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Publicado en Boletín de la Academia Argentina de Letras (2005), Tomo LXX, Nro. 279-280,
Buenos Aires, págs. 373-392.
Introducción
El campo de la comunicación científica y académica se ha convertido en un área de investigación
central de los estudios lingüísticos y textuales de la actualidad. Los factores que han llevado a
esta situación son numerosos y podrían ordenarse en aspectos “externos” e “internos" a la
disciplina. Entre los primeros, los más determinantes son, sin duda, las profundas e impactantes
consecuencias de la globalización en los intercambios comunicativos entre comunidades
lingüísticas y culturales alejadas, las posibilidades que brindan hoy las modernas tecnologías de
la comunicación, las conexiones y el trabajo conjunto con grupos extranjeros, el aumento de la
movilidad y migración de estudiantes y científicos. Todo ello ha llevado a que se reflexione, de
manera mucho más intensa que en el pasado, acerca de las características, los problemas y
desafíos que plantea la comunicación en los ámbitos especializados: por ejemplo, acerca de la
existencia innegable, aunque no por ello libre de problemas, de una lingua franca, como el
inglés; el papel de las lenguas vernáculas; las diferencias retóricas y estilísticas entre distintas
comunidades lingüísticas; las particularidades interaccionales de los grupos o comunidades de
discurso; el carácter universal o particular de las “normas” y principios de la comunicación
académica. La lingüística ha podido recibir y elaborar positivamente esta demanda socio-política
y cultural, en buena medida, gracias a los desarrollos en su propio seno, vinculados con la
ampliación del objeto de estudio: como es sabido, los aspectos del uso lingüístico, descuidados
por largo tiempo, pasaron a convertirse en el foco de observación de distintas corrientes teóricas.
Así, en los últimos quince años, investigadores de la Lingüística Textual, la Lingüística
Funcional Sistémica, el Análisis del Discurso y la Lingüística Aplicada han llevado a cabo
numerosísimos estudios sobre el discurso científico y académico en distintas lenguas y han
producido importantes avances en el conocimiento de las características léxico-gramaticales,
textuales y discursivas de sus distintos géneros. Por otra parte, aspectos microestructurales del
discurso especializado han sido objeto de trabajos lingüísticos de orientación sistemática, que en
años recientes han brindado importantes conocimientos respecto de las particularidades
2
Sin embargo, las investigaciones realizadas sobre el discurso especializado en distintas lenguas
se concentran en su abrumadora mayoría en géneros escritos. Solo recientemente ha surgido un
interés más sostenido por indagar acerca de las particularidades lingüísticas y gramaticales de los
géneros académicos orales (cfr. por ejemplo, para el inglés, Hunston, 1998; Ventola, Shalom y
Thompson, 2002; para el español, Ciapuscio, 2003a; 2004; Ciapuscio y Kesselheim, 2005;
Müller, 2005, entre otros). El objetivo de este artículo es ampliar y profundizar el conocimiento
sobre la modalidad epistémica y sus recursos léxico-gramaticales en un género de la oralidad
académica: la conferencia de divulgación científica. El trabajo se enmarca en el proyecto
COTECA (Corpus Textual del Español Científico de la Argentina)1, cuya finalidad general es
contribuir al conocimiento del español oral y escrito que emplean los investigadores y miembros
de la comunidad académica argentina.
Antes de emprender el análisis de los textos es preciso introducir algunas definiciones de los
conceptos más importantes para este trabajo. El objeto texto se concibe desde una perspectiva
doble y complementaria: por un lado, los textos son formas indispensables de elaboración y
transmisión de conocimientos, que constituyen para el intérprete ofertas de conceptualización
sobre determinado estado de cosas; el carácter dinámico les es intrínseco: los textos son siempre
“estaciones intermedias” que pueden convertirse en puntos de partida para la producción de
nuevos textos (Antos, 1997); por otra parte, desde una perspectiva estrictamente disciplinar, los
textos son objetos lingüístico-comunicativos complejos, que al cristalizar los diversos sistemas
de conocimiento puestos en juego en su procesamiento, pueden analizarse, en tanto “productos
de salida”, a partir de distintas dimensiones o niveles: básicamente, el nivel funcional, el nivel
situacional, el nivel semántico y el nivel de forma gramatical (cfr. Heinemann, 2000). Los
diversos niveles que permiten describir y sistematizar este objeto complejo no están
desvinculados entre sí; sino que existe entre ellos un condicionamiento estrecho y recíproco: los
niveles funcional, situacional y semántico del texto determinan los aspectos microestructurales
1
PIP-CONICET 6165, Programación 2005-2006.
3
(la distribución informativa, las conexiones sintáctico-semánticas entre las oraciones, la sintaxis,
el léxico) y viceversa, los rasgos microestructurales son elementos ineludibles a la hora de
describir y explicar el objeto texto en sus niveles más globales (Ciapuscio 2003: 22). Los textos
son siempre representantes (“muestras”) de una categoría o género de textos (“tipos”).
Los géneros académicos son conjuntos de textos más o menos estandarizados – parte de nuestro
presupuesto (“budget”) comunicativo (Bergmann y Luckmann, 1995) - que se emplean para
resolver tareas comunicativas regulares en los espacios de la creación y comunicación del
conocimiento. Si bien, como he mencionado antes, contamos con estudios particulares sobre
distintos aspectos de los géneros más importantes del discurso especializado, el campo de las
investigaciones sobre la oralidad especializada en español sigue siendo un vasto terreno casi
inexplorado, pese a que es un hecho de una obviedad extrema que los científicos y académicos
presentan y discuten sus resultados en distintos ámbitos y foros, públicos y privados, que
demandan la ejecución oral. Es por este motivo que en el COTECA hemos decidido darle un
lugar prominente a los estudios sobre géneros académicos orales, concretamente, a las clases
magistrales, las conferencias – académicas y de divulgación - , ponencias y entrevistas privadas
con especialistas. Las investigaciones lingüísticas sobre géneros orales especializados permitirán
ampliar de manera sustantiva nuestros conocimientos teórico-descriptivos sobre diversas
temáticas de orden léxico, gramatical y textual, que hasta el momento han sido tratadas y
estudiadas casi exclusivamente en textos escritos. Por otra parte, las investigaciones sobre las
clases textuales de la oralidad especializada permitirán proveer conocimientos descriptivos y,
sobre esa base, contribuir a optimizar la capacitación y el entrenamiento de nuestros jóvenes
científicos y académicos en esos géneros, de importancia vital para sus prácticas profesionales.
Empleo aquí el concepto clásico de modalidad, mediante el cual se cubre el campo de las
actitudes del sujeto hablante ante lo que dice: los hablantes podemos manifestar actitudes
respecto de nuestro grado o modo de conocimiento respecto de lo que decimos (por ejemplo,
grados de certeza o duda); también podemos expresar nuestras sentimientos y afectos – alegría,
placer, enojo, tristeza - y, podemos, además, enunciar nuestros discursos o textos como
preguntas, aseveraciones, deseos, órdenes, etc. Parto entonces de la distinción clásica de
modalidades intelectuales (epistémicas, es decir, declarativa e hipotética), interrogativas,
4
volitivas y afectivas, propuesta por Charles Bally (1944)2, distinción reelaborada en cuanto a sus
denominaciones, distinciones específicas y ubicación en el marco de distintas teorías y enfoques
lingüísticos3 por numerosos estudios posteriores.
Desde los trabajos pioneros de W. Chafe sobre la evidencialidad y sus investigaciones sobre su
manifestación en corpora muy reducidos de la oralidad coloquial y la escritura académica (1982;
1986), son numerosos los trabajos sobre textos de la comunicación académica y científica que
han estudiado la expresión de las actitudes hacia el conocimiento. Los trabajos en lengua inglesa
y alemana disponibles se concentran en géneros escritos estandarizados como el artículo de
investigación, los manuales de estudio, los referatos por pares, etc. (entre muchos otros, Ventola,
1997; Hyland, 2000). En español los trabajos sobre este tema son escasos aún, aunque coinciden
en la preferencia por géneros escritos. Los trabajos de Biber y Finnegan (1989), en el marco de la
Lingüística de Corpus, se han ocupado de la temática evidencialidad y afecto en géneros escritos
y orales del inglés: sus investigaciones, basadas en el método de análisis multifactorial,
examinan la coocurrencia de determinados rasgos lingüísticos, que configuran estilos
actitudinales. Naturalmente, es crucial en los trabajos de este tipo una base sólida de
conocimientos descriptivos. Si bien estos autores intentan abarcar un amplio espectro de géneros,
el estudio de la evidencialidad y el afecto en el caso de la oralidad se limita a géneros
coloquiales, como conversaciones espontáneas, telefónicas y públicas (Biber y Finnegan, 1989):
no está representado en estos estudios ningún género de la oralidad académica o especializada, lo
cual tal vez refleje la actitud tradicional de restringir el discurso científico académico al terreno
de la escritura. En términos generales, entonces, los estudios sobre modalidades epistémicas se
han centrado en el texto escrito y por lo tanto es mucho lo que ignoramos sobre su realización y
sus recursos en la oralidad académica, ignorada en gran medida en los estudios de la Lingüística
de Corpus.
Dado que los géneros académicos presentan y tratan contenidos especializados para la
proposición de nuevos conocimientos o para su transmisión, la modalidad común y de alta
2
Zavadil (1968) ofrece un estudio de las distintas modalidades en español y de sus recursos expresivos. Ver también
Kovacci (1990).
3
Por ejemplo, los estudios sobre modalidad y modulación de la gramática sistémico-funcional (Halliday, 1994),
desarrollos recientes de esa línea, como la teoría de la Appraisal (Martin, 2001; Martin y Rose, 2003), los estudios
sobre evidencialidad (Chafe, 1986, 1990), sobre evidencialidad y afecto de la lingüística de corpus (Biber y
Finnegan, 1989; Conrad y Biber, 2001) y también sobre modalidad y emoción (Sandhöfer-Sixel, 1990; Danes,
1987).
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Corpus y metodología
Análisis
4
La transcripción fue realizada por Alicia Avellana (integrante del proyecto), con revisión de la autora. He
normalizado la transcripción, suprimiendo datos innecesarios para la temática de este trabajo, como alargamientos,
énfasis, etc. y toda información paralingüística. La puntuación intenta representar los esquemas tonales de la
oralidad.
6
público acerca de cómo deben interpretar sus enunciados, es decir, con qué grado de certeza o
probabilidad. Por otra parte, las estrategias y los recursos para expresar las modalidades asumen
aquí características distintivas respecto de otros géneros.
El ejemplo 1 presenta un caso ilustrativo, que permite mostrar el terreno en que se sitúan estas
reflexiones:
(1)
por ejemplo, el noventa por ciento de los esquizofrénicos fuma. ¿Por qué? una de las causas que/que se
piensa es que el esquizofrénico tiene problemas de asociación de eventos, ¿sí? y la nicotina, uno de los
factores que después vamos a ver que produce la nicotina sola - no estoy hablando de fumar, la nicotina,
la molécula en el cerebro - aumenta la tensión, entonces parece que el fumar, porque fuman
compulsivamente, apagan uno y prenden otro, los ayuda a salir un poco de la esquizofrenia y a poder
focalizarse en algo. [5,A]
[ENTONCES]
c. parece que el fumar los ayuda a salir un poco de la esquizofrenia y a poder focalizarse en algo
[CONCLUSIÓN HIPOTÉTICA]
Los numerosos datos cualitativos extraídos del análisis del corpus permiten afirmar que los
especialistas cuando presentan sus investigaciones al público general explicitan con nitidez el
carácter confiable o hipotético de sus enunciados, lo cual se traduce en un amplísimo repertorio
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Declarativa Hipotética
Destaca además el empleo recurrente de la primera persona del singular y del plural en el marco
de construcciones epistémicas con verbos que describen la actividad mental del hablante (sé,
creo) y del grupo de investigación (confirmamos, vimos, pensamos, etc.). Es decir, se observa
una importante presencia de modalidad subjetiva explícita (Halliday, 1985:335-337), que es
coherente con la ejecución oral y la situación de contacto directo con el interlocutor, y que
claramente señala el contraste con los géneros escritos.
Estos datos cualitativos nos permiten concluir que el especialista en este género indica con
nitidez al interlocutor el grado de factualidad de sus enunciados, lo orienta acerca de cómo debe
interpretar sus enunciados. Más allá de la variedad de recursos expresivos de la modalidad
epistémica, el análisis del corpus ha permitido identificar un procedimiento regular seguido por
los especialistas, que consiste en el empleo de lo que llamaré esquemas calificadores de la
modalidad. Se trata de secuencias, de variable grado de complejidad, en las cuales el especialista
retoma o señala – mediante distintos procedimientos gramaticales - una porción de texto
anterior o posterior, y la “valora” desde el punto de vista de su factualidad. Veamos un ejemplo:
(2)
9
[Los receptores son los que van a hacer que el individuo reincida a la nicotina. Cuando uno fuma
de vuelta, yo dejé de fumar, pruebo un cigarrillo, lo que me/lo que me desencadena eso, es la
nicotina, o sea que son los receptores a la nicotina]X ← [de eso no hay duda] Y ¿sí? [15,A]
(3)
[Fumar causa un tercio de la muerte de los hombres entre treinta y cinco y sesenta y nueve años
y es una de las causas de mortalidad que continúa creciendo, y de aquellos que fumaron durante
la adolescencia y durante la vida, la mitad muere por problemas relacionados al hecho de haber
fumado]X ¿Sí? ← [esto también. cuando vean estadísticas. en los diarios o en lo que sea. les
sugiero que lo tomen con pinzas también, porque hay factores, que uno no sabe]Y [14, A].
En el ejemplo 4, el operador Y, que modaliza la aserción previa (X), exhibe una importante
complejidad estructural, la cual configura un esquema cerrado, cuya ligazón se expresa
especialmente con pronombres y elementos metaproposicionales: puede identificarse una
primera aserción: esta es la teoría por ahora, que restringe cualitativa y temporalmente la
aserción previa (indica que se trata de una suposición con carácter provisional). Suceden a esta
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aserción una serie de enunciados reformulativos que indican al interlocutor el alcance restringido
con que debe interpretar X: o sea no lo tomen como/ como al pie de la letra, porque todavía no
se sabe, esto es lo postulado hasta ahora, lo que se vio en cuanto se trabaja en/en in vitro,
cuando se trabaja en temas de animales. La secuencia se cierra con una aserción que resume y
explicita el carácter restringido de X: En humanos todavía no sabemos nada.
Desde el punto de vista estructural, el operador modal puede preceder al segmento modificado,
como lo muestra el ejemplo 5, en que el demostrativo neutro funciona catafóricamente:
(5)
Aumenta el deseo de búsqueda de placer, [esto es lo que decía hoy. que está discutido, hay
algunos que sostienen, otros que no]Y, [que muchas drogas ya no provocan realmente un
placer]X entonces ya tiene que ver con otro/ con/con la búsqueda, el deseo de búsqueda del
displacer, de no tener /de no sentirse mal. ¿sí? [8, A]
Dentro del operador modal, el segmento que califica – que está discutido, hay algunos que
sostienen, otros que no – explicita el valor relativo con que debe interpretarse el modificado. En
este caso el operador modal y el segmento modificado están en una relación estructural
hipotáctica.
El operador modal puede estar incrustado dentro del componente al que modifica: en el ejemplo
6, el reforzador interrumpe el orden sintáctico lineal y se incrusta entre un núcleo predicativo y
su complemento preposicional, instaurando una vinculación de orden parentético con su
modificado:
(6)
estas estructuras son capaces de. producir comportamientos rígidos pero. [son capaces X ← [lo
hemos visto, lo han visto ustedes]Y → [de mucho más que eso, son capaces de aprendizajes
simples, pero también de aprendizajes complejos, aprendizajes que hasta ahora no creían que
pudieran existir en un sistema como éste] X [36,B]
En este caso, el operador consiste de un constituyente que incluye un paralelismo estructural: las
construcciones con el verbo epistémico de percepción – ver- , con el complemento directo
idéntico bajo la forma del pronombre objetivo – logran un valor modal enfático, que refuerza la
aserción categórica del segmento modificado. En el siguiente ejemplo, el operador de
calificación modal consiste de un hedge – digamos – seguido de la aserción- todavía no se sabe
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bien - que ratifica el valor modal hipotético del segmento modificado, que precede y sigue al
operador, como bien lo explicita la estructura sintáctica “quebrada”, de tipo parentético:
(7)
Sustancias no perjudiciales, no perjudiciales, digamos por ahora, sería la nicotina, porque [la
nicotina si se la administra por cualquier otra vía en el sistema, en el cerebro, tiene efectos
favorables: mejora la atención, o en teoría ayuda, no quiere decir que/que sea buena pero
ayudaría.]X ← [digamos todavía no se sabe bien.]Y → [en el mal de Alzheimer, ayudaría
también en el mal de Parkinson.] X [7, A]
Los esquemas calificadores de modalidad, como han ido mostrando los ejemplos, incluyen de
manera regular distintos marcadores y estructuras temporo-aspectuales, destinadas a explicitar el
carácter provisorio de los contenidos que se presentan: los especialistas expresan con claridad
que la ciencia es un proceso permanente de postulación, validación e invalidación de hipótesis,
que permite avanzar en el conocimiento de los fenómenos y problemas investigados. El ejemplo
8 muestra un esquema calificador modal, cuya funcionalidad es reforzar el alcance del enunciado
hipotético previo. Tal restricción se justifica por el hecho de que la investigación aún está en
curso y el especialista explicita su renuencia a realizar afirmaciones categóricas, antes de contar
con las conclusiones.
(8)
y entonces [la hipótesis es, bueno, eso quiere decir que las (abejas, gc) que la siguen huelen el
olor que trae y reciben azúcar, entonces tal vez están aprendiendo, a su vez, las características de
la flor, en todo caso del olor de la flor a la que hay que ir, no sólo está sabiendo adónde hay que
ir, sino cómo huele la flor a la que hay que ir]X ← [esto un trabajo que se está haciendo en este
momento, así que preferiría tener las conclusiones, antes de decir es así o no es así]Y [42, B]
- no se sabe todavía pero es una hipótesis que/que puede ser/ que puede ser válida
- en ciertos tipos de memoria todavía no se sabe cuáles.
- y este modelo todavía está muy lejos como la mayor parte de los modelos que existen, de develar
todos sus misterios
Recapitulación
La extensión formal de X e Y es muy variable en los textos, pueden abarcar una estructura o
varias estructuras predicativas. La relación sintáctica entre X e Y puede ser de orden paratáctico,
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El operador modal (Y), según mis ejemplos, es una estructura binaria compuesta de los
siguientes constituyentes: un primer miembro A, representado por elementos que retoman,
señalan, refieren a X; y un segundo miembro B, el específicamente calificativo, que puede incluir
distintos marcadores y estructuras modales.
Finalmente, desde el punto de vista de su valor epistémico, X puede constituir una aserción
confiable (modalidad declarativa) o una aserción tentativa (modalidad hipotética). El operador
(Y) puede coincidir con la modalidad de X, caso en el cual hablamos de un operador reforzador
de la modalidad, o, por el contrario, puede desempeñar la función de un matizador, cuando su
valor modal es diferente de X.
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Conclusiones
Para finalizar, es preciso vincular esos resultados con las tesis presentada al comienzo, en el
sentido de que existe una correlación esencial entre las características genéricas constitutivas y
las modalidades dominantes y sus formas expresivas. Los datos descriptivos obtenidos en el
nivel de forma gramatical pueden interpretarse ahora en relación con las dimensiones
funcionales y situacionales del género. El propósito principal de informar adecuada y cabalmente
acerca de las propias investigaciones a un público general, en una situación de carácter
institucional y público, en un marco específico de relativa formalidad, explica la preocupación de
los especialistas por la presentación cuidadosa de la factualidad de sus enunciados, en textos
previamente planificados. De ahí que el repertorio de recursos para la expresión de la duda y la
certeza sea tan rico y variado, y que se observen numerosos esquemas de calificación modal
asertivos e hipotéticos: vale la pena mencionar que los estudios extensivos de Biber sobre estilos
actitudinales en distintos géneros, solo registra la expresión expositiva de duda en géneros
escritos, lo cual tal vez debería considerarse como una falencia metodológica debida a la
elección sesgada de géneros orales, limitada a la comunicación cotidiana y general. Los rasgos
del nivel situacional que distinguen la conferencia de divulgación, como el contacto directo con
los interlocutores y la ejecución oral de la lengua, determinan la elección de formas del
“involvement” (Chafe, 1982) propias de todas las manifestaciones orales: referencias a la
primera persona, expresión de procesos mentales del hablante, hedges y locuciones coloquiales.
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Para terminar, quisiera subrayar algunas conclusiones de índole más general. Desde el punto de
vista teórico-descriptivo, puede afirmarse que el análisis de propiedades lingüístico-gramaticales
en el marco más global de los textos alcanza mayor capacidad explicativa, en la medida que los
fenómenos microestructurales adquieren un sentido más completo y explicativo en el conjunto
total; por otro lado, la descripción de textos y su pertenencia genérica encuentra fundamento
sólido y específico con el análisis gramatical. Si bien el alcance de este trabajo es parcial e
ilustrativo, los resultados iniciales permiten proponer que vincular la presencia y dominancia de
los recursos modales con las dimensiones constitutivas de los géneros puede ser un camino
interesante no solo para el estudio de la modalidad, sino también para avanzar susantivamente en
el conocimiento de los géneros académicos en español.
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