Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
CUESTIÓN DE GÉNERO
I. Introducción.
La igualdad de género ya no debería ser materia de discusión, aun así el mercado laboral de
Bahía Blanca afecta una gran parte del género femenino, especialmente a jóvenes menores de
30 años.
El trabajo doméstico comprende las tareas que facilitan el sostén fundamental de la vida diaria
e involucra las tareas que las mujeres tradicionalmente llevan a cabo sin recibir un salario. Se
vincula a actividades que históricamente han sido invisibilizadas, no reconocidas.
Los contratos de trabajo temporales y las jornadas de trabajo escasas o extensas pueden ser
percibidos como síntomas de precariedad. Muchas personas tienen que trabajar a tiempo
parcial diario, lo que les impide lograr la retribución necesaria. Otras, en cambio, deben
trabajar jornadas de trabajo que exceden el límite de tiempo legal para poder conseguir el
ingreso necesario.
Este proyecto fue impulsado por una ONG llamada “Gira Vida”, con fin de que mujeres del
barrio “Puertas del sur” y Bajo Rondeau puedan aprender de costura para mejorar su calidad
de vida y también para ayudar a la gente del barrio con las prendas que confeccionan en este
lugar.
Gabriela, una de las mujeres que integran el taller, nos contó su situación actual. Ella es madre
de un hijo, vive cerca de Gira Vida. Al no tener un trabajo estable manifestó que vende
sorrentinos, rosquitas, empanadas y demás comidas caseras que ella misma hace para poder
subsistir e intentar darle a su hijo un mejor pasar. Gabriela está separada del padre de su hijo y
todo le cuesta el doble para poder llevar el plato de comida a la casa.
Lorena, de 39 años, es la profesora del taller. Es madre soltera, con dos hijos, uno de 20 años y
el otro de 11. El padre no le ayuda económicamente con el cuidado de ellos. Nos contó que en
su adolescencia fue rebelde y no obedecía a su madre, por ende, no terminó el colegio.
Aprendió costura cuando era joven en la localidad de Médanos, actualmente trabaja por la
mañana en una casa de familia y por las tardes hace costura (bufandas, repasadores, apoya
pavas, etc.) para vender y que así ingrese algo de dinero para mantener a su familia.
Dijo: “Es muy sacrificada la costura, pero aun así con esfuerzo se puede trabajar de esto”.
Alejandrina, madre de 10 hijos, una de ellos es Silvia. Cuenta con un hijo de diez años con
discapacidad. Ella no trabaja, pero recibe ayuda del Estado con dos pensiones y el resto de sus
hijos también colaboran económicamente con ella. Está separada desde hace 5 años.
Margarita, se trasladó desde Tucumán a Rio Negro en busca de una fuente de trabajo, a un
campo cuando tenía 26 años. Ella tiene dos hijos, la menor de ellos, de 19 años actualmente
trabaja en la cosecha de tomate y cebolla.
Silvia1, de 36 años, cuenta que desde que se fue de su casa hace diez años se ha dedicado a ser
cartonera y actualmente la municipalidad le dio un trabajo de soldadora. Hace dos años se
incorporó a este programa social de acción católica, para pasar sus tardes entre mujeres y
aprender nuevas ideas y proyectos para salir adelante en lo laboral. Ella contaba que no recibió
la capacitación necesaria ni los medios necesarios para realizar un trabajo seguro.
1
Mujer integrante del taller de costura “Gira Vida” en el barrio Puertas al Sur.
Todas estas mujeres de las cuales acabamos de contar su situación coinciden en que hay una
gran diferencia con respecto a los hombre a la hora de insertarse en el mercado laboral,
porque la mujer termina haciendo varias labores con el objetivo de ser independiente, y no
depender de nadie más que ellas mismas y resulta cada vez más difícil. En busca de esa
independencia en su gran mayoría son polivalentes.
Dentro de esta brecha caen el machismo, los perjuicios, las preferencias de los trabajadores,
los grados de compatibilidad, dinámicos laborales que excluyen a las mujeres, derechos
inequitativos.
Hay mucha discriminación, más aun en la brecha salarial, que se amplia para las mujeres
campesinas e indígenas, también entra las religiones preferenciales.
Hoy en día las mujeres estudian más que hace 20 años atrás (y llegan a niveles educativos más
altos), se acercan a mejores condiciones laborales y salariales y podemos ver como acortan la
diferencia con sus pares. Además hay muchas que se les pregunta en las entrevistas laborales
sobre sus planes de maternidad, su mera responsabilidad implica una penalización en el
mercado de trabajo.
Por otro lado pocos varones se ven obligados a dejar de trabajar o estudiar cuando tienen
hijos, estas situaciones son invisibles a las estadísticas pero pasan en la vida cotidiana.
Hoy en día, persiste ese modelo donde las mujeres son las que se hacen cargo de la
reproducción y del cuidado de los dependientes de la familia. Y esto las condiciona en su
inserción en el mercado de trabajo remunerado en dos sentidos. Por un lado son ellas mismas
las que a veces se retraen en su desempeño en el mercado de trabajo, deciden no postular a
un puesto de más responsabilidad o de más jerarquía que implique viajes, porque eso no les
permitiría conciliar esa tensión que sienten entre la familia y el trabajo remunerado. Pero por
otro lado están las instituciones. Las empresas, los empleadores, el mercado: las instituciones
que son portadoras de género y que parten de esos prejuicios y preconceptos y siempre van a
preferir a un hombre. Entonces, aquí hay una cuestión de distribución muy injusta entre los
sexos, desequilibrada, que pone a las mujeres en lugares desventajosos en el mercado de
trabajo, peor remuneradas, que hace que trabajen menos horas de las que quisieran trabajar.
Todo su desempeño laboral está condicionado por estas construcciones de género, que
persisten y que son muy difíciles de modificar.
V. Desempleo femenino en Bahía Blanca.
“En 2003/7 muchas mujeres abandonaron o perdieron sus puestos de trabajo y muchas
dejaron de buscar; aún así siguió siendo elevada la proporción de las que continuaron
solicitando empleo sin encontrarlo. En 2007/13 tuvo lugar un cierto aumento en la
disponibilidad de puestos de trabajo para las mujeres pero la cantidad de interesadas que
acudió al mercado excedió a las vacantes dando lugar a un nuevo incremento de la tasa de
desocupación. La comparecencia masiva de mujeres en busca de empleo (de ingresos
adicionales) en 2008/13 en un contexto de estancamiento o declinación de los salarios reales
contribuyó al deterioro relativo de la situación laboral de las mujeres ya que la tasa de
desocupación de los varones continuó disminuyendo”2.
La relación laboral es una relación jurídica asimétrica. Los sujetos que la integran no se
encuentran en condiciones de igualdad a la hora de establecer los términos de esa relación y
por eso existe todo un sistema de normas conocidas como el derecho laboral que es un
sistema de naturaleza tuitiva o protectora del trabajador que es la parte débil o vulnerable de
la relación jurídica.
Comenzando por la Constitución Nacional que establece como uno de los derechos
fundamentales de los y las trabajadoras la igual remuneración por igual tarea (artículo Art. 14
bis y siguiendo por los Tratados Internacionales con jerarquía constitucional entre los que
podemos mencionar la “Convención contra todas las formas de discriminación contra la
mujer” que reconoce “el derecho a igual remuneración, inclusive prestaciones, y a igualdad de
trato con respecto a un trabajo de igual valor, así como igualdad de trato con respecto a la
evaluación de la calidad del trabajo.” (Inciso b, del art. 11 inc. d).
2
(Burachik, G. (2017). Empleo y desempleo en Bahía Blanca en los años 2003-2013. 2017, de
Universidad Nacional del Sur Sitio web:
http://bibliotecadigital.uns.edu.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2525-
12952015001100004&lng=es&nrm=iso)
En el ámbito interno, y para que esos derechos que la Constitución reconoce se
apliquen, la Ley de Contrato de Trabajo (Ley 20744) cuenta desde hace más de 40 años con un
capítulo específico para el trabajo de la mujer que se refiere a la igualdad y no discriminación
donde establece además que los Convenios Colectivos de trabajo no pueden hacer
discriminación y que deben establecer igualdad de retribución por trabajo de igual valor.
En síntesis, ha quedado demostrado que las leyes existen, no son necesarias nuevas
normativas en materia laboral. Lo que es necesario es una puesta en acción por parte del
Ministerio de Trabajo para inspeccionar y recibir denuncias de asociaciones sindicales o de las
mismas trabajadoras, cuando detecten una situación de desigualdad en su contra.
VII. Conclusión