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da sentencia británica, de que los dos países se Black no intentar aplicarlo en una historia con-
parecen mucho salvo en el idioma. Queda claro, creta.
por lo menos, que el énfasis en la pulsión agresi- Los dos capítulos finales se refieren a las con-
va y en los objetos internos innatos del bebé pro- troversias. Las que se ocupan de la teoría, aluden
voca un marcado escozor al otro lado del Atlán- a las conocidas aporías entre trauma/fantasía,
tico. ¿Es el escepticismo de Freud que late detrás conflicto/desarrollo, género/sexualidad, empirismo/
de ambas asertos lo que desencadena una repulsa hermenéutica: todas interesantes pero insatisfac-
visceral? ¿Es su concepción del hombre que no torias sus respuestas, porque quedan en las ma-
tolera ilusiones de ningún tipo a pesar de que nidas discusiones sin un aporte novedoso o, cuan-
todos las necesitamos desesperadamente? Lacan do menos, desatendido e inesperado. Las que se
es, como es solito, un caso excepcional. Los auto- adentran en la técnica, tratan las alternativas pa-
res no logran coger su pensamiento y lo declaran sado/presente, interpretación/relación, transfe-
abiertamente aunque, agregan, se esfuerzan y tra- rencia/contratransferencia: se puede repetir lo re-
tan de hacerlo entendible de acuerdo a sus posi- cién dicho, no mueven al lector a interesarse ni
bilidades. Son honestos y no se quedan en la des- menos a cuestionarse por permanecer en el nivel
calificación fácil y altanera, lo que no se puede informativo.
decir, a veces, del vocinglero analista parisino. ¿Se puede prescindir del libro? Evidentemen-
Ya hicimos mención que se acude a viñetas clí- te, aunque se lo pueda recomendar a los intere-
nicas para mostrar en vivo cómo se pueden abor- sados en tener una visión de conjunto del psicoa-
dar los pacientes cuando se emplean distintos nálisis. ¿Es una obra para ser leída después de
modelos. La debilidad del texto exhibe aquí una almuerzo, como solía decir Kierkegaard? Sí, pero
mancha gruesa que echa a perder el conjunto. más de alguien necesitará refrescar sus conoci-
La mayoría de las veces son banales y, en otras, mientos más allá de los novatos ávidos de pene-
forzadas o aún equivocadas por lo simplistas. Es trar en los senderos de los discípulos de Freud.
en el momento de abordar a Lacan cuando se ¿Está “más allá” de Freud? Lo dudamos.
hace más palmaria la falta de empatía y aún de
perspicacia frente al discutido mandarín francés,
lo que quizás les habría valido más a Mitchell y GUSTAVO FIGUEROA C.