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HISTÓRICA Y SOCIAL
Olga Ardila
Departamento de Lingüística
Universidad Nacional
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Antorveza. Por otra parte, el proceso de castellanización se da en forma
temprana y paralelo a este proceso, se plantea también la necesidad de
aprender las lenguas indígenas por parte de los colonizadores.
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lenguas del Nuevo Reino lleva a implementar como en México y Perú la
política de “Lenguas generales”. Se trataba de seleccionar las lenguas más
representativas o más difundidas a nivel regional, para emplearlas en los
procesos de evangelización como “lenguas francas”. A mediados del siglo XVI
Felipe II ordena la creación de cátedras de lenguas generales. Se establecieron
en el Nuevo Reino de Granada cuatro lenguas generales o lenguas francas: El
chibcha o muisca, que ya desempeñaba ese papel de lengua franca entre los
nativos, el quechua por su gran importancia como lengua de comunicación en
el imperio inca , el sáliba de los Llanos Orientales y el siona en la parte sur del
país. Gracias a la política de lenguas generales disponemos de diversos
materiales históricos sobre las cuatro lenguas mencionadas.
La política de lenguas generales en el Nuevo Reino trajo consecuencias
positivas para el chibcha: Se crea la cátedra de la lengua chibcha y se
publican diferentes tipos de documentos sobre esta lengua. El chibcha
adquiere entonces el estatus de “lengua general del Nuevo Reino de Granada”
Las otras lenguas: el siona el sáliba y el inga en la práctica no funcionaron
como lenguas generales. Sin embargo, la política de evangelización en lenguas
indígenas siempre tuvo enemigos. Muchos misioneros estuvieron siempre a
favor de la imposición del español ya que consideraban inadecuada la política
de evangelización en lenguas indígenas y se quejaban de las dificultades que
traía consigo su implementación. Finalmente, en el siglo XVIII, Carlos III
prohíbe el uso de las lenguas indígenas e impone el uso del español, según
cédula real de 1770. Esta política buscaba conseguir “que se extingan los
diferentes idiomas que se usan en todos los dominios y sólo se hable el
español”.De acuerdo con los planteamientos de Triana y Antorveza diversas
razones llevaron a imponer el español en América:
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4. El aprendizaje de las lenguas indígenas presentaba grandes dificultades
a los religiosos encargados de la evangelización
5. Se produce la unificación lingüística del castellano en 1492 a partir de la
publicación del “Arte de la lengua castellana” de Antonio Nebrija.
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vocablos propios de las culturas indígenas. El léxico del español americano se
enriqueció de manera importante. En el español colombiano se trata sobre todo
de indigenismos tomados del chibcha o muisca y del quechua. José Joaquín
Montes en su artículo “El español de Colombia y las lenguas indígenas “
menciona quechuismos como achira, carpa cancha, cóndor choclo china,
ñapa, llama etc y muisquismo como changua, chucua curaba chingue ,cuba
(hijo menor) entre otros. Por otra parte se conformaron nuevas variedades del
español hablado por los indígenas, español de contacto. Por su parte las
lenguas indígenas presentaron cambios a nivel de su estructura lingüística.
Los cambios más significativos se presentan sin lugar a dudas en el campo del
léxico; las lenguas vernáculas tomaron préstamos del español para responder
a nuevas realidades y nuevas necesidades comunicativas. A nivel fonológico
los cambios en la mayoría de los casos simplificaron rasgos de los fonemas
en las lenguas indígenas o eliminaron fonemas. Así por ejemplo muchas
lenguas indígenas de Colombia presentaban un sistema de consonantes
simples /p, t k/ y aspiradas /ph th kh/, con valor fonológico. Las consonantes
aspiradas se perdieron y se confundieron con las simples. Las lenguas con
consonantes globalizadas/ p? t? k?/ también perdieron el rasgo de glotalización
y se confundieron con las consonantes simples. A nivel gramatical se
presentaron igualmente cambios como consecuencia del contacto.
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Las lenguas llamadas criollas surgen como resultados de la presencia de esclavos negros traídos del África. La falta
de un medio común de comunicación entre dichos esclavos presionó el surgimiento de una jerga de contacto (pidgin)
que posteriormente se transforma en una lengua criolla al ser transmitida a nuevas generaciones
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2.1 Los datos sobre población
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indígena de 785.353 personas que corresponden a cerca del 2% de la
población nacional (Arango y Sánchez: 2004).
No existen datos históricos acerca de la población reconocida como
palenquera o raizal ( hablante del criollo sanandresano) .Datos de principios del
siglo XIX calculaban cerca de 100.000 afrocolombianos sin especificar su
lengua. Los registros históricos disponibles sobre población que se reconozca
étnicamente como palenquera (anteriormente conocidos como cimarrones) o
como raizales de San Andrés y Providencia son prácticamente nulos, ya que
antes del siglo XIX no se tomaba en cuenta la población afrocolombiana
dentro de los datos censales. Ya durante el siglo XIX se llevaron a cabo seis
censos de población, tres de los cuales identificaron a la población indígena y
dos a la negra. El primero de estos censos, realizado en 1827, calculaba una
población afrocolombiana de 103.832 personas, sin especificar si eran
palenqueros o raizales, lo cual correspondía al 4.4% de la población nacional.2
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Ardila, Olga. Lenguas indígenas y criollas colombianas: un balance de su situación actual (manuscrito)
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como es el caso de las lenguas Arawak, Caribe, o Chibcha. Otras en cambio,
constituyen pequeñas agrupaciones de lenguas habladas en Colombia y en
países vecinos como los grupos Uitoto, Chocó, Guahibo, Sáliba-Piaroa, entre
otros.
Las lenguas indígenas son habladas a lo largo del país. Además del
Amazonas encontramos lenguas indígenas al norte en la Guajira y la Sierra
Nevada ; en la zona de los Llanos Orientales, la Costa Pacífica y el Sur Andino.
Las lenguas de la familia Arawak son habladas tanto al norte como al sur del
país en la región amazónica y en los Llanos Orientales y tienen una presencia
importante en Colombia, lo mismo que en países vecinos. Las lenguas Caribe
en cambio, tienen una presencia reducida en el país; se hablan al oriente y sur
de Colombia. Las lenguas de la familia chibcha son habladas al norte del país
en la zona de la Sierra Nevada de Santa Marta, lo mismo que en los límites con
Panamá en norte de Santander y en los límites con Venezuela. En la región de
los Llanos Orientales encontramos también lenguas de los grupos Sáliba-
Piaroa y Guahibo En la zona del Sur Andino se hablan diversas lenguas,
algunas de las cuales no han sido clasificados y se consideran por lo tanto
lenguas independientes como el nasa-yuwe, el guambiano, el cofán y el kamtsa
Las lenguas de la región amazónica pertenecen a diferentes familias
lingüísticas y se caracterizan, en la mayoría de los casos, por tener un número
reducido de hablantes .El departamento de Vaupés presenta la mayor
diversidad lingüística del país y alberga lenguas Tucano-Oriental, Arawak,
Caribe y Maku-Puinave. En la región amazónica encontramos además de la
presencia de familias lingüísticas como la Arawak y Caribe, pequeñas grupos
de lenguas como el Bora y el Uitoto entre otros, lo mismo que lenguas sin
clasificar como el ticuna y el andoque .Un panorama de las lenguas indígenas
en la actualidad muestra una gran diversidad de lenguas con un número
reducido de hablantes.
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lenguas indígenas como es el caso de países como Perú, Bolivia o México.
Por otra parte, los datos disponibles no permiten definir con precisión el
número de hablantes de cada lengua. La siguiente es la distribución de las
lenguas indígenas habladas en Colombia, de acuerdo con sus características
demográficas:
5. Entre 1.000 y 5.000 : yuko, piapoco, damana, barí, cuna, sáliba, desano,
guanano, coreguaje, camsá, cubeo, tucano, puinave
7. Entre 500 y 100: achagua, cabiyarí, hitnu, bará, carapana, tatuyo, yurutí,
andoque, nukak, cacua, hupda., yuhup , yagua
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procesos de colonización en la diversidad lingüística del territorio colombiano,
pero sabemos por los documentos históricos que decenas de lenguas se
perdieron y fueron desplazadas por el español durante los primeros siglos de la
conquista. Tampoco disponemos hasta el momento, de estudios actuales sobre
los niveles de multilingüismo y bilingüismo español lenguas indígenas ni de las
actitudes de los hablantes en los que respecta la valoración y el uso de sus
lenguas.
Sin embargo es bien sabido que los pueblos indígenas y criollos han
tenido que afrontar diferentes tipos de situaciones que han influido en el uso y
mantenimiento de sus lenguas. Los procesos de contacto se han ido
acelerando en las últimas décadas en lugares que en otros tiempos se
encontraban aislados de la sociedad dominante. En estos procesos han influido
sin lugar a dudas la presencia de la iglesia, funcionarios del estado y entidades
oficiales y privadas de diversa índole lo mismo que investigadores. Las
características de la educación impartida a los pueblos indígenas han jugado
también un papel preponderante en dichos procesos.
Debido a los factores mencionados se evidencian en la actualidad
diversos tipos de procesos que van desde una aculturación acelerada en
algunas comunidades hasta niveles de bilingüismo equilibrado lengua
indígena – español en otras. El nivel de asimilación cultural y lingüístico de
estas comunidades es específico para cada caso, por lo cual realizar
generalizaciones sería simplificar enormemente el complejo conjunto de
situaciones que se derivan del contacto de estos grupos con la sociedad
mayoritaria; factores como la intensidad y los contextos en los que se presenta
el contacto, el estatus y la valoración de la lengua vernácula, el nivel de
importancia que la comunidad le otorgue a su lengua como elemento de
identificación cultural y como vehículo de transmisión del conocimiento
tradicional, entre otros, determinan los niveles de bilingüismo, así como los
procesos de pérdida o mantenimiento de la lengua indígena.
De esta forma, en múltiples casos, factores como cambios en los
patrones ancestrales de asentamiento de los grupos, alteraciones en las
economías tradicionales de subsistencia (caza, pesca, agricultura), debidas
principalmente al agotamiento de los recursos naturales, y abandono de las
costumbres tradicionales por adopción del estilo de vida de la sociedad
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mayoritaria, han generando procesos acelerados de pérdida de la lengua
ancestral. Así mismo, en muchos casos, la presencia de instituciones
occidentales en el seno de las comunidades indígenas ha influido en gran
medida en la pérdida de las culturas y lenguas aborígenes ; factores como la
educación en español y el creciente número de indígenas que laboran y viven
en zonas de fuera de sus territorios de origen, adoptando formas de vida
occidentales, han llevado a que las generaciones jóvenes hablen cada vez las
lenguas indígenas o solamente tengan un conocimiento pasivo de estas.
Se observan, entonces, en estos casos, ámbitos de uso de las lenguas
indígenas cada vez más restringidos, dado el enorme predominio de la lengua
mayoritaria en la enseñanza en escuelas, en las relaciones con las entidades
gubernamentales y, en general, en todos los ámbitos de la vida nacional. Unas
pocas comunidades, en cambio, han logrado adaptarse de manera más o
menos equilibrada a la sociedad nacional asimilando de manera positiva las
nuevas opciones de mejoramiento social que les brinda la sociedad occidental,
sin por ello dejar de identificarse como indígenas y sin que el uso de sus
lenguas se vea amenazado de manera drástica por esta situación.
Los estudios sociolingüísticos en el campo de las lenguas minoritarias
apenas se inician en el país. La mayoría de los trabajos sobre lenguas
indígenas y criollas están dedicados a estudiar la estructura de las lenguas. Sin
embargo una primera aproximación a la realidad social de las lenguas
colombianas muestra, que las lenguas indígenas están perdiendo cada vez
más espacio frente al español. En las últimas décadas se constata, de manera
preocupante, cambios acelerados en el uso de las lenguas. Las nuevas
generaciones prefieren el uso del español y su competencia en lengua indígena
es cada vez más precaria. Algunos incluso son bilingües pasivos ya que no
utilizan y sólo entienden la lengua indígena y su primera lengua es el español.
Este proceso se ha vendido dando por diferentes factores entre los cuales la no
transmisión en el hogar es tal vez el más importante. A la no transmisión
intergeneracional se añade el papel de la escolarización en español a pesar de
que existen algunos programas llamados de “educación bilingüe” pero que
limitan el espacio de la lengua nativa a los primeros años de escolaridad. Otro
factor de gran importancia es sin lugar a dudas el impacto de los medios de
comunicación y las nuevas tecnologías en las cuales las lenguas indígenas
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tienen un espacio muy reducido o inexistente dado el precario acceso a la
cultura escrita de parte de los pueblos indígenas.
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Ardila, Olga. (coordinadora) Contacto de lenguas en el Amazonas: una perspectiva sociolingüística. En prensa
Instituto Caro y Cuervo
Chaparro, J.F, Romero, J, Solano, F. Uino, F Diagnóstico sobre la vitalidad del nasa yuwe en cuatro asentamientos del
resguardo Jambaló ( Cauca) Trabajos de Grado ( Manuscrito)
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que el abandono de la lengua vernácula por parte de las nuevas generaciones
hace pensar en el desplazamiento y pérdida de las lengua nativas en el
transcurso de varias decenas de años.
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escolarización se da en español si bien en muchos casos se habla de
educación bilingüe. Este último factor también muestra también muestra la
vulnerabilidad de las lenguas indígenas.
El mantenimiento o pérdida de una lengua pasa necesariamente por la
voluntad de los hablantes. Si los usuarios de la lengua no tienen interés en
utilizarla los programas de revitalización pueden ser inútiles .Las actitudes de
los hablantes frente a su lengua constituyen un factor primordial para su
mantenimiento o desaparición.
Crystal en su obra la muerte de las lenguas presenta en tres fases la
secuencia de eventos que afectan una lengua en peligro:
“La primera es la presión inmensa que se ejerce sobre las personas para
que hablen la lengua dominante. Una presión que procede del campo político
social o económico y que puede disfrazarse bajo la forma de incentivos…..El
resultado- segunda fase- es un período de bilingüismo emergente, pues las
personas se ven cada vez más eficientes en su nueva lengua, pero sin perder
la competencia de su lengua de origen. Luego, a menudo con bastante rapidez,
este bilingüismo comienza a declinar manifestándose una cesión de terreno de
la vieja lengua frente a la nueva. Así llega una tercera fase en que la
generación más joven va haciéndose gradualmente más competente en el
dominio de la nueva lengua identificándose más con ella y considerando que su
lengua de origen es menos relevante para satisfacer sus nuevas necesidades.
Esta secuencia de acontecimientos suele venir acompañada por un sentimiento
de vergüenza hacia el uso de su antigua lengua” (Cystal: 2001)
Las tres etapas definidas por Crystal presentan con claridad el proceso que se
evidencia en algunas lenguas colombianas y en otras comienza a perfilarse a
partir del bilingüismo lengua indígena español, en el que el español ocupa
cada vez más espacio frente al uso de la lengua indígena.
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La disputa entre todos los actores armados por los recursos financieros
derivados de los cultivos ilícitos y actividades asociadas y, por otra parte, las
fumigaciones, las actividades de la policía antinarcóticos, del ejército y demás
acciones del gobierno y del Plan Colombia contra los cultivos de uso ilícito,
arreciaron el conflicto social ambiental y armado, con sus consecuencias sobre
el desplazamiento de la población indígena” (Sánchez: 2003).
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La situación actual de las lenguas indígenas y criollas muestra que en muchos
de los casos la vitalidad de las lenguas se encuentra seriamente amenazada y
sus posibilidades de supervivencia dependerán de las acciones que se tomen a
corto y mediano plazo con miras a asegurar su mantenimiento y revitalización.
Resulta preocupante el bajo nivel de vitalidad de las lenguas indígenas y
criollas del país tomando como criterio la transmisión generacional; El
fenómeno, cada vez más creciente, de no la transmisión intergeneracional de
las lenguas indígenas podría ser relativamente reciente (alrededor de 10-15
años). Principalmente, se ve como consecuencia directa del contacto constante
con la lengua mayoritaria y si bien es muy evidente en algunas comunidades,
en otras apenas se perfila. Dos factores de vital importancia en la aceleración
del proceso de pérdida de la lengua son, indudablemente, la educación en
lengua castellana y el ingreso de los medios de comunicación (radio y
televisión principalmente) en las comunidades; cuando las generaciones más
jóvenes van a la escuela y aprenden el español, terminan por imponer su uso
en sus hogares y paulatinamente los padres comienzan también a dejar de
hablar en lengua vernácula a sus hijos. Igualmente, la incursión de los medios
de comunicación está imponiendo nuevos modelos tanto culturales como
lingüísticos dentro de estas comunidades y las nuevas generaciones se
adaptan cada vez más a los patrones socio-culturales de la sociedad
mayoritaria, en detrimento de sus lenguas y culturas ancestrales. Esta
situación ha traído como consecuencia el que muchos niños y jóvenes
solamente tengan un conocimiento pasivo de sus lenguas y, de esta forma, en
cuestión de una o dos generaciones algunas de las lenguas vernáculas
colombianas habrán sido desplazadas por el español. Si bien este panorama
de peligro para las lenguas indígenas colombianas se ha hecho más evidente
en la última década, ya entre los años 80 – 90 algunas lenguas presentaban,
según los expertos, señales claras de pérdida (siona, carijona, achagua,entre
otras) o de peligro inminente (pisamira, carijona y ocaina – está última
prácticamente sin hablantes en Colombia). Igualmente, ya a mediados del
siglo XX, lenguas como el yahuna y el betoi se encontraban extintas y otras
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como el nonuya y el tinigua se encontraban al borde de la extinción, ya que no
contaban con más de una decena de hablantes 7.
Por otra parte es importante señalar de acuerdo con los procesos
evidenciados que el número de hablantes no es siempre el factor más
determinante para garantizar la vitalidad de la lengua; por ejemplo, en casos
como el del nasayuwe y el wayunaiki, las dos lenguas con mayor población en
el país, casi la mitad de la población no es hablante activa la lengua.
Igualmente, si se mira la historia de las lenguas indígenas colombianas, se
concluye que las lenguas que más se han preservado son aquellas habladas
por comunidades bastante aisladas, con poco contacto con la sociedad
mayoritaria y que, en cambio, las lenguas con mayor nivel de contacto y mayor
reconocimiento son más vulnerables, como fue el caso de la lengua chibcha o
muisca, con importante población a la llegada de los españoles, extinta ya
desde el siglo XVIII, a pesar de haber sido reconocida y enseñada como
lengua general.
Más allá de lo dicho anteriormente sobre el nivel de vitalidad de las lenguas
indígenas colombianas, es preciso señalar que se requieren de forma urgente
estudios sociolingüísticos de carácter tanto cualitativo como cuantitativo, que
permitan no solamente establecer las razones principales de la pérdida del uso
de estas lenguas, sino además que conlleven a la realización de proyectos
para lograr invertir este proceso y permitir que las lenguas vernáculas
recuperen sus ámbitos de uso tradicionales. Se deben, entonces, implementar
programas de revitalización lingüística basados en los contextos socio-
culturales específicos de las comunidades y en sus necesidades, para que
realmente logren ser efectivos. Igualmente, se hacen necesarios estudios que
permitan establecer el impacto del fenómeno del desplazamiento forzado y las
movilizaciones, cada vez más frecuentes, a las ciudades por parte de las
comunidades indígenas. Es posible plantear que la pérdida de los patrones
socio-culturales tradicionales se da como consecuencia de la inmersión total de
estos grupos en las dinámicas de la sociedad mayoritaria y, en algunos casos,
también se debe a la pérdida de los nexos con sus territorios ancestrales. Sin
embargo, hasta que no se obtengan datos sobre la situación específica de los
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Ardila, op.cit.
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indígenas en zonas urbanas, no será posible definir en qué medida se ha
perdido el uso de sus lenguas vernáculas. Sin lugar a dudas las lenguas
indígenas colombianas constituyen un patrimonio cultural frágil.
Bibliografía
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URIBE Margarita María.2007 Los grupos étnicos de Colombia: intentos de
cuantificación y criterios para el censo 1993. En: Colombia: una nación
multicultural. Su diversidad étnica. Bogotá. DANE.
Páginas de Internet
http://www.unesco.org/culture/ich/doc/src/00120-pdf consultado el 13 de
octubre 2009
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