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Entre mis necesidades y las del mercado.

Asignatura: Competencias de la Empleabilidad.

Nombre del docente: Patricia Navarrete Castillo.

Nombre estudiante: Felipe Varela Cisternas.


Hoy en día, existe una alta competencia entre las distintas empresas para satisfacer
las demandas del mercado laboral, en cuanto a la estabilidad y bienestar, tanto de
la misma empresa como los colaboradores, es una labor compleja y dinámica, que
requiere de continuos progresos.

Uno de los mercados que ha aumentado notoriamente en Chile, es la minería, la


cual es una de sus principales actividades económicas, por un lado, ha duplicado la
cantidad de trabajadores en la última década y por otro, según información extraída
por el Portal Minero, la inversión de proyectos activos en el sector alcanza los USD
69.295 millones, considerando ejecuciones de obras posteriores a 2020 e incluso
2021.

Estos son puntos primordiales con los cuales me explayaré en las siguientes líneas,
para desarrollar un ensayo reflexivo con respecto a las necesidades del mercado y
las del profesional, incluyéndome.

Todas las empresas están conformadas por trabajadores, insumos e infraestructura.


En el área de minería, los trabajadores, debido a la complejidad y riesgo a los que
se enfrentan deben tener ciertas competencias profesionales, es decir, un conjunto
de capacidades que les permitan desempeñarse laboralmente, directamente
vinculada al desempeño profesional.

Con lo anteriormente mencionado se puede decir, que las competencias


profesionales que necesita una empresa del rubro minero son amplias y a la vez
enfocadas, es decir, un profesional capaz de concebir, diseñar, evaluar,
implementar y optimizar soluciones científico-tecnológicas en evaluación de
yacimientos, geomecánica, explotación minera, procesamiento de minerales y
metalurgia extractiva, así como de gestionar operaciones, instituciones,
emprendimientos y proyectos mineros. Pudiendo así, desenvolverse en los ámbitos
de las ciencias y tecnologías aplicadas a la minería, y de la evaluación y gestión de
proyectos, empresas e instituciones mineras. Dando soluciones científico-
tecnológicas a problemas de caracterización, modelamiento, diseño, construcción y
operación en explotación minera, procesamiento de minerales o metalurgia
extractiva y a la vez gestionar operaciones mineras, así como resolver problemas

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de valorización, planificación, organización, administración, apreciación de riesgo y
control de un proyecto, institución o empresa en el área minera, considerando
aspectos éticos, sociales, económicos, ambientales y de respeto a las personas.

Es por esto que a lo largo de los años, las mineras están requiriendo profesionales
cada vez más competentes y capacitados, en el área técnica y en la gestión, no
siendo suficiente un enfoque único, sino complementando ambas, creando un
equilibrio.

Según Julián Ortiz, Ph.D. y ex director del Departamento de Ingeniería de Minas de


la Universidad de Chile, “Es importante que conozcan el negocio completo para que
tengan una visión integral del mismo y posean habilidades interpersonales para
liderar equipos de trabajo, de modo de compatibilizar las competencias y
habilidades técnicas, con las habilidades de gestión y de relaciones
interpersonales”. La carencia de alguna de ellas disminuye el potencial del
profesional. En consecuencia, no basta con un profesional altamente competente
en lo técnico, o excelente en gestión. Se requiere un balance entre ambos. Por ello,
se debe tener cuidado con no simplificar el tema a una mera transferencia de
contenidos.

Respecto de la búsqueda de aptitudes, Elisa Rojas, consultora especializada en


Sector Minería en Adecco Chile, señala que “El principal requisito es poseer
competencias como la seguridad, que consiste en resguardar tanto la propia vida
como la de sus pares como un valor; además de ello son necesarias las
competencias duras, propias de conocimientos de cada especialidad”.

Además, indica que todo este escenario da oportunidades a las empresas


dedicadas al rubro de Recursos Humanos: “El trabajo ha aumentado para todo el
sector minero, desde proveedores de operaciones, hasta empresas de Recursos
Humanos, que hoy día se han convertido en un proveedor más de las compañías;
y sin lugar a dudas lo que más ha aumentado son las labores de capacitación y
selección de profesionales y técnicos idóneos para desempeñar funciones en
condiciones la mayor de las veces extremas y adversas”. Es por ello por lo que “los
programas exhaustivos de reclutamiento y selección, de capacitación y confección

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de paquetes de beneficios son hoy día indispensables para las grandes y pequeñas
compañías del sector minero”

Todo este proceso es importante, ya que “un operador de maquinaria pesada, por
ejemplo, que opera un camión de 200 toneladas, no se improvisa. Usted no entrega
el manejo de un equipo de altísimo valor a alguien que no sea especializado y
debidamente capacitado. Hay que entender que el problema hoy día es que el
sistema educacional no es capaz de generar todos los niveles profesionales que la
industria minera requiere”, indica Rodrigo Sánchez, director ejecutivo de HRBuró.

Por el lado de las aptitudes, Paulina Piqué, Mining & Engineering consultant, y Maria
Angélica Gutiérrez, manager Chile, ambas de Wall Chase Partners, agregan que
“las competencias más demandadas en ejecutivos del área son planificación
estratégica, liderazgo, adaptabilidad, trabajo bajo presión, trabajo en equipo,
comunicación efectiva, iniciativa y proactividad”.

Ante esta cantidad de habilidades que hay que desarrollar, se están destinando
inversiones en el área de Recursos Humanos que buscan cumplir este objetivo. Al
respecto, Elisa Rojas, de Adecco Chile, indica que “la inversión que se realiza en
capacitación y formación para el sector minero está siendo cuantiosa. Hay
compañías que invierten cerca de US millones, no sólo en profesionales y/o
relatores capaces de formar a sus trabajadores; hoy en día la capacitación implica
la construcción de centros de formación con infraestructura sofisticada, cual si
fueran verdaderas universidades”.

De esta manera, es difícil dar por finalizada una formación, en este entorno laboral
cambiante, se debe adecuar constantemente al mercado laboral, siendo un requisito
imprescindible, como se mencionó al comienzo, la formación debe abarcar el
desarrollo de habilidades, afrontamiento de tareas y responsabilidades en cada
ocupación. La sociedad actual pide ahora la visibilidad de estas habilidades y
actitudes.

Por eso, la formación, especialmente la formación para el empleo, debe mejorar la


calidad y eficiencia en el desempeño del puesto de trabajo, favoreciendo que los

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empleados conozcan mejor su papel en la organización y sean capaces de ser
resolutivos en su actividad diaria. Formar a través de competencias implica
sobrepasar la mera definición de tareas y tener en cuenta las funciones y los roles,
para empoderar a los trabajadores en sus tareas.

Si bien la ingeniería es una profesión con siglos de historia, la globalización y


constantes avances tecnológicos, hacen que las demandas sociales, tecnológicas,
científicas, etc. aumenten, lo que ha llevado a que se consideren nuevas habilidades
que son preponderantes a la hora de la selección laboral.

Si no se hace una reflexión previa, esta es una de las preguntas más complejas de
responder para un profesional que se encuentra en búsqueda de nuevas
oportunidades laborales. La respuesta se encuentra en la identificación de nuestras
competencias.

Realizando esta autorreflexión, puedo mencionar que, dentro de mis competencias,


he sabido desarrollar la capacidad de trabajo en equipo, ya que debo relacionarme
con grupo de trabajo que, en la mayoría de los casos, no se elige y he sabido
adaptarme a las situaciones que debo enfrentar en mi jornada laboral,
comprendiendo así el área de gestión.

Con respecto a los conocimientos técnicos, como lo mencioné anteriormente,


continúo mejorando y actualizando mis conceptos y enseñanzas a lo requerido en
el plano laboral. Me gustaría mencionar, no siendo menos, las habilidades que debo
aplicar y que no constituyen parte de la enseñanza académica, tales como:
imaginación, credibilidad, capacidad de análisis, iniciativa y memoria, en el sentido
de tener capacidad de recordar y ubicar datos, proyectos, procesos o personas que
podrán ayudar a enfrentar una situación determinada.

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