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PROHIBICIÓN DE INTERDICCIÓN
Antes de tan quiera dar una opinión sobre la ley en cuestión, se debe hacer
retrospectiva sobre el tema de discapacidad teniendo en cuenta conceptos
establecidos previamente en disposiciones legales como la Convención sobre los
derechos de las Personas con Discapacidad (13 de diciembre de 2006) que fue
aprobada por la Ley 1346 de 2009 y que toma como interpretación normativa la Ley
1996 de 2019, ya que establece que se incluyen como personas con discapacidad
las deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al
interactuar con diversas barreras, evitan su participación plena y efectiva en la
sociedad, en igualdad de condiciones con las demás, más no establece las
diferencias entre discapacidad, ya que ambos conceptos tienen una conexión
implícita, por ejemplo, una persona puede ser discapacitado y no tener incapacidad
o viceversa, también teniendo en cuenta que la incapacidad permanente puede ser
reconocida como discapacitada, con el fin de obtener diferentes beneficios y
protecciones.
En este orden de ideas la presente ley en el artículo 53 del capitulo VIII Régimen de
Transición, en donde manifiesta la Prohibición de Interdicción es inconsecuente con
el artículo 1 de la ley 1346 de 2009, “Propósito: Las personas con discapacidad
incluyen a aquellas que tengan deficiencias dan impedir su participación plena y
efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”, al pretender
amparar la Incapacidad dentro de la Discapacidad, toda vez que según la Ley 1996
de 2019 solo es necesario un acuerdo entre las partes para establecer el apoyo en
la realización de un acto jurídico, prevaleciendo la voluntad y preferencias de la
persona (sin intervención judicial), lo cual la expondría a que sus derechos no estén
en igual de condiciones que los demás, salvo cuando se lleve a cabo la adjudicación
de apoyos en la toma de decisiones de del titular del acto jurídico (Art 37), en el cual
el juez tiene la potestad de exigir informe de valoración de apoyos, e incluso decretar
una nueva valoración si lo considera competente, en caso que la persona no lo
posea. En otras palabras solo hasta esta instancia se entra a realizarse una
verificación si la persona está siendo representada por apoyos coherentes con sus
necesidades y voluntades. Un ejemplo de esto sería aquella persona con trastorno
Bipolar Exquisoafectiva, que en un estado de “normalidad” por decirlo así, puede
tener momentos de lucidez y que en estado de gravedad presentar episodios de
paranoia, en este caso, si la persona no tiene representación de interpuesta
persona, entonces, no tendría la posibilidad de acceder a sus derechos y con la
figura de apoyo que puede establecerse solo con la voluntad del acuerdo entre las
partes ya sea por Notaría o Acta de Conciliación en primera instancia, sin que esto
afecte su estado civil, de qué manera se garantiza la que sus derechos no sean
vulnerados.