Universidad Nacional de Colombia

Efraín Arismendi
Informe Descartes
El presente informe de lectura trata de las dos primeras meditaciones metafísicas de
Descartes, que son la lectura correspondiente para la clase de Introducción a filosofía
moderna (En el programa del curso se encuentran las primeras tres, sin embargo debido a
correo del profesor entonces el interés principal estará en las primeras dos). La estructura
consta de cuatro secciones, Propósito de las meditaciones, metodología, Primera meditación
y segunda meditación.
Propósito de las meditaciones: deshacerse de las opiniones a las que antes consideraba
ciertas. Establecer algo firme y constante en las ciencias
Metodología: Rechazar las ideas de las que se pueda encontrar la más pequeña duda,
mediante el análisis de los fundamentos en los que se apoyan sus antiguas opiniones hasta
entonces validas
-Primera Meditación
Descartes procederá en la primera meditación con el respectivo análisis propuesto. Procederá
de una manera que pareciera ser progresiva, comenzando por los sentidos, cuerpo, ciencias
y finalizando con las matemáticas. El argumento va de la siguiente manera
Hay que desconfiar de los sentidos puesto que hay momentos en los que nos engañan, luego
por prudencia se deben descartar los sentidos (puedo dudar de ellos). Pero pareciera ser que
no puedo dudar de que me encuentro aquí y que soy hombre, sin embargo, ¿Cuántas veces
no se ha confundido el sueño con ‘‘la realidad’’? de ahí que no debemos confiar en lo que
pareciera ser claro respecto a nuestro cuerpo y entorno. Luego, de aquí que se puede extraer
que las ciencias empíricas al estar permeadas por los sentidos, entorno y cuerpo, no pueden
estar exentas de la duda y su nivel de incertidumbre. Pero continuemos, hay cierta ciencia de
las cual pareciera no poder existir duda, la matemática. Sin embargo, si existe un Genio
maligno que me engaña entonces no puedo ni siquiera confiar en eso. Descartes sabe que la
historia se inscribe en el cuerpo, de ahí que utilizará todas sus energías para engañarse así
mismo, para no caer en las verdades propias de la habitud de su vida.
-Segunda meditación
Descartes procederá con el supuesto de que nada hay cierto en el mundo (puesto que en la
primera ya definió a ese genio maligno que se esfuerza en engañarlo), y analizará lo que es,
el cuerpo, el alma, Cuerpos externos y espíritu.. El hilo argumentativo tiene éste esquema:
Pese a que no tengo cuerpo, sé que estoy pensando (suponiendo que no exista un dios que
ponga éstos pensamientos en mí), si estoy pensando luego quiere decir que soy algo. Ahora,
¿Qué soy? No sé, pero siguiendo la misma metodología, tomaré lo que antes creía que era y
dudaré de ello. Lo que soy, según mis antiguas opiniones, es un hombre ¿qué quiere decir
eso? Que tengo cuerpo y alma.
Lo correspondiente al cuerpo es una figura delimitada que impida materia externa en su
espacio; Puede ser sentido; puede moverse de varias maneras, pero nunca por sí mismo, se
necesita un agente externo, sin embargo en éste estado (las reglas de juego que están dadas
por el genio maligno) no tengo cuerpo, luego no soy eso.
Lo correspondiente al alma es nutrirme y andar; sentir; Pensar. Pero no tengo cuerpo,
entonces no me nutro ni ando, ni siento. Sin embargo es claro que estoy pensando, el pensar
no puede separarse de mí, luego entonces siempre que pienso existo. De ahí que lo que soy
es una cosa que piensa (un espíritu).
Ahora que he pensado en lo que soy, y he llegado a ciertos conocimientos de los que no me
es posible dudar (que soy y existo en cuanto pienso) entonces procederé a pensar en los
cuerpos externos a mí y del por qué pese a los cambios que tienen yo los sigo llamando y
concibiendo como igual. Probablemente sea por las estructuras de mi entendimiento, pese a
todos los engaños que tengan mis sentidos, puesto que ellos me muestran la infinitud de
cambios, pero sigo pensando la cosa de la misma forma, y si esto depende de mí
entendimiento y mi entendimiento viene de mi espíritu (soy un espíritu) entonces lo más fácil
que puedo conocer es mi espíritu. Lo que siempre tendré claro es que yo soy algo, puesto que
pienso sobre mí y lo externo.