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ENSAYO

NEUROPSICOLOGIA

NATHALIA ASTRID GARCIA RODRIGUEZ.

VARIEDAD SINTOMATOLOGÍCA NEUROPSICOLOGÍCA DEL


TRAUMATISMO CRÁNEO ENCEFÁLICO.
Es el traumatismo cráneo encefálico (TCE), en nuestros tiempos una de las patologías
clínicas tanto médicas como psicológicas de gran auge en campo laboral, puesto que
hay una enorme variada gama de agentes causales con múltiples directrices clínicas
por lo que cada caso se hará único y con una gran variedad de posibles pronósticos
clínicos. Es por ello que es necesario e importante el conocer y dominar de forma clara
y concreta cada uno de los tipos de traumatismos y sus características particulares
para poder diferenciar los rasgos particulares y las posibles causas que tomara el caso
que estemos tratando y así poder evitar las secuelas y/o posibles complicaciones de las
que ya debemos tener conocimiento si es que no se toman las medidas y/o
tratamientos adecuados y oportunos para con nuestro paciente.

Es de gran importancia tomar en cuenta los antecedentes del traumatismo


craneoencefálico (TCE) el cual ha sido llamado “la epidemia silenciosa” ya que
constituye la primera causa de muerte y discapacidad en individuos menores de 40
años; con un elevado costo socioeconómico e importantes conflictos éticos y afectivos.
(José Antonio Portellano; 2005). El traumatismo craneoencefálico (TCE) constituye uno de
los mayores problemas de salud pública en la sociedad moderna, agravado en los
últimos años por el mayor número de automóviles y otros vehículos que desarrollan
altas velocidades. Los accidentes automovilísticos, en el hogar y en el trabajo, así como
los actos de violencia, son los responsables de una alta y costosa incidencia de TCE. Se
ha comprobado que el alcohol es un factor contribuyente en aproximadamente 40%
de todos los traumatismos de cráneo severos. En los países industrializados, se conoce
que entre 150 y 300 por 100.000 habitantes son ingresados al hospital por TCE por
año. En EE.UU., 1.500.000 individuos son asistidos por TCE por año. En Inglaterra, 15
por 100.000 de la población por año son admitidos en una unidad neuroquirúrgica, y 9
por 100.000 mueren por TCE (Efrén herrera; 2011). El grupo más afectado el de edad
comprendida entre 15 y 35 años, con una relación hombre:mujer de 2.5:1. El trauma
del sistema nervioso central es responsable de más del 40% de todas las muertes por
trauma, en los estudios postmorten o luego del ingreso a centros de trauma. Por otra
parte, los pacientes que sobreviven a un trauma severo de cráneo presentan mayor
compromiso funcional que otros grupos de trauma, y las incapacidades pueden ocurrir
cualquiera sea la severidad inicial. (Carlos Levosio; 2006)
Es necesario reconocer Conceptualmente lo que se denomina TCE el cual es: ¨las
alteraciones que sufre el encéfalo (hemisferios cerebrales, cerebelo y tallo encefálico),
sus envolturas meníngeas (duramadre, aracnoides y piamadre), el estuche óseo o los
tejidos blandos epicraneales por la acción de disímiles agentes vulnerantes¨, (José
Antonio Portellano; 2005); es decir; cualquier alteración física o funcional producida por
fuerzas mecánicas que actúan sobre el encéfalo o alguna de sus cubiertas. ( Carlos Casas
Fdz. 2007).
Con todos estos antecedentes claros y reconociendo la necesidad hoy en día de
dominar este tema de forma completa se han presentado múltiples clasificaciones y
formar de dividir el TCE los cuales de forma sintetizada son: a) según el tipo de golpe
que se presente y si hay o no penetración en: abiertos y cerrados; b) se pueden
clasificar según la lesión en primarias y secundarias; c) De manera más detallada se
pueden clasificar estas lesiones descritas por (García & los Arcos, 2012): Scalp o
laceración del cuero cabelludo, Fracturas craneales, Lesiones cerebrales (Carlos Levosio;
2006); d) la más práctica para fines clínicos que engloba todas las características clínicas
y neuropsicológicas, que es en leve, moderado y severo.
Además es importante conocer que las secuelas que presenta los paciente posteriores
al daño que puede ocasionar el TCE, todo con la finalidad de conservar en su mayoría
la mejor función clínica del paciente por ello según los datos del, Traumatic Coma Data
Bank (TCEDB) sobre el resultado final se tiene que del TCE son de 30 a 36% de muertes,
5% en Estado Vegetativo, 15% severamente incapacitados, 20% moderadamente
incapacitados y 25 % con buena recuperación. La causa más frecuente son los
accidentes de tráfico (70%) y le siguen en frecuencia los asaltos, las caídas y los
accidentes industriales. (José Antonio Portellano; 2005).
Es por la gran importancia que han tomado en la vida moderna y practica clínica diaria
Por ello abordaremos de forma práctica y objetiva las características clínicas-
neuropsicológicas de los TCE para su mayor entendimiento y así poder diferenciar la
gravedad que conllevan los pacientes de este grupo sus posibles lesiones a estructuras
cerebrales así como su fisiopatología clínica para podemos englobar sus daños y
alteraciones neuropsicológicas en:

Sintomatología motora.
Los daños motores son sobre todo evidentes en los momentos posteriores al accidente
al mismo tiempo la recuperación en la mayoría de las veces satisfactoria y las
dificultades motoras se resuelven poco a poco. Es posible, no obstante, que en los
casos más graves algunas secuelas sean permanentes. La persona debe, pues,
adaptarse según las necesidades y utilizar ayudas técnicas (ortopedia, silla de ruedas...)
para compensar la función perdida o dañada (FADECO; 2000). Lo anterior se debe a que
cuando alguna parte del cerebro que dirige algún movimiento en especifico es
afectado y podemos observar una gran gama de síntomas clínicos motores como los
son en un término vago ¨las parálisis¨ las cuales se apreciaran más o menos marcada
de las extremidades. Un ejemplo de ello es el hecho de que Si es el lado izquierdo del
cerebro el que ha sido dañado, serán las extremidades del lado derecho las que estén
afectadas. Será lo contrario si el cerebro está herido en el lado derecho.
Otros tipos de sintomatología motora son los que pueden espasticidad (músculos
rígidos o tensos), movimientos involuntarios, la incoordinación, o una lentitud en la
gesticulación facial. La persona afectad a sufrirá una falta de precisión y realizará con
lentitud y dificultad los gestos que le eran fáciles normalmente (preparar una comida,
lavarse, vestirse, hacer trabajos manuales).
Los síntomas motores también se pueden apreciar a nivel de lenguaje, ya que algunos
afectados tienden a manifestar dificultades para expresarse verbalmente, es decir
disartria (dificultad para articular palabras); dislalia (dificultad para fonar palabras)
entre las más comunes, todo esto lleva al afectado a presentar dificultad para hacerse
entender, lo que aumenta su frustración con su padecer, su entorno y sus miembros.

Sintomatología sensorial.
Un TCE puede llevar una disminución total o parcial de la función de uno o más de los
sentidos, (la visión, la audición, el olfato, el gusto y el tacto). Los problemas visuales
más comunes es la pérdida parcial o total del campo visual o la presencia de manchas
o luces dentro del campo visual del afectado; los problemas auditivos pueden llegar a
presentarse como, una disminución de audición o un zumbido de oídos o incluso hasta
la perdida de la audición de forma parcial o total , unilateral o bilateral; incluso los
problemas del olfato productos de TCE pueden ser desde la una disminución o pérdida
del olfato, hasta el presentar la sensación de algún olor en especifico; de igual manera
que en los síntomas olfativos se presentan los de gusto. A la sensación de percibir
sensaciones sensoriales inexistentes se les denomina ¨alucinaciones sensoriales¨.
También podremos encontrar una disminución de la sensibilidad, por lo general en el
mismo lado que el de la parálisis (síntomas motores). Una pérdida de sensibilidad al
tacto, al calor, al frío o al dolor ocasiona un riesgo de quemaduras o heridas ya que
estas personas no son plenamente conscientes de esta pérdida de sensibilidad.
Otros problemas conexos Muchas veces los afectados por un traumatismo se quejan
de cefaleas (dolor de cabeza) y de mareos, que acentúan el cansancio y la frustración.
Desgraciadamente, a veces es difícil controlar este problema, incluso con una
medicación apropiada. Otras heridas o factores, no teniendo lazo directo con la lesión
cerebral, pueden complicar la situación del paciente, como puede ser el caso de
fracturas múltiples, deformaciones físicas o cicatrices aparentes.

Además de presentar algunas otras alteraciones o trastornos psiquiátricos post


trauma los cuales se deben de tomar en cuenta en el manejo ya que estos hacen más
compleja la reincorporación y mejora de la salud del afectado siendo las más
destacadas: Depresión: tras el TCE se producen cambios en el comportamiento mental
y deterioro cognoscitivo que disminuyen la calidad de vida del enfermo incrementan el
riesgo de intentos de suicidio. Manías: producidas por el aumento en la frecuencia del
consumo de sustancias psicoactivas para percibir la sensación de bienestar. Psicosis:
La presencia de síntomas atípicos, tales como los trastornos de la identidad, son
sugerentes de psicosis secundarias al TCE. Además de aquellos casos en los que una
alteración persistente de atención o memoria de lugar a una explicación de naturaleza
delirante que venga a mitigar la angustia o el desconcierto provocados por la
conciencia del déficit cognitivo. Trastornos de ansiedad: producida generalmente si la
lesión se ubica en la región lateral anterior del hemisferio derecho. Alteraciones de la
personalidad: depende de sutiles diferencias en la forma de ser solo perceptibles por
personas muy intimas y conocidas pasando por exacerbaciones de características que
ya poseían, hasta cambios extremos que transforman al paciente en alguien diferente.
Irritabilidad y agresión: puede aparecer como parte de otros trastornos post-TCE o
como un síndrome aislado y supremamente heterogéneo que abarca diversas
conductas y estados subjetivos y dependiendo del área afectada tras el TCE. Síndrome
apático: se puede definir como un síndrome donde se combina la disminución de la
respuesta emocional, el interés por la actividad, la actividad dirigidas a metas y
espontanea. Síndrome post-contusión: Es un trastorno que sigue a un TCE leve y se
caracteriza por al menos tres de los siguientes síntomas (cefalea, vértigo, fatiga,
irritabilidad, insomnio, perdida de la memoria) algunos autores dicen que estos deben
persistir durante un periodo de tres meses como mínimo. (Efrén Herrera; 2011).
Estrés postraumático (TPEP): Se caracteriza por la presenta alteraciones en las
funciones mentales asociadas, se transitoria o permanentemente. En el personal de las
Fuerzas Militares se observa una mayor incidencia y aunque hay estudios en los que la
gravedad re relaciona directamente con la dureza del combate, en otros por el
contrario, hechos con personal no combatiente, esta relación directa entre gravedad
del trauma y riesgo de TEPT.

Una vez entendidas y dominadas las características esenciales de TCE podremos hacer
una valoración adecuada y concisa de nuestro paciente afectado y llevar un
tratamiento integro y concreto; encaminado a la restitución adecuada de su salud
logrando mejorar la calidad de vida posterior a ello; ya que es ahí donde se encuentra
la mayoría de las limitaciones o bloqueos personales y sociales para su reincorporación
tras el Trauma, y es donde nuestra formación académica profesional está orientada a
servir al ser una profesión HUMANISTA en toda la expresión de la palabra.
BIBLIOGRAFIA:

1.- Introducción A La Neuropsicología; José Antonio Portellano; 2005; Editorial Mc


Graw Hill. Cap 2.3 Pág. 45-47.

2.- Protocolos Diagnóstico terapéuticos De Urgencias Pediátricas-SEUP-AEP;


Asociación Española De Pediatría, 2007; Sociedad Española De Urgencias Pediátricas;
Editorial: Ergón, S.A; PAG, 213-228.

3.- Daño Cerebral Guía De Familias; FEDACE (Federación Española De Daño Cerebral);
2000; Editorial: Artegraf S.A.

4.- Trauma Craneoencefálico, Fundamentos De Patología, Fisiopatología, Clínica,


Diagnóstico Y Tratamiento; Autor: Dr. Efrén Herrera Martínez; 2011; Editorial Trillas;
Paginas 1-24.

5.- Libro Virtual Intranet, Medicina Intensiva, Traumatismo Escefalocraneanos; Autor:


Carlos Levosio; 2006; Editorial: El Ateneo.

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