(…) si bien la divulgación de la noticia en los medios de
comunicación y redes sociales se encuentra revestida de un claro interés público, por tratarse de un tema que atañe a la sociedad, pues se trata de la evasión de un privado de libertad, lo cierto es que las fotografías que la Sala observó en la red social "Presos pero no muertos" es una clara violación al derecho a la intimidad del amparado y a la dignidad humana. Sentencia 15522-17 Sobre el derecho de los familiares del difunto a que se le entregue el acta de defunción y el cuerpo del fallecido. Vale destacar, que fue un hecho público y notorio, que la huelga se mantendría en forma indefinida. En alusión a ello, la parte recurrida condicionó la entrega de los restos mortales que se encontraban en la Morgue Judicial, lo que ha provocado un doble sufrimiento a los tutelados, pues no sólo debían soportar el dolor por el fallecimiento de sus seres queridos en condiciones trágicas, sino la espera indeterminada para que se les proporcione el cuerpo y el contenido del acta de defunción, en la que se haga constar la causa de la muerte o el fallecimiento de la persona y sus causas. Ante dicha situación, igualmente se publicitó que las amparadas fueron objeto de un trato inhumano, debido al dolor, aflicción y angustia que les produjo el no poder disponer, dentro de un plazo razonable, de los cuerpos de sus seres queridos, ni practicar los rituales de duelo, ni darle sepultura digna. Precisamente, la autoridad recurrida desconoció los principios fundamentales de solidaridad, vida, salud, y dignidad, consagrados en la Constitución Política. La disposición de los cuerpos, es un asunto regido por normas de orden público, que protegen, en primer término, la moral individual y comunitaria, que exige una actitud de respeto y recogimiento frente a los muertos; y, en segundo lugar, la salubridad pública. En consonancia con lo primero, dada la situación de incertidumbre y de angustia que vivieron los familiares de las personas cuyos cuerpos permanecían en la Morgue Judicial, es lo que, desde la perspectiva constitucional, resulta contrario a los derechos fundamentales. Dicha actuación, como se ha dicho, vulneró los derechos fundamentales de los familiares amparados, quienes se vieron convertidos en víctimas del sistema, pues, sin razón legítima alguna, tuvieron que acudir -diariamente- a las instalaciones de la Morgue Judicial en San Joaquín de Flores, Heredia, a solicitar, sin éxito, la entrega de los cuerpos para su debido ritual. Lo anterior, según los hechos narrados, provocó mayor dolor y sufrimiento a las recurridas, lo que eventualmente les podría provocar enfermedades físicas o psíquicas. Aun cuando existe un régimen jurídico de prohibición absoluta de todas las formas de tortura y tratos crueles, tanto física como psicológica, respecto de esta última, se ha reconocido que las amenazas y el peligro real de someter a una persona a situaciones que, en determinadas circunstancias, provoque una angustia moral de tal grado, puede ser considerada “tortura psicológica”; por ende, un trato inhumano, un irrespeto a la dignidad humana y una amenaza a la salud. Sentencia 13786-17
los privados de libertad deben dormir en el suelo debido a
la carencia de camas individuales en el CAI de Pérez Zeledón. Al efecto, las autoridades accionadas no desmienten este hecho y por el contrario, indicaron en los informes rendidos bajo juramento que, efectivamente, algunos privados de libertad deben dormir en el piso, con colchonetas y cobijas proporcionadas por el mismo Sistema Penitenciario. En ese sentido, se logra confirmar lo acusado por la parte recurrente, por lo cual este Tribunal reitera la jurisprudencia parcialmente transcrita al considerar que la entrega de un colchón y una cobija a los privados de libertad no significa el cumplimiento cabal de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, pues estas señalan que deben contar con una cama individual. En virtud de lo expuesto, se declara con lugar el reclamo, con el fin de que se proporcione de una cama a todos los privados de libertad del CAI de Pérez Zeledón, pues admitir una conducta contraria, resulta lesiva de la dignidad e integridad de dicha población. Sentencia 11504-17
“las autoridades recurridas admiten que, actualmente,
existen altos índices de sobrepoblación carcelaria, incluso se reconoce una sobrepoblación general de 190 personas, lo que equivale a más de un 31% sobre su capacidad y constituye hacinamiento crítico. Cabe aclarar que no pasan inadvertidos para este Tribunal la complejidad del problema de la sobrepoblación penal, ni los esfuerzos de las autoridades recurridas por mitigarlo; sin embargo, lo cierto es que tales esfuerzos institucionales no desmienten el hecho de que, según los informes rendidos, existe hacinamiento crítico que en porcentaje sobrepasa ampliamente el máximo establecido por las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos y las recomendaciones del Comité Europeo para los Problemas Criminales, lo que permite colegir la lesión a los derechos de los privados de libertad. Un aspecto importante a tomar en consideración para la resolución del presente asunto, es que ya existe un plazo establecido para solventar el problema, por lo cual resulta razonable que en el caso concreto, las circunstancias generales que se alegan violentadas como consecuencia de la sobrepoblación, no varíen de inmediato; sin perjuicio, de que las autoridades recurridas, realicen mejoras progresivas en beneficio de los privados de libertad. Por lo anterior, estando vigente el plazo otorgado en sentencia Nº 2016-7562 de las 9:05 horas de 3 de junio de 2016, lo procedente es acoger el recurso y ordenar que se solvente el problema dentro del mismo”. Sentencia 8998-17
La Constitución Política, en su título IV, relativo a los
Derechos y Garantías Individuales y concretamente de la relación de los artículos 21, 24 y 33, tutela el respeto a la condición y dignidad del ser humano. Ello supone el reconocimiento de un ámbito irreductible, donde se garantiza el derecho a la vida, a la privacidad, a la igualdad, etc. La Convención Americana de Derechos Humanos, en su artículo 11 tutela el derecho al respeto de la honra y dignidad, dignidad que dimana de la condición de persona. Además, es obligación del Estado proteger a la persona contra las injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, familia, honra o reputación. Sentencia 8066-17
la Administración Penitenciaria se encuentra en la
obligación de velar por la seguridad, la integridad física y moral, la tranquilidad y la salud física y mental de los privados de libertad, de manera que se prohíbe el maltrato físico como práctica institucional. En el sub lite, este Tribunal estima que tales mandatos no fueron observados y, por ello, se acoge el asunto respecto a este reclamo. Además, la Sala cuenta con el dictamen médico legal antes señalado, el cual sí es contundente en afirmar que las lesiones descritas son compatibles de ser producidas según la fecha y el mecanismo narrado en la historia médico legal (privado de libertad transexual). Sentencia 1542-17
el amparado y otros detenidos, fueron reubicados en el
área de recepción de detenidos, que es, según se asegura, el mal llamado “bocho”, pero que no es una celda sino un área de contención que, incluso, reúne mejores condiciones transitorias que las mismas celdas, y donde bajo condiciones normales los privados de libertad se mantienen totalmente libres, pero debido a las circunstancias antes descritas, los custodios, como se indicó, a fin de garantizar la integridad física de los privados de libertad, optaron por mantenerlos esposados mientras se les reubicaba en otras celdas. A criterio de este Tribunal y concordancia con lo expuesto en los anteriores considerandos, lo descrito constituye un trato cruel y degradante contra el amparado, que indudablemente violentó su dignidad humana y es contrario a las garantías del manejo de los privados de libertad, pues el uso de esposas está permitido para casos excepcionales, que no incluye el apuntado, máxime que se trata de una persona menor de edad. Sentencia 10338- 15
“el amparado fue trasladado al Primer Circuito Judicial de
San José, con el fin de realizarle una entrevista en la oficina de Trabajo Social. Debido a que permaneció junto a otros privados de libertad con los que tenía problemas, durante su estancia en la Sección de Celdas del OIJ, aproximadamente entre las 09:00 horas y las 09:45 horas, se le mantuvo esposado sentado en una banca, con esposas en sus manos y tobillos, atado a la banca y a los barrotes de la celda, sin ninguna posibilidad de movimiento dentro de ese aposento. Lo anterior fue confirmado y rechazado por la Jueza Penal Juvenil de San José y la Defensora Pública Penal Juvenil, quienes se hicieron presentes al lugar. A criterio de este Tribunal, lo descrito constituye un trato cruel y degradante contra el amparado, que indudablemente violenta su dignidad humana y es contraria a las garantías del manejo de los privados de libertad”. Sentencia 10136-15 al no permitírsele a la tutela el cambiarse de vestimenta, se afectó su pudor, toda vez que se le expuso en una condición inapropiada frente a las personas que estaban realizando el allanamiento de la vivienda, lo que constituye un trato denigrante y, por ende, afectó su dignidad humana. Sentencia 9560-15
“el rasgo definitorio del ius puniendi en un régimen
democrático, frente a otras formas de organización política, reside en que el ejercicio punitivo supone una adecuación de las potestades legislativas a los principios, valores y derechos consagrados en el parámetro de legitimidad constitucional de tal forma que se aseguren los derechos fundamentales en el marco del respeto de la dignidad humana. La posibilidad de imponer sanciones y, en general, el diseño del sistema punitivo es una prerrogativa exclusivamente estatal. Hace parte de esa facultad definir cómo y bajo qué criterios se ejecutarán las sanciones penales impuestas por los jueces. En este sentido, habría que decir que en tanto se respeten las exigencias consustanciales a un Estado Constitucional y Democrático de Derecho, como los principios de dignidad humana, legalidad y proporcionalidad, el ejercicio de esa potestad soportará sin problema el test de constitucionalidad”. Sentencia 8465-15
“La duda de constitucionalidad del Juez consultante queda
disipada ante la evidente existencia de un bien jurídico tutelado protegida por esta norma, el cual es la persona humana, su dignidad y tranquilidad. La ubicación del artículo en la Sección Tercera del Título Primero de las Contravenciones contra las Personas brinda suficiente información a la persona juzgadora, así como a las personas imputadas, sobre qué clase de conducta y qué incidencia en el bien jurídico tutelado puede tener, como lo es la persona misma, su dignidad, la tranquilidad y la esfera de libertad, seguridad y blindaje contra las coacciones arbitrarias que garantiza, precisamente, el mismo artículo 28 constitucional con que el juez consultante pretende fundamentar la eventual inconstitucionalidad de la contravención aquí discutida. En el lenguaje común, amenazar consiste en anunciar a alguien un mal que depende de la voluntad de quien amenaza. El objetivo no es la ejecución del mal anunciado -que es eventual y no es necesario que se verifique para que exista una amenaza-, sino intimidar a una persona, causarle un dolor psíquico o emocional o coaccionarla (v. Sentencia número 2011017681)”. Sentencia 4773-15
“la Sala reconoce, como parte del Derecho de la
Constitución, lo que modernamente se ha denominado el derecho contra la “violencia obstétrica” como una forma de violencia de género y, en general, de violación a los derechos humanos. Como se ha señalado, aunque el concepto de violencia obstétrica es muy reciente, este hace referencia a un conjunto de prácticas que degrada, intimida y oprime a las mujeres y a las niñas en el ámbito de la atención en salud reproductiva y, de manera mucho más intensa, en el período del embarazo, parto y postparto. Ha sido establecido por el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (INSGENAR) de Argentina, así como por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), que entre los derechos habitualmente violados en la atención obstétrica, está el derecho a la integridad personal, que como se indica en el Artículo 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH), es el derecho que poseen todas las personas a que su integridad física, psíquica y moral sea respetada”. Sentencia 3354-15
“Con base en este criterio técnico, la Sala tiene por
acreditado que existe una amenaza demostrada a la salud y bienestar de los toros por utilizar en la actividad de marras, lo que a su vez vulnera los derechos a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, así como la dignidad. Como se indicó supra, la inclusión de los animales dentro del concepto de ambiente se hace con base en el papel que estos juegan en el desarrollo de la vida humana, que los hace merecedores de protección y un trato digno.” Sentencia 4620-12
La libertad personal es una libertad pública (libertad-
límite), un derecho fundamental, inseparable de la dignidad de la persona humana, básica para la efectividad de otras libertades públicas. Sentencia 1749-12
“… la Sala se ha referido a la protección especial que
merecen las personas con capacidad diferente de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 51 de la Constitución Política y lo señalado en la Ley número 7600, que existe una protección especial para que éstas puedan desenvolverse normalmente dentro de la sociedad en igualdad de condiciones y en resguardo del principio de dignidad humana…” Sentencia 15770-11
“para esta Sala los alcances del principio de reserva legal
deben ser entendidos en este caso, de la siguiente manera, la regulación del ejercicio de la libertad de experimentación clínica –libertad que involucran derechos tales como el derecho a la vida, la dignidad humana y el derecho a la salud- está reservada al legislador. Lo mismo respecto del derecho a disponer de su propio cuerpo para someterlo a experimentaciones científicas, la regulación de su ejercicio queda librada al legislador. En reiterada jurisprudencia constitucional se ha considerado que el régimen de los derechos y libertades fundamentales, es materia de reserva de la ley; por esta razón, un tema como la experimentación con seres humanos, que incluye derechos tan importantes y esenciales como la vida, la salud, la dignidad y la intimidad de los seres humanos, exige su regulación mediante una ley, no sólo porque se encuentra previsto dentro del sistema de libertad que garantiza el artículo 28 de la Constitución Política, sino que, además, se trata de un principio material que forma parte del régimen democrático, condición que le da un rango intrínsecamente fundamental (ver en este sentido, sentencias número 2002-01764 de las 14:37 horas del 20 de febrero del 2002 y número 2008-017305 de las 14:58 horas del 19 de noviembre del 2008, así como el voto 13.605-2009). El principio de reserva legal no sólo garantiza la libertad frente al resto de los ciudadanos, sino que constituye una garantía de control frente al poder público (ver voto 1635-90), que en el caso de la experimentación clínica con seres humanos, exige que su regulación, autorización, limitación y control, provenga de la cámara legislativa, que es a quien le corresponde proteger o intervenir los derechos fundamentales del ciudadano.”Sentencia 1668-10
Esta Sala ha desarrollado en múltiples ocasiones el
contenido de la libertad como derecho fundamental, inseparable de la dignidad de la persona humana, básica para la efectividad de otras libertades públicas y derechos. Por ello la detención se presenta como una excepción a la libertad, defendida por dos principios: a) La libertad debe ser siempre la regla general y la detención, la excepción; y, b) la presunción de inocencia, como efecto y consecuencia del valor fundamental de la libertad. Sentencia 17270-08
El principio de dignidad de la persona humana, valor
espiritual y moral inherente a la persona, que se manifiesta singularmente en la autodeterminación consciente y responsable de la propia vida y que lleva consigo la pretensión de respeto por parte de los demás. Estrechamente relacionado con el libre desarrollo de la personalidad y los derechos a la integridad física y moral, a la libertad de ideas y creencias, al honor, a la intimidad personal y familiar, y a la propia imagen; y que es universal, al no caber ninguna excepción ni discriminación, en tanto ha de permanecer inalterado, cualquiera que sea la situación en que la persona se encuentre -aplicable por igual a los procesados, condenados, absueltos, reo, y por supuesto, a los sujetos que únicamente hayan sido detenidos por las autoridades administrativas, sin que esa detención motive una causa penal en su contra-, constituyéndose de este modo, en un mínimo invulnerable que todo estatuto jurídico debe asegurar, de modo, sean unas u otras las limitaciones que se impongan en el disfrute de los derechos individuales, no conlleven menosprecio para la estima que, en cuanto ser humano, merece toda persona. Sentencias 9576-05, 5605- 06, 1389-07, 9112-07, 10285-08
Todo el derecho de los Derechos Humanos está fundado
sobre la idea de que éstos últimos, como inherentes a la dignidad intrínseca de la persona humana, para decirlo en términos de la Declaración Universal, son atributos del ser humano, de todo ser humano en cuanto tal, anteriores y superiores a toda autoridad, la cual, en consecuencia, no los crea, sino que los descubre, no los otorga sino que simplemente los reconoce, porque tiene que reconocerlos. De allí que solamente el ser humano, de carne y hueso, pueda ser el verdadero titular de esos derechos; determinado en el artículo 1.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Sentencias 972-90, 2665-94
Nuestro sistema constitucional ha elevado también a valor
jurídico fundamental la dignidad de la persona, que, sin perjuicio de los derechos que le son inherentes, se haya íntimamente vinculada con el libre desarrollo de su personalidad y los derechos a la integridad física y moral. Sentencias 972-90, 2665-94