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flujos comunicacionales,
discursos y modalidades de producción
de conocimiento Antropológico,
más allá o más acá del colonialismo.
L. Nicolás Guigou
Cuando uno piensa en Antropologías del Sur, está haciendo uso de un mapa
clasificatorio - pensar es clasificar- en el cual, en el marco de las Antropologías
mundiales, existiría una suerte de Sur Antropológico. Esta construcción está vinculada
con las Antropologías de los Estados Nacionales. De hecho, los buenos intentos de
investigación de las diferentes Antropologías, sus fundaciones, su desarrollo, su
cristalización, etc; al establecerse únicamente en los espacios geográficos
intemporales de los Estados Nacionales, evidencian cómo nuestras Antropologías
están atravesadas por dimensiones culturales, epistémicas, políticas, económicas,
etc. Estas Antropologías del mundo, vinculadas a los Estados Nacionales, cargan con
la impronta y el recorte simbólico de los Estados Nacionales sobre esas
Antropologías. En parte, esto oblitera los intersticios, las fronteras móviles, los flujos
comunicacionales y sobre todo, las ideas de las experiencias que resultan difíciles de
colocar en un espacio y en un tiempo dado.
Ahora, qué quiere decir colonialismo en una disciplina -sobre todo como la nuestra-
que surge del colonialismo, indiscutiblemente. Qué estamos queriendo decir cuando
hacemos referencia al colonialismo o a la situación colonial en el siglo XXI? Cuáles
son las consecuencias epistemológicas, epistémicas, culturales, disciplinarias, etc.,
que hacen que nuestras Antropologías influenciadas sin duda por el giro decolonial,
puedan diagnosticarse muchas veces como atravesadas por este colonialismo o
eventualmente luchando, en términos epistémicos y epistemológicos, sobre este
colonialismo? Qué quiere decir la situación colonial en el campo del desarrollo de las
Antropologías del Sur? Cuáles serían los colonialismos contemporáneos?
No aquellos que historizamos, que colocamos en un origen, en una fundación y que
pensamos que, a través de diferentes prácticas y compromisos políticos o
compromisos de investigación, teóricamente superamos. Qué relación tiene esto en
pensar las Antropologías desde el Sur?
RACIONALIDAD CAUCÁSICA
Primero hay que complejizar la idea de Sur. Nuestro Sur antropológico implica en
realidad, una multiplicidad de sures, una heterogeneidad en la que habitan también
numerosos nortes, numerosos estes, numerosos oestes, desdoblados y desconocidos
por nosotros mismos. En este sentido, son muy importantes los encuentros regionales
de Antropología. Allí nos conocemos, intercambiamos, aprendemos, recorremos
nuestras miradas, nos reconocemos, es decir, nos descolonizamos un poco, aunque
sea un poco. Sobre todo dejamos de blanquearnos al llenarnos de esperanzas y
deseos de romper con la lógica hegeliana del amo y el esclavo, que es uno de los
elementos fundamentales para entender la producción y reproducción del colonialismo
en nuestras disciplinas y que tiene que ver con la obsesión de querer ser
occidentales.
Hay algunos indicadores (no los más relevantes pero importantes de mapear) que
aparecen constantemente de manera regular. Uno es claramente el desconocimiento
bibliográfico de una comunidad académica hacia la otra, digamos, de las comunidades
que están presentes en esta parte del sur del mundo. Esto es clarísimo. Sabemos
mucho más, manejamos mucha más bibliografía de la metrópolis que el conocimiento
bibliográfico que podemos tener entre las comunidades de estos diferentes países.
Otro indicador tiene que ver con el desconocimiento interno de las propias
comunidades académicas. Los investigadores desconocen su producción. No se citan,
no saben lo que investigan y eventualmente, si algún investigador nativo, por llamarle
así, llega a algún tipo de conclusión interesante, los otros antropólogos colonizados,
buscarán referencias externas para negar la reflexión del colega que tienen al lado.
Esto es muy común en nuestras comunidades, tanto el desconocimiento de cada
comunidad académica de cada país así como el desconocimiento interno de las
diferentes producciones locales. Lo legítimo es para esta lógica, quien sea realmente
blanco. Evidentemente el antropólogo nativo no lo es y por lo tanto, le faltan algunos
mecanismos de legitimación. Estas situaciones de colonialismo institucionalizado, no
son las más importantes, son apenas efectos de superficie de esta situación colonial.
Este conjunto de falacias que generan este traductor universal, se está reviendo. Se
están deconstituyendo algunas perspectivas universalistas al mismo tiempo que se
está reconociendo la capacidad heurística de las cosmologías no occidentales en el
estudio, inclusive, de los espacios occidentales y occidentalizados. Esto es muy
importante en el caso de la Antropología porque ya no se trata de estudiar la
cosmología de los otros sino de ver en éstas su capacidad heurística. Es un cambio
radical. Pensar las cosmologías no occidentales no sólo como espacios de estudio
sino también en tanto dadoras de elementos que nos pueden permitir indagar
espacios occidentales u occidentalizados.