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Moreno Cebrian, Alfredo” La fastuosa entrada del Virey Arzobispo Morcillo en

Potosí, 1716”,
El cuadro fue adquirido por el Estado español a Josefina Ramirez de Arellano y
Moyano en 1947. (180) La singularidad del cuadro radica en que no es la de un
virrey en Lima, sino en Potosí. (181)
“[los llegados por mar] aquella [travesía] que separaba Panamá del puerto de
Payta, para decidir si contnuaban embarcados hasta el Callao o si efectuaban
este ultimo tramo por tierra. Independientemente de la decisión que adoptasen,
enviaban un emisario a su antecesor, al Cabildo y a la Audiencia, para
comunicarles su fecha aproximada de arribo. Que sus llegadas fuesen
terrestres o marítimas condicionaba en buena medida su recibimientos, pues
en el segundo caso éstos se iniciaba en el puerto, mientras que en el primero
de los supuestos solían enviárseles emisiarios del Cabildo hasta la población
de Huarmey, allí donde se iniciaba el término jurisdiccional de Lima” (182) “el
embajador, que era un miembro distinguido de la familia o séquito del virrey,
quien se encargaba de anunciar la venida del nuevo designado, bien a quien
cesaba en ese cargo, bien a la Audiencia […] inmediatamente se trasladaba
este ilustre heraldo a la sede del Cabildo, en el que daba su embajada” (182).
[El texto citado: Bromley, Juan: “Recibimiento de Virreyes en Lima”, Revista
Histórica, Lima, Instituto Histórico del Perú, 1953, pp. 5-108]
“Las salvas de las piezas de artillería de la fortaleza del Callao eran el primer
aviso del avistamiento desde tierra del buque que transportaba al nuevo
mandatario” (182) Descansaba unos días en ese puerto, “donde solía
desplazarse el Virrey cesante para saludarle personalmente y, desde allí,
llegaba a Lima, trayecto en el que solía tardar dos jornadas” (182)
“A la ciudad entraba por la calle conocida como del Arco, en la que se situaba
precisamente el arco triunfa, en cuyos aledaños se construía un recinto cerrado
donde el Cabildo secular tomaba el juramento al recién llegado que se
comprometía a respetar los fueros dela ciudad, así como sus preeminencias,
honras y libertades. A veces, un segundo y tercer arco se situaban, costeados
por los gremios más poderosos, en las calles de Mercaderes y de la Merced”.
“Desde ese lugar, el recién llegado se trasladaba hacia el centro de la ciudad
en comitiva, cuya cabecera tocaba a las compañías de indios y españoles
seguidas, de acuerdo con un riguroso protocolo, por la compañía de
arcabuceros, por las compañías de caballo, por las representaciones de los
Colegios Real y San Martín, por el poderosísimo Tribunal del Consulado, por la
Universidad de San Marcos, por el Cabildo y por el Tribunal de Cuentas,
situándose inmediata al Virrey la representación de la Real Audiencia. Este,
bajo palio y en un caballo regalado para la ocasión, era la figura cumbre de tan
aparatoso desfile, en el que le acompañaban su antecesor o el Presidente de la
Audiencia… los alabarderos eran la compañía más cercana al ilustre
homenajeado, cerrando el desfile los caballeros pertenecientes a las Órdenes
Militares y una representación de la más ilustre nobleza de la ciudad,
acompañada de sus pajes” “El cortejo desembocaba en la Plaza Mayor, donde
el arzobispo, acompañado por su cabildo, lo recibía en el atrio de la catedral …
se oficiaba el tedeum. De allí pasaba el Virrey a su Palacio” (183)
A la noche había fuegos artificiales y los dos días siguientes, corridas de toros,
justas, juegos de cañas y de sortijas, etc.
“Desde el siglo XVII fueron recibidos los Virreyes días después, con parecida
magnificencia, en la Real Universidad de San Marcos, de la que era
Vicepatronos. En ocasión tan solemne, algún afamado catedrático pronunciaba
la llamada oración panegírica” ( 183)
Madrid había establecido que los gastos debían ser de 12 mil pesos pagaderos
por las arcas del Cabildo.
Morcillo: “este virrey se trasladó a Lima por tierra desde Charcas, de cuya
arquidiócesis era titular desde 1711, destacando en su itinerario Potosí, en la
que hizo su entrada en olor de multitud la tarde del sábado 25 de abril de 1716”
(184) de allí pasaría a Porco y bordeando el lago Poopó, por el camino real y
llegaría a Arica.
Melchor Pérez Holguín, nació en Cochabamba en 1660 y, luego de aprender el
oficio, se traslado a Potosí, en 1695 se casó con Micaela Castillo, con la que
tuvo dos hijos: Martín y Ventura, y enviudó en 1714. (184) es un mestizo, de
mediana altura, con arrugas y bigote lampiño, nariz aguileña, viste a la
europea. Pintor del barroco (andino) de influencia zurbaranesca. Un
antecedente dela obra es el cuadro “La procesión del Corpus” situado en Santa
Ana del Cuzco. El valor del cuadro de la entrada del virrey “es su magisterio
como documento de la sociedad potosina, y no solo potosina, sino también
virreinal”. (185) “lo que más nos ha llamado la atención ha sido la ritualización
de la entrada del virrey Morcillo en una ciudad ansiosa por ganarse la voluntad
de quien iba a regir desde su altisimo cargo limeño, aunque interinamente por
tiempo indefinido, los destinos del mayor emporio minero del mundo, que se
apresuró a enviarle dos embajadores para darle los parabienes, los caballeros
Diego Ibarburú y Juan Álvarez, que no repararon en gastos, queriendo
demostrar a todos las riquezas que pensaban derramar sobre el recién
nombrado” (185)
División del cuadro:
- Central: la caravana cuatro oidores platenses: Gregorio Nuñez, Baltasar
Salamanca y (185) Lerma, Francisco de Sagardia y Juan Bravo,
encabezada por el embajador del nombramiento: José Sarmiento de
Sotomayor. Los corregidores de Yotala, Pitantora y Porco, y el clero.
Fernando de Almanza (gob del Tucumán) jefe de la guardia del virrey.
Las milicias provinciales: Bernardo Fernández Ponce de León (alférez)
Silvestre de Briñas (general) Antonio Díaz Jordán ( maestre del campo).
El caballo era de chile, tenia herraduras de plata y en el fue morcillo
hasta la plaza mayor, con espuelas de oro y los alcaldes ordinarios
Francisco Gambarte y Pedro Navarro. Bajo palio está el virrey, el decano
del cabildo y el alférez. Convivencia de los ordenes dórico, jónico,
corintio y toscano (4 columnas salomónicas) y dos niños que
representan la Urbanidad y la Liberalidad (como las virtudes
representativas del Potosí). “Estos niños, según nos relata Arzans, ‘en
verso muy elegante’ aplaudieron en su parlamento la llegada del
Arzobispo, comparándolo con ‘un Moises y un Josué, gobernadores
perfectos’” ( 186). 7 cuadros de motivos clásicos: la caída de Icaro, Eros
y Anteros, Mercurio, La fábula de Endimión, El Coloso de Rodas, Apolo
y Dafne y Eneas huyendo de Troya con Anquises.
- Parte superior izquierda: la entrada en la Plaza Mayor el virrey “bajo
palio de varales de plata que posteriormente le sería regalado y él
aceptaría gustoso” (187)
- la “Mascara” o representación teatral: realce al alcalde mayor de minas
Andres de la Torre Montellano y dos mineros Domingo Serrano (Morcillo
le repuso la vara de veedor del Cerro) y Miguel de Umarán (188)
“Después del clarín aparecen la Fama, indiscutiblemente unida a Potosí,
que conducía a doce héroes, entre otros el emperador Carlos y el Cid,
situados delante de doce sibilas. Esta procesión continua con distintos
héroes otomanos y con algunos pertenecientes a la Casa de Austria,
seguidos por el rey de Etiopía; finalizaba con una cohorte de ninfas,
galanes y damas, ricamente vestidas, que daban paso a un carro triunfal
de músicos”. La representación de la Luna y el Sol y los emperadores
incas. (188)
-
El virrey se hospedó en la “casa de Quiroga”, del alcalde ordinario Francisco de
Gambete (heredada de su abuelo Antonio López de Quiroga) (188)

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