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COMENTARIO DE LIBROS

por ejemplo en los casos de Sullivan y Erikson.


Más allá de Freud. Una ¿Son de tanta trascendencia o singularidad sus
historia del pensamiento aportes como para dedicarles sendos capítulos?
Los méritos del libro están implícitos en lo ex-
psicoanalítico moderno puesto hasta aquí: no sesgado desde su propia
concepción, tratamiento de las figuras más deci-
Autores: Stephen A. Mitchell, sivas dejando fuera pocas de relevancia recono-
Margaret Black cida, conocimiento tanto del tema como ambien-
Editorial: Herder, Barcelona, 2004, te del psicoanálisis institucional, intento de com-
429 páginas. prensión de cada psicoanalista desde su propio
interior, sorteo del fanatismo de parroquia de
cada doctrina acudiendo a la historia del mismo
psicoanálisis como recordatoria que cada escue-
la que parecía resolver todos los dilemas clínicos
Todo texto sobre la historia del psicoanálisis era una ilusión propia del momento.
debe justificarse de modo convincente porque la Paradójicamente el que sale peor parado es
cantidad de literatura disponible es ya inun- Freud mismo. A lo que nos referimos es que, en
datoria. En cualquier caso, ambos autores nos parte por darse por supuestas muchas de sus con-
son conocidos desde hace tiempo porque se han tribuciones, se pasa por encima de él sin intro-
dedicado al tema de modo serio y con acucio- ducirse en los matices y sutilezas peculiares a su
sidad, aunque quizás no de una manera especial- modo de pensar y se aborda rápidamente los
mente creativa. Son buenos artesanos que mane- otros analistas que habrían “superado” sus ca-
jan con habilidad el oficio desde el punto de vista rencias, el “más allá”. El “duelo” por Freud es un
y supuestos americanos y, en esta oportunidad, asunto delicado: o se le endiosa o se lo envilece, o
lo vuelven a realizar con atributos y resultados se lo coloca como la roca que nunca podrá ser
similares. En una frase, es un libro dedicado a removida o se lo saca como una pieza cualquiera
aquellos que se inician y empiezan a batallar con de un puzzle que puede seguir funcionando sin él
los diferentes autores y corrientes del psicoanáli- – un significante más. Mitchell y Black no llegan
sis desde Freud hasta nuestros días apoyándose a ninguno de los dos extremos pero Freud queda
en casos clínicos sencillos que son útiles, en algu- finalmente deslavado, sin una rica consistencia
nas oportunidades, para ejemplificar lo que se interna, una suerte de máscara pintada con colo-
está tratando de conceptuar de modo teórico. res vivos pero máscara al fin. ¿Se produjo lo que
Se divide en nueve capítulos de similar longi- el mismo Freud predijo sobre su posible futuro
tud y profundidad y las figuras elegidas son tan- al interior de la civilización americana, por lo
to las clásicas como los psicoanalistas actuales: que él siempre desconfió de ella?
Freud, Anna Freud, Harry Stack Sullivan, Melanie El continente europeo está considerado –lo
Klein, Winnicott, Fairbairn, Erikson, Kohut, que es un avance–, pero con sabor a conocimien-
Kernberg, Schafer, Loewald, Lacan, por nombrar to libresco antes que vívidamente meditado, de-
los más detalladamente estudiados. En general se batido y digerido. Tanto la así llamada Escuela
tiende a exponer cada doctrina y luego a compa- Británica como Lacan se exponen sin penetrar
rarla en sus aspectos teóricos y clínicos con las nunca ni en el capital clínico que está sustentan-
restantes, especialmente con la teoría “clásica”, do sus visiones ni en sus revolucionarias propues-
que es la denominación que ellos utilizan para tas. Uno se pregunta por qué el psicoanálisis in-
referirse a Freud o la Psicología del Yo, según el glés ha experimentado tanta resistencia en los Es-
caso. Lo que no queda completamente aclarado tados Unidos y suponemos que la respuesta es
es el criterio de selección utilizado para escogerlos, particularmente compleja, más allá de la conoci-

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da sentencia británica, de que los dos países se Black no intentar aplicarlo en una historia con-
parecen mucho salvo en el idioma. Queda claro, creta.
por lo menos, que el énfasis en la pulsión agresi- Los dos capítulos finales se refieren a las con-
va y en los objetos internos innatos del bebé pro- troversias. Las que se ocupan de la teoría, aluden
voca un marcado escozor al otro lado del Atlán- a las conocidas aporías entre trauma/fantasía,
tico. ¿Es el escepticismo de Freud que late detrás conflicto/desarrollo, género/sexualidad, empirismo/
de ambas asertos lo que desencadena una repulsa hermenéutica: todas interesantes pero insatisfac-
visceral? ¿Es su concepción del hombre que no torias sus respuestas, porque quedan en las ma-
tolera ilusiones de ningún tipo a pesar de que nidas discusiones sin un aporte novedoso o, cuan-
todos las necesitamos desesperadamente? Lacan do menos, desatendido e inesperado. Las que se
es, como es solito, un caso excepcional. Los auto- adentran en la técnica, tratan las alternativas pa-
res no logran coger su pensamiento y lo declaran sado/presente, interpretación/relación, transfe-
abiertamente aunque, agregan, se esfuerzan y tra- rencia/contratransferencia: se puede repetir lo re-
tan de hacerlo entendible de acuerdo a sus posi- cién dicho, no mueven al lector a interesarse ni
bilidades. Son honestos y no se quedan en la des- menos a cuestionarse por permanecer en el nivel
calificación fácil y altanera, lo que no se puede informativo.
decir, a veces, del vocinglero analista parisino. ¿Se puede prescindir del libro? Evidentemen-
Ya hicimos mención que se acude a viñetas clí- te, aunque se lo pueda recomendar a los intere-
nicas para mostrar en vivo cómo se pueden abor- sados en tener una visión de conjunto del psicoa-
dar los pacientes cuando se emplean distintos nálisis. ¿Es una obra para ser leída después de
modelos. La debilidad del texto exhibe aquí una almuerzo, como solía decir Kierkegaard? Sí, pero
mancha gruesa que echa a perder el conjunto. más de alguien necesitará refrescar sus conoci-
La mayoría de las veces son banales y, en otras, mientos más allá de los novatos ávidos de pene-
forzadas o aún equivocadas por lo simplistas. Es trar en los senderos de los discípulos de Freud.
en el momento de abordar a Lacan cuando se ¿Está “más allá” de Freud? Lo dudamos.
hace más palmaria la falta de empatía y aún de
perspicacia frente al discutido mandarín francés,
lo que quizás les habría valido más a Mitchell y GUSTAVO FIGUEROA C.

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