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PUEBLOS ORIGINARIOS > CHONOS

Ambiente y Localización
Habitaron entre los 43° y 48° Latitud sur, en el territorio
que conforma la Patagonia Occidental Insular. En los
archipiélagos de Chiloé y en el conocido como de los
Chonos, hasta la Península de Taitao y el Golfo de
Penas. Estos archipiélagos son los últimos retazos de la
sumergida Cordillera de la Costa, que forman un
laberinto de islas, canales y fiordos. Son 1.047 islas
cubiertas por una selva pluvial que dificulta el
desplazamiento y donde las playas son escasas. La zona
se caracteriza por una pluviosidad elevada y uniforme
superando los 2000 mm anuales y una temperatura
media anual que fluctúa entre los 7° y 9º C.

Economía
Pertenecen al grupo de nómades del mar o canoeros australes. Fundamental en su vida son
sus embarcaciones llamadas dalcas. Eran de tres tablas encorvadas con fuego para darle
forma: una tabla al centro y las otras dos a los costados, obteniéndose una canoa larga y
angosta. Las tablas se cosían con sogas torcidas, hechas de cortezas machacadas de una
caña llamada culeu. Después se calafateaban con hojas de fiaca o mepoa, sobreponiendo
cortezas de maque. Tenían un ancla hecha de piedras y madera. Soportaban hasta 200
quintales de carga y hasta 10 tripulantes, la mayoría de los cuales remaba. Si había viento
favorable, izaban la vela. Esta embarcación, así como la destreza de sus tripulantes, fue
digna de admiración de los cronistas.
Los chonos tuvieron una división sexual del trabajo. Los hombres se dedicaron a la pesca y
a la caza del lobo marino. Este no sólo era muy apreciado por su carne, sino también por su
grasa y por su aceite, de la cual hacían una bebida. Ellos eran los encargados de armar la
choza en tierra firme. Los más jóvenes cazaban pájaros en la noche, encandilándolos en sus
nidos y haciéndoles caer en las canoas donde los remataban a palos.
Las mujeres recolectaban mariscos de roca y de profundidad, éstos mediante el buceo, para
el cual se entrenaban desde temprana edad (3 o 4 años). Llevaban en sus bocas o al cuello
un canasto donde los acumulaban antes de emerger. Ellas también recolectaban algas,
hongos, huevos y leña para el fogón. En la región de las Guaitecas sembraron maíz (utilizado
para hacer un tipo de bebida alcohólica), papas, algo de cebada y criaban unos “perros
lanudos” de los cuales hacían sus ropas (probablemente eran guanacos). Aunque se sabe
que tenían perros para ayudarles en la obtención de alimentos: estaban especialmente
entrenados para sumergirse en el mar y traer pescados que depositaban en redes
sostenidas por dos mujeres. Si una ballena varaba, se aprovechaba su carne, cuero y barbas.
Fabricaron lanzas, macanas y puñales de hueso, hachas y cuchillos de piedra, anzuelos de
madera y redes de la fibra de un árbol que llamaban quantu, de él también elaboraron
mantas y cestería. El uso del arco y flecha se menciona como ocasional.

Arte
Como muchos de los pueblos australes, utilizarían pinturas corporales: la cara de rojo, negro
y/o blanco, mientras el cuerpo era coloreado sólo de blanco. Sobre su vestimenta, los
cronistas hablan de vestidos hechos de lana o de fibra vegetal con los que se cubrían el
torso; de capas de cuero o paños, posiblemente de guanaco, que les tapaban sólo los
hombros y la espalda; y de un taparrabos hecho de algas marinas secas. Se menciona que
las mujeres usaban a la cintura una manta hecha de plumas de pájaro.
Organización Social
La unidad social básica fue la familia, se supone fueron monógamos y patriarcales. El
hombre habría tenido gran autoridad frente a la mujer. La familia extensa se reunía en
campamentos. Se menciona la presencia de jefes o caciques, quienes eran hombres de
avanzada edad.
Culto y Funebria
Poco se conoce acerca de su cosmovisión. Se supone que sus creencias fueron similares a
las de los huilliches de Chiloé. Sobre sus ritos, hay antecedentes de una danza posterior a la
extracción del aceite al lobo marino. Byron describe también una ceremonia en que los
hombres emitían gemidos y cantaban hasta alcanzar un estado de trance que les permitía
quemarse con brasas del fogón o cortarse la piel con conchas de marisco afiladas. Luego,
las mujeres repetían la escena. También señala una posible superstición respecto de no
arrojar conchas al mar: si consumían mariscos en la canoa, amontonaban sus conchas al
centro de la canoa para luego abandonarlas sobre la playa. Respecto a sus muertos, los
depositaban preferentemente en cuevas o aleros rocosos, en posición fetal, cubiertos con
pintura roja y envueltos en corteza de ciprés. Algunos viajeros describen el entierro de más
de seis individuos en una misma cueva, los que estaban depositados sobre unas plataformas
de palos entrecruzados. Los cuerpos estaban momificados naturalmente por el frío y
sequedad de la cueva.
Historia
Se cuenta con muy poca información sobre los chonos. Ni siquiera se tiene certeza de que
sean un solo grupo indígena. De cronistas, navegantes y misioneros se heredó un nombre
común y breves descripciones de su forma de vida y de sus embarcaciones. Se piensa que
habrían tenido contactos con los huilliche de Chiloé y los kawashkar de más al sur. Algunos
autores plantean que los chonos fueron una rama de estos últimos.
El primer contacto entre chonos y españoles dataría de 1553. Entre los años 1557 y 1558,
fueron avistados y descritos por la expedición de Juan Ladrillero y Francisco Cortés Ojeda.
Se cree que eran alrededor de unos 1700 individuos, de los cuales no pocos fueron
apresados por las expediciones españolas que pasaron por sus costas para hacerlos esclavos
y conducirlos a las minas del norte del país. Esto provocó su huída de las rutas marítimas.
Algunos huyeron hacia el sur, a territorio kawashkar; otros buscaron refugio en las misiones
jesuitas de Chiloé. Allí, en 1608, fueron bautizados unos pocos. En 1741, el marino inglés
John Byron naufragó con el Wager en las islas Guaitecas. Una vez a salvo, escribió un diario
en el que relata sus peripecias y convivencia con algunos miembros de la etnia. En el año
de 1805 es recibida la última noticia de ellos, luego dejan de ser mencionados.

Patrón de Asentamiento
Como nómades del mar, los chonos se movilizaban de isla en isla, sin tener una morada fija.
Pasaban gran parte del su vida en la dalca, en la cual toda la familia se mudaba en función
de los recursos disponibles, llevando consigo todos sus enseres. Incluso, ésta era desramada
y arrastradas sus partes en tierra cuando el desplazamiento así lo requería. La vivienda de
sus campamentos ocasionales, tenía forma de un cono aplastado. Consistía en una
estructura de ramas altas y derechas inclinadas instaladas en forma elíptica, una de los
extremos de las ramas se fijaba al suelo, mientras el otro se amarraba junto a los demás en
la cumbre, con fibras vegetales. En el suelo ponían ramas secas para aislar el frío, mientras
que la estructura se cubría con hojas, pieles y cortezas para protegerse del viento. Como los
materiales del techo no eran fáciles de conseguir, las conservaban llevándolas consigo en la
dalca.
El tamaño de las viviendas dependía de la cantidad de personas que alojaba y sólo contaba
con una pequeña entrada. El fuego estaba en medio, para dar calor y cocinar los alimentos.
La choza no contaba con salida para el humo, provocando molestias a sus ocupantes. Al
partir, el armazón era dejado en el lugar para futuras ocupaciones. Aparentemente, estos
campamentos esporádicos se ubicaban cerca de uno o más recursos clave, como agua
dulce, desde donde se establecía un área de acción dirigida a la obtención de los demás
recursos. En el sector donde se ubicaban estos campamentos se formaban conchales,
debido al abundante consumo de mariscos. Algunos alcanzan 100 m de ancho y cuatro
metros de profundidad.
Lengua
Se desconoce la lengua que tuvieron. Algunos dudan de su existencia, otros piensan que
fue la misma utilizada por los huilliche de Chiloé, otros la asocian a las lenguas fuéguidas.
Lo cierto es que a la lengua chono solo se han logrado atribuir algunos topónimos chilotes,
entre los cuales figuran aquellos terminados en –ec (ek) o –ac (ak), por ejemplo islas Laitec,
Chaulinec, Quenac, Cahuac, Isquiliac, costas de Ichuac, Auchac, etc.

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