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Sobre el concepto de Discapacidad

A lo largo de la historia, los conceptos que han girado en torno a las personas
con discapacidad, han ido evolucionando y modificándose, de acuerdo los progresos
realizados en materia de discapacidad, sin embargo, al día de hoy, hay conceptos o
formas en las que se dirige hacia las personas con discapacidad, que lejos de posibilitar
su inclusión, producen marginación y exclusión.

De acuerdo a Valencia (2014) “La palabra discapacitado, que aún se utiliza en


muchos lugares, oculta las posibilidades de la persona” (p. 2). La Real Academia
Española define a la “discapacidad” como “condición de discapacitado”, y
“discapacitado” como “dicho de una persona: que padece una disminución física,
sensorial o psíquica que la incapacita total o parcialmente para el trabajo o para otras
tareas ordinarias de la vida”.

Por otro lado, este autor toma el diccionario de uso del español de María Moliner
quien señala que “el prefijo «dis» transforma la palabra a la que se une en su opuesto: su
sentido es peyorativo ya que proviene del griego dys (mal, trastornado)”. En este
Diccionario la Discapacidad está vinculada a la Minusvalía que la define como
“detrimento o disminución del valor que sufre una cosa”, es decir, menos válido.

Es por esto, que dichas expresiones, presentan un carácter negativo y


discriminatorio, al igual que diferentes términos que se han acuñado a lo largo de la
historia para referirse a las personas con discapacidad como “deficiente”, “anormal”,
“enfermo”, “incapacitado”, “lisiado”, “invalido”, etc.

Por otro lado, cabe mencionar que la expresión “capacidades diferentes” y


“personas con necesidades especiales”, también se consideran erróneas mas allá de su
carácter positivo, ya que, como menciona Valencia (2014)

“el estado de salud del que parte la discapacidad supone el daño o acotamiento
de algunos órganos o funciones corporales, que pueden verse afectadas o reducidas, por
lo que no hay una “capacidad diferente” sino una limitación o aminoramiento de las
capacidades de la persona”. Además el concepto “diferente”, al requerir de un promedio
con el cual medirse, termina poniendo el acento en la carencia o diferencia antes que en
la persona” (p. 3)
Por lo tanto, estas personas no presentan una capacidad diferente, sino una
“discapacidad”, pudiendo ser diferente la forma en que se desenvuelven en el entorno
familiar, social, económico o cultural.

En lo que respecta a “Necesidades Especiales”, este autor, menciona que al


creerse que tienen “necesidades especiales”, estas deben ser satisfechas en lugares
especiales, como por ejemplo, “escuelas especiales”, que no es otra cosa, que una forma
de segregación. Por el contrario, las personas con discapacidad, tienen las mismas
necesidades que el resto de la población (fisiológicas, alimenticias, de seguridad,
afectivas, sexuales), aunque pueden presentar ciertas dificultades para satisfacerlas .

Por su parte, la OMS, en concordancia con la Clasificación Internacional del


Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) define la discapacidad como un
término genérico que abarca deficiencias, limitaciones de la actividad y restricciones a
la participación y menciona “Se entiende por discapacidad la interacción entre las
personas que padecen alguna enfermedad (por ejemplo, parálisis cerebral, síndrome de
Down y depresión) y factores personales y ambientales (por ejemplo, actitudes
negativas, transporte y edificios públicos inaccesibles y un apoyo social limitado)”.

Por último, se puede mencionar la convención sobre los derechos de las personas
con discapacidad, según la cual, “Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que
tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al
interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la
sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.”

De esta manera, el presente trabajo, toma como referencia dicha convención en


tanto se habla de “personas con discapacidad”, porque ante todo, se trata de otorgar el
estatuto de persona, es decir, sujeto de derecho y porque alude en primer lugar al sujeto,
antes que a la Discapacidad misma. Por otro lado, se hace hincapié en que tiene una
discapacidad y no es un discapacitado, valorando las posibilidades que tiene como
sujeto de derecho, para tomar decisiones respecto a su vida, más allá de las dificultades
que pueda presentar debido a su discapacidad.

Evolución histórica del concepto de discapacidad


Historia de la Discapacidad

Acerca del concepto de discapacidad de la OMS

http://www.rumbos.org.ar/discapacidad-una-construccion-social-al-servicio-de-la-economia-
clase-facderuba

Socialmente la discapacidad se percibe en dos sentidos: una relacionado a su origen congénito


y el otro como resultado de un accidente. La valoración social en ambos casos es diferente, ya
que en primero se hará más difícil cambiar la imagen en términos sociales que tiende a verlo
como sujetos dependientes, mientras que en el segundo su “estado natural” se verá
modificado pero nunca borrado por completo. Esto demuestra que más que la discapacidad, es
la imagen social creada lo que condiciona la realidad de las personas con discapacidad6 , como
se verá a lo largo de este trabajo. Es importante destacar esto ya que la opresión que sufrieron
y sufren las personas con discapacidad se debe principalmente a que no se corresponden con
el mito de la “perfección corporal e intelectual” o al ideal del “cuerpo perfecto”. Estas ideas
tienen su origen en fenómenos materiales y culturales que es necesario conocer. Debemos
tomar consciencia de que los prejuicios no son algo inevitable de la condición humana sino el
producto de un determinado desarrollo social y cultural, a fin de poder desmontarlos para
luchar por una sociedad más justa e inclusiva para todos y todas7

Desde el presente trabajo,

Utilizamos en este artículo el concepto «personas con discapacidad», ya que supone


primeramente otorgarles un estatuto de persona, es decir de “sujetos de derecho”, y porque
alude primeramente al sujeto antes que a la Discapacidad misma. Por otra parte se refiere a
que tiene una discapacidad y no que es un discapacitado, valorando las posibilidades del sujeto
para decidir y hacer su presente y su futuro, sus vocaciones e intereses, más allá de las
limitaciones que pueda presentar debido a su discapacidad.

La palabra «discapacitado», que aún se utiliza en muchos lugares, oculta las posibilidades de la
persona. La Real Academia Española define a la «discapacidad» como “cualidad del
discapacitado”, y «discapacitado» como persona “que tiene impedida o entorpecida alguna de
las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales
o físicas” 2 . El diccionario de uso del español de María Moliner señala que el prefijo «dis»
transforma la palabra a la que se une en su opuesto: “su sentido es peyorativo ya que proviene
del griego dys (mal, trastornado)” 3 . En este Diccionario la Discapacidad aparece emparentada
con «Minusvalía» a la que define como “detrimento o disminución del valor que sufre una
cosa” 4 . Etimológicamente significa “menos válido”. Por ello rechazamos estas expresiones por
su carácter negativo y discriminatorio al igual que otras utilizadas a lo largo de la historia tales
como «deficiente», «defectuoso», «anormal», «enfermo», «deforme», «incapacitado»,
«inadaptado», «lisiado» o «inválido». Por otra parte tampoco consideramos correctas
expresiones que se utilizan con carácter positivo tales como «capacidades diferentes» o
«personas con necesidades especiales». Respecto a la primera, debemos considerar que el
estado de salud del que parte la discapacidad supone el daño o acotamiento de algunos
órganos o funciones corporales, que pueden verse afectadas o reducidas, por lo que no hay
una “capacidad diferente” sino una limitación o aminoramiento de las capacidades de la
persona. Además el concepto “diferente”, al requerir de un promedio con el cual medirse,
termina poniendo el acento en la carencia o diferencia antes que en la persona. Por ende estas
personas no presentan una capacidad diferente como sería volar o atravesar las paredes, sino
una “discapacidad”, pudiendo ser diferente la forma en que se desenvuelven en el entorno
familiar, social, económico o cultural. En cuanto al concepto de «Necesidades Especiales»
puede llevar a creer que las personas con discapacidad tienen necesidades que deben ser
satisfechas en espacios segregados (como las escuelas “especiales”). En rigor a la verdad,
presentan las mismas necesidades que el resto de la población (fisiológicas, alimenticias, de
seguridad, afectivas, sexuales), aunque pueden presentar ciertas dificultades para
satisfacerlas5 .

Socialmente la discapacidad se percibe en dos sentidos: una relacionado a su origen congénito


y el otro como resultado de un accidente. La valoración social en ambos casos es diferente, ya
que en primero se hará más difícil cambiar la imagen en términos sociales que tiende a verlo
como sujetos dependientes, mientras que en el segundo su “estado natural” se verá
modificado pero nunca borrado por completo. Esto demuestra que más que la discapacidad, es
la imagen social creada lo que condiciona la realidad de las personas con discapacidad6 , como
se verá a lo largo de este trabajo. Es importante destacar esto ya que la opresión que sufrieron
y sufren las personas con discapacidad se debe principalmente a que no se corresponden con
el mito de la “perfección corporal e intelectual” o al ideal del “cuerpo perfecto”. Estas ideas
tienen su origen en fenómenos materiales y culturales que es necesario conocer. Debemos
tomar consciencia de que los prejuicios no son algo inevitable de la condición humana sino el
producto de un determinado desarrollo social y cultural, a fin de poder desmontarlos para
luchar por una sociedad más justa e inclusiva para todos y todas7
Historia de la discapacidad

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