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Pa que se acabe la vaina

Nicolas Maldonado Mendoza


Lic. En educación física, recreación y deporte
Desarrollo humano: Enfoques y teoría
Grupo 7
2/09/2019

Todos conocemos esa inexplicable infelicidad, llamada violencia. Estamos todos de


acuerdo, o no tan de acuerdo cuando nombramos a Colombia como uno de los
primeros en esa lista. Que con tan solo mencionarlo, es capaz de llevarnos a pensar
en la misma, inmediatamente. Si supiéramos buscar culpables, empezaríamos
desde los españoles, hasta quien sabe si habrá o no final, para mencionarlos.
Obviamente, como todo tiene una historia, desde un comienzo, y quizá un final.
¿podremos actualmente modificar esos términos de nuestro país para el rededor
del mundo? acaso nos vemos en un país donde haya una paz plena.
Razonablemente, nuestra tierra y su historia nos ha perjudicado tanto, que a medida
que hay un progreso, no tanto a nivel político o social, pero si cultural dando así
nuevas ideas y perspectivas, sobre nosotros mismos siempre se retorna al dicho
comentario, Colombia es un país de violencia.
Hay muchas formas clásicas de describir tanto, con solo dar un vistazo al pasado,
hace mas de cinco siglos atrás. Lógicamente nos guiaremos a nuestros ancestros
y más allá de estos, al mismo descubrimiento de América. Aquí donde llega
Cristóbal Colon, empieza todos esos cambios de cultura, vida y especialmente
nuestra libertad. Si, estamos generalizando la idea de violencia para nuestro país y
obtener las deseadas conclusiones, que ya muchos sabemos y quizá no queremos
reconocerlo. Pero es ahí, donde con solo aclarar la idea de arrebato de propiedad,
de falta de conocimiento, donde comenzamos con sistemas biológicamente
violentos. Aquel momento que nos lleva al punto donde se enfrentaban criollos y
españoles, cuando usaban nuestras propias armas para abusar de nosotros
mismos, de lo que algún día fuimos. Somos tan capaces de creer que somos menos,
sin notar las bellezas naturales que obtenemos, la grandeza de nuestras diversas
culturas y la enfatización política, que no baja inmediatamente al pensar en lo que
hoy somos.
La palabra libertad algún día creímos verla grande e inalcanzable, pero hasta los
que no son nuestros, y se quisieron como nuestros, nos demostró que podemos
hacer una diferencia, es cuando inmediatamente recuerdo a nuestro libertador
Simón Bolívar. Recordando las épocas indescriptibles de fuerza y poder arrebatado,
donde accedemos, a perfeccionar los conflictos y dolor, donde este fue el comienzo.
Por fortuna, esto nos recuerda que abarcamos a la grandeza de que, si nos
ubicamos en grandes periodos de tiempo, y que aun nos reconocen como tal, por
no acogernos a la buena voluntad, de grandes héroes que tomaron cartas en el
asunto, haciéndonos “libres”. Pero fue entonces cuando Colombia tomo más
propósito sobre el tema, y llevo en ella el narcotráfico, y no solo esto llevándonos a
una terrorífica política, que ha de tenerse mas miedo, que los grupos armados que
atravesaron y tomaron fuerte posición en nuestra Colombia. Estaría de más el hecho
de nombrar a las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, entre otras como
el ELN. El hecho de que estén ahora entre nosotros no solo fue porque un día
quisieron destruir y ya, sino el comienzo de guerras relacionadas con los grupos
políticos conocidos en dicha época, como liberales y conservadores. Entonces
fuimos nosotros mismos que llevamos a esta tragedia, en donde llevamos y
buscamos culpables, que nos alertan con distintos hechos, reconociendo el hecho
de grandes cambios actualmente. Después dl gran conocimiento hacia Colombia
con un solo nombre, Pablo Emilio escobar Gaviria, quien estuvo bien posicionado
sobre nosotros, modificando con él, los procesos corruptos, y convirtiendo esto en
ilegales. Cuando también reestructuro a Colombia como el país pesado, donde se
conseguía la facilidad ilícita, como el pan caliente. Pero entonces, cambiamos de
estrategias de búsquedas, llevando buenas cartas de defensas, es aquí donde me
refiero a buenos políticos, grandes hombres, como lo fue Jorge Eliecer Gaitán, y su
grito encendido. Tantos hechos narrados tan perfectamente, por un lado, bueno de
nuestro país, como lo fue Gabriel García Márquez. Donde aquí Colombia recibe la
palabra paz por primera vez con tanta realidad, con tantos escritos de grandeza, y
un poco de calma. Obteniendo con ellas reconocimientos de nuestra escritura pura.
De tanta historia trágica que aun nos persigue bajo nuestros techos.
Así poco a poco fuimos construyendo buenas cartas, y conductas para Colombia.
Que no se permita el tildado único sobre violencia, sino de buenas practicas las
cuales merecen ser habladas.

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