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1. ¿Por qué la Misa en latín?

La Misa en latín con frecuencia


se denomina Misa Tridentina
en latín, en referencia al hecho
de que fue codificada por el
Santo Papa Pío V poco después
del Concilio de Trento (1545-
1563), de donde proviene el
término “Tridentino.” Contrario
a lo que algunas personas
piensan, el Santo Papa Pío V no
creó una nueva Misa, sino
simplemente unificó la liturgía
ya existente. Su decreto Quo
Primum no solamente declaró
que había que mantener la
misa permanentemente
inalterable, sino que prohibió la
introducción de nuevas liturgias de la Misa. La Misa en latín puede, de hecho, llamarse
Misa de los Apóstoles, porque data del tiempo de Nuestro Señor y los Apóstoles. Los
remanentes de las primeras liturgias se asemejan a la Misa Tridentina en latín en sus
detalles esenciales.

2. ¿Desde cuándo se usa el Latín?

La Misa se decía originalmente en arameo o hebreo, porque éstas eran las lenguas
que hablaban Cristo y los Apóstoles; las expresiones amén, alleluia,
hosanna y sabbaothson palabras arameas que se mantuvieron y que actualmente
aún se encuentran en la Misa en latín.

“Cuando la Iglesia se había extendido al mundo de los gentiles hacia el año 100 A.D.,
adoptó el griego en su liturgia porque era la lengua común del Imperio Romano. El
uso del griego continuó durante el segundo siglo y parte del tercero. El Kyrie
eleison es un remanente del griego que sobrevive aún en la Misa en latín. El símbolo
litúrgico IHS se deriva de la palabra Jesús en griego.

“Las Misas Romanas iniciales se hallan en los escritos de San Justo (150 A.D.) y de
San Hipólito (215 A.D.) El latín finalmente remplazó al griego como lengua oficial del
Imperio. Hacia el año 250 A.D., la Misa se decía en latín en la mayor parte del mundo
romano. Esto incluía las ciudades del norte de Africa y de Italia, como Milán. La iglesia
en el imperio occidental adoptó el latín en la Misa alrededor del 380 A.D. El Canon en
latín, como lo conocemos, ya estaba completo en el 399 A.D. El latín dejó de ser
lengua vernácula entre los siglos 7 y 9; sin embargo, la Misa continuó ofreciéndose
en latín porque mucha de su liturgia ya había sido creada en esa lengua. Los Padres
de la Iglesia, por entonces, no vieron razón alguna para adoptar las nuevas lenguas
vernáculas que estaban en desarrollo alrededor del mundo conocido. Esto fue
afortunado, porque esa lengua, aunque ‘muerta,’ sirvió como medio de comunicación
común en la Iglesia y a través de los tiempos. ¿Era esto parte del plan de Dios para
preservar Su Iglesia hasta el final de los tiempos como él lo prometiera?” 1

3. ¿Por qué se ofrece la Misa en latín?

La Misa se ofrece en latín porque es una lengua “muerta.” Como no se habla


actualmente como lengua vernácula de país alguno, las palabras en latín no cambian
de significado. El idioma español que hablamos podrá ser más fácil de entender, pero
a causa del habla popular, los coloquialismos, y la influencia de los regionalismos, las
palabras que usamos varían de significado de un sitio a otro, y de un año a otro.
Como explicó el Papa Pío XII, “El uso del latín... es una señal hermosa y manifiesta
de la unidad, así como un antídoto efectivo contra cualquier corrupción en la verdad
doctrinal” (Mediator Dei). En cuanto a la dificultad de no entender latín, la mayor
parte de los misales traen al lado la traducción al español junto al texto en latín.
Hasta los niños aprenden a usarlo con facilidad y pronto se aprenden de memoria las
oraciones en latín.

4. ¿Dónde ha estado la Misa en latín durante los últimos 30 años?

Aunque la Misa en latín data del 150 A.D., el advenimiento de la Nueva Misa (Novus
Ordo Missae) el 22 de marzo de 1970 por Pablo VI causó que ésta fuera ofrecida por
menos sacerdotes. Sin embargo, las parroquias católicas tradicionales están abriendo
y muchas están retornando a la Misa como ellos la recuerdan y como Cristo la
instituyó.

Los sacerdotes de la Congregación de la María la Reina Inmaculada (CMRI), que


comenzó en 1967, siempre han ofrecido la Misa tradicional en latín. Esto no es porque
los miembros de CMRI mantengan la vieja usanza y prefieran la atmósfera reverente
de la antigua liturgia a los servicios más modernos que se han convertido en norma
hoy día. Tampoco porque hayan escogido retener la misa tradicional por terquedad
o desobediencia. Más bien, los sacerdotes y religiosos marianos actúan obedeciendo
a las pasadas enseñanzas infalibles de la Iglesia Católica. Ellos han mantenido la Misa
en latín porque es la forma católica de hacerlo.

5. Estimo que la liturgia es una cuestión de preferencia personal. ¿Por qué


la Misa en latín es tan importante para ustedes?

El Papa Pío XII enseñó que la sagrada liturgia está íntimamente vinculada a las
verdades de la Fe Católica y por tanto debe conformarse a ella y reflejar esas
verdades — tanto así, para que la liturgia sirva actualmente para salvaguardar la
integridad de la Fe (Mediator Dei). Por esta razón, la Iglesia siempre ha protegido
cuidadosamente el texto de la Misa, para evitar que se incorporen a la liturgia errores
doctrinales. La Misa tradicional en latín es entonces la expresión perfecta de las
verdades inmanentes de la Iglesia Católica.
Hasta los reformistas protestantes reconocen la conexión entre las enseñanzas de la
Iglesia y la Misa. Lutero creyó que eliminando la Misa, podría derrocar al papado. Él
y otros reformistas protestantes se dedicaron a erradicar la noción del sacrificio de
sus liturgias “reformadas.” Eliminaron los altares y los crucifijos, y las lecturas de las
Escrituras y los sermones remplazaron el concepto de la Real Presencia de Cristo en
el Sagrado Sacramento. Esto se fue haciendo gradualmente, para que los católicos
quienes, después de todo, iban a las mismas iglesias y con frecuencia tenían los
mismos pastores, difícilmente se dieran cuenta de que poco a poco se iban
convirtiendo en protestantes.

Desde principios de la década de 1960, muchos de estos mismos cambios se fueron


gradualmente introduciendo en las iglesias católicas. Entonces, en 1969, la Misa fue
reescrita por una comisión del Vaticano asistida por seis teólogos protestantes. En la
nueva liturgia no hay referencias a la Misa como un sacrificio, que se define “en
memoria del Señor” y se asemeja notablemente al servicio protestante. La Nueva
Misa no es una expresión de la Fe Católica tradicional sino de una nueva religión
ecuménica.

6. ¿No debe la liturgia reflejar los tiempos y las culturas de los pueblos?

La Misa es el acto supremo de adoración a Dios, quien está por sobre el tiempo, las
lenguas y las culturas. El enfoque y la finalidad de la Misa es honrar a Dios y
reverenciarlo. Durante siglos, un católico podía asistir a Misa en cualquier parte del
mundo y siempre hallaría lo mismo.

Si pudiésemos viajar en el tiempo, encontraríamos la misma verdad: una Misa


ofrecida por un sacerdote católico que viviera en Roma en el 570 sería casi igual a
una ofrecida por un sacerdote que viviera en Nagasaki en 1940, o en el Monte San
Miguel en 1998. Este hecho refleja claramente dos de las cuatro marcas de la Iglesia
Católica — su unidad y su catolicidad en relación con tiempo y espacio.

Recordará haber aprendido en su catecismo cuando niño que las cuatro marcas de la
Iglesia son aquellas claras señales por medio de las cuales todos los hombres pueden
reconocer a la verdadera Iglesia establecida por el Cristo. Solamente la Iglesia
Católica posee esas cuatro marcas: ella solamente es la única santa, católica
(universal) y apostólica. Es una porque todos sus miembros profesan la misma fe, el
mismo Sacrificio y los Sacramentos, y están unidas bajo la misma autoridad. Es santa
porque fue fundada por Jesucristo, quien es todo sagrado, y porque enseña doctrinas
santas y proporciona los medios de vivir una vida santa. (Desafortunadamente,
debido al libre albedrío del hombre, no todos los católicos hacen buen uso de tales
medios.) Es católica y universal porque tiene el poder para acoger a todos los
hombres en todos los lugares y los tiempos. Finalmente, es apostólica porque fue
fundada por Cristo en los apóstoles y siempre ha sido gobernada por legítimos
sucesores.

7. ¿No es la Misa en Latin inadecuada para el hombre moderno y sus


necesidades?

Algunas personas objetan que no obtienen mucho beneficio de la Misa tradicional en


latín, porque es “aburrida” debido a que no entienden latín, que el sacerdote no hace
el servicio interesante involucrando a las personas — que él incluso permanece de
espaldas a ellos la mayor parte del tiempo, que no hay música o que prefieren algo
más animado, música moderna, etc. Lo que olvidan es que la Misa no es para ellos,
sino para Dios. La adoración no es una reunión social para hacernos sentir dentro
algo cálido, agradable, indiscernible. Es una aceptación de la soberanía de Dios y de
su infinita perfección, y una expresión de nuestra sumisión a él como criaturas ante
su Señor y Creador. Como enseña el catecismo, los propósitos por los cuales se ofrece
la misa son:

a. 1) adorar a Dios como nuestro Señor y Creador;

b. 2) darle gracias a Dios por sus tantos favores;

c. 3) pedir a Dios que derrame sus bendiciones sobre todos los hombres;

d. 4) satisfacer la justicia de Dios por los pecados cometidos en su contra.

La Misa es, más aún, la adoración pública ofrecida por la Iglesia entera a Dios a
través de Jesucristo quien, como el Sumo Sacerdote eterno se ofrece de nuevo a Su
Eterno Padre como lo hiciera en la cruz. él es el cordero de Dios, la víctima sin mancha
cuyo sacrificio lava los pecados del mundo— esto es, ofreciendo de nuevo a su Padre
Celestial el sacrificio de Su vida en la cruz. La Misa, entonces, es el cumplimiento de
la profecía: “De Levante a Poniente, grande es mi nombre entre las naciones, y en
todo lugar se sacrifica y se ofrece al nombre Mío una ofrenda pura” (Mal. 1:11).

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