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FACULTAD DE DERECHO
ETICA GENERAL
TUNJA
2018
BIBLIOGRAFIA
Iniciar una controversia acerca de la manera de terminar con la vida es una labor
con un grado de complejidad muy alto, siento la vida un derecho protegido
constitucionalmente, no es tarea fácil , y aún más si se habla de la expresión
“morir dignamente”, pues hace algún tiempo se ha vuelto un exigencia social y
legal a los Estados, para de esta manera proteger el derecho que las personas
tienen de poder decidir , cuando estas se encuentran grave estado de salud y por
tanto teniendo que soportar inimaginables dolores que le impide llevar una vida
normal y digna, y que buscan se les sea amparada su determinación , para que
por medio de procedimientos médicos puedan acabar con tal sufrimiento que les
impide llevar una estadía feliz en el mundo.
Y a partir de allí se entra a discutir también la protección obligatoria por parte del
estado para ofrecer garantías a sus habitantes sin exclusión y sin importar en que
condición se hallen como lo es el caso de una persona que no goza de vida digna
por su grave estado de salud; pues una persona que vive llena de sufrimientos, se
puede permitir formular la pregunta ¿Qué elección le espera, cuando hay ausencia
total en su vida de dignidad?
Pero es necesario resaltar hay aspectos que son de gran importancia en esta
elección, entre ellos, si consiste en una muerte asistida, si simple y sencillamente
se desconecta al paciente de una máquina, la cual recibe el nombre de eutanasia
pasiva, o si por otro lado es la persona , quien expresa su voluntad, pidiendo que
se le practique, la denominada eutanasia voluntaria, sin el derecho de intervención
por parte de un tercero o también es la situación de la distanasia, en donde los
pacientes que se hallan desahuciados el hecho de darles más tiempo sintiendo y
soportando los dolores de su enfermedad, con tratamientos que no le garantizan
poder sanar y de este modo viéndose obligados a sufrir una, muy lamentable,
muerte lenta y dolorosa, sin posibilidad de poder recupere, o tener el derecho a la
defensa de morir dignamente, sin oportunidades laborales de medios para siquiera
permitirle a la persona seguir con su vida.
Ahora corresponde responder quién o qué motivo pueden decidir entre seguir
viviendo o la muerte. Pero para poder darle respuesta a el cuestionamiento se
requiere tener en cuenta que hay que puede tomarse a partir de distintos planos,
como el religioso, , psicológico ,ético médico y a criterio propio del paciente; pero,
no hay que desconocer la capacidad del hombre, ya que como ser inteligente
puede realizar inferencias frente al significado al valor de la vida, pues se tiene en
cuenta no solo la vida biológica, sino lo que se hace con la propia vida. Esta idea
es apoyada por un gran número de personas que están tanto a favor como en
contra del procedimiento eutanásico.
Este término que proviene del idioma griego y que significa buena muerte, ha
referente debates en múltiples ocasiones en donde se han establecido en los
diferentes reglamentos de todos los países del mundo, pues tiene de un lado sus
defensores institucionales y personales y del otro lado, quienes se oponen
radicalmente a este procedimiento médico, porque es de enfatizar que nadie tiene
ni debería tener el poder de disponer del importante derecho fundamental que es
la vida humana. En un sentido más avanzado y actual, la eutanasia se puede
definir como el acto médico que tiene como fin poner término a la vida de una
persona que sufre graves e insoportables dolencias físicas o que padece una
enfermedad incurable, y que en su decisión autónoma no desea prolongar esos
padecimientos y así evitar una muerte dolorosa, es decir tener una muerte digna.
Para proceder a terminar con la vida de un enfermo, se requerirá entonces,
suministrar medicamentos no para aliviar el dolor, sino que abrevien la existencia
o simplemente dejar que el inexorable paso del tiempo ejerza su poderosa función
de deterioro en el organismo del enfermo y así terminar con ese halo de vida que
le resta al paciente. El derecho a la vida como un bien y valor jurídico, es limitado
y termina inexorablemente con la muerte de todo ser humano, muy a pesar de
contar con la protección por parte del Estado.
Teniendo la plena certeza que absolutamente nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente”. Para el caso colombiano, la Constitución política de 1991 ha
consagrado diferentes artículos relacionados con la vida como derecho
fundamental y su protección con el desarrollo legal a partir del código penal. El
preámbulo de la Carta consagra: “….fortalecer la unidad de la nación y asegurar a
sus integrantes la vida…”; el inciso segundo del artículo 2º. precisa que: “las
autoridades de la republica están instituidas para proteger a todas las personas en
su vida, honra y bienes, creencias y demás derechos y libertades…; y de manera
categórica, el articulo once de la carta política sentencia: “el derecho a la vida es
inviolable. No habrá pena de muerte” Por su parte la Corte Constitucional14 ha
formulado el siguiente planteamiento: “El derecho fundamental a la vida, cuya
existencia se limita a constatar la carta política, es el más valioso bien que se
reconoce a todo individuo de la especie humana y el sustrato ontológico de la
existencia de restantes derechos… el derecho a la vida en el ordenamiento
jurídico constitucional, constituye indudablemente el reconocimiento y la
efectividad de un valor esencial como es la vida humana”
Entre los que podrían decirse como aportes al derecho se encuentra el “proyecto
de legalización de la eutanasia en Colombia” que presentó el senador Armando
Benedetti Villaneda en agosto de 2006 y que reglamento los artículos 106 y 107
del código penal, agregando la siguiente consideración: “la terminación de la vida
de una forma digna y humana y la asistencia al suicidio, no será objeto de sanción
penal alguna”.
En relación al punto de vista tomado por los autores del presente artículo ,
consideran una posición favorable a la aplicación de la eutanasia activa, tal como
lo ha manifestado la Corte Constitucional con sus precedentes jurisprudenciales.
Es preciso entonces, destacar aquí, que el valor jurídico tutelado más preciado
que tenemos los seres humanos es la vida y que como tal merece protección del
sujeto mismo y desde luego del Estado a través de todos los mecanismos jurídicos
de que dispone, pero cuando esa vida se vuelve tormentosa para una persona que
enfrenta una terrible agonía, que degrada paulatinamente su estado físico y
desborda el límite de lo incurable y que a pesar de los cuidados paliativos no se
consigue su recuperación, es preciso dar paso a la autonomía como derecho
constitucional que tiene ese enfermo de decidir sobre su propia vida.
Ellos revelan el respeto por quienes tienen una posición diferente al respecto pero
no dejan de lado su oposición con teoría utilitarista de los derechos, ya que ellos
pretenden que la eutanasia se convierta en un derecho para los enfermos, como
expresión final de su autonomía y deseo de culminación cuando se es consciente
frente a lo que se decide, para el caso contrario, en aquellos pacientes que
fortuitamente la luz de la vida se apaga y la esperanza del deseo se pierde por su
misma condición, se obre con ética en la decisión médica o familiar.
Ya que ,como sabiamente lo dicen los autores de este artículo, la vida no es una
cosa que pueda tocarse, sino un estado que solamente puede describirse
operacionalmente, ellos establecen que la vida es un estado de la energía, que se
siente, ( realizan una analogía, que considero muy apropiada) “que está
representada por cuatro letras, pero que puede terminar en cuatro segundos”
cuando la función vital ya no está presente, o cuando “seguir viviendo” y continuar
con un funcionamiento vital no dependiente de artefacto científico que es capaz de
metabolizar, respirar, y hacer palpitar un corazón sin razón, conllevando más tarde
que temprano al mismo e inexorable camino… la “muerte”.
CONCLUSIONES
Para finalizar, prosigo a aportar las precisiones que a mi parecer son importantes
para culminar con el análisis la eutanasia y como primera medida es inexcusable
omitir que , este , siendo un tema de vital importancia para nuestra sociedad actual
, debe aportarse la relevancia que amerita con argumentos vistos desde la
realidad, desde lo que se observa se ven obligados a soportar la familia y el
doliente que sufre de alguna enfermedad terminal; y me referiré a doliente para
describir a la persona que sufre o padece de alguna enfermedad o malestar que
no tiene cura sino solo un dolor muy intenso, como anteriormente en el escrito se
ha denominado, el enfermo.
Por último, cabe resaltar que a pesar de estos aportes jurisprudenciales que se le
han permitido a un tema tan trascendental como lo es la eutanasia aún falta que el
legislador aporte con la regulación y de esta manera legalizar su práctica en los
casos que así lo requieran para que así el estado sirva como garante de la
sociedad colombiana.