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Fisiología respiratoria

La fisiología respiratoria es una rama en la fisiología humana que se enfoca en el proceso


de respiración, tanto externa, captación de oxígeno (O2) y eliminación de dióxido de carbono
(CO2), como interna, utilización e intercambio de gases a nivel celular.

Para conocer los procesos que se llevan a cabo en la respiración, debemos comprender
que el sistema respiratorio está subdividido en dos zonas: la zona de conducción (nariz,
nasofaringe, laringe, tráquea, bronquios, bronquilos y bronquilos terminales) y la zona respiratoria
(la forman los elementos que componen a los alveolos, donde se produce el intercambio gaseoso).
La función del sistema respiratorio es el intercambio gaseoso de oxígeno y dióxido de carbono del
exterior del cuerpo humano a la sangre capilar pulmonar. La sangre que interviene en este proceso
es expulsada desde el ventrículo derecho hasta los capilares pulmonares a través de la arteria
pulmonar; debido al efecto gravitatorio no se distribuye de la misma manera la sangre en los
pulmones, el flujo sanguíneo será mayor en la parte inferior de los pulmones y menor en la parte
superior.

También, se deben distinguir los músculos primordiales que participan en la respiración


normal para que ésta se pueda realizar correctamente: el diafragma (se contrae, y el volumen
intratorácico aumenta facilitando la inspiración), los músculos intercostales externos y los
accesorios también participan cuando la frecuencia respiratoria y el volumen aumentan, los
músculos abdominales y los intercostales internos colaboran en la espiración, dicho proceso es
pasivo, por lo que el aire es expulsado de los pulmones hasta alcanzar el punto de equilibrio entre
la presión pulmonar y atmosférica debido a que existe un gradiente de presión inverso entre ellos.

Cuando inspiramos introducimos parte del aire de la atmósfera (formada por tres gases
principales: nitrógeno, oxígeno y dióxido de carbono entre otros) en nuestro cuerpo. La mayoría de
gas inspirado es el nitrógeno, el cual no colabora en ningún proceso respiratorio salvo casos muy
extremos, el segundo es el oxígeno y el tercero el dióxido de carbono. Una vez en los pulmones, el
oxígeno (y el dióxido de carbono en una medida muy pequeña) a través de los alveolos, pasan a los
glóbulos rojos de la sangre de la vena pulmonar. El dióxido de carbono reacciona en la sangre con
el agua, gracias a una enzima, dando lugar al bicarbonato. La sangre llega al corazón, atraviesa la
aurícula y ventrículo izquierdo y es bombeada hacia las células por las arterias sistémicas. El
oxígeno de la sangre atraviesa la membrana celular con una presión parcial de 100 atm. A su vez,
se produce un intercambio, ya que la célula expulsa el dióxido de carbono y el oxígeno que no ha
utilizado. Una vez realizado el intercambio, la sangre es conducida por las venas sistemáticas con el
oxígeno cuya presión parcial es menor, y con un aumento en la presión parcial del dióxido de
carbono. Llega nuevamente al corazón, se conduce por la aurícula y el ventrículo derechos y
finalmente se desplaza por la arteria pulmonar hasta los pulmones donde se expulsa el aire
(espiración).
El proceso de respiración involuntario está controlado por el tronco encefálico que envía
información motora al diafragma a través del nervio frénico. Éste consta del centro respiratorio
bulbar, centro apnéusico y centro neumotáxico. En el tronco encefálico también se sitúan los
quimiorreceptores y otros receptores. Cuando ejercemos un control voluntario sobre la respiración
entonces las órdenes son enviadas de la corteza cerebral en vez del tronco encefálico.

Es de vital importancia, valga la redundancia, el buen funcionamiento de los procesos explicados


de la respiración ya que, si alguno falla o se ve afectado, la calidad de vida del paciente disminuye
incluso puede ocasionarle la muerte.

El sistema excretor

La excreción es el proceso por el cual el organismo elimina los desechos metabólicos del
organismo. En el ser humano esta función está a cargo de diferentes órganos. Sin embargo, los
riñones juegan un papel importante en la excreción de los desechos provenientes del metabolismo
de los alimentos. Una vez que los alimentos son digeridos por el sistema digestivo, absorbidos y
transportados hacia el sistema circulatorio para ser utilizados por las células, se generan productos
de desecho que son eliminados del organismo gracias al sistema renal. Estas sustancias son
eliminadas mediante la formación de la orina, cuyos principales componentes son: agua, urea,
ácido úrico, creatinina y productos finales del metabolismo de la hemoglobina y metabolitos de
hormonas.

Para realizar la función excretora, el sistema renal cuenta con una serie de estructuras que
cumplen funciones específicas:

- Riñones: Órganos excretores donde se elabora la orina.

- Uréteres: Conductos colectores que recogen la orina a la salida del riñón y la transportan a la
vejiga urinaria.

- Vejiga urinaria: Órgano donde se almacena la orina.

- Uretra: Conducto por donde se elimina la orina hacia el exterior. El órgano encargado de la
formación de la orina es el riñón.

En el riñón podemos distinguir tres segmentos: corteza, médula y pelvis renal. La médula y
la corteza están formadas por aproximadamente un millón de nefrones. El nefrón es la unidad
estructural y funcional de los riñones que permite la formación de la orina. La pelvis corresponde a
un segmento expandido del uréter que recibe la orina ya formada. Debido a que los desechos
deben ser retirados de la sangre, un aspecto importante de la función renal es su asociación al
sistema circulatorio. Por medio de la arteria renal, que se ramifica en pequeños capilares, la sangre
entra al riñón para ser purificada y luego retorna al sistema circulatorio por medio de la vena renal.
Formación de la orina

La sangre transporta los productos de desecho hasta el riñón. La orina es un líquido,


obtenido a partir de la sangre, formado principalmente por agua, sales minerales y productos de
excreción, como urea y ácido úrico.

El proceso de formación de la orina sigue las siguientes etapas:

Filtración

Los vasos sanguíneos que llegan a la nefrona forman el glomérulo de Malpighi, un sistema
capilar microscópico en forma de ovillo rodeado por la cápsula de Bowman. La sangre que llega a
las nefronas está sometida a una gran presión, y sale de estos capilares agua,
glucosa, vitaminas, aminoácidos, sodio, potasio, cloruros, urea y otras sales, que pasan a la cápsula
de Bowman. Se produce la filtración del 20 % del plasma sanguíneo que llega a la nefrona,
unos 150 litros de orina primaria al día. Lógicamente, un organismo que perdiese tal cantidad de
agua se deshidrataría muy rápido, por lo que no puede permitírselo.

Reabsorción

En la filtración han pasado a la cápsula de Bowman sustancias de desecho, pero también


mucha agua y otras sustancias útiles, que se reabsorben y vuelven a la sangre.

En el túbulo contorneado proximal reabsorbe la glucosa, aminoácidos, sodio, cloruro,


potasio y otras sustancias. Aquí se reabsorbe, aproximadamente, el 65% de lo filtrado. El resto se
reabsorbe en el asa de Henle y en el túbulo contorneado distal. La urea, tóxica, no puede salir de
los túbulos.

Secreción

Consiste en el paso de algunas sustancias que no se han filtrado, o se han reabsorbido


erróneamente, desde los capilares que rodean al túbulo contorneado distal hacia su interior. Aquí
son secretadas algunas sustancias como la penicilina, el potasio e hidrógeno, que se añaden a la
orina que se está formando.

Así, este líquido final, la orina estará formada por parte del agua, algunas sales, y urea, y
pasará a través de los túbulos colectores hacia la pelvis renal, y de allí, a través de los uréteres, a la
vejiga urinaria.

Cáncer de Pulmón:

El cáncer de pulmón es un tipo de cáncer que comienza en los pulmones. Los pulmones son
dos órganos esponjosos ubicados en el tórax que toman oxígeno cuando inhalas y liberan dióxido
de carbono cuando exhalas. El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en los
Estados Unidos tanto en hombres como en mujeres. El cáncer de pulmón se cobra más vidas por
año que todos los cánceres de colon, próstata, ovario y mama juntos. Las personas que fuman
corren un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón, aunque es posible que aquellas que nunca
hayan fumado también tengan este cáncer. Este aumenta con la cantidad de cigarrillos y la
cantidad de tiempo que hayas fumado. Si dejas de fumar, incluso después de haber fumado
durante muchos años, puedes disminuir de manera significativa las posibilidades de padecer
cáncer de pulmón.

Síntomas

El cáncer de pulmón en general no produce signos ni síntomas en los estadios más tempranos. Los
signos y síntomas del cáncer de pulmón generalmente se presentan solo cuando la enfermedad
está avanzada.

Los signos y síntomas del cáncer de pulmón pueden ser:

-Una tos reciente que no se va -Tos con sangre, incluso en pequeñas cantidades -
Falta de aire - Dolor en el pecho - Ronquera - Adelgazamiento sin
proponértelo - Dolor en los huesos - - Dolor de cabeza

Tipos de cáncer de pulmón

Los médicos dividen el cáncer de pulmón en dos tipos principales en función del aspecto de
las células cancerosas del pulmón vistas en el microscopio. Tu médico toma decisiones según cuál
sea el tipo de cáncer de pulmón que tengas.

Los dos tipos usuales de cáncer de pulmón son:

Cáncer de pulmón de células pequeñas. El cáncer de pulmón de células pequeñas se


presenta casi exclusivamente en las personas que fuman mucho y es menos frecuente que el
cáncer de pulmón de células no pequeñas.

Cáncer de pulmón de células no pequeñas. «Cáncer de pulmón de células no pequeñas» es


un término genérico que se usa para denominar varios tipos de cáncer de pulmón que se
comportan de manera parecida. Los tipos de cáncer de pulmón de células no pequeñas
comprenden el carcinoma epidermoide, el adenocarcinoma y el carcinoma de células grandes.

Análisis para diagnosticar el cáncer de pulmón

- Pruebas de diagnóstico por imágenes. - Citología de esputo. - Muestra de tejido (biopsia).


Tratamiento:

Cirugía

Durante la cirugía, el cirujano trata de eliminar el cáncer de pulmón y un margen de tejido


sano. Estos son los procedimientos para eliminar el cáncer de pulmón:

Resección en cuña para eliminar una pequeña parte del pulmón donde está el tumor más
un margen de tejido sano

Resección segmentaria para eliminar una parte más grande del pulmón, pero no un lóbulo
entero

Lobectomía para eliminar el lóbulo entero de un pulmón

Neumonectomía para eliminar un pulmón entero

Si te sometes a una cirugía, el cirujano también puede eliminar ganglios linfáticos del tórax,
a fin de analizarlos en busca de signos de cáncer.

Radioterapia

La radioterapia usa haces de energía de gran potencia, de fuentes como los rayos X o los
protones, para destruir las células cancerosas. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una
camilla mientras una máquina se mueve a tu alrededor y dirige la radiación a puntos específicos
del cuerpo.

Para las personas con cáncer de pulmón localmente avanzado, se puede usar radiación
antes o después de la cirugía. Con frecuencia, se combina con tratamientos de quimioterapia. Si la
cirugía no es una opción, la combinación de quimioterapia y radioterapia puede ser tu tratamiento
primario.

Quimioterapia

La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas. Es posible que
te administren uno o más medicamentos de quimioterapia a través de una vena del brazo (vía
intravenosa) o por vía oral. Por lo general, se administra una combinación de medicamentos en
una serie de tratamientos, durante un período de semanas a meses, con descansos en el medio,
para que puedas recuperarte.

Inmunoterapia

En la inmunoterapia, se usa tu propio sistema inmunitario para combatir el cáncer. Es


posible que el sistema inmunitario del cuerpo que combate las enfermedades no ataque el cáncer
porque las células cancerosas producen proteínas que hacen que las células del sistema
inmunitario no las puedan detectar. Lo que hace la inmunoterapia es interferir en ese proceso.

Por lo general, los tratamientos de inmunoterapia se reservan para las personas con cáncer de
pulmón avanzado.

Bronquitis Inflamatoria Crónica

La bronquitis es la inflamación de los conductos bronquiales, las vías respiratorias que


llevan oxígeno a sus pulmones. Causa tos con mucosidad. También puede causar dificultar para
respirar, jadeo, fiebre baja y presión en el pecho.

La bronquitis crónica es un tipo de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Los


bronquios inflamados producen una secreción mucosa abundante. Esto conduce a tos y dificultad
para respirar. El fumar cigarrillos es la causa más común. Respirar aire contaminado, humo y polvo
por un período prolongado también puede causarla.

La bronquitis crónica es una afección a largo plazo que reaparece o nunca desaparece por
completo. Si usted fuma, es importante dejar de hacerlo. El tratamiento puede ayudar con sus
síntomas. A menudo incluye medicamentos para abrir sus vías respiratorias y eliminar la
mucosidad. Usted también puede necesitar terapia con oxígeno. La rehabilitación pulmonar puede
ayudarle a tener mejor calidad de vida.

¿Causas?

La bronquitis crónica es causada con mayor frecuencia por una irritación prolongada de los
conductos bronquiales. La bronquitis se considera para ser crónica si los síntomas continúan por
tres meses o más. La bronquitis causada por alergias también se puede clasificar como bronquitis
crónica. La bronquitis crónica es causada con frecuencia por la exposición a contaminantes
atmosféricos como el humo del cigarrillo, exceso de polvo en el aire o químicos. El recubrimiento
bronquial se inflama y la constante exposición a tales contaminantes comienza a causar daño en
los bronquiolos (conductos aéreos más pequeños del pulmón). Los síntomas de la bronquitis
crónica incluyen respiración entrecortada o jadeo, dolor de pecho y tos productiva crónica.

¿Cómo evitar?

El objetivo del tratamiento para la bronquitis crónica es ayudarlo a respirar mejor y controlar los
síntomas. El médico puede recomendar cambios en el estilo de vida como dejar de fumar; tomar
medicamentos que ayudan a limpiar las vías aéreas o evitar que los síntomas empeoren; o, en
algunos casos, recibir oxigenoterapia para ayudarle a respirar mejor
¿Consecuencias?

La causa más frecuente de la bronquitis crónica es fumar cigarrillos. La contaminación del


aire y el polvo o los gases tóxicos en el medio ambiente o en el lugar de trabajo también pueden
contribuir al desarrollo de la enfermedad.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que aumentan el riesgo de contraer bronquitis son:


• El humo del cigarrillo.
• Baja resistencia.
• Exposición a agentes irritantes en el lugar de trabajo.
• Reflujo gástrico. .

El Asma

El asma es una afección en la que se estrechan y se hinchan las vías respiratorias, lo cual
produce mayor mucosidad. Esto podría dificultar la respiración y provocar tos, silbido al respirar y
falta de aire. El asma no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse. Debido a que el asma
cambia con el paso del tiempo, es importante que colabores con el médico para controlar tus
signos y síntomas, y para ajustar el tratamiento según sea necesario.

¿Causas?

No está claro por qué algunas personas contraen asma y otras no; sin embargo, es probable que se
deba a una combinación de factores ambientales y genéticos (hereditarios).

¿Cómo evitarla?

Los síntomas de asma se pueden reducir sustancialmente evitando los desencadenantes y


las sustancias que irritan las vías respiratorias.

• Cubra las camas con fundas «a prueba de alergias» para reducir la exposición a los ácaros del
polvo.
• Quite las alfombras y aspire regularmente.
• Use sólo detergentes y materiales de limpieza sin fragancia en el hogar.
• Mantenga los niveles de humedad bajos y arregle los escapes.
• Mantenga la casa limpia y conserve los alimentos en recipientes y fuera de los dormitorios. Esto
ayuda a reducir la posibilidad de cucarachas, las cuales pueden desencadenar ataques de asma en
algunas personas.
• Si una persona es alérgica a un animal que no se puede sacar de la casa, éste debe mantenerse
fuera del dormitorio. En las salidas de la calefacción, coloque un material de filtro para atrapar la
caspa animal.
• Elimine de la casa el humo del tabaco. Esto es lo más importante que una familia puede hacer
para ayudar a una persona con asma. Fumar fuera de la casa no es suficiente. Los miembros de la
familia y visitantes que fuman afuera transportan residuos del humo del tabaco hacia adentro en
sus ropas y cabello, lo cual puede desencadenar síntomas de asma.
Las personas con asma también deben evitar en lo posible la contaminación atmosférica, los
polvos industriales y otros vapores irritantes.

¿Consecuencias?

Se trata de una enfermedad crónica que inflama los bronquios, y que causa cuadros de
obstrucción del flujo de aire. Estos se manifiestan con episodios intermitentes llamados "crisis de
asma", y que se caracterizan por tos, sensación de opresión en el pecho y, en algunas ocasiones,
sibilancias.

El enfisema es una afección pulmonar que causa dificultad para respirar. Las personas que
padecen enfisema tienen dañados los sacos de aire de los pulmones (alvéolos). Con el correr del
tiempo, las paredes internas de los sacos de aire se debilitan y se rompen, lo que crea espacios de
aire más grandes en lugar de muchos espacios pequeños. Esto reduce la superficie de los pulmones
y, a su vez, la cantidad de oxígeno que llega al torrente sanguíneo.

¿Causas?
La causa principal del enfisema es la exposición prolongada a irritantes transmitidos por el aire, los
que comprenden:
• Humo de tabaco
• Humo de marihuana
• Contaminación atmosférica
• Vapores químicos y polvo
¿Cómo evitarla?

La única manera de prevenir la enfermedad es no exponerse a los factores de riesgo que la


originan. Como se ha dicho, estos factores son el tabaco y los ambientes contaminados. Por eso,
para prevenir la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es fundamental no fumar.
También es muy importante mantener un buen estado de salud general, realizar ejercicios y
seguir una dieta sana para aumentar la resistencia del cuerpo a las infecciones.

¿Consecuencias y síntomas?

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes y consecuencias en pacientes con


enfisema pulmonar. Sin embargo, cada persona puede experimentarlos de una forma diferente.
Los síntomas precoces del enfisema pulmonar pueden incluir los siguientes:

- Dificultad al respirar -Tos.

Otros síntomas pueden incluir los siguientes:

- Fatiga. -Ansiedad. -Problemas al dormir. -Problemas cardiacos.

-Pérdida de peso -Depresión.

Los síntomas del enfisema pulmonar pueden parecerse a los de otras condiciones de los
pulmones o problemas médicos. Consulte a su médico para el diagnóstico.

Tratamiento del enfisema pulmonar

El tratamiento específico será determinado por su médico basándose en lo siguiente:

1. Su edad, su estado general de salud y su historia médica.


2. Qué tan avanzada está la enfermedad.
3. Su tolerancia a ciertos medicamentos, procedimientos o terapias.
4. Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
5. Su opinión o preferencia.

El objetivo del tratamiento es que los pacientes con enfisema pulmonar vivan con su
enfermedad de una forma más cómoda, aliviando sus síntomas y evitando el progreso de la
enfermedad con los mínimos efectos secundarios posibles. El tratamiento puede incluir:

- Dejar de fumar. Es el factor más importante para mantener los pulmones sanos.
- Antibióticos para las infecciones bacterianas.
- Broncodilatadores y otros medicamentos inhalados.
- Otras clases de medicamentos orales e inhalados.

Infecciones Urinarias

La infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto


urinario. Puede producirse por dos vías diferentes: por el extremo inferior de las vías
urinarias (abertura en la punta del pene o de la uretra, según se trate de un hombre o de una
mujer), que es el caso más frecuente; o bien a través del flujo sanguíneo, en cuyo caso la infección
afecta directamente a los riñones En definitiva, infección de orina o del tracto urinario son
expresiones que engloban diferentes enfermedades infecciosas (producidas por un
microorganismo o germen) y que afectan a cualquier parte del sistema urinario (riñón, uréteres,
vejiga urinaria o uretra).
Las infecciones del tracto urinario (ITUs) más habituales son las producidas por bacterias,
aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos. De muchas de ellas es
responsable la bacteria llamada Escherichia coli, que normalmente vive en el intestino.

Síntomas

El cuadro clínico de la cistitis puede variar en función de la zona en la que se presente


la infección. Estos son los síntomas más comunes de la infección de orina:

- Necesidad urgente y frecuente de orinar.

- Picazón o quemazón en la uretra al orinar.

- Enrojecimiento de la vulva y picor vaginal (en las mujeres).

- Dolor al orinar y al mantener relaciones sexuales.

- Color turbio, lechoso (espeso) o anormal de la orina.

- Aparición de sangre en la orina.

- Fiebre y escalofríos (la fiebre puede significar que la infección ha alcanzado los riñones).

- Vómitos y náuseas.

- Dolor en el costado o espalda (indica infección en los riñones).

Prevención

Seguir una dieta equilibrada y llevar un estilo de vida saludable pueden ayudar a prevenir
una infección urinaria; también es recomendable no retener la orina y beber agua de forma
habitual, al menos dos litros diarios, ya que esto favorecerá la diuresis.

En el caso de las mujeres con menopausia, utilizar una crema de estrógenos es eficaz a la
hora de reducir las posibilidades de contraer una cistitis.

Otros consejos específicos para reducir el riesgo de cistitis son:

- Orinar después de cada coito para eliminar posibles agentes infecciosos.

- Evitar la ducha vaginal como método para reducir la posibilidad de embarazo.

- Llevar ropa con tejidos naturales. Las prendas ajustadas y fabricadas con fibras sintéticas
contribuyen al desarrollo de cistitis de repetición. Por tanto, es mejor optar por materiales que
permitan la transpiración como el algodón.
- En el caso de los bebés y niños, es importante cambiar los pañales de forma frecuente, así
como instruir a los niños en los hábitos higiénicos que deben realizar después de haber
orinado o defecado.

Tipos

- Infecciones inferiores o de vías bajas (cistitis, uretritis y prostatitis).

- Superiores o de vías altas (pielonefritis agudas, nefritis bacteriana aguda, absceso intrarrenal y
absceso perinéfrico).

Diagnóstico

Las pruebas y análisis que tendrán que realizarse al paciente con cistitis dependerán de la
zona donde se presume que radica la infección y de los síntomas que éste padezca. Algunas de las
pruebas más generales son las siguientes:

- Examen físico: el médico palpa la zona abdominal y pélvica del paciente para detectar los
lugares con dolor o con enrojecimiento.
- Análisis de orina: con una muestra de orina del paciente se examina si ésta contiene algún
agente infeccioso (germen nocivo).
- Cultivos de orina, líquido vaginal o líquido uretral: se siembra una gota de algunos de estos
líquidos en una placa con nutrientes para bacterias y, después de transcurridas varias horas
para que éstas crezcan, se determina qué tipo de bacteria es la causante de la infección y qué
antibióticos pueden resultar efectivos (antibiograma).
- Citoscopia: consiste en introducir por la uretra un tubo provisto de lentes y luz para observar
directamente el estado de la uretra y la vejiga urinaria.
- Ecografía abdominal: es un estudio indoloro del abdomen que se realiza mediante ultrasonidos
que forman una imagen en un monitor.
- Urografía: es una radiografía del riñón, para la cual hay que inyectar previamente una
sustancia que creará un contraste y el riñón podrá ser observado con facilidad.

Tratamientos

El tratamiento para combatir las infecciones del aparato urinario incluye antibióticos, si
están causadas por bacterias, o antivirales (como el aciclovir), si están causadas por virus.

Para administrar eficazmente uno y otro tipo de fármaco, el médico especialista tiene la
posibilidad de realizar una prueba de sensibilidad o antibiograma, que le ayuda a elegir el más
efectivo contra el tipo de microorganismo que está produciendo la infección. Los antibióticos más
usados son el trimetoprim, la amoxicilina y la ampicilina. También una clase de fármacos llamados
quinolonas se usan para tratar infecciones del tracto urinario, como son la ofloxacina,
ciprofloxacina y trovafloxina.

Antes de iniciarse el tratamiento con antibióticos, el médico determina si el paciente


padece algún trastorno que pueda agravar la infección, como una alteración de la actividad
nerviosa, una diabetes o una disminución de las defensas del organismo que pueda reducir la
capacidad de éste último de combatir la infección.

Enfermedades de los Riñones

Las enfermedades renales atacan a las unidades anatómicas y funcionales de nuestros


riñones, denominadas nefronas, que se encargan de la filtración y reabsorción de las sustancias de
nuestro organismo. Por eso, la pérdida de la capacidad de depuración de estos órganos provoca
una alteración de los niveles de la sangre y la orina.

¿Cuáles son las enfermedades más comunes?

Las nefropatías están provocadas por lesiones renales o una intoxicación. Estos síntomas tardan en
manifestarse, lo que provoca que en ocasiones no seamos conscientes de ellas hasta pasado un
tiempo.

Cálculo renal: más conocido cómo piedras en los riñones, está provocado por la acumulación de las
sustancias presentes en las orina. Expulsar estos depósitos es muy doloroso y en ocasiones es
necesario que recurramos a la extracción médica.

Cáncer de riñón: tiene una mayor incidencia en personas adultas y entre sus causas se encuentra el
consumo de alcohol y tabaco, la mala alimentación o el abuso de medicamentos. Es común que los
síntomas se presenten cuando el cáncer esté avanzado.

Insuficiencia renal: se trata de una enfermedad irreversible que provoca el deterioro de la


capacidad de filtrado de nuestros riñones por lo que nuestro organismo no puede eliminar por sí
solo las sustancias tóxicas.

¿Cómo podemos prevenirlas?

No podemos esperar a que aparezcan los primeros síntomas de las enfermedades renales
para ponerles remedio. Llevar a cabo medidas diarias como una alimentación sana nos ayudará a
controlar el colesterol y la glucosa en sangre, lo que se relaciona con la salud de nuestros riñones.
Evitar el tabaco y el alcohol también reduce el trabajo de estos órganos al no tener que filtrar estas
sustancias tóxicas. Por último, realizar deporte también es una buena alternativa ya que
evitaremos el sobrepeso y nuestros riñones trabajarán menos. Además, debemos evitar el abuso
farmacológico y automedicarnos, ya que perjudica a nuestro sistema renal.
República Bolivariana de Venezuela
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Resumen de Exposiciones
Estudios de la Naturaleza

Grupo Nº 5
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Nargelys Rodríguez
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