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Análisis Responsabilidad por señalización y mantenimiento de vías.

Presentado a:
Fernando Bolaños Daza

Presentado por:
Angie Alejandra Parra Díaz
Helen Astrid Montero Ojeda

Corporación Universitaria Autónoma del Cauca


Programa de Derecho, Ciencias Sociales y Políticas
Derecho 8c
Popayán, cauca 2018
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCION TERCERA SUBSECCION A

Consejero ponente: HERNAN ANDRADE RINCON


Bogotá, D.C., veinticuatro (24) de mayo de dos mil doce (2012)
Radicación número: 19001-23-31-000-1998-00961-01(21516)
Actor: MARIO ALBERTO CAMPO TROCHEZ Y OTROS
Demandado: MUNICIPIO DE POPAYAN
Referencia: ACCION DE REPARACION DIRECTA (APELACION SENTENCIA)

HECHOS
PRIMERO: Los señores FLOR DE MARIA TROCHEZ DE CAMPO, MARIO ALBERTO,
BIBIANA DEL CARMEN, SANDRA PATRICIA, WILSON ALBERTO, MARIO JAIR y
DAMARIS DEL SOCORRO CAMPO TROCHEZ, quienes actúan en nombre propio, por
intermedio de apoderado judicial y en ejercicio de la acción de reparación directa instaurada
en contra del MUNICIPIO DE POPAYAN, solicitaron que se declare a la demandada
administrativamente responsable de todos los perjuicios de orden moral y material que les
fueron irrogados con ocasión de la muerte de Disposiciones analizadas por Avance Jurídico
Casa Editorial Ltda.© Página 4 de 29 RONAL STERLING CAMPO TROCHEZ, ocurrida
el 6 de junio de 1998.
SEGUNDO: En consecuencia, solicitaron que se condene a pagar a su favor las siguientes
indemnizaciones: Por concepto de perjuicios morales la suma equivalente en pesos a mil
(1000) gramos oro fino, para cada uno de los demandantes y, la suma de dos mil (2000)
gramos oro fino para la madre del occiso, en razón al severo trauma moral que sufrió con
ocasión de la muerte de su hijo.
TERCERO: Por concepto de perjuicios materiales, en la modalidad de lucro cesante, cien
millones de pesos ($100.000.000), a favor de los padres del fallecido Ronal Sterling Campo
Tróchez, habida cuenta de su edad al momento de los hechos, la esperanza de vida calculada
conforme a las tablas de mortalidad aprobadas por la Superintendencia Bancaria y la
actividad económica que desarrollaba.
CUARTO: Por concepto de perjuicios materiales, en la modalidad de daño emergente, tres
millones de pesos ($3.000.000), por concepto de gastos funerarios, diligencias judiciales,
honorarios de abogado, y demás gastos que sobrevinieron con la muerte del joven Campo
Tróchez.
LA SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA
El Tribunal Administrativo Sala de Descongestión con sede en la ciudad de Cali, mediante
sentencia proferida el 20 de abril de 2001 10 , resolvió denegar las pretensiones de la
demanda, al considerar que la muerte de Ronal Sterling Campo Tróchez no era imputable a
la administración, pues no se produjo por una falla o falta en el servicio, por ausencia u
omisión en la prestación del mismo por parte de la entidad demandada, sino por la culpa
exclusiva de la víctima, quien, en abierta infracción de las normas de tránsito, condujo su
motocicleta en avanzado estado de alicoramiento, sin casco protector, a más de 60 Kms por
hora y sin luces en el vehículo, lo que hizo que no se percatara del árbol que por fuerza de un
vendaval había caído presuntamente el día anterior en el lugar de los hechos.

CONSIDERACIONES DE LA SALA
Según se expuso en la demanda, el daño antijurídico por el que se pretende reparación,
consiste en la muerte de Ronal Sterling Campo Tróchez, según se alega en la demanda, a
consecuencia de un accidente de tránsito ocurrido el 6 de junio de 1998, por la presunta falta
de mantenimiento, iluminación y de avisos de peligro en una vía pública del Municipio de
Popayán, fallecimiento que se encuentra demostrado con la copia auténtica de su registro
civil de defunción 33 como quedó expuesto en precedencia, por lo que debe analizarse ahora
si la misma resulta imputable a la entidad demandada
La Sala ha sostenido36: “...la responsabilidad derivada del incumplimiento de obligaciones
de control que a ella le corresponden [se refiere a la Policía Vial] (...) no es objetiva, pues
requiere que los perjuicios que se reclamen puedan imputarse al incumplimiento de una
obligación determinada. Esta responsabilidad, incluso bajo la óptica del artículo 90 de la C.P.,
sólo puede surgir cuando se evidencia la existencia de una falla del servicio, teniendo en
cuenta que tal concepción es relativa.
Su régimen fue precisado por la Sala en sentencia del 5 de agosto de 1.994 (exp. 8487, actor
VICTOR JULIO PARDO, ponente, Carlos Betancur Jaramillo), en la cual se señaló:
"1.- En casos como el presente, en los cuales se imputa responsabilidad a la administración
por el incumplimiento o el cumplimiento defectuoso de sus obligaciones, la determinación
de si el daño causado al particular tiene el carácter de daño antijurídico, depende de acreditar
que la conducta de la autoridad fue inadecuada. Si el daño que se imputa a ésta se deriva del
incumplimiento de un deber que legalmente le corresponde, o de su cumplimiento
inadecuado, la antijuridicidad del daño surgirá entonces aquí de dicha conducta inadecuada,
o lo que es lo mismo, de una FALLA EN EL SERVICIO. (...)
2.- Para determinar si aquí se presentó o no dicha falla del servicio, debe entonces
previamente establecerse cuál es el alcance de la obligación legal incumplida o cumplida
inadecuadamente por la administración. Debe precisarse en qué forma debió haber cumplido
el Estado con su obligación; qué era lo que a ella podía exigírsele; y, sólo si en las
circunstancias concretas del caso que se estudia se establece que no obró adecuadamente,
esto es, que no lo hizo como una administración diligente, su omisión podrá considerarse
como causa del daño cuya reparación se pretende. “La falla de la administración, para que
pueda considerarse entonces verdaderamente como causa del perjuicio y comprometa su
responsabilidad, no puede ser entonces cualquier tipo de falta.
Ella debe ser de tal entidad que, teniendo en cuenta las concretas circunstancias en que debía
prestarse el servicio, la conducta de la administración pueda considerarse como
"anormalmente deficiente". “No se trata entonces de determinar si el Estado tiene o no
recursos para cubrir condenas, como lo afirma el recurrente. Se trata de establecer si, teniendo
en cuenta la realidad concreta en la cual se presta un determinado servicio, puede
considerarse que dicho servicio fue inadecuadamente prestado y dicha circunstancia así
puede considerarse como la causa del daño sufrido por el demandante..." (Destaca la Sala)
La Sala considera que en el sub lite el hecho dañoso es imputable a la entidad demandada,
toda vez que aparece acreditado en el proceso el incumplimiento de la obligación a su
cargo referida a mantener en estado de uso adecuado las vías públicas dentro del perímetro
urbano de su jurisdicción40 , habida cuenta de la falta absoluta de alumbrado público en el
sitio del accidente, aunada a la falta de control y vigilancia en las mencionadas vías, en aras
de garantizar que ante la ocurrencia de un hecho de la naturaleza que puede generar daños
potencialmente peligrosos, como lo fue la tempestad ocurrida horas antes de los hechos, se
generaran riesgos para la comunidad usuaria de las vías municipales, como en efecto ocurrió
con ocasión de la caída del árbol que obstaculizó la calzada.
En este sentido es pertinente señalar que, de acuerdo con lo consagrado en el artículo 1° de
la Resolución CREG 043 de 1995, el alumbrado público es un servicio público que consiste
en: “… la iluminación de las vías públicas, parques públicos, y demás espacios de libre
circulación que no se encuentren a cargo de ninguna persona natural o jurídica de derecho
privado o público, diferente del municipio, con el objeto de proporcionar la visibilidad
adecuada para el normal desarrollo de las actividades tanto vehiculares como peatonales.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 2 de la citada Resolución CREG 043 de 1995,
los Municipios42 tienen a su cargo la prestación del servicio de alumbrado público dentro
del perímetro urbano y el área rural comprendidos en su jurisdicción, a cuyo efecto están
facultados “para celebrar contratos o convenios para la prestación del servicio de alumbrado
público, de manera que el suministro de energía sea de responsabilidad de la empresa
distribuidora o comercializadora con quien el municipio llegue a tal acuerdo, al igual que se
podrá contratar con la misma o con otra persona natural o jurídica el mantenimiento o
expansión del servicio de responsabilidad municipal”.
Se tiene, por tanto, que los municipios pueden prestar directamente el servicio de alumbrado
público o mediante la celebración de convenios o contratos con ese objeto , lo que no significa
que se desliguen totalmente de las responsabilidades inherentes al cumplimiento de la
obligación consagrada en la Constitución y la ley, así como las consecuencias derivadas de
su desatención.
En ese orden de ideas, es dable concluir que, para que el hecho de la víctima tenga plenos
efectos liberadores de la responsabilidad estatal, es necesario que la conducta
desplegada por la víctima sea tanto causa del daño, como la raíz determinante del
mismo, es decir, que se trate de la causa adecuada, pues en el evento de resultar catalogable
como una concausa en la producción del daño no eximirá al demandado de su responsabilidad
y, por ende, del deber de indemnizar, aunque, eso sí, habrá lugar a rebajar su reparación en
proporción a la participación de la víctima.
Ahora bien, a juicio de la Sala, si bien es cierto que en el proceso se probó que la víctima se
encontraba bajo el influjo de bebidas alcohólicas al momento de su muerte y que transitaba
de manera imprudente sin casco y sin luces en la motocicleta, violando flagrantemente
normas de tránsito, también lo es que no está acreditado que el señor Campo Tróchez,
producto de su estado de alicoramiento, hubiere propiciado de manera cierta, exclusiva y
determinante el referido accidente de tránsito, ya que no existe ninguna prueba en relación
con el acaecimiento del hecho que permita establecer que la víctima a pesar de haber visto el
obstáculo se hubiere dirigido irreflexivamente sobre él con la intención de chocarlo, cuestión
que impide atribuir a la víctima la causa determinante y exclusiva de su propia muerte, lo
cual conlleva a que no haya lugar a eximir de responsabilidad a la entidad demandada y que
la Sala analice su conducta desde la óptica de la concausa.
En relación con esa figura, la Sección ha sostenido que el comportamiento de la víctima que
habilita al juzgador para reducir el quantum indemnizatorio es aquel que contribuye, de
manera cierta y eficaz, en la producción del hecho dañino, es decir cuando la conducta de la
persona participa en el desenlace del resultado, habida consideración de que la víctima
contribuyó realmente a la causación de su propio daño.
En este orden de ideas, como se dejó consignado anteriormente, la cantidad de alcohol que
le fue encontrada a la víctima equivalía a un nivel de primer grado (86 miligramos por ciento
de alcohol) catalogada como leve, la cual se define con cifras de alcoholemia entre 50 y 149
miligramos por ciento70 , índice que si bien comporta una definida disminución de los
reflejos y de la coordinación motora, lo cierto es que no anula por completo los sentidos y la
percepción del individuo, dado que ello se produce desde 200 mgs.%, en adelante a partir de
la cual se considera en completo estado de ebriedad a la persona; de 250 a 300 mgs.%, existe
disminución de los estímulos, notoria incoordinación muscular que difícilmente permite a la
persona mantenerse en pie. Cifras de 300 mgs. %, en adelante, hacen que el individuo esté
en estupor y variará de superficial a profundo. Índices por encima de 400 mgs. %, llevan a
coma, hipotermia e hiporreflexia, anestesia y colapso y se consideran frecuentemente fatales.
De 500 mgs. % en adelante sobreviene depresión del centro respiratorio y vasomotor y
rápidamente la muerte.
En este sentido, lo probado en el proceso deja en claro que la víctima no tuvo en
consideración el deber objetivo de cuidado inherente a la conducción de vehículos, pues su
conducta imprudente e irresponsable al manejar en estado de embriaguez contribuyó con la
causación del daño, actuación que invadió irresponsablemente la órbita latente de una falla
en el servicio antecedente. De esta manera, establecido como está, que en la producción del
daño concurrieron la falla en el servicio de la demandada y la conducta de la víctima, habrá
lugar a revocar la sentencia apelada, para declarar la responsabilidad administrativa de la
entidad, pero disminuyendo las condenas a que haya lugar de conformidad con el petitum de
la demanda en un 50%, en atención a la con causalidad anotada.

EL FALLO
RESUELVE PRIMERO: REVOCAR la sentencia recurrida, esto es, la proferida el 20 de
abril de 2001, por el Tribunal Administrativo - Sala de Descongestión, con sede en la ciudad
de Cali, y en su lugar se dispone:
SEGUNDO: DECLARAR al MUNICIPIO DE POPAYAN, patrimonialmente responsable
por la muerte del señor RONAL STERLING CAMPO TROCHEZ, en hechos ocurridos el 6
de junio de 1998, según lo expuesto en esta providencia.
TERCERO: Como consecuencia de lo anterior, CONDENASE al MUNICIPIO DE
POPAYAN, a pagar las siguientes indemnizaciones: Por concepto de perjuicios morales:
Disposiciones analizadas por Avance Jurídico Casa Editorial Ltda.© Página 29 de 29 Para
FLOR DE MARÍA TROCHEZ DE CAMPO y MARIO ALBERTO CAMPO TROCHEZ, la
suma equivalente a CINCUENTA (50) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES
VIGENTES, para cada uno de ellos. Para BIBIANA DEL CARMEN CAMPO TROCHEZ,
SANDRA PATRICIA CAMPO TROCHEZ, WILSON ALBERTO CAMPO TROCHEZ, ,
MARIO JAIR CAMPO TROCHEZ Y DAMARIS DEL SOCORRO CAMPO TROCHEZ,
hermanos de la víctima, la suma equivalente a VEINTICINCO (25) SALARIOS MÍNIMOS
LEGALES MENSUALES VIGENTES, para cada uno de ellos. Por concepto de perjuicios
materiales en la modalidad de lucro cesante: Para FLOR DE MARÍA TROCHEZ DE
CAMPO y MARIO ALBERTO CAMPO TROCHEZ, la suma de VEINTE MILLONES
SETECIENTOS VEINTICUATRO MIL SETECIENTOS SESENTA Y NUEVE PESOS
M/CTE ($20.724.769).
CUARTO: SE NIEGAN las demás pretensiones de la demanda.
QUINTO: El MUNICIPIO DE POPAYAN, dará cumplimiento a lo dispuesto en este fallo,
dentro de los términos indicados en los artículos 176 y 177 del Código Contencioso
Administrativo.
SEXTO: Para el cumplimiento de esta sentencia expídanse copias con destino a las partes,
con las precisiones del artículo 115 del Código de Procedimiento Civil y con observancia de
lo preceptuado en el artículo 37 del Decreto 359 de 22 de febrero de 1995. Las copias
destinadas a la parte actora serán entregadas al apoderado judicial que ha venido actuando.
SEPTIMO: Ejecutoriada esta providencia, DEVUELVASE el expediente al Tribunal de
origen. COPIESE, NOTIFIQUESE Y CUMPLASE.
CONSIDERACIONES DEL ESTUDIANTE
Entre las tantas fallas al servicio que podría presentar la administración, una de estas es la
responsabilidad por señalización y mantenimiento de vías ya que las mismas son de suma
importancia por lo que las personas consecuencialmente necesitan transitar por estas vías que
son de orden público y necesarias para llegar a determinados lugares, siendo así obligación
por parte de la administración el mantener estas vías estables o que no constituyan un riesgo
o peligro a la comunidad, para la sala la “responsabilidad administrativa por omisión, como
en el presente caso se pretende: en primer término, la existencia de una obligación
normativamente atribuida a una entidad pública o que ejerza función administrativa y a la
cual ésta no haya atendido o no haya cumplido oportuna o satisfactoriamente y, en segundo
lugar, la virtualidad jurídica del eventual cumplimiento de dicha obligación, de haber
interrumpido el proceso causal de producción del daño, daño que, no obstante no derivarse -
temporalmente hablando- de manera inmediata de la omisión administrativa, regularmente
no habría tenido lugar de no haberse evidenciado ésta”, pues es entonces un deber por parte
de la administración el estar al pendiente de la estabilidad del buen servicio, del cuidar de la
ciudadanía y el no presentar fallas para que estas no se vayan en su contra ya que son
circunstancias que se pueden evitar, porque simple y llanamente al haber una falla en el
Servicio es deber del Estado el hacerse responsable por estos daños causados a terceros
siempre y cuando sean evidentes que ese perjuicio es causado por la no inmediatez a reparar
estos daños, y es ahí donde la sala considera que : “es deber del Estado brindar protección a
todas las personas residentes en el país, la Sala ha considerado que no le son imputables todos
los daños a la vida o a los bienes de las personas, porque sus obligaciones son relativas, en
tanto limitadas por las capacidades que en cada caso concreto se puedan desarrollar, dado
que “nadie está obligado a lo imposible”. De igual manera se ha aclarado que la relatividad
de las obligaciones del Estado no excusa de manera absoluta su incumplimiento, sino que
debe indagarse en cada caso si en efecto fue imposible cumplir aquéllas que según el caso
concreto le correspondían”; es claro que no de todo se puede hacer responsable al Estado ya
que no se puede siempre el tratar de brindar cosas que no se puedan cumplir, pero para este
caso en concreto es claro que la falla dada en la vía pública es responsabilidad de la
administración porque es su deber el mantener a estas en buen estado, pero también es notorio
que para el caso en concreto quien iba manejando también tiene una responsabilidad por el
haber estado manejando en estado de embriaguez donde este no estaba en sus 6 sentidos, y
al mismo tiempo causa un daño en él mismo, mermando así la responsabilidad el Estado; este
claro ejemplo es de una buena ayuda al momento de analizar cada caso en concreto ya que
es bueno evidenciar todos los sucesos porque no todos los casos son iguales y podrían para
otros ser toda la responsabilidad del Estado y no dividirse la misma hacia los dos.
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCION TERCERA
SALA PLENA
Consejero ponente: ENRIQUE GIL BOTERO
Actor: INES DEL SOCORRO GOMEZ AGUDELO
Demandado: NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - EJERCITO NACIONAL
Referencia: ACCION DE REPARACION DIRECTA
Bogotá D.C., veinticinco (25) de septiembre de dos mil trece (2013)

HECHOS
PRIMERO: El 10 de marzo de 1999 los señores Luis Fernando Londoño Gómez, Alex Ariol
Lopera Díaz y Manuel José Jaramillo Giraldo, se dirigían al municipio de Sonsón
(Antioquia), con la finalidad de encontrarse con miembros del grupo alzado en armas,
autodenominado como Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-, para
obtener la liberación de la joven Diana Patricia Jaramillo Giraldo, quien había sido
secuestrada por el 23 de diciembre del año anterior.
SEGUNDO: Para la gestión de la liberación, llevaban consigo la suma de ciento cincuenta
millones de pesos m/cte ($150.000.000.oo) en efectivo, que pagarían a los miembros del
grupo subversivo, a cambio de la liberación.
TERCERO: Encontrándose a la altura de la vereda La Quiebra, en jurisdicción del
municipio de Sonsón - Antioquia, se detuvieron en razón de un retén del Ejército Nacional
al mando del Mayor David Hernández Rojas, pertenecientes al Batallón de Contraguerrilla
No. 4 “Juan del Corral”, adscritos a la Cuarta brigada con sede en la ciudad de Medellín.
CUARTO: Al encontrar la referida suma de dinero en manos de los señores Luis Fernando
Londoño Gómez, Alex Ariol Lopera Díaz y Manuel José Jaramillo Giraldo, los ciudadanos
fueron retenidos por los militares por varias horas para verificar la procedencia legítima del
mismo; una vez hecha la constatación, se les permitió continuar el recorrido, previa
suscripción de un documento que daba cuenta del buen trato recibido por parte de los
miembros de la fuerza pública.
QUINTO: Minutos después de reiniciar el viaje, fueron abordados por miembros de la
misma unidad militar para ser despojados del dinero que llevaban para el pago del rescate
que se estaba gestionando. Posteriormente, fueron asesinados con armas de dotación oficial,
y sus cuerpos arrojados a un abismo dentro del vehículo en el que se movilizaban.
SEXTO: Los cuerpos sin vida de los señores Luis Fernando Londoño Gómez, Alex Ariol
Lopera Díaz y Manuel José Jaramillo Giraldo, fueron hallados 10 días después de iniciada
su búsqueda.
SEPTIMO: Como consecuencia de los macabros hechos, se abrieron investigaciones
penales y disciplinarias, en las cuales fueron vinculados el Mayor del Ejército Nacional,
David Hernández Rojas y otros oficiales y soldados bajo su mando, algunos de los cuales
para la fecha de la presentación de las demandas, ya habían sido condenados por los delitos
de hurto y homicidio.
OCTAVO: Transcurrido un tiempo, el propietario del vehículo en el cual se transportaban
las víctimas –campero Samurai, color rojo, placas RIC-170–, señor Rómulo Alberto Romero
Ramírez, reclamó el valor del automotor a la familia del fallecido Manuel José Jaramillo
Giraldo.
NOVENO: A raíz de las investigaciones penales y disciplinarias, el núcleo familiar del
fallecido Alex Ariol Lopera López se vió afectado por graves hechos que atentaban contra
su integridad personal, razón por la cual fueron vinculados a programas de protección de
víctimas y testigos de la Fiscalía General de la Nación, lo que implicó el desplazamiento
forzado de su ciudad natal, el ocultamiento del núcleo familiar, la imposibilidad de trabajar,
el desarraigo familiar y social, la liquidación de su escaso patrimonio y el temor a vivir en
esas condiciones..

RECURSO DE APELACIÓN.
Resuelve la Sala el recurso de apelación interpuesto por uno de los grupos demandantes, esto
es, el conformado por los familiares del señor Alex Ariol Lopera Díaz, contra la sentencia
del 25 de junio de 2008, proferida por el Tribunal Administrativo de Antioquia, con el fin de
unificar la jurisprudencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado, en relación con el
tope indemnizatorio de los perjuicios morales en escenarios en los que el daño antijurídico
imputable al Estado tiene su origen en una conducta punible y a la obligación a cargo de la
Procuraduría Delegada para las Fuerzas Militares de efectuar el seguimiento al cumplimiento
de lo dispuesto en providencias en las que se juzgue la grave violación a derechos humanos,
imputables a la Fuerza Pública.
_________________________________________________________________________
CONSIDERACIONES DE LA SALA
los Estados deben adoptar las medidas necesarias para crear un marco normativo adecuado
que disuada cualquier amenaza al derecho a la vida; establecer un sistema de justicia efectivo
capaz de investigar, castigar y dar reparación por la privación de la vida por parte de agentes
estatales o particulares; y salvaguardar el derecho a que no se impida el acceso a las
condiciones que garanticen una existencia digna. De manera especial los Estados deben
vigilar que sus cuerpos de seguridad, a quienes les está atribuido el uso legítimo de la fuerza,
respeten el derecho a la vida de quienes se encuentren bajo su jurisdicción.
En efecto, no debe perderse de vista que los miembros del Ejército Nacional actuaron
prevalidos de su condición de funcionarios públicos, ya que no sólo fueron los autores
directos y materiales de la masacre cometida –encontrándose en servicio activo– sino que
trataron insistentemente de alterar el resultado de las pruebas que se practicaron en el curso
de los procesos penal y disciplinario.
En relación con hechos similares, es decir, eventos en los que miembros de la fuerza pública
actúan prevalidos de su condición de agentes estatales y de los instrumentos puestos a su
disposición, esta misma Sección –esto es en su Sala Plena– en sentencia de unificación
puntualizó21:
“Y frente a crímenes de esta naturaleza, el remordimiento por la muerte pertenece a la
memoria colectiva de una sociedad, para que hechos como esos no se repitan jamás.
“En consecuencia, uno de los principales mandatos de la institucionalidad es brindar
estándares reglados acerca del manejo de la fuerza pública, toda vez que se parte del principio
de excepcionalidad en su uso y, por ende, los agentes de los estamentos de seguridad deben
ceñirse a los postulados definidos en la Carta Política y en la legislación especial que rige la
materia, sin que puedan invocar la obediencia debida o el cumplimiento de un deber legal,
en aquellos eventos en que su conducta es constitutiva de crímenes o delitos de lesa
humanidad, de guerra o, en general, de cualquier comportamiento que atente contra los
derechos humanos”
De conformidad con los anteriores lineamientos, la Sala confirmará la providencia apelada
en cuanto a la declaratoria de responsabilidad, pero la modificará parcialmente en lo que se
refiere a la necesidad de imponer medidas de justicia restaurativa, así como frente a los
perjuicios deprecados por los demandantes, ya que se presenta una circunstancia objetiva que
permite su tasación por encima de los estándares fijados por esta Corporación.
Los asertos anteriores, encuentran su fundamento en las siguientes razones: i) porque la
responsabilidad de la demandada no fue objeto del recurso de apelación, razón por la que no
integró el debate probatorio y suasorio en la segunda instancia, ii) se comprobó de manera
fehaciente que el caso objeto de análisis constituye una grave violación de derechos humanos,
circunstancia por la que se impone la necesidad de adoptar medidas de justicia restaurativa y
en el caso concreto se configura una circunstancia objetiva que sirve de fundamento a los
argumentos expuestos en el recurso de apelación, en cuanto se dirige a que sean reliquidados
los perjuicios decretados en primera instancia.
El principio de reparación integral en el caso concreto
En numerosos pronunciamientos la Sala ha delimitado el contenido del principio de
reparación integral, en los siguientes términos:
“En cuanto a las modalidades de reparación en el sistema interamericano, como se mencionó
antes, las mismas pueden ser pecuniarias y no pecuniarias e incluyen:
a) La restitución o restitutio in integrum, es el restablecimiento de las cosas a su estado
normal o anterior a la violación, producto del ilícito internacional, es la forma perfecta de
reparación, y que sólo en la medida en que dicha restitución no resulte accesible procede
acordar otras medidas reparatorias.
b) La indemnización por los perjuicios materiales sufridos por las víctimas de un caso en
particular, comprende el daño material (daño emergente, lucro cesante) y el daño inmaterial.
c) Rehabilitación, comprende la financiación de la atención médica y psicológica o
psiquiátrica o de los servicios sociales, jurídicos o de otra índole25.
d) Satisfacción, son medidas morales de carácter simbólico y colectivo, que comprende los
perjuicios no materiales, como por ejemplo, el reconocimiento público del Estado de su
responsabilidad, actos conmemorativos, bautizos de vías públicas, monumentos, etc26.
e) Garantías de no repetición, son aquellas medidas idóneas, de carácter administrativo
legislativo o judicial, tendientes a que las víctimas no vuelvan a ser objeto de violaciones a
su dignidad, entre las cuales cabe mencionar aquellas encaminadas a disolver los grupos
armados al margen de la ley, y la derogación de leyes, entre otras.

En otros términos, cuando se habla del análisis de hechos relacionados con la violación de
derechos humanos, según los parámetros normativos y descriptivos contenidos en los
preceptos de la Carta Política y en las normas internacionales que regulan la materia, el juez
de lo contencioso administrativo no debe estar limitado por su función principal, es decir, la
de establecer y decretar el resarcimiento económico de un perjuicio cuya valoración
económica y técnica es posible en términos actuariales, sino que debe ir mucho más allá, con
el fin de que el principio de reparación integral se vea claramente materializado, para lo cual
debe aplicar el conjunto de normas que le brindan suficientes instrumentos dirigidos a que se
pueda materializar un efectivo restablecimiento integral del daño.
_________________________________________________________________________
EL FALLO
Primero. Unifícase la jurisprudencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado, en
relación con el tope indemnizatorio de los perjuicios morales en escenarios en los que el daño
antijurídico imputable al Estado tiene su origen en una conducta punible, en los términos del
artículo 97 de la ley 599 de 2000, y frente a la obligación a cargo de la Procuraduría Delegada
para las Fuerzas Militares de efectuar el seguimiento al cumplimiento de lo dispuesto en
providencias en las que se juzgue la grave violación a derechos humanos, imputables a la
Fuerza Pública.

Segundo. Modifícase la sentencia del 25 de junio de 2008, proferida por el Tribunal


Administrativo de Antioquia, la cual quedará así:

“1°. SE DECLARA ADMINISTRATIVAMENTE RESPONSABLE A LA NACIÓN -


MINISTERIO DE DEFENSA -EJÉRCITO NACIONAL, por los perjuicios causados a LUIS
ARNULFO LOPERA SERNA, FABIOLA DÍAS DE LOPERA, MARLIES EURLINE
LOPERA DÍAS, RICHARD DEBIT LOPERA DÍAZ, ELKIN DAVINSON LOPERA
DÍAZ, GEOVANNY DE JESÚS LOPERA DÍAZ, MÓNICA MARCELA LOPERA DÍAZ,
LUIS ARNULFO LOPERA DÍAZ y FABIOLA FERNANDA LOPERA DÍAZ, por la
muerte de su hijo y hermano ALEX ARIOL LOPERA DÍAZ, en hechos ocurridos el 10 de
marzo de 1999, en la vereda La Quiebra del municipio de Sonsón (Antioquia), a manos de
miembros de la citada institución.
“2°. Como consecuencia de la declaración anterior, SE CONDENA A LA NACIÓN -
MINISTERIO DE DEFENSA - EJÉRCITO NACIONAL-, a pagar por perjuicios morales
las siguientes sumas:
LUIS ARNULFO LOPERA SERNA 200 SMMLV
FABIOLA DÍAZ DE LOPERA 200 SMMLV
MARLIES EURLINE LOPERA DÍAZ 100 SMMLV
RICHARD DEBIT LOPERA DÍAZ 100 SMMLV
ELKIN DAVINSON LOPERA DÍAZ 100 SMMLV
GEOVANNY DE JESÚS LOPERA DÍAZ 100 SMMLV

SEPTIMO: Ejecutoriada esta providencia, DEVUELVASE el expediente al Tribunal de


origen. COPIESE, NOTIFIQUESE Y CUMPLASE.

MÓNICA MARCELA LOPERA DÍAZ 100 SMMLV


LUIS ARNULFO LOPERA DÍAZ 100 SMMLV
FABIOLA FERNANDA LOPERA DÍAZ 100 SMMLV
“3°. SE CONDENA, asimismo a LA NACIÓN –MINISTERIO DE DEFENSA, EJÉRCITO
NACIONAL-, a pagar por perjuicios materiales, las siguientes sumas:
“POR LUCRO CESANTE:
“A LUIS ARNULFO LOPERA SERNA, la suma de VEINTINUEVE MILLONES
SESENTA Y OCHO MIL DOSCIENTOS SETENTA Y NUEVE PESOS M.L.
($29´068.279).
“A FABIOLA DÍAZ DE LOPERA, la suma de TREINTA Y DOS MILLONES
NOVECIENTOS DIECISIETE MIL TREINTA Y CINCO PESOS M.L. ($32´917.035.).
“POR DAÑO EMERGENTE:
“A MARLIES LOPERA DÍAZ, la suma de SEISCIENTOS CUARENTA Y NUEVE MIL
DOSCIENTOS OCHENTA Y TRES PESOS M.L. ($649.283.oo).
“A LUIS ARNULFO LOPERA SERNA, la suma de TRES MILLONES
CUATROCIENTOS CINCUENTA Y CINCO MIL SEISCIENTOS UN PESOS M.L.
($3´971.116).
“4°. SE CONDENA igualmente a LA NACIÓN –MINISTERIO DE DEFENSA -
EJÉRCITO NACIONAL- a pagar por perjuicios por la violación o afectación de bienes o
derechos constitucionales (familia y libertad de domicilio y residencia), las siguientes
cantidades:

LUIS ARNULFO LOPERA SERNA 70 SMMLV


FABIOLA DÍAZ DE LOPERA 70 SMMLV
MARLIES EURLINE LOPERA DÍAZ 50 SMMLV
RICHARD DEBIT LOPERA DÍAZ 50 SMMLV
ELKIN DAVINSON LOPERA DÍAZ 50 SMMLV
GEOVANNY DE JESÚS LOPERA DÍAZ 50 SMMLV
MÓNICA MARCELA LOPERA DÍAZ 50 SMMLV
LUIS ARNULFO LOPERA DÍAZ 50 SMMLV
FABIOLA FERNANDA LOPERA DÍAZ 50 SMMLV

“5°. SE DECRETAN en virtud del principio de reparación integral, las siguientes medidas
de justicia restaurativa, de las cuales la entidad
demandada deberá rendir informe de cumplimiento al Tribunal de primera instancia dentro
de los seis (6) meses siguientes a la fecha de ejecutoria de la providencia:

“i) El Comandante de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional, previo acuerdo con las
víctimas, en un acto público ofrecerán excusas a la familia del señor Alex Ariol Lopera Díaz,
dentro de los cuatro (4) meses siguientes a la fecha de ejecutoria de esta providencia. En
dicha ceremonia se anunciará la forma en que se pondrá en marcha lo ordenado en el numeral
(iii) de este ordinal.

“ii) El Ejército Nacional creará y mantendrá habilitado por el término de seis (6) meses un
link visible en su página web principal (http://www.ejercito.mil.co) en el que se pueda
acceder al contenido digital de esta providencia. La información deberá estar disponible a
más tardar dentro de los dos (2) meses siguientes a la fecha de ejecutoria de esta providencia.

iii) En la Cuarta Brigada del Ejército, con sede en Medellín (Antioquia), dentro de los dos
(2) meses siguientes a la fecha de ejecutoria de este fallo, diseñará e impartirá una cátedra
sobre la protección y garantía de los derechos humanos, y los parámetros fijados por
organismos internacionales en relación con el uso de la fuerza pública, así como la censura a
ejecuciones arbitraria, sumarias o extrajudiciales por parte de militares en servicio activo. La
mencionada cátedra tendrá el nombre de Alex Ariol Lopera Díaz, y será dictada a todo el
personal que se encuentre asignado a esa instalación militar, para lo cual se organizarán
horarios específicos con el fin de que todo el personal administrativo y militar curse la
misma.”

“6º. SE NIEGAN las demás pretensiones de la demanda.

“7º. En relación con los procesos acumulados Nos. 2001-950 y 2001-799, ESTAR A LO
RESUELTO en proveído del 7 de marzo de 2011, proferido por la Subsección C de esta
Sección, por medio del cual se aprobó el acuerdo conciliatorio logrado entre los demandantes
y la demandada en los referidos procesos acumulados circunstancia por la que se declaró la
terminación del proceso respecto de esos dos grupos.

“8º. La Procuraduría General de la Nación a través de la Procuraduría Delegada para las


Fuerzas Militares le hará el seguimiento al cumplimiento de la sentencia.

Tercero. Sin costas. Cuarto. Cúmplase lo dispuesto en esta providencia, en los términos
establecidos en los artículos 176 y 177 del Código Contencioso Administrativo.
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CONSIDERACIONES DEL ESTUDIANTE
El Estado desde una perspectiva garantista debe velar por la seguridad del conglomerado
social, es ahí donde surge la fuerza pública como una herramienta para cumplir a cabalidad
con estos deberes, es claro que esta premisa se encuentra en el preámbulo de la constitución,
y que tiene todo un respaldo de normas internacionales, pero que a la hora de llevar a cabo
se queda en las letras, referenciando el caso en concreto la responsabilidad del Ejército se ve
comprometida en la medida en que un grupo de sus miembros activos se sirvieron de su
condición de autoridad para obtener beneficios personales, reprochable desde todos los
puntos vista este actuar de los militares, ya que se ve una clara violación a los derechos
humanos de estas personas, así las cosas este tipo de hechos, según el artículo 97 del código
penal, dan lugar a medidas restaurativa toda vez que el daño es claro, es decir una
indemnización por los perjuicios materiales e inmateriales, dado que se presenta el perjuicio
en su mayor magnitud masacre, y el daño es producto de una grave violación a derechos
humanos, habrá lugar a reconocer a título de daño moral las sumas de dinero establecidas, ya
que por tratarse de una grave violación a derechos humanos, esto es, la ejecución extrajudicial
y sumaria de varios ciudadanos indefensos en un hecho en el que participó la fuerza pública,
es así como el juez de lo contencioso administrativo no debe estar limitado por su función
principal, debe ir mucho más allá, con el fin de que el principio de reparación integral se vea
claramente materializado, para lo cual debe aplicar el conjunto de normas que le brindan
suficientes instrumentos dirigidos a que se pueda materializar un efectivo restablecimiento
integral del daño. Así las cosas no tiene el límite de los 100 SMLMV sino que puede ir más
allá, como la norma lo dice hasta los 1000 SMLMV.
Por consiguiente, cuando el daño antijurídico tiene su origen en la comisión
de una conducta punible será aplicable el artículo 97 del C.P., bien que se trate
o no de una grave lesión o vulneración de los derechos humanos, sólo que en
estos últimos eventos el juez podrá exceder los límites fijados en la demanda,
en lo que concierne a la imposición de medidas de justicia restaurativa. (SU.
Consejo de Estado, 2013)
Así las cosas, por la magnitud del daño el juez tiene la discrecionalidad de ir más allá de
parámetros, en cumplimiento del ordenamiento jurídico y las normas internacionales
referente a derechos humanos, es claro que estos hechos despiertan todo tipo de rechazos. Es
por esto que a la hora de indemnizar se podrá desbordar, en arar de una indemnización
equivalente al daño.

SALVAMENTO PARCIAL DE VOTO


Consejera: STELLA CONTO DÍAZ DEL CASTILLO

La magistrada es clara en definir que el art 97 del C.P. referencia la reparación


integral, la cual debe guiarse por la intensidad del daño pero no por el carácter
delictivo de la acción que lo produce.
Lo que nosotros proponemos es que se desplace el centro de gravedad de
la responsabilidad patrimonial del Estado, de la conducta antijurídica del
ente público a la antijuridicidad del daño, de manera que con esto se
amplía muchísimo la responsabilidad y no queda cobijado solamente el
ente público cuando su conducta ha dado lugar a que se causen unos
daños, sino cuando le ha infringido alguno a un particular que no tenga
porqué soportar ese daño. (SU, Consejo de Estado, 2013)
En ese orden de ideas, el salvamento de voto propone un mayor énfasis en el trasfondo
del daño, es decir en las graves consecuencias que la conducta trae. Desplazando al
autor de esta conducta punible. Es decir la acción penal y la reparación tiene una
naturaleza diferente, debido a la naturaleza de esta, es decir lo que la magistrada da a
entender es la fusión que la sala hace para tasar los daños, es decir el dolo con el que
actuaron los agentes estatales.

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