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NEUROPSICOLOGIA
Sintomatología motora.
Los daños motores son sobre todo evidentes en los momentos posteriores al accidente
al mismo tiempo la recuperación en la mayoría de las veces satisfactoria y las
dificultades motoras se resuelven poco a poco. Es posible, no obstante, que en los
casos más graves algunas secuelas sean permanentes. La persona debe, pues,
adaptarse según las necesidades y utilizar ayudas técnicas (ortopedia, silla de ruedas...)
para compensar la función perdida o dañada (FADECO; 2000). Lo anterior se debe a que
cuando alguna parte del cerebro que dirige algún movimiento en especifico es
afectado y podemos observar una gran gama de síntomas clínicos motores como los
son en un término vago ¨las parálisis¨ las cuales se apreciaran más o menos marcada
de las extremidades. Un ejemplo de ello es el hecho de que Si es el lado izquierdo del
cerebro el que ha sido dañado, serán las extremidades del lado derecho las que estén
afectadas. Será lo contrario si el cerebro está herido en el lado derecho.
Otros tipos de sintomatología motora son los que pueden espasticidad (músculos
rígidos o tensos), movimientos involuntarios, la incoordinación, o una lentitud en la
gesticulación facial. La persona afectad a sufrirá una falta de precisión y realizará con
lentitud y dificultad los gestos que le eran fáciles normalmente (preparar una comida,
lavarse, vestirse, hacer trabajos manuales).
Los síntomas motores también se pueden apreciar a nivel de lenguaje, ya que algunos
afectados tienden a manifestar dificultades para expresarse verbalmente, es decir
disartria (dificultad para articular palabras); dislalia (dificultad para fonar palabras)
entre las más comunes, todo esto lleva al afectado a presentar dificultad para hacerse
entender, lo que aumenta su frustración con su padecer, su entorno y sus miembros.
Sintomatología sensorial.
Un TCE puede llevar una disminución total o parcial de la función de uno o más de los
sentidos, (la visión, la audición, el olfato, el gusto y el tacto). Los problemas visuales
más comunes es la pérdida parcial o total del campo visual o la presencia de manchas
o luces dentro del campo visual del afectado; los problemas auditivos pueden llegar a
presentarse como, una disminución de audición o un zumbido de oídos o incluso hasta
la perdida de la audición de forma parcial o total , unilateral o bilateral; incluso los
problemas del olfato productos de TCE pueden ser desde la una disminución o pérdida
del olfato, hasta el presentar la sensación de algún olor en especifico; de igual manera
que en los síntomas olfativos se presentan los de gusto. A la sensación de percibir
sensaciones sensoriales inexistentes se les denomina ¨alucinaciones sensoriales¨.
También podremos encontrar una disminución de la sensibilidad, por lo general en el
mismo lado que el de la parálisis (síntomas motores). Una pérdida de sensibilidad al
tacto, al calor, al frío o al dolor ocasiona un riesgo de quemaduras o heridas ya que
estas personas no son plenamente conscientes de esta pérdida de sensibilidad.
Otros problemas conexos Muchas veces los afectados por un traumatismo se quejan
de cefaleas (dolor de cabeza) y de mareos, que acentúan el cansancio y la frustración.
Desgraciadamente, a veces es difícil controlar este problema, incluso con una
medicación apropiada. Otras heridas o factores, no teniendo lazo directo con la lesión
cerebral, pueden complicar la situación del paciente, como puede ser el caso de
fracturas múltiples, deformaciones físicas o cicatrices aparentes.
Una vez entendidas y dominadas las características esenciales de TCE podremos hacer
una valoración adecuada y concisa de nuestro paciente afectado y llevar un
tratamiento integro y concreto; encaminado a la restitución adecuada de su salud
logrando mejorar la calidad de vida posterior a ello; ya que es ahí donde se encuentra
la mayoría de las limitaciones o bloqueos personales y sociales para su reincorporación
tras el Trauma, y es donde nuestra formación académica profesional está orientada a
servir al ser una profesión HUMANISTA en toda la expresión de la palabra.
BIBLIOGRAFIA:
3.- Daño Cerebral Guía De Familias; FEDACE (Federación Española De Daño Cerebral);
2000; Editorial: Artegraf S.A.