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La información de los hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas y de la población que habita en ellos, se obtiene de
los Censos Nacionales de Población, Hogares y Viviendas efectuados por el INDEC. Se analizan, las condiciones de
privación que determinan la aparición de la NBI y se expone, en mapas cromáticos, la distribución de los hogares con
NBI a nivel provincial. El concepto de NBI está basado en el establecimiento de indicios mínimos de bienestar, según
niveles universalmente aceptados, los cuales deben ser alcanzados a partir de la cobertura de una suma de necesidades
básicas. Así, cuando los hogares que no pueden satisfacer tales necesidades, son categorizados con NBI. De acuerdo con
este enfoque, se define un concepto de pobreza estructural a partir de indicadores vinculados a condiciones
habitacionales, a la escolarización en el nivel primario de educación formal y a la inserción en el mercado laboral de los
integrantes del hogar, que están muy vinculados a la calidad de vida. Es importante señalar la dimensión que el factor
trabajo asume en este contexto conceptual dado su función como generador del poder adquisitivo que permite
mantener un determinado nivel de consumo. El trabajo constituye, una medida de la capacidad de subsistencia de la
población. De acuerdo con la metodología censal adoptada por el INDEC, se consideran hogares con NBI a aquellos que
presentan al menos una de las siguientes características:
- Vivienda (NBI 1): son vivienda que no estan destinadas a fines habitacionales, viviendas precarias o rancho.
- Carencias sanitarias (NBI 2): incluye a los hogares que no poseen retrete.
- Condiciones de Hacinamiento (NBI 3): es la relación entre la cantidad total de miembros del hogar y la cantidad de
habitaciones de uso exclusivo del hogar. Técnicamente se considera que existe hacinamiento cuando en el hogar hay
más de tres personas por cuarto.
- Inasistencia escolar (NBI 4): hogares que tienen al menos un niño en edad escolar (6 a 12 años) que no asiste a la
escuela.
- Capacidad de subsistencia (NBI 5): incluye a los hogares que tienen cuatro o más personas por miembro ocupado y
cuyo jefe no ha completado el tercer grado de escolaridad primaria.
Análisis de los resultados del Censo
Según se desprende de los datos provistos por el Censo de 2010, se registraron para ese año un porcentaje de hogares
con NBI del 9.1% del número total de hogares del país. Por su parte, en 2001, el Censo determinó la existencia del
14.3%. Un comportamiento análogo se observa al analizar la población que habita dichos hogares: en 2010 se
contabilizaron un 12,5% a nivel nacional de personas que no cubrían sus necesidades básicas; en tanto que en 2001,
esta proporción ascendía al 17.7%.
Al considerar las proporciones de hogares con NBI en cada provincia, se observa que el máximo nivel alcanzado
corresponde a la provincia de Formosa (19.7%) mientras que el valor mínimo fue para La Pampa que ostenta el 3.8%. Se
evidencia, a su vez, una marcada polarización regional, dado que las jurisdicciones del centro del país (CABA, Entre Ríos,
Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe) exhiben porcentajes inferiores al del total nacional (9.1%), en tanto que en
las provincias situadas al noreste y noroeste los porcentajes de NBI se ubican por encima del valor país. Las carencias
sanitarias (NBI 2) constituyen la tipología dominante en los hogares de varias de las provincias del norte del país. Los
registros más altos se presentan en Chaco (44,4%), Catamarca (43%), Formosa (42,3%) y Santiago del Estero, que exhibe
la máxima cifra con 53.2%. Cabe mencionar que la totalidad de las provincias de Cuyo, Noreste y Noroeste se
encuentran por encima de la media del país.
Al comparar los datos de los componentes del NBI a nivel nacional del 2010 respecto de los del 2001, se observa una
significativa disminución del NBI 5 (capacidad de subsistencia): -85,4% . Con dicha baja, este componente, que en el año
2001 era el más importante, perdió significación (en el año 2001 el NBI 5 estaba presente en aproximadamente un tercio
de los hogares con NBI, en tanto que en 2010 sólo lo estaba en un 7,3%). Estos resultados se encuentran claramente
ligados a la baja de los altos niveles de desocupación en el año 2001 y al incremento de los ingresos promedios de los
hogares en el período considerado como consecuencia de la instrumentación de las políticas macroeconómicas de
crecimiento económico y creación de empleo. También a nivel nacional se observaron reducciones en el NIB 4-Asistencia
escolar (-33,6%) debido a la mayor matriculación de los niños en edad escolar y en el NBI 1-Vivienda (-8,8%) lo cual
puede asociarse, en parte a las políticas públicas vinculadas con los planes de acceso a la vivienda o de refacción de las
mismas, principalmente focalizados en los sectores de menores ingresos. Por su parte, el NBI 3 (Hacinamiento)
permaneció prácticamente constante (se redujo un 0,1%), en tanto que el NBI 2 (Condiciones sanitarias) fue el único
indicador que registró un aumento (30,7%).
Incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos
En el segundo semestre de 2018 el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza es del 23,4%; estos
comprenden el 32,0% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 4,8% de hogares indigentes que incluyen
el 6,7% de las personas. Los indicadores mencionados registran una suba de la pobreza y la indigencia con respecto al
primer semestre de 2018 y también respecto de los consignados en el segundo semestre de 2017. Los resultados
provienen de la información de la Encuesta Permanente de Hogares y la valorización de la canasta básica alimentaria y
de la canasta básica total.