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Es alarmante ver que cada día que pasa, crece la cifra de adolescentes que deciden suicidarse en el
Perú. Unos, son descubiertos a tiempo y no logran cometer su objetivo; pero otros, terminan por
quitarse la vida. Pero la pregunta es ¿Por qué? ¿Qué llevaría a un adolescente a tomar tan fatal
decisión?
El presente ensayo pretende explicar una de las posibles causas: LA DEPRESIÓN, una enfermedad
que puede ser peligrosa si no es detectada a tiempo:
Y la señal de alerta para saber si se es depresivo es obviamente: la idea del suicidio. Llega un
momento en la vida de un depresivo en la que sienten que sólo vinieron a este mundo sólo para
ser utilizados y que nadie los valora.
Otra de las consecuencias puede ser que al sentirse solos, los depresivos pueden llegar a
refugiarse en las drogas, en el alcohol o en las pastillas. Adquiriendo así adicciones que los
terminan hundiendo más.
Y finalmente, tenemos al SUICIDIO, que luego de mucho pensarlo, se puede llegar a realizar. Llega
un momento en la vida de un depresivo, en la sienten que ya nada les puede ir peor, y deciden
acabar con su vida sin pensar en toda la tristeza que pueden causar entre los que lo rodean.
Generalmente, una persona que se va a suicidar no lo dice directamente, pero muestra conductas
extrañas a las habituales, como dando aviso que algo está fallando. Si usted nota eso,
inmediatamente tome cartas en el asunto.
LA DEPRESION
La depresión es un trastorno mental frecuente. Se calcula que afecta a más de 300 millones de
personas en el mundo.
Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el
mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos tratamientos. Entre los obstáculos a una
atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de
la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta. Otra barrera para la
atención eficaz es la evaluación errónea. En países de todo tipo de ingresos, las personas con
depresión a menudo no son correctamente diagnosticadas, mientras que otras que en realidad no
la padecen son a menudo diagnosticadas erróneamente y tratadas con antidepresivos.
La carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento. En una resolución
de la Asamblea Mundial de la Salud adoptada en mayo de 2013 se abogó por una respuesta
integral y coordinada de los países al problema de los trastornos mentales.
Tipos y síntomas
Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden
clasificarse como leves, moderados o graves.
Trastorno depresivo recurrente: como su nombre indica, se caracteriza por repetidos episodios de
depresión. Durante estos episodios, hay estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y de la
capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad,
todo ello durante un mínimo de dos semanas. Muchas personas con depresión también padecen
síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja
autoestima, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica.
Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden
clasificarse como leves, moderados o graves. Las personas con episodios depresivos leves tendrán
alguna dificultad para seguir con sus actividades laborales y sociales habituales, aunque
probablemente no las suspendan completamente. En cambio, durante un episodio depresivo
grave es muy improbable que el paciente pueda mantener sus actividades sociales, laborales o
domésticas si no es con grandes limitacionesTrastorno afectivo bipolar: este tipo de depresión
consiste característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un
estado de ánimo normal. Los episodios maníacos cursan con estado de ánimo elevado o irritable,
hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir.
Factores contribuyentes y prevención
Hay relaciones entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades
cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.
Está demostrado que los programas de prevención reducen la depresión. Entre las estrategias
comunitarias eficaces para prevenirla se encuentran los programas escolares para promover un
modelo de pensamiento positivo entre los niños y adolescentes. Las intervenciones dirigidas a los
padres de niños con problemas de conducta pueden reducir los síntomas depresivos de los padres
y mejorar los resultados de sus hijos. Los programas de ejercicio para las personas mayores
también pueden ser eficaces para prevenir la depresión.
Diagnóstico y tratamiento
Hay tratamientos eficaces para la depresión moderada y grave. Los profesionales sanitarios
pueden ofrecer tratamientos psicológicos, como la activación conductual, la terapia cognitiva
conductual y la psicoterapia interpersonal, o medicamentos antidepresivos, como los inhibidores
selectivos de la re captación de serotonina y los antidepresivos tricíclicos. Los profesionales
sanitarios deben tener presentes los posibles efectos adversos de los antidepresivos, las
posibilidades de llevar a cabo uno u otro tipo de intervención (por disponibilidad de conocimientos
técnicos o del tratamiento en cuestión) y las preferencias individuales. Entre los diferentes
tratamientos psicológicos a tener en cuenta se encuentran los tratamientos psicológicos cara a
cara, individuales o en grupo, dispensados por profesionales o por terapeutas legos supervisados.
Los tratamientos psicosociales también son eficaces en los casos de depresión leve.
Los antidepresivos pueden ser eficaces en la depresión moderada a grave, pero no son el
tratamiento de elección en los casos leves, y no se deben utilizar para tratar la depresión en niños
ni como tratamiento de primera línea en adolescentes, en los que hay que utilizarlos con cautela.
Respuesta de la OMS
La depresión es una de las afecciones prioritarias en el Programa de acción para superar la brecha
en salud mental de la OMS, cuyo objetivo consiste en ayudar a los países a ampliar los servicios
para personas con trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias mediante la
prestación de la asistencia por profesionales sanitarios que no son especialistas en salud mental.
El Programa parte del principio de que con una atención adecuada, ayuda psicosocial y
medicación, decenas de millones de personas con trastornos mentales, entre ellos la depresión,
podrían tener una vida normal, incluso en entornos con escasos recursos.
Situación mundial
Ante la sospecha que se padece depresión se recomienda seguir las siguientes pautas:
Ser comunicativo y expresar todos los sentimientos sin miedo a ser juzgado
Pedir ayuda si surgen pensamientos suicidas y estar acompañado hasta que todo mejore. En caso
de estar sólo solicitar apoyo al 112
Mantenerse activo ayuda en la mejoría de los síntomas, igualmente se recomienda planificar una
serie de actividades a realizar cada día, solo o acompañado, pero que resulte divertida y distraiga
de la problemática
Desconectarse de redes sociales, televisión, móviles o todo aquello que pueda generar estrés
hasta identificar el problema
Según la OMS, este trastorno mental afecta al 4,7 por ciento de los colombianos, un porcentaje
que, según algunos estudios desarrollados en el país, podría llegar hasta los 19 puntos.
Aunque la investigación no profundiza en los resultados puntuales sobre el país –se trata de un
informe global basado en cifras del 2015–, sí permite contrastar cómo estamos respecto al resto
del mundo, donde unas 322 millones de personas viven con depresión, entre quienes las mujeres,
los jóvenes y los ancianos son los más propensos.
En el contexto regional, a Colombia no le fue tan mal en el informe de la OMS. En América Latina,
Brasil es el país con mayor prevalencia de depresión, con 5,8 por ciento, seguido de Cuba (5,5) y
Paraguay (5,2). Chile y Uruguay tienen el 5 por ciento; Perú, 4,8, mientras que Argentina, Costa
Rica y República Dominicana muestran, igual que Colombia, un 4,7 por ciento.
La depresión, conocida también como trastorno depresivo mayor o depresión unipolar, es una
enfermedad mental capaz de causar numerosos síntomas psicológicos y físicos. Su síntoma más
conocido es una tristeza profunda y prolongada.
El documento de la OMS, revelado en Ginebra (Suiza), también estableció que la depresión es 1,5
veces más común entre las mujeres que en los hombres. Y tres grupos de edad son
particularmente vulnerables: jóvenes, mujeres embarazadas y en estado de posparto –a un 15 por
ciento se le diagnosticaría depresión en el futuro– y los ancianos, especialmente los jubilados.
De hecho, el Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento (Sabe 2015), revelado por el
Ministerio de Salud el año pasado, confirmó que cuatro de cada 10 personas mayores de 60 años
habían tenido algún síntoma depresivo, fundamentalmente por falta de recursos económicos.