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su significado: "los mitos son aquellas creencias erróneas que hemos adquirido cultural
y socialmente a lo largo de nuestra vida, que han sido transmitidas de generación en
generación y que validan las conductas violentas como una forma de resolver los
conflictos. Aquí compartimos con ustedes algunos de ellos, los cuales de seguro han escuchado
en más de una ocasión:
El AMOR NO DUELE
Mito: "LA ROPA SUCIA SE LAVA EN CASA" O "LOS PROBLEMAS DE PAREJA SE ARREGLAN
EN LA CASA O EN LA CAMA".
Realidad: Las anteriores son creencias que refuerzan la idea del aislamiento de quien es víctima
de maltrato.
"Bajo estos conceptos, los golpes y la violencia en general son problemas que se deben abordar
en forma privada, y respecto a los cuales nadie puede meterse, aun cuando hay un ley que penaliza
la violencia, y a pesar de que ésta es un delito", comenta la sicóloga, quien advierte que muchas
veces es el propio entorno familiar quien le dice a la mujer: "¿cómo te vas a ir si tú no tienes plata
y nunca has trabajado? Con esa actitud sólo se refuerza el aislamiento de la víctima.
CICLO NEFASTO
Mito: "Los niños/as no se dan cuenta de que su madre es golpeada, por lo cual no son afectado/as".
Realidad: Al menos en la mitad de los hogares en los que la madre es maltratada, también lo son
los niños/as. Pueden ser lastimados por la violencia en contra de su madre, a través de objetos
voladores, o mientras están en sus brazos. Aun cuando los niños/as sólo sean testigos de la
violencia contra la madre, las consecuencias para su salud y su supervivencia son graves.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Claudio Pérez- García subraya que estas ideas son transmitidas de generación en generación, y
son tan fuertes, que están arraigadas en el inconsciente colectivo de la población. Pasa lo mismo
con el estereotipo de lo femenino y masculino, donde el primero se iguala a debilidad,
vulnerabilidad y el segundo a fuerza y poder
Es importante reflexionar respecto a que, en ocasiones, las mujeres permanecen con una pareja
violenta porque creen que las alternativas que tienen son peores a su situación. Se convencen de
que las cosas no están tan mal y piensan que son ellas las que incitan a la violencia por no haberse
quedado calladas, se culpan y se censuran. Hay que destacar especialmente el síndrome de
indefensión aprendida, porque en la situación de malos tratos, éstos nunca vienen por un motivo
concreto. Al ver que no hay manera de evitar los malos tratos se quedan paralizadas, se
inmovilizan. Por eso desde fuera da la impresión de que la mujer no quiere remediar el problema.
"Cada vez que vemos a alguien discutiendo o vemos a una madre pegándole a su hijo, no somos
capaces de reaccionar. No logramos tipificar eso como un delito. Es lo mismo que ver a alguien
robando o asesinando a otro en la micro. Lamentablemente, esa misma interpretación hacen los
funcionarios policiales, y no intervienen hasta que la mujer ratifica la denuncia. Por lo mismo, no
debería ser necesario ratificar nada, la justicia debería actuar por el solo hecho haberse producido
el golpe", comenta la sicóloga Alejandra Escalona.
No sea indiferente
En síntesis, si usted ve a una persona maltratando a otra o violentando a un niño, denúnciela, de
lo contrario, es responsable por omisión. Y si usted es la víctima, no lo oculte, no se aísle, no lo
calle. El silencio es su peor enemigo. Si una puerta se cierra, una ventana se abrir.