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Cambio tecnológico y dispepsia pedagógica

por Estanislao Antelo

Voy a presentar un conjunto de conjeturas acerca de la relación entre el


pensamiento pedagógico progresista y aquello que se declama como Fin de
Siglo. Voy a tomar como elemento quejante del Fin de Siglo, lo que se llama
"Cambio Tecnológico". La apreciación central de este gira alrededor de las
siguientes premisas:

El pensamiento pedagógico llamado crítico, en su desconcierto, hace de la


irrupción del Fin de Siglo un lugar común. Entre el asombro y la fatalidad,
entre la nostalgia y la profecía, entre la aceptación o el rechazo, toda un
ejercito de librepensadores derraman generalidades de "fin de milenio", "fin
de milenio", criatura concupiscente. Sin embargo, el mentado "fin de
milenio", se acomoda en las gargantas progresistas de manera singular. Sus
nombres son varios: Caos de Fin de Siglo, Futuro Incierto, Tercer Milenio,
Siglo XXI... Su prosaica prosa viene curiosamente acompañada de una no
menos curiosa asociación: Fin de Siglo=Cambio Tecnológico=Mal, Caos,
catástrofe, vacío, pérdida de sentido, etc.

Entre las respuestas al caótico Mal de fin del milenio, es posible aislar entre la
proliferación, dos más o menos diferenciadas. El eufórico entusiasmo de los
adalides de "las nuevas generaciones de electrodomésticos" (Ferrer: 1996),
que en ocasiones dicen que es posible apropiarse críticamente del demonio y
los que aquí llamo dispépsicos: expertos en el arte progresista conocido como
"nostálgica". Voy en este trabajo a dejar a los entusiastas con su entusiasmo.

En cambio, procuro recorrer ciertos rasgos de la dispepsia pedagógica, su


"nostálgica" (porque hay una "nostálgica") y sus efectos en el pensamiento
pedagógico progresista. Ocurré que el mundo cambió. El mundo cambió y
cambió tecnológicamente. Allí donde uno quisiera encontrar ciertas palabras,
encuentra otras, y se le pierden las contraseñas generacionales complacientes.
Uno de nuestros ejemplos, es fruto de una investigación por lo demás
sugerente. El nombre de la operaria es Cecilia Olorón. Esta vez las preguntas
dirigidas también a chicos de escuela, interrogan por cómo imaginan la
escuela en el futuro. Olorón invita a dibujar y escribir lo escolar en clave
futurista. ¿Qué se obtiene?

"Yo pienso que la puerta de entrada se abrirá sola, al llegar los chicos una voz
les dirá que pasen. La bandera se izará sola (...)Yo me imagino un aula sin
carteles con computadora. Y la carpeta con control remoto... El lápiz con un
botón para que salga el sacapuntas (...)ventanas a control remoto... el pizarrón
tendría una mano que escribe sola; me encantaría escribir así (...) el retrato de
la señora directora colgado en la pared, el escritorio con cajones a control
remoto, los materiales de geometría a pilas... (Olorón: 1995)

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