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como Organo
Endocrino
Tradicionalmente, el tejido adiposo fue visto como el sitio de almacenamiento de energía en forma de triacilglicéridos (TAG)
durante la alimentación y liberador de ácidos grasos durante el ayuno para proporcionar combustible a otros tejidos. Sin
embargo, hoy es evidente que tiene funciones fisiológicas importantes, secretando numerosas proteínas, la cuales participan en
la regulación autócrina y parácrina dentro del propio tejido y además tienen efectos en la función de órganos distantes, tales
como el músculo, páncreas, hígado y cerebro. Estas proteínas secretadas, las cuales fueron denominadas bajo el término común
de adipocitoquinas o adipocinas se hallan implicadas en:
Por lo tanto, se reconoce que el tejido adiposo, especialmente el visceral funciona como un órgano mayor endócrino. Estos
nuevos conocimientos tienen implicancias importantes para entender la relación fisiopatológica entre el exceso de grasa del
cuerpo y los estados patológicos, tales como la resistencia a la insulina y diabetes mellitus, solo por nombrar algunas.
El tejido adiposo está formado por células adiposas (adipocitos) y un componente estromático/vascular en el que residen los
preadipocitos. Los adipocitos, con un tamaño de 10 a 200 micras, son células redondeadas que contienen una vacuola lipídica
que representa el 95% del peso celular y que desplaza al resto de las organelas hacia la periferia. Existen dos tipos de tejido
adiposo, y por lo tanto dos tipos de adipocitos diferentes que los forman:
El tejido adiposo blanco, es el más abundante del organismo humano adulto y por lo tanto el mayor reservorio energético,
el cual, como ya se mencionara éste deposito se hace en forma de TAG, proveniente estos de los quilomicrones y VLDL
circulantes. Es en éste tejido adiposo blanco donde se pone de manifiesto como órgano productor de sustancias con acción
endócrina, parácrina y autócrina.
El tejido adiposo pardo es el encargado de la termogénesis, su color se debe por la gran cantidad de mitocondrias que
posee, las cuales expresan altas cantidades de UCP (uncoupling protein); proteínas desacoplantes que producen una
fosforilación oxidativa desacopladora, lo que produce disipación de energía en forma de calor.
En condiciones normales el 80% del tejido adiposo está localizado en el tejido celular subcutáneo (TCS o hipodermis),
mientras que el tejido adiposo visceral (TAV) representa menos del 20%. El TAV está constituido por adipocitos de un tamaño
más reducido, con menor capacidad de almacenamiento, más vascularizado, con una mayor inervación simpática y con gran
número de receptores 3-adrenérgicos, lo que facilita una mayor actividad metabólica.
En el aumento de la cantidad tejido adiposo se hallan implicado dos procesos; por una lado está el aumento de tamaño de los
adipocitos (hipertrofia) y por otro, el incremento en el número de adipocitos (hiperplasia), este último se realiza a partir de los
preadipocitos mesenquimáticos, lo cual supone un conjunto de pasos de diferenciación en el que participa una cascada de
factores de trascripción específicos, uno de los cuales es el receptor activador de la proliferación de los peroxisomas gamma.
Debido a la importancia de este tipo de receptor para el desarrollo del tejido adiposo se lo describirá en primer lugar, para
luego continuar con las distintas adipocitoquinas producidas por el tejido adiposo.
Los peroxisome proliferator-activated receptors (PPARs) constituyen una subfamilia de receptores nucleares que tras la unión
de su ligando funcionan como factores de trascripción. Estos receptores son activados por ácidos grasos poliinsaturados o
derivados de estos (ligandos fisiológicos) y tiazolidinedionas o fibratos (ligandos farmacológicos), donde el principal
mecanismo de activación involucrado es la fosforilación del PPAR. De esta manera, actuando como hormonas los ácidos
grasos activan receptores que gobiernan su propio metabolismo.
Estructuralmente, estos receptores están constituidos por unos 400 aminoácidos (aa), y al igual que los demás receptores de
esteroides tienen 5 o 6 regiones que conforman 4 dominios y cada uno de ellos tiene una determinada función:
Región aminoterminal (dominio A/B) de función activadora independiente del ligando.
Región de unión al DNA (dominio C) posee la típica estructura en dedos de zinc.
Región denominada bisagra (dominio D), une la región de unión al DNA con la de unión al ligando.
Región de unión al ligando (dominio E/F) de función activadora dependiente del ligando.
2) PPAR también llamado PPAR, este es ubicuo en cuanto a su localización, su ligando natural (ácido graso) aún no
ha sido determinado. De los 3 receptores de esta subfamilia este es el menos conocido, solo puede hacerse algunas
conclusiones del todo parciales de las acciones de éste tras su activación:
Inhibiría la proliferación de los queratinocitos. Se ha observado que la carencia del PPAR se asocia con una
proliferación aumentada de las células epiteliales, relacionándose con una mayor sensibilidad al cáncer de piel.
Esto, si es así, tendría importancia terapéutica, en desórdenes como la psoriasis y el cáncer, ya que podría
utilizarse para provocar una diferenciación selectiva e inhibir la proliferación celular.
PPAR: este se expresa primariamente en adipocitos, colonocitos (células del colon), macrófagos y células del
endotelio vascular. El ligando fisiológico de este receptor se desconoce, a pesar de que la prostaglandina J tiene una
alta afinidad. Las tiazolidinedionas son los fármacos que se unen con mayor afinidad al PPAR. Los efectos
promovidos por este receptor pueden resumirse de la siguiente manera: (ver Fig. 2)
Promueve la diferenciación celular, en
especial de adipocitos.
Codifica proteínas para la captación de Fig. 2
ácidos grasos y lipogénesis
Induce la síntesis de GLUT-4.
Induce la expresión de proteínas que
intervienen en la termogénesis.
Inhibe la secreción de óxido nítrico
sintetasa.
Reduce la secreción de la gelatinasa B
(conocida también como
metaloproteinasa-9 de matriz), lo que
disminuye el daño tisular.
Reduce la expresión de moléculas de
adhesión celular, sobre todo VCAM-1.
Regula la captación de LDL oxidadas.
Reduce la secreción de citoquinas del
monocito.
ADIPONECTINA
Estructura: es una proteína de 244 aminoácidos (aa), producto del gen apM1, el que está expresado en el tejido adiposo en
forma específica y muy abundante. Pertenece a la superfamilia del colágeno, tiene una estructura homóloga con los colágenos
VIII y X y con el factor de complemento C1a-like. En sangre se observan Regulación de la Síntesis de Adiponectina
la forma fAdiponectina o forma intacta y la gAdiponectina o globular.
Estimuladores Inhibidores
Concentraciones Altas
Síntesis: sintetizada por el adipocito del tejido visceral, inducida durante
normales de insulina concentraciones de
la diferenciación del mismo. Se ha demostrado que las variaciones a nivel
Sistema insulina
plasmático de adiponectina están influenciadas por el tejido adiposo
endocannabinoide Sistema
visceral más que por el tejido adiposo subcutáneo.
inactivado endocannabinoide
PPAR- activado, activado
Secreción:
tiazolidindionas TNF-a
Estimuladores: insulina, IGF-1(insulin growth factor 1),
Hiperactividad del
PPAR(peroxisome proliferator activated nuclear receptor y el
sistema simpático
LRH-1 (liver receptor homolog-1). Los dos últimos por activación de
la trascripción del gen de adiponectina.
Inhibidores: TNF-, resistina, leptina, glucocorticoides y ghrelina. Los dos últimos por inhibición de la expresión
genética.
Receptor y mecanismo de acción: Adiponectina actúa a través de 2 tipos de receptores denominados adipo R, los que se
hallan ampliamente distribuidos, incluso en cerebro. Adipo R1 muy abundante en músculo esquelético y adipo R2 expresado
mayormente en hígado. Ambos incrementan la fosforilación de la AMP-quinasa (AMPK), una enzima que tiene un rol en las
acciones que aumentan la sensibilidad a la insulina y es la responsable directa o indirecta de las acciones de la adiponectina. La
AMPK es un sensor de la energía intracelular, que es activada en forma fisiológica por la adiponectina y el ejercicio.
Fig. 3
ADIPONECTTINA
Aumenta
Insulinosensibilidad Disminuye
Aumenta oxidación flujo AGL
AGL Disminuye
Disminuye TAG Inflamación
Disminuye producion glucosa vascular
Disminuye TAG
Aumenta Insulinosensibilidad
Estructura: proteína de 114 aa y tiene una estructura similar a proteínas involucradas en procesos inflamatorios.
Síntesis: producida en el estroma vascular del tejido adiposo y monocitos principalmente, se la encuentra además en medula
ósea, células mononucleares periféricas, pulmón, placenta, células pancreáticas, hipotálamo, hipófisis, glándulas adrenales,
miocitos y bazo.
Secreción: está fuertemente controlada por condiciones nutricionales y hormonales. Se encuentran bajas concentraciones en
el ayuno y su nivel aumenta con la ingesta. La insulina
suprimiría el gen de expresión en adipocitos y la Regulación de la Resistina
hiperglucemia promovería la expresión del gen de la resistina. Factores estimuladores Factores inhibidores
El IGF (insulin-like growth factor) por ser estimulante del Catecolaminas Insulina
proceso de adipogénesis disminuye la expresión del gen de Hormona de crecimiento TNF-
resistina. Endotelina-1
Hormonas gonadales
Mecanismo de acción: aun no se conocen los mecanismos Hiperglucemia
de señalización. Dehidroepiandrosterona
Sexo masculino
Acción: se sugiere un rol de la resistina en los estados Citoquinas (IL-6)
inflamatorios. Se ha reportado una correlación positiva entre
resistina sérica y proteína C reactiva (PCR).
Tiene efectos antagónicos a la insulina. Reduce el transporte de glucosa dependiente de insulina al músculo esquelético y
al tejido adiposo, aumenta la producción hepática de glucosa y la glucemia en ayunas e inhibe la adipogénesis (mediadora
de la resistencia insulina).
Produce descenso de los niveles séricos de HDL.
A nivel vascular, reduce la vasorrelajación, disminuye la expresión de óxido nítrico. Promueve la proliferación y
activación de células musculares lisas y células endoteliales y estimula la expresión de moléculas de adhesión.
LEPTINA
Estructura: hormona de 146 aa, se produce a partir de un precursor de 167 aa, con una secuencia señal de 21 aminoácidos
que se separan antes de que la leptina pase a la sangre; es estructuralmente similar a la interleucina-1.
Síntesis y Secreción: es producida principalmente, pero no exclusivamente por el tejido adiposo (en proporción a la grasa
corporal). Nuevas evidencias demuestran que la placenta, el músculo esquelético y posiblemente el fundus gástrico son sitios
adicionales de síntesis. También puede ser secretada por células inmunocompetentes y endoteliales.
La secreción es pulsátil y esta modulada por diversas hormonas; entre quienes aumentan su producción se encuentran los
glucocorticoides, la insulina, interleucina-1 y factor de necrosis tumoral-; en tanto las que atenúan su expresión son la
testosterona y las hormonas tiroides.
Receptor: son denominados Ob R, pertenece a la familia de los receptores de citoquinas. La unión de la leptina al receptor
induce la dimerización del receptor.
Existen varias isoformas del receptor de leptina y se encuentran distribuidos por casi todos los tejidos:
Los receptores más largos (OB-Rb) predominan en hipotálamo y sus funciones consisten en mediar las acciones de la
leptina a nivel del SNC. Presentan dominios extracelular, transmembranal e intracelular, lo que indica una posible
función de transducción de la señal al interior de la célula.
Las formas cortas (OB-Ra, OBRc, OB-Rd y OB-Rf) se localizan además del hipotálamo en tejidos como el cerebro,
riñones, pulmones, tejido adiposo, hígado, páncreas, endotelio y corazón. Carecen de dominio intracelular y sus
funciones se han relacionado con el transporte, depuración de la leptina y con la regulación del sistema inmune, entre
otras.
El receptor más pequeño, la isoforma OB-Re, carece de dominio intracelular. Parece probable que este receptor, al ser
una forma soluble, esté relacionado con el transporte de leptina en plasma y a través de la barrera hematoencefálica.
Mecanismo de Acción: La activación del receptor produce la transducción de señal a través de la vía Janus kinasa (JAK) /y
el activador del camino de la trascripción (STAT), con activación del factor de transcripción nuclear c-fos. La leptina también
aumenta la actividad del fosfatidil inositol 3 quinasa (PI-3K) desencadenando señales que parecen ser importantes en la
modulación de los efectos de las leptina sobre la insulina. Se ha propuesto que también activa la vía de la Proteín-Kinasa A de
forma directa.
ADIPSINA
Proteasa sérica que no es más que el complemento D, enzima iniciadora y velocidad limitadora de la vía alternativa del
complemento, la cual es producida por el tejido adiposo. Se encuentra elevada en la obesidad con un sistema regulatorio
dependiente del incremento de la insulina y los glucocorticoides.
Es el resultado de la unión del residuo terminal de arginina del factor C-3a por las carboxipeptidasas. Como C-3a es un
producto final del complemento del cual el factor D forma parte, se le llama vía adipsin-ASP. Su función es la captación y
esterificación de los ácidos grasos hidrolizados de los triglicéridos por LPL-1 en el estado posprandial vía diacilglicerol
acyltransferasa. Aunque la adipsina está aumentada en el obeso, el producto ASP no sufre un aumento proporcional, lo que ha
llevado a pensar que ésta cumple un papel limitante en la velocidad de la reesterificación de ácidos grasos y del crecimiento del
adipocito. En forma general, hay una disminución de ASP, de la actividad de la diacilglicerol acyltransferasa, de la síntesis de
triglicéridos y de la esterificación, lo que lleva a un aumento de los AGL.
INTERLEUQUINAS (IL)
Las IL forman parte de la familia de las citoquinas. Son péptidos señalizadores, mediadores químicos, que se producen como
respuesta a la agresión de un tejido y causan respuesta inflamatoria.
IL-1: Tiene dos isoformas mayores biológicamente activas: IL-1, predominantemente unida a la membrana, y la IL-1 que
es la isoforma circulante secretada principalmente por linfocitos, macrófagos, células endoteliales y células del músculo liso
vascular.
Media la respuesta inflamatoria a través de la activación de monocitos y la expresión de moléculas de adhesión en las
células endoteliales, induciendo la secreción de otras citoquinas, quimioquinas y factores de crecimiento y estimulando la
proliferación del músculo liso. Proceso que sucede en la pared vascular durante la aterogénesis.
También induce la coagulación.
A nivel renal, aumentaría la permeabilidad vascular endotelial y provocaría proliferación de las células del mesangio y
síntesis de la matriz, así como anormalidades de la microcirculación intraglomerular.
IL-6: Es una citoquina proinflamatoria multifuncional. Regula la respuesta humoral y celular durante el proceso inflamatorio
y la injuria tisular. Es producida por macrófagos, linfocitos T, células del músculo liso vascular, células endoteliales y
adipocitos. El TNF- es capaz de aumentar su producción hasta 60 veces. En condiciones de reposo, el 15 al 35% de la IL-6
es derivado del tejido adiposo y la mayoría proviene del tejido adiposo visceral.
Disminuye la producción de LPL-1
Aumenta la secreción hepática de triglicéridos.
Es un mediador inflamatorio
Los TAG y los AGL son inductores de la expresión de su TNF. De manera local aumenta la expresión de los genes del PAI 1
y C3, además disminuye la expresión de adiponectina.
Es una proteasa de serina, que tiene como principal función la inhibición de la fibrinólisis. Su gen se localiza en el cromosoma
7. Es sintetizado por células endoteliales y hepatocitos; está presente en las plaquetas (90%) y en el plasma (10%) donde
circula en forma activa ligado a una proteína estabilizadora denominada vitronectina, su vida media es de 10 minutos El
compartimento sanguíneo más importante de PAI-1 lo constituyen las plaquetas y se libera por acción del colágeno y ADP.
Numerosas sustancias van a regular su síntesis a nivel endotelial: endotoxina, interleuquina 1, factor de necrosis tumoral,
trombina y diversos factores de crecimiento aumentan dicha síntesis, mientras que la insulina sería el principal regulador de la
síntesis de PAI-1 a nivel del hepatocito.
La obesidad constituye un serio problema de salud mundial, está vinculada estrechamente con las principales causas de
morbilidad (enfermedad), mortalidad y discapacidad. La insulinorresistencia es quizás su consecuencia más temible, ya que de
ella se derivan una serie de alteraciones metabólicas y endoteliales relacionadas con el desarrollo de la enfermedad vascular
coronaria, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, las dislipidemias y la enfermedad cerebrovascular.
Insulinorresistencia (IR) se define como la incapacidad genética o adquirida de los tejidos blanco (especialmente
hígado, tejido adiposo y músculo) de responder normalmente a la acción de la hormona circulante.
La alteración de la función de la insulina parece ser consecuencia de un estado de inflamación sistémica de bajo grado, la
clave de la IR se encuentra en la función del tejido adiposo, “agrandado e inflamado” como órgano secretor. Cuando el
adipocito normal se hipertrofia, aumenta la secreción de hormonas insulinoresistentes y reduce las insulinosensibles.
Esta IR se expresa por una disminución del transporte de glucosa y de su metabolismo en el músculo, tejido adiposo e hígado
como órganos principales. Estos defectos son el resultado de alteraciones en el sistema de señales de la insulina. El origen del
problema es múltiple: por una parte esta el incremento en la obesidad del TNFα, que distorsiona por sí mismo este sistema de
señales y que puede alterar la expresión genética del GLUT-4. El aumento de los AGL trastorna el sistema de señales de la
insulina y su transporte, al mismo tiempo, los AGL potencia la secreción de insulina estimulada por la glucosa a corto y largo
plazo, lo que contribuye a la hiperinsulinemia característica de los estados de resistencia (de los primeros estadios). Por otra
parte los AGL compiten con la glucosa como fuente de energía, por lo cual su aumento lleva a la hiperglucemia y esto a su vez
disminuye la captación de glucosa dependiente de la insulina, y es aquí donde interviene el mecanismo de toxicidad de la
glucosa estimulado por la elevación de los AGL. A partir de esto surgen 2 conceptos que son la glucotoxicidad y la
lipotoxicidad (ver Fig 4).
Se denomina glucotoxicidad a los efectos adversos producidos por la hiperglucemia crónica sobre las estructuras celulares y
sus funciones. Los niveles moderados y altos de glucosa mantenidos en el tiempo inducen IR y disminución progresiva de la
secreción de la hormona. Se han postulado tres mecanismos para explicar cómo la hiperglucemia produciría resistencia a la
insulina:
Disminución de la síntesis y actividad del transportador de glucosa 4 (GLUT 4) en el músculo.
En 1995 Unger introduce el concepto de lipotoxicidad, definiéndolo como una disminución de la secreción de insulina por el
aumento crónico de los AGL. Se postulan los siguientes mecanismos:
Menor actividad de los transportadores GLUT-2.
Cambios en las vías metabólicas normales de los lípidos.
La hipótesis es la siguiente: el aumento de los AGL debido a una lipólisis exacerbada y la inhibición de la Acetil-CoA
Carboxilasa (por los AGL) tiene como consecuencia una disminución del Malonil-CoA, lo cual lleva a la desinhibición de la
Acilcarnitina-Aciltransferasa 1(ACAT-I) por lo que se intensifica la oxidación de ácidos grasos con disminución de los
derivados Acil-CoA (metabolitos que estimulan la secreción de insulina), lo que se traduce en una menor liberación de
insulina.
Pero ya en 1963, Randle planteó la hipótesis de que el aumento de los AGL, productos de la degradación de TAG del tejido
adiposo producían IR y fue él quien dio a conocer el ciclo Glucosa-AGL, conocido como Ciclo de Randle. Por lo que el
aumento de AGL, eleva su captación y oxidación, usándose éstos como fuente de energía en los distintos tejidos en
competencia con la glucosa. Además, los AGL reducen la afinidad insulina-receptor, disminuyendo la acción de la insulina en
los tejidos insulinosensibles; favoreciendo así la IR. Se ha encontrado que a nivel de músculo se inhibe la captación y
oxidación de glucosa con la consiguiente disminución de la síntesis de glucógeno. En el hígado se produce gluconeogénesis
con mayor producción de glucosa. Como consecuencia de todo esto, habría elevación de los niveles de glucemia.
El tejido adiposo es imprescindible; el adipocito es la única célula capaz de tolerar los ácidos grasos tóxicos en su seno, y eso
siempre que los tenga aislados en la organela especifica la vacuola adiposa, pues de lo contrario sufre también lipotoxicidad.
El tejido adiposo sano no muestra signos inflamatorios en su seno. Se compone de adipocitos pequeños que son insulino
sensibles, producen sustancias benéficas y conservan suficiente capacidad de seguir captando ácidos grasos. Cuando la vacuola
adiposa es de tal tamaño que la célula no puede seguir captando lípidos ni logra reclutar preadipocitos que la auxilien va
dejando de emitir adiponectina, y libera la proteína quimioatractiva de monocitos (MCP) que convertidos en macrófagos tratan
de continuar limpiando de grasas a la circulación y el tejido adiposo comienza a producir en forma predominante
adipocitoquinas deletéreas, entre ellas el TNF- y la interleuquina 6. Esos adipocitos ya no responden a la insulina. Los lípidos
que no pueden ser tomados por el tejido adiposo se depositan fuera de él (esteatosis) lo que agrava la insulinoresistencia (teoría
de la inundación).
Transporte de Glucosa
Transporte de Glucosa Menor Actividad de GLUT-4
Menor Actividad de GLUT-4
Depósitos Lipólisis
TNF- AGL Elevada
IL-6 grasos
ELEVADOS
Leptina
Resistina
Adiponectina
Fig. 4
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