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4.

¿COMO PENSAMOS HOY LA CONSTRUCCIÓN DEL OBJETO DE


INTERVENCIÓN?

siempre a nivel de aproximaciones hipotéticas. Sostenemos que el objeto de


intervención u objetos de intervención en la perspectiva del campo problemático
en trabajo social, son construcciones teórica - prácticas y productos de procesos
sociales particulares, tal como venimos explicando.

Decimos objetos de intervención en la medida que existen distintas


problemáticas que expresan los actores sociales, dichas problemáticas son
expresiones de necesidades sociales que tienen connotaciones ontológicas y
antropológicas. El conjunto de estas diversas problemáticas, de algún modo,
constituye el objeto de intervención profesional. Cabe anotar que los objetos son
expresiones de relaciones sociales y tienen ubicación histórica, por lo tanto son
elaboraciones del pensamiento, que no se encuentran solamente en la
circunstancia del dato empírico. Está confusión, latente cuando se habla de
objeto de intervención, nos ha llevado a analizar dicho objeto como campo
problemático.

El contexto que determina el ámbito de estas situaciones problemáticas que los


actores expresan, está dado por la reproducción cotidiana de la vida social que
para el caso del trabajo social se entiende como la explicación de la "cuestión
social", referida a la relación sujeto - necesidad. Definimos la reproducción
cotidiana de la vida social como el conjunto de las actividades que los hombres
realizan. Agnes Heller considera que el hombre que participa en dichas
actividades, es un hombre entero por participar en dicha reproducción con sus
sentidos, habilidades, capacidades, pasiones, ideas, ideologías, etc. En este
sentido la vida cotidiana es la verdadera esencia de la sustancia social.

Cuando consideramos la reproducción de las prácticas de los actores como


prácticas cotidianas y le damos el valor de la esencia de la sustancia social, de
alguna manera nos estamos refiriendo a la reproducción de la estructura y acción
de los sujetos en la sociedad, pero en este proceso de reproducción hay
transformación, aspecto que nos diferencia de las posiciones reproductivas y
mecánicas de los sujetos.
Al respecto, Giddens plantea que no hay separación entre estructura y acción
por el carácter recursivo de la vida social constituida en prácticas sociales a partir
de ello, podemos decir que la estructura es, a la vez, instrumento y resultado de
la de la reproducción de las prácticas de los sujetos pero, además,
simultáneamente, forma parte de la constitución de las prácticas sociales, en
consecuencia se considera que estás prácticas de los sujetos en la vida cotidiana
constituyen la textura misma de la sociedad.

La comprensión de la relación estructura y acción permite, al trabajador social,


explicar de manera precisa el contexto de construcción de su objeto de
intervención entrecruzando diversas racionalidades de los actores que
intervienen en la acción profesional. Asimismo, los saberes de dichos actores
que interactúan y se intercomunican. Consideramos que una concepción crítica
sobre la práctica de los actores, nos posibilita portar a una línea de pensamiento
que supera la dicotomía entre individuo y sociedad, constitución- comunidad y el
acento que se pone en el análisis macro y micro social .

Esta significa que el espacio de constitución de las prácticas sociales no tiene


una analogía con el ámbito de la naturaleza, no existe un principio de uniformidad
en el sentido de que se dan circunstancias y acontecimientos empíricos que
pueden ocurrir de forma idéntica (postura positivista), pero si existe en esas
prácticas cierto nivel de regularidad en el sentido de reproducción cotidiana.
Llamamos a este proceso de reproducción que se da en un contexto histórico y
genera conocimiento, saber cotidiano, pero a su vez, el sujeto no es cautivo de
dicha reproducción , por el contrario es un agente dinámico y transformativo.

En este contexto las prácticas sociales reproducidas por los distintos actores
sociales están connotadas de experiencia histórica por lo que sus acciones
sociales tienen distintos intereses, motivos y razones expresando el lugar
diferenciados de los sujetos en esta sociedad, en consecuencia, en objeto de
intervención nace en la interrelación de esos intereses, motivos y razones, por lo
que la lectura y posicionamiento de esa realidad debe permitir al trabajador social
ubicarse política y éticamente.
Desde la perspectiva de Parsons y Durkheim que tanta influencia ah tenido y
tiene trabajo social, cabe mencionar que, a pesar de reconocer que esos
intereses son conflictivos dan una explicación que encubre el carácter
contradictorio de dicho divergencia al plantear que esos intereses emergen en
tanto una orden social no es capaz de armonizar los propósitos de los diversos
miembros de la colectividad en un consenso simétrico.

Cuando definimos que el objeto de la intervención profesional nace de


reconocimiento de esos intereses diversos, nos estamos refiriendo a la
existencia de conflictos producto de una forma de organización de la sociedad.
A este nivel, la teoría critica nos permite entender el carácter y la naturaleza de
esos intereses, pero también la relación entre intereses particulares y comunes.

El objeto de intervención en su explicación mas general debe tener en cuenta la


teoria de los intereses: y, en nivel mas especifico, e que forma esos intereses
son objetivados por los actores en la reproducción de sus prácticas cotidianas
fundamentalmente cuando tienen que satisfacer sus necesidades.

el objeto de intervención se estructura en la reproducción de las prácticas


cotidianas de los actores que son portadores de necesidades, intereses,
racionalidades y saberes distintos. Esto hace compleja la determinación del
objeto de intervención mas aun si no se tiene cuenta el contexto inmediato en el
que esos intereses irracionalidades se explicitan a la hora de satisfacer las
necesidades que los sujetos expresan a través de las demandas.

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