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Milagros de resurrecciones

Los tres milagros de resurrección que narran los evangelios cumplen un propósito específico: establecer el dominio
de Cristo sobre la muerte, y preanunciar su propia resurrección.

Es fácil conectar a los milagros de resurrecciones con los milagros de sanidad. Parecería que la resurrección es la
expresión máxima de la sanidad. La sanidad operada por Jesús consiste en aumentar la vitalidad en el cuerpo
enfermo; pero una resurrección como es literalmente entendida es devolverle la vida a un cuerpo que la ha perdido.
La diferencia puede parecer poca, pero es muy importante.

1- De acuerdo a Colosenses 1:18, Jesús fue el primero en volver de la muerte. Eventualmente todos volveremos
de la muerte, pero eso aún no ha sucedido. Estos tres casos de resurrección así como otros narrados en el Antiguo
Testamento no pueden por tanto ser de la misma naturaleza que la resurrección de Jesús y a la futura resurrección
nuestra. Esa diferencia estaba clara en la mente de Marta (Juan 11:23-25).

La palabra que traducimos como resucitar no es equivalente a revivir, no en el sentido de devolver la vida a un
cuerpo que la ha perdido. La palabra se traduce mejor como “levantar”; el cual es su significado literal.

2- Estudiando los relatos, encontramos a una niña que estaba siendo velada (Marcos 5:38), a un joven que era
llevado para ser sepultado (Lucas 7.12),

3- y a un hombre ya sepultado (Juan 11:17). La niña tenía escasas horas de muerta mientras que Lázaro ya
llevaba cuatro días.

4- En todos los casos, la gente se refería a ellos como muertos (Marcos 5:37; Juan 11:37). Sin embargo, Jesús los
declara como durmiendo (Marcos 5:39; Juan 11:11).

Entonces ¿estaban técnicamente muertos? Sí lo estaban. Jesús es claro en que cuando él dice “durmiendo”, se
refiere a lo que nosotros llamamos “muerto” (Juan 11:12-14).

5- Para Jesús – y para Pablo – “la muerte” se refiere a la muerte definitiva, la muerte que destruye el alma
(segunda muerte). A la muerte que solamente afecta al cuerpo, se la llama “dormir” (primera muerte). Pero
médicamente no hay diferencia entre la una y la otra.

¿Se descomponen aquellos cuerpos que murieron (durmieron)? Sabemos que el cuerpo de Jesús no sufrió
descomposición; pero este sería un hecho muy especial, único. Por el contrario, el cuerpo de Lázaro ya hedía (Juan
11:39).

El efecto contrario a morir es resucitar; mientras que el efecto contrario a dormir es levantarse. En Jesús estaba la
vida, la vida eterna para el alma, y la vida biológica para el cuerpo. Jesús demostró tener poder para levantar a los
cuerpos muertos, y Cristo tiene el poder de resucitar a las almas muertas. Él mismo fue levantado y resucitado.

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