Você está na página 1de 4

APRENDE COMO RECONOCER A UN

PSICOPATA EN TU ENTORNO

Hoy en día estamos bastante familiarizados con el término “psicópata” fundamentalmente asociado a
crímenes o actos delictivos que vemos en las noticias, en las películas, en internet, etc. Pero la realidad es
que el psicópata no tiene por qué ser un criminal o un delincuente, de hecho, la mayoría de ellos son
personas integradas que utilizan la manipulación, que no pueden relacionarse de manera plena con los
demás, que llegan al poder y lo utilizan para someter a otros a su voluntad, que han de moverse por el
mundo sin entender los sentimientos pero que pueden aprender a fingirlos ante los demás.
De una forma general, escuchamos como los profesionales que evalúan a estos individuos hablan de
personas frías, conscientes de lo que hacen y que una de sus cualidades esenciales es conseguir la
satisfacción emocional a costa de la explotación otro ser humano.

Por otro lado, si entendemos por “enfermo mental” al sujeto que pierde el contacto con la realidad (oye
voces, ve cosas que no existen, tiene ideas absurdas…) el psicópata claramente no lo es. Aquí podríamos
diferenciar a un psicótico (por ejemplo, una persona con esquizofrenia que tiene alucinaciones) de un
psicópata, el cual está en contacto con la realidad.

En la patología del psicópata nos encontramos un mundo afectivo muy poco desarrollado, pueden tener un
buen discurso racional que en verdad carece de un sentido pleno, les falta la parte emocional que es
necesaria para expresar una realidad. No puede experimentar los sentimientos de sufrimiento o alegría que
se derivan de una vida emocional integrada (amor, empatía, vergüenza, etc.), así no aprenderá de sus
experiencias ni podrá cambiar su comportamiento al no dejarle ninguna huella emocional.

Al carecer de emociones humanas desarrolladas no puede comprender los estados afectivos de la vida
ordinaria, es decir, qué sentimos ante una tragedia o ante la consecución de logros, entonces se mueve por
otro tipo de motivaciones como son controlar, dominar y sentirse superior. De esta manera el psicópata
engaña, manipula y pone sus reglas. No puede entender de modo pleno los sentimientos de las personas y
esto se refleja en su modo de relacionarse, en cómo habla y cómo mira a los otros.

SI NO DESEAS LEER TODO:

PASOS QUE DEBES REALIZAR, AUNQUE NO HAY METODO CIENTIFICO EXACTO:

-OBSERVA SU COMPORTAMIENTO DE UNA PERSONA YA SEA DE TU ENTORNO


UNIVERITARIO O ESCOLAR

-OBSERVA SU MANERA DE EXPRESARSE

-OBSERVA ESPECIALMENTE SUS OJOS

-SU MIRADA SE ENFOCARÁ COMO SI FUERA INEXPRESIVA, DESORBITANTE

-NO SIENTEN MIEDO

-PUEDEN EMULAR EMOCIONES

-GENERALMENTE NO MATAN, SI FINALIDAD MAS ES DAÑO PSICOLOGICO.


ASPECTOS QUE DELETAN AL PSICOPATA:

Por Amparo Huélamo Gaspar.

¿Qué emoción o sentimientos podemos transmitir a través de una mirada?

Es una extraña sensación la que nos produce cuando miramos a alguien a los ojos. Esa sensación puede
resultar, o bien invasiva, o bien vulnerable.
Invasiva porque penetra en nuestra interior con o sin intención. En el caso del psicópata siempre será con
intención porque “no dan puntada sin hilo”.

¿Quién no recuerda el juicio del “caso Bretón”? Recordemos su mirada fría e inexpresiva que todos
pudimos observar durante el juicio. ¿Quién no guarda en su memoria aquellos ojos que apenas parpadeaban
y que no tenían o carecían de expresividad? ¿Qué transmitía aquella mirada fija? ¿Qué intencionalidad
ocultaba? La respuesta puede ser causar más dolor ¿o no?

Pues bien, los ojos de estas personas son un claro reflejo de la carencia de sentimientos y de vida interior,
¿pero por qué? Porque son incapaces de comprender al resto de la sociedad o de sus congéneres, es
decir, NO son empáticos. Es por ello que se muestran inertes, pero cuando les conviene se muestran
amables, educados, seductores, etc., porque están analizando, estudiando en detalle a su próxima víctima.
Algunos investigadores, psicólogos, criminólogos, etc. se refieren a la mirada del psicópata como “una
mirada que atraviesa, que te encandila, que te obnubila, que te seduce, que te cautiva por esa intensidad que
lleva implícita.
El párrafo que a continuación señalo lo extraigo de una lectura del Dr. Robert Hare. “La mirada y la
expresión facial puede ser una cara petrificada. Es difícil saber qué están pensando y parece como si no
comprendieran cuando les reclamas explicaciones o cuando les trasmites algún tipo de preocupación”.

1. No se plantean metas a largo plazo

Los psicópatas tienden a llevar un estilo de vida fundamentado en la inmediatez, por lo que el mañana
les preocupa relativamente poco en comparación a objetivos más cercanos en el tiempo (especialmente si
estos son muy primarios y basados en impulsos). Tienden a satisfacer sus necesidades más
básicas (hambre, sexo, alojo, etc.) por lo que no tienden a planificar su futuro con meticulosidad.
Pueden organizarse para perseguir un fin que ellos consideren importante, pero generalmente estas metas
siempre persiguen resultados a corto plazo. Por ejemplo, un psicópata con propensión al crimen podría
robar un coche lujoso para impresionar una chica y lograr que se suba a él para abusar de ella sexualmente
después.
2. Mitomanía

Dejemos algo bien en claro: todo el mundo miente. Algunos más, otros menos. Ahora bien, no es lo mismo
una mentira “pequeña” o “blanca” a decir mentiras de manera patológica.
Los psicópatas tienen una gran facilidad para mentir, y a veces lo hacen para obtener lo que quieren
inclusive si ello significa perjudicar a otras personas ya que no prevén la naturaleza de las consecuencias
de dichas mentiras. Además, siempre tienden a justificar y racionalizar sus actos.

3. Irresponsabilidad

La descripción clásica de los psicópatas los caracteriza como personas que no se sienten atadas a
“contratos” o “pactos” con el resto de la humanidad.
Esto significa que tienen dificultades para reprimir ciertos comportamientos para no perjudicar al resto. Es
por esta razón que tienen la peculiaridad de ser esporádicos en los trabajos que desempeñan, así también
como el mudarse constantemente de residencia. En la historia de vida de un psicópata es común hallar que
los empleos que realizó fueron desempeñados durante breves lapsos de tiempo.

4. Encanto superficial y falsa adaptación

Los psicópatas suelen desenvolverse en la vida cotidiana con relativa adaptabilidad debido a que han
aprendido ingeniosamente a ganarse la confianza de los demás con su falso encanto.
Estas actitudes simplemente son estratagemas empleadas para ocultar sus verdaderas intenciones. Tal es el
caso de John Wayne Gacy “el payaso asesino” en el que los policías se quedaron asombrados tras escuchar
a los vecinos referirse a Gacy como un hombre amable y cortés. O aquel exitoso hombre de negocios que
estrecha manos amablemente mientras se dedica al lavado de dinero en su empresa.

5. No establecen vínculos afectivos a largo plazo

Este punto se intuye en los anteriores. La inestabilidad sentimental es una característica casi unánime en
las personas que han sido diagnosticadas con psicopatía.

6. Resultan problemáticos

El DSM-IV manifiesta que las personas con trastorno antisocial de la personalidad se caracterizan por
su incapacidad para comprender las normas y reglas de la sociedad, así como un patrón general de desprecio
y violación a los derechos de los demás.
Los psicópatas tienden a ser conflictivos y en su historial no sorprende encontrar que han sido
sentenciados por algún delito en más de una ocasión. Con frecuencia se meten en líos y cuyos castigos
y consecuencias parecen no importarles en absoluto.

7. Tienden a la vida parasitaria

Las cosas que tengan que ver con la rutina y la responsabilidad (como un trabajo legal y estable, verbigracia)
les resultan aburridas, por lo que prefieren llevar un estilo de vida parasitario. Esto es, vivir a costa de
los demás.
8. Son manipuladores

Los psicópatas tienen una increíble capacidad casi innata para la persuasión y para la seducción,
herramientas que con frecuencia emplean para manipular a otros y lograr sus perversos fines.
No escatiman en tratar a otros como objetos que pueden usar este carisma para obtener lo que quieren,
inclusive si ello lleva perjuicio o daño a otras personas. Es por ello que les gusta “relacionarse” con
personas sumisas y de carácter dependiente para poder aprovecharse o abusar de ellas.

9. Carecen de empatía

Probablemente se trate de la característica casi inequívoca de un trastorno psicopático en la persona. Los


psicópatas no tienen la capacidad para “ponerse en los zapatos del otro”, de sentir lo que la otra persona
siente. Sin embargo, los psicópatas sí pueden entender las emociones de otras personas, identificar qué
cambios fisiológicos conlleva un estado de ánimo e inclusive imitarlo.
Por ejemplo, un psicópata sabrá que alguien sonriente probablemente se sienta feliz, o alguien que llora se
encuentra triste, sin embargo estas emociones ajenas son ininteligibles para ellos más allá de su
comprensión de ellas a nivel teórico. No pueden entender el júbilo o el dolor que experimenta el otro.

10. No sienten miedo, culpa o vergüenza

Los psicópatas no se arrepienten de sus actos, pues carecen de conciencia moral dado que viven bajo
su propio esquema de valores, haciendo lo que ellos consideran necesario para satisfacer sus necesidades.
Sin embargo, saben usar la culpa contra otras personas “de bien” y en favor de ellos con una maestría
impresionante para manipular.
Por otro lado, los psicópatas frecuentemente buscan acciones que resulten excitantes, razones por lo que la
rutina tiende a aburrirles. Lo anterior conlleva a la búsqueda de actividades llamativas e incluso temerarias,
ya que no experimentan miedo ni se sienten intimidados por nada ni nadie.

¿En quién confiar?

Actualmente se estima que el número de psicópatas (su prevalencia) podría encontrarse en la horquilla
que hay entre el 1% y el 3% de la población mundial total. Sin embargo, y aunque sólo los expertos
pueden diagnosticar e identificar casos de psicopatía, sí hay lecciones que podemos aprender a partir de
todo esto. Entre ellas, el hecho de que algunos seres humanos (aunque poco numerosos) pueden ir muy
lejos dañando a los demás, y no todos tenemos frenos morales inamovibles.
La doctora Ana Beatriz Barbosa Silva, por ejemplo, recomienda que cuando debamos decidir en quién
confiar, debemos tener muy presente que la combinación coherente de acciones malvadas con frecuentes
juegos escénicos que apelan a la piedad son como “una señal luminosa plantada en la frente de una persona
sin conciencia”. Y es que la combinación entre manipulación emocional y falta de control de los impulsos
puede resultar muy peligrosa.
Pese a ello, claro está, las personas que reúnan estas características no son necesariamente asesinas
seriales y, quizá ni siquiera violentas. Sin embargo, sí son individuos con los que puede costar mucho
formar vínculos afectivos y llegar a consolidar una relación sana y simétrica en la que podamos confiar al
otro nuestros bienes, dejarle al cuidado a nuestros hijos, hacer negocios con este o compartir secretos.
Después de todo, ni todos los psicópatas son delincuentes, ni todos los delincuentes son psicópatas.

Você também pode gostar