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Melquisedec: ¿Humano o Divino?

Pr. Angel Manuel Rodríguez

Doctor en Teología

¿Quién es Melquisedec? Se lo describe como "sin padre, sin madre, sin genealogía;
que no tiene principio de días ni fin de vida" (Heb. 7:3). ¿Será que estas
características hacen del él un ser divino?

A esta pregunta le han dado varias respuestas. Siendo que el Antiguo Testamento
menciona a Melquisedec sólo en dos ocasiones (Génesis 14:18-20; Salmo 110:4), esto
ha generado especulaciones acerca del personaje y su misión. Entre los rollos
encontrados en Qumram, hay uno acerca de Melquisedec (primer siglo antes o después
de Cristo) en el cual se lo describe como un ser celestial, un guerrero quien vence a
Belial en la postrer batalla. Con relación a este asunto, entre los cristianos el tema
también se ha prestado para la especulación. En efecto, al comienzo de la era cristiana
hubo sectas que llevaron ese nombre. Se caracterizaron por enseñar que Cristo fue
inferior a Melquisedec, a quien consideraban sacerdote para los ángeles y otros seres
celestiales. En los escritos judíos lo identificaron con Sem, uno de los hijos de Noé. Una
especulación de esta naturaleza está ausente de la epístola a los Hebreos. 1) Función de
Melquisedec en Hebreos. El propósito del apóstol es demostrar que el sacerdocio de
Cristo es superior al de Aarón. En el argumento, el sacerdocio de Melquisedec llega a
ser muy importante, por cuanto Cristo no pertenece a la descendencia de la tribu de Leví
y, en consecuencia, de acuerdo con la ley, no podría haber desempeñado funciones
sacerdotales. La Biblia destaca un sacerdocio que no se basa en la genealogía. El Salmo
110:4 predice que el sacerdocio aarónico sería reemplazado por el eterno sacerdocio de
Melquisedec en la persona del Mesías. 2) Melquisedec, una figura histórica. Con
claridad, el apóstol ve a Melquisedec como una persona que vivió durante el tiempo de
Abram. En Hebreos 7:1 figura como el rey de Salem, nombre antiguo de la ciudad de
Jerusalén (Sal. 76:2), y también fue sacerdote. Se encontró con Abram después una
victoriosa batalla, lo bendijo, y éste le dio los diezmos (Heb. 7:2). Entonces, el apóstol
procede a argumentar que el sacerdocio de Melquisedec es superior al de Aarón por
cuanto Melquisedec bendijo a Abram (El que "bendice" es superior al que es
"bendecido"). 3) Un ser divino. En primer lugar, la frase "sin padre y sin madre" fue
utilizada por los griegos para referirse a los dioses, con lo cual sugiere que Melquisedec
debe haber sido un ser divino. Sin embargo, esta frase también se la utilizó para
describir la orfandad, al hijo ilegítimo o también a la persona cuyo origen era
desconocido. Por esto, dicha frase no basta para probar que Melquisedec era divino. En
segundo lugar, es probable que al ir acompañada por la expresión "sin genealogía", el
apóstol estuviera aclarando lo que tenía en mente al expresar "sin padre y sin madre",
razón por la cual no contamos con el registro genealógico correspondiente. La
conclusión se desprende del hecho que no existe la información respectiva, lo que por
cierto dificulta la identificación. Melquisedec "ni tiene principio de días, ni fin de vida".
Es evidente que no se trata de un ser humano cualquiera. Tercero, el dilema se lo puede
dilucidar si se analiza la última parte de Hebreos 7:3: "Semejante al Hijo de Dios,
permanece sacerdote para siempre". Una traducción más literal sería "Pero siendo hecho
semejante/similar al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre/perpetuamente".
Se añade esta frase para calificar la afirmación "que ni tiene principio de días, ni fin de
vida". Él no es eterno por derecho propio, pero en la descripción Melquisedec es hecho
un parangón del Hijo de Dios, el único cuyo sacerdocio es realmente eterno.
Melquisedec es semejante a Cristo en el sentido que la Escritura no proporciona ningún
registro ya sea de su nacimiento, su genealogía o de su muerte. La falta de estos datos
en el registro bíblico es utilizada por el apóstol para plantear una semejanza o paralelo
entre Melquisedec y Jesús, quien es realmente eterno. De este modo, el sacerdote y rey
de Salem llega a constituirse en símbolo del verdadero sacerdote, el Hijo de Dios, quien
es el originador del sacerdocio eterno que no está encuadrado por parámetros
genealógicos. El apóstol interpreta el sacerdocio de Melquisedec en función del anuncio
del sacerdocio eterno del Mesías que figura en Salmo 110:4 y por el hecho de que Cristo
es el cumplimiento de las profecías mesiánicas. Melquisedec fue una figura histórica
anticipada destinada a presentar el verdadero sumo sacerdote celestial, el Hijo de Dios.

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