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Seminario de Monterrey

Filosofía de la Educación
Nombre: Ángel Alberto Acosta Salazar
Síntesis
Si la sociedad del siglo XXI tuviera la delicadeza de preguntarse ¿Qué es lo que nos hace
verdaderos humanos? encauzaríamos una revolución en el pensamiento contemporáneo tal que,
cambiaríamos la concepción del hombre en el mundo definida y defendida por los antiguos, los
medievales y los humanistas del renacimiento.
Desde el extremo comunismo y el difundido individualismo, la conciencia humana quedó fríamente
relegada y el "que hacer" como lo es el trabajo y la búsqueda de la autonomía como forma de
escapar de la responsabilidad del mundo, domina nuestro espíritu.
Actualmente el hombre actúa casi por inercia según su propia verdad y pretende estar dentro de
los primeros como sea y cuanto más rápido mejor. Pareciera esto una carrera en la busqueda de
aceptacion y autosuficiencia humana, por lo que las palabras que salen de nuestra boca buscan
sólo la publicidad, el reconocimiento y la forma de desacreditar al otro. Apenas existe diálogo
fraterno y eso se evidencie incluso a la corta edad, desde la escuela. Paulo Freire en su libro
Pedagogía del oprimido y específicamente en su capítulo tres, hace referencia a esta cruda
realidad. El problema de la educación, dice, tiene su esencia en el diálogo. El diálogo es un
fenómeno humano que se expresa en la palabra cuyos elementos constitutivos son la acción y la
reflexión en donde la discriminación de uno de ellos nos lleva hacia los extremos: la palabrería
versus el activismo. Esta dicotomía genera formas inauténticas de existir y de pensar. El hombre
como ser existencial tiene la necesidad de pronunciarse en tanto que los sujetos pronunciantes
transforman la realidad, este acto de pronunciarse se hace acto en el ambiente social e implica el
encuentro de los hombres cuya finalidad es cambiar su propia realidad. Nadie puede negar este
acto puesto que los hombres adquieren significado de esta, de su existencia misma. Es a su vez
un acto de búsqueda de la verdad basada en el amor y no en la dominación de unos sobre otros
de lo que se infiere de que para que exista diálogo transformador debe haber humildad. Humildad
que permita a ver más allá de la autosuficiencia y observar a hombres en comunicación que buscan
saber más y por lo tanto, debemos de estar abiertos a la pronunciación de mundo del otro.
Tampoco hay diálogo en los hombres si no hay fe, es decir, una llamada a desear ser más. Si
erradicamos la fe en los hombres luego se transformará en una manipulación paternalista.
En la concepción bancaria de la educación no existen estos valores o si están presentes se observan
degradados y consumidos por los extremos. Si no existe la verdad, el amor, la humildad y la fe
los sujetos implicados en esta relación antidialógica no son tomados en cuenta, no existe en ellos
la palabra y la pronunciación del mundo queda fragmentada. Para rematar no existe diálogo
auténtico si no hay esperanza que mueve a los hombres hacia la perenne búsqueda de una
sociedad humanizada y justa; la esperanza me mueve hacia la lucha y sí luchó espero firmemente.
El sistema de educación que pretenda olvidar estas máximas está condenado a permanecer vacío
y estéril y a prolongar la burocracia y el fastidio. El pensar crítico que involucra la solidaridad de
los que se pronuncian como lo son los alumnos por ejemplo, busca romper con el eterno presente
normalizado y lanzarse hacia la temporalidad es decir, hacia el riesgo, así la relación concreta de
educador-educando que impone su programa previamente planificado rompe con el propósito de
la educación dialógica como práctica de libertad. Antes de programar debe preguntarse ¿Qué
pienso dialogar con los educandos? El contenido de la educación no es una imposición sino una
devolución organizada al pueblo de la que ellos han donado previamente elementos
desorganizados. Este se vuelve el papel del educador frente al educando: un acto dialéctico de
devolución que reorganiza lo donado por la comunidad educativa propia de un lugar y situación.
Estos datos donados por el pueblo están cargados de anhelos, de esperanzas es decir, el tema
significativo que la investigación pretende extraer teniendo presente su historicidad, su tema
generador.
La educación bancaria entendería por otro, lado la implementación de la concepción humanista
quienes presentarían un programa elaborado por ellos mismos con parámetros a realizar sin tener
en cuenta el tema significativo de la región específica. Sería la implementación, en resumidas
cuentas, de un tipo de paternalismo utópico que pretende transformar a los hombres y no con los
hombres en sí. Implementan así un sistema dominante y opresor mientras la conciencia de aquellos
seres pronunciantes queda dominada y temerosa de la libertad que esperan pero temen luchar por
alcanzarla.
Finalmente, si se quiere tomar al toro por los cuernos, el papel del educador es dialogar con el
educando sobre la visión del mundo y su propia visión o al menos para empezar a dialogar sobre
su mundo más accesible y próximo; este último comparará y, será el mismo y no el educador,
quién tomará conciencia de su tema significativo y pronunciará su nueva visión del mundo. Hasta
aquí, el diálogo no termina y se fortalece teniendo en cuenta aquellos valores mencionados
anteriormente y profundizados mediante la investigación del tema o temas significativos para los
educandos y no será hasta que, fortalecido el diálogo y su equilibrio de acción y reflexión, cuando
quede asentada la lucha hacia la libertad, que podría dar inicio, como iniciativa del educando, la
pronunciación de mundo una vez más ,para transformar su realidad.
Aplicación en clase
El diálogo en el salón de clases debe ser esencial no solo para el fortalecimiento de las relaciones
interpersonales sino en la búsqueda de transformar una realidad específica, sin importar su
extensión sino la comprensión de ella. Pero mas que la comprensión, el educador cuya ardua tarea
consiste en organizar los datos obtenidos de sus educandos relacionados entre sí, tratará de
motivar y dirigir la pronunciación del mundo de aquellos que estén dispuestos a liberarse de las
ataduras de la ignorancia. Así el dialogo es el puente de la relación no objetivas sino subjetivas.
Opinión personal
Este capítulo es una esencial herramienta de análisis en búsqueda de la transformación de la
realidad. En mi opinión en dialogo casi extinto en las relaciones interpersonales debe ser retomado
para motivar el desarrollo de una sociedad cada vez individualista. En realidad, el deseo humano
de estar mejor y sentirnos bien es natural, pero olvidamos al que está a nuestro lado. Quizás sin
querer, nuestras actitudes y acciones demuestras nuestro desarrollado egoísmo culturizado hasta
tal punto que “ni tu haces ni dejas hacer”, observas a tu semejante apenas despegando hacia su
desarrollo, y tu lo botas o los bloqueas frustrado su futuro. Aquí es, donde el dialogo entra en
juego; dos yo comparten su vida y se consideran un tu por lo que se establecen entre ellos un
nosotros.

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