ordenación de los territorios por el Plan
Colombia se expresa en referencias metonímicas del párrafo anterior. Los criterios
son en primera medida identificar las zonas donde “guerrilla y autodefensas han
tenido presencia activa y continuada durante varios años” (DNP 1999: 308), para
establecer que los sitios sin presencia subversiva son los lugares en los cuales el
proyecto de Desarrollo es viable, posible y capaz de dar respuesta a los anhelos
y aspiraciones de la mayoría de colombianos. Estos últimos lugares son zonas
donde se ha cumplido el sueño ciudadano, que no resuelve por la vía armada la
diferencia con el Estado y se tiene la capacidad para responder a sus demandas
de bienestar.
De igual manera estas zonas se clasifican como aquellas con: “bajos niveles
de organización social, presencia estatal y legitimidad institucional, que
se reflejan en la ausencia de gobernabilidad” (DNP 1999: 308). Todos estos
territorios presentan un grave problema ambiental, en los cuales no es posible
el uso racional de capital natural, generando la expansión de frontera agraria
92
De otro lado se presenta el enunciado del proyecto del Plan Colombia, que en
realidad es la intervención extranjera sobre ciertas regiones y zonas puntualmente
identificadas en las cuales se hace posible la ayuda internacional para los nuevos
enemigos de la civilización: el terrorismo y el tráfico de drogas. La implementación
de este plan se hace desde el agenciamiento global por el que las naciones
desarrolladas, fundamentalmente Estados Unidos, contribuyen con recursos
militares y programas sociales a fin de restituir la civilización para territorios y
habitantes subdesarrollados.
93
de guerra. Es allí donde están los teatros del conflicto, donde existen las disputas
territoriales para dar cuerpo y contenido al ideal de desarrollo y el proyecto de
progreso en el marco de la Seguridad Democrática.3
3 La Seguridad Democrática fue una parte central de la propuesta presidencial de Álvaro Uribe
Vélez, se basó en la profundización del conflicto en múltiples zonas con el argumento que
existían actores armados por fuera del orden del Estado. La estrategia justificó múltiples
violaciones de derechos humanos, la supresión de garantías civiles para sectores de la
población no conformes con su propuesta de gobierno, la criminalización de la protesta y
una alianza con la estructura clientelista y politiquera del país para mantener y prolongar
su estancia en el poder por un periodo de ochos años en la presidencia de la República.
94
Vale la pena resaltar aquí una lectura planteada por Santiago Castro-Gómez y
Oscar Guardiola (2005) acerca de las implicaciones del Plan Colombia visto como
un diseño de pretensión global fabricado para administrar el riesgo y trasformar
el territorio nacional a imagen y semejanza de un espacio y una historia local,
por medio de la aceleración del proceso de modernización. En esa lectura se
construyen dos referencias. La primera sería la búsqueda de integración de
la fuerza hispana, ya no por la vía del disciplinamiento laboral sino a través
de la seducción del consumo. La segunda sería el cambio de la idea que la
modernización de la periferia, la cual ya no opera sobre lo tradicional agrícola o
feudal, aplica fundamentalmente sobre las formas no integradas de la hegemonía
del comercio internacional. Al respecto anotan:
95
también lo fueron las del Golfo y de Kosovo—. Son guerras que buscan
eliminar localmente los nuevos enemigos “pre-posmodernos” del capital
global: dictadores nacionalistas, fundamentalistas islámicos, guerrilleros
y campesino cocaleros, conectados todos ellos con redes globales de
producción, circulación y distribución de mercancías (Castro y Guardiola
2005: 70).
4 El programa de Familias Guardabosques fue una estrategia planteada para superar los
problemas de tala de bosques en el avance de los cultivos de uso ilícito; buscó que los
campesinos no avanzaran en las zonas de frontera agraria y que cedieran estos predios
para la conservación de la naturaleza, el proyecto entregaba subsidios en efectivo a las
familias beneficiadas.
96
Por lo menos dos aspectos son esenciales para valorar el interés del tema ambiental.
El primero es el evidente deterioro de los medios de vida que ha ocasionado
un tipo de racionalidad económica sobre el manejo de los recursos naturales.
El segundo aspecto está relacionado con la modificación creciente que tiene el
capitalismo al incorporar progresivamente nuevas formas de apropiación por una
mayor capacidad tecnológica, dentro de la cual es primordial la biotecnología y
la genética, pues a partir de éstas se generan nuevas mercancías y aplicaciones
llevadas al mercado mundial.
99
(1992) se consolida la visión de que somos ciudadanos del mundo, por lo menos
en términos ambientales, siendo todos responsables del problema ambiental. Sin
lugar a dudas ninguna de las anteriores reuniones de expertos desconoció que el
problema ambiental se encuentra estrechamente vinculado con procesos sociales
donde el hambre, la explosión demográfica, las relaciones norte-sur, entre otros,
son fundamentales para lograr una superación de la problemática. Tal situación
obliga a hacer una reflexión sobre las implicaciones de orden económico, político
y social de estas apreciaciones en el contexto de América Latina.
1 Este enfoque no ha sido exclusividad del capitalismo, pues en los países con planificación
centralizada la preocupación por la naturaleza se supeditó a las necesidades e intereses
del Estado.
2 Una lectura del problema ambiental del capitalismo se puede ver en James O´Connor
(1998), quien propone valorar dos tipos de crisis. La primera tienen que ver con las
relaciones de producción, donde surge la contradicción capital-trabajo y la realización
de las mercancías para hacer posible la extracción de la plusvalía. La segunda crisis
hace referencia a la manera cómo el capitalismo, por su racionalidad, tiende a agotar las
condiciones de producción y reproducción material, y no hacer viable no solo el sistema
capitalista sino la existencia misma de la humanidad. La búsqueda de utilidad a toda consta
hace que el comportamiento con la naturaleza en el capitalismo sea de extrañamiento
o de un comportamiento ajeno a ésta, y se vea a la naturaleza como una simple fuente
de recursos para la producción de mercancías. Esta mentalidad es la que lleva a la crisis
ambiental. Las soluciones que el capitalismo plantea a la crisis ambiental no se hacen
viables, pues son demasiado costosas para que sean asumidas por las regulaciones del
mercado, por el Estado o por los mismos capitalistas.
3 No es la primera vez que los teóricos del capitalismo se preocupan por la crisis de
sustentación. La relación de la población y los recursos plateada por Malthus [1798] donde
la primera tendía a aumentar en progresión geométrica mientras que los recursos solo
crecían en progresión aritmética, daba origen a la degradación del sistema. La única manera
de mantener a la población dentro de sus límites de crecimiento estaba en la aplicación
de una fuerte moral donde el hombre contuviera sus impulsos sexuales, de igual manera
que las guerras y enfermedades ayudaban a controlar la expansión de la población. Si
100
Dicho aspecto hace que la biodiversidad cobre valor por los contenidos de
información genética que posee, así el desarrollo de los procesos de conocimiento,
apropiación y aplicación de la información depositada en plantas y animales
-incluido el ser humano- se convierte en una fase de ampliación de la propiedad
privada hacia la composición misma de la naturaleza y los organismos vivos. El
contexto en el cual se da esta fase, la aplicación de la tecnología sobre la naturaleza
y la pretensión de privatizar parte de la vida, está mediado por una relación
en la cual la información genética se encuentra en la periferia, donde siguen
existiendo grandes fuentes de biodiversidad, mientras que el conocimiento que la
hace funcional al capitalismo se encuentra en el centro (Nemogá y Bonilla 1996).
101
En el orden productivo se dio una modificación que operó en tres vías: la primera
fue la búsqueda de nuevas tecnologías que no fueran contaminantes pero que
posibilitaran la modificación de la estructura misma de los organismos vivos, a fin
de lograr un nuevo espacio de apropiación privada de la naturaleza. Ante todo se
aplicarían las tecnologías no contaminantes a los procesos productivos ubicados
en los contextos geográficos de los países centro, de igual manera las mercancías
allí comercializadas debían responder a la conciencia ambiental creciente de
ciudadanos más preocupados por este problema, lo cual generó un nuevo nicho de
mercado ahora fundado en lo orgánico; es decir, lo no químico, lo saludable y no
contaminante, tanto en los circuitos de consumo como en los procesos de producción.
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En ese orden de ideas surge la aplicación de un saber científico que permite y hace
posible el logro del desarrollo sostenible. Esta explicación se da prioritariamente
desde profesiones que valoran objetivamente los recursos puestos en juego dentro
del problema ambiental, así la voz del desarrollo sostenible es la del geólogo,
el biólogo, el ingeniero forestal o, en el mejor de los casos, el de una profesión
creada para este fin como es la ecología.
Las miradas que se hacen desde las ciencias sociales del desarrollo sostenible
utilizan y generan métodos de análisis similares al de las ciencias exactas, esto
con el fin de tener una apreciación científica alejada de cualquier contaminación
ideológica. Una clara referencia para esta apreciación se puede constatar en la
economía que abordó el problema ambiental como la simple incorporación de los
costos de las mercancías y de las modificaciones que genera el proceso productivo
sobre el medio.
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Para algunos analistas estas organizaciones y los partidos verdes son la expresión
de los nuevos movimientos sociales, cuyas reivindicaciones diferentes de la lucha
de clases, propias de la izquierda marxista, muestran un semblante relevante de
problemas no resueltos por el capitalismo y su correlato de democracia liberal
(Santos 1994). Para otros estudiosos del problema ambiental, las ONG son una
manera de afianzar el discurso del desarrollo sostenible, ya que sus prácticas se
hacen más desde reivindicaciones puntales como las legislaciones ambientales
rigurosas, la protección de especies en peligro, la tala de bosques nativos, entre
otras, sin cuestionar la racionalidad economicista implícita en el capitalismo que
ha llevado a la degradación del medio de vida para la humanidad.
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En cuanto a los actores sociales se presenta: una iglesia católica que confronta
la privatización de la tierra, fundamentalmente sus posesiones; una parte de
la élite que asume un sentido de romanticismo en relación con la naturaleza;
la población rural con una construcción mágico religiosa donde se daba a la
tierra un carácter de protector espiritual; los pueblos indígenas vinculados con
la agricultura emprendieron luchas por mantener la propiedad colectiva de la
tierra, que se tenía desde la colonia; por último en lo referente a las comunidades
afrocolombianas, éstas adquieren un carácter de sujetos de derecho y dejan de ser
parte de la naturaleza.
106
El impacto sobre los habitantes rurales fue relevante, se hicieron sujetos del
desarrollo y fueron abandonados progresivamente las concepciones míticas sobre
la naturaleza para incorporar una creciente idea de modernización y desarrollo
de la misma. Surge un debilitamiento de la propuesta indígena que se mira como
un rezago del pasado que debe modernizarse e incorporarse progresivamente
al mercado y su racionalidad. Las comunidades afro presentan una resistencia
creciente al proceso de desarrollo a partir de afianzar una idea de vida que no
está relacionada con los proyectos de modernización y vinculación creciente al
mercado y su racionalidad.
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En este proceso no han estado ajenos los aportes académicos de extranjeros como
Ernesto Guhl, científico alemán radicado en Colombia desde los años treinta; su
trabajo en la Universidad Nacional contribuyó al conocimiento de la geografía
y la ecología colombiana; Thomas Van der Hammen, quien desarrolló y adaptó
metodologías para el estudio de la historia y la dinámica de los ecosistemas
de una amplia zona geográfica que va desde la Sierra Nevada de Santa Marta
hasta la Amazonía, pasando por nuestras tres cordilleras, los Valles Interandinos
y los Llanos Orientales; y por último Gerardo Reichel-Dolmatoff quien como
antropólogo buscó entender las culturas indígenas americanas en el contexto de
los ambientes naturales en un intento de relacionar la diversidad cultural con la
diversidad biológica (Rodríguez 1998).
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[...] aquella zona que el gobierno nacional, por medio del Ministerios
de Agricultura, previo concepto favorable de la Academia Colombiana
de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, delimite y reserve de manera
especial, por medio de decretos en las distintas zonas del país y en sus
distritos pisos térmicos, en las cuales quedará prohibida la adjudicación de
baldíos, las ventas de tierras, la caza, la pesca, y toda actividad industrial,
ganadera o agrícola, distinta a la del turismo o aquellas que el gobierno
considere convenientes para la conservación o embellecimiento de la
zona. (Rummenhoelle 1995; 67)
111
112
Las cuestiones del territorio y el orden que éste deba tener han evolucionado al
igual que múltiples procesos en la historia de la humanidad, incorporando a su
paso nuevos elementos que día a día configuran la complejidad de un tema que
a pesar de grandes debates no ha podido ser abordado en todas sus dimensiones.
Una de estas dimensiones está contenida en la región, de la cual hoy existen
interesantes planteamientos teóricos y valiosas experiencias.
113
El segundo referente corresponde a María Teresa Uribe, para quien las regiones son:
114
social. En otras palabras construir una visión más sistémica del Ordenamiento
Territorial, exige ir más allá de lo señalado en el texto constitucional.
El tercer concepto entiende el espacio como una realidad objetiva dejando por
fuera las concepciones y construcciones anteriores, se recurre fundamentalmente
a la ciencia para su valoración, así lo confirma el estudio referido en la definición
de ecosistema al plantear que: “Hoy en día estamos mejor equipados para analizar
nuestros Sistemas de Parques Nacionales gracias a las herramientas tecnológicas
y conceptuales provistas por la biología de la conservación y los sistemas de
información geográficos (Arango et al 2003:8)”. Aun cuando en la práctica este
esquema es asumido por el Sistema Nacional de Parques su construcción está
referida al ámbito internacional toda vez que la presencia creciente de la WWF
en los esquemas de protección ambiental ha logrado hacer compatible el sistema
norteamericano de valoración de ecosistemas con el sistema de información
geográfico de Parques Nacionales.
La configuración regional que hoy tiene Colombia, desde los contextos político-
administrativo, puede cargar un lastre desde la misma construcción del territorio
heredada de España. Así como la consecuente disputa entre el centralismo y
el federalismo, que prácticamente marca todo el siglo XIX, el siglo XX y aún
hoy está presente en los debates en torno a la regionalización en Colombia.
Pero existe en la práctica un creciente peso de lo territorial-ambiental, que no se
muestra claramente ni en la Constitución Política de 1991 ni en las propuestas
de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, esta dinámica territorial se guía
por los patrones de la nueva división internacional de trabajo y consolida la
presencia creciente de intereses internacionales sobre el territorio que trata de
ser representado, marcado, señalado para la apropiación de la naturaleza allí
existente desde diseños globales.
El análisis de un caso particular como el del Macizo Colombiano deja claro que
los conflictos territoriales producto de la globalización del problema ambiental
son locales o regionales. El análisis debe partir, de un lado, de las modificaciones
115
116
Este problema llevó a las instituciones del Estado vinculadas con el medio ambiente
y con presencia en la región a formular una estrategia de actuación, dando origen
al Convenio Intercorporativo para el Macizo Colombiano. Desde el punto de
vista de eco-región estratégica, el convenio delimitó el Macizo colombiano de la
siguiente manera:
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Esta región se divide en dos partes: el núcleo del Macizo Colombiano, o sea, el
nacimiento de los cuatro grandes ríos que están entre Nariño, Huila y el Cauca,
y el resto se considera como área de influencia.1 Allí se encuentran los Parques
Nacionales Naturales de Puracé, Nevado del Huila, Las Hermosas, Los Guácharos
y dos santuarios de flora y fauna llamados Galeras y La Corota, ubicados en La
Laguna de la Cocha -Nariño-.
121
El Macizo como eco-región, que integra siete departamentos, constituye una región
supradepartamental que según la opinión del Ministerio del Medio Ambiente y las
Corporaciones Regionales Autónomas, podría facilitar la generación de mecanismos
de salida a los múltiples conflictos que se registran en esta rica e importante zona
del país. No podemos olvidar que el Ministerio del Medio Ambiente con el apoyo
de organismos internacionales definió cinco zonas estratégicas en el país, y la más
importante donde se suman todo tipo de conflictos es el Macizo Colombiano,
siendo este el motivo para buscar desde 1991 posibles soluciones.
2 Reúne diez personalidades, entre ellos, el Ministro del Medio Ambiente, quien lo preside,
el IDEAM, Cormagdalena, la Unidad Administrativa de Parques y las Corporaciones
Autónomas Regionales que tienen jurisdicción en el Macizo Colombiano.
3 Este equipo, dirigido desde Bogotá, maneja los equipos regionales y está integrado por un
coordinador, un profesional en el área biofísica, un profesional en el área social, apoyos
administrativos, jurídicos y contables.
4 En los comités participa la comunidad a través de las ONG, juntas de acción comunal,
cooperativas, fundaciones y las autoridades locales, que presentan sus conflictos ambientales.
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Esta propuesta recreó el imaginario de la región del Macizo colombiano como una
reserva ambiental a proteger, pero configuró una concertación social con otros
procesos en marcha en la zona. La participación que hizo la WWF no se limitó
al proyecto de Biomacizo, su accionar en el Chocó Biogeográfico y la Cuenca de
la Orinoquía, también caracterizadas como estratégicas en términos ambientales,
permitió valorar la importancia que esta entidad tiene en el tema ambiental para
el caso colombiano.
Sin lugar a dudas, el desarrollo del proyecto fue concertado con procesos sociales
organizativos, pues involucró, por lo menos a comunidades de las cuencas de
los ríos Cauca, Magdalena y Caquetá. En la interacción con otro proceso como
Promacizo articuló a organizaciones sociales que allí convergían, entre las que
se destacaron, el Cabildo Mayor Yanacona, el Cabildo ‘Papallaqta’, la asociación
campesina Asocampo y el Comité de Integración del Macizo Colombiano –
CIMA-. El proyecto Biomacizo también desarrolló acciones con el Convenio
Intercorporativo del Macizo Colombiano.
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5 Creado en 1991 por las organizaciones de ocho municipios del macizo (Almaguer, Bolívar,
La Sierra, Rosas, San Sebastián, Santa Rosa, Sotará y Timbío)
6 La información que se registra de las tres movilizaciones se encuentra en el informe final
de la Unidad Técnica de Apoyo para el seguimiento a acuerdos en el Departamento
del Cauca, adscrita al programa de desarrollo territorial del Departamento de Planeación
Nacional. Popayán mayo de 2002.
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Las comunidades campesinas pobres del macizo colombiano y del sur del Cauca
estuvieron representas en esta movilización, y se realiza en momentos en que
resurgen en el sur de Colombia las movilizaciones campesinas, pues se dan las
marchas de Caquetá, Putumayo, la Bota Caucana y Nariño. Estas marchas surgen
de movimientos campesinos que se forman para oponerse a las fumigaciones de
cultivos de coca y amapola y presentar, en su lugar, reivindicaciones sociales.
La organización que reportó mayores esfuerzos por hacer trabajo conjunto con
la comunidad indígena de los Yanaconas y la de mayor presencia en la región
se concentra en el municipio de la Vega y se denomina: Asocomunal de la Vega.
Aunque la Asamblea General de Asocomunal se reúne con poca frecuencia, existe
un mecanismo frecuente de consulta y decisión colectiva realizada a través de
Juntas Directivas ampliadas en las que participa un (1) representante por vereda
-generalmente docente- con la Junta Directiva.
126
El CIMA crea desde 1993 una estructura propia diferenciada de las organizaciones
municipales que en él participan. La estructura se apoya en FUNDECIMA, Fundación
Estrella Orográfica del Macizo Colombiano -órgano operativo del CIMA- que debe
encargarse de actividades y eventos, además de dar apoyo técnico a los procesos
de negociación y concertación con los diferentes niveles de gobierno y gestionar
los intereses del movimiento. Los voceros del CIMA constituyen el eje político del
movimiento, en tanto que FUNDECIMA es el componente técnico del mismo.
127
Tras los acuerdos pactados en 1996 se alcanzó una madurez individual de las
organizaciones y colectiva del movimiento, lo que aumentó su capacidad de
negociación política con el gobierno central, fueron claves factores como los altos
niveles de conceptualización acerca del proyecto político, el mayor conocimiento
de mecanismos de operación de diferentes programas y sectores estatales y la
generación de mayor tejido social. En este contexto es pertinente anotar que la
presencia de la insurgencia en la zona fue un argumento central del Estado y de
algunos medios de comunicación para estigmatizar a líderes del movimiento.
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Una valoración llevada a cabo en el año 2002 por las organizaciones sociales planteó
que el Estado había cumplido con un 20% de los compromisos adquiridos. Por su
parte el Estado argumentó que el cumplimiento era del 50% de sus obligaciones
para con los movilizados. En las dos partes, las evaluaciones resaltaron una
dificultad de las organizaciones movilizadas para la presentación de proyectos.
Solo FUNDECIMA es la organización que cuentan con una infraestructura para
realizar propuestas bajo los requerimientos de las instituciones estatales.
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en la región para desde allí impulsar de manera masiva las escuelas, pero
sus resultados pasaron a ser una opción asistencialista, cuando existió apoyo
monetario las escuelas agroambientales funcionaron, en la medida que el recurso
se agotó también lo hicieron varias de las experiencias, de esta lección quedó la
metodología la cual siguió teniendo importancia para múltiples experiencias que
afianzaron su convicción y desde la autogestión se convirtieron en una opción
para construir vida digna en el territorio. Tienen presencia en múltiples localidades
del macizo caucano y nariñense, allí las escuelas agroambientales se convierten
en espacios de trabajo político organizativo desde la defensa de la producción
campesina y la revitalización de sus prácticas.
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En ese mismo sentido, la valoración que hace Juan Manuel González (2001)
deja ver que las propuestas de desarrollo son adecuadas y contextualizadas por
campesinos e indígenas, quienes no son estáticos, pasivos o simples depositarios
de propuestas del Estado sin ninguna respuesta. Lo que sí es evidente en las
propuestas económicas y productivas que se formulan desde las comunidades es
que éstas son cada vez más acordes con un ideal de protección del medio ambiente,
mas puede preguntase: ¿hasta qué punto las propuestas son contradictorias con la
creciente mercantilización de la naturaleza? Todos de una manera u otra aceptan
que el mercado tiene una vocación para el desarrollo del proceso productivo, toda
vez que gran parte de los realizados en la práctica están vinculados con mercados
internacionales especialmente en lo concerniente a la importancia del café.
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Desde nuestra perspectiva, y siguiendo una línea crítica, estos recursos y todos
los que llegan asociados a la problemática ambiental -Familias Guardabosques,
Laboratorios de Paz, entre otros- representan una intervención directa del capital
internacional, lo cual termina por subsumir o debilitar los procesos organizativos
de las comunidades. En procura de acceder a los recursos que ofrecen estos
programas, algunas organizaciones sociales se han dedicado juiciosamente
a formular proyectos, aprender las técnicas y metodologías de cooperación
internacional, preparar sus líderes para lograr legitimar la organización en el ámbito
nacional y/o internacional, antes que seguir fortaleciendo el proceso organizativo
propio desde perspectivas políticas, culturales y ambientales que les permitan una
mayor solidez argumentativa para la consolidación de una propuesta territorial
amplia y coherente con los procesos culturales tradicionales de cada región.
139
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D Fábrica desplazada
Fábrica Global
Degradación ambiental Fajnzylbert, Fernando
Democracia Fals Borda, Orlando
Departamento Nacional de Planeación Flexibilización laboral
(DNP). Fondo Monetario Internacional
Dependencia (Teoría) Fordismo
Depresión económica Foucault, Michel
Desarrollo – Subdesarrollo Frontera
Desarrollo Sostenible Fuerza de trabajo
Desruralización del mundo Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Deuda Externa Colombia - FARC
Disciplinas Fundecima
División internacional del trabajo
Dollar, David. G
Durkheim, Émile.
García, Antonio
E García, José Luis
Genética
Ecología política Geografía
Economía Geopolítica
Economía cafetera Global
Economía Mundo Globalización
Eco-regiones Gnecco, Cristóbal
Ehlers, Freddy Gobierno Nacional
150
Goldin, Ian L
González, Andrés
González, Juan Manuel Laboratorio de Paz
Graff, William Lander, Edgardo
Gross, Christian Larach, María Angélica
Guardiola, Óscar Lauchlin Currie
Guerra fría Ley 99 de 1993
Guerras de independencia Lobato, Mirta.
Local
H Londoño, M. Francisco
Lugar
Hardt, Michael
Historia M
Historia Ambiental
Maciceño – maciceña
I Macizo Colombiano
Madrid, Javier
Ianni, Octavio Mano de Obra
Identidad Mapa
Imperialismo Ecológico Mariategui, José Carlos
Imperio Martener, Gonzalo
Índice Analítico Martínez Alier, Joan
Industrialización Marx, Karl
Innovación tecnológica Max Neef, Manfred
Integración económica Medios de comunicación
Intercambio desigual Menoga, Grabiel
Internacionalización económica Mercado autoregulado
Internet Metáfora territorial
Inversión extranjera Metonimia territorial
Islas, Octavio Migración
Minería
J Ministerio de Gobierno
Misak (Guambiano)
Jiménez, Margarita Misión Económica
Juntas de acción comunal Modernidad
Moderno - premoderno
K Moderno Sistema Mundo Capitalista
Moncayo, Edgard
Kalmanovitz, Salomón Movilización
Kaplan, Marcos Movimiento Comunal de la Vega
Kenneth Reinert Movimiento Comunal por Balboa
Korzybski, Alfred Movimientos antisistémicos
Kugman, Paul Movimientos sociales
151
Multinacionales Q
N Quijano, Aníbal
Nación R
Narcotráfico
Naturaleza Racial
Neoliberalismo Recursos Naturales
Reforma financiera
O Región
Religiosidad
O´Connor, James República señorial
Orden simbólico Rocchi, Fernando
Ordenamiento territorial Rodriguez Becerra, Manuel
Ortega Valcárcel, José Rummenhoeller, Klaus
Rural – urbano
P
S
Paisaje
Palacio, Germán Palacio Safford, Frank
Palacios, Marco Sagrado - profano
Papallaqta Salvaje – civilizado
Patentes Santos, Boaventura de Sousa.
Petras, James Sarasqueta, Antxón.
Pimbert, Michel Sarmiento Anzola, Libardo
Pino, Cristina Schaper, Marianne y Parada, Soledad
Plan Aurora Seguridad alimentaria
Plan Colombia Seguridad democrática
Plan de Desarrollo Agropecuario y Semántica del territorio
Ambiental del Macizo Colombiano, Semiproletario
-PLADAMSUR- Serje, Margarita
Plan Nacional de Desarrollo Sideri, Sandro
Población Silva. Iván
Pobreza Sistema Nacional Ambiental - SINA
Polanyi, Karl Sistema Nacional de Parques Naturales
Posfordismo Sistema Social
Posguerra Soberanía
Premoderno – moderno Sociedad Red
Producto Interno Bruto – PIB Subalterno
Profano y sagrado
Proletarios T
Promacizo
Pueblo Tecnologías
152
Tercer mundo V
Términos de intercambio
Territorialidad Vanden Berghe, Kristine
Territorialidad metafórica Ventaja competitiva
Territorialidad metonímica Virtualidad
Territorio
Terrorismo W
Tocancipá, Jairo
Trabajo Wallerstein, Inmanuel
Tradicional Westfalia (tratado de)
Transnacionales
Troncoso, Alfredo Y
U Yanaconas
UNESCO Z
Unidades Domesticas
Urbano – rural Zambrano, Fabio
Uribe Vélez, Alvaro
Uribe, María Teresa
153