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1. PRESENTACIÓN
1.2. Metodología
Las/los machi son hombres y/o mujeres cuyo rol médico y religioso no es
libremente escogido por éstos, sino que es abrazado en cumplimiento a un mandato
espiritual que se hereda y/o recibe. Este proceso se realiza ya sea por:
las actividades que desempeñarán en su vida iniciática” (Citarella et. al., op.
cit.: 211-212).
elegidos por espíritus ancestrales. Mi espíritu fue machi hace cuatrocientos años
atrás”.
Así como dentro de la cultura de las/los machi existe una fuente a través de la cual
se advierte y traspasa el llamado espiritual para aceptar el rol como parte de un
proceso de herencia espiritual, existe también un mecanismo a través del cual el/la
machi llega a realizarse como tal. Este es conocido como machilüwün, un proceso que
implica el contacto del/la machi con otro/a machi con el fin de aliviar los
desequilibrios que el llamado espiritual trae consigo y de iniciarlo/a en el mundo de
los conocimientos y prácticas de machi.
El siguiente testimonio fue brindado por la machi María Huentelén, del sector Tres
Cerros, quien fue la machi que inició al machi Celestino Córdova en los
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conocimientos y prácticas de machi. El machi Celestino tenía unos 18 años cuando
ella lo trató para remediarlo.
rewe7 del machi. La existencia del rewe pürapürawe en la residencia de las/los machi
simboliza, pues, la presencia activa e indiscutible de machi en el lugar.
Por último, J.P., del rewe de Ütüngentu, sector vecino al de la residencia del machi
Celestino, señaló que éste ha atendido a sus hijos desde hace unos ocho años,
información que coincide con la otorgada por la machi María. Asimismo, relata que
“Mis dos hijos fueron pacientes del machi Celestino Córdova, deben ser
unos siete u ocho años atrás, primero fue mi hijo mayor y más tarde el
niño menor, ambos tenían mapuche kuxan. En ese entonces él era we
machi (machi nuevo) pero ya hacía muy buenos tratamientos, era muy
dedicado con su trabajo, mejoró a los dos niños. Mi hijo mayor estaba
bien complicado, habíamos pasado por muchos doctores y también
por varios machi, finalmente fue con el lamgen Celestino que logró
equilibrarse, y la enfermedad lo dejó. Tiempo después, cuando el
cirujano lo evaluó en Santiago, se declaró sorprendido de los avances
de mi hijo. Él mismo dijo: “señora ya no hay más enfermedad, lo peor
ya se superó”. Por esto y luego por la mejora de mi hijo menor,
considero que es un excelente machi, muy respetable y plenamente
confiable para tratar enfermedades de todo tipo, incluso las más
complicadas. Su trabajo como machi es muy necesario aquí” (J.P, 28 de
julio de 2013).
En un sentido, a los machi se les denomina un o una weychafe machi, que significa
que ellos o ellas, entran en el mundo o las dimensiones de la batalla espiritual.
Llevado a un contexto de los re che (personas comunes) el término weychafe significa
o denota a personas que poseen actitudes de ser luchadores, personas con
convicción de superar flaquezas en contra de las precariedades que la vida puede
otorgar.
Desde la espiritualidad mapuche, desde donde operan los agentes médicos
mapuche, la noción de weychan es algo recurrente y es absolutamente de carácter
simbólico y opera en ese sentido. Quienes establecen las batallas espirituales son los
newen que cada machi posee, sus perimontu, no son las personas en sentido estricto.
El weychan es una metáfora que alude a la batalla, al combate a los kuxan
(enfermedades), a los wezake newen (fuerzas que afectan al enfermo), a los newen
(fuerzas) de los kalku (brujos).
A través de este estudio se han establecido tres formas como la privación de libertad
afecta la salud del machi Celestino:
likan, cuchillo, banderas, así como con los animales que hacen parte del
orden socio-familiar asociados al bienestar, kümefelen ka kümelkalen.
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Lo anterior quiere decir que no han sido reconocidas como entidades mórbidas por parte del
sistema nosológico de la bio-medicina o medicina científica moderna. Esta situación dificulta la
comprensión cultural que los no mapuche pueden alcanzar sobre los mapuche, particularmente si se
ignora el marco de referencia cultural a partir del cual los mapuche organizan y dan sentido a las
experiencias de salud – enfermedad.
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“La cárcel no es un lugar para los machi. Esos lugares son de dolor, de
ausencia, sufrimiento, en donde no existe ningún contacto con la vida
de los mapu.
El espíritu de machi “no está bien asentado allí [en la cárcel], está en
un estado de alteración muy grande, por eso no puede tener un trance
bueno, normal. Su püjü está muy triste y eso es peligroso para él como
che (persona).
Como resultado de todo lo anterior, se desata kisu kuxan. De acuerdo a la machi
María Huentelén:
III. Conclusiones
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4) La investigación y análisis desarrollados, expresan que el rol de machi sólo
puede desplegarse óptimamente dentro de determinados espacios, los que se
asocian a espacios naturales no intervenidos por la gente o espacios
especialmente consagrados al desarrollo de actividades rituales, terapéuticas y
religiosas, como son el rewe y re-üwe. En este sentido, los establecimientos o
edificios cerrados, como la cárcel, representan espacios inaptos para poder
desarrollar el rol de machi. Esta situación perjudica directamente la salud del
machi, particularmente porque como agente médico y religioso está
indisolublemente ligado a la naturaleza y el territorio.
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