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LENGUAS EN CONTACTO EN COLOMBIA : UNA PERSPECTIVA

HISTÓRICA Y SOCIAL

Olga Ardila
Departamento de Lingüística
Universidad Nacional

1. ASPECTOS HISTÓRICOS DEL CONTACTO DE LENGUAS

1.1 Los primeros contactos

La gran diversidad lingüística del continente americano constituyó sin lugar


a dudas uno de los grandes tropiezos para su conquista y colonización. El
contacto entre lenguas y culturas suramericanas fue un hecho permanente,
pero la llegada de los españoles inicia un nuevo tipo de contacto: se trataba
para los españoles de una realidad lingüística totalmente desconocida y difícil
de abordar; el gran número de lenguas y dialectos hablados en América
conformaban una verdadera Torre de Babel. Ningún otro contacto de
lenguas en la historia de la humanidad ha producido tanto desconcierto ni ha
dificultado hasta tal punto la comunicación. El continente americano albergaba
centenares de lenguas tan diferentes de las lenguas europeas, como diversas
en sus características estructurales. Esta diversidad lingüística y cultural de
América trajo como consecuencia un grave problema de comunicación.
La primera estrategia de los españoles para resolver el problema de
comunicación fue llevar aborígenes a España para que aprendieran español,
pero poco a poco fueron descubriendo la dificultad de formar intérpretes para la
gran variedad de lenguas y dialectos del territorio americano. Muchas veces fue
necesario recurrir a gestos para lograr una comunicación básica puesto que
no siempre se dispuso de intérpretes adecuados. El diálogo mediante gestos
logró una comunicación precaria, pero con frecuencia útil, señala Triana y

1
Antorveza. Por otra parte, el proceso de castellanización se da en forma
temprana y paralelo a este proceso, se plantea también la necesidad de
aprender las lenguas indígenas por parte de los colonizadores.

El procedimiento de tomar indios cautivos para que sirvieran luego de


intérpretes de intermediarios o de embajadores, lo siguió Colón en sus cuatro
viajes. En el segundo envió a España gran cantidad de hombres, mujeres y
niños, en parte, dice en su memorial del 30 de enero de1494, para que se
pongan en poder de personas con quienes puedan aprender mejor la lengua
(Pottier: 1983)

Se desconoce el número exacto de lenguas habladas en el territorio


colombiano dado que de muchas de las lenguas que se extinguieron en las
primeras épocas de la colonización, no quedaron documentos. Sin embargo a
partir de la situación actual y de datos históricos, es posible pensar que se
trataba de cerca de un centenar de lenguas.
Se considera que la posición geográfica de Colombia contribuyó a su gran
diversidad lingüística. Las lenguas habladas en el territorio colombiano se han
caracterizado tanto por la gran diversidad de familias lingüísticas, de lenguas y
de dialectos, como por el reducido número de hablantes.

”La posición geográfica de nuestro territorio contribuyó de manera decisiva


a definirlo como un territorio claramente pluricultural y plurulingüístico. Al
estar asentado en el ángulo noroeste del Continente sudamericano, quedó
expuesto al cruce de cuatro importantes tendencias culturales:
mesoamerica, caribe, incaica y amazónica.” (Triana: 1987)

1.2 Bilingüismo y políticas lingüísticas

Dado que la corona española buscaba difundir en América el


cristianismo, se dictan normas encaminadas a la cristianización de los
indígenas, tarea que fue encomendada a las diferentes órdenes religiosas. En
el Nuevo Reino de Granada se trató de llevar a cabo la evangelización por
medio de intérpretes ya que el aprendizaje del castellano planteaba
dificultades a los indígenas. Más adelante se impone de parte de la Corona la
obligación de los clérigos de llevar a cabo el proceso de cristianización a partir
de “las lenguas de los naturales”. La preparación lingüística del clero se inicia
con la enseñanza de la lengua chibcha o muisca. La gran diversidad de

2
lenguas del Nuevo Reino lleva a implementar como en México y Perú la
política de “Lenguas generales”. Se trataba de seleccionar las lenguas más
representativas o más difundidas a nivel regional, para emplearlas en los
procesos de evangelización como “lenguas francas”. A mediados del siglo XVI
Felipe II ordena la creación de cátedras de lenguas generales. Se establecieron
en el Nuevo Reino de Granada cuatro lenguas generales o lenguas francas: El
chibcha o muisca, que ya desempeñaba ese papel de lengua franca entre los
nativos, el quechua por su gran importancia como lengua de comunicación en
el imperio inca , el sáliba de los Llanos Orientales y el siona en la parte sur del
país. Gracias a la política de lenguas generales disponemos de diversos
materiales históricos sobre las cuatro lenguas mencionadas.
La política de lenguas generales en el Nuevo Reino trajo consecuencias
positivas para el chibcha: Se crea la cátedra de la lengua chibcha y se
publican diferentes tipos de documentos sobre esta lengua. El chibcha
adquiere entonces el estatus de “lengua general del Nuevo Reino de Granada”
Las otras lenguas: el siona el sáliba y el inga en la práctica no funcionaron
como lenguas generales. Sin embargo, la política de evangelización en lenguas
indígenas siempre tuvo enemigos. Muchos misioneros estuvieron siempre a
favor de la imposición del español ya que consideraban inadecuada la política
de evangelización en lenguas indígenas y se quejaban de las dificultades que
traía consigo su implementación. Finalmente, en el siglo XVIII, Carlos III
prohíbe el uso de las lenguas indígenas e impone el uso del español, según
cédula real de 1770. Esta política buscaba conseguir “que se extingan los
diferentes idiomas que se usan en todos los dominios y sólo se hable el
español”.De acuerdo con los planteamientos de Triana y Antorveza diversas
razones llevaron a imponer el español en América:

1. Se consideraba que las lenguas indígenas, dadas sus características,“no

resultaban aptas para expresar las verdades de la fe

2. Las lenguas indígenas eran lenguas orales, no poseían sistemas de


escritura
3. Se carecía de imprenta en el Nuevo reino de Granada para la
publicación de materiales escritos en América

3
4. El aprendizaje de las lenguas indígenas presentaba grandes dificultades
a los religiosos encargados de la evangelización
5. Se produce la unificación lingüística del castellano en 1492 a partir de la
publicación del “Arte de la lengua castellana” de Antonio Nebrija.

Se buscaba la unidad de España y de sus colonias a través de la lengua, el


castellano y la religión, el cristianismo. El mandato de Carlos III desató distinto
tipo de reacciones pero no logró sus objetivos.

1.3 Las lenguas indígenas frente al español

Como consecuencia de las políticas de hispanización la población indígena


se fue haciendo cada vez más competente en su uso. El contacto entre
lenguas en los primeros siglos de colonización produjo consecuencias
lingüísticas y sociales a nivel de las lenguas indígenas. Los hablantes optaron
en algunos casos por el español. Muchos de los hablantes bilingües se fueron
transformando con el transcurso de generaciones en monolingües en español.
El español desplazó muchas de las lenguas habladas en el territorio
colombiano.
Mas allá de las políticas lingüísticas de la corona española el contacto de
las lenguas indígenas con el español produjo tres tipos de situaciones:

1. La extinción de un gran número de lenguas y el monolingüismo en


español de la población indígena, en los casos de las situaciones de
mayor contacto
2. El bilingüismo lengua indígena español, de una parte importante de
población
3. El mantenimiento del monolingüismo o multilingüismo en lengua
indígena con desconocimiento del español en las regiones que
permanecieron apartadas o aisladas del contacto y que solo fueron
colonizadas en épocas mas recientes.

Tanto las lenguas indígenas como el español presentan cambios


lingüísticos como consecuencia del contacto: el español adquirió nuevos

4
vocablos propios de las culturas indígenas. El léxico del español americano se
enriqueció de manera importante. En el español colombiano se trata sobre todo
de indigenismos tomados del chibcha o muisca y del quechua. José Joaquín
Montes en su artículo “El español de Colombia y las lenguas indígenas “
menciona quechuismos como achira, carpa cancha, cóndor choclo china,
ñapa, llama etc y muisquismo como changua, chucua curaba chingue ,cuba
(hijo menor) entre otros. Por otra parte se conformaron nuevas variedades del
español hablado por los indígenas, español de contacto. Por su parte las
lenguas indígenas presentaron cambios a nivel de su estructura lingüística.
Los cambios más significativos se presentan sin lugar a dudas en el campo del
léxico; las lenguas vernáculas tomaron préstamos del español para responder
a nuevas realidades y nuevas necesidades comunicativas. A nivel fonológico
los cambios en la mayoría de los casos simplificaron rasgos de los fonemas
en las lenguas indígenas o eliminaron fonemas. Así por ejemplo muchas
lenguas indígenas de Colombia presentaban un sistema de consonantes
simples /p, t k/ y aspiradas /ph th kh/, con valor fonológico. Las consonantes
aspiradas se perdieron y se confundieron con las simples. Las lenguas con
consonantes globalizadas/ p? t? k?/ también perdieron el rasgo de glotalización
y se confundieron con las consonantes simples. A nivel gramatical se
presentaron igualmente cambios como consecuencia del contacto.

2. LA SITUACIÓN LINGÜÍSTICA DE LAS LENGUAS MINORITARIAS

A pesar de las grandes dificultades que debieron afrontar las lenguas


indígenas en los primeros siglos de contacto, muchas de las variedades
habladas en el territorio colombiano lograron sobrevivir en su condición de
lenguas minoritarias. En la actualidad se hablan en el país cerca de 60 lenguas
indígenas pertenecientes a diferentes familias lingüísticas lo mismo que dos
variedades criollas 1, de distinta basé léxica: el palenquero de base léxica
española y el criollo de San Andrés y Providencia de base léxica inglesa.

1
Las lenguas llamadas criollas surgen como resultados de la presencia de esclavos negros traídos del África. La falta
de un medio común de comunicación entre dichos esclavos presionó el surgimiento de una jerga de contacto (pidgin)
que posteriormente se transforma en una lengua criolla al ser transmitida a nuevas generaciones

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2.1 Los datos sobre población

El establecimiento de información adecuada y sistematizada para


caracterizar a los pueblos indígenas y afrodescendientes ha sido desde
siempre un reto para las diferentes entidades gubernamentales colombianas
encargadas de este proceso, ya que factores como dificultades de acceso a los
grupos étnicos, metodologías de encuesta inadecuadas que no tomaban en
cuenta aspectos como la existencia de asentamientos multilingües ni la
distinción clara entre etnia y lengua, entre otros, han impedido un adecuado
tratamiento de los datos sobre este tipo de población; No obstante los
esfuerzos llevados a cabo en los últimos tiempos para definir en forma
adecuada las características de la población indígena, se requiere tener una
mayor cobertura y calidad en la información demográfica sobre los grupos
étnicos.
Los censos modernos sobre indígenas (Uribe: 1998) comienzan a partir
del Censo Nacional de 1973 que contabilizó 368.000 indígenas, mientras que
para 1985 se reportaron 341.707. En 1993, se aplicó por primera vez un
formulario especial exclusivo para las regiones con mayor población indígena
del país, arrojando un total de 603.280 indígenas. El último Censo Nacional,
realizado en el año 2005, determinó en 1.392.623 la población indígena y en
4.311.757 la población afrocolombiana, lo cual correspondería a un 3,4% y
10,6% de la población colombiana, respectivamente. Resalta claramente el
hecho de que entre el periodo de 1993 - 2005 el porcentaje de población que
se reconoce como perteneciente a una minoría étnica se duplicó, lo cual trajo
como consecuencia que la validez de resultados de este último Censo Nacional
hayan sido cuestionada e incluso algunos investigadores consideran que los
datos del 2005 no deben ser tenidos en cuenta. A estos datos censales se
añade la proyección realizada por los investigadores Raúl Arango y Enrique
Sánchez quienes tomaron en cuenta: los datos sobre población indígena del
DANE, la guía etnográfica de Colombia y los datos sobre población de
resguardos .Los resultados de este análisis definen para el 2001 una población

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indígena de 785.353 personas que corresponden a cerca del 2% de la
población nacional (Arango y Sánchez: 2004).
No existen datos históricos acerca de la población reconocida como
palenquera o raizal ( hablante del criollo sanandresano) .Datos de principios del
siglo XIX calculaban cerca de 100.000 afrocolombianos sin especificar su
lengua. Los registros históricos disponibles sobre población que se reconozca
étnicamente como palenquera (anteriormente conocidos como cimarrones) o
como raizales de San Andrés y Providencia son prácticamente nulos, ya que
antes del siglo XIX no se tomaba en cuenta la población afrocolombiana
dentro de los datos censales. Ya durante el siglo XIX se llevaron a cabo seis
censos de población, tres de los cuales identificaron a la población indígena y
dos a la negra. El primero de estos censos, realizado en 1827, calculaba una
población afrocolombiana de 103.832 personas, sin especificar si eran
palenqueros o raizales, lo cual correspondía al 4.4% de la población nacional.2

2.2 Lenguas y familias de lenguas habladas en la actualidad

Un balance de la situación de las lenguas indígenas muestra que en la


actualidad se hablan lenguas pertenecientes a 14 familias lingüísticas. La
mayoría de las lenguas son habladas en zonas de frontera y son compartidas
por países vecinos. La región amazónica alberga más de la mitad de las
lenguas vernáculas del país. Las lenguas habladas en el territorio colombiano
pertenecen a las familias: Arawak, Caribe, Chibcha, Quechua Chocó,
Tucano Guahibo, Maku-Puinave, Sáliba-Piaroa, Bora, Uitoto , Barbacoa,
Tupi-Guaraní y Peba-Yagua . Algunas de las lenguas no han podido ser
clasificadas y se consideran lenguas independientes. Dado que muchas de las
lenguas se extinguieron en los primeros siglos de la colonización, no quedó
ningún documento escrito que permitiera identificar sus características
estructurales ni tampoco por lo tanto su clasificación lingüística. Las lenguas
extintas pudieron haber compartido rasgos con lenguas que hoy consideramos
“independientes”. Algunas de las lenguas indígenas colombianas pertenecen
a familias lingüísticas habladas a lo largo de Suramérica o Centroamérica,

2
Ardila, Olga. Lenguas indígenas y criollas colombianas: un balance de su situación actual (manuscrito)

7
como es el caso de las lenguas Arawak, Caribe, o Chibcha. Otras en cambio,
constituyen pequeñas agrupaciones de lenguas habladas en Colombia y en
países vecinos como los grupos Uitoto, Chocó, Guahibo, Sáliba-Piaroa, entre
otros.

Las lenguas indígenas son habladas a lo largo del país. Además del
Amazonas encontramos lenguas indígenas al norte en la Guajira y la Sierra
Nevada ; en la zona de los Llanos Orientales, la Costa Pacífica y el Sur Andino.
Las lenguas de la familia Arawak son habladas tanto al norte como al sur del
país en la región amazónica y en los Llanos Orientales y tienen una presencia
importante en Colombia, lo mismo que en países vecinos. Las lenguas Caribe
en cambio, tienen una presencia reducida en el país; se hablan al oriente y sur
de Colombia. Las lenguas de la familia chibcha son habladas al norte del país
en la zona de la Sierra Nevada de Santa Marta, lo mismo que en los límites con
Panamá en norte de Santander y en los límites con Venezuela. En la región de
los Llanos Orientales encontramos también lenguas de los grupos Sáliba-
Piaroa y Guahibo En la zona del Sur Andino se hablan diversas lenguas,
algunas de las cuales no han sido clasificados y se consideran por lo tanto
lenguas independientes como el nasa-yuwe, el guambiano, el cofán y el kamtsa
Las lenguas de la región amazónica pertenecen a diferentes familias
lingüísticas y se caracterizan, en la mayoría de los casos, por tener un número
reducido de hablantes .El departamento de Vaupés presenta la mayor
diversidad lingüística del país y alberga lenguas Tucano-Oriental, Arawak,
Caribe y Maku-Puinave. En la región amazónica encontramos además de la
presencia de familias lingüísticas como la Arawak y Caribe, pequeñas grupos
de lenguas como el Bora y el Uitoto entre otros, lo mismo que lenguas sin
clasificar como el ticuna y el andoque .Un panorama de las lenguas indígenas
en la actualidad muestra una gran diversidad de lenguas con un número
reducido de hablantes.

Si bien la población indígena ha venido aumentando de manera


permanente a lo largo del siglo XX y principios del siglo XXI, no se puede decir
lo mismo de los hablantes de las lenguas. No existen en Colombia grandes

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lenguas indígenas como es el caso de países como Perú, Bolivia o México.
Por otra parte, los datos disponibles no permiten definir con precisión el
número de hablantes de cada lengua. La siguiente es la distribución de las
lenguas indígenas habladas en Colombia, de acuerdo con sus características
demográficas:

1. Lenguas con cerca de 100.000 hablantes : wayuunaiki, nasayuwe


2. De 50.000 a 100.000 : embera

3. De 10.000 a 50.000: ika, sikuani, guambiano, inga

4. Entre 5.000 y 10.000: kogui, u’wa, waunana, curripaco, uitoto, ticuna,


awa

5. Entre 1.000 y 5.000 : yuko, piapoco, damana, barí, cuna, sáliba, desano,
guanano, coreguaje, camsá, cubeo, tucano, puinave

6. Entre 1000 y 500 : cofán, yukuna, chimila, piaroa, piratapuyo, siriano,


tuyuca, siona, bora, cuiba, guayabero, macuna, barasano, tanimuca,
nukak

7. Entre 500 y 100: achagua, cabiyarí, hitnu, bará, carapana, tatuyo, yurutí,
andoque, nukak, cacua, hupda., yuhup , yagua

8. Menos de 100 : pisamira, carijona, cocama, nonuya?, ocaina?

Los datos anteriores muestran que la mayoría de las lenguas tiene


menos de 5.000 hablantes e incluso menos de 1.000, hecho que resulta muy
preocupante puesto que las lenguas indígenas han venido perdiendo espacio
frente al español y como se verá más adelante, existe una tendencia a
interrumpir la transmisión intergeneracional de las lenguas vernáculas.

2.3. Aspectos sociales del contacto lingüístico

Las relaciones español- lenguas indígenas dadas, sus características de


contacto desigual entre una lengua dominante, la lengua del conquistador y un
gran número de lenguas minoritarias y minorizadas, trajo en los primeros
siglos de conquista y colonización consecuencias catastróficas a nivel de la
vitalidad de las lenguas indígenas, que en muchas casos no lograron
sobrevivir. No hay datos de permitan evaluar con precisión el impacto de los

9
procesos de colonización en la diversidad lingüística del territorio colombiano,
pero sabemos por los documentos históricos que decenas de lenguas se
perdieron y fueron desplazadas por el español durante los primeros siglos de la
conquista. Tampoco disponemos hasta el momento, de estudios actuales sobre
los niveles de multilingüismo y bilingüismo español lenguas indígenas ni de las
actitudes de los hablantes en los que respecta la valoración y el uso de sus
lenguas.
Sin embargo es bien sabido que los pueblos indígenas y criollos han
tenido que afrontar diferentes tipos de situaciones que han influido en el uso y
mantenimiento de sus lenguas. Los procesos de contacto se han ido
acelerando en las últimas décadas en lugares que en otros tiempos se
encontraban aislados de la sociedad dominante. En estos procesos han influido
sin lugar a dudas la presencia de la iglesia, funcionarios del estado y entidades
oficiales y privadas de diversa índole lo mismo que investigadores. Las
características de la educación impartida a los pueblos indígenas han jugado
también un papel preponderante en dichos procesos.
Debido a los factores mencionados se evidencian en la actualidad
diversos tipos de procesos que van desde una aculturación acelerada en
algunas comunidades hasta niveles de bilingüismo equilibrado lengua
indígena – español en otras. El nivel de asimilación cultural y lingüístico de
estas comunidades es específico para cada caso, por lo cual realizar
generalizaciones sería simplificar enormemente el complejo conjunto de
situaciones que se derivan del contacto de estos grupos con la sociedad
mayoritaria; factores como la intensidad y los contextos en los que se presenta
el contacto, el estatus y la valoración de la lengua vernácula, el nivel de
importancia que la comunidad le otorgue a su lengua como elemento de
identificación cultural y como vehículo de transmisión del conocimiento
tradicional, entre otros, determinan los niveles de bilingüismo, así como los
procesos de pérdida o mantenimiento de la lengua indígena.
De esta forma, en múltiples casos, factores como cambios en los
patrones ancestrales de asentamiento de los grupos, alteraciones en las
economías tradicionales de subsistencia (caza, pesca, agricultura), debidas
principalmente al agotamiento de los recursos naturales, y abandono de las
costumbres tradicionales por adopción del estilo de vida de la sociedad

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mayoritaria, han generando procesos acelerados de pérdida de la lengua
ancestral. Así mismo, en muchos casos, la presencia de instituciones
occidentales en el seno de las comunidades indígenas ha influido en gran
medida en la pérdida de las culturas y lenguas aborígenes ; factores como la
educación en español y el creciente número de indígenas que laboran y viven
en zonas de fuera de sus territorios de origen, adoptando formas de vida
occidentales, han llevado a que las generaciones jóvenes hablen cada vez las
lenguas indígenas o solamente tengan un conocimiento pasivo de estas.
Se observan, entonces, en estos casos, ámbitos de uso de las lenguas
indígenas cada vez más restringidos, dado el enorme predominio de la lengua
mayoritaria en la enseñanza en escuelas, en las relaciones con las entidades
gubernamentales y, en general, en todos los ámbitos de la vida nacional. Unas
pocas comunidades, en cambio, han logrado adaptarse de manera más o
menos equilibrada a la sociedad nacional asimilando de manera positiva las
nuevas opciones de mejoramiento social que les brinda la sociedad occidental,
sin por ello dejar de identificarse como indígenas y sin que el uso de sus
lenguas se vea amenazado de manera drástica por esta situación.
Los estudios sociolingüísticos en el campo de las lenguas minoritarias
apenas se inician en el país. La mayoría de los trabajos sobre lenguas
indígenas y criollas están dedicados a estudiar la estructura de las lenguas. Sin
embargo una primera aproximación a la realidad social de las lenguas
colombianas muestra, que las lenguas indígenas están perdiendo cada vez
más espacio frente al español. En las últimas décadas se constata, de manera
preocupante, cambios acelerados en el uso de las lenguas. Las nuevas
generaciones prefieren el uso del español y su competencia en lengua indígena
es cada vez más precaria. Algunos incluso son bilingües pasivos ya que no
utilizan y sólo entienden la lengua indígena y su primera lengua es el español.
Este proceso se ha vendido dando por diferentes factores entre los cuales la no
transmisión en el hogar es tal vez el más importante. A la no transmisión
intergeneracional se añade el papel de la escolarización en español a pesar de
que existen algunos programas llamados de “educación bilingüe” pero que
limitan el espacio de la lengua nativa a los primeros años de escolaridad. Otro
factor de gran importancia es sin lugar a dudas el impacto de los medios de
comunicación y las nuevas tecnologías en las cuales las lenguas indígenas

11
tienen un espacio muy reducido o inexistente dado el precario acceso a la
cultura escrita de parte de los pueblos indígenas.

2.4 El problema de la vitalidad de las lenguas indígenas

Estudios de caso realizados acerca de la vitalidad de las lenguas


indígenas muestran en primer lugar una gran diversidad de situaciones. Desde
uso permanente de la lengua indígena y el español en un marco de bilingüismo
equilibrado hasta pérdida de la lengua indígena y monolingüismo en español y
en casos pocos frecuente monolingüismo en lengua indígena y un
conocimiento pasivo del español. La diversidad de situaciones está definida por
aspectos como edad, historia del grupo, cercanía a núcleos urbanos,
matrimonios interétnicos, presencia de abuelos en el núcleo familiar,
desplazamientos, nivel de escolaridad, entre otros. Dado que en el uso de la
lengua se juegan siempre aspectos personales y que el bilingüismo es no sólo
un hecho social sino también individual, incluso al interior de un mismo grupo
familiar se presentan diferentes situaciones, pero en todos los casos
estudiados se perfila el desplazamiento de la lengua indígena a favor del
español en las nuevas generaciones. El rango de edad constituye una de las
variables con mayor pertinencia en el uso de la lengua indígena y define
tendencias en la competencia lingüística de los hablantes. Principales
tendencias:
- Mayores de 40 años: bilingües equilibrados o dominantes en lengua indígena.
En pocos casos monolingües en lengua indígena
- Hablantes entre 20 y 40 años: bilingües dominantes en español con
competencia activa o pasiva en lengua indígena
- Menores de 20 años: monolingües en español o bilingües con competencia
pasiva en lengua indígena
Los datos presentados son tomados de estudios de caso3llevados a
cabo en años anteriores y constituyen solamente una muestra de tendencias
en el uso de las lenguas indígenas. Sin embargo resultan preocupantes dado

3
Ardila, Olga. (coordinadora) Contacto de lenguas en el Amazonas: una perspectiva sociolingüística. En prensa
Instituto Caro y Cuervo
Chaparro, J.F, Romero, J, Solano, F. Uino, F Diagnóstico sobre la vitalidad del nasa yuwe en cuatro asentamientos del
resguardo Jambaló ( Cauca) Trabajos de Grado ( Manuscrito)

12
que el abandono de la lengua vernácula por parte de las nuevas generaciones
hace pensar en el desplazamiento y pérdida de las lengua nativas en el
transcurso de varias decenas de años.

2. 4.1 Factores que definen la vitalidad de una lengua

Diversos factores definen la vitalidad de una lengua. Algunos pueden


resultar más pertinentes que otros en relación con el tipo de situación de cada
grupo lingüístico y las características y dinámicas del contacto de lenguas.
La UNESCO elaboró en 2003 un documento titulado “ Language: Vitality and
Endargement”4 en el cual define seis factores que miden la vitalidad de una
lengua:
1. Transmisión intergeneracional.
2. Número absoluto de hablantes
3. Número de hablantes con respecto al conjunto de la población
4. Utilización de la lengua en diferentes dominios públicos y privados
5. Respuesta a nuevos dominios y medios de comunicación
6. Materiales de enseñanza y aprendizaje de las lenguas

El factor más utilizado según la UNESCO para medir la vitalidad de una


lengua es la transmisión de una generación a otra en una escala que va de la
estabilidad a la extinción. Se considera que una lengua está en peligro si la
lengua no es transmitida como lengua materna. De acuerdo con el número
absoluto de hablantes se plantea que una pequeña comunidad de hablantes
siempre está en riesgo. Sin embargo para el caso de Colombia los niveles de
contacto con la sociedad dominante implicaron que se extinguiera el muisca
con más de un millón de hablantes y se mantengan muchas de las pequeñas
lenguas amazónicas habladas por varios centenares de hablantes A partir de
los factores 3, 4, y 5 el número de hablantes con respecto al resto de la
población, la utilización de la lengua en diferentes dominios y la respuesta a
nuevos medios de comunicación, todas les lenguas vernáculas colombianas
presentan altos niveles de riesgo. Los materiales para la enseñanza y
aprendizaje de las lenguas indígenas son precarios y gran parte del proceso de
4
http://www.unesco.org/culture/ich/doc/src/00120-EN.pdf

13
escolarización se da en español si bien en muchos casos se habla de
educación bilingüe. Este último factor también muestra también muestra la
vulnerabilidad de las lenguas indígenas.
El mantenimiento o pérdida de una lengua pasa necesariamente por la
voluntad de los hablantes. Si los usuarios de la lengua no tienen interés en
utilizarla los programas de revitalización pueden ser inútiles .Las actitudes de
los hablantes frente a su lengua constituyen un factor primordial para su
mantenimiento o desaparición.
Crystal en su obra la muerte de las lenguas presenta en tres fases la
secuencia de eventos que afectan una lengua en peligro:

“La primera es la presión inmensa que se ejerce sobre las personas para
que hablen la lengua dominante. Una presión que procede del campo político
social o económico y que puede disfrazarse bajo la forma de incentivos…..El
resultado- segunda fase- es un período de bilingüismo emergente, pues las
personas se ven cada vez más eficientes en su nueva lengua, pero sin perder
la competencia de su lengua de origen. Luego, a menudo con bastante rapidez,
este bilingüismo comienza a declinar manifestándose una cesión de terreno de
la vieja lengua frente a la nueva. Así llega una tercera fase en que la
generación más joven va haciéndose gradualmente más competente en el
dominio de la nueva lengua identificándose más con ella y considerando que su
lengua de origen es menos relevante para satisfacer sus nuevas necesidades.
Esta secuencia de acontecimientos suele venir acompañada por un sentimiento
de vergüenza hacia el uso de su antigua lengua” (Cystal: 2001)

Las tres etapas definidas por Crystal presentan con claridad el proceso que se
evidencia en algunas lenguas colombianas y en otras comienza a perfilarse a
partir del bilingüismo lengua indígena español, en el que el español ocupa
cada vez más espacio frente al uso de la lengua indígena.

2.4.2 Desplazamiento y conflicto indígena

Las lenguas indígenas y criollas en la actualidad se encuentran


amenazadas no sólo por las dinámicas del contacto desigual sino también por
circunstancias sociales y políticas generadas por los procesos de
desplazamiento a los que se han visto sometidos, especialmente los pueblos
indígenas, en los últimos años como consecuencia del conflicto político que
vive el país.

14
La disputa entre todos los actores armados por los recursos financieros
derivados de los cultivos ilícitos y actividades asociadas y, por otra parte, las
fumigaciones, las actividades de la policía antinarcóticos, del ejército y demás
acciones del gobierno y del Plan Colombia contra los cultivos de uso ilícito,
arreciaron el conflicto social ambiental y armado, con sus consecuencias sobre
el desplazamiento de la población indígena” (Sánchez: 2003).

El desplazamiento forzado en Colombia, fenómeno estrechamente


relacionado con la violencia y el conflicto armado, es uno de los más graves
problemas en términos humanitarios y sociales que padece el país en estos
momentos, no sólo porque afecta a gran parte de la población que vive en
zonas rurales, sino también porque está creando una serie de cambios en la
calidad y el estilo de vida de los colombianos. Para los indígenas esta
tendencia es aún más marcada debido a la concentración del fenómeno en el
Occidente de Colombia y a los intereses de los actores armados en la región
del Pacífico. Para el año 2001, se estimaba que de la población desplazada el
10,78% era negra y el 7,85% indígena5. Para el periodo 1996 – 2002, entre
12.469 y 16.362 fueron desplazados de sus territorios y durante los 3 años
siguientes, ocurrieron aproximadamente 519 muertes violentas, y entre 22.369
y 30.000 indígenas fueron víctimas del desplazamiento 6.
No existen estudios hasta el momento sobre las consecuencias
lingüísticas del desplazamiento indígena pero es evidente el riesgo que implica
para la vitalidad de las lenguas el abandono de los territorios ancestrales en
condiciones catastróficas como las que implica el desplazamiento forzado. El
traslado de indígenas a zonas urbanas puede implicar el abandono de la
lengua vernácula y el uso generalizado del español, porque “cuando el
problema es el de la supervivencia, la lengua es lo de menos”. Por otra parte
los homicidios de indígenas también contribuyen a debilitar aún más las
lenguas que en muchos casos ya se encontraban en peligro de desaparición
dadas sus relaciones de contacto con la lengua dominante, el español y sus
condiciones de uso.

2.5 Podrán sobrevivir las lenguas indígenas?


5 REPÚBLICA DE COLOMBIA. DEFENSORÍA DEL PUEBLO. Informe Defensorial sobre el Desplazamiento Forzado por la Violencia en
Colombia.
6 UNHCR – ACNUR. Colombia, Desplazamiento Indígena y Política Pública: Paradoja del Reconocimiento. San José de Costa Rica, Instituto

Interamericano de Derechos Humanos, Mayo 17 de 2006.

15
La situación actual de las lenguas indígenas y criollas muestra que en muchos
de los casos la vitalidad de las lenguas se encuentra seriamente amenazada y
sus posibilidades de supervivencia dependerán de las acciones que se tomen a
corto y mediano plazo con miras a asegurar su mantenimiento y revitalización.
Resulta preocupante el bajo nivel de vitalidad de las lenguas indígenas y
criollas del país tomando como criterio la transmisión generacional; El
fenómeno, cada vez más creciente, de no la transmisión intergeneracional de
las lenguas indígenas podría ser relativamente reciente (alrededor de 10-15
años). Principalmente, se ve como consecuencia directa del contacto constante
con la lengua mayoritaria y si bien es muy evidente en algunas comunidades,
en otras apenas se perfila. Dos factores de vital importancia en la aceleración
del proceso de pérdida de la lengua son, indudablemente, la educación en
lengua castellana y el ingreso de los medios de comunicación (radio y
televisión principalmente) en las comunidades; cuando las generaciones más
jóvenes van a la escuela y aprenden el español, terminan por imponer su uso
en sus hogares y paulatinamente los padres comienzan también a dejar de
hablar en lengua vernácula a sus hijos. Igualmente, la incursión de los medios
de comunicación está imponiendo nuevos modelos tanto culturales como
lingüísticos dentro de estas comunidades y las nuevas generaciones se
adaptan cada vez más a los patrones socio-culturales de la sociedad
mayoritaria, en detrimento de sus lenguas y culturas ancestrales. Esta
situación ha traído como consecuencia el que muchos niños y jóvenes
solamente tengan un conocimiento pasivo de sus lenguas y, de esta forma, en
cuestión de una o dos generaciones algunas de las lenguas vernáculas
colombianas habrán sido desplazadas por el español. Si bien este panorama
de peligro para las lenguas indígenas colombianas se ha hecho más evidente
en la última década, ya entre los años 80 – 90 algunas lenguas presentaban,
según los expertos, señales claras de pérdida (siona, carijona, achagua,entre
otras) o de peligro inminente (pisamira, carijona y ocaina – está última
prácticamente sin hablantes en Colombia). Igualmente, ya a mediados del
siglo XX, lenguas como el yahuna y el betoi se encontraban extintas y otras

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como el nonuya y el tinigua se encontraban al borde de la extinción, ya que no
contaban con más de una decena de hablantes 7.
Por otra parte es importante señalar de acuerdo con los procesos
evidenciados que el número de hablantes no es siempre el factor más
determinante para garantizar la vitalidad de la lengua; por ejemplo, en casos
como el del nasayuwe y el wayunaiki, las dos lenguas con mayor población en
el país, casi la mitad de la población no es hablante activa la lengua.
Igualmente, si se mira la historia de las lenguas indígenas colombianas, se
concluye que las lenguas que más se han preservado son aquellas habladas
por comunidades bastante aisladas, con poco contacto con la sociedad
mayoritaria y que, en cambio, las lenguas con mayor nivel de contacto y mayor
reconocimiento son más vulnerables, como fue el caso de la lengua chibcha o
muisca, con importante población a la llegada de los españoles, extinta ya
desde el siglo XVIII, a pesar de haber sido reconocida y enseñada como
lengua general.
Más allá de lo dicho anteriormente sobre el nivel de vitalidad de las lenguas
indígenas colombianas, es preciso señalar que se requieren de forma urgente
estudios sociolingüísticos de carácter tanto cualitativo como cuantitativo, que
permitan no solamente establecer las razones principales de la pérdida del uso
de estas lenguas, sino además que conlleven a la realización de proyectos
para lograr invertir este proceso y permitir que las lenguas vernáculas
recuperen sus ámbitos de uso tradicionales. Se deben, entonces, implementar
programas de revitalización lingüística basados en los contextos socio-
culturales específicos de las comunidades y en sus necesidades, para que
realmente logren ser efectivos. Igualmente, se hacen necesarios estudios que
permitan establecer el impacto del fenómeno del desplazamiento forzado y las
movilizaciones, cada vez más frecuentes, a las ciudades por parte de las
comunidades indígenas. Es posible plantear que la pérdida de los patrones
socio-culturales tradicionales se da como consecuencia de la inmersión total de
estos grupos en las dinámicas de la sociedad mayoritaria y, en algunos casos,
también se debe a la pérdida de los nexos con sus territorios ancestrales. Sin
embargo, hasta que no se obtengan datos sobre la situación específica de los

7
Ardila, op.cit.

17
indígenas en zonas urbanas, no será posible definir en qué medida se ha
perdido el uso de sus lenguas vernáculas. Sin lugar a dudas las lenguas
indígenas colombianas constituyen un patrimonio cultural frágil.

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