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ACTUACIONES DESDE JUSTICIA EN

CASOS DE MALTRATO A LA INFANCIA


Daniel Valpuesta Contreras3

1. MARCO LEGISLATIVO

Dentro de los principios rectores de la política social y econó-


mica, nuestra Constitución consagra el de la protección integral de los
hijos (artículo 39), añadiendo que «los niños gozarán de la protección
prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos».
Tal planteamiento viene a superar antiguas concepciones, remon-
tables hasta el Derecho Romano, en las que el menor no era considerado,
en algún aspecto, más que como mera propiedad de su progenitor o
representante legal, pasando a convertirse, no sólo en sujeto de Derecho,
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sino en destinatario de especial tutela por los poderes públicos.


Esa antigua visión se encontraba reflejada, por ejemplo, en nues-
tros sucesivos Códigos Penales, que privilegiaban, así el de 1973, inme-
diato precedente del actualmente vigente, las «lesiones causadas al hijo
por los padres excediéndose en su corrección».
Relacionado con lo anterior nuestro Código Civil, artículo 154,
recogía dentro del contenido de la patria potestad que «También podrán
los padres corregir a los menores razonable y moderadamente», lo que per-
mitía en muchas ocasiones amparar en la eximente de ejercicio de un
derecho verdaderas agresiones que hubieran merecido reproche penal.
Tal facultad paterna ha sido suprimida por la Ley 54/07 de Adopción

3 Ilmo. Sr. Delegado Fiscal de Menores de Protección de la Fiscalía de Sevilla.


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profesional</i>, J.M. BOSCH EDITOR, 2012. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/biblioumbsp/detail.action?docID=3209029.
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66 LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES, JOVENES Y GÉNERO
Daniel Valpuesta Contreras

Internacional de 28 de Diciembre que ha dado nueva redacción a di-


cho artículo que al respecto prescribe:… « La patria potestad se ejerce-
rá siempre en beneficio de los hijos de acuerdo con su personalidad y
con pleno respeto a su integridad física y psicológica «.
De acuerdo con todo ello, los malos tratos en el ámbito familiar
se incardinarían en los tipos comunes del delito de lesiones siempre
que requirieran para su sanidad de tratamiento médico o quirúrgi-
co, artículo 147 del Código Penal, con aplicación de la Agravante de
Parentesco del artículo 23 y, en el supuesto de que no lo precisaren,
podrían tipificarse como delito de Maltrato en el ámbito familiar del
artículo 153.
Señala la Exposición de Motivos de la referida Ley 54/07 que
«… Además de mejorar la redacción de estos preceptos, se da respuesta
de este modo a los requerimientos del Comité de Derechos del Niño,
que ha mostrado la preocupación por la posibilidad de que la facultad
que hasta ahora se reconoce a los padres y tutores pueda contravenir
el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 20 de
Noviembre de 1989«. Dicho artículo contempla «El derecho del niño a
vivir sin sufrir ningún tipo de violencia o maltrato y la obligación de los Esta-
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dos miembros de garantizar este derecho«. Por su parte el artículo 8.19 de


la Carta Europea de los Derechos del Niño dispone que «Los Estados
miembros deben otorgar protección especial a los niños y niñas víctimas de tor-
tura y malos tratos por parte de los miembros de su familia… debe asegurarse
la continuación de su educación y el tratamiento adecuado para su reinserción
social«.
Si a todo ello añadimos el principio del Superior Interés del
Menor y la frecuente aplicación del artículo 11 del Código Penal al
progenitor no agresor, por infringir con su omisión su posición de
garante, podríamos afirmar que no existen ya espacios de impunidad
para estas conductas en el ámbito familiar, lo que contrasta enorme-
mente con las cifras negras de estos delitos cuando se perpetran en el
ambiente doméstico e íntimo, lo que dificulta su persecución y exige
la atención constante de los profesionales que por razón de sus cargos
toman contacto con los menores (docentes, sanitarios, etc.).
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Capítulo 3

1.1. Posición de los Tribunales

Pese a la contundencia de la ley, lo cierto es que la proscripción


de toda violencia, aun mínima, en el seno familiar es contradictoria con
tradiciones y prácticas muy arraigadas, que de algún modo han sido
acogidas por las escasas resoluciones judiciales que se han dictado en el
corto periodo transcurrido desde la entrada en vigor de la Ley 54/07.
Por todas ellas, baste recordar lo consignado por la sentencia de
22-1-09 de la Audiencia Provincial de Jaén:
«… el derecho de corrección, que vemos ha sido suprimido
como tal derecho en el Código Civil, ni autoriza ni alcanza la utili-
zación del castigo físico, ahora bien, tal afirmación debe ser matizada en
atención al contexto en que nos encontremos, y así, ello no supondrá indefectible-
mente que en algunos supuestos de insignificancia de la acción como un cachete
o un simple azote o una simple bofetada sin intención alguna de producir un
menoscabo físico por su levedad y que no causen lesión, propinadas con intención
de corregir un comportamiento insolente, violento o agresivo por parte del hijo
menor que hagan proporcionada tal acción merezca reproche penal, justificán-
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dose la absolución en la impunidad del hecho por aplicación del principio de


intervención mínima…».
En este sentido es de lamentar la frecuencia con que es utilizada
la vía de la denuncia por supuestos malo tratos a menores en el contexto
de procesos de Divorcio o Modificación de Medidas, que persiguen fines
ajenos por completo a la preservación de la integridad física y psicológica
de los niños y los hace instrumento de la disputa entre sus progenitores.

1.2. Protocolo interinstitucional

 Ha sido elaborado por el Grupo de Trabajo sobre Maltrato In-


fantil del Observatorio de la Infancia y es complementario de los pro-
tocolos sectoriales de cada ámbito profesional y nos va a servir de mar-
co para afrontar la actuación profesional ante la sospecha de maltrato.
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68 LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES, JOVENES Y GÉNERO
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Objetivo
Consiste en mejorar la atención a los menores víctimas de maltra-
to para reducir la victimización primaria y secundaria que sufren durante
la intervención de la Instituciones responsables de su protección a través
de una actuación coordinada y eficaz de las instituciones competentes
que atienda los derechos y necesidades de los niños y niñas.

Principios
1º Superior interés del Menor.
2º Coordinación de los ámbitos educativo, sanitario, policial, social
y judicial.
3º Coherencia con los principios de actuación de cada ámbito im-
plicado.
4º Garantizar el cumplimiento de las garantías procesales de la víc-
tima y el acusado y las garantías de prueba.
5º Fomentar la igualdad y la equidad.
6º Incardinación en un programa más amplio de atención al Mal-
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trato Infantil.

Concepto
El protocolo define el maltrato infantil como la omisión o trato
negligente, no accidental, que priva al niño o a la niña de sus derechos
y bienestar, que amenaza o interfiere su ordenado desarrollo físico, psí-
quico o social y cuyos autores pueden ser personas, instituciones o la
propia sociedad. Fundamental es la distinción que se realiza entre mal-
trato familiar, a nuestro juicio el más peligroso y oculto, y extrafamiliar.

1.3. Maltrato familiar

El protocolo distingue entre sospecha, derivada de manifestacio-


nes de terceros y en la que existen dudas sobre los indicadores presen-
tes, y evidencia, en la que existen lesiones físicas o psicológicas o revela-
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Capítulo 3

ciones del niño, contrastadas o comunicadas por un familiar o por los


profesionales que lo atienden.
Es fundamental la distinción entre el maltrato leve o moderado,
considerado no urgente y en el que los indicadores se pueden abordar
educativamente en el entorno socio-familiar y en el que el menor
puede permanecer en la familia, y el maltrato grave, que requiere in-
tervención urgente y tiene indicadores físicos, psicológicos o sociales
de maltrato que ponen en peligro la integridad y bienestar del Menor,
siendo criterios de distinción de uno y otro la cronicidad, el acceso del
perpetrador al menor, la relación con el niño, la discapacidad, las características
de los padres y del entorno y si han existido anteriores peticiones de ayuda. La
distinción es importante por cuanto, mientras el maltrato leve o mode-
rado será abordado por los Servicios Sociales Municipales, el grave será
competencia de la Comunidad Autónoma, en la nuestra, el Servicio de
Protección de Menores
La valoración de la urgencia en la intervención ha de basarse
tanto en la gravedad por el tipo de lesión y el nivel de vulnerabilidad, como
en la probabilidad de repetición.
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Detección
Detectar es reconocer o identificar la existencia de una posible
situación de maltrato infantil.
A este respecto es de resaltar que el artículo 13 de la Ley Orgá-
nica 1/96 de Protección Jurídica del Menor dispone que «Toda persona
o autoridad y especialmente aquellos que por su profesión o función, detecten
una situación de riesgo o posible desamparo de un menor, lo comunicarán a la
autoridad o a sus agentes más próximos, sin perjuicio de prestarle el auxilio
inmediato que precise».
El protocolo señala la detección y la notificación como indiso-
lubles, siendo sus posibles fuentes tanto la población en general como
los servicios sociales, los educadores, el personal sanitario y la Policía.
Postula asimismo el protocolo la apertura de líneas telefónicas o webs,
actualmente en uso como el 112.
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Notificación
Se define como trasmitir o trasladar información sobre el su-
puesto caso de riesgo o maltrato.
La notificación debe realizarse a través de una hoja de notifica-
ción específica para cada uno de los ámbitos de aplicación. En el año
2001 el Observatorio de la Infancia publicó modelos de «Hojas de
Notificación de riesgo y maltrato infantil» desde los ámbitos de Servicios
Sociales, sanidad, educación y policía, y en la actualidad la mayoría de
las Comunidades Autónomas tienen en funcionamiento hojas de noti-
ficación de características similares.
Las hojas de notificación pueden ir acompañadas o precedidas
de otros cauces de información y su uso promueve la coordinación
interinstitucional, la recogida sistemática de información y aumenta la
eficacia en la toma de decisiones.
Tales hojas deben dirigirse:
1. Una copia para el expediente del menor del ámbito específico
de que se trate.
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2. Otra para la intervención, dirigida a los servicios sociales muni-


cipales en el procedimiento de actuación ordinario y a la entidad
competente en materia de protección de menores en el procedi-
miento de actuación urgente.
3. Otra para el centro de registro de datos de maltrato infantil de la
Comunidad Autónoma.
El proceso ordinario de notificación, cualquiera que sea la vía
de detección (ámbito sanitario, educativo o policial) es la puesta en
conocimiento de los Servicios Sociales Municipales, a los que se atri-
buye capacidad para valorar inicialmente estos casos y decidir la vía de
intervención.
El proceso de notificación urgente tendrá lugar cuando existe la
sospecha o certeza razonable de que la salud o seguridad del menor se
encuentra o pudiera encontrarse seria y directamente amenazada y no
hay figura familiar o de apego que pudiera hacerse cargo del menor.
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Capítulo 3

En estos casos y cualquiera que sea el ámbito de detección, la notifica-


ción debe hacerse directamente al Servicio de Protección de Menores,
dependiente de la Comunidad Autónoma.

Particularidades por ámbitos


En el ámbito educativo, si se trata de un maltrato extra familiar, de-
berá informarse a los padres o tutores que deberán decidir las acciones
a tomar.
Si es intra familiar deberá rellenarse por el equipo directivo y
el de orientación la hoja de notificación, que deberá remitirse bien
directamente, bien a través de la Delegación Provincial de Educación,
a los Servicios Sociales Municipales, que lo comunicarán, si se trata de
maltrato grave, al Servicio de Protección de Menores y la Fiscalía.
En el ámbito sanitario, el médico o enfermera que tenga sospecha
o evidencia de un caso de maltrato infantil deberá rellenar la hoja de
notificación y, conjuntamente con el trabajador social del centro sani-
tario, enviarlo a los Servicios Sociales Municipales, así como realizar el
parte de denuncia al Juzgado de guardia o Fiscalía.
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En caso de considerar que existe peligro para la integridad del menor se


deberá mantener el ingreso en centro hospitalario a la espera de que llegue la
Policía para su traslado a un centro de protección de menores.
En el ámbito policial, debe recordarse que la Instrucción 11/07 de
12 de Septiembre establece que »A los solos efectos de actuación policial, se
entiende que un menor está en aparente situación de riesgo cuando al ser de-
tectado o tener conocimiento los agentes de policía existen indicios racionales de
peligro, inminente o no, a su integridad física, psíquica o moral, debiendo valorar
su edad, estado y las circunstancias de su entorno en los casos de absentismo
escolar, posible fuga domiciliaria, consumo de alcohol o estupefacientes, mendi-
cidad voluntaria u obligada, vagabundeo y otras situaciones de desvalimiento».

Para esos casos,


1) Se le prestará asistencia inmediata y se averiguarán las causas.
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2) Se dará cuenta inmediata al Fiscal y al servicio competente en


materia de protección de menores, haciéndoles entrega del me-
nor en los casos en que así lo disponga el Fiscal.
3) Se localizará a los padres, tutores o guardadores, haciéndoles en-
trega documentada del menor.
4) Los traslados y entregas documentadas serán ordenadas por el
Fiscal o por el Juez.
La Instrucción referida señala asimismo que a «los solos efectos
de actuación policial, se entiende que un menor está en aparente situa-
ción de desamparo o desprotección cuando al ser detectado o entrar en
contacto con los agentes de policía carece de la presencia inmediata o
de la posterior referencia de un adulto responsable en calidad de ejer-
ciente de la patria potestad, tutela, custodia, guarda legal o de hecho,
debiendo dirigirse la intervención a poner fin a dicha situación, para
lo cual:
1) Se tratará de localizar a familiares u otras personas que pue-
dan hacerse cargo, transitoria o definitivamente, del menor no
acompañado, atendidas las circunstancias del caso.
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2) Se dará cuenta al servicio competente en materia de protección de


menores, haciéndoles entrega del menor en los casos en que proceda.
3) De ser necesario, y en colaboración con el servicio competente,
se realizarán gestiones para la localización de los padres, familia-
res o personas relacionadas con el menor.
En el ámbito social, si los servicios sociales municipales tienen conoci-
miento de un maltrato grave en las familias con las que trabajan lo comu-
nicarán a la Dirección General del Menor u organismo correspondiente
de la Comunidad Autónoma para que tome las medidas oportunas.
Tal notificación deberá hacerse por escrito y por fax de acuerdo
con lo establecido en los protocolos de notificación de cada Comuni-
dad Autónoma.
En el caso de que la urgencia o gravedad del caso lo requieran,
también pueden presentar directamente el parte de denuncia por es-
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crito y por fax de forma inmediata, además del aviso telefónico en un


plazo máximo de 24 horas en el Juzgado de guardia, Fiscalía o servi-
cios especializados de atención a la mujer y a los menores que existen
dentro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que a su
vez enviarán copia a los servicios correspondientes de la Comunidad
Autónoma.
En caso de ser necesario serán las Fuerzas y Cuerpos de Se-
guridad los encargados de trasladar al menor a los servicios sanitarios
oportunos, cuerpos especializados o Juzgados.
Evaluación, intervención y seguimiento
Si el maltrato detectado puede ser indicador de una situación de
desprotección, los servicios sociales municipales en los procedimientos
ordinarios, o el servicio especializado en los de urgencia, deberán rea-
lizar una evaluación del caso, de forma coordinada con los Equipos de
Orientación Escolar, la Policía Local y los Equipos de Salud Mental,
recogiendo toda la información disponible y con análisis interdiscipli-
nar del caso y apoyo de los servicios sociales especializados.
Si no se constata el maltrato ni existen otros factores de riesgo, el
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caso se archiva, comunicándose a la persona o institución que notificó


el caso los motivos de cierre del mismo.
Si no se constata el maltrato pero sí existen otros factores de
riesgo, se adoptará la medida de protección que más convenga, de for-
ma coordinada con los equipos y departamentos de orientación y el
pediatra de atención primaria.
En el caso de constatarse un maltrato leve o moderado
1) En el ámbito social, tratándose de maltrato extrafamiliar los servi-
cios sociales municipales informarán a los padres o tutores sobre
el mismo, ofreciéndoles información sobre los recursos a su dis-
posición, siendo dichos representantes legales los responsables de
decidir las acciones a emprender.
Si es intra familiar, los servicios sociales desarrollarán un plan de
intervención conjuntamente con el centro escolar y el centro de
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salud, en el que se decidirán las medidas necesarias en cada caso


y se realizará el seguimiento del mismo.
Coordinarán el seguimiento del caso con el centro escolar y el
centro de salud, elaborando un informe a protección de infan-
cia y de seguimiento del caso, según lo que establezca el plan de
intervención, con un mínimo semestral.
Notificarán a protección de infancia, para que lo incluya en el
Registro de casos, aunque el plan de intervención se vaya a desa-
rrollar y coordinar desde los servicios sociales municipales en los
casos en los que la evaluación resulte dudosa sobre la existencia
de maltrato o no.
2) En el ámbito educativo, si es extrafamiliar, el centro escolar ofrecerá
su apoyo a los padres o tutores e informará a los mismos de los
recursos disponibles para la atención de las necesidades del niño.
Si es intrafamiliar, el centro escolar colaborará con los servicios
sociales en la intervención del caso con las tareas que se acuer-
den en el plan de intervención diseñado por los servicios socia-
les en coordinación con el centro de salud y el centro educativo.
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El equipo de orientación y directivo recibirán toda la informa-


ción pertinente sobre el caso de servicios sociales, que trasladará
dicha información con toda la cautela requerida, asimismo re-
cabará la información necesaria y realizará un informe de segui-
miento del niño que será remitido a la Dirección o Delegación
Provincial de Educación y a los servicios sociales municipales en
plazo máximo de seis meses.
3) En el ámbito sanitario, si es extrafamiliar, los padres o tutores in-
formarán de lo sucedido al pediatra de atención primaria para el
apoyo y seguimiento del menor si lo consideran oportuno.
Si es intrafamiliar, los servicios sociales contactarán con el pe-
diatra que lleve al niño, a quien se proporcionará toda la infor-
mación pertinente, tanto si ha sido dicho profesional el que ha
notificado el caso como si no.
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Capítulo 3

El pediatra realizará un informe de seguimiento a los servicios


sociales en plazo máximo de seis meses.
4) En el ámbito policial, el cuerpo policial competente participará en
el programa de intervención coordinado por servicios sociales
municipales si estos lo solicitan.
En caso de constatarse un maltrato infantil grave.
1) En el ámbito social, si es extrafamiliar los servicios sociales, la policía
o las oficinas de asistencia a la víctima informarán a los padres
o tutores y les ofrecerán todos los recursos disponibles para la
atención del menor así como sobre la forma de denuncia.
En caso de maltrato intrafamiliar, el Servicio de Protección de
Menores tomará la medida de protección correspondiente y
pondrá los hechos en conocimiento del Fiscal o en su caso del
Juzgado de Instrucción de Guardia. Si se incoa procedimiento
penal, la Entidad Pública enviará un informe de evaluación de
la situación del menor y el plan de intervención que se ha desa-
rrollado para atenderlo y garantizará el tratamiento terapéutico
a aquellas víctimas de maltrato que están sujetas a una medi-
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da de protección que lo necesiten, promoviendo una unidad


específica de evaluación y tratamiento de víctimas de maltrato
infantil, coordinará el seguimiento del caso junto con servicios
sociales municipales, con salud mental en caso necesario, con
el centro escolar y con el pediatra correspondiente, elaborando
un informe de seguimiento del caso en el plazo máximo de seis
meses, que se enviará a Fiscalía de Menores en caso de haberse
declarado el desamparo. Asimismo coordinará el registro general
estadístico de casos de maltrato infantil intrafamiliar.
2) En el ámbito educativo, será la Delegación Provincial de Educa-
ción quien se ratificará Ante el juez del contenido de la denun-
cia y hoja de notificación. Se considerará a los niños víctimas de
maltrato como alumnos con necesidad específica de apoyo edu-
cativo, previo informe y dictamen del orientador y se respetará
la privacidad de los casos.
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El centro colaborará con los servicios de protección en la in-


tervención con las tareas que se le asignen en el plan de inter-
vención elaborado por los servicios sociales, el equipo de orien-
tación recibirá toda la información pertinente sobre el caso y
recabará toda la información necesaria, realizando un informe
de seguimiento que será remitido a la Delegación Provincial y
a los servicios de protección de menores en un plazo máximo
de seis meses.
3) En el ámbito sanitario, en caso necesario el pediatra se ratificará
ante el Juez de Instrucción y el examen médico se realizará por
el médico forense o por otro facultativo designado por el juez.
Si se trata de maltrato intrafamiliar los servicios de protección con-
tactarán con el pediatra de atención primaria que lleve al niño,
al que se proporcionará toda la información pertinente y éste
realizará un seguimiento de la situación del niño que remitirá al
servicio de protección en plazo máximo de seis meses.
4) En el ámbito policial, se realizará la investigación e informe sobre
el caso, se tomarán declaraciones a testigos y se recogerá toda la
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información que soliciten los juzgados o el fiscal. Cuando sea


necesaria la declaración del menor, la misma habrá de llevarse a
cabo por parte de los profesionales de las unidades especializadas.
En caso necesario trasladarán al menor al hospital correspon-
diente.
5) En el ámbito judicial, debemos distinguir dos fases;
En fase de Instrucción, el Juzgado dará prioridad a cualquier pro-
cedimiento relativo a maltrato infantil, ponderará la posibilidad
de adoptar medidas cautelares en protección de la víctima, en
particular la prohibición de aproximarse y comunicar con ella a
imponer a los imputados, pondrá los hechos en conocimiento
de la oficina de atención a la víctima para que auxilie, acompañe
y apoye desde el primer momento al menor y su familia, pondrá
los hechos en conocimiento de la Entidad Pública de Protección
de Menores, en caso de que el menor pudiera encontrarse en
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situación de riesgo o desamparo y recabará de la misma la infor-


mación de que disponga sobre dicho menor, adoptando en cada
caso la medida de protección que proceda, se evitarán duplici-
dades en la práctica de exámenes médicos y en caso necesario
el médico forense se trasladará al hospital que esté asistiendo al
menor, se valorará la posibilidad de que la declaración del menor
se practique en fase de instrucción como prueba preconstituida
(para evitar la necesidad de su reproducción en juicio oral) al
objeto de evitarle la victimización secundaria.
El Fiscal, por su parte, habrá de promover los mecanismos para
que el menor reciba la ayuda y asistencia efectiva. Promoverá la
total indemnización de los daños causados al menor, incluyendo
los psicológicos, fijando en su caso las bases para su inclusión
en sentencia en el caso de que continúe recibiendo tratamiento
médico o psicológico.
En fase de juicio oral, cuando el menor deba declarar en juicio
oral se informará a la oficina de atención a la víctima de la fecha
y hora del juicio, a fin de que preste auxilio, informe y en su
acaso acompañe al menor y su familia (tratándose de un menor
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tutelado será acompañado por un educador del centro), el jui-


cio en que declare un menor deberá señalarse en primer lugar
para evitarse esperas, se valorará la oportunidad de celebración a
puerta cerrada (a este respecto dispone el artículo 9 de la L. O.
1/96 de protección Jurídica del Menor que las comparecencias
judiciales del menor deben realizarse de forma adecuada a su
situación, a su desarrollo evolutivo y cuidando de preservar su
intimidad), el menor declarará de forma que se evite la confron-
tación visual con el inculpado utilizando cualquier medio técni-
co (incluyendo videoconferencia o sistema similar), se adoptarán
las medidas precisas para evitar que menor y acusado compartan
pasillos o salas de espera, se evitarán formalismos que puedan
perturbar al menor, utilizando un lenguaje adecuado a su nivel
de comprensión.

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LA VIOLENCIA FILIO-PATERNAL
&
LA VIOLENCIA DE LOS HIJOS A LOS PADRES
Actuaciones y programas.
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ACTUACIONES DESDE JUSTICIA CON
MENORES AGRESORES A LOS PADRES
Teresa Vidal Delgado4

Es curioso, pero durante mucho tiempo cuando se hablaba de vio-


lencia en el ámbito familiar parece que se centraba únicamente en lo que
hoy se conoce como violencia de genero, pero en los últimos tres años con
gran estupor presenciamos el incremento de lo que en menores llamamos
«maltrato familiar»: hijos que agreden verbal y físicamente a sus padres.
La tipificación penal se encuadra en dos artículos del Código penal.

Articulo 153
1. «El que por cualquier medio o procedimiento causare a otro me-
noscabo psíquico o una lesión no definidos como delito en este
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Código, o golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión,


cuando la ofendida sea o haya sido esposa, o mujer que esté o haya
estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin
convivencia, o persona especialmente vulnerable que conviva con
el autor, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un
año o de trabajos en beneficios de la comunidad de treinta y uno
a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia
y porte de armas de un año y un día a tres años, así como, cuando
el Juez o Tribunal lo estime adecuado al interés del menor o in-
capaz, inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela,
cúratela, guarda o acogimiento hasta cinco años»

4 Ilma. Sra. Fiscal coordinadora de ejecución de medidas en la Fiscalia de Meno-


res de Sevilla
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82 LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES, JOVENES Y GÉNERO
Teresa Vidal Delgado

2. Si la víctima del delito previsto en el apartado anterior fuere algu-


na de las personas a que se refiere el articulo 173.2, exceptuadas
las personas contempladas en el apartado anterior de este artículo,
el autor será castigado con la pena de prisión de tres meses a un
año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a
ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y
porte de armas de un año y un día a tres años, así como, cuando el
Juez o Tribunal lo estime adecuado al interés del menor o incapaz,
inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela, cúrate-
la, guarda o acogimiento de seis meses a tres años.
3. Las penas previstas en los apartados 1 y 2 se impondrán en su
mitad superior cuando el delito se perpetre en presencia de me-
nores, o utilizando armas, o tenga lugar en el domicilio común
o en el domicilio de la víctima, o se realice quebrantando una
pena de las contempladas en el articulo 48 o una medida caute-
lar o de seguridad de la misma naturaleza.
4. No obstante lo previsto en los apartados anteriores, el Juez o
Tribunal, razonándolo en sentencia, en atención a las circunstan-
cias personales del autor y las concurrentes en la realización del
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hecho, podrá imponer la pena inferior


Articulo 173
1. El que infligiera a otra persona un trato degradante, menosca-
bando gravemente su integridad moral, será castigado con la
pena de prisión de seis meses a dos años.
2. El que habitualmente ejerza violencia física o psíquica sobre
quien sea o haya sido su cónyuge o sobre persona que esté o
haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad
aun sin convivencia, o sobre los descendientes, ascendientes o
hermanos por naturaleza, adopción o afinidad, propios o del
cónyuge o conviviente, o sobre los menores o incapaces que
con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad, tutela,
cúratela, acogimiento o guarda de hecho del cónyuge o con-
viviente, o sobre persona amparada en cualquier otra relación
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ACTUACIONES DESDE JUSTICIA CON MENORES AGRESORES A LOS PADRES | 83
Capítulo 4

por la que se encuentre integrada en el núcleo de su convi-


vencia familiar, así como sobre las personas que por su especial
vulnerabilidad se encuentran sometidas a custodia o guarda en
centros públicos o privados, será castigado con la pena de pri-
sión de seis meses a tres años, privación del derecho a la tenen-
cia y porte de armas de dos a cinco años y, en su caso, cuando
el juez o tribunal lo estime adecuado al interés del menor o
incapaz, inhabilitación especial para el ejercicio de la patria
potestad, tutela, cúratela, guarda o acogimiento por tiempo de
uno a cinco años, sin perjuicio de las penas que pudieran co-
rresponder a los delitos o faltas en que se hubieran concretado
los actos de violencia física o psíquica.
Se impondrán las penas en su mitad superior cuando alguno
o algunos de los actos de violencia se perpetren en presencia
de menores, o utilizando armas, o tengan lugar en el domicilio
común o en el domicilio de la víctima, o se realicen quebrantan-
do una pena de las contempladas en el articulo 48 del Código
Penal, o una medida cautelar o de seguridad o prohibición de la
misma naturaleza.
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3. Para apreciar la habitualidad a que se refiere el apartado anterior,


se atenderá al número de actos de violencia que resulten acre-
ditados, así como a la proximidad temporal de los mismos, con
independencia de que dicha violencia se haya ejercido sobre la
misma o diferentes víctimas de las comprendidas en este artículo,
y de que los actos violentos hayan sido o no objeto de enjuicia-
miento en procesos anteriores.

Estos dos artículos fijan las penas a imponer, siempre que el au-
tor sea mayor de edad pero ¿qué pasa cuando el autor es menor ¿… ?.
Se aplican los mismos artículos pero en vez de penas hablamos de me-
didas y estas pueden oscilar desde un internamiento a una medida de
convivencia en grupo educativo u otra medida de medio abierto como
puede ser la libertad vigilada.El alejamiento con menores resulta difícil
porque el menor tiene que volver a su familia.
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84 LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES, JOVENES Y GÉNERO
Teresa Vidal Delgado

Vamos a ir analizando poco a poco las causas que llevan a los


menores a este maltrato y por supuesto vamos a intentar dar soluciones
a los problemas:
Es curioso como en los medios de comunicación se quiere poner cerco a la
violencia de genero y muy poco se hace con la violencia de los hijos a los padres
y es que la cuestión es difícil, es durísimo para unos padres el tener que acudir
a la Fiscalía de menores para no solo denunciar que han sido agredidos por sus
hijos sino para decir y es lo más duro que no pueden con ellos y que se ven
incapaces de educarlos y esto se da en todos los niveles sociales con inde-
pendencia del nivel formativo de la familia o de su nivel económico y
los padres. Los padres temen asumir que han fracasado en su tarea de
padres y además que con la denuncia pueden estigmatizar y a esto hay
que sumarle el miedo a que con la denuncia todo se empeore y que el
problema no tenga solución.
Las causas y las soluciones las enfoco desde mi perspectiva y mi
conocimiento directo de los problemas.
Causas que pueden llevar a la situación de maltrato
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Basado en mi experiencia personal y profesional:


• Déficit del sistema educativo
• Escaso o nulo control familiar.
• Perdida del principio de autoridad.
• Niños que a su vez han sufrido maltrato.
• Separación de lo progenitores
• Amistades.
• Permanecer los menores ociosos.
• Drogas y alcohol.
• Caso de menores adoptados en busca de sus orígenes.
• Menores que permanecen mucho tiempo solo.
• Nula comunicación de los padres con los hijos
• Enfermedades.
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ACTUACIONES DESDE JUSTICIA CON MENORES AGRESORES A LOS PADRES | 85
Capítulo 4

Se pueden enumerar otras causas pero estas son las más comu-
nes. La primera es la ineficacia de nuestro sistema educativo. El sistema
educativo quiere cargar toda la responsabilidad de educación en los pa-
dres (los cuales permanecen fuera del hogar muchas horas por motivos
laborales) y en los Colegios la disciplina se puede decir vulgarmente
«brilla por su ausencia»,resulta alucinante y ha sido una de las cosas que
en mi trabajo me ha llamado más la atención como los menores van
pasando de curso con asignaturas no solo suspendidas sino que muchos
de ellos ni saben leer bien ni escribir y por supuestos nulos conoci-
mientos aritméticos y esto transmite al menor un sentimiento de que
puede hacer lo que quiera y sin consecuencias.
A lo anterior se une la falta de disciplina de los padres. Sobre esto
llama la atención un artículo que se publico en un periódico malague-
ño y uno de sus párrafos dice así:
Han cuidado cada detalle y sueñan con el momento en el que
puedan ver, después de nueve meses, su carita. ¿Se parecerá a papá o a
mamá? ¿De qué color será su cabello? Ríen cada uno de sus gestos y la
alegría les desborda cuando empieza a hablar o caminar. Sin embargo,
un día esas palabras dejan de producir el mismo efecto y comienza la
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preocupación y la inquietud. Algo ha pasado y el pequeño rey de la


casa se ha convertido en el peor de los tiranos y tiene completamente
sometidos a sus padres.
Este articulo que es mucho más extenso y que os recomiendo
titulado «de rey de la casa a tirano» hace varias reflexiones sobre este
extremo. Hemos pasado de un sistema familiar autoritario a otro total-
mente permisivo, al menor motivado por la falta de tiempo se le quiere
compensar dándole cosas materiales. No se si a vosotros os pasara lo
mismo pero la frase «lo importante es la calidad« y yo a mi hijo le dedico todo
mi tiempo libre (que no es mucho) es lo que los padres repiten constan-
temente quizás para exonerase de parte de su culpa.A muchos padres
nos pasa hoy día que imponer normas,limites, decir no en más de una
ocasión,imponer castigos (por supuestos no corporales) nos cuesta,es
como si estuviera mal visto y siempre pensamos que ya habrá una
edad para imponer la disciplina y cuando llega la etapa de la pubertad
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86 LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES, JOVENES Y GÉNERO
Teresa Vidal Delgado

y posterior adolescencia ya es tarde par imponer estas normas y esta


disciplina y nos vemos totalmente desbordados.A las Fiscalías llegan
muchos padres demandando ayuda y cuando se le dice que la solución
es internar a sus hijos en un centro se resisten a ello, nos trasladan el
problema y la solución pretenden que pase tocar al menor con una
varita para que reflexione y cambie,lo cual es ilógico.
De todas las demás causas que os expuesto basta enunciarlas par
determinar los problemas. Cuando se habla de la separación de los pa-
dres son dos aspectos a tener en cuanta:
• El menor no quiere la separación de sus padres
• Los padres utilizan a sus hijos como arma contra el otro.
Desde mi experiencia profesional, la separación de lo padres influye
negativamente en los hijos. Es curioso pero cuando me entrevisto con
los menores en los centro, te alegan que son un estorbo para sus padres,
que sus progenitores prefieren verlo fuera del hogar porque tienen una
mueva pareja y resulta que ellos les estorba.Por supuesto esto no es
generalizado pero si se da en un gran numero de casos.
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Es importantísimo el ambiente que rodea al menor, porque de-


jando a un lado la familia influye poderosamente los amigos, sin haber
una estadística fiable, en el 90% de los casos de maltrato, el menor con-
sume algún tipo de drogas y casi en un 100% va fatal en los estudios por
no hablar de un abandono total y por supuesto ello implica ociosidad,
así como falta de actividades deportivas.
Cuando hablamos de enfermedades nos estamos refiriendo a
anomalías psíquicas. En la mayor parte de los casos los padres han lleva-
do a sus hijos a salud mental pero sin resultado positivo y además estos
han abandonado la medicación que se les había dado.
Podíamos seguir hablando de las causas, que por supuesto aparte
de las enumeradas si analizamos caso por caso seguro que podríamos
encontrar otras, pero lo importante al menos desde mi posición como
Fiscal es encontrar soluciones.
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ACTUACIONES DESDE JUSTICIA CON MENORES AGRESORES A LOS PADRES | 87
Capítulo 4

Me pregunto muchas veces si las hay. En la mayoría de los casos


con la edad se supera esa difícil relación de los padres con los hijos y
cuando se pasa de la adolescencia a lo que llamamos juventud, estos
problemas han desaparecido pero lo importante es que esta situación
de violencia no deje huella y que no estemos en presencia de maltra-
tadores futuros para sus parejas o sus hijos y en este aspecto creo que la
jurisdicción de menores tiene mucho que ofrecer.
A la Fiscalia de menores llegan muchos padres solicitando ayuda,
plantean situaciones,las cuales no se pueden afrontar muchas de ellas
desde un punto de vista delictivo, Como anécdota sobre este punto
os contare que en una ocasión unos padres la situación que venían a
denunciar era que su hija de 14 años no se quiso bajar del vehículo
cuando iban Carrefour y que por ello no pudieron comprar.Pues esta
situación que nos puede hacer reír denota una gran problemática.y es
la quiebra del principio de autoridad,no se trata de la dictadura del
miedo sino del respeto.
Cuando la denuncia por maltrato llega a Fiscalía, da lugar a ini-
ciar una vía de investigación.Dentro de esta línea tiene especial impor-
tancia el informe del equipo técnico, que analiza la situación del menor
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o la menor denunciada y la de su familia. Cuando el menor viene


conducido por las fuerzas de seguridad del estado porque la situación
de violencia con los padres ha sido de tal magnitud que les obliga a
intervenir, se puede actuar rápidamente y por parte del Fiscal se suele
tomar la decisión de pedir internamiento par el menor o bien piso de
convivencia o incluso con otro familiar dentro de la familia extensa o
bien el otro progenitor en casos de separación.
Puede que el menor no venga detenido,ocurre en la mayoría
de los casos y que la denuncia venga por su cauce norma,en este caso
se tiene en cuenta si es la primera vez o no y el tipo del maltrato, que
puede ser verbal o físico,muchas veces no es físico pero los padres tiene
miedo a lo que pueda ocurrir ya que aunque nunca habido agresión
si ha habido amenazas con cuchillos y rotura del mobiliario de la casa
como consecuencia de patadas y puñetazos del menor.En estos casos
se trata de acelerar el juicio para que se celebre cuanto antes y también
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88 LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES, JOVENES Y GÉNERO
Teresa Vidal Delgado

por nuestra parte las peticiones son de internamiento o de piso de con-


vivencia. El resto de medidas de medio abierto rara vez se imponen ya
que no funcionan en los casos de maltrato.
La medida estrella con respecto a los casos de maltrato es la que
la ley denomina como grupo educativo: que puede ser desde un piso
que controla la administración, hasta convivencia con otro familiar.
Normalmente es el piso de convivencia. Se trata de una casita adosada
situada en una zona residencial, con número par unos 6 menores, es-
tando separados los pisos de los chicos y las chicas.En Sevilla tenemos
dos pisos, el de chicos en Gines y el de chicas en Alcalá de Guadaira.
Aunque la mayoría de los menores son por maltrato también pueden
estar internos menores por otros hechos delictivos.En el piso no hay
ningún tipo de vigilancia y el funcionamiento de la casa es como otra
cualquiera con sus normas y horarios y los menores o bien acuden al
Instituto o bien a actividades formativas. De manera permanente con-
viven con dos educadores (hay turnos) aparte del equipo técnico del
centro como psicólogo y trabajador social y por supuesto la directiva.
Su trabajo consiste en que el menor reflexione sobre su conducta y la
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cambie, el menor vive como en familia. De manera paulatina se trabaja


con la familia y con el menor y van intentando descubrir las causas del
problema e intentan un acercamiento poco a poco de ambas partes, así
que los contactos con la familia tanto personales como por teléfono
están adaptados a cada caso y de hecho en principio las primeras salidas
al hogar familiar están supervisadas por un educador. El tiempo míni-
mo necesario que esta medida necesita para trabajar es de 9 meses. En
un 80% de los casos la situación cambia radicalmente y no se vuelven
a producir episodios violentos.
La otra medida interesante es la del internamiento. Si el menor
parte de la problemática que tiene con los padres es por la droga.se
acudiría a un internamiento terapéutico. En Sevilla contamos con un
centro excepcional, que es Cantalgallo, pertenece a proyecto hombre y
como es propio de su filosofía trabajan mucho con la familia.En estos
casos la violencia familiar acaba cuando acaba el problema de la droga.
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ACTUACIONES DESDE JUSTICIA CON MENORES AGRESORES A LOS PADRES | 89
Capítulo 4

Por otro lado esta el internamiento pero no en centro terapéu-


tico.En menores puede haber un internamiento semiabierto o cerrado.
La diferencia estriba en que en el internamiento semiabierto determi-
nadas actividades se pueden realizar fuera del centro y en el cerrado no.
La medida de internamiento en los casos de violencia familiar se pone
muy poco solo en casos muy extremos. Pero os aseguro que son muy
eficaces. El menor hasta que ha sido detenido e ingresado la sensación
de que podía hacer todo lo que quisiera,observaba que sus progenitores
carecían de medios o de recursos para cambiar las actitudes violentas,se
sienten (eso piensan ellos) impunes, en el sentido de que pueden hacer
lo que quieran y no hay mecanismos contra ellos.Como dato curios
os diré que a veces cundo llegan detenidos vienen muy bravucones
y al comunicárseles que se les va a pedir comparecencia ya se vienen
abajo e incluso algunos rompe a llorar. Lo cual nos llega ala conclusión
de que necesitan límites y disciplina. De todos los centros de interna-
miento con los que contamos existe uno en Alcalá de Guaira que se
considera como el más adecuado par este tipo de menores. El trabajo
en los mismos tienen que ser diferente al del piso de convivencia, pero
coincide en el que no se puede hacer un trabajo solo con el menor sino
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que también hay que trabajar con la familia y desde luego se detectan
muchas carencias en estas pese a un exterior muy normalizado.
Por supuesto se pueden adoptar otras medidas pero son mucho
menos eficaces.

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