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v . 112

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EX LIB R I S
HEMETHERII V A L V E R D E TELLEZ

Episcopi Leonensis
NOVENA
A L A S

ÁNIMAS DEL PURGATORIO


SACADA DEL

ANCORA DE SALVACION..

For t . IT. F r .

JOSE MACH
DE LA COMPAÑIA

DE JESUS.

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ffllio:eci VáfterHg y TeB ' '

ZACATECAS? r* . -/„ .
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Imprenta de FranciscfoYyJagrana: .
tSiglwttra Umiermtaria
Calle de ta Compama oum. 22. ^y

1886 * Í i 1D¿
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v* r ' ^rti-fV' i • 1 Ai' *í('Vi'^ * V í ¡ fii^
MODO D E HACER ESTA N O V E N A
-bi e b muta?,} ¿í loo o a v g U esírós- es i 8
//r EN L A I G L E S I A .
• « n n A h n « i n í f í A u n * «»tiín A
y. M ) i h í ) % m j a a bamiví a.
No dado, Rdos. Sres. Párrocos y cristiano«
¿•líl LQkOtS A
< celosos del bien de las almas, que haréis nn
esfuerzo generoso para introducir y sostener
. K 0 I 0 A V J A 8 a a A S O D K A en vuestras parroquias una tan santa é impor-
w
tante devocion. Mas cómo llevar & cabo tan
.;V H fe Í0<rl grande empresa?
Si no se puede celebrar al prinoipio con la
H O A M A C S O R . magnificencia que se acostumbra en CataluSa
y en Madrid en la citada parroquia d e f i a n
A i t A tó 0 ¡> A I Luis, 6i no se puede obtener un predicador pa-.
ra todo el Novenario; procúrese á lo méoos
para los tres últimos dias: ouando no, vístase
de luto gran parte del altar, póngase una pin-
J |
tura que represente el purgatorio y colóquese
un túmulo en el centro de la iglesia. Hecho
esto y rezado el santo Rosario, léase con un-
i i, • -,4
'2l ción y pausa la meditación, el ejemplo y de-
/ v. ; - • ••• — y* ¡ más oraciones que corresponden al dia de la
novena, excítese el pueblo á que oiga cada dia
/7 ia Misa que se dirá en sufragio de los difun-
tos de la parroquia, y comulgue á la misma
$i> «émc^ÉI intención un dia de la novena. Y como este
es el principal fruto del Novenario, convendrá
al efecto anunciar una comunion general para
el último dia, é invitar algunos confesores fó-

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rasteros, para que, oyendo las confesiones des- ro que con ella lograrán los párrocos arraigar
de la vigilia faciliten ia oonfesion y dén mayor la devocion á las Animas en el corazon de ios
imputes ó esta importantísima práctica, v - fieles, y atraerlos al Novenario fácilmente.
Si se arredrase alguno por la penuria de re- Aquí la pongo, pues, devolviéndola el 6r-
cursos, nómbrense algunos administradores de den que tenia en catalán; y permitiéndome
Animas, que haciendo una cuestación ya sea las variaciones que me parece darán todavía
6 -domicilio* ya sea eada noche á la función de más luz y energía al original.
la iglesia, recojan las limosnas ó donativos vo>
MODO DE H A C E R B I E N E S T A N O V E -
luntarios: y JM> teman Íes falte nada. ¿Pues
qué cristiano no contribuirá gustoso á tan pia- N A EN PARTICULAR.
dosa institución? jQu.é hijo, qué padre, qué El que durante el Novenario no pudiere a-
esposo habrá tau ingrato, que con un módieo sistir á la iglesia, ó quisiere en otro tiempo ha-
sacrificio, rehuse aliviar las terribles penas que cer esta novena en casa:
SOS padres, bijod, esposas ó hermanos difuntos Póngase ante alguna imágen de nuestro
padecen en el Purgatorio, sobre todo si se les pon- Señor Jesucristo ó de su dolorosísima Madra
dera lo. agradecidas que les quedarán las Ani- tomándola por protectora de esta novena, á
osas, y la generosidad con que de Dios serán fin de alcanzar por sus méritos contrición de
recompensados? Sí, señores, abrazad, os rue- las culpas y compasion de las penas qu8 pade-
go, esta pía devocion, y vereis qué frutos es- cen las benditas ánimas del Purgatorio.
piritadles y temporales tan fecundos resulta- 2 9 Todas las mañanas tenga especial cuida-
rán fie ella. 4 si eb oiáuso le oe aa do de ofrecer á Dios sus obras, penas y tra-
Una dificultad puede todavía ofrecerse; á bajos en sufragio suyo.
saber, la escasez de predicadores; lo suplirá 3 9 Oiga Mi3a, si puede, todos los nueve
empero esta novena que compuse en idioma diaa y si estuviere impedido de asistir á los
oatalan, y con tanto celo dió á luz elegante- sermone?", lea y haga con atención en casa la
mente traducida al castellano, la piadosa Aso- meditación que corresponde al dia.
ciación de Animas establecida en Madrid en la No pase distraído estos dias como los de-
parroquia de San Luis. No diré con esta ilus- más del año, ántes bien esmérese en guardar
tre Jkfioéaoion que no se haya publicado has* más recogimiento, absteniéndose de visitas y
ta hoy otra novena ni más tierna, ni más sóli* conversación frivolas, y haciendo algunas o
da, ni más llena de unción santa; pero si espe- tras buena« obras á más de las eoostumbrades
2
5 ? Haga alguna ligera mortificación cada dia, "
OBRAS
y sobre todo absténgase de toda culpa, aun-
que sea venial, cometida voluntariamente. Di gran alivio para las Animas del Purgato-
6 9 No olvide el principal sufragio que re-
claman las alujas, y la suya en particular, que rio y de mucho mérito para nosotros.
es una confesión y comunico la más fervorosa
Hacer todos los años esta novena.
que se pueda.
7? Repase la vida pasada, mire si desde la * 2* Celebrar misas, ó mandarlas celebrar
Última confesion general habría ocultado algún y oirías.
pecado grave, ó hecho de otro modo alguna con- 3* Comulgar con fervor ya espiritual, ya
feeion sacrilega; y si así fuese, no se contente sacramentalmente.
con hacer una confesion ordinaria, haga una que 4* Visitar al santísimo Sacramento y rezar
abrace todos los malos hábitos y pecados come- la estación de la Bula.
tidos desde la última confesion general. Hacer un rato de oracion mental, medi-
tando con especialidad en la muerte y pasión
8? Examine atentamente cual es su pasión
de nuestro Señor Jesucristo.
dominante; es decir, la que forma la principal
6 ? Andar el Via-Crucis, llevar el 6anto Es-
materia de casi todas las confesiones, y haga
capulario, etc.
una muy séria resolución de e6tirparla, por-
7 ? Rezar el santo rosario, la corona do los
que i» te condenas, amado cristiano, esta pasión
Dolores, los salmos Penitenciales, cinco Padre
será la causa de tu condenación. # <
Nuestros á las cinco llagas y otras oraciones
NOTA. El que ni sepa leer, ni tenga quien ,
vocales.
le lea la meditación, puede hacer la novena,
8* Sufrir con resignación las penas, humi-
rezando cada dia cinco Padre nuestros y cin-
llaciones, dolores y trabajos de esta vida.
co Ave Marías á las cinco llagas de Jesús, y ,
9* Practicar alguna mortificación corporal
siete Ave Marías á los siete dolores de su san-
(con licencia de un sabio director), y sobre to-
tísima Madre, pidiéndola alivie las penas que
do refrenar ó mortificar los sentidos.
padecen las Animas del Purgatorio.
10* Hacer limosnas y otras piadosas obras
de misericordia.
11* Olvidar las injurias y perdonar á los e-
nemigos por amor de Dios.
cesiones, oficios y reuniones de la Cofradía,
SUMARIO
como también por cualquier obra de miseri-
De la» indulgencia* que los sumo» Pontíficet cordia espiritual 6 corporal que ejercitaren.
acostumbran conceder á la» cofradía» de Las misas celebradas por un Cofrade de
difunto en la iglesia de la Cofradía, gozan del
Animas canónicamente establecida».
mismo privilegio que si se digiesen en el al-
INDULGENCIAS PLENARIAS. tar privilegiado; esto es, que se saca alma del
1* A todos los fieles en el dia de su ingre- Purgatorio.
so en la Cofradía. NOVENA EN SUFRAGIO
En un dia cualquiera-de la Novena.
DE LAS AFLIGIDAS ANIMAS DEL PURGATORIO.
3* En ia fiesta principal ó tutelar de la i-
DIA PRIMERO.
glesia en que se halla establecida la Cofradía.
4* En la hora de ia muerte, invocando, no Por la señal de la santa Cruetc.
pudiendo con la boca, al ménos con el corazon, ACTO DE CONTRICION.
el dulce Nombre de Jesús.
Señor mió Jesucristo, Criador, Padre y Re-
Esta última 6e concede á todo fiel contrito
dentor mió, en quien creo y espero, á quien
aunque no pudiese recibir Sacramento alguno:
amo y quisiera haber siempre amado sobre to-
para ganar las otras es necesario recibir los
das las cosas; me pesa, sí, una y mil veces
eaiatos Sacramentos de Penitencia y Eucaris-
me pesa de haberos ofendido, por Ber Vos
tía, y visitar la iglesia orando un corto espa-
quien sois, bondad infinita; pésame también
cio de tiempo por la intención de Su Santidad.
porque merecí las terribles penas del Purgato-
INDULGENCIAS PARCIALES.
rio, y ¡ay! tal vez las eternas llamas del infier-
1* Siete años y siete cuarentenas de per- no. Propongo firmemente nunca más pecar,
dón en los tres diasdel año que hubiere seña* y apartarme de todas las ocasiones de ofende»
lado el Ordinario, contando desde las vísperas ros, ayudado de vuestra divina gracia. ¡Oh!
primeras hasta que se hubiere puesto el sol Dadme,- Jesús n\io, la gracia de confesarme
en dichas fiestas, y practicando lo que acaba- bien, enmendar la vida y perseverar hasta la
mos de decir. muerte. Os la pido por vuestra SaDgre precio-
Sesenta dias de indulgencia por cada vez sísima, y por los dolores de vuestra afligidísi-
que asistieren loe Asociados á las m i s a s , pro- ma Madre. Amen.
MEDITACION./
ORACION AL P A D R E E T E R N O
• i *I • * ¡i EXISTENCIA DEL PURGATORIO.

para todos los dias de la novena. Punto primero. Es un artículo de fe, qne
las almas de los que mueren con alguna culpa
Padre celestial, Padre amorosísimo, que pa- venial ó sin haber satisfecho plenamente á la
ra salvar las ánimas quisisteis que vuestro Justicia divina por los pecados ya perdonados^
Hijo Unigénito tomando carne humana en las están detenidas en un lugar de expiación qne
entrañas de una Virgen purísima, se sujetase llamamos Purgatorio. Así lo enseña la 6anta
á la vida más pobre y mortificada, y derra- Madre Iglesia, columna infalible de la verdad;
mase su sangre en Ja cruz por nuestro aipor: así lo confirma la más antigua y constante tra-
¿cómo dejaríais sufrir largo tiempo en el Pur- dición de todos los siglos ( 1 ) ; así lo aseguran
gatorio á unas almas qué tanto costaron á Je- unánimemente los Santos Padres griegos y la-
sucristo, y que son vuestras hijas amadísimas? tinos, Tertuliano, pan Cirilo, san Cipriano, san
¿Cómo permitiríais fuese malograda Sangre de Juan Crisòstomo, san Ambrosio, san Agustín
tan grande valot?..Compadeceos, pues, de es- y tantos otros ( 2 ) ; así lo han definido los sa-
tas pobrecitas almas, y libradlas de aquellas grados Concilios de Roma, de Cartago, de Flo-
horrorosas llanas. Compadeceos también de rencia, de Letrán y de Trento (3), dirigidos
la mía y libradla de la esclavitud del vicio. Y por el Espíritu Santo. Y aunque la Iglesia no
si vuestra Justicia divina pide satisfacción por lo enseñase así; ¿no lo insinúa bastante la ra-
las culpas cometidas, yo os ofrezco todas las zón natural? Supongamos que una alma sale
obras buenas que haga en este novenario. ¡Ahí de este mundo con alguna culpa venial; ¿qué
de poquísimo, de ningún valor son, es verdad; hará Dios? ¿La lanzará al infierno, y siendo
pero yo las uno con los méritos infinitos de su bija y esposa amadísima, la confundirá con
vuestra Hijo divino,, con los dolores de su Ma- los réprobos y espíritus infernales? Eso repug-
d*e santísima, y.;<jon las virtudes heroicas de na á la Justicia y Bondad divina. ¿La intro-
euañtos justos han existido en la tierra. Mi- ducirá en el cielo? Esto se opone igualmente
radnos á todos, vivos y difuntos, con ojos de
comp&sion, y haced que celebremos un dia (1) Vide Gotti.—(2) Bellarm. de Purg.
vuéstrag misericordias en el eterno descanso lib. I, cap. 3 . — ( 3 ) Sese. 6 ; de Justif. cap.
de 1« gloria. Aman. 30; et alio, apud Bellarm.
á la santidad y pureza infinita del Criador, mérito nuestro bajar al Purgatorio con nues-
pues sólo aquel cuyas manos son inocentes y tros sufragios, y á imitación de Jesucristo dea-
cuuo corason está limpio, subirá al monte del pues de su muerte, librar á aquellas almas, y
Señor (1). Nada manchado puede entrar en alegrar al cielo con un nuevo grado de gloria
aquel reino purísimo i 2 ) . ¿Qué hará, pues, accidental, procurando nuevos príncipes y mo-
Dio» de aquella alma? Ya nos lo dice por Ma- radore3 á aquella patria felicísima. ¡Oh admi-
laquías ( 3 ) , la pondré como en un crisol, es- rabie disposición d é l a Sabiduría divina! ;Oh
to es, en un lugar de penas y de tormentes, . qué dicha y felicidad la nuestra! Viéndose
de donde no saldrá hasta que" haya satisfecho Dios obligado á castigar á aquellas sus hijas
plenamente á la Justicia .divina. ¿Crees tú muy amadas, busca medianeros que intercedan
esto, cristiano? Creas ó no creas, te burles ó por ellas, á fin de conciliar así el rigor de la
no te burles de ello, la cosa es y será así. Ne- w justicia con la ternura de su misericordia infi-
gar el Purgatorio, tan sólo dudar advertida- nita. Y nosotros somos estos dichosos media-
mente de su existencia, es ya pecado grave, ñeros y corredentores; de nosotros depende la
¿Crees tú esta verdad y con tanta indiferencia suertb de aquellas pobres almas. Haz, pues,
miras tan horribles penas? ¿Crees en el Por- amado cristiano, con fervor este santo Novena-
gatorio y con tus culpas amontonas tanta le- rio, no faltes á él ningún dia: ¿quién sabe si
ña pava arder en tan terrible fuego? abrirás el cielo á alguno de tus parientes ó a-
Medita un poco sohre lo dicho. migos ya difuntos? ¿Y serás tan duro é íosen-
Punio segundo. Es también un artículo de sible, que les niegues este pequeño sacrificio,
fe que nosotros podemos aliviar á aquellas al- f pudiéndolas hacer tan gran favor y á tan po-
mas afligidi-imas. Sí. en virtud de la comu- ca costa?
nion de los Santos hay plena comunicación de Medita un poco sobre lo dicho; encomienda
bienes espirituales entre los bienaventurados • ¿ Dios las Animas de tu mayor obligación, y
que triunfan en el cielo, los cristianos que mi- pide por la intercesión de María santísima la
litamos en la tierra, y las almas que sufren en gracia que desees conseguir en esta Novena.
el Purgatorio. En virtud de esta comunica-
ción de bienes podemos con mucha facilidad y EJEMPLO.

( 1 ) Ps. X X I I I , vv. 3 y 4 . — ( 2 ) Apoo. xxi. Entre las muchas apariciones que confirman
v. 2 3 . — ( 3 ) Malach. III,V. 3. el dogma del Purgatorio, y lo aceptos que son
4
liMSiSAB BL KM LEÍfl
BMiteca Valvertí y Tefl»
á Dios los sufragios que ofrecemos por loa di- á los enemigos do mi pueblo Israel [1]. Anima-
funtos, es muy notable la qúa tuvo ei gra-n do con esta visión y armado con esta espada
caudillo de los ejércitos de Dios, Judas Maca- divina, embistió con un pequeño ejército al
beo. Había este piadoso general derrotado á enemigo^' y mató á treinta y cinco mil, de los
Gorjias, mas no sin pérdida de varios soldados cuales fué uno el mismo Nicanor.
que murieron en la batalla; y conociendo por
las alhajas que se les encontraron ocultas en ORACION
los vestidos, que habían muerto er. castigo de.
un robo cometido en el templo de Jamani, ex- á Jesucristo sudando sangre en el huerto.
hortó al ejército á que rogasen por aquellos
infelices. Iíizo una cuestation y reuniendo do- ¡Oh Jesús amantísimo. alegría de los Ange-
ce mil dracmas de'plata, las envió á Jerusalen les y gloria del cielo! ¿Cómo os contemplo a-
para que se ofreciesen sacrificios en sufragio negado en un mar de amargura en el huerto
de aquellas pobres almas. Conducta admira- de Getsemaní? ¡Ahí responde San Agustín, ro-
ble, que el Espíritu Santo alabó con aquellas gabais y sudabais sangre por las horribles pe-
memorables palabras: Santa y saludable cosa nas que habían de sufrir las almas en el Pur-
es rogar por los difuntos, para que se les per- gatorio. ¡Y que no pueda yo consolaros, oh
done el reato de sus pecados (1): conducta que Dios mió, y regocijar á la celeste Jerusalen,
le alcanzó de Dios una insigne victoria: pues librándolas de tan terribles tormentos! A lo
habiendo sucedido á Goijias el soberbio Nica- ménos aceptad, oh Padre celestial la tristeza y
nor con un crecidísimo ejército y gran núme- agonía que Jesús sufrió por ellas y por mí. Sí,
ro de caballos y elefantes, la víspera, cansado por mí está su alma triste hasta la muerte; por
Judas de combinar el plan y de hacer los pre- mi causa baja un Angel del cielo á consolarle;
parativos de la batalla, se queda dormido: mió e3 este sudor, mia es esta sangre preciosa
cuando hé aquí que se le aparecen el profeta que baña la tierra. Yo os la ofrezco, oh Dios
Jeremías, y Otalas el Sumo Sacerdote, ya di- de amor; aceptadla en expiación de mis culpas
funtos, y presentándole una espada muy pre- y sufragio de las Animas. Y pues es Sangre
ciosa, le dicen: Recibe esta espada santa como de valor infinito, dejad caer una gota sobre mi
una dádiva que Dios te envía; con ella abatirás corazon, y quedarán borradas mis culpas. Cai-

. [1] II Mach. xv, 16.


(1) I I Mach. xii, 46
ga uua gota do ella en el Purgatorio, y se a- ¡con cuánta razón desde aquellas voraces lla-
pagarán sus horribles llamas. mas clamais á vuestros amigos pidiendo mise-
¡Ah! no merecemos tan gran favor; pero ricordia! Yo me compadezco de vuestro dolor,
muévaos el afecto con que os saludamos di- y quisiera tener caudal suficiente para satis-
ciendo cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías facer deuda tan crecida: y aunque más pobre
y un Gloria Patri. que vosotras mismas, os ofrezco y aplico cuan-
tas indulgencias pueda ganar en este dia, y
OBSEQUIO. cuantas obras de supererogación hiciere duran-
En sufragio de las santas Animas tomar la te [diga el tiempo que quiera], á excepción de
generosa resolución de asistir al Novenario ca- aquéllas que por alguna necesidad particular
da dia ó de suplirlo haciendo la novena en casa, aplicaren. Pero 6Íendo tan pobres mis méri-
si alguno estuviere impedido de ir á la iglesia. tos, para satisfacer por vosotras á la justicia
NOTA. Alguno quizás encueutre demasiado divina, apelo á la piedad de los justos, á los
larga esta novena; mas acuérdese que se hizo ruegos de los bienaventurados, al tesoro inago-
principalmente para suplir con ella la falta de table de la Iglesia, á la intercesión de María
predicador. Las personas que tengan tiempo santísima, y al precio infinito de la sangre de
y quieran sacar más fruto del Novenario, no Jesucristo. Conceded, Señor, á estas pobres
se contentarán con la meditación que se hace Animas, sobre todo al alma de N. N. el desea-
en la iglesia, sino que procurarán hacerla más do consuelo y descanso. Pero confio también,
despacio en particular, y donde no hubiese pre- Almas agradecidas, que tendré en vosotras me-
dicador, se podrá concluir todos los dias con la • dianeras poderosas, que me alcancen del Señor
siguiente gracia con que deteste mis culpas, adelante en
la virtud, sojuzgue las pasiones y llegue á la
ORACION bienaventuranza. Amen.
D I A SEGUNDO.
á las Animas del Purgatorio.
Por la señal de la santa cruz, etc.
Esposas muy queridas del Señor, que ence- Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
rradas en la cárcel del Purgatorio sufrís inde- Padré celestial, etc., pág. 10.
cibles penas y careceis de la presencia de Dios, MEDITACION
hasta que os purifiquéis, como ei oro en el cri- Sobre la pena de sentido en general.
sol de las reliquias que os dejaron ias culpas; Punto primero. Ven, mortal, tú que vives
5
como si de3pues de esta vida no te quedase na- puntas de hierro; aquellas prendas y máquinas
da qne temer, ni que esperar: ven, penetra con con que los martirizaban; todo este horrible a-
el espíritu en aquellos horrendos calabozos, en parato de dolores y tormentos acerbísimos, no
donde la justicia divina acrisola las almas igualária al Purgatorio? Tampoco, dice san An-
de los que mueren con alguna culpa venial; selmo (1); pues la menor pena de aquel lugar
mira si fuera del inñerno pueden darse penas de expiación es más terrible que el mayor tor-
mayores, ni aun semejantes á las que allí se mento que se pueda imaginar en este mundo.
padecen. Considera todos cuantos dolores han Pues ¡qué penas serán aquellas! ¡Ahí son ta-
sufrido los enfermos en todos los hospitales y les, dice san Cirilo de Jerusalen (2), que cual-
lugares del mundo: aquellos dolores de cabeza quiera de aquellas almas querría más ser a-
y de vientre tan agudos, aquellos tan rabiosos tormentada hasta el día del juicio con cuantos
de costado y de muelas, aquellas convulsiones dolores y penas han padecido los hombres des-
y contorsiones espantosas de miembros, aque- de Adán hasta la hora presente, que no estar
llas llagas y postemas insoportables, aquellos un sólo dia en el Purgatorio sufriendo lo que
dolores de parto y males de corazon tan vivos allí padecen. Pues todos los tormentos y pe-
que han acabado con la vida de tantas perso- nas que se han sufrido en este mundo, compa-
nas: ¿igualarían todos estos males reunidos & rados con los que sufre una alma en el Purga-
los dolores que padece una alma en el Purga- torio, pueden tenerse como por consuelo y ali-
torio? No, dice san Agustín (1); pues exceden vio. Solatia erunt. ¡Ay! ¡Quién no tiembla!
á todo cuanto se puede sentir, ver ó imaginar Medite, etc.
en este mundo. Añadid á todos estos males Punto segundo. ¿Y quiénes son eBtas almas
los suplicios y tormentos que la crueldad de tan horriblemente atormentadas en el Purga-
los Nerones, Dioclecianos, Décios y demás per- rio? ¡Ay! ¡Qué motivo este tan grande para
seguidores de la Iglesia inventó contra los cris- hacernos temblar! Son obra maestra de la ma-
tianos; ¿aquellas tenazas y garfios de hierro no del Omnipotente, y vivas imágenes de su
con que les despedazaban las carnes; aquellas divinidad; son amigas, hijas y esposas amadí-
parrillas con que los asaban vivos; aquellas ca- simas del Señor; ¡y no obstante son tan seve-
tastas y ecúleo8 con que les descoyuntaban ramente castigadas! Dios las amó desde la e-
los miembros; aquellas ruedas de navajas y
(1) S. Anselm. ín Elucid.—(2) S. Cyril.
(1) Mansi, disc, 2, n. 2. Hierosol. in epist. ad. S. Aug.
íernidad, laa redimió con la Bangre de sus ve-
esa enfermedad.» Elijió lo primero: murió, y
nas, ahora las ama con un amor infinito, como
fué al purgatorio. No habia aun pasado un
que están en su gracia y amistad divina; ¡y
dia. cuando el Angel se le apareció de nuevo.
no obstante sufren penas imponderables! ¡Ah!
Apénas le hubo visto aquella pobre alma, «no
¡Purgatorio! ¡Purgatorio! ¡Cuán claramente
es posible exclama, que tu seas el Angel bue-
me manifiestas la justicia y santidad de Diosl
no, pues me has engañado así. Me decías que
¡Qué horror debes inspirarme al pecado! Pues
sólo estaña treB dias en este lugar, y hace ya
si con tantp rigor trata Dios á sus estimadísi-
tantos años que estoy sufriendo aquí las mas
mas esposas por faltas ligeras, ¿cómo serás tra-
horribles penas.—Tú eres quien te engañas,
tado, pecador, tú, que vives abandonado al ar-
respondió el Angel, todavía no ha pasado un
bitrio de las pasiones? Si en el árbol verde ha-
dia, tu cuerpo está aun por enterrar; si pre-
cen esto; en el seco ¿qué harán? (1) Si el hijo
fieres 6ufrir un año más esta enfermedad,
y heredero del cielo es así castigado por fal-
Dios te permite aun salir del purgatorio y
tas que á muchos parecerán virtudes; ¿cómo
volver al mundo.—Sí, Angel santo, repHcó,
serás castigado tú, pecador y enemigo de Dios,
no sólo esta enfermedad durante un año, sino
por vicios y pecados tan horrendos y abomina-
todas las penas, dolores y males de todo el
bles? Piénsalo bien, y enmienda tu vida.
mundo sufriré gustoso, antes que padecer una
Medite etc., como en la -pág. 13. sola hora las peuas del purgatorio.» Volvió,
EJEMPLO. pues, á la vida, y sufrió con admirable ale-
gría un año mas aquella enfermedad, publi-
Tomás de Cantimprato refiere [2], que un cando á todos lo terribles que son las penas
hombre muy virtuoso; pero que á causa de u- del purgatorio.
^ terrible y larga enfermedad estaba muy de-
ORACION.
seoso de morir, se le apareció el Angel del Se-
ñor y le dijo: «Dios ha aceptado tus deseos; A Jesús preso por nuestro amor.
escoje pues, ó pasar tres dias en el Purgatorio •O Padre celestial! no me espanta el ver
y despues ir al cielo, ó ir al cielo sin pasar por á vuestras amadísimas esposas presas y tan
el Purgatorio; pero sufriendo todavía un año severamente castigadas en el purgatorio. Laa
infelices ofendieron un dia á vuestra divina
(1) Luc. X X I I I , v. 3 1 . — [ 2 ] Thom. Cant. Majestad y pisaron vuestra ley santísima.
ib. 2, c. 51. 11. Lo que me pasma es ver entregado por el
6
23
traidor Judas, y preso como un facineroso por el tormento que causa á las almas el fuego a-
hombres vilísimos é inhumanos ¡ay! ¿á quien? brasador del Purgatorio. Si el fuego de este
á Jesús, centro de vuestras complacencias in- mundo, criado para servicio del hombre y efec-
finitas. ¡Ay! le veo con una soga al cuello, to do la bondad divina, es ya el más terrible
tirado por tierra, atadas BUS manos, cargado de todos los elementos; si es ya tal su virtud,
de oprobios y de cadenas. Mas por otra par- que consume bosques, abrasa edificios, calcina
te ¡oh dichosas cadenas! Ellas son mi esperan- mármoles purísimos; hace saltar piedras y mu-'
za, y serán el consuelo y alivio de las bendi- rallas espantosas, derrite metales, y ocasiona
tas almas del purgatorio. Sí Padre de clemen- horrendos terremotos; ¿qué será el fuego del
cia, usad con ellas y conmigo de misericordia; Purgatorio, encendido por un Dios santísimo
y pues Jesús se deja prender para darnos y justísimo, para con él demostrar el odio infi-
libertad, aceptad las ignominias, injurias y gol- nito que tiene al pecado? Es tal, dice san A-
pes cruelísimos que padece por nuestro amor. gustin, (1), que el fuego de este mundo com-
Aceptadlas en remisión de nuestras culpas, parado con él no es más que pintado. Tam-
y en sufragio de nuestros hermanos difuntos; quam ignis dcpictus. ¡Dios mió, qué expresión!
dadles la libertad que con ansia esperan pa- ¡Las llamas que vomitan los Vesubios, las que
ra alabaros eternamente en el cielo. Amen. devoraron á Roma y á tantas otras ciudades,
Para más obligar al Señor digamos cinco el fuego de Babilonia, el que Elias hizo bajar
Padre Nuestros, cinco Ave Marías y un Glo- del cielo, hasta el diluvio de llamas que en
ria Patri. tiempo de Lot llovió sobro las nefandas ciuda-
OBSEQUIO. des de Sodoma y Gomorra, todo esto es fue-
Asistir maSana y todos los dias, que se go pintado en comparación del que atormenta
pueda, al santo Sacrificio de la Misa en su- á las almas del Purgatorio, tamquam ignis de-
fragio de las almas del purgatorio. pictusi Ahora bien, si tener el dedo en la lla-
DIA TERCERO. ma de una vela, seria para nosotros insoporta-
Por la señal de la santa cruz, etc. ble dolor; ¿qué tormento será para aquellas al-
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9. mas estar sepultadas en un fuego que es, di-
Padre celestial, etc., pág. 10. cen santo Tomás y san Gregorio (2), igual en
MEDITACION.
Sobre el fuego del purgatorio. (1) Mansi, disc. 2, n. 2.—(2) Mansi, dise.
Punto primero. Considera, amado cristiano, 2, n. 2.
todo, ménos en duración, ai del infierno? Sí, ta? Pues ¡ay! ¿qué es tu vida sino una serie
secuchad, almas tibias, y pasmaos: con el mis- no interrumpida de pecados? ¡Pecaids cometi-
mo fueg o se purifica el elegido y arde el conde- dos con tus ojos, con tus oídos, con tu lengua,
nado; con la única diferencia, que aquel saldrá con tus manos, con todos los sentidos! ¡Cuán-
cuando haya satisfecho por sus culpas, y este tas culpas por la ignorancia crasa y olvido vo-
arderá allí eternamente. ¿Y en estas abrasa- luntario de tus obligaciones! ¡Cuántas indiscre-
doras llamas quieres t ú caer por tu tibieza? ¡Oh ciones por la distracción de tu espíritu, por la
ceguedad! ¡Oh locura sin igual! violencia de tu genio, por la temeridad de tus
Medite etc. juicios, por la malicia de tus sospechas! ¡Cuán-
Punto Segundo. Considera cuáles son las tas faltas por no mortificarte, por no querer su-
faltas por las que un Dios infinitamente bue- jetarte, por tu ligereza en el hablar! ¡Ah! llo-
no y misericordioso castiga á sus amadísimas ra, cristiano, tu ceguedad; y á la claridad del
esposas con tanto rigor, y verás que son faltas fuego espantoso del purgatorio, comprende, por
leves, á veces un solo pecado venial. ¡Oh y que último, cuán grave mal es cometer el pecado
mal tan grave debe ser este delante de Dios, venial. Pero ¡ay! es un mal tan grave, y tú le-
cuando es tan severamente castigado eu el Pur- jos de llorarle, lo cometes sin escrúpulo á ma-
gatorio! En efecto el pecado venial es leve si nera de juego, pasatiempo y diversión!
so compara con el mortal, pero en si es mayor Medite, etc., como en la pág. 13.
mal que la ruina de todos los imperios y que EJEMPLO.
la destrucción del universo; es un mal tan espan-
Nada hace tan sencible la malicia del pecado
toso, que excede en malicia á todas las desgra-
venial, como las muchas almas de que consta
cias y calamidades del mundo; es un mal tan
por varias y auténticas apariciones, haber ex-
graude, que si cometiéndolo pudieses conver-
piado en el Purgatorio faltas, según nuestro
tir á todos los pecadores, sacar á todos los con-
modo de hablar, muy ligeras. *
denados del infierno, librar á todas las almas
Unas fueron condenadas á él por haber ha-
del Purgatorio, aun entónces no debieras come-
blado en la iglesia sin necesidad, como una ni-
terlo; pues todos estos bienes no igualarían la
malicia del pecado más leve: porque aquellos ña de sieto años, según refiere Cesáreo (1); o-
son males de la criatura, y este es un mal y tras, como la hermana de san Pedro Damiano,
una ofensa hecha al mismo Criador. ¿Puedes por haber escuchado con gusto una canción
«ir c?to sin horrorizarte y sin llorar tu conduc- (1) Caesarius, 1. 5, c. 36.
profana. (1) Murió Catalina, (2) noble donce- virtudes y lleno de defectos y vicios, no puedo
lla romana, tenida por santa Mónica en tan bue- ménos de temblar al postrarme á vuestros piés.
na opinion, que encomendaba su hijo Agustin ¿Y cómo me atreveré á interceder por las a-
á sus oraciones; y á pesar de esto se apareció fligidas almas del purgatorio, siendo yo merece-
muy triste á san Martin obispo, diciéodole: es- dor de más graves penas que las suyas? No obs-
toy ardiendo por haberme lavado dos ó tres ve- tante me anima vuestro benignísimo y pacien-
ces la cabeza con demasiada vanidad. Un reli- tísimo Hijo, jAhí si le veis cargado de cadenas
gioso fué al purgatoria por no haber hecho in-, y conducido de tribunal en tribunal, es por mi
clinacion de cabeza al decir Gloria Patri (3) amor. Si á pesar de ser Juez de vivos y muer-
al fin de los salmos: otro por estarse á la lum-tos, oye las más inicuas acusaciones y falsos
bre más de lo ordinario en tiempo de invierno: testimonios, si le veis insultado, escupido, abo-
allá fué á parar san Severino por ciertas negli-feteado y pisoteado, es por amor mió. Aceptad,
goncias en el rezo divino (4); un niño de nue- pues, oh Padre amantísimo, la paciencia inalte-
ve años (5) por na haber pagado ó devuelto rable de mi dulce Redentor; aceptad su silen-
algunas frioleras que habia tomado; quinientos cio, humildad y mansedumbre asombrosa. Es-
años estuvo en aquel fuego un padre de fami- tas virtudes confunden y condenan, es verdad,
lia por haber descuidado la buena educación mi altivez, mis impaciencias é ímpetus de ira
de sus hijos: san Valerio por haber favorecido y de venganza; mas por tan sublime santidad
demasiado á un sobrino suyo; y así de otros perdonareis á las pobres Animas del purgato-
muchos (6). rio, y purificándome de mis defectos y manchas
ORACION. mo trasformareis todo en Vos. ¡Oh! conceded-
me esta3 gracias, Jesús mió benignísimo: y pa-
A Jesús conducido de tribunal en tribunal.
ra más obligaros diremos cinco Padre Nuestros,
¡Oh Padre amantísimo! cuando considero las cinco Ave Marías, y un Gloria Patri.
innumerables ofensas que cada día cometo con-
tra vuestra soberana Majestad, cuando me veo OBSEQUIO.
siempre iracundo, soberbio, vengativo, falto de
(1) Spec. ex. d. 9, ex. 111.—(2) Lanc. op» Mañana procuraremos sufrir con paciencia
1 6 , n . l 9 . - (3) Annal. Cisterc.—(4) SuriuB,t.c- así los trabajos que Dios nos envíe, como las
—(5) Spec. ex., dist. 9, ex. 101.—(6) Loh- molestias del prójimo en sufrajio de las bendi-
tas almas del Purgatorio.
ner, Bibl. Ccr.c.
29
Paraíso más delicioso. Comprendéis todo eso
D I A CUARTO.
perfectísimamente, y así os lanzais hácia aquel
Por la señal de la sania cruz etc. Bien infinito con más fuerza, que una enorme
Señor mió Jesucristo etc., pág. 9. pena arrancada do la montaña, se precipita á
Padre celestial etc., pág. 10. lo profundo del valle; ¡y no obstante no le po-
MEDITACION. déis abrazar ni poseer! ¡Qué penal ¡Qué tor-
Sobre la pena de daño. mento! Absalon (1) privado solamente dos a-
ños de la amable vista de su padre David, vi-
Punto primero. Por horrorosos que sean ve desconsoladísimo; nada le alegra, ni rique-
los tormentos que padecen las Animas en el zas, ni amigos, ni delicias; continuamente sus-
Purgatorio, por espantosas que sean las lla- pira por verle, va hasta á preferir la muerte
mas en que se abrasan; 110 igualarán jamás á al estar más tiempo privado de su presencia,
la pena vivísima que &ienten al verse privadas y eso que su padre es un simple mortal: ¡qué
de la vista clara de Dios. En efecto, aquellas será, pues, para vosotras el veros privadas de
constituyen la pena de sentido, esta la de da- Dios, y con él de todo bien, de todo consuelo
fío; aquellas son limitadas, esta infinita; aque- y felicidad! Preciso fuera sentirlo para for-
llas privan á L.s almas de un bien accidental, mar alguna idea cabal y completa de estado
cual es el deleite; por esta carecen de un bien tan horriblemente angustioso.
esencial á la bienaventuranza en el cual consis-
Medite etc.
te la felicidad del hombre, y es la po6e6Íon
beatífica de Dios. Ahora no comprendemos es- Punto segundo. Si tan terrible pena sienten
ta pena; pero ella es atroz, incomprensible, in- las Animas viéndose privadas del hermosísimo
fiaita. ¡Ah! ¡pobres Animas! vosotras conocéis rostro de Dios; ¿cual debería ser tu desconsue-
á Dios, no con un conocimiento oscuro como lo, pecador, que vives privado de su gracia y
nosotros, sino con una luz clara y perfectísi- amistad? Las almas benditas del Purgatorio no
roa: veis que es el centro de vuestra felicidad, poseen aún á Dios, es verdad, pero están se-
que contiene todas las perfecciones posibles, y guras de poseerle un día, porque son 6us ami-
en grado infiuito; sabéis que una sola-gota que gas, hijas y esposas muy queridas. Pero tú,
caliese en el infierno del océano infinito de de- infeliz, sabes que viviendo como vives, no po-
licias que en sí encierra, bastaría para extin-
guir aquellas llamas, y hacer del infierno el li) Reg. xvi. v. 24.
30 31
seerás jamás á Dios. Sabes que d sde el mo- res tú? ¿qué es lo que quieres? preguntó e! re-
mento en que te rebelaste contra él, perdiste ligioso. Soy, respondió, el piutor que murió
su gracia y con ella la rica herencia de la glo- dias pasados, y dejé para obras piadosas lo
ria. ¡Ah! ¿cómo dices Padre, nuestro que estás que había ganado.—Y ¿cómo padeces tanto ha-
en los cielos? Te engaña!-; Dios ya no es tu pa- bienio llevado una vida tan ejemplar, le vol-
dre, ni tu señor, ni tu rey. ¿Sabes quién es tu vió d decir el religioso?—¡Ay! respondió el di-
padre y señor? jAy de tí! Es el demonio: voñ funto, en el tribunal del supremo Juez se le-
ex paire diabolo estis [1]. A él te entregaste > vantaron contra mí muchas almas, unas que
pecando; él es tu compañero inseparable; tú e- padecían terribles penas en el Purgatorio, y o-
res su esclavo; si Dios rompiera el hilo delga- tras que ardian en el infierno á causa de una
<|o y frájil de tu vida, el demonio se apodera- , pintura obcena que hice á instancias de un ca-
jai de tí, y arrastraría su presa al fuego del in- ballero. Por fortuna mia se presentaron tam-
j e p . ¡Ay! ¿crees esto, pecador, y no obstan- bien muchos Santos cuyas imágenes pinté, y
c o n ^ r m e s tranquilo? Dios todopoderoso es tu dijeron para defenderme que habia hecho aquella
ño- a o°> ^ e n e firmada contra tí la sentencia pintura inmodesta en la juventud, que despues
jj a ', denacion eterna; ¿ y tú en lugar de bo- me habia arrepentido y cooperado a la salva-
con una buena confesion, juegas, ries, te cion de muchas almas pintando imágenes de
e? .iertes, pasa3 dias, meses, años, y la vida en- Santos: y por último, que habia empleado lo
«ra en el pecado? ¡Oh deplorable ceguedad! que habia ganado á fuerza de muchos sudores,
¡Oh insensibilidad más que de bruto irracional! i en limosnas y obras de piedad. Oyendo el
Juez soberano estas disculpas, y viendo que
Medite, etc. como en lapág 13. i o s Santos interponían sus méritos, me perdo-
nó las penas del infierno, pero me condenó á
EJEMPLO. . estar en el Purgatorio mientras dure aquella
. pintura. Avisa, pues, al caballero D. N que
- a u ?I eS L^ U _ e e f„ I l a h e c h e a l f u e s°> y i a y d e é l s i «O lo hace! Y
en prueba de que es verdad lo que digo, sepa
que dentro de poco tiempo morirán dos de sus
hijos.» Creyó, en efecto, el caballero la visión,
a rr
r i T T« on t,IT v 7 1 , °^ 6 a l f u e s ° l a K m i Z Q Ü es caodalosa, ántes de
L J d o a n v m > v< dos meses se le murieron dos hijos, v él repa-
ró los danos ocasionados en las almas con ri-
gurosa penitencia [1]. cificadle, crucificadle, haced que yo crucifique
mis pasiones, para que junto con las Animas
ORACION- del Purgatorio logre un dia alabaros eterna-
A Jesús tratado como loco y mente en la gloria. Amen.
pospuesto d Barrabás. Para más obligaros os saludamos con cinco
Padre Nuestros, cinco Ave Marías y un Glo-
¿Qué decíais, oh Angeles del cielo, cuando
ria Patri.
veáis á la Majestad y Sabiduría infinita tan
OBSEQUIO.
vilmente despreciada en casa de Heredes y en'
el pretorio de Pilatos? ¿Cómo? ¡Vo?, oh Jesús Mañana en sufragio de las benditas almas
mió, vestido de ropa blanca y tratado como lo- del Purgatorio, y en satisfacción de las pala-
co! ¡Vos, Rey de cielos y tierra, conducido así bras soberbias, besar tres veces la tierra, y
por ias calles de Jerusalen cargado de oprobios quien quiera humillarse aun más, puede hacer
ó ignominias! ¡Vo?, el Ilijo de Dios, pospues- con la lengua tres veces la señal de la cruz en
to al más vil facineroso! Pero ¡ay de mí! ¡yo el suelo.
también os he tratado de nécio prefiriendo las DIA QUINTO.
¡ocas máximas del mundo á vuestra ley ¡sapien-
Por la señal de la santa cruz, etc.
tísima! Yo también ingrato os he abandonado
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
y pospuesto á un vil interés, á un sucio deleite,
Padre celestial, etc. pág. 10.
á un puntillo de honra, por un miserable qué
dirán. ¡Ay! merecía estar para siempre priva • MEDITACION.
•Jo de vuestra presencia amabilísima; pero ya Remordimientos de una alma del Purgatorio.
que muflisteis por mí escarnios tan crueles, te-
Figúrate, cristiano que esto meditas, á una
ned compasión de mí y de las pobres Animas
alma que haya llevado en este mundo una vi-
del Purg-itorio. Sí, Jesús mió, por e<=as vues-
da enteramente semejante á la tuya. Que ha-
tras ignominias curad mi loca vanidad y sober-
ya vivido tibia, inmortificada, distraída en los
bia; por aquel grito tremendo que oísteis en
ejercicios de piedad como tú, sin tener horror
casa del Juez, gritando todos á una voz: Cru-
al pecado mortal y al infierno. Supongamos no
ob3tanto que haya tenido la dicha (no sabes si
[ l ] P. Joseph. á Jes. M. lib. 1 , cap. 9; tú la tendrás), de hacer una buena confesion,
Monead:». Decíam. Cath.. p. 125. morir en gracia, é ir al Purgatorio. ¿Qué pen-
sará en aquel horrible fuego entre penas y tor- pasatiempos, oh vanidad, y qué caro me costáis
mentos tan espantosos? ¡Ay! dos pensamien- I ahora! ¡Oh amarga memoria! Estoy sufriendo
tos la afligirán sobremanera. penas y tormentos acerbísimos, y yo los he que-
Primer pensamiento. Yo pude librarme de rido! ¡Podia tan fácilmente evitarlos, y no
estas pmas, y no quise. ¡Yo mismo he encen- quise.
dido estas llamas! '¡Yo soy la causa de estas Medite, etc.
penas atrocísimas! Dios no hace más quo eje- Segundo pensamiento que aflige, oh cristiano,
cutar la sentencia que yo en vida pronuncié á aquella alma que vivió enteramente como tú
contra mí misma. ¡Qué medios no me habia Y vives. Yo querría poder ahora librarme del
proporcionado para ahorrarme estos tormentos! [ purgatorio, y no puedo. ¡Oh! si pudiera yo aho-
Caricias, amenazas, beneficios, todo lo habia a- ra volver al mundo, dirá cada una de aquellas

h
gotado: gracias singularísimas de inspiraciones, J Animas, ¡con qué gusto me sepultaría en los de-
buenos ejemplos, libros piadosos, padres vigi- siertos con los Hilariones y Arsenios! Haría
lantes, celosos coufesores y maestros, predica- penitencias más espantosas que las de un Ig-
dores fervorosos, remordimientos continuos, nacio en la cueva de Manresa, que las de un
todo lo habia empleado. Mas ¡qué locura tan Simón Estilita y de un san Pedro de Alcánta-
grande la mia! Por no privarme de un pasa- ra; pasaría las noches enteras en oracion como
tiempo frivolo, por ir al sarao, por divertirme los Antonios, Basilios, Gerónimos; me arroja-
ó jugar con tal compañía, por no abstenerme ría á los estanques helados, y me revolcaría
de una mirada, de un vil gusto, de una vana entre espinas como los Bernardos, los Benitos
complacencia, por no querer callar un defecto y los Franciscos; haria ¡Ay pobres infeli-
del prójimo me sujeté voluntariamente á tan- ces almas! No era necesario nada de eso: con
t a s penaá y tormentos! Me lo decian todos los mucho ménos podíais apagar esas abrasadoras
años, me lo predicaban y repetían, pero yo no llamas; sin hacer más que lo que hacíais cada
hacia caso ¡Dichoso Pablo primer ermita- dia, pero haciéndolo con perfección, evitabais
ño, dichosos Domingos, dichosas Gertrudis, Es- esos tormentos. Sí, los mismos Sacramentos,
colásticas y tantos otros santos, que, habiendo pero recibidos con mejores disposiciones; las
satisfecho á la Justicia divina en el mundo, su- mismas Misas, pero oídas con recogimiento y
bisteis al oielo sin pasar por el Purgatorio! ¡Yo atención; las mismas devociones, pero practi-
podia hacer lo quo vosotros, pero no quise! ¡Oh cadas con más fervor; las mismas mortificacio-
ocuras mundanas, oh conversaciones frivolas, oh nes, ayunos y obras da misericordia, pero he
chas con ménos ostentación, únicamente por a- vios. me excitaba ir á los bailes, saraos,, teatros,
gradar á Dios, no sólo os hubieran librado de y hasta me engalanaba ella misma. Es verdad
esas penas sino que os habrian acelerado á vo- que me enseñaba algunas devociones; pero ¿qué
sotras y á muchas otras almas la posesion del gusto podían dar estas á Dios, yendo mezcla-
reino de los cielos. Ahora no os canséis; vues- das con tanto galanteo y profanidad? No obs-
tros deseo3 son inútiles: ya no es tiempo de tante, como la misericordia del Señor es tan
merecer; ya es llegada para vosotras aquella grande, por aquellas pocas devociones que ha-
noche [1] intimada por san Juan, en la que. cia, me concedió Dios tiempo para confesarme
nadie puede hacer obra alguna meritoria; aho- bien y librarme del infierno. Pero ¡ay qué pe-
ra es necesario sufrir, y sufrir penas inexplica- nas estoy-padeciendo! Si lo supieran mis ami-
bles, y sufrirlas sin ningún mérito ¡Y yo gas, qué vida tan distinta llevarían! Mi cabeza,
lo he querido! ¡Pude tan fácilmente evi- quoántes ataviaba con dijes y vanidades, ahora
tar estos tormentos, y no quise! está ardiendo entre llamas vivísimas; las espal-
¡Dichoso cristiano que oyes esto! Tú tienes das y brazos, que llevaba descubiertos, los ten-
tiempo todavía; aquella noche tenebrosa no es go ahora cubiertos y apretados ccn hierros de
aun llegada para tí. ¿Y perderás dias tan pre- fuego ardiendo; las piernas y piés que adorna-
ciosos? ¿No tomarás la seria resolución de con- ba para el baile, ahora son atormentados horri-
fesarte bien y enmendar tu vida? blemente; todo mi cuerpo; en otro tiempo tan
Medite, etc., como en la pág. 13. pulido y ajustado, ahora se halla sumergido
en toda clase de tormentos (1).» Contó la san-
EJEMPLO.
ta esta visión á una prima de la difunta muy
Estaba santa Brígida en altísima contempla- entregada también á la vanidad, y esta cambió
ción, cuando fué llevada en espíritu al Purga-
torio [2]. Allí vió entre otras á una noble don- (l) x Aunque los cuerpos no van el purgato-
cella, y oyó que se quejaba amargamento de rio, es cierto no obstante que las almas sufren
su madre por el demasiado amor que le habia lo mismo que si estuviesen unidas con ellos. Y
tenido, pues «en vez, decia, de reprenderme y así el rico Epulón podia muy bien experimen-
sujetarme, ella me proporcionaba modas, no- tar aquella sed de que nos habla el Evangelio:
tanto más, que aun en esta vida mortal no es
[1] Joan, ix v. 4.—[2] Revel. S. Brig., lib. propiamente el cuerpo, sino el alma la que
6 cap. 52. siente el dolor.
39
88
de vida en términos, que entrándose en un con*, lacion de Jesús y los dolores de su Madre san-
vento de muy rigurosa observancia, procuró con tísima. Amen. . „
rigidísimas penitencias reparar sus desórdenes Os lo pedimos diciendoos cinco Padre uues-
pasados, y auxiliar á su parienta que estaba iros, cinco Ave Marías y un 6-lona PMi.
padeciendo tanto en el Purgatorio. ; OBSEQUIO.
ORACION Mañana no comer fuera de las horas acos-
tumbradas, ó hacer alguna mortificación corpo-
á Jesus azotado á la columna. r
ral en sufrajio de las benditas Animas del Pur-
¡Oh Jesus amabilísimo! ¡Vos desnudo y azo- gatorio.
tado por mí! ¡Vos, la inocencia y santidad in- DIA SEXTO.
finita, despedazado por mi amor con cinco mil Por la señal de la sania cruz, etc.
y tantos azotes! ¡Ay! ¡Qué extraño es, se pa- Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
guen caro en el Purgaterio los gustos del pe- Padre celestial, etc., pág. 10.
cado, si así pagais Vos en vuestro purísimo MEDITACION.
cuerpo las sensualidades del mío! ¡Ay infeliz
de mí! Yo soy quien he pecado: yo merecía e- Paciencia y resignación de
se castigo tan humillante y riguroso; y no obs- las benditas Animas.
tante, léjos de mortificar mis apetitos, y de Punto primero. Es verdad que las almas del
castigar con penitencias una carne impura, no Purgatorio padecen imponderables penas y sin
busco sino delicias y regalos. Mas no será asi ' mérito; pero las padecen con una paciencia y
en adelante, dulcísimo Jesus. Caiga sobre mi resignación admirables. Conocen á Dios con luz
corazon una gota de esa Sangre preciosa, y a- perfectísima, le aman con amor purísimo, y de«
rrepentido abrazaré la mortificación, y quedaré sean ardentísimamente poseerle; pero al ver
todo encendido en vuestro santo amor. Y Vos, BUS faltas, bendicen y adoran la mano justa y
Padre celestial, ya que vuestro Hijo santísi- amorosa que las castiga. ¡Oh! ¡Y con cuánta
mo satisfizo sobreabundantemente á vuestra más resignación que los hermanos de José ex-
divina Justicia, perdonad mis culpas, usad de claman: mérito hcec patimur [1]! Con mucha
clemencia con las benditas Animas del purga- razón nos castigais, Señor, pues pecando un
torio, aceptad en sufrajio de ellas todo cuanto
yo sufriere en este día, aceptad la cruel ílage- [ 1 ] Gen. XLTI, v . 2 1 .
40 4 1

día no temimos vuestro poder y justicia, frus-


gran monarea, si el dia de las bodas aparecie-
tramos los designios de vuestro amor y sabidu-
se una llaga asquerosa en su rostro no^e atre-
ría, despreciamos vuestra Majestad y grande- vería á presentarse en la corte, y suplicaría al
za, y ofendimos vuestras perfecciones infinitas.
Rey que dilatase las bodas hasta que estuvie-
Justo es que seamos castigadas. Hombres sin ra perfectamente curada. ¡Oh pecado, por le-
conocimiento de la verdadera religión fueron ve que parezcas, qué grave mal serás, cuan-
agradecidos á sus bienhechores; Faraón hizo ádo las mismas almas preferirían los horrores
José virey de Egipto porque le interpretó un.del purgatorio á entrar en el cielo con la me-
sueño misterioso (1); Asuero elevó á Mardo- nor sombra de tu mancha!
queo á los primeros empleos de la Persia (2), Medite, etc.
porque le descubrió una conspiración; hasta ios' Punto segundo. Mira si puede darse, cristia-
osos, leones y otras fieras indómitas agradeci-
no, locura mayor que la tuya. Te reconoces
das defendieron á sus bienhechores; y nosotras,
deudor á la Justicia divina de penas horribles
criadas á vuestra imágen, redimidas con vues- por los enormes pecados que cometiste en la
tra sangre, honradas con bienes- de fortuna y vida pasada, y por las innumerables faltas en
exaltadas con tantos dones de gracia, ingratasque al presente caes todos los dias. Sabes que
¡ay! os abandonamos en vida. Sí, purificaduos no basta confesarte; que la absolución borra,
en este fuego; por acerbas que sean nuestrassí, la culpa, mas no condonándose toda la pe-
penas, bendeciremos y ensalzaremos vuestra na, es preciso satisfacer á la Justicia divina,
justicia y misericordia infinita; j'ustus es, Do-
ó en este mundo ó en el otro; y no obstante
mine, et rectum judicium iuum. (3) jamás te cuidas de hacer penitencia. Ahora po-
Todavía más: tanta es la fealdad del peca-días expiar tus culpas fácilmente y con tanto
mérito tuyo; una confesion bien hecha, una
do, por leve que sea, que si Dios abriera á es-
Misa bien oida, un trabajo sufrido con pacien-
tas almas las puertas del cielo no se atreverían
á entraren él manchadas como están, sino que cia, una ligera mortificación, una limosna, una
indulgencia, un Via-Crucis hecho con devocion,
suplicarían al Señor las dejase purificarse pri-
mero en aquellas llamas. No de otra manera podia excusarte espantosos suplicios; y tú todo
que una doncella escogida para esposa de un lo descuidas, todo lo dejas para la otra vi-
da. ¡Ahí ¿Has olvidado por ventura cuán ho-
(1) Gen. XLI.—(2) Esth. vi.—(3) Ps. cxvm. rribles son, y por cuánto tiempo duran aque-
v. 147. llos tormeutos? ¿No sabes que, según afirman
11
Varios autores, fundados en revelaciones muy caria el reo que indudablemente debe estar a-
respetables, varias de aquellas almas han esta- quí Poco faltó para que la madre muriese de
do siglos enteros en el purgatorio, y otras esta- sentimiento al oir estas palabras. Mas cobran-
rán allí hasta el dia del juicio final? do luego ánimo y conformándose con la volun-
¡Insensato! ¡Las Animas, dice san Cirilo de tad divina, no sólo otorgó perdón al que había
Jerusalen, mejor querrían sufrir hasta el fia muerto á su único y estimado hijo, sino que le
del mundo todos los tormentos de esta vida, entregó todavía una cantidad de dinero y el ca-
que pasar una sola hora en el purgatorio; y tú. ballo del difunto para que huyese con más pron-
quieres más arder siglos enteros en el purgato- titud, y luego le adoptó por hijo. Pero ¡cuán
rio, que mortificarte en esta vida un solo mo- agradable fué á Dios esta generosa conducta!
mento! ¡Oh espantosa locura! Pocos dias despues estaba la buena señora ha-
Medite etc., como en la pág. 13. ciendo oracion por el alma del difunto, cuando
de pronto se le apareció su hijo todo resplan-
EJEMPLO. deciente y glorioso, y le dijo: «Enjugad, ma-
Había en Bolonia una noble viuda que te- dre mia, vuestras lágrimas, y alegraos, que me
nia un hijo único y muy querido. Estando un he salvado. Muchos años tenia que estar en el
dia divirtiéndose con otros jóvenes, pasó un ex- purgatorio, pero vos me habéis sacado con las
tranjero y les interrumpió el juego. Repren- virtudes heróicas que practicásteis perdonan-
dióle ásperamente el hijo de la viuda y resen- do y haciendo bien al que me quitó la vida.
tido el extranjero, sacó un puñal, se lo clavó Más os debo por haberme librado de tan horri-
en el pecho, y dejándole palpitando en el eue-' bles penas, que por haberme dado á luz. Os
lo hechó á huir calle abajo con el puñal ensan- doy las gracias por uno y otro favor: adiós, ma-
grentado en la mano, y se metió en la primera dre mia, adiós: me voy al cielo, dónde seré di-
casa que encontró abierta. Allí suplicó á la se- choso por toda la eternidad.» (1)
ñora que por amor de Dios le ocultase; y ella,
ORACION
que era precisamente la madre del jóven ase-
sinado, le escondió en efecto. Entretanto lle- á Jesús coronado de espinas.
gó la justicia buecando al asesino, y no hallán- ¡Oh amabilísimo Redentor mió! ¡Los peca-
dole allí, sin duda, dijo uno de los que le bus- dores se coronan de rosas, los reyes de la t i e -
caban, no sabe esta señora que el muerto es su
hijo; pues si lo supiera, ella misma nos entre- (1) Señeri, Crist. instr., disc. 20.—Nicius»
45
rra ciñen coronas de diamantes y perlas, y Vos, DIA SETIMO.
Rey inmortal de los siglos, estáis coronado de Por la señal de la santa cruz, etc.
espinas! ¡Oh si esa vuestra corona se clavase Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
en mi cabeza para arrancar de una vez la so- Padre celestial, etc., pág. 1 0 .
berbia y los malos pensamientos! ¡Oh ei á lo
MEDITACION.
menos una de esas espinas atravesara mi con-
ciencia y no me dejara reposar hasta que hu- Descuido de los mortales en aliviar á las
viese mudado de vida! No quiero ya más, Se- Animas del purgatorio.
L
ñor, coronarme de flores en este mundo, sino Punto primero. ¡Pobres almas! Están pa-
de espinas por vuestro amor. Y Vos, Padre L deciendo tormentos y penas inexplicables; no
misericordiosísimo, aceptad en sufrajio de las pueden merecer, ni esperar alivio sino de los vi-
pobres almas del purgatorio aquellas befas, hu- vos; y estos, ÍDgratos, no se cuidan de ellas!
millaciones y dolores acerbísimos que sufrió Tienen en el mundo tantos hermanos, parien-
vuestro amable Hijo cuando le coronaron de tes y amigos, y no hallan como José (1), un
espinas. Por aquellas asquerosas salivas que Rubén piadoso que las saque de aquella pro-
recibía, por aquellos escarnios con que le ultra- funda cisterna. Sus tinieblas son más doloro-
jaban, por aquella sangre que corria de su ca- sas que la ceguedad de Tobías; y no encuen-
beza santísima á fuerza de los cruelísimos gol- tran un hijo que les dé la vista tan deseada pa-
pes que sobre las espinas le daban, por aquel ra contemplar el rostro hermosísimo de Dios (2).
dolor que atrabesó el corazon de su angustiadí- Se abrasan en una sed más ardiente que la de
sima Madre, aliviad, os suplico, á las afligidas Isaac; y no hallan una oficiosa Rebeca (S) que
almas del purgatorio, y concededles pronto la se la alivie. Son infinitamente más desgracia-
corona incorruptible de la gloria. Y para alcan-
í das que el caminante de Jericó (4), y el para-
zar de V03 esta gracia diremos cinco Padre lítico (5) del Evangelio; mas no hay un Sama-
Nuestros, cinco Ave Marías y un Gloria Patri. ritano ni otra persona que compasiva las consue-
le. ¡Pobres almas! ¡Qué tormento tan grande
OBSEQUIO. será para vosotras este olvido de los mortales!
En sufrajio de las ánimas del purgatorio a- ¡Podrían tan fácilmente aliviaros y libertaros del
plicar las muchas indulgencias que se pueden purgatorio; bastaría una misa, una comunion,
ganar diciendo devotamente entre dia: Jesús, (1) Gen. XXXVII.—(2) Tob. x i . — ( 3 ) Gen7
José y María os doy el corazon y el alma tnia. xxvi,—(4) Lúe. x . — ( 5 ) Joan. v.
Punto segundo. ¡Pobres almas! Pero más
un Via-Crucis, una indulgencia que os aplica-,
pobres é infelices eerémos nosotros, si no las
sen; y nadie se cuida de ofrecérosla!
socorremos. Acuérdate, gritan los difuntos, de
¿Y quiénes son estos ingratos? ¡Ah! son vues-
como yo he sido juzgado, porque asimismo lo
tros mismos parientes y amigos, vuestros here-
serás tú: á mí ayer, á tí hoy (1). Tú también
deros, vuestros hijos mismos.... Ellos se au-
serás del número de los muertos, y tal vez muy
mentan y recrean con los bienes que les dejas-
pronto. Y por rico y poderoso que seas ¿qué
teis, y ahora desconocidos no se acuerdan ya
sacarás de este mundo? Lo que nosotros saca-
de vosotras. Tal vez por haberlos estimado y ,
mos, y no más, las obras. Si son buenas, ¡qué
complacido demasiado, por haberlos enriqueci-
consuelo! Si malas, ¡qué desesperación! Como
do por usuras y otros medios ilícitos ardéis en
t ú hayas hecho con nosotros, contigo harán: es
esas llamas; y los ingratos se divierten sin com-
decir, que si ahora eres duro é insensible con
padecerse ni acordarse de vuestras penas.... ¡Po-1
las benditas Animas, duros é insensibles se-
bres almas! Con cuánta más razón que David
rán contigo los mortales, cuando tú hayas de-
(1) podéis decir: si un extraño que no hubiese
jado de existir. Y no es este el parecer de un
j a m á s recibido ningún favor de mi mano, si un
sabio, es el oráculo de la sabiduría infinita que
enemigo me tratara así, aunque fuera sensible,
nos dice por San Mateo (2): Con la mima me-
podría soportarse con paciencia; ¡pero tu hijo
dida que midiereis, seréis medidos. Sí, del mía«
mió que me debes tantos benficios y te susten-
mo modo que nos hubiésemos portado con las
tas y regalas con el sudor de mi rostro; t u hija
almas de nuestros prójimos, se portarán los
mia, por° quien pasé tantos dolores y malas no-,
mortales también con nosotros; y, ¡ay de aquel
ches; t ú esposo, tú, esposa mia, que tantas prue-
que no hubiese usado de misericordia! pues le es-
bas recibiste de mi amor, y fuiste objeto def
pera, dice el apóstol Santiago, unjuieio sin mi-
mis desvelos incesantes, y blanco de mis favo-
sericordia (3). ¿Y no tiemblas tú, heredero y
res que tú me trates así, que descuidando los»
testamentario insensible para con los difuntos?
sufrajios que tanto te encargué, me dejes en
Si el Juez supremo lleno de indignación arro-
este fuego sin querer socorrerme, ¡ah! esta si
ja al infierno al que niega la limosna á un po-
que es ingratitud y crueldad superior á toda
bre que tal vez era enemigo de Dios por el pe-
ponderación.
Medite etc.
(1) Eccli. X X X V I I I , v. 23.—(2) Matth. m.
v. 2.— (S) Jacob, XT, v. 13.
cado, ¿con cuánta justicia y rigor condenará al á tan poco precio, uno de tus soldados te qui-
que niegue á sus amadísimas esposas los lega- tará corona, fama y vida, acabando con toda
dos y sufrajios de los bienes que heran suyos? tu familia. En efecto, pocos dias despues se le
Medite etc., como en la pág. 13. insurreccionó el ejército proclamando á Focas
por emperador. Mauricio, fugitivo, se embarca
EJEMPLO.
en una pequeña nave con algunos pocos que le
Derrotado por Cayano (I) el ejército deMau-
seguían, mas en vano; furiosas las olas le arro-
ricio, y hechos prisioneros gran número de sus
jaron á la playa, y llegando los partidarios de
soldados, Cayano pide al Emperador una mo- -
Focas le atan á él y á cuantos le seguían, y los
neda, y no de muy subido valor, por el resca-
llevan á Eutrópia, en donde ¡oh padre infeliz',
te de cada prisionero. Mauricio se niega á dar-
despues de haber visto con sus propios ojos la
la. Cayano le pide entóneos una de ménos va-
cruel carnicería que hicieron de cinco hijos su-
lor, y habiéndosela también rehusado, exige,
yos. fué muerto ignominiosamente, y no se pa-
por último, una ínfima cantidad, la que no ha-
só mucho tiempo sin que lo restante de su fa-
biendo podido lograr tampoco, irritado el bár-
milia sufriese la misma desgracia. [1]
baro manda cortar la cabeza á todos los solda-
Ah, cristianos, que ois esto, no son unos po-
dos imperiales que tenia en su poder. Mas ¿qué
bres soldados, 6Íno nuestros propios hermanos
sucedió? Pocos dias despues Mauricio tuvo u-
y vuestros propios padres, que han caido pri-
na espantosa visión. Citado al tribuaal de Dios
sioneros de la Justicia divina. Este Dios mise-
veia gran multitud de esclavos que arrastraban
ricordioso pide por su rescate una muy peque-
pesadas cadenas, y con horrendos gritos pedian 1
ña moneda, de gran valor, es verdad, pero muy
venganza contra él. Oyendo el Juez supremo
fácil de dar. ¿Qué moneda es esta? Una buena
tan justas quejas se vuelve á Mauricio y le pre- j
comunión. ¿Y seréis tan duros que se la ne-
gunta: ¿dónde quieres más ser castigado,, en es-
gueis ? ¿Tan insencibles sereis á la felici-
ta ó en la otra vida? Ah, benignísimo Señor, v
dad de las Animas y á vuestros propios in-
responde el prudente Emperador, prefiero ser
tereses?
castigado en este mundo. Pues bien, dijo el
ORACION
Juez, en pena de tu crueldad para con aquellos
pobres soldados, cuya vida no quisiste salvar á Jesús llevando la cruz á cuestas.
¡Oh dulcísimo Jesús, y qué sensible habrá
(1) Otros le llaman Cairo,-y Petavio Chaga-
nus rey de los Avaros, pueblos de Hungría. [1] Nicéforo.
sido á tu corazon mi olvido é indiferencia para
con las almas del Purgatorio, pues tanto las a-' MEDITACION.
mas por una parte, y por otra eres tan carita- Como recompensará el Señor á los devotos
tivo, pue cuando subías la montaña del Calva- de las benditas Animas.
rio olvidaste t u dolor acerbísimo para consolar Punto primero. Supongamos, oh alma cris-
á aquellas piadosas mujeres que lloraban tu suer- tiana que movida de estas meditaciones haces
te! ;Oh, apleque tu ira, oh Padre celestial,- es- una sincera y dolorosa confesion, y ganando la
ta caridad inmensa de tu Hijo santísimo! Acep- y indulgencia plenaria de este santo Novenario,
ta los dolorosos pasos que da oprimido con el e- sacas una alma de la horrenda prisión del pur-
norme peso de la cruz: acepta las tres lastimosas r gatorio. ¡Ay, y qué grande será tu dicha! Sí
caídas que hace, los escarnios y golpes cruelísi- perseveras, ¡qué galardón tan grande recibirás
mos que sufre con el sudor y sangre que de-» en el cielo! Si los reyes de la tierra, siendo mor-
rrama por nuestro amor. Yo te lo ofrezco todo tales miserables, recompensan con tanta muni-
en remisión de mi poca paciencia en los traba- ficencia al que libra á uno de sus vasallos de
jos, y en sufragio de las pobres almas del Pur- un gran peligro, ó expone su vida sirviendo ge-
gatorio. ¡Ah! ¡Compadécete de sus lágrimas, en- nerosamente á los apestados; ¿cómo pensamos
júgalas, oh Padre clementísimo, y haz que di- nosotros premiará el Señor al que haya sacado
chosos participen cuanto ántes de la gloria de una ó más almas de las abrasadoras llamas del
tu rostro divino en la patria celestial. Amen. purgatorio? Decid, padres y madres: si aquel
Digamos cinco Padre nuestro, cinco Ave Ma- hijo que es la niña de vuestros ojos cayese en
ría» y un Gloria Pairi para alcanzar esta r un rio ó en el fuego, y un hombre generoso os
gracia. le sacara y presentara vivo, ¿cómo se lo agra-
-OBSEQUIO. deceríais? ¿Si vosotros fueseis ricos y poderosos,
El mayor sufrajio que reclaman las bendi-, y él pobre, ¿cómo le premiaríais? Ahora bien,
tas Animas, el más necesario para nosotros y ¿qué tiene que ver el cariño del padre más a-
el más acepto á Dios, es hacer una buena con- moroso con el amor que Dios profesa á aque-
fesión, sin callar nada al confesor. llas almas, que son sus hijas y esposas muy a-
D I A OCTAVO. madas? ¿Qué son todos los peligros y males de
Por la señal de la santa cruz etc. este mundo, comparados con las espantosas pe-
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9- nas del purgatorio? Y qué comparación hay entre
Padre celestial, etc., pág. 10. el poder y la generosidad de un miserable mor^
tal y el poder y la generosidad infinita de Dios, habéis aliviado con el pan de vida de mi sacra-
que promete un inmenso premio de gloria por tísimo Cuerpo: morían de sed; y oyendo ó ha-
la visita hecha en su nombre á un enfermo, ó ciendo celebrar Misas las habéis dado á beber
por el vaso de agua dada á un pobre por su a- mi Sangre preciosísima: estaban desnudas; y
mor? ;Ah, cristiano! yo miro, casi diré, como con vuestras oraciones y sufrajios las habéis
asegurada tu salvación, si logras sacar una so- vestido con una estola de inmortalidad: jemian
la alma del purgatorio. ¿Y no harás lo posible en la más triste prisión; y con vuestros méri-
para salvarla? v tos é indulgencias las habéis sacado de ella.
Medite, etc. Y no es precisamente á las Animas á quienes
Punto segundo. No pienses, alma cristiana, habéis hecho estos favores; á mí me los habéis
ser esta una reflexión piadosa; es promesa for- hecho, mihi fecistis [1]; pues todo cuanto vo-
mal de Jesucristo, verdad eterna que no pue-» sotros hicisteis por ellas, yo lo miro por tan
de faltar á su palabra. ¿No nos dice en tu sa- propio, como si lo hubiéseis hecho para mí mis-
, grado Evangelio, bienaventurados los misericor- mo. Por lo tanto venid, benditos de m Padre
diosos, porque ellos alcanzarán misericordia? celestial, á recibir la corona de gloria que os
Fundado en estas palabras infalibles yo hasta está preparada en el cielo. ¿Y no querrás, cris-
ahora, dice el Padre san Gregorio, no sé que tiano, lograr tanta dicha? Pues en tu mano
que se haya condenado ninguno que hubiese u- está.
sado de misericordia con el prójimo. ¡Ah! Dios
Medite, etc., como en la pág. 13.
quiere mucho á las almas; todo cuanto se hace,
por ellas lo mira, agradece y premia como si k* EJEMPLO.
él mismo se le hiciese. En verdad os digo, que Tenia una pobre mujer napolitana una nu-
todo cuanto habéis hecho con uno de estos pe merosa familia que mantener, y á su marido
queños hermanos mios, lo habéis hecho conmigo., encerrado por deudas en la cárcel [2]. Redu-
[1] ¡Ah! dichosos cristianos, si socorréis á cida á la última miseria presentó un memorial
las pobres A nimas del Purgatorio; venid, os di- manifestando á un gran Señor su infeliz esta-
rá un dia nuestro liberelísimo Juez, venid, do y posicion; pero no logró con todas la súpli-
benditos de mi Padre celestial: aquellas pobres cas más que una peseta. Desconsolada entra
almas tenían hambre; y vosotros comulgándolas
[1] Matth. xxv, v. 4 0 . — [ 2 ] Greg. Carfo-
[1] Mattb. xxv, v. 40 ra, De fortuna hominis, lib, 1, cap. 9.
en la iglesia, y encomendándose á Dios 6Íenta siempre de allí en adelante y con abundancia
una fuerte inspiración de mandar decir la Mi- todo cuanto necesitaron. Así recompensa Dios
sa por las Animas con aquella peseta, y poner aun en este mundo á los devotos de las bendi-
toda su confianza en Dios, único consuelo de tas Animas.
los aüijidos. ;Caso extraño! Oida la misa se ORACION
volvia á casa, cuando encontró á un anciano ve- á Jesús clavado en la cruz.
nerable que llegándose á ella le dijo: ¿Qué tie- ¿De qué trabajos puedo yo quejarme, Jesús
nes, mujer? ¿Qué te sucede? La pobre le ex- dulcísimo, cuando os contemplo clavado en la
plicó sus trabajos y miserias. El anciano con- cruz, desamparado de vuestro Padre celestial,
solándola le entregó una carta, diciéndola que padeciendo la más cruel sed y agonía por mi
la llevase al mismo Señor que le habia dado la amor? ¿Cómo no esperaré cuando por todas e-
peseta. Este la leyó, y ¿cuál fué su sorpresa» sas llagas abiertas, como por otras tantas bo-
cuando vió la letra y firma de su amantísimo cas ó volcanes de amor, gritáis misericordia y
padre ya difunto? «¿Quién os ha dado esta car- perdón? Sí, aliéntate, pecador; pronto está Dios
ta?» No le conozco, respondió la mujer, pero á borrar tus culpas pasadas: alentaos también
era un anciano muy parecido á ese retrato, so- vosotras, almas benditas del Purgatorio, ya se
lo quo hacia la cara más alegre. Lee de nuevo acerca la hora de vuestro rescato y de vuestra
la carta, y observa que le dicen: «Hijo mió libertad. Mañana con la comunion general 6e-
muy querido, t u padre ha pasado del purgato- rá el dichoso dia de vuestra redención. ¡Oh!
rio al cielo, por medio de la Misa que ha man-. haced que así sea, dulcísimo Jesús; moved el
dado celebrar esa pobre mujer. Con todas ve- * corazon de estos fieles para que no nieguen es-'
ras la recomiendo á tu piedad y agradecimien- te sufrajio á las Animas, apagad la sed arden-
to; dale una buena paga, porque está en gra-' tísima que esas almas tienen de veros, de go-
ve necesidad.» El caballero, despues de haber * zaros, de reinar con Vos y bendeciros por si-
leido y besado muchas veces la carta, regán- glos infinitos. Amen.
dola con copiosas lágrimas de ternura; vos, di- Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y
ce á la afligida mujer, vos con una pequeña li- un Gloria Patri para alcanzar esta gracia del
mosna habéis labrado la felicidad de mi esti- Señor.
mado padre; yo ahora haré la vuestra, la de OBSEQUIO.
vuestro marido y familia. En efecto, pagó sus Hacer una limosna en sufrajio de las Ani-
deudas, sacó al mari lo de la cárcel, y tuvieron mas del Purgatorio. n .
9045-18
cuánta alegría está diciendo cada día una de e-
DIA NONO. llas: dichosas confesiones y comuniones, dicho-
Por la señal de la santa cruz, etc. sas las Misas que oia, las limosnas, oraciones,
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9. penitencias y obras buenas que yo practicaba,
r
Padr» celestial, etc., pág. 10. dichosas las burlas y escarnios que yo sufría
por ser devota! ¡Y con qué magnificencia pa-
MEDITACION.
gais Señor, hasta los sacrificios más pequeños
Agradecimiento de las benditas Animas y miserables que se hacen por vuestro amor! ¿Y
para con sus devotos. no querrais, cristiano, la misma dicha para tí?
Punto primero. Ved aquí el dia feliz: hoy Pues pelea contra las pasiones, que sin pelear no
con las numerosas comuniones y sufrajios que se alcanza victoria: que sin pena no hay felicidad.
los fieles han ofrecido al Señor no sólo en esta,' Medite, etc.
sino en tantas otras iglesias; muchas de aque- Punto segundo. ¡Y qué dicha, cristianos, la
llas al¡na9, ayer tan aflijidas y desgraciadas, vuestra, si habéis logrado libertar alguna de
han pasado á ser dichosos habitantes y prínci- aquellas almas! El cielo debe á vuestros sufra-
pes felicísimos de la Corte celestial. Ya ven jios el nuevo regocijo y la nueva gloria acciden-
cara á cara la hermosura y majestad infinita; tal que ahora experimenta. Y aquellas almas
ya poseen aquel Dios que en sí contiene cuan- dichosas os deben la libertad, y con ella la po-
to hay de amable, de grande, delicioso y per- sesión de una felicidad infinita. ¿Qué súplicas,
fecto. Su entendimiento, no puede ya conocer • pues, tan fervorosas no harán á Dios por vo-
más verdades, su corazon no puede experimen-' sotros? ¿En qué necesidad podréis encontraros
tar ya ni más alegría, ni más suavidad, ni más. que no cuiden de socorreros? ¿Qué empeño no
dicha. ¡Ay, si tu pudieses, amado cristiano, | pondrán en conseguiros las gracias necesarias
penetrar hoy en aquella dichosa patria, y con-K para vencer las tentaciones, adquirir las virtu-
templar el trasporte de aquellos bienaventura- des y triunfar de los vicios? Y si alguna vez
dos! ;Qué enhorabuenas, qué abrazos se dan os viesen en peligro de pecar y de caer en el
tan amorosos! ¡Qué cánticos entonan en acción infierno; ¿con cuánto más celo que el pueblo
de gracias al Dios de las.misericordias, y á los de Israel lo hizo en favor de Jonatas [1], di-
jenerosos cristianos que las han sacado del pur- rían al Señor: ¿y permitiriaii, oh gran Dios, que
gatorio! ¡Oh cómo dan por bien empleadas
las penas que en este mundo padecían! ¡Oh con [1] Reg, xiv, v. 45.
58 59
se perdiese eternamente un cristiano que me ha li- ; tus pecados! Cuando mueras, ¡qué penas y tor-
brado á m í d e tan horribles penas? ¿No prometis- mentos te aguardan!» No dejaba de acongojar-
teis que alcanzarían misericordia los que hubie - la;este-pensamiento-, cuando se la apareció Cris-
sen usado de misericordia (1) con el prójimo? ¿Y to Señor nuestro, y la consoló diciendo: «Ger-
consentiríais ahora que cayese en el infierno a- trudis, hija mía muy amada; no temas: los su-
quel que con sufrajios me habrió las puertas frajios que ha9 ofrecido á las Animas del pur-
del cielo? ¡Ah dichoso cristiano, cuánto envidio gatorio, me son muy agradables: tu no has per-
tu dicha! Persevera y da por segura la palm» . dido cada; pues en recompensa, no sólo te per-
de la gloria. --^Mr dono las penas que allí habías de padecer, si-
Medita, etc., como en la páq. 13. '• no que aun aumentaré tu gloria de muchísimos
EJEMPLO. grados. ¿No habia yo prometido dar el ciento
Santa Gertrudis (2), aquella esposa tan re- f por uno, y pagar á mis fieles servidores con
galada del Señor, habia hecho donacion de to- [1] medida buena, apretada y abundante? Pues
dos sus méritos y obras buenas á las pobres miT8i-'yo haré que todas las almas libertadas
Animas del purgatorio; y para que sus sufra- con tus oraciones y penitencias te salgan á re ¿
jios tuviesen más eficacia y fuesen más acep- cibir con muchos Angeles á la hora de la muer-
tos á Dios, suplicaba á su divino Esposo le ma- te, y quo acompañada de este numeroso y bri-
nifestase por qué alma quoria que satisfaciese. llante cortejo de Bienaventurados, entres en el
Se lo otorgaba su Divina Majestad, y la Santa triunfo de la gloria.»
multiplicaba oraciones, ayunos, cilicios, disci- • ORACION.
plinas y otras penitencias hasta que aquella alma ' d las benditas Animas libertadas del purgatorio
hubiese salido del purgatorio. Sacada una, pe- ^ por los sufragios ofrecidos durante
dia al Señor le señalase otra, y así logró librar • el novenario.
á muchas de aquel horrible fuego. Siendo ya 't ¡Oh almas dichosas y felices, á quienes nues-
la Santa de edad avanzada, le sobrevino una ' tro dulcísimo Jesús acaba hoy de admitir en
fuerte tentación del demonio, que le decia: «¡In- su patria celestial! Os felicitamos y damos, en
feliz de tí! ¡Todo lo has aplicado á las Animas nombre de toda la Iglesia, mil enhorabuenas
del purgatorio, y no has satisfecho todavía por por esta dicha tan grande. Unimos nuestra a-
legría con la vuestra, y con la de los Angeles
(1) Matth. v, v. 7.—[2] Dionis. Carthnsa
lib. 4 de Novia., cap. 64. (1) Luc. iv, v. 38.
60
y Serafines; juntamos nuestras acciones de gra- das nuestras obras satisfactorias en sufrajio de
cia con los cánticos y alabanzas que vosotras
estas pobrecitas Animas.
cantaréis al Criador por tan inestimable bene-
ficio. Sí, almas santas y dichosas, alegraos, ya LAMENTOS D E LAS BENDITAS
se han acabado para vosotras las penas y tris-
ANIMAS D E L PURGATORIO.
tezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y
tentaciones de esta miserable vida. Sólo os que- Romped, romped mis cadenas,
da una eternidad de descanso, de alegría, de Alcanza dme libertad;
delicias y de bienaventuranza infinita. ¡Qué ¡Cuan terribles son mis penas!
dicha también la nuestra, si con estos sufrajios» ¡Piedad, cristianos, piedad!
os hemos acelerado la posesion de tanta gloria! Una chispa que saliera
Sí, triunfáis en el cielo, pero no haréis como a- ~ De este fuego tenebroso,
quel copero ingrato de Faraón hizo con José Montes y mares furioso
(1); no olvidareis á vuestros pobres hermanos En un punto consumiera:
que militamos aun en este valle de lágrimas: Ya que podéis, estas llamas
echad una mirada compasiva sobre nosotros; Compasivos apagad. Cuán, etc.
mirad á cuántos peligros estamos expuestos, de Con mas acerbo dolor
cuántos y cuán fieros enemigos nos vemos ro- Al réprobo en el infierno
deados. Ahora que sois tan poderosas delante No atormenta en fuego ecerno
de Dios, interceded por nosotros para que sa-». La justicia del Señor:
liendo fieles y constantes en su servicio, poda- Vuestra deuda con la mía
mos en vuestra compañía alabarle y glorificar- k Con tiempo cautos pagad. Cuán, etc.
le un dia eternamente. Tendrán término mis males:
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y V ¡Oh dulcísimo consuelo!
un Gloria Patri á las cinco llagas de Cristo Mas ¿cuándo alzaré mi vuelo?
Señor nuestro en sufrajio de las benditas al- ¡Ay! son siglos eternales,
mas del purgatorio. Los instantes que trascurren
OBSEQUIO. Sin ver, oh Dios, tu beldad. Cuán, etc.
Formar una firme resolución de ofrecer to- ¡Mil veces necio de mí!
Por un instantáneo gusto
En tu3 manos, oh Rey justo,
60
y Serafines; juntamos nuestras acciones de gra- das nuestras obras satisfactorias en sufrajio de
cia con los cánticos y alabanzas que vosotras
estas pobrecitas Animas.
cantaréis al Criador por tan inestimable bene-
ficio. Sí, almas santas y dichosas, alegraos, ya LAMENTOS D E LAS BENDITAS
se han acabado para vosotras las penas y tris-
ANIMAS D E L PURGATORIO.
tezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y
tentaciones de esta miserable vida. Sólo os que- Romped, romped mis cadenas,
da una eternidad de descanso, de alegría, de Alcanza dme libertad;
delicias y de bienaventuranza infinita. ¡Qué ¡Cuan terribles son mis penas!
dicha también la nuestra, si con estos sufrajios» ¡Piedad, cristianos, piedad!
os hemos acelerado la posesion de tanta gloria! Una chispa que saliera
Sí, triunfáis en el cielo, pero no haréis como a- ~ De este fuego tenebroso,
quel copero ingrato de Faraón hizo con José Montes y mares furioso
(1); no olvidareis á vuestros pobres hermanos En un punto consumiera:
que militamos aun en este valle de lágrimas: Ya que podéis, estas llamas
echad una mirada compasiva sobre nosotros; Compasivos apagad. Cuán, etc.
mirad á cuántos peligros estamos expuestos, de Con mas acerbo dolor
cuántos y cuán fieros enemigos nos vemos ro- Al réprobo en el infierno
deados. Ahora que sois tan poderosas delante No atormenta en fuego ecerno
de Dios, interceded por nosotros para que sa-». La justicia del Señor:
liendo fieles y constantes en su servicio, poda- Vuestra deuda con la mía
mos en vuestra compañía alabarle y glorificar- k Con tiempo cautos pagad. Cuán, etc.
le un dia eternamente. Tendrán término mis males:
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y V ¡Oh dulcísimo consuelo!
un Gloria Patri á las cinco llagas de Cristo Mas ¿cuándo alzaré mi vuelo?
Señor nuestro en sufrajio de las benditas al- ¡Ay! son siglos eternales,
mas del purgatorio. Los instantes que trascurren
OBSEQUIO. Sin ver, oh Dios, tu beldad. Cuán, etc.
Formar una firme resolución de ofrecer to- ¡Mil veces necio de mí!
Por un instantáneo gusto
En tu3 manos, oh Rey justo,
62
Ya felices te alcancemos
Y en esta prisión caí.
La celeste claridad! Cuàn. etc.
¡Ah! siquiera eon mi suerte,
RESPONSOS.
Amigos, escarmentad. Cuán, etc.
R. Libera me, Domine, de morte aeterna in
Mirad que no son extraños
die illa tremenda. * Quando coeli movendi sunt
LQS que sufrajios imploran:
et terra. * Dum veneris judicare saeculum per
¡Ay! son amigos, y lloran
ignem.
Sin alivio luengos años:
V. Treraens factus sum ego et timeo, dum
¿Fué por ventura fingida
diseussio venerit atque ventura ira. Quando
Nuestra primera amistad? Cuán, etc
coeli movendi sunt et terra. Dum veneris judi-
Soy tu padre, hijo querido,
care saeculum per ignem.
Penando en horrible llama
V. Dies illa, dies irae, calamitatis et mise-
Quien tu compasion reclama:
riae, dies magna et amara valde. Dum vene-
No me dejes en olvido,
ris judicare saeculum per ignem.
No las ternezas me pagues
V. Requiem aeternam dona eis, Domine, et
Con desamor y crueldad. Cuán, etc.
lux perpetua luceat eis.
Ni hayas tu de bronce el pecho,
Libera me, Domine, de morte aeterna in die
Hija infiel de madre tierna^
illa tremenda, quando coeli movendi sunt et
Al descanso y luz eterna
terra, dum veneris judicare saeculum per
Acelérame el derecho.
ignem.
¿Te di el ser, y no me libras Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison*
De la horrenda oscuridad? Cuán, etc. Pater noster, e f c.
Sacrificios, oraciones, V. E t ne nos inducas in tentationem.
Piadosos ofrecimientos, R. Sed libera nos a malo.
Limosnas y sacramentos, V. A porta inferi.
Ayunos y humillaciones, R. Erue, Domine, animas eorum.
Aceptará por rescate V. Requiscant in pace. R. Amen.
De Dios la inmensa bondad. Cuán, etc. V. Domine exaudi orationem meam,.
Tus huesos y tu memoria R. E t clamor meus ad te veniate
Pronto también losa fria V. Dominus vobiscum.
Cubrirá; mas ¡qué alegría R. Et cum spiritu tuo.
Cuando en los remos de gloria
do todo de aquel que hace la obra buena. Llá-
OREMUS. mase impetratoria, porque con ella alcanzamos
de Dios auxilios oportunos y bienes espiritua-
Fidelium, Deus, omnium conditor et Redep-
les y temporales ya para nosotros mismos, ya
tor, aoimabus famulorum famularumque tua-
también para otros. Dícese por fin satisfacto-
rum remissionem cunctorum tribue peccatorum;
ria, porque pagamos con ella el débito de nues-
ut indulgentiam quam semper optaverunt piis
tros pecados y la pena del purgatorio que les
supplicationibus coDsequantur. Qui vivís et reg-
era correspondiente: y este fruto satisfactorio
ñas in saecula eaeculorum. R . Amen.
de nuestras obras es propiamente hablando, el
V. Requiem aeternam dona eis, Domine.
que cedemos á las benditas Animas con es-
R. E t lux perpetua luceat eis.
te voto.
V. Requiescant in pace. R. Amen.
Animae omnium fidelium defunctorum per" A nadie debe imponer el nombre de voto,
misericordiam Dei requiescant in pace. pues se hace como se expresa en la fórmula,
R. Amen. sin obligación ó pecado, siendo más bien una ce-
sión voluntaria, un acto heróico de caridad, que
ACTO H E R O I C O D E CARIDAD E N FA- un riguroso voto. Y así en nada se opone este
V O R D E L A S B E N D I T A S ALMAS al órden de la caridad que nos obliga á pedir
D E L PURGATORIO. primero por nuestros parientes difuntos, por los
socios de las cofradías á que pertenecemos, etc.
Este acto de caridad, tan agradable á Dios, Pues poniendo en manos de la Virgen santísi-
útil á las Animas del purgatorio y provechoso' ma todas nuestras obras satisfactorias, y cono-
á nosotros mismos, consiste en un voto ó eter- ciendo ella mejor que nosotros, cuál es nues-
na donacion que se hace de todas nuestras o- f tro deber, distribuirá dichas buenas obras en-
bras satisfactorias en favor de aquellas bendi- __ tre los parientes, cofrades, etc., según fuere más
tas almas. Nótese aquí, que toda obra buena del agrado de Dios. Por consiguiente, podemos
es, según el concilio de Trento, [1] meritoria y debemos continuar las oraciones acostumbra-
á la vez, impetratoria y satisfactoria. Se dice das dirigidas á obtener de Dios y de los Santos
meritoria, porque con ella logramos un grado cualquier gTacia que necesitemos. Puede asi-
más de gracia en este mundo y de gloria para mismo y debe el sacerdote aplicar la misa por
el otro: mérito que á nadie puede cederse, sien- la intención de quien le diere la limosna, según
lo declaró en su concesion la santidad de Bene- (1) y libertad de aquellas almas encarceladas
dicto X I I I , 23 agosto 1728. por deudas de penas á la divina Justicia, me-
recidas por sus pecados; y en aquel modo que
Y esto no impide que la Iglesia admita esta puedo lícitamante, sin obligación á pecado, ha-
cesión espiritual de biene3, como si fuese un ver- <ro libre y expontáneamente voto de librar del
dadero poto, y conceda al que lo hace tres pri- purgatorio á todas las almas que María santí
vilegios muy singulares. sima quisiere que sean libres; y para esto pon-
1° Que sea altar privilegiado de alma para go en manos de esta piadosísima Señora todas
el sacerdote que hiciere este voto, cualquiera mis obras satisfactorias, propias y participadas,
en que celebrare el santo sacrificio de la misa, tanto en vida, como en muerte, y despues de
mi muerte.
2° Que ganen indulgencia plenaria todos los Aceptad, os ruego, Dios mío, y confirmad
fieles oyendo misa el dia en que comulgueD, y este mi ofrecimiento, que os reitero y confirmo
todos los lunes del año puedan sacar una Ani- á honra vuestra y bien de mi alma.
ma del purgatorio por cada una de las misas Y dado que mis obras satisfactorias no bas-
que oyeren. tasen para pagar todas las deudas de aquellas
3" Que todos los que hubieren hecho este almas predilectas de la santísima Virgen, y pa-
voto puedan aplicar por las benditas almas to- ra satisfacer las que yo mismo hubiese contraí-
das las indulgencias que ganaren, aunque no lo do por mis culpas, que de todo corazon odio y
expreso la concesion. Pió I X , 30 de setiem-[ detesto, me ofrezco, Señor, á pagaros, si así os
bre de 1852, pluguiere, en las pen .8 del purgatorio todo lo
que me fallare, abandonándome en los brazos
FORMULA D E E S T E VOTO. f de vuestra misericordia y en los de mi dulcísi-
ma Madre María. Sean testigos de este mi vo-
Para vuestra mayor gloria, oh Dios mió, u- to todos los que viven en las t es Iglesias, triun-
no en esencia y trino en personas, para mejor fante, purganto y militante.
imitar á mi dulcísimo Redentor Jesucristo, y
para mostrar mi sincera esclavitud á María
Santísima, Madre de Misericordia y Madre de (1) El que ofrece sufrajios por las almas del
las pobres almas del purgatorio, yo purgatorio, es honrado con el nombre de reden-
uie propongo cooperar á la redención tor. (P. Celada, in Job., c. 4).
ORACIONES
Sacadas
DEL ANCORA D E SALVACION

POR EL R . P. FR. JOSE MACH.


>

DE LA COMPAÑIA DE JESUS.

MODO DE OIR
Bien la Santa Misa.
No hay obra más excelente y divina que la
santa Misa: pues en sustancia y valor es el mis-
mo sacrificio que Jesucristo ofreció al eterno
Padre en la cruz por nuestra Redención. Una
sola Misa da más gloria á Dios, que le dieran
todos los Angeles y Santos, y es de mayor pre- •
ció y eficacia que todos los méritos de los A-
póstoles, Mártires, Confesores y hasta de Ma-
ría santísima. Procura, pues, alma cristiana,
asistir todos los dias, si puedes, al santo sacri-
ficio de la Misa. A lo ménos nunca faltes en
dia de precepto, asistiendo siempre á ella con
grande atención y respeto. Abominable cosa
seria venir á oiría con traje indecente, estarte
medio echado sobre las sillas, ó con otra pos-
tura irreverente, mirar á todas partes, hablar,
18
70
reir y renovar con irreverencias los insultos P R I N C I P I O D E LA MISA.
que los judíos decían á Jesús en el monte
Aviva la fe, alma cristiana, ya comienza el
Calvario.
gran sacrificio, compendio de todas las mara-
MISTERIOS Q U E SE REPRESENTAN villas, y fuente de todas las bendiciones y gra-
E N L A MISA. cias del Altísimo.
El Sacerdote revestido de los ornamentos sa- Este Altar significa el monte Calvario, don-
grados, representa á Jesucristo en su dolorosa de espiró tu divino Redentor; el sacerdote ya
Pasión. no es un hombre, sino el mismo Jesucristo, que
El Amito que se pone en la cabeza, signifi- va á ofrecerse de nuevo al eterno Padre por tu
ca aquel sucid velo con que los soldados le ven- redención ¡Ay! ¡qué dicha tan grande es
daron los ojos, dándole bofetadas y diciéndole:- la nuestra! Ahora en unión con el sacerdote va-
adivina quién te dio. mos á ofrecer á Dios la víctima pura, santa,
El Alba signiBca la vestidura blanca que poi inmaculada. Ahora podemos liquidar todas
escarnio le mandó poner Herodes, tratándole nuestras deudas, y recibir todas cuantas gra-
como á loco; ¡y era la majestad y sabiduría cias necesitamos ¡Quién me diese, oh Je-
infinita! sús mió, el fervor con que los Santos asistían
á este sacrificio! A lo ménos, Señor, no quie-
El Cíngulo es figura de la soga con que le a-
ro distraerme voluntariamente; sino unir mi in-
taron cuando le prendieron en el huerto de
tención con todo cuanto diga y haga vuestro
Getsemaní.
ministro.
E l Manípulo representa la cuerda con que E L INTROITO.
le amarraron en la columna para azotarle.
El Introito significa los vivos deseos con que
La Estola significa la soga que le echara)'
lo8 santos Padres suspiraban por la venida del
al cuello, cuando fué con la cruz á cuestas co-
Mesías, que los había de librar de las sombras
mo facineroso conducido al Calvario.
y tinieblas de la muerte ¡Y cuándo, Se-
La Casulla recuerda la púrpura que por es-
ñor, libraréis mi alma de la ignominiosa escla-
carnio le pusieron los soldados al coronarle de
vitud del vicio!
espinas.
KIRIES.
En el Cáliz puedes considerar el sepulcro, y
en los Corporales el sudario con que amortaja- Los Kyries, que quieren decir, Señor, tened
ron su ouerpo santísimo. misericordia de nosotros, se dicen en alabanza
de la santísima Trinidad, tres en honor de ca-^ escúchalas con atención y docilidad, si quieres
da Persona ¡Y cómo no esperaré miseri- ser del número de los predestinados.
cordia! El Padre me crió, el Hijo me redimió, GRADUAL.
el Espíritu Santo me santificó. En el Gradual considera la penitencia que
GLORIA. hacían en el desierto los que recibían el bau-
En el Gloria in excelsis medita la alegría de tismo de san Juan, y en la Aleluya la alegría
los Angeles y Pastores en el nacimiento de que experimenta el alma despues de recobrada
Cristo. Unido con ellos adórale en espíritu con ]a gracia \Y hasta cuándo, pecador, hasta
todo fervor. cuándo estará la tuya privada de tanta felicidad!
D O M I N U S VOBISCUM. EVANGELIO.
Al volverse el sacerdote de cara al pueblo
diciendo: Dominus vobiscum, acuérdate de aqne«" El Evangelio signifícala predicación de Je-
lia caridad inmensa con que Jesús hablaba á;. sucristo. Nos ponemos en pié en testimonio de
sus discípulos, acogía y perdonaba á loa su verdad, y de lo pronto que estamos á dar
pecadores. la propia sangre y vida en confirmación de su
ORACIONES. doctrina. Nos persignamos con el sacerdote,
Las Colectas ú oraciones que dice el sacer- en señal de que no sólo queremos creerla inte-
dote, significan las muchas veces que Jesús o- riormente, sino también confesarla de palabra,
ró por nosotros en el discurso de su vida y practicarla con las obras. Pero ¡ay! ¿cuántas
Ahora también ruega por tí el sacerdote en. veces te avergüenzas todavía de profesar las
nombre de toda la Iglesia: y ¿qué no alcanza- máximas del santo Evangelio!
rá, pidiendo en nombre de tal Esposa, y po^ CREDO.
los méritos infinitos de su Esposo y mediane- El Credo es un resúmen de todo cuanto de-
ro Jesucristo? be creer el cristiano. Se arrodilla el sacerdote
EPISTOLA. con el pueblo al decir incarnatus est, adorando
La Epístola denótala predicación de los Pro- á Dios anonadado en las purísimas entrañas de
fetas y especialmente la de san Juan Bautista. María santísima ¿Y no será justo que yo,
No envidies la suerte del pueblo escogido: ha- polvo y ceniza, abata mi orgullo creyendo to-
blándote está Dios también ahora poi estas ad- do cuanto la fe me propone, y sujetándome á
mirables epístolas, dictadas por el Espirito todo cuanto me mande Dios por medio de sus
Santo, y por las exhortaciones de 6UB Ministros: Ministros y vicarios en la tierra?
Ah, cristiano, oye devotamente esta Misa;
OFERTORIO.
tanta es su virtud y eficacia, que bastaría ella
Al Ofertorio da gracias al Yerbo divino por sola para obtener del Cielo todas estas gracias.
la prontísima voluntad con que se ofreció á pa-
ORATE FRATRES. #
decer y morir por nuestro amor ¡Quién
Al Orate fratres acuérdate del aviso que dió
me diera, oh buen Jesús, que así como el pan
Jesús á los Apóstoles en el huerto encargándo-
y vino que ahora os ofrece el sacerdote, sa con-
les que velasen y orasen para no entrar en ten-
vertirán en vuestro Cuerpo y Sangre preciosí-
tación ¿Y hubieras t ú recaído tan fácil-
sima, así también mi alma toda se trasformase
mente en el pecado, si hubieses seguido tan
en Vos!
importante consejo ? Ya me enmendaré,
Las gotas de agua que el sacerdote echa en
Señor, con vuestra gracia divina; ya seré más
el cáliz, significan aquella agua misteriosa que
fervoroso en la oracion, y más*fiel en huir de
manó del costado de Jesús, cuando despues de
las ocasiones de pecar.
muerto se lo abrió Longinos con una lanza.
PREFACIO.
OFRECIMIENTO DE LA MISA.
El Prefacio y sanctus significa la entrada de
Aquí puedes ofrecer al eterno Padre la Mi- Cristo en Jerusalén y la alegría con que el pue-
sa diciendo: blo le salió á recibir con ramos de palmas y o-
Recibid, oh Padre misericordiosísimo, el sa- livas. Elévate en espíritu hasta el trono de la
crificio del Cuerpo y Sangre de vuestro Hijo Divinidad; escucha los cánticos que los Queru-
unigénito, en reconocimiento de vuestro sobe-' bines y Serafines entonan, repitiendo sin cesar:
rano dominio sobre todas las criaturas; en ac- Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios de los
ción de gracias por los beneficios que nos ha-* ejércitos! Llenos están los cielos y la tierra de
beis dispensado; en satisfacción de mis pecados tu gloria!
y de los de todo el mundo; en sufragio de las ¿Ves al sacerdote en el Memento, juntas las
benditas Animas del purgatorio, especialmente manos, inclinada la cabeza, los ojos bajos, y la
de aquellas á quienes tengo más obligacioD; y boea cerrada? Pues así estaba Jesús en su Pa-
por los méritos infinitos de esta Hostia inma- sión: inclinó la cabeza al recibir la cadena que
culada conceded, oh Padre amantísimo, dolor le echaron al cuello; juntó las manos dejándo-
y conversión á los pecadores y perseverancia selas atar; bajó los divinos ojos y cerró la bo-
á los justos para vivir y morir todos en vues- ca sin disculparse, ántes guardando tal silencio,
tra gracia y amistad, Amen. que su mismo juez, Pilatos, quedó asombrado
de tanto silencio y paciencia...... ¡Ah! Señor, No dejes pasar ocasion tan preciosa; repre-
senta á Cristo tus faltas y miserias: habla con
tanto como "Vos sufristeis por mí; y que nada
él con la misma confianza que si hablases con
quiera yo sufrir por Vos!
el'más amoroso padre; pídele las gracias que
QUID P R I D I E , ete.
necesitas tú, tus hijos, parientes y amigos: rue-
La Elevación de la Hostia y Cáliz consagra-
^ por las necesidades de ia Iglesia y del remo,
do significa cuando Cristo fué levantado en la
por los Sacerdotes, por la conversión de los
cruz Ya es llegado el momento dichoso:
pecadores, y hasta por tus enemigos.
ya va á ofrecerse el tremendo sacrificio: ya el
Hijo de Dios baja del cielo al altar sacrosanto: NOBIS QUOQUE, etc.
di, pues, con todo el afecto del corazon. Al nobis quoque peccatoribus dase el sacerdo-
AL ALZAR LA HOSTIA. _ . te un golpe en el pecho, para indicar el arre-
Te adoro, sagrado Cuerpo de mi Señor Je- pentimiento del Centurión y otros, al ver espi-
sucristo, que en el ara de la cruz fuiste digno rar á nuestro Salvador, reconociéndole por Hi-
sacrificio para la redención del mundo Pa- jo de Dios verdadero.... ¿Y léjos tú de recono-
dre eterno, mis pecados pedían venganza; pe- cerle por tal, renovarías su pasión y muerte
ro aquí teneis á vuestro Hijo santísimo, que se con nuevos pecados?
ofrece por mí pidiendo misericordia: por sus PATERNOSTER.
méritos infinitos apiadaos de este pobre pecador, Las siete peticiones que encierra el Pater
AL ALZAR E L CALIZ. noster recuerdan las siete palabras que dijo Je-
Te adoro, preciosísima sangre de mi Señor sucristo en la cruz, en aquellas tres horas que
Jesucristo, que derramada en la cruz lavaste duró la agonía que padeció por nuestro amor.
mis pecados y los de todo el mundo. No permi-' Al Partir la Hostia, piensa como el alma de
tais, dulcísimo Jesús, que sangre de tanto va- Cristo, separada del cuerpo, bajó al seno de
lor sea en vano derramada por mí. (*) Abrahan á libertar las almas de los santos Pa-
dres, quedando la divinidad unida con el alma
(*) Si en alguna reflexión hallas consuelo es- y cuerpo, como ahora está Cristo presente en
pecial, detente en ella hasta satisfacer la devo- las tres partes en que se divide la Hostia.
ción, y luego ponte en el paso de la Misa en P A X DOMINI, Y AGNUS DEI.
que estuviere el sacerdote; pues aunque no leas El Pax Domini y Agnus Dei significan las
todo cuanto aquí se pone, podrás oír muy bien apariciones de Jesucristo resucitado á sus dis-
la santa Miea. cípulos, dándoles la paz.... ¡Oh! dádmela tam-
bien, abantísimo Jesús mío, dadme esta paz' ¡Oh mi buen Jesús! óyeme.
que sobrepuja todas las delicias de la tierra: Dentro de tus llagas escóndeme.
haced que mi alma viva en paz con Dios, cum- No permitas que jamá3 me aparte de tí.
pliendo su santísima voluntad; en paz con el Del maligno enemigo defiéndeme.
prójimo, sufriendo con paciencia sus defectos; En !a hora de mi muerte recíbeme.
en paz consigo misma, teniendo las pasiones su- Y mándame ir á tí.
jetas á la razón. Para que junto con los Angeles y Santos te
COMUNION E S P I R I T U A L . . alabe y te bendiga.
Al comulgar el sacerdote y en otras ocasiona Por todos los siglos de los siglos. Amen. (*)
del dia puedes hacer una comunion espiritual di Al volver el misal, puedes considerar la ad-
la manera siguiente: mirable conversion de tantos judíos y gentiles
¡Oh amorosísimo Jesús mió! creo que estáis que pasaron de las tinieblas de la muerte á la
realmente presente en ese augusto Sacramento. sagrada luz del Evangelio Y cómo os pa-
¡Qué dichoso seria si os ospedase ahora en mi garé yo, Señor, tan señalado beneficio! ¿Qué
corazon! Venid, venid, celestial Esposo de las méritos visteis en mí para dispensarme tan ines-
almas puras, á purificarme y abrasarme todo timable favor?
en las llamas de vuestra caridad. Os amo, dul- Les últimas oraciones que dice el sacerdote-,
císimo J e s ú s mío. ¡Quién os hubiese amado representan las que Jesús dirige al eterno Pa-
siempre! ¡Quién nunca os hubiese ofendido! Pe-. dre intercediendo por nosotros. No nos ha a-
ro ya que no soy digno de recibiros sacramen- bandonado nuestro amabilísimo Redentor, no:
talmente, aceptad mis deseos, y dadme vues-
tro divino amor. (*) Esta oracion es sumamente recomenda-
Hecha una breve pausa, puedes ir saborean- ble, ya por los tiernos afectos que encierra, ya
do esta oracion que formaba las delicias de san por las indulgencias que le están concedidas.
Ignacio de Loyola. En efecto, se ganan por cada vez que se iece
ANIMA CHRISTI, con devocion 300 dias de indulgencia; siete a-
Alma santísima de Cristo, santiñcame. ños de perdón, si se dice despues de la comu-
Cuerpo preciosísimo de Cristo, sálvame. nion ó celebración de la Misa, y una indulgen-
Sangre purísima de Cristo, embriágame. cia plenaria al mes, dado que se rece cada dia.
Agua del costado de Cristo, purifícame. Pió IX, 9 de Enero de 1854.—Léase esta
Pasión de Cristo confórtame. nota al pueblo alguna vez.
rogando está continuamente por nosotros. [Oja-
Segundo. Meditar el reloj ó algún paso de
lá deseásemos nuestra salvación con las veras
la Pasión de nuestro divino Redentor. La me-
que él la desea!
ditación que ponemos más abajo sobre las cir-
I T S MISSA EST.
cunstancias de la Pasión, y las mismas esta-
Ya he asistido al gran sacrificio de la Misa.
ciones del Via-Crueis, sirven admirablemente
Ya el Hijo de Dios se ha inmolado de nuevo
á este fin. Cuando te sintieres movido á com-
por mi redención. Mas ¡con cuán poca devo-
pacion, á gratitud, á dolor y detestación de tus
ción he estado! Perdón, oh Dios mió; hacedme
pecados, dejaque el corazon se desahogue y sa-
la gracia de que no os ofenda en este dia, y que
tisfaga enteramente, concibiendo entónces odio
la bendición que vuestro Ministro me da en la
irreconciliable al pecado, y pidiendo á Dios gra-
tierra, sea ratificada en el juicio final. Recí--
cia para nunca volver á cometerlo.
bela, pues, de rodillas, y ánte3 que salgas de
la iglesia di á Jesús sacramentado: Aquí os Método tercero. Tampoco hay inconvenien-
dejo mi corazón, oh Bien mió; con vuestro per- te en que se mediten los dolores ó grandezas de
miso me voy á cumplir con mis obligaciones; la Virgen en las festividades de esta Señora, y
dad, Señor, á mí y á toda mi familia vuebtra entónces se le puede dirigir el acto de consa-
santa bendición, gración que se hallará en su lugar corres-
OTROS METODOS P A R A O I R pondiente.
S A N T A M E N T E LA M I S A . Método cuarto. ¿Quiéres cada primer viér-
Por bueno y exquisito que sea un manjar, si nes de mes obsequiar al sagrado Corazon de Je-
nos le presentan cada dia, llega á fastidiar. De sús? Más abajo hallarás muchos actos de de-
la misma manera por devoto y agradable que" sagravios y tiernísimas preces, que, dichas con
sea un ejercicio de piedad, acaba por cansar ó devocion, te inspirarán afectos muy propios con
hacer poca impresión on el alma, si no se va- que corresponder á su amor infinito.
ría alguna que otra vez. Por esto van aquí di-
Quinto. ¿Prefieres oir la Misa en honor del
ferentes modos con que fomentar la devocion, y
santo Angel de la Guarda, del glorioso san Jo-
granjearnos los infinitos tesoros de gracias que
sé, ó de otro Santo? Las consideraciones y de-
encierra el santo sacrificio de la Misa.
precaciones que van en sus respectivos lugares,
Primer método. Rezar con devocion el san- servirán á este fin, sobre todo, el método que
to Rosario, contemplando con preferencia los adoptamos para obsequiarlos el dia de su fiesta.
misterios dolorosos.
Sexto. Otras veces se nodrá hacer el ejer-
21
cicio que pones para el dia de retiro como Ven, oh santo Espíritu, y envíanos desde el
disposición á una santa muerte. cielo un rayo de tu luz purísima.
Sétimo. Si durante la novena de Animas, ó Ven, Padre de los pobres, ven, dispensador
en las misas de requiem quieres ofrecer el san- de las gracias, ven, luz celestial de IOB corazo-
to Sacrificio en sufragio de los difuntos, puedes 116
hacer al, principio de la Misa el ofrecimiento, Tú eres el único consolador verdadero, dul-
pág. 80, y rezar luego las oraciones á Jesu- ce huésped del alma, y dulce alivio en sus pe-
cristo que se hallan en la novena de Animas ñas. .
distribuidas en ocho dias y que habrazan toda En Tí hallamos descanso de los trabajos, re-
la Pasión. , frigerio en los ardores, y consuelo en el llanto.
No obstante, á la consagración y comunion °Oh bienaventurada luz! penetra hasta lo
del sacerdote, casi siempre convendrá leer lo más íntimo del corazon de tu3 fieles que te in-
que va marcado en el modo principal de oir bien vocan fervorosos.
la santa Misa, ya por ser partes tan importan- Sin tu Númen benéfico, nada hay en el hom-
tes del sacrificio, ya por el mucho fruto que pro- bre, nada que sea puro y sin mancilla.
ducirán en el alma. Lava nuestras manchas, vivifica nuestra a-
Y si alguno quiere al comenzar la Misa ú o- ridez, sana nuestras enfermedades.
tro ejercicio, rezar ó meditar el hermoso him- Doma nuestra dureza, enfervorízalo que es-
no Veni Sánete Spiritus, pondremos aquí su t á yerto, endereza lo que se desvía del camino.
traducción, como también la del Te-Deum Enriquece con tus siete dones á loa fieles
laudamus. que en Tí cifran todas sus esperanzas.
H I M N O « V E N I SANOTE Danos el mérito de las virtudes, 1* perseve-
S P I R I T U S . » (*) rancia que conduce á la salvación y eterna fe-
Ven, Espíritu Santo: llena de tu gracia los licidad. Amen. Señor, tu Espíritu, y nuestros
v. Envíanos,
corazones de tus fieles, y enciende en ellos el corazones serán criados de nuevo.
fuego de tu divino amor. R. Y renovarás la faz de la tierra.

(*) Cien dias de indulgencia por cada vez O R A C I Ó N ;

que se reza este himno por las necesidades de Oh Dios, que te dignaste ilustrar los corazo-
Ta Iglesia, y una plenaria al mes.-26 de Mayo nes de tus fieles con la claridad del Espíritu
de 1790.
Santo, concédenos el que, animados de este X Y también el Espíritu Santo Consolador.
mismo Espíritu, sepamos juzgar y obrar con Tú, oh Cristo, eres Rey de la gloria.
rectitud, y disfrutemos siempre de sus celes- Tú, el Hijo sempiterno del Padre.
tiales consuelos. Amen. Tú para rescatarnos te hiciste hombre, y no
tuviste á ménos el encerrarte en el seno de
T E - D E U M LAUDAMUS, O HIMNO DE I una Virgen.
SAN AMBROSIO Y DE SAN A G U S - -1 Tú, destruido el imperio de la muerte, abriste
á los fieles el reino de los cielos.
TIN PARA DAR GRACIAS A L
Tú estás sentado á la diestra de Dios en la glo-
SEÑOR. ria del Padre:
A tí, oh Dios, alabamos, á tí por Señor te % ' Y de allí creemos que vendrás á juzgarnos.
confesamos. Suplicárnoste, pues, socorras á tus siervo» que
A tí, Padre eterno, reconoce y venera toda la con tu preciosa sangre redimiste.
tierra. Hax que en la eterna gloria seamos del núme-
A tí todos los Angeles, á tí los cielos y todas ro de tus SantoB.
las Potestades: Salva, Señor, á tu pueblo y bendice á tu
A tí los Querubines y Serafines cantan sin herencia.
cesar: \\ Y gobiérnalos y ensálzalos para siempre.
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios de los ' Todos los días te bendecimos.
ejércitos. V Y alabamos tu nombre en los siglos, y en los
Llenos están los cielos y la tierra de la majes- siglos de los siglos.
tad de tu gloria. *** Dígnate, Señor, conservarnos sin pecado en es-
A tí el glorioso coro de los Apóstoles. te dia.
A tí la venerable muchedumbre de los Pro- Ten piedad, Señor, de nosotros, sí, ten piedad.
fetas. Descienda, Señor, tu misericordia lobre noso-
A tí alaba*el numeroso ejército de los Mártires. tros, pues pusimos en tí nuestra esperanza.
A tí la Iglesia santa te confiesa por toda la re- En tí, Señor, esperé, nunca seré confundido.
dondez de la tierra, , SACRAMENTOS.
Que eres Padre de inmensa majestad. i' REGLAS PARA RECIBIRLOS
Y que debo ser adorado tu verdadero y único I DIGNAMENTE.
Hijo, V Es indudable, si no queremos cerrar los ojos
22
Santo, concédenos el que, animados de este X Y también el Espíritu Santo Consolador.
mismo Espíritu, sepamos juzgar y obrar con Tú, oh Cristo, eres Rey de la gloria.
rectitud, y disfrutemos siempre de sus celes- Tú, el Hijo sempiterno del Padre.
tiales consuelos. Amen. Tú para rescatarnos te hiciste hombre, y no
tuviste á ménos el encerrarte en el seno de
T E - D E U M LAUDAMUS, O HIMNO DE I una Virgen.
SAN AMBROSIO Y DE SAN A G U S - -1 Tú, destruido el imperio de la muerte, abriste
á los fieles el reino de los cielos.
TIN PARA DAR GRACIAS A L
Tú estás sentado á la diestra de Dios en la glo-
SEÑOR. ria del Padre:
A tí, ob Dios, alabamos, á tí por Señor te % ' Y de allí creemos que vendrás á juzgarnos.
confesamos. Suplicárnoste, pues, socorras á tus siervo» que
A tí, Padre eterno, reconoce y venera toda la con tu preciosa sangre redimiste.
tierra. Ha* que en la eterna gloria seamos del núme-
A tí todos los Angeles, á tí los cielos y todas ro de tus SantoB.
las Potestades: Salva, Señor, á tu pueblo y bendice á tu
A tí los Querubines y Serafines cantan sin herencia.
cesar: \\ Y gobiérnalos y ensálzalos para siempre.
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios de los ' Todos los dias te bendecimos.
ejércitos. V Y alabamos tu nombre en los siglos, y en los
Llenos están los cielos y la tierra de la majes- siglos de los siglos.
tad de tu gloria. *** Dígnate, Señor, conservarnos sin pecado en es-
A tí el glorioso coro de los Apóstoles. te día.
A tí la venerable muchedumbre de los Pro- Ten piedad, Señor, de nosotros, sí, ten piedad.
fetas. Descienda, Señor, tu misericordia lobre noso-
A tí alaba*el numeroso ejército de los Mártires. tros, pues pusimos en tí nuestra esperanza.
A tí la Iglesia santa te confiesa por toda la re- En tí, Señor, esperé, nunca seré confundido.
dondez de la tierra, , SACRAMENTOS.
Que eres Padre de inmensa majestad. i' REGLAS PARA RECIBIRLOS
Y que debo ser adorado tu verdadero y único I DIGNAMENTE.
Hijo, V Ea indudable, si no queremos cerrar los ojos
22
86 87
á la misma luz, que de todos los medios que muy de tarde en tarde, ó de año en año, úni-
tiene la Iglesia para santificar á los fieles, nin- camente por temor á las censuras de la Iglesia,
guno es más compendioso y eficaz, ninguno des- ó por el qué dirán, poniéndote así al borde del
hace más los ardides del demonio, como el a- precipicio? ¿Qué criminal se detendría en la
cercarse á menudo y con fervor á la sagrada cárcel, si pendiera su libertad de la confe^ion
Eucaristía. Aquí tiene el idiota Maestro que ingénua de su culpa? ¿Qué enfermo rehusaría
le enseñe, el enfermo Médico que le cure, el J la salud por lo amargo de la medicina? ¿Qué
desamparado y perseguido Padrino y Abogado 1 náufrago no alargaría la mano al que se la o
que le defiendan. Este es Pan Angélico que ha- freciese para salvarle?
ce castos y vírgenes, maná sabroso que alimen- Pero, Padre, no soy digno yo de comulgar
ta, bálsamo que suaviza, y no uno que otro a- con tanta frecuencia. «Si te preguntan, decia
rroyo, como los demás Sacramentos, sino la san Francisco de Sales, ¿porqué comulgas tan
fuente de toda gracia y santidad. Una 6ola con- á menudo? Les dirás: que por aprender áamar
fesión y comunion bien hechas bastan para san- á Dios: para purificarte de tus culpas: para for-
tificar una alma. ¿De dónde, pues, nace, que talecerte contra tu flaqueza, triunfar de tus ene-
acercándose tantos cristianos á los sacramen- migos, y hallar consuelo en las aflicciones. Dos
tos de la Penitencia y Eucaristía, se ha- clases de personas, añade el Santo, deben co-
llen no obstante llenos de defectos y vicios? Es- mulgar á menudo: los perfectos porque lo son:
to proviene en unos de que se acercan raras ve- y los imperfectos para no serlo: los fuertes pa-
ces; y en otros, de que lo hacen con espíritu di- ra no volverse flacos, y los flacos para hacerse
sipado y con el corazon apegado á varias afi- fuertes: el que no tiene negocios, porque está
ciones y faltas, de que siempre se acusan, y desocupado; y el que los tiene para acertar en
nunca se corrijen. Pues como el más peligroso todo.»
y funesto de todos los lazos que pueda el de- Hay además dos clases de disposiciones, u-
monio tender á una alma, seria el alejarse de na que debe tener el que comulga, otra que se-
los Sacramentos, ó recibirlos indignamente; por ria justo tuviese: aquella consiste en la gracia
esto conviene observar los avisos siguientes: de Dios, en el ayuno natural, y en tener cono-
Confiesa y comulga á menudo, cada ocho cimiento" de lo que allí recibe. Esta otra es u-
dias si puedes, y cuando no, una vez al mes, ó na conducta de vida ajustada y ejemplar, y una
por lo ménos, cuatro ó seis veces al año, si de inocencia de costumbres que respire virtud y
veras quieres salvarte. ¿Qué locura recibirlos • - santidad. ¿No es así la tuya? ¿Está distante
88
de serlo? Detesta, pues, las culpas graves en el se aposentará en mi corazon para tener en mí
sacramento de la Penitencia penetrado de un sus delicias y enriquecerme con sus tesoros in-
gran dolor de haberlas cometido: trabaja en li- finitos!
brarte de toda afición á los pecados leves, y en 49 Confiésate con el mismo cuidado que
desprender el corazon de las criaturas, y lléga- si fuese aquella la última confesion de tu vi-
te con humilde confianza á la Sagrada Co- d a . . . . ¿Y quién sabe si lo será?
munión. { EXAMEN D E CONCIENCIA.
2? Para evitar otro escollo más funesto que Registra con sosiego los senos de tu corazon,
el pasado, cual seria el de familiarizarte con indagando las culpas cometidas, pero no con a-
tan altos Sacramentos, y recibirlos por rutina fan congojoso, que esto fuera hacer odioso el
' y vanidad, ó sin las debidas disposiciones; no Sacramento de la misericordia; sino con la di-
comulgues, generalmente hablando, más de tres ligencia que cualquiera pondría en un negocio
ó cuatro dias á la semana, á no ser que el con- de entidad, y esto basta. Y como Dios es el
fesor vea tan mortificadas tus pasiones, tu al- Padre de las luces, dile con profunda humil-
ma tan unida con Dios y tan solícita en evitar dad; Dios mío, quisiera confesarme bien; qui-
toda falta voluntaria, que te juzgue digno de siera descubrir toda mi conciencia al confesor,
comulgar más á menudo, y puedas hacerlo sin ministro y representante vuestro: pero me fal-
faltar á tus obligaciones. _ ta luz para conocer mis pecados, memoria para
3? Para sacar de la comunion el iruto co- acordarme de ellos, discernimiento y valor pa-
V ra acusarlos con distinción, claridad y sencillez.
rrespondiente, piensa de antemano en la gran-
de obra que vas á ejecutar. ¡Obra prodigiosa Alumbra, pues, mi entendimiento ó Espíritu
la en que debes ocuparte! No vas a hospedar a
L divino, con t u soberana luz, para que conoz-
un hombre ó á un rey de la tierra, sino al mis- ca el abismo de mi ingratitud, y conocido, lo ma-
mo Dios! (*) Lejos, pues, de disiparte con vi- nifieste enteramente al confesor, detestando mis
sitas frivolas y conversaciones profanas, morti- culpas con el más vivo arrepentimiento.
fícate en algo, y adorna tu alma con fragantes Examina luego tu conciencia discurriendo
flore< de virtudes.... ¡Qué dicha tan grande la por los mandamientos de Dios y de la Iglesia.
mia i ¡Mañana voy & recibir á mi Dios y Re- Mas no caigas en el error de muchos que ha-
dentar! ¡Mañana el Rey de los cielos y tierra biendo pensado y acusádose de alguno que o-
tro pecado, creen haber hecho una buena con-
1 Paral. 20. fesión. Repasa muy especialmente las obliga-
O 23 /
ciones de tu estado; pues más almas acaso se ¿Ha proferido alguna blasfemia? ¿cuáles? ¿en
condenan por pecados de omision, que por o- qué número?
tras malas obras. Por esto, sin dejar los debe- ¿Ha cumplido los votos y promesas hechas
res comunes á todo cristiano, apuntaré con pre- á Dios y sus santos?
ferencia lo que fácilmente omiten los fieles, y T E R C E R MANDAMIENTO.
más raras veces se encuentra en los devocio- Si no oyó misa entera por su culpa en dia
narios. ^ . de precepto.—Si la ha oido sin atención ni re-
EXAMEN G E N E R A L P A R A TODA verencia.—Si ha impedido que otros la oyesen.
CLASE D E P E R S O N A S . Si faltó al respeto debido á las iglesias, imá-
¿Cuánto tiempo hace que se confesó? genes, personas ó cosas sagradas.—Si ha reci-
¿Dejó de confesar alguna cosa grave por ver- bido, algún sacramento en pecado mortal.—Si
ha satisfecho el cumplimiento de la Iglesia, y
güenza, por malicia ó por olvido? ¿Cumplió ya
observado sus mandamientos como son los ayu-
la penitencia?
nos, abstinencias, etc.—Si ha comido de carne
P R I M E R MANDAMIENTO.
en dias vedados sin estar malo ó sin tener bu-
Examine si sabe lo necesario para salvarse.
la; y de carne y pescado en una misma comida
—Si ha negado ó puesto en duda algún artí-
en dichos dias.
culo de fe.—Si ha hablado contra la religión,
CUARTO MANDAMIENTO.
ó mofádose de los que la practicaban.—Si ha Si ha perdido el respeto ó tratado con des-
leido, prestado, Oído leer, ó si tiene algún libro precio á sus padres, mayores, sacerdotes, maes-
irreligioso,.—Si ha creído en hechicerías y su- tros, superiores, etc.
persticiones. Si ha dejado de asistir á sus padres en las
Si ha desconfiado de su salvación, O presu- necesidades, de cumplir sus testamentos, man-
mido temerariamente de la misericordia divi- das de ánimas, deudas, etc.
na.—Si ha pasado mucho tiempo sin orar ni ha- Como este mandamiento abrasa los deberes de
cer actos de fe, esperanza y caridad. los diferentes estados, vea más abajo si ha cum-
SEGUNDO MANDAMIENTO. plido con los que le pertenecen.
Si ha jurado en falso ó con duda; si ha jura- QUINTO MANDAMIENTO.
do con verdad, pero sin respeto ni necesidad. Si ha matado, herido, dado golpes á su pró-
—Si juró de vengarse ó hacer alguna cosa ma- jimo, ó de algún modo contribuido á ello.
la, y lo ha cumplido.—Si juró de hacer algo Si ha deseado la muerte para BÍ Ó para otro;
bien hecho y no lo cumplió.
si se ha alegrado del mal de alguno, ó le ha pe- Si ha comprado, vendido, jugado, cambiado
sado de su bien. con trampas y fraudes. Si lleva ó exige lo que
no debe, ó trabaja ménos de lo que debe.
Si tiene rencor á alguno, si le niega el ha-
Si sostiene pleitos injustos, si ha prestado
bla, si le ha dicho injurias ó maldiciones, si ha
con usura, negado alguna deuda, etc.
hecho ó mandado hacer algún mal por envidia
ó venganza. Si no restituyó pudiendo, ó dilató sin cau-
sa el pagar, devolver lo hallado, etc.
Si ha provocado, aceptado, ó presenciado ai-
gun desafío. OCTAVO MANDAMIENTO.
¿Ha cooperado á algún aborto áutes 6 des-
Si ha formado juicios ó sospechas siniestras
pues de animado el feto?
de alguno, sin tener fundamento.
¿Se ha excedido en el comer, beber, casti-
Si ha murmurado, oído murmurar con gus-
gar, etc? to, ó pudiendo y debiendo no lo ha impedido.
SEXTO MANDAMIENTO. Si ha levantado alguna calumnia, escrito a-
No hay que hacerse ilusión: no sólo Dios nónimos ó cartas infamatorias, ó dicho algún
condena el último desórden, y los gravísimos falso testimonio.
pecados de adulterio, bestialidad, sodomía, etc., Si miente por costumbre, en cosa grave y
sino también toda lectura obsena:—toda estam- con perjuicio de alguno.
pa ó imágen provocativa:—toda chanza, can- Si ha sembrado discordia en las familias,
ción y conversación desonesta:—toda mirada, con cuentos y chismes.
8 e ñ a . billete y trage lascivo:—todo pensamien- El nono y décimo se reducen al sexto y sé-
to y deseo torpe plenamente consentido:—toda timo mandamiento.
acción ó tacto deshonesto sea consigo mismo,
sea con otra persona: y aquí sin nombrar á na- EXAMEN
die, hay que decir si era persona soltera, casa-
sobre los deberes propios de cada estado.
da, parienta, si tiene voto de castidad, si la so
licitó, si la tiene en casa, si pecó en lugar sa-
grado, etc.
SETIMO MANDAMIENTO. P A D R E S Y CABEZAS D E FAMILIA.
Si ha hecho, aconsejado, ocultado algún hur-
Examinen si rezan cada día el rosario con
to ó de algún modo cooperado á él. ¿Cuánto 24
y cuántas veces?
la familia, ó se encomiendan á Dios cada no- r Si han defraudado ó engañado en algo, ya
sea en la calidad de los géneros, ya en el peso
che. (*)
ó medida. ¿Cuántas veces y en qué cantidad?
Si tienen cuidado de que sus hijos y depen-
Si han hecho contratos ilícitos ó usurarios.
dientes cumplan con los deberes religiosos, y Si prevaliéndose de la necesidad ó ignoran-
sobre todo de que no trabajen los dias de fiesta. cia de alguno, compraron más barato ó vendie-
Si les han dado buen ejemplo, y enseñado ron más caro de lo justo.
la doctrina cristiana. Si han mandado, aconsejado ó consentido al-
Si los reprenden y castigan cuando y como go, en perjuicio del prójimo.
merecen; sin echar votos, juramentos ni mal- Si han comprado á sabiendas cosas hurtadas.
diciones. Si se han apoderado de todos los géneros, ó
Si han malgastado los bienes en juegos, em- r hecho monopolio indebido.
briagueces y cosas ilícitas. Si han restituido ó reparado el daño que hi-
Si cuidan de la separación debida entre los cieron al prójimo; advirtiendo que aunque lo
. hubiesen confesado ya, no hay salvación, si pu-
dos sexos.
diendo, no se hace esta reparación.
Si permiten á sus dependientes salir de no-
HIJOS Y JOVENES.
che, ó recogerse tarde....galantear, frecuentar Examinen si tienen á los padres y superio-
casas, compañías ó divertimientos peligrosos. res, la sumisión, respeto y obedieucia debida.
Si pagan las deudas y dan al jornalero y á
Si los han despreciado, insultado de palabra,
los criados el salario correspondiente.
ó deseado la muerte.
Si dan limosna según sus haberes. # '
Si han llegado hasta la infame acción de a-
Si permiten en casa blasfemias, conversacio-
menazarlos, ó de poner en ellos las manos.
nes malas, libros ó periódicos irreligiosos, e s -
¡Qué pecado!
tampas
N E Gindecentes,
O C I A N T Eetc.
S Y MERCADERES. r
Si provocándolos á ira, fueron causa de que
Vean si han codiciado los bienes del prójimo. profiriesen blasfemias, maldiciones ó palabras
Si han guardado ó administrado fielmente escandalosas.
las cosas que les han confiado. Si han inducido á los hermanos ó compañe-
ros á desobedecer á los padres ó maestros.
(*) No es esta práctica de obligación; pero
Si estudian, trabajan y cuidan bien de las
sí, una señal, de que la familia es cristiana y
cosas de casa.
ejemplar.
Si á escondidas han comprado, vendido ó , y defendiéndolos cuando el padre quiere casti-
retenido algo. garlos justamente.
Si son condescendientes con los hermanos, Si los ha maldecido, deseado la muerte ó e-
ó por el contrario, si riñen y se pegan entre sí. chado imprecaciones.
Si van con malos compañeros, de noche so- Si ha resistido injustamente al marido y por-
bre todo. » fiado con él.
Si han cantado canciones obscenas, leido y Si ha malgastado el dinero en vanidades y
prestado novelas, permitídose libertades y chan- ' antojos.
zas impuras. Si está reñida con alguna vecina ó parienta.
Si galantean, y á qué cosas se han propasado. Si en el traje, modo de hablar y proceder,
Si van á bailes, saraos, comedias y juegan di- ha guardado el recato y la modestia convenien-"
ñero quitado á sus padres. te, sobre todo, dando el pecho ó vistiendo á la
CASADOS. criatura.
Si ha perdido el tiempo en visitas, conver-
Si viven en paz y buena armonía entre sí, saciones frivolas, murmuraciones, etc.
y con los suegros y parientes. En caso que tenga alguna duda sobre el ma-
Si han negado el débito á su consorte 8Ín trimonio, expóngala con humildad á un confe-
causa legítima, <5 imaginándose que todo era lí- sor prudente.
cito, han profanado la santidad del matrimonio.
Si han escandalizado á la familia con discur- ^ CRIADOS Y T R A B A J A D O R E S .
sos y acciones libres. Examinen si han dado, desperdiciado ó de-
Si se sufren mutuamente los defectos. i fraudado alguna cosa de los amos.
Si se molestan con celos indiscretos. Si han fielmente cumplido con lo mandado
Si se han maltratado de palabra ó de obra. | justamente. .
Si han guardado la fidelidad prometida á Si han trabajado en días festivos, y perdido
Dios y á su consorte. tiempo en los de trabajo.
Si han dicho cantado escuchado...
LA M U J E R CASADA.
ó hecho algo indecente.
Examine si cuida bien de su familia.
Si son remisos en aprender la doctrina cris-
Si trata á su marido con cariño y respeto.
tiana y en practicar la religión: y lo que seria
Si ama á sus hijos con amor excesivo, deján-
peor, si se han burlado de los que la practicaban.
dolos vivir según sus caprichos, excusándolos __
25
Si léjos de ofrecer el trabajo á Dios, han f de los súbditos, y de las personas que les es-
prorrumpido en votos, blasfemias ó palabras es- tán encomendadas.
candalosas. M ADVERTENCIA IMPORTANTE.
Si han inducido á algún companero á pecar. Los cristianos que, habiendo llevado hasta
ahora una vida ordinaria, nunca hubiesen pu-
P E R S O N A S QUE A S P I R E N A
rificado la conciencia con una cofesion gene-
LA PERFECCION. ral, seria muy del caso que la hiciesen con un
buen confesor.
Vean si han hecho la oracion, el exámen de
Mas si por desgracia hubiesen callado algún
c o l ciencia, y los demás ejercicios espirituales,
¡ „ . t a , entera y fervorosamente pecado grave en la confesion... ocultado algu-
o- voluntariamente se han distraído en ellos. na de las circunstancias que mudan de especie
« uan hecho votos, promesas ó penitencias ó constituyen un nuevo pecado... si se hubie-
sen confesado sin dolor verdadero... sin pro-
e x t e r i o « s , contra la voluntad ó sin licencia del
pósito firme, universal y eficaz... sin querer, por
dl ejemplo, restituir... quemar los malos libro3... si
q® t °ÍMÍderan en él la persona de Jesucristo,
despues de la confesion hubiesen recaído con
no tenT e n d o C0D 61 m a S r e l a c i o n e s
<luelasesPl" la misma, y tal vez con mayor facilidad que
r i t ántes; entónces la confesion general no seria ya
S i S r S e 8 c i d o sujetando el pro pió juicio
de consejo, sino de necesidad.
fti suyo. Empero los que han hecho ya una vez con-
Si por ir á ciertas devociones y recorrer i- fesion general con el cuidado que les fué posi-
glesias, han descuidado las obligaciones de su* ble, y sobre todo las personas escrupulosas, no
casa y estado. piensen en hacerla de nuevo: obedezcan ciega-
Si mortifican la lengua, y refrenan los sen-r
mente: y así, cuando el director las asegura de
tidos, sobre todo en la iglesia. que están bien confesadas, créanlo, y déjense
Si van á ella únicamente para orar, ó mas de pensar en si se han ó no explicado bien; si
bien, por curiosidad, para ver y ser vistas. las ha ó no entendido el confesor; si tuvieron
Si son humildes y pacientes con los de casa, ó no tuvieron dolor, si hubo ó dejó de haber
6 amigas del ocio, de murmurar, y de llevar falta en el exámen, persuadiéndose de que sólo
la suya adelante. . van seguras por el camino de la obediencia. E l
Si han vigilad» y procurado con celo, el bien.
demonio, cuando no puede lograr que dejemos ¡ soy..:! ¡A aquol Redentor dulcísimo, que por
los santos Sacramentos, ó que los recibamos in- mí derramó su sangre preciosísima! ¡Es un Pa-
dignamente, procura, á lo ménos, perturbarnos dre tan bueno y misericordioso; y yo he sido
con vanos escrúpulos y temores, á fin de impe- tan ingrato para con El...! ¡Ay de mí! ¡yo vil
dir siquiera aquella paz y santa alegría que tan- gusano de la tierra os ofendí, Dios mió... y en
to ayuda á las almas á que se adelanten en la vuestra presencia... y con tanta advertencia
virtud. y malicia... y de tantos modos... y tan repeti-
Mas dejando á estas personas escrupulosas,' das veces... y miéntras me colmabais de favo-
mira no caigas, cristiano, en el grave error de res y gracias...! Podíais quitarme la vida y lan-
aquellos, que solícitos sólo del exánaen, descui- zarme al infierno; no lo hacíais por el amor que
dan ú omiten lo principal, que es el dolor y v me teneis... ¡y yo perverso os azotaba, corona-
propósito. ¡Ahí ¡cuántos se confiesan y comul- ba de espinas y crucificaba de nuevo! ¡Y este
gan sacrilegamente por falta de contrición! Para por UQ sucio deleite! ¡por un vil ínteres! por un
que no tengas, pues, la infelicidad de hallar la puntillo de honra! ¡por complacer á una mise-
perdición y muerte, donde debías encontrar la rable criatura! ¡Ay que monstruosa ingratitud,
vida eterna, procura excitarte con todo esmero que infelicidad la mía...! ¡Perdí la gracia y a-
á la contrición por medio de estas ó semejantes rnistad de Dios...! ¡Me hice esclavo del demo-
consideraciones. nio...! ¡Cielo hermoso! ¡ya no eres para mí...!
¡Si yo muriese en este instante, el infierno se-
MOTIVOS D E CONTRICION ria mi paradero...! ¡y para siempre jamás...!!!
{Qué locura la mía...! Por uu vil placer, quo
PARA ANTES Y D E S P U E S DE LA CONFESION. ( * )
| 110 duró más que un instante, renuncié á Dios y á
su felicidad infinita...! Nunca más pecar... Nun-
¡Qué hice, infeliz de mí...-! ¡Ofendí á un
ca más olvidarme de Vos y degradarme así...
Dios de infinita majestad y grandeza...! ¡A a- -
nunca más... ántes morir que pecar... ántcs
quel Criador tan benéfico, que me dió un ser
morir que exponerme al peligro de pecar.
tan noble... todo lo que tengo... todo cuanto
OTROS MOTIVOS D E CONTRICION
[*] Aquí sobre todo te suplico, amado lec- PARA PERSONAS MAS AMAKTFS
tor, que no pongas t u conato en leer todas es- DE LA VIRTUD.
'¿as reflexiones, sino on saborearlas y meditar- ¡Es posible, amabilísimo Jetus mío, que tasa
las bien. f ' 26
perfección, y hacerme gracias muy señaladas;
infiel é iügrato haya sido todavía para eon Vos! f
v yo. Señor, no correspondiendo sino con infide-
•No basta el que haya tantas veces menospre-
lidades á tantas finezas de amor, canso vuestra
ciado vuestro amor en mi vida pasada, hollado
bondad, os disgusto y provoco á vómito, y o-
vuestra sangre divina, abierto esas llagas sacra-
pongo mil obstáculos á los designios amorosos
tísimas, y renovado vuestra pasión y muerte
de vuestra Providencial
con mis "qecados...? ¿No basta el que tantos
¡Y no te mueres de confusion, alma mía, ¿No
herejes, impíos y pecadores desalmados os ha-
te avergüenzas siquiera de vivir siempre se-
gan cruelísima guerra...? ¿Tengo yo que au-
pultada en el cieno de tantas faltas y mise-
mentar todavía la aflicción y amargura da vues-
rias...? ¿Merece un Dios tan amante que asi
tro corazon amantísimo? ¿Es justo que habién-
te portes con su majestad infinita...? Hceccine
dome Vos colmado de tantos beneficios, os pa- [
redáis Domino, popule stulte et insipiens? (*)
gue yo con incesantes negligencias, desprecios
¿Así le pagas el no haberte lanzado al infier-
é infidelidades?
no tantos años hace, luego que cometiste la
Párese un pozo, y medite esto. primera culpa grave...? ¿Es esto cumplir, lo
¿Hay ingratitud, hay locura y estupidez se- tantas veces prometido...? ¿Es, á esto, que te
mejante á la mia? ¡Vos me reconciliasteis con obligan la santidad del bautismo y la vida que
el Padre celestial, muriendo por mí en cruz; profesas?
y yo con mis faltas le estoy enojando é irri-
Grande es, Señor, mi locura, lo confieso, ne-
tando de nuevo contra mí...! ¡Vos, á^costa de
gra es mi ingratitud: mas la detesto de lo ín-
vuestra sangre y vida, me adquiristeis inmen-
timo de mi alma, y tengo sumo pesar dermis
sos tesoros de gracia; y yo, por no hacerme
repetidas infidelidades. Una y mil veces os
violencia, me privo de esas riquezas y venta-
pido perdón de ellas, y propongo hacer saluda-
jasinfinitas...! ¡Vos amasteis mis llagas; y yo in-
ble penitencia, lo restante de mi vida. No me
sensato me las abro de nuevo cada dia...! \ o s *
arrojéis de {vuestra presencia, oh dulce Jesua
rompisteis mis cadenas; ¿y cuántas me foijo
mío; y acordándoos de lo mucho que os he cos-
yo, é impongo cada dia...? ¡Vos me librasteis
tado, no permitáis se malogre el fruto de tan-
de'las llamas eternas; y yo, ¡loco de mí! rein-
tos sudores y trabajos.. ! Habiendo llorado
cidiendo voluntariamente cada dia en pecado3
tanto mis extravíos, ¿me desecharíais ahora;.
veniales, me expongo á caer de nuevo en cul-
pas graves, y á ser un dia precipitado al infier-
(*). Deuter. xxxu, v. 6,
no...! ¡Vos, Jesús mió, queríais elevarme á I»,
que arrepentido me postro á vuestros p i é s . J _cador, y sin aguardar que el confesor se lo pre-
Llamando con tanta bondad á los que están gunte, comiense diciendo: Padre, hace tanto
cargados y afligidos para aliviarlos, ¿permití, 'tiempo que me confesé: cumplí la penitencia, he
riáis que gimiese yo por más tiempo bajo el in- hecho exámen de conciencia, y hayo que he fal-
soportable peso de la tibieza...? Habiendo per- tado en.... acúsese con toda sencillez y clari-
donado con tanta prontitud y generosidad á dad, no olvidando bl número y las circunstan-
un publicano, á un ladrón, á una adulterará cias que mudan de especie, ó hacen al pecado
una Magdalena, así que se reconocieron, ¿sena- mucho más enorme delante de Dios; pero omi-
yo ol único á quien negaseis el perdón...? Lo tiendo quejas, lamentos, faltas agenas, excusas
confieso, mis repetidas infidelidades me hacen ó cuentos impertinentes. Guárdese de callar ó
indigno de él... ¿mas no nos mandais Señor, disminuir el número de los pecados á sabiendas:
perdonar sin límites á todos cuantos nos ofen- y si lo hizo alguna vez, no bastará acusar el pe-
den, por muchas y repetidas que sean las e cado omitido juntándolo con los demás, como
fen3as que nos hagan? si fuera cometido desde la última confesion;
Tened, pues, piedad y misericordia de mi. sino que es preciso advertir al confesor: Padre,
Os la pido por esas vuestras llagas sacratísi- he tenido la desgracia de callar tal pecado, y lo
simas, y por los acerbos dolores de vuestra san- callo, desde tantos años, y me confesaba tantas
tísima Madre. En Vos espero, oh dulce Je- veces al año. ¡Qué locura, qué desgracia podría
sús mió; no, no seré jamás confundido. darse mayor que la de arder enteramente por
no pasar por una momentánea vergüenza! ¡So-
A V I S O S P A R A LA CONFESION.
bre todo, teniendo libertad para confesarse con
Excitado así el dolor y propósito, mire cada i quien quiera... y bajo un sigilo y secreto invio-
cual, todavía, en qué defecto ha caído con más lable! De todos los pecados que se pueden co-
frecuencia desde la última confesion, y pro-, meter, ninguno hay más nosivo al alma, é in-
ponga firmemente la enmienda, como- fruto es- jurioso á Jesucristo, que el de una confesion ó
pecial de aquella confesion. Póstrese luego á cemunion sacrilega.
los piés del confesor, con la misma humildad Ea, pues, rompe ese rubor que te anuda la
v arrepentimiento, con que se postraría el hi- garganta: ni el número, ni la enormidad de los
jo pródigo á los piés de su padre, y la Mag- delitos escandalizarán al confesor: mil veces le-
dalena á los de Jesucristo. - yó en los autores la fragilidad de nuestro barro,
Diga la confesion general, esto es, el }e pe- ó la conoció en la experiencia propia, ó la apren-
vor gloria por toda la eternidad. ¡Ob! ¡y de
dió en la ajena. Por otra parte mientras no m*
cuantos bienes se privan los que se confiesan
nifiestes ta gravedad do la ^ ^ ^ y comulgan raras veces! Y cómo se desespe-
nes en la conciencia, ninguna de tus obras se- rarán algún dia los que lo hagan sin las debi-
rá meritoria. Nada te aprovecharán las oracio- das disposiciones!
nes nada las limosnas, nada los ayunos y pe-
Concluida la confesion no pienses más en
nitencias. Si no tuvieres pecado grave en la
los pecados: cumple inmediatamente la peni-
v f d a p e ente, acúsate de algo de la vida pasa-
tencia, si puedes, y da gracias al Señor por el
da ya para asegurar el dolor, ya para poner
inmenso beneficio que te acaba do hacer ;
materia cierta de absolución. ¡Con que ya estás perdonado...! Sí, ¡qué di-
Hecha sin proligidad ni doblez la acusación
cha tan grande la tuya, alma cristiana...! ¡Ya e-
de tus faltas, escucha con humildad los avisos,.
res otra vez hija de Dios yheradera del cielo!
medios y penitencia, que te diere el padre confe-
¡Ya te miran con suma complacencia los ánge-
sor Dios mismo es quien te habla por su boca
les... y saludan los santos como á hermana su-
Sobre todo, cuando te absuelva, di con todo
ya.'.'.' ¡Ya tu nombre está escrito de nuevo en
fervor el M o r m » Jesucristo. ¡Qué dicha
libro de la vida...! ¿Qué gracias darás al Se-
cristiano! En aquel instante, no sólo te perdo-
ñor por tan inestimable beneficio! ¡Tantos por
S los pecados acusados, sino también los
un sólo pecado, y ménos graves quo los tuyos
olvidados, y aun los que nunca habías conoci-
están ardiendo eternamente en el infierno... y
do queda tu alma lavada en la sangre preci.
tú des pues de tanta iniquidad quedes salvar-
ea de Jesucristo; aplícansele sus méritos infini-
te'todavía...! Y te está preparado en el cielo
tos eviven los que perdiste pepando; se te vue1-
uu esplendente trono de gloria...! ¡Sí, no come-
V 0 ó aumenta, á lo ménos, la gracia santifican-
tas más pecado mortal, y ocuparás un día ese
te con el grado de gloria que le corresponde
trono.
y'se te dan copiosos auxilios y gracias acUm-
L oara sojuzgar las pasiones, practicar a vir- ACTO D E CONTRICION D E SAN
tud las dificultades, y nunca mas re-
v e n c e r
FRANCISCO J A V I E R .
caer en los mismos defectos. De suerte, que No me mueve, mi Dios, para quererte
por cada confesion y comunion bien hecha ad- El cielo que me tienes prometido,
quiere el alma fé más viva, esperanza másjir Ni me mueve el infierno tan temido
me caridad más a r d i e n t e , mayor facilidad y Para dejar por eso do ofenderte.
eTv'or para el servicio divino, y después u».
¿Ves aquel augusto sagrario?...... ¡Qué cár-
Tú me mueves, Señor, muéveme el verter
cel ¿ tan estrecha! Pues allí está tu Dios,
Clavado en una cruz y escarnecido;
prisionero del amor excesivo que tiene á los
Muéveme el ver tu cuerpo tan herido:
hombres Allí está el que no cabe en cie-
Muévenme tus afrentas y tu muerte. los y tierra. La Majestad la P u r e z a . . . . . .
Muéveme en fin tu amor, en tal manera,
la Santidad infinita ¿y quién soy yo da-
Que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
tante de tan alta Majestad? ¡Vil gusano de la
Y aunque no hubiera infierno, te temiera.
tierra' . ¿Y á una miserable criatura visi-
No me tienes que dar porque te quiera,
táis, Jesús mió? ¿Y quereis uniros conmi-
Porque aunque lo que espero no esperara
go con unión inefable y verdadera? ¿Y que-
Lo mismo que te quiero te quisiera.
reis ser mi alimento y mi sustancia? De a-
P A R A A N T E S D E LA COMUNION. • quí afectos de humildad, admiración y amor...
¡Ya es llegada la hora dichosa! ¡ya se acer- ¡Ay Señor! ¡quién os hubiese amado siem-
ca el momento feliz! Pronto se cumplirán en pre' ¡quién nunca os hubiese ofendido!
tí aquellas admirables palabras del Señor: El •quién tuviese la fé de los profetas, la esperan-
que come mi carne y lele mi sangre, está en mi za de dos patriarcas, la caridad de los apósto-
y yo en él (1) Pronto podrás decir con el A- les, la constancia de los mártires, la pureza de
póstol: Vivo yo, mas no y», sino Cristo vive n las vírgenes, la santidad de María Santísima!...
mí (2) Persuádete de que esta es la acción Aun así no seria digno de recibiros y hospeda-
más grande que puedes practicar en esta vida, ros en mi corazon ¡Qué d e b o pues decir
y que cuanto más detestes el pecado y mása- cuando me veo tan pobre y vacio de virtudes.
dornes el alma de virtudes, tanta mayor abun-, ¿Os diré con el apóstol San Pedro: Apartaos
dancia de gracia recibirás del cielo. Prepára- de mí, Señor, que soy un gran pecador
te pues, alma cristiana, á la sagrada comu-, Mas ¿á dónde iré, si Vos t e n e i s palabras de
nion con todo el fervor posible. San Luis Gon- vida eterna (2)? ¿Qué haré sin Voe? _ ¿Quién
zaga comulgaba cada ocho días solamente; mas disipará las tinieblas de mis errores é ignoran-
1
como empleaba tres en prepararse y otros tres cia ? ;Quién curará mis llagas? ¿Quien calma-
en dar gracias por este inmenso beneficio, sa- rá el ardor de mis pasiones? ¿Quién me dará
caba de la comunion copiosísimo fruto. Esfuér- armas para triunfar de mis enemigos? V os sois,
zate, pues, alma mia, en imitarle. j
(1) Lúe. V, v. 8.—(2) Joan. VI, v 60.
~ ( í f j o a a . vi, 0. 5 7 M 2 T ^ í a i n, V. 20. 28
¿Ves aquel augusto sagrario?...... ¡Qué cár-
Tú me mueves, Señor, muéveme el verter
cel ¿ tan estrecha! Pues allí está tu Dios,
Clavado en una cruz y escarnecido;
prisionero del amor excesivo que tiene á los
Muéveme el ver tu cuerpo tan herido:
hombres Allí está el que no cabe en cie-
Muévenme tus afrentas y tu muerte. los y tierra. La Majestad la P u r e z a . . . . . .
Muéveme en fin tu amor, en tal manera,
la Santidad infinita ¿y quién soy yo da-
Que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
tante de tan alta Majestad? ¡Vil gusano de la
Y aunque no hubiera infierno, te temiera.
tierra' . ¿Y á una miserable criatura visi-
No me tienes que dar porque te quiera,
táis, Jesús mió? ¿Y quereis uniros conmi-
Porque aunque lo que espero no esperara
go con unión inefable y verdadera? ¿Y que-
Lo mismo que te quiero te quisiera.
reis ser mi alimento y mi sustancia? De a-
P A R A A N T E S D E LA COMUNION. • quí afectos de humildad, admiración y amor...
¡Ya es llegada la hora dichosa! ¡ya se acer- ¡Ay Señor! ¡quién os hubiese amado siem-
ca el momento feliz! Pronto se cumplirán en pre' ¡quién nunca os hubiese ofendido!
tí aquellas admirables palabras del Señor: El •quién tuviese la fé de los profetas, la esperan-
que come mi carne y lele mi sangre, está en mi za de dos patriarcas, la caridad de los apósto-
y yo en él (1) Pronto podrás decir con el A- les, la constancia de los mártires, la pureza de
póstol: Vivo yo, mas no y», sino Cristo vive n las vírgenes, la santidad de María Santísima!...
mí (2) Persuádete de que esta es la acción Aun así no seria digno de recibiros y hospeda-
más grande que puedes practicar en esta vida, ros en mi corazon ¡Qué d e b o pues decir
y que cuanto más detestes el pecado y mása- cuando me veo tan pobre y vacio de virtudes.
dornes el alma de virtudes, tanta mayor abun-, ¿Os diré con el apóstol San Pedro: Apartaos
dancia de gracia recibirás del cielo. Prepára- de mí, Señor, que soy un gran pecador
te pues, alma cristiana, á la sagrada comu-, Mas ¿á dónde iré, si Vos t e n e i s palabras de
nion con todo el fervor posible. San Luis Gon- vida eterna (2)? ¿Qué haré sin Voe? _ ¿Quién
zaga comulgaba cada ocho días solamente; mas disipará las tinieblas de mis errores é ignoran-
1
como empleaba tres en prepararse y otros tres cia ? ;Quién curará mis llagas? ¿Quien calma-
en dar gracias por este inmenso beneficio, sa- rá el ardor de mis pasiones? ¿Quién me dará
caba de la comunion copiosísimo fruto. Esfuér- armas para triunfar de mis enemigos? V os sois,
zate, pues, alma mia, en imitarle. j
(1) Lúe. V, v. 8.—(2) Joan. VI, v 60.
~ ( í f j o a a . vi, 0. 5 7 M 2 T ^ í a i n, V. 20. 28
oh dulce Jesús mío, la verdad, el camino y la- sal á su encuentro con tiernos suspiros, acérca-
vida. Fuera de Vos no hay sino mentira, error te al comulgatorio con vestidos limpios, sí, pe-
y muerte eterna, Vos sabéis convertir en san- ro modestos, sin pretensión alguna mundana.
tos á los más grandes pecadores Venid, Vé en ayunas, con loa ojos bajos, las manos
iuntas, con la misma humildad y devocion con
pues, oh Dios de amor Deseo amaros con
que Santo Tomás apóstol se llegaría á tocar y
todo mi corazoD Pésame en el alma de ha-
adorar las llagas sacratísimas del Salvador, ó
beros ofendido Venid, oh buen Jesús, ve-
con la que te acercaras á la Virgen, ei, como á
nid!... Mi alma os desea ardentísimamente!...
otro Simeón se dignara poner en tus brazos á
Venid, dulce hechizo de mi amor, venid, refri-
gerio de los corazones, consuelo de los afligi- BU Hijo preciosísimo.
dos, esperanza de las gentes, delicia de los án- Anonadado como el Centurión di por tres
geles, alegría del cielo, bienaventuranza de los veces: «Señor, no soy digno de que entreis en
santos: venid, Dios mió, alumbrad mi alma coa mi pobre morada; mas decid una sola palabra,
las luces de vuestra fe; venid, rey eterno, á li- y quedará sana y salva mi alma.» Llegado el
brarme de todos mis enemigos; venid, médica precioso momento, abre los labios, pon la len-
divino, á curar mis muchos males; venid, hués- gua sobre el inferior, recibe la santa Forma y
ped magnífico, á enriquecerme con vuestros so- procura pasarla cuanto ántes.
beranos dones; venid, fuente de aguas vivas,
apagad la rabiosa sed de mis pasiones; venid, HACIMIENTO D E GRACIAS.
vida mia, paraíso mío, bien mió; venid, que os
deseo, venid, que por Vos suspiro; venid y no Seáis bien venido, oh dulce Jesús mío, á es-
tardéis más, venid que desfallezco; venid, Se- ¡>> ta pobre morada de mi corazon ¡Cómo, y
flor, y tomad cuanto ántes posesion de mi co- es posible que todo un Dios haya venido á vi-
razón. • litarme! ¡á mí, gusanillo de la tierra!
¡Y al Hijo de Dios tengo yo en mi pecho, su
cuerpo, sangre, alma, humanidad toda entera
Con estas ó semejantes aspiraciones, debie-
y BU misma divinidad! Lo creo, Señor, y
ras, cristiano, avivar ya desde la víspera las
daria mil vidas que tuviese, en confirmación de
ansias de llegar á tan sagrado banquete, con-
esta verdad ¡Mas de dónde á mí tanta di-
tando por decirlo así las horas, y acusando el
cha! ¡de dónde tan señalado favor!
dia de perezoso. Cuando viniere el Sacramen-
Potenoias de mi alma, adoradle con la más pro-
to en manos del sacerdote, entóneos sobre todo,
funda humildad Sentidos mios, postraos: divino que vino á encender la faz de la tierra?
Pide, pide con viva confianza todo cuanto de-
ante vuestro Dios y Señor
sees y necesites; que ha venido para sanarte
Contenplando á Jesús dentro de tu corazon,
y trasformarte en sí ¡Qué daño se hacen,
como en un trono de amor, llama una por una
y aué ingratitud no muestran aquellos infelices,
á todas tus potencias, y ofrécelas al Señor....
que apénas han recibido la comunion, vuelven
Represéntale las enfermedades de tu pobre al-
las espaldas á un tan liberal y fino amante, y
ma pídele humildemente que las curo
salen de la iglesia sin darle gracias, ni pedirle
Haz lo mismo con los sentidos Suplícale favor alguno! Tú léjos de hacerlo así, dile con
que los bendiga y santifique ¡Oh amantísi- todo el afecto de tu corazon: Señor, ¿qué que-
mo Jesús mió! Ya que me redimisteis con vues- reis que haga {!)? Enseñadme á hacer vuestra
tra sangre preciosísima, concluid vuestra obra, divina voluntad (2). Hablad, Señor,_ hablad,
coronad vuestras misericordias concediéndome que dócil os escucha vuestro humilde siervo (o).
la gracia de la victoria de tal pasión...... Sí, escúchale con atención, y verás que te re-
Haz otro tanto con tus hijos, parientes y arar prende interiormente de ciertas faltas te
g0B Lee poco, pero habla mucho con este
pide que sacrifiques tu amor propio, etc. ¿Y
divino Señor ¡Es Padre tan amoroso qué podrás negar á un Dios que acaba de dar-
y tú hijo tan ingrato! ¡es un Rey tan mag- te todo cuanto tiene y todo cuanto es? Dile,
nífico ... y t ú un vasallo tan rebelde! ¡ea pues, con el patriarca san Ignacio de Loyola:
un pastor tan bueno y tú aquella oveja
descarriada! ¡es tu M a e s t r o . . . . . . tu Es- ORACION.
poso tu Redentor y tú, qué discípu-
lo tan i n d ó c i l , qué esposa más infiel!...... ¡Que- Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad,
materia no suministra cada uno de estos títu- memoria, entendimiento y voluntad, todo cuan-
los para encender en el corazon las lamas de to tengo y poseo, Vos me lo disteis, á Vos Se-
una ardentísima caridad! ¿Eres frágil? Pues en ñor lo devuelvo: todo es vuestro: disponed de
tu pecho tienes la fortaleza de Dios, ¿batas ello á toda vuestra voluntad. Dadme vuestro
enfermo? Púas ahí tienes el M e d i c o celestial amor y gracia, que esto me basta.
que dá salud á cuantos la desean. ¿Eres men-
digo? Pues el tesoro de cielos y tierra está en- Ps.~CXLII, V. 10.
cerrado en tu corazon. ¿Eres tibio? ¿Qué tibieza —(3) I. Re?. I I I . v. 10.
v ; o 29
no desterrará, qué hielo no derretirá el tuegc
No te vaya» de la iglesia sin decir también, ORACION E I R A OFRECER LA VI81TA DE ALTARES,
esta preciosa JUBILEOS E INDULGENCIAS.
ORACION, j
Altísimo Dios y Señor mió, dignaos aceptar
Heme aquí, dulcísimo Jesús mío, que humi- esta obra que hago unido con la intención que
llado me postro ante tu divina presencia, y tuvisteis en las vuestras, y con la que tuvo
con el más encendido fervor te pido impri- nuestra Madre la santa Iglesia al prescribirla.
mas en mi corazon vivos sentimientos de fe, es- Aceptadla, os ruego por la exaltación de la san-
peranza y caridad, verdadero dolor y arrepen- ta fe católica, aumento, propagación y dilata-
timiento de mis pecados, y eficaz propósito de ción de vuestra Iglesia, paz y unión entre los
la enmienda; miéntras con el mayor afecto y príncipes cristianos, victoria contra infieles,
compasion de que mi alma es capaz, voy con- destrucción de las herejías, conversión de los
siderando y meditando tus cinco llagas, tenien- gentiles, perseverancia de los justos, y por to-
do á la vista lo que de # cantaba el santo pro- das las necesidades espirituales y temporales
feta David: Traspasaron mis pies y manos, y de la santa Iglesia romana. Por ella suplico
contaron todos mis huesos.(*) á vuestra divina Majestad me concedáis indul-
gencia plenaria y perdón de todas mis culpas
(*) Pió V I I en 10 de Abril de 1821, conce- y pecados, descanso á las benditas ánimas, con-
dió indulgencia plenaria, aplicable á una alma suelo á los atribulados, gracia final á mori-
del purgatorio, á los que confesados y comulga- bundos, y para los que están en pecado mortal
dos digan devotamente esta oracion ante una auxilios eficaces para que saliendo de la culpa
imágen de Cristo crucificado. Y los que, con-, gocen de vuestra gloria, pues por todos se de-
fesándose cada ocho días, comulgaren más á rramó la sangre de mi señor Jesucristo. Amen.
menudo, podrán ganarla cada dia que comulgen,
según consta del decreto del mismo Pontífice para dar á Dios gracias despues de la comunion,
de 12 de Junio del año 1822. Mas confirman- podrá valerse de las oraciones que se hallan
do nuestro santísimo Papa Pió I X esta indul- más adelante, en especial de las que ponemos
gencia, ordena que por algún espacio de tiem- por los hijos y padres, en reparación de las blas-
po se ruegue á la intención de Su Santidad. femias, y para la conversión del universo, eta.
Pero ningunas serán más oportunas que los ao-
(31 Julio 1858.) tos de desagravios al Corazon de Jesús.
Si alguno quisiese materia más abundante
116
OFEEOIMIENTO DE LA ESTACION. ma para ganar sus muchas indulgencias, deben
rezar cada dia un Padre Nuestro, Ave María,
Os ofrecemos, Señor, esta estación en acción
Credo, y decir:
ae gracias por la santísima comunion que aca-
Dulce corazon de mi Jeíhs, haz
bamos de hacer, y por la misa que acabamos
Que yo te ame siempre más.
de oír, haciendo intención de ganar las indul-
Todos los primeros viernes y primeros do-
gencias concedidas á estos actos de religión,
mingos del año hay indulgencia plenaria, y lo
pidiéndoos, según la intención del romano Pon-
mismo en las fiestas de Nuestro Señor Jesu-
tífica, por las presentes necesidades de la san- *
cristo y de la Santísima Virgen, etc., confesan-
ta Madre Iglesia católica, apostólica, Romana: "
do, comulgando y visitando la iglesia de la con-
por la propagación de la fe; por la extirpación
gregación, y donde no la hubiere, la propia pa-
de las herejías y de los ladrones; por la con- V
rroquia.
versmn de los infieles, herejes y pecadores;
El padre misionero Ildefonso José de la ¡fe-
por las benditas ánimas del purgatorio; por
ña, de la "compañía de Jesús, concede por fa-
, P a z y concordia entre los príncipes y re-
cultad pontificia, cuarenta dias de indulgencia
publicas cristianas; por la salud de los enfer-
por cada vez que se rece el ofrecimiento ó la
mos; por los pobres agonizantes, caminantes y
oracion prescrita por la Congregación; la cual
cautivos; por la felicidad de los matrimonios;
goza también la indulgencia de sesenta dias por
por todos los que estamos aquí santamente reu- .
cualquiera obra piadosa que practicare el con-
nidos; por nuestras necesidades particulares y
gregante, visitar enfermos, dar limosna, oir mi-
generales; por todo aquello por lo cual, Señor, Y
sa, etc., etc.
quereis que os pidamos, especialmente por
Dicho padre misionero tiene facultad de a-
nuestro santísimo Padre el Papa León X I I I ; y
gregar á la referida congregación de Roma y
para conseguir y conservar el fruto de esta san-
aprobación expresa del Illmo. Sr. Arzobispo
tísima comunion y misa, y el don preeioso de
para usar de ella. No se paga nada por la a-
la perseverancia final en vuestro santo servicio,
gregacion ó asiento, ni se necesita escapulario.
amor y gracia, hasta el último instante de la'
vida. Amen. METODO PARA VISITAR CON FRUTO
A JESUS SACRAMENTADO, DURANTE LA EXPOSICION
Los agregados á la congregación primaria \ DE LAS CUARENTA HORAS.
del Sagrado Corazon de Jesús, erigida en Ro- ii Morando Jesús entre nosotros, ofreciéndose
80
de continuo por nosotros al Eterno Padre, y ^ Magostad, y medita el exceso de su amor. Si
cifrando sus delicias en conversar con los hijos , no sabes como pasar un rato delante de un Dios
de los hombres; no será justo que le obsequie- #tan enamorado de los hombres, haz la estación;
mos y visitemo? á menudo? A los reyes de la rezando seis Padre Nuestros, seis Ave Marías
la tierra sobran cortesanos, no falta quien hon- y Gloria Patri, y rogando por las necesidades
re á los mundanos; solo Jesús es olvidado, y de la Iglesia eon intención de ganar las gracias
esto en el misterio inefable de su amor. ¿ Cómo, que hay concedidas, te enriquecerás con un sin
hijos mios, nos dice con palabras tiernísimas, ^ número de indulgencias. ¿Qué buena ocasion
no podéis siquiera velar una hora conmigo (1)? ^ esta para comulgar espiritualmente según el
No sabéis como ocupar el tiempo; perdeis tan- métedo indicado pág. 78, y rezar pausada y
tas horas en visitas frivolas y perniciosas; ¿y atentamente el Anima Christi, pág. 78?
no hayais ni medio cuarto de hora que emplear '
en mi presencia? Niegan mi divinidad los he-
rejes; crucifícanme de nuevo los malos cristia- ACEPTACION D E LA MUERTE.
nos; abandónanme los mundanos; ¿quisierais de-
jarme también vosotros (2)? No, no, dulcísimo Adoro, Dios mió, vuestra infinita grandeza;
Jesús; ¿á dónde iríamos, pues teneis palabras de os reconozco por supremo Señor de todo lo cria-
vida eterna (S).? Os visitaremos con frecuencia, do, árbitro de la vida y de la muerte, y me so-
y ojalá supiésemos hacerlo con el mismo fer- meto al decreto que habéis pronunciado contra
vor con que los ángeles y pastores os adoraron ¡ mí. Lo acepto en espíritu de penitencia, y en
en Belen. unión de la muerte que Vos sufristeis por mí,
Entra, pues, alma cristiana, en la iglesia con f deseando por este sacrificio, rendiros profundo
gran modestia y recogimiento, no ménos que homenaje, y expiar el mal uso que hice de
con humildad y confianza; es casa de Dios y \ mi vida.
puerta del cielo: adora allí á tu amable reden- Acepto desde ahora la muerte con todas las
tor. El es: oculto está, pero real y verdadera- angustias y dolores que la acampañen, en el
mente como en el cielo. Habla con su divina tiempo, forma y manera, que sea más del agra-
do de vuestra soberana majestad. Sí, consien-
to, Jesús mío, en que mi alma sea separada del
(1) Matth. X X Y I , v. 40.—(2) Joan. V I , 68. cuerpo, en castigo de haberse separado tantas
veces de Vos, por el pecado. Acepto la pérdi-
—(3) Id. V I , 69.
121
da y privacioD de mis sentidos, y aun de la SUPLICAS
misma razón, en descuento de las veces que en á Jesús crucificado, para obtener la gracia
ofenderos emplié estos preciosos dones, que ha-
bia recibido de vuestra liberalísima mano. de una buena muerte. (*)
Jesús, Señor Dios de bondad, Padre de mi-
Acepto, Seño , el que mi cuerpo sea pisado,
sericordia, aquí me presento delante de Vos
comido de gusanos, y reducido á polvo, on cas-
con el corazon contrito, humillado, y confuso,
tigo del orgullo con que preferí mis antojos y
encomendándoos mi última hora, y la suerte
gustos á vuestra santísima voluntad.
que despues de ella me espera;
¡Oh gusanos! ¡Oh disolución de todo mi cuer-
po, abandono total de los hombres, hediondez Cuando mis piés, perdiendo el movimiento
y soledad espantosa del sepulcro! Cenizas, yo me adviertan que mi carrera en este mundo es-
os acepto y miro como instrumento de la divi- tá ya para acabarse;
na justicia. Justo es sea así disuelto quien no II. Jesús misericordioso, tened compasion
anheló más que por placeres mundanos y se- dé mi."
ductores alhagos de la carne. Justo es sea ol- Cuando mis manos trémulas y torpes, no
vidado y arrojado de la sociedad, quien, por puedan ya estreohar el Crucifijo, y á pesar mió
dar gusto á los hombres, y grangearse aplau- le dejan caer sobre el lecho de mi dolor;
sos, renunció tantas veces á Dios y á la eterna Jesús misericordioso, etc.
felicidad. Cuando mis ojos, apagados y amortecidos
Una sola gracia os pido, Señor, y es recibir con el dolor de la muerte cercana, fijen en Vos
á tiempo y con fervor, los últimos Sacramen- miradas lánguidas y moribundas;
tos: mas si en castigo de mi tibieza en frecuen- Jesús misericordioso, etc.
tarlos ahora, quisieseis privarme entónces de Cuando mis lábios fríos y balbucientes pro-
este beneficio, concededme á lo ménos que ha-
ciendo los más fervorosos actos de fe, esperan- (*) Las compuso una jóven protestante qne
za, caridad y contrición, espire en vuestra a- Be convirtió & la religión católica á los quince
mistad y gracia, pronuncian lo los dulcísimos años de su edad, y murió á los diez y ocho con
nombres de Jesús y María, y que mi alma lle- olor de santidad. Pió V I I y León X I I , conce-
vada por los ángeles á la patria celestial, me- dieron 100 dias de indulgencia, por cada dia
rezaa gozar de Vos, por los siglos de los siglos. que 6e rezen dichas oraciones, y una plenaria
Amen. rezándolas por un mes entero.
Buncien por última vez vuestro santísimo en sacrificio de expiación, para que muera víc-
Nombre; tima de penitencia, y en aquel momento terri-
Jesús misericordioso, etc. ble; , -
Cuando mi cara, pálida y amoratada, cause Jesús misericordioso, etc.
ya lástima y terror á los circunstantes, y los Cuando mis parientes y amigos juntos al rede-
cabellos de mi cabeza, bañados del sudor de la dor de mí lloren al verme en el último trance,
muerte, anuncien que está cercano mi fio; y cuando invoquen vuestra misericordia en mi
Jesús misericordioso, etc. \ favor; •
Cuando mis oidos próximos á cerrarse para > Jesús misericordioso, etc.
siempre, á las conversaciones de los hombres, Cuando perdido el uso de los sentidos, de-
se abran para oir de vuestra boea, la senten- saparezca .el uso de mi vista, y gima entre las
oía irrevocable que termine mi suerte por to- IT últimas agonías y congojas de la muerte;
da la eternidad; Jesús misericordioso, etc.
Jesús misericordioso, etc. Cuando mi alma salga para siempre del cuer-
po, dejándole pálido, frió y sin vida, aceptad la
Cuando mi imaginación agitada de espanto-
destrucción de él, como un tributo que desde
sos fastasmaB se vea sumergida en mortales
ahora ofrezca á vuestra divina Majestad, y en
congojas, y mi espíritu perturbado del temor
aquella hora;
de vuestra Justicia á la vista de mis iniquida-
des, lucha con el enemigo infernal, que quisie- Jesús misericordioso, etc.
ra quitarme la esperanza de vuestra misericor- , En fio, cuando mi alma comparezca delante
de Vos para ser juzgada, no la arrojéis de vues-
dia, y precipitarme en el abismo de la deses-
tra presencia, sino dignaos recibirla en el seno
peración;
amoroso, de vuestra misericordia, para que can-
Jesús misericordioso, etc. •
te eternamente vuestras alabanzas;
Cuando mi corazon débil y oprimido del do- '
Jesús misericordioso, etc.
lor de la enfermedad, este sobrecogido del ho-
ORACION.
rror de la muerte, fatigado y rendido por los
O Dios mió, que condenándonos á la muer-
esfuerzos que hubiere hecho contra los enemi-
te, nos habéis ocultado el momento y la hora,
gos de mi salvación;
haced que viviendo santamente todos los dias
Jesús misericordioso, etc.
de nuestra vida, merezcamos una muerte di-
Cuando derrame las últimas lágrimas,
chosa abrasados en vueetro divino amor. Por
síntomas de mi destrucción, reoibidlas, Señor, #
loa méritos de nuestro Señor Jesucristo y de nos lo piensan, sorprendidos de la muerte, y
su santísima Madre. Amen. condenados eternamente! Y aun cuando á la
última hora se llama á un sacerdote, siquiera
MODO PRACTICO D E A Y U D A R A
por evitar la infamia de que muera el pariente
B I E N MORIR. sin Sacramentos; ¿qué le aprovechará al enfer-
Habiendo desaparecido los Ordenes religio- mo su presencia, si, perdido ya el conocimiento,
sos que con tanto mérito suyo y aprovechamien- está incapaz de hacer una buena confesion, y
to de las almas se consagraban á la asistencia • aun de formar un verdadero acto de contrición?
espiritual de los moribundos; es de suma uti- > Además, ¿qué necedad puede darse mayor,
lidad, y aun de indispensable necesidad, exci- que la de temer la visita del Médico celestial,
tar el celo de todos los cristianos, para suplir único que puede dar acierto á los facultativos,
falta y vacío tan lamentable. eficacia á los remedios y salud al enfermo?
En efecto, nadie iguora que del momento crí- Llámale, pues, á tiempo; que los Sacramentos,
tico de la muerte depende una feliz ó desdi- léjos de acelerar, alejan la muerte muchas ve-
chada eternidad, el colmo de todos los bienes ces, y si conviene, dan salud y vida al que los
ó de todos los males. Creas <5 no oreas, pien- recibe presto. ¿Y cuántos privados de este au-
ses ó no pienses en ello, así será ¿No se- xilio, por el más fatal y trascendente desoui-
rá justo, pues, que abras los ojos y despertan- do, perdieron una salud, que con el socorro de
do del profundo letargo en que has vivido, tra- los Sacramentos hubieran quizás recobrado fa-
tes, á lo ménos entónces, de prepararte al te- k. cilísimamente?
rrible trance de la muerte? Y no contento con pedirlos á tiempo, has
Por lánguida que tengas la fé, y aunque no ^ que te lean este capítulo, y los motivos de con-
sea muy grave tu dolencia, te ruego que pidas trición que ponemos para ántes de la confesion,
tú mismo, y con tiempo, los santos Sacramen- o pág. 100. Y ouando esté para llegar el santo
tos, no fiándote de palabras alhagüeñas ó es- Viático, escucha con atención los avisos que se
peranzas lisonjeras. Tus parientes y amigos por hallan en la pág. 108: que te los lean de espa-
una mal entendida amistadlos médicos por va- cio, como también el hacimiento de gracias pa-
no respeto, todos te asegurarán que no hay pe- ra despues de recibida la visita del Médico ce-
ligro todavía, y que no dejarán de avisarte COD lestial, que se halla en la pág. 111. Luego entre
tiempo; pero ¡ayl ;cuánto3 miles de cristianos, dia, despidiendo toda visita mundana, podrias
engañados de esta suerte, se ven, cuando me- t ir saboreando el Anima Ghristi, pág. 78 y o-
82
r

126 127
tras, no olvidando la aceptación de la muer- r- mitiendo se pierda una alma redimida con vues-
te que pusimos, pág. 119. tra sangre preciosísima.
Si cayere gravemente enfermo alguno de tus Padre, dulcísimo Padre mió, peor soy que
parientes, ó cualquiera otra persona por cnya el hijo pródigo: no era digno de ser llamado hi-
felicidad te intereses, suplicóte por las entra- jo vuestro; pero Vos sois mi Padre, y el mejor
ñas de Jesucristo, y por la amistad que le pro- de todos los padres.
fesas, le avises con tiempo, del peligro en que Echad, pues, á vuestro hijo los brazos al cue-
se encuentra, y con el celo y santas industrias, J llo; dadme el ósculo de paz; ponedme el anillo
que el amor verdadero debe inspirar en seme- > de vuestra amistad y gracia; restituidme la es-
jantes casos, le induzcas á que reciba digna- tola de la inocencia que perdí por mi malicia.
mente y á tiempo, los santos sacramentos. Bús- Virgen santísima y dulce Madre de miseri-
cale un confesor de su confianza, prepárale á cordia, muestra que eres mi Madre en esta úl-
la confesion y recepción del santo Viático, pe- tima hora.
ro con suavidad y sin serle molesto. Tú me has amparado y favorecido todo el
Cuando estuviere en la agonía, á más de las discurso de mi vida, ampárame y favoréceme
oraciones indicadas, que será bien leerle hacien- en este momento de que depende todo mi bien.
do algunas interrupciones para no cansarle, te Por la agonía de tu Hijo querido, por las
podrás también valer de las jaculatorias si- penas y amarguras que sentiste al pié de la
guientes: cruz, asísteme en la muerte.
¡Oh dulce Jesús mió, mi consuelo, mi fortale- Dándole á besar el Crucifijo: Te adoro llaga
za y todo mi bien, cuándo os poseeré sin temor sacratísima del costado de mi dulce Jesús,
de nunca separarme de Vosl r abierto más por amor á los hombres, que por
En Vos creo, en Vos espero, á Vos amo y el fiero golpe de la lanza.
amaré siempre 6obre todas las cosas. Dame, Señor, asilo en tu corazon, lavando
¡Quién siempre os hubiese amado! ¡Quién mis manchas con la sangre y sgua que vertis-
nunca os hubiese ofendido! te por esa llaga santísima.
Creo, Dios mió, todo cuanto me habéis re- Os adoro, manos sacrosantas, abiertas por
velado, y todo cuanto me propone y manáa mi amor; vosotras me criasteis, de vosotras es-
creer la santa madre Iglesia. pero la salvación.
Pequé, Señor, mas confio en vuestra bondad ¡Oh Padre Eterno! ten misericordia de mí,
y misericordia infinita me perdonaréis, no per- ,
129
RECOMENDACION D E L ALMA S E G ü K
E L R I T U A L ROMANO.
LETANIAS DE LOS AGONIZANTBS.

Señor, • ten piedad de él (ó de ella) (1).


Jesucristo, v ten piedad.
Señor, ^ n piedad.
Santa María, ruega por él (ó por ella).
130
Santos Pontífices y confesores, rogad. - bre de Dios Padre, Todopoderoso, que te crió; en
San Benito, ruega. nombre do Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que
San Francisco, ruega, padeció por tí; en nombre del Espíritu Santo
Santos Monje? y Ermitaños, rogad todos, que en tí se infundió; en nombre de los ánge-
Santa María Magdalena, ruega, les y arcángeles; en nombre de los tronos y do-
Santa Luoía, ruega, minaciones; en nombre de los principados y po-
Santas Vírgenes y Viudas, rogad todas, testades, en el de los querubines y Berafine»;
Santos y Santas de Dios, interceded todos, en el de los patriarcas y profetas; en el de los
Séle propicio, líbrale, Señor. santos apóstoles y Evangelistas; en el de los
De tu cólera, líbrale, santos mártires y confesores; en el de los san-
Del peligro de la muerte, líbrale, tos monjes y ermitaños; en nombre de las san-
De las penas del infierno, líbrale, tas vírgenes y de todos los santos y santas de
De todo mal, líbrale, Dios. Sea hoy en paz tu descanso y tu habi-
Del poder del demonio, líbrale, tación en la Jerusalen celestial. Por Jesu-
Por tu Natividad, líbrale, cristo, etc.
Por tu cruz y pasión, líbrale, Oh Dios de bondad, Dios clemente, Dios que
Por tu muerte y sepultura, líbrale. según la multitud de tus misericordias perdo-
Por tu gloriosa Resurrección, líbrale. nas los arrepentidos, y por la gracia de una en-
Por tu admirable Ascensión, líbrale. tera remisión borras las huellas de nuestros crí-
Por la gracia del Espíritu Consolador, líbrale. menes pasados, dirige unamirada compasiva á t u
En el día del juicio, líbrale. siervo N.; recibe la humilde confesion que te
Así te lo pedimos aunque pecadores, óyenos* hace de sus culpas, y concédele el perdón de
Señor. todos sus pecados. Padre de misericordia infi-
Te rogamos que le perdones, óyenos. nita, repara en él todo lo que corrompió la fra-
Señor, ten misericordia de él. gilidad humana y manchó la malicia del demo-
Jesucristo, ten misericordia\ nio: júntale para siempre con el cuerpo de la
Señor, ten misericordia. Iglesia, como miembro que fué redimido por
Hallándose el enfermo en la agonía, se dirá Jesucristo. Ten, Señor, piedad de sus gemidos,
la siguiente: compadécete de sus lágrimas, y puesto que no
RECOMENDACION D E L ALMA. espera sino en tu misericordia, dígnate dispen •
Sal de este mundo, alma cristiana, en nom-
aarle la gracia de la perfecta reconciliación. Por* nes infernales, y ningún ministro de Satanás
Jesucristo, etc. se atreva á estorbar tu paso. Líbrete de los
Te recomiendo á Dios Todopoderoso, mi que- tormentos Jesucristo qpe fué crucificado por tí:
rido hermano (ó hermana) y te pongo en las colóquete Jesucristo, Hijo de Dios vivo en el
manos de aquel de quien eres criatura, para jardín siempre ameno de su paraíso, y verda-
que despues de haber sufrido la sentencia de dero pastor como es, reconózcate por una de
muerte dictada contra todos los hombres, vuel- 6us ovejas. Perdónete misericordioso todos tus
vas á tu Criador que te formó de la tierra. pecados, póngate á su derecha entre los elegi-
Ahora, pues, que tu alma va á salir de este» dos para que veas á tu Redentor cara á cara,
mundo, salgan á recibirte los gloriosos coros de y morando siempre á BU lado logres feliz con-
lo« ángeles; los apóstoles que deben juzgarte templar la soberana Majestad, y admitido en
vengan á tu encuentro con el ejército triunfa- el número de los bienaventurados gozar de la
dor de generosos mártires, circúndete la mul- dulce"vista de Dios, por todos los siglos de los
titud brillante de Confesores; acójate con ale- siglos. Amen.
gría el coro ardiente de Vírgenes, y sé para Señor, recibe á tu siervo en el lagar de la
siempre admitido con los santos patriarcas en salvación que espera de tu misericordia. R.
la mansión de la venturosa paz. Preséntese ¿ Así sea.
tí Jesucristo con rostro lleno de dulzura, y oo- Señor, libra el alma de tu siervo de todoB
lóquete en el seno de los que rodean el trono los peligros del infierno, de sus castigos y ma-
de BU divinidad. No experimentes el horror de les. R. Así sea.
las tinieblas ni los tormentos del suplicio eter-
Señor, libra su almB, como preservaste á
no. Al verte huya Satanás con todoi sus sa-v
Henoch y Elias de la muertp común á todos los
télites; y al llegar al medio del coro de los án-
hombres. R. Así sea.
geles, tiemble y se vuelva á la triste morada
donde reina la noche eterna. Levántese Dios Señor, libra su alma, como libraste ¿ Noé
y disípense sus enemigos y desvanézcanse co- del diluvio. R. Así sea.
mo el huroo. A la présencia de Dios desapa- Señor, libra su alma, como libraste á Abra-
rezcan los pecadores, como la cera se derrite ham de la tierra de los Caldeos. R. Así sea.
al calor del fuego, y regooígense los justos, co- Señor, libra su alma, como libraste Job de
mo en uaa fiesta perpetua ante la presenoiB sus padecimientos. R. Así sea.
del Señor. Confundidas sean todas las legión Señor, libra su alma, como libraste á Isaac da
34
las manos de BU padre cuando iba á inmolarle,^ tú y nadie te iguala en tus obras. Haz, Se
R. Así sea. ñor, que tu dulce presencia llene su alma de a-
Señor, libra BU almi, «omo libraste á Lot de legría; olvida susiniquidadespaeadasytosextra-
Sodoraa y de la lluvia de fuego. R. Así sea. víos á que fué arrastrada por sus pasiones; por-
Señor, libra su alma, como libraste á Moisés que aun cuando pecó, no ha renunciado á la
de las manos de Faraón, rey de Egipto. R. Así sea. fé del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo;
Señor, libra su alma, como libraste á Daniel sino que ha conservado el c«lo del Señor y ha
del Lago de les leones. R. Así sea. adorado fielmente á Dios, criador de todas las
Señor, libra su alma, como libraste á los tres i cosas.
niños del horno encendido y de las manos del OTRA ORACION.
rey impío. R. Así sea. Te pedimos, Señor, que olvides todos les
Señor, libra su alma, como libraste á Susa- pecadod y faltas que en su juventud cometió
na del falso testimonio. R. Así sea. por ignoraocia. y según la grandeza de tu mi-
Señor, libra su alma, como libraste á David sericordia acuérdate de él en el esplendor de tu
de las manos de Saúl y Goliat. R. Así sea. gloria. Abrele los cielos y regocíjense los án-
Señor, libra su alma, como libraste á San geles con su llegada. Recibe, Señor, á tu siervo
Pedro y á San Pablo de la prisión. R. N. en tu reino. Recíbale S.Miguel Arcángel, cau-
Así sea. dillo de la milicia celestial; salgan á su encuen-
Y como libraste á la bienaventurada Tecla, tro los 6antos ángeles y condúzcanle á la celes-
virgen y mártir, de los más crueles tormentos, te Jerusalen. Recíbale el apóstol san Pedro, á
dígnate librar el alma de tu siervo y dale á go- quien entregaste las llaves del reino celestial.
zar á tu lado de los bienes eternos. R. Así sea Socórrale el apóstol san Pablo que mereció ser
ORACION. vaso de elección, é interceda por él el apóstol san
Te recomendamos el alma de tu siervo N., Juan, apóstol querido á quien fueron revelados
y te pedimos, Señor Jesucristo, Salvador del los secretos del Cielo. Rueguen por él todos los
mundo, por la mieericordia con que bajaste por santos Apóstoles, á quienes Dios coneedió el
ella del cielo á la tierra, que no le niegues un poder de absolver ó retener los pecados; inter-
lugar en la morada de los santos Patriarcas. cedan por él todos los santos y elegidos de Dios,
Reconoce, Señor, tu criatura, obra, no de que sufrieron en este mundo por el nombre de
dioses extraños, sino tuya, Dios único vivo y Jesucristo; á fin de que libre de los lazos de la
verdadero; porque no hay otro Dios mas que carne, merezca entrar en 1» gloria del reino eeíes-
1.36 • ^ f 187 -
tial por la gracia de nuestro S^ñor .'esucristo^ nuestras almas, en unión de aquella divina
que con el Padre y el Espíritu Santo vi\e y intención con que en la tierra orasteis á vues-
reina por los siglos de los siglos. Amen. tro Eterno Padre, os ofrezco y presento [por
PRACTICA y por todos mis prójimos] este espiritual
PABA ANDAS LA VIACRUCIS ejercicio, en memoria, honor, reverencia y cul-
Congregados los que hubieren de practicar to de vuestra s a g r a d a pasión y muerte, y de
este ejercicio en el lugar de la primera estación, cuantos pasos disteis, ¡oh amantísimo Dios! por
hincados de rodillas besarán la tierra, y hecha nuestro remedio y rescate. ¥ pretendo ganar
la señal de la cruz, dirán el siguiente teda» las indulgencias que han concedido tu«
ACTO DE CONTRICION. vicarios en la tierra, y te lo ofrezco todo en re-
Señor mió Jesucristo, Dios y hombre verda- misión de mis pecados, y de las penas mereci-
dero, Criador, Padre y Redentor mió, por ser das por ellos, ó por las almas de mis mayores
vos quien sois, y porque os amo sobre todas obligaciones, según el órden de la caridad ó jus-
las cosas, pésame en el alma y con todo mi cora- ticia que debo y puedo hacer. Finalmente, os
zon de haberos ofendido: propongo firmemente suplico, dueño y Señor mió, por el remedio de
con vuestra gracia de nunca más pecar, y de todas las necesidades comunes y particulares
apartarme de toda ocaeion de ofenderos, de de la 6anta Iglesia, por la exaltación de núes-
confesarme y cumplir la penitencia que me fue- tra santa fé oatólica, paz y concordia entre los
re impuesta: Ofrezcoos mi vida, obras y traba- príncipes cristianos, extirpación de las herejías,
jos en satisfacción de todos mis pecados, y con- conversión de los infieles y pecadores, y cuan-
fio en vuestra divina bondad y misericordia in- to sea conforme á vuestro divino beneplácito
finita, me los perdonareis por los méritos de^ y espiritual aprovechamiento nuestro, para que
vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, empleados en serviros, imitando vuestros divi-
me daréis gracia para enmendarme y perseve- nos pasos, sea nuestro fin vuestra amistad y
rar en vuestro santo servicio hasta el fin de gracia, para alabaros en eternidad de gloria,
mi vida. Amen. Amen:
Luego el que ofreciere dirá en voz alta (a- Un padre nuestro, Ave María y Gloria
compañándole los demás con el corazon) el si- Patri.
guíente. "t"
OFRECIMIENTO. PRIMBRA ESTACIÓN.
Amantísimo Jesús. Redentor, salud y vid» Besan todos la tierra y dicen:
v. Adoramus te Christi, et bendeoimus tibi. estaciones en la misma forma, meditando el pa-
R. Quia per Sanctam Crucem tuam redi- to 6 rezando la estación del Santísimo Sacra-
misti mundum. mento, y de la misma suerte se hará en las de-
Luego enderezándote, atenderán á lo siguien- mas.
te, que en voz alta leerá el que ofrece:
Contempla, alma, en esta primera estación,
+
SEGUNDA ESTACION.
que es la casa de Pilato, donde fué rigorosa- Contempla, alma, en esta segunda eatacion,
mente azotado ek Redentor del mundo, corona- como es el lugar donde á nuestro amado Jesús
do de espinas y sentenciado á muerte. le pusieron en sus lastimados hombros el gra-
Meditan algún tanto, y luego prosigue el qut ve peso de la Cruz.
ofrece: ORACION.
ORACION. ¡Oh Rey supremo de los cielos! que sufriste
¡Oh suavísimo Jesús! que quisiste padeoer ser entregado á la voluntad de los judíos, pa-
como vil esclavo delante del sacrilego pueblo, ra ser cruelmente atormentado, y recibiste el
esperando la sentencia de muerte que contra grave peso de la oruz: ruégote, pues, Señor,
t í daba el tirano juez: suplicóte, Señor mió, tome gustoso la cruz de la penitencia, paia que
que por esta mansedumbre tuya mortifique yo te vea siempre en el cielo. Amen.
mi soberbia, para que sufriendo eon humildad
las afrentas de esta vida, te goce en la eter- TERCERA ESTACION.
na. Amen. Contempla, alma, en esta tercera estación,
Dicen todos: Señor, pequé, tened misericor- como es el lugar donde caminando el Señor con
dia de mí. Pecamos, Señor, y nos pesa: ha> la cruz acuestas, gimiendo y suspirando, cayó
bed misericordia de nosotros. en tierra y debajo de la santa cruz.
Luego besando la tierra, dicen: ORACION.

Bendita y alabada sea la sagrada pasión y .¡Oh amabilísimo Jesús! que fatigado con la
muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los do- cruz te obligó á caer en tierra el grave peso de
lores y angustias de su purísima Madre María ella, para que conociésemos la gravedad de
Santísima Señora nuestra, concebida sin man- nuestros pecados, figurados en ese madero: rue-
cha de pecado original en el primer instante go ¿ tu clemencia divina, que me levante de
de su ser natural. Amen. la culpa y que esté siempre firme en el cum-
Dicho esto, se levantarán y proseguirán las plimiento de tus leyes. Amen.
uo
•»'.: Vi • • • ; t v* flo «SÍ :,,„ t
CUARTA ESTACION.1 SEXTA ESTACION.
Contempla, alma, en esta cuarta estación,
Contempla, alma, en esta sexta estación, el
como es el lugar donde caminando el Señor
lugar donde la mujer Verónica, viendo á Je-
con la santa cruz acuestas, se encontró con su
sús tan fatigado y su rostro oscurecido con el
santísima ,Madre
_ - triste
-a— y--afligida.
- .j sudor, polvo, salibas y bofetadas que le dieron,
í/855
ORACION.
•ú le u se quitó un lienzo con que le limpió.
¡Oh Señora, la más afligida de la« mujerei! ORACION.
Por el cruel dolor que traspasó tu corazon mi-
¡Oh hermosísimo Jesús! que siendo afeado
rando á Jesús tu Hijo, afeado su rostro, done-
tu rostro con las inmundas salivas, te limpió
grido su ouerpo y hecho oprobio de los hom-
el sudor aquella piadosa mujer con las tocas
bres, te ruego, Madre afligida, pues que fui la
de su cabeza, y quedó impresa en ella: te su-
oausa de tus dolores, los llore amargamente.
plico, Señor, que estampes en mi alma la imá-
Amen.
gen de tu santísimo rostro, y que la conserve
+ MV1 ft]OSOJ^ÜÍi siempre. Amen.
QUINTA ESTACION.

Contempla, alma, en esta quinta estación, SETIMA ESTACION.

como es el lugar donde alquilaron á Simón Ci- Contempla alma, en etta sétima estación,
rineo para que ayudase á llevar la cruz á nues- como es el lugar de la puerta judiciaría, en
tro Redentor, no movidos de piedad, sino te-v donde cayó el Señor segunda vez, por habér-
iniendo se les muriese en el camino por el pe- sele hecho en el hombro una llaga muy gran-
3 3 1
so grande de la cruz. de y mortal.
° A:; .•
ORACION.
ORACION. Í¡ • ,

¡Oh amtntísimo Jesús! pues por mi amor lle- ¡Oh suavísimo Jesús! que por la fatiga de tu
vaste la muy pesada Cruz, y quisiste que en delicado cuerpo, caíste segunda vez con la cruz:
persona del Cirineo te ayudáiemos á llevarla, te suplico, Señor, me hagas conocer el inmen-
te suplico, Señor, me abrace con la cruz de so peso que tienen mis pecados: dame tu gra-
mi estado, para que siguiendo t u s pasos con- cia para que no me arrastren á la eterna pe-
siga los gozos eternos. Amen. na. Amen.
t f como es el lugar, donde habiendo llegado el Se-
OCTAVA ESTA OIOS. ñor al monte Calvario, le desnudaron y le die-
Contempla, alma, en esta octava estación, ron á beber, vino mezclado con hiél.
como es el lugar, donde unas piadosas muje- ORACION.
res, viendo al Señor que llevan á crucificar, ¡Oh pacientísimo Jesús! pues sufriste quita-
lloraron amargamente de verle tan injuriado, sen tus vestiduras y que renovaran todas tus
ORACION. llagas, quedando desnudo delante de todos: te
¡Oh Maestro soberano! que viendo á las pia- ruego, Señor, por estos dolores, y por el que
dosas mujeres que se dolían de tus trabajos,, sentiste cuando te ofrecieron el vino mezclado
las enseñaste á que llorasen por sí y por tus con hiél, que no beba yo los deleites, que mez-
culpas: concédeme, Señor mió, que con ferto- clados con hiél de culpas me ofrece el mundo.
rosas lágrimas de contrición lave mis pecados, Amen.
para que esté siempre en tu amistad y gracia, t
UNDECIMA ESTACION.
Amen.
Contempla, alma, en esta undécima estacioD,
t
como es el lugar, donde f u é clavado el Señor
NOVENA ESTACION.
en la cruz, y oyendo su santísima Madre el
Contempla, alma, en esta novena estación
primer golpe del martillo, quedó como muer-
como es el lugar donde cayó el Señor tercers
ta del dolor, y le volvieron á poner la corona
vez en tierra, hasta llegar con su santa boca ti de espinas.
el suelo, y queriéndose levantar, no pudo, áo ORACION.
tes volvió á caer de nuevo. w ¡Oh clementísimo Jesús! pues sufriste ser ex-
ORACION.
tendido en la cruz, y que clavasen tus piés y
¡Oh benignísimo Jesús! que sufriste atrope
manos en ella: te ruego, Señor mió, que por
liaran tu divina persona, con que te hiciero:
tu inefable caridad, no extienda yo mis piés y
tercera vez dar en tierra con la cruz: suplicóte
manos á maldad alguna, sino ántes viva cruci-
Señor mió, que sufra las desmesuras de mis
ficado en tu santo servicio. Amen.
+
enemigos, y que teniendo paciencia en mis tía
bajos, te goce en los contentos eternos. Amen
DUODECIMA ESTACION.
DECIMA ESTACION. Contempla, alma, en ésta duodécima esta-
ción, como es el lugar donde ya crucificado el
Contempla, alma, en esta décima estación
144 145
Señor, le dejaron caer de golpe en el agujere blando mi duro oorazon, y coloque en él un a-
de una peña. mor grande, para amallo y servirle. Amen.
ORACION. Y para que alabemos y demos gracias al Se-
¡Oh divino Jesús! que crucificado entre dos ñor, que tanto quiso padecer por nosotros res-
ladronee, fuiste levantado á vista de todo el ponderán todos lo siguiente: Bendito y alabado
mundo, y padeciste tormentos insufribles; rué' sea para siempre, tan gran Señor.
gote, Señor mió, que sanéis mi alma, y que so- Por las agonías del huerto, y prisión del Se-
lo á tí ame, á tí quiera y por tí muera. Amen, ñor.
t Bendito y alabado sea, etc.
DECIMA TERCIA ESTACION. Por las bofetadas y golpes que padeció el
Contempla, alma, en esta décima tercia es- Señor por nosotros.
tación, como es el lugar, donde José y Nicode- Por las afrentas, falsos testimonios y des-
mus bajaron el santo cuerpo de la cruz, y lo precios que con tanto amor sufrió por nosotros.
pusieron en los brazos de la sautísima Virgen, Por las salivas y blasfemias que con tanta
ORACION. paciencia toleró por nosotros.
¡Oh Madre de misericordia! por aquellas pe- Por los azotes y dolores que 6Íntió amarra-
ñas que padeciste, cuandopusieron á tu muj do á la columna.
amado Hijo en tus brazos, y f u é ungido por tí Por el escarnio y mofa que padeció el Se-
te suplico me alcances un gran dolor de haber- ñor cuando le cubrieron su santísimo rostro,
le ofendido, y compasion de tus muchas penas vistieron de púrpura, y le pusieron por cetro
t
DECIMA CUARTA ESTACION.
i una caña, como á rey de burlas.
Por la corona de espinas que traspasó su
Contempla, alma, en esta última estacioi
santísima cabeza.
como es el lugar, donde la virgen María 6eSfr
ra nuestra, puso el cuerpo de su querido hijt Por la vergüenza que sintió el Señor, cuan-
do despues de azotado le mostró Pilato al
en el santo sepulcro.
pueblo, diciendo: Mirad aquí el hombre.
ORACION.
Por la sangre y lágrimas que vertió el Se-
¡Oh purísima Señora! por la grande penaqw
ñor en su santísima pasión.
padeciste cuando quitaron de tus brazos á ti
Por la sentencia de muerte que por nuestro
soberano hijo, para ponerlo en el sepulcro, 11
remedio con tanto amor admitió.
suplico me alcances de su divina Majestad. 6
37
Por la cruz que por nuestras culpas cargó bierto de confusion, y penetrado del dolor de
el Señor, y por las caidas que dió en el cami- mis culpas, vengo, Señor, á vuestros piés.
no del monte Calvario. Yo vongo cou firme resolución de abominarlas
Por los dolores que sintió cuando despoján- todas, y con un verdadero pesar de haber o-
dole de sus vestiduras para crucificarle le re- fendido á un Dios tan bueno, tan amable,
novaron todas sus llagas. y tan diguo de ser amado. ¡Ay Dios mió de
Por los dolores que sintió cuando con tanta mi alma! ¿Esta es la correspondencia que me-
crueldad le clavaron sus santísimos p i é i j recen, Señor, vuestras piedades? ¿Este es, Dios
manos. mió, el reconocimiento que vos esperábais de
Por el dolor que sintió cuando le levantaron mí, despues de haberme amado, hasta derra-
clavado en la cruz. mar vuestra preciosa sangre, por librarme de la
Por la hiél y vinagre que gustó por nosotros. crueldad de mis enemigos, y de las llamas del in-
Por su santísima muerte, por la lanzada con infierno? Sí, señor, yo he sido con vos muy vil é in-
que atravesaron su santísimo costado ya difun- grato. Pidoos humildemente perdón de todos mis
to, y por la sangre y agua que salió de eu san- pecados:dadme gracia parahacer digna peniten-
tísimo costado. cia de ellos: haced, Dios mió, que me llegue á
Por el entierro y sepultura, y por todo cuan- los piés del confesor, que en vuestro nombre
to padeció el Señor en su santísima pasión: me espera, con las disposiciones necesarias: dad-
Bendito y alabado, etc. me luz para oonocer la fealdad de mis culpas:
Bendito sea para siempre tan gran SeBor: dadme una verdadera contrición de ellas: a-
alábente los ángeles por el amor con que tan- brid mi boca, para que las confiese enteramen-
to quiso padecer por nosotros; y pues nuestro«» te, á fin de que reciba dignamente el santo sa-
peoado8 fueron causa de tantas penas, digan cramento de la Penitencia, y obtenga vuestra
todos coa íntimo dolor de haberle ofendido:. divina gracia. Amen.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Peca- ORACION P A R A D E S P U E S D E LA
mos y nes pesa, tened misericordia de nosotros.
CONFESION.
ORACION
PARA ANTES DE CONFESARSE. Por los merecimientos de la bienaventurada
siempre virgen María, y de todos los Santos,
Por el Ilustrísimo Sr. S. Alfonso
humildemente oa suplico, Señor mió Jesucris-
María de Ligorio.
to, que os sea acepta y agradable esta eonfe-
Dios y Señor de las misericordia?; todo cu-
Por la cruz que por nuestras culpas cargó bierto de confusion, y penetrado del dolor de
el Señor, y por las caidaa que dió en el cami mis culpas, vengo, Señor, á vuestros piés.
no del monte Calvario. Yo vongo cou firme resolución de abominarlas
Por loa dolores que sintió cuando despoján- todas, y con un verdadero pesar de haber o-
dole de sus vestiduras para crucificarle le re- fendido á un Dios tan bueno, tan amable,
novaron todas sus llagas. y tan diguo de ser amado. ¡Ay Dios mió de
Por los dolores que sintió cuando con tanta mi alma! ¿Esta es la correspondencia que me-
crueldad le clavaron sus santísimos pié» y recen, Señor, vuestras piedades? ¿Este es, Dios
manos. mió, el reconocimiento que vos esperábais de
Por el dolor que sintió cuando le levantaron mí, despues de haberme amado, hasta derra-
clavado en la cruz. mar vuestra preciosa sangre, por librarme de la
Por la hiél y vinagre que gustó por nosotros. crueldad de mis enemigos, y de las llamas del in-
Por su santísima muerte, por la lanzada con infierno? Sí, señor, yo he sido con vos muy vil é in-
que atravesaron su santísimo costado ya difun- grato. Pidoos humildemente perdón de todos mis
to, y por la sangre y agua que salió de su san- pecados:dadme gracia parahacer digna peniten-
tísimo costado. cia de ellos: haced, Dios mió, que me llegue á
Por el entierro y sepultura, y por todo cuan- los piés del confesor, que en vuestro nombre
to padeció el Señor en su santísima pasión: me espera, con las disposiciones necesarias: dad-
Bendito y alabado, etc. me luz para oonocer la fealdad de mis culpas:
Bendito sea para siempre tan gran SeBor: dadme una verdadera contrición de ellas: a-
alábente los ángeles por el amor con que tan- brid mi boca, para que las confiese enteramen-
to quiso padecer por nosotros; y pues nuestro«» te, á fin de que reciba dignamente el santo sa-
peoados fueron causa de tantas penas, digan cramento de la Penitencia, y obtenga vuestra
todos coa íntimo dolor de haberle ofendido:. divina gracia. Amen.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Peca- ORACION P A R A D E S P U E S D E LA
mos y nes pesa, tened misericordia de nosotros.
CONFESION.
ORACION
PARA ANTES DE CONFESARSE. Por los merecimientos de la bienaventurada
siempre virgen María, y de todos los Santos,
Por el Ilustrísimo Sr. S. Alfonso
humildemente oa suplico, Señor mió Jesucris-
María de Ligorio.
to, que os sea acepta y agradable esta eonfe-
Dios y Señor de las misericordia?; todo cu-
aioD que acabo de hacer: suplid con vuestra' sible, mi amado Redentor, que de aquí á po-
misericordia los defectos que en ella haya co^ cos instantes habéis de venir á mí? ¿un Dios
metido, para que por los méritos de vuestra infinito á un pecador tan malo é ingrato como
preciosa sangre, alcance la perfecta y plenaria yo? ¡Oh Dios escondido y desconocido de la
absolución de mis pecados. Amen. mayor parte de los hombres! yo os confieso,
oreo y adoro en el santísimo Sacramento por
ACTOS QUE S E D E B E N H A C E R
mi Señor y Salvador, y por confesar y defen-
antes de la comunion, con mucha der esta verdad, daría voluntariamente mi pro-
pausa y fervor. pia vida. Vos venís para enriquecerme de gra-
I cias, y para uniros conmigo. ¡Ah, mi dulce Se-
ñor! cuánta debe ser mi confianza, sabiendo
ACTO DE FE. que venís por motivos tan amorosos.
¡Ah mi amabilísimo Salvador! qué excesos d«
amor, qué abatimientos de vuestra divina Ma- ACTO DE CONFIANZA.
jestad practicasteis para uuiros conmigo en e> Alma mia, dilata tu corazon, Jesús puede ha-
se adorable Sacramento! siendo Dios, os hicis- certe todo bien: él te ama excesivamente: es-
teis hombre: siendo inmenso, os hicisteis sier- pera, pues, grandes favores de este tu amante
vo: descendisteis del seno del Eterno Padre Señor, que impelido de su grande amor, viene
al seno de una Virgen: del cielo á un pesebre: á consolarte. Sí, mi amado Jesús; yo confio en
del trono de gloria á un patíbulo de ajusti- vuestra bondad, que entrando ahoraen mi pecho,
ciados: y esta mañana salis de ese sagrario pa- encendereis en mi pobre corazon, la suave lla-
ra venir á habitar dentro de mi pecho. ^
ma de Vuestro puro amor, y un eficaz deseo de
H é aquí, oh alma mia, á tu amante Jesús, ejecutar en todo vuestra santísima voluntad.
que ardiendo en aquel mismo amor con que te; III.
amó en la cruz, muriendo por tí, está en aquel ACTO DE AMOB.
divino Sacramento esperando que llegues á re- ¡Oh Dios mió, Dios mió! verdadero y único
cibirle; y desde allí está observando tus pensa- amante de mi alma! ¿qué más podéis hacer pa-
mientos, tu amor, tus deseos, t u i pretenciones,ra que os ame? No os bastó morir por mí: qui-
y las ofrendas que vas á presentarle. sisteis instituir ese grande Sacramento para da-
Ea, pues, alma mia, disponte para recibir á ros todo á mí, y unir vuestro Corazon á mi co-
Jesús, y primeramente dile con viva fe: ¿es po-i razon, al corazon de uDa criatura tan mala y
38
tan ingrata como soy yo. ¡Oh amor inmenso! a-' lante de vos. El temor y el respeto me quie-
mor incomprensible! amor infinito! un Dios que- ren apartar de vos; mas si me retiro de vos,
rer darse á mí! ¿dónde iré? ¿y qué será de mí? No, Señor: no
Alma mia, ¿tú lo orees? pues qué haces? qué quiero ausentarme de vos, ántes deseo cada
dices? ¡oh Dios, oh Dios! ¡oh amor infinito, ú- vez acercarme más á vos. Vengo, pues, oh
nioo objeto digno de todo mi amor! yo os amo mi amable Salvador; vengo á recibiros esta
eon todo mi corazon; os amo sobre todas las co- mañana, humillado y confuso por mis pecados;
sas, os amo más que á mi propia vida. -Oh si mas muy confiado en vuestra piedad, y en el
pudiese hacer que todas las criaturas os ama-| amor que me teneis.
sen cuanto vos mereceis! ¡ay, quién me diera V.
amaros con aquel amor con que os aman los se- ACTO DE CONTRICION.
rafines; con aquol amor con que os ama mi Ma- ¡Oh Dios de mi alma, cuánto me pesa de no
dre y Señora María Santísima! afecto? terrenos, haberos amado todo el tiempo de mi vida! án-
salid de mi corazon: Madre del amor hermoso, tes, en vez de amaros os ofendí é injurié, y
Virgen Santísima, ayudadme á amar á aquel por satisfacer mis deprabados apetitos, disgus-
Dios que tanto deseáis ver amado. té muchas veces á vuestra bondad infinita, os
IV. volví las espaldas, y desprecié vuestra gracia
ACTO DE HUMILDAD. y vuestra amistad. ¡Oh cuánto me pesa, Se-
¿No eres tú, alma mia, la que vas á recibir ñor! ¡quién me diera que se partiese de dolor
ahora el sagrado cuerpo de Jesucristo? ¿Eres mi corazon! aborrezco más que todos los ma-
acaso digna de tan alto favor? ¡Ay Dios mió! les, las ofensas que he cometido, así graves co-
¿quién soy yo, y quién sois vos? yo sé bien, y^ ma leves. Confio que vos me habéis ya per-
creo firmí&imamente que vos sois un Dios de donado; mas si aun no he conseguido el per-
Majestad infinita é incomprensible; mas lo que. don, perdonadme ántes que os reciba. La^ad
yo soy, vos, Señor, lo sabéis. ¿Es : pues, posi- con vuestra sangre esta alma, en que quereis
ble, Jesús mió, que vos, pureza infinita, de- venir á habitar dentro de pocos instantes.
8eeis entrar en una alma tan impura como la VI.
mia, y que tantas veces ha sido manchada con ACTO DE DESEO.
el lodo vil de mis enormes pecados? ¡Ah, Se- Ea, pues, alma mia: ha llegado ya la
ñor! á vista de vuestra infinita Majestad, y de hora feliz, en la cual tu buen J e s ú s ha de en-
mi gran miseria, me avergüenzo de pareoer de- trar en tu pobre corazon. He aquí el Rey del
oielo, tu Redentor y tu Dios, que ya viene i" SUS, ¿qué haces, qué le dices? ^ ¿No hablas
tí: disponte á recibirle con amor: llámale con con tu Dios que está dentro de tí? Ea, pues,
un deseo muy vivo. Venid, ¡oh Jesús mió! ve- aviva otra vez tu fé, oonsidera que los ángeles
nid á mi alma que os desea mucho. Mas prim* están al rededor de tí adorando á su Dios que
ro que vos os entregueis á mí, quiero yo darme está dentro de tu pecho. Adora tú ahora tam-
todo á voi: aquí os entrego mi miserable cu- bién dentro de tí á tu Señor; recógete en tí
razón, aceptadle y venid, dáos prisa, á tomar, misma, y echa de tí todos los otros pensamien-
posesion de él. tos; une todos tus afectos á tu Dios, y dile:
Venid, mi Dios, dáos prisa, y no tardéis, ú-| II.
nico é infinito bien mió, mi tesoro, mi vida,
ACTO DE HUMILDAD.
mi paraíso, mi amor y todo mi bien. Yo qui-
siera recibiros con aquel amor con que os re- ¡Ay Jesús mío! mí amado, mi bien infinito!
oiben las almas más 6antas, con aquel amoi ¿A dónde estáis, Señor? Dentro de mi cora-
con que os recibía María Santísima. zon? De un corazon tan lleno de amor propio
Virgen soberana, Madre mia: me acerco yi y de apetitos desordenados? Quisiera deciros
¿ recibir & vuestro Hijo. Dadme, Señora, ei con Sao Pedro: retiráos, Señor, de mí, porque
esta mañana á vuestro Jesús, como lo disteis soy muy indigno de hospedar un Dios de infi-
al santo viejo Simeón: yo de vuestras purísi- nita majestad; idos á habitar en aquellas almas
mas manos lo quiero recibir: decidle que soy puras que os sirven con tanto amor: ¿mas q u é
vuestro siervo y devoto, porque así él me mi digo, Redentor mío? ¿Qué 6eria de mí si vos
rará con ojos más amorosos: asistidme y v* me dejaseis? ¿Dónde iria sin vos, eino A per-
ledme. derme para siempre? No os ausenteis, pues,
ACTOS PARA DESPUES DE LA COMUNION. de mí: yo me uno á vos, que sois mi verdade-
I. ra vida: muy loco fui, Señor, cuando me apar-
ACTO DE FE. té de vos por amor de las criaturas; pero pro-
testo ahora en vuestra presencia que no quie-
Ya mi Dios ha venido á visitarme, y mi Sal-
ro jamás separarme de vuestra voluntad: mi
vador ha venido á habitar en mi alma. Ya m
deieo es vivir y morir unido con vuestro
Jesús está dentro de mí. ¡Oh bondad infinita! ¡ol
Corazon.
misericordia infinita! ¡oh amor infinitol ¡un Dic¡
Virgen Santísima, serafines, almas que a-
venir á unirse conmigo, y hacerse todo mi'
mais á Dios con puro amor, comunicadme vues-
Alma mía, ahora que estás tan unida con J*
39
tros afectos para que haga la compañía que de-' BÍ, mis potencias y sentidos sean ya todos vues-
bo á mi amado Señor. tros, para que no se empleen sino en vuestro
III. obsequio: el entendimiento sólo me sirva para
ACTO DB AGRADECIMIENTO. pensar en vuestra iufinita bondad, y la volun-
Dios mío y Señor mió, ot doy gracias, del» tad, sólo para amaros. También os consagro
merced que me habéis hecho esta mañana di y ofrezco esta mañana todo cuanto tengo; mis
Teñir á habitar en mi pobre alma. Pues quisiera, pensamientos, mi, afectos, mis deteos, mis gus-
daros un agradecimiento digno de vuestra Mi tos, mia inclinaciones y mi libertad. En fin, en
jestad, y del grande favor que me habéis hej vuestras manos entrego mi cuerpo y mi alma.
cho. Mas ¿qué agradecimiento podrá daros & Aceptad, oh Majestad infinita, el sacrificio
na criatura miserable como yo? Si el jóven To que de sí mismo os hace el pecador más ingra-
bías no hallaba en sí posibilidad para agrade- to que ha habido sobre la tierra: pero que aho-
cer dignamente ai arcángel San Rafael los be ra se entrega y pone todo sin reserva en vues-
neficios temporales que de él habia recibido tras divinas manos. Haced, Señor, de mí to-
¿cómo podré yo agradeceros, Señor, no ya loi do lo que os agrade: venid, ¡oh fuego consu-
beneficios temporales, sino el don de vuesta midor, oh amor divino! y destruid en mí todo lo
Cuerpo y Sangre sacramentado que ahora mi que no agrada á vuestros purísimos ojos: ha-
disteis en alimento? ced que de hoy en adelante sea todo vuestro,
¡Ah Señor! aceptad á lo ménos los fervoro y viva solamente para cumplir y obedecer, no
sos deseos que tengo de seros agradecido! M sólo vuestros preceptos y consejos, sino también
M a d r e y Señora María Santísima, santos m vuestros santos deseos y vuestro mayer gusto.
abogados, ángel de mi guarda, almas que viví* Oh Virgen santísima, presentad con vuestras
abrasadas en el amor de Dios, venid á ver j. purísimas manos esta mi ofrenda á la Santísi-
a d m i r a r el excesivo favor que ahora me ha« ma Trinidad, y alcanzadme que la acepte, y me
y d a d l e por mí las gracias. comunique la gracia de serle fiel hasta la
IV. muerte.
A C T O DE OFRECIMIENTO.
V.
ACTO DE PETICION.
¡ A h Señorl ya que os dignasteis visitar la pfr
Alma mia ¿qué haces? No pierdas este tiem-
bre casa de mi alma; yo os la ofrezco con todi
po precioso en que puedes recibir todas las gra-
mi libertad y voluntad: vos os habéis entregi
oias que pidieres. ¿No ves al Eterno Padre q i e
do t o d o k mí, y yo me quiero dar todo á TOS
está mirando amorosamente dentro de ti á er ioiub :"\¡üO
Trigo de los pTédestiní
amado Hijo, objeto en quien más se compl&ct Vino que engendra Vírgenes.
su amor? Echa fuera de tí todos los peneamie& Pan sobresustancial.
tos mundanos: aviva tu fé, dilata tu corazon, j l'J ¿í V*
Sacrificio perpétuo.
pide cuanto quisiere«. ilA
Ofrenda limpia.
ooií il
No oyes al mismo Jesús que dice á tu cora- Cordero sin mancha. a 0
zoo: alma, ¿di lo que quisieres de mí? yo vine Meba purísima.
para enriquecerte y contentarte; pide con con- Manjar de los Angeles. :q so
fianza, y alcanzarás cuanto pidieres. ¡Ay a, Maná escondido. >JU
dulcísimo Salvador! ya que venisteÍ6 á mi al Recuerdo de las maravillas de Dios.
ma para comunicarme vuestras graoias, y de-, Verbo hecho carne. U2
seáis que os las pida: yo no busco, Señor, los Habitante entre nosotros.
bienes de la tierra, ni las honras, ni las rique- Hostia santa.
It-t
O
zas, ni los contentos del mundo: lo que ahon Cáliz de bendición. o
os pido humildemente, es un grande dolor di Misterio de fé. , vo
mis pecados: una luz que me haga conocer h Excelso y venerable Sacramento.
vanidad del mundo, y cuán digno sois de ser El máB santo de todos los Sacrificios.
infinitamente amado. Tened eate mi corazon, Verdaderamente propiciatorio para O
y dadme un corazon en todo conforme á vues- vivos y difuntos. Jf
:q ci
tra santísima voluntad; un corazon que no bus- Antídoto contra todo pecado. 'Si
que sino vuestro santo amor. Yo no merezca Milagro estupendo sobre todos los O
m
estos favores, mas vos los mereceis, mi amado> milagros. o
Jesús: yo os lo pido por vuestros méritos, poi Memoria sacratísima de la pasión H
los de vuestra purísima Madre, por el amo! ¡ del Señor. j ' ' ",'
r» , , , . • i
que teneis á vuestro Eterno Padre. Don que excede toda riqueza.
u<i
PRECES EN FORMA DE LETANIAS AL SANTISIMO Reéuerdo del divino amor.
SACRAMENTO. Remedio de inmortalidad.
1 Yx
Pan vivo bajado del cielo, ten misericordi» Sacram^to que da la vida. '
de nosotros. Incruento sacrificio.
Dios oculto y Salvador, ten misericordia de Comida y convidador del festín di-
nosotros. vino. J
está mirando amorosamente dentro de ti á er ¿oiub :"\¡üO
Trigo de loe pTédestiní
amado Hijo, objeto en quien más se compl&ct Vino que engendra Vírgenes.
su amor? Echa fuera de tí todos los peneamien- Pan sobresustancial.
tos mundanos: aviva tu fé, dilata tu corazon, j ¿í V*
Sacrificio perpétuo.
pide cuanto quisiere«. ilA
Ofrenda limpia.
ooií vi
No oyes al mismo Jesús que dice á tu cora- Cordero sin mancha. a 0
zoo: alma, ¿di lo que quisieres de mí? yo vine Meta purísima.
para enriquecerte y contentarte; pide con con- Manjar de los Angeles. :q so
fianza, y alcanzarás cuanto pidieres. ¡Ay tu. Maná escondido. >JU
dulcísimo Salvador! ya que venisteÍ6 á mi al- Recuerdo de las maravillas de Dios.
ma para comunicarme vuestra« graoias, y de-, Verbo hecho carne. U2
seáis que os las pida: yo no busco, Señor, los Habitante entre nosotros.
bienes de la tierra, ni la« honras, ni las rique- Hostia santa.
I
t-t
O
zas, ni los contentos del mundo: lo que ahon Cáliz de bendición. o
os pido humildemente, es un grande dolor di Misterio de fé. , vo
mis pecados: una luz que me haga conocer h Excelso y venerable Sacramento.
vanidad del mundo, y cuán digno sois de ser El máB santo de todos los Sacrificios.
infinitamente amado. Tened eate mi corazon, Verdaderamente propiciatorio para O
y dadme un corazon en todo conforme á vues- vivos y difuntos. Jf
:q ni
tra santíaima voluntad; un corazon que no bus- Antídoto contra todo pecado. 'Si
que sino vuestro santo amor. Yo no merezca Milagro estupéndó sobre todos los O
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estos favores, mas vos lo« mereceia, mi amado> milagros. o
Je«us: yo oa lo pido por vuestros méritos, poi H
Memoria sacratísima de la pasión
los de vuestra purísima Madre, por el amo! ¡ del Señor. j ' ' ",'
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que teneis á vuestro Eterno Padre. Don que excede toda riqueza.
u<i
PRECES EN FORMA DE LETANIAS AL SANTISIMO Reéuerdo del divino amor.
SACRAMENTO. Remedio de inmortalidad.
1 Yx
Pan vivo bajado del cielo, ten misericordi» Sacram^to que da la vida. '
de nosotros. Incruento sacrificio.
Dios oculto y Salvador, ten misericordia de Comida y convidador del festín di-
nosotros. vino. J
159
Convite dulcísimo al qqe # r v e p ios" 'S devocion á este admirablà) sacra
; Angel% f l 0 ,.- ¿ ;v onp o » mento, u m¡. i ..di nori .1
Sacramento de p i e d a d Que por la verdadera confesión de
Vínculo de caridad. §§ los pecados te dignes llevarnos á
w
Alimento de las almas santas. i H2 recibir con frecuencia la divina
O
Viático del que muere en el Señor. I ® Eucaristía. Q
Que te dignes librarnos de toda he- í>
Prenda preciosa de la futura gloria .J ?
rejía, cisma y ceguedad del co-
Sénos propicio, perdónanos, Señor. w

§
Sénos propicio, atiéndenos; Señor. j b esBNHP* • aebabiyiiaeì oonio sal ní
ta» I E/vifl olí 3el¡«7ttiom 3( I hh f.Fn9L"i9fl Que te dignes hacernos participantes
í>e recibir indigñámén
de los preciosas, y celestiales fru- Ö
| «^p» f ® • , r-
tos de este santísimo Sacramento. á o
De la concupiscencia de la carne. Que en la hora de nuestra-: muerte ZD
De la concupiscencia de Jo f ^ s . ,89ÍOÍ
te dignes canfortarnos y fortalece
F
j?e,la soberbia de la vida. >H cernos con este celestial Viáfcibojoj neuiì
:j)e toda ocasion de pecar. w
Z. . i.j.: i • • ^ yv y ¿•i'-- V. Panem de coelo praesütisti eis.
T o r aquel ardiente desep que tenias E.. Omne delectamentum in se habentem.
'a , v» i. r
_ de comer la Pascua con tus disci- OREMUS.
OQ Deus qui nebis sub Sacramento miràbili Pà-
§ pules.'
GQ siopis tuae memoriam reliquia ti; tiibue quaesu-
Por la profunda humildad con que :
oS
lavaste los piés á tus discípulos. mus, ita nos. Corporis et Sanguinis tui sacra
Por la ardiendísima caridad con que £0 mysteria venerari, ut redemptiónis tuae frac-
tura in nobis jugiter sentiamus.. : Qui vivis et
.., instituíste este divino sacramento,
regnas in saecula saeculorum. « y in:
l ^ o j tu preciosa sangré que nos de-
Tanto consuelo encontraba san Luis Gonza-
es jpste en el altar.
ga en estas preces, que quiso rezarlas poco án-*
Por las cinco llagas de tu sacratísi-
tes de morir.
mo Cuerpo.
INDULGENCIAS
Nosotros pecadores, te roganos óye-
Que los fieles pueden ganar con los rosarios,,
nos.
medallas ó crucifijos benditos por los P P . nw>-
Que t e dignes conservar y aumentar sioneros de la compañía de Jesus.
en nosotros la fé, reverencia y
INDULGENCIAS PLENARIA& Estas indulgencias no pueden trasmitirse á
1. Én la hora de la muerte invocando, si nc otras personas; de suerte que una vez distri-
se ifuade «oírla boca, á lo ménos con el cora- buidos estos rosarios, medallas benditas, eto.,
zon, el santísimo nombre de Jesús. perderían sus indulgencias, si se vendiesen, pres-
2 . En las:siete principales fiestas de Nuet tasen ó diesen á otros. Gregorio X V I .
tro Señor Jesucristo, Natividad, Epifanía, Re- INDULGENCIAS
surrección, Asoensionp Pentecostés, Trinidad Que Santa Sede ha concedido á los fieles
y 6orpus GhristL : : oo r : -ife.' que asisten á las misiones de la Compañía de
i . Én las cinco festividades más señaladas de Jesús.
Maiía Santísima, que son: Concepcion^Nati. INDULGENCIAS PLENARIAS.
vidad, Anunciación, Purificación y Asunción 1- Confesando y Comulgando cualquier dia
de la mision
% Én las fiestas de todos los santos, de san después de haber asistido á lo mé-
nos á cinco
José, san J u a n Bautista, y de todos los Após- ejercicios de ella y rogado por la
toles, icón.tal que confesados y comulgados rúa- P a z y concordia entre los príncipes cristianos,
guen por liffl fines de la santa Iglesia, hagai exaltación de la fé católica, y extirpación de
Ias
a k u n a obaá de misericordia, oigan Misa, ó w herejías. Greg. X V I , 20 de Dioiembre

UUÜUI at ia m1
•xi Los que; ¿hicieren otro tatito e n i a s deifiii . ~ i«* " » '
fictas deliSañor ó de su- Madré santísima, » 610D e n I a h o r a d e l a m u e r t ® confesando y ce-
narán ñor « « U vez. «reta años v siete cuar<¿ mulgando, si pueden; y si nó, pronunciando

no de diohés objetos benditos, ó re¿ar las oí*


Cien dias de perdón por cada doctrina, y si
ciones respectivas delante de dichas imágenes
162 163
fuere dia de estación en Roma, las mismas in- Igualmente, N. S. P . Pio I X , en 4 de Ma-
dulgencias que se ganarían visitando las igle- yo de 1851, concede en favor de dichas misio-
sias de Roma. nes, cien dias de indulgencia á todos cuantos
Doscientos días por exhortar, rogar y ser adoren y rueguen delante del santo Cristo ó
causa de que otros asistan á la misión. cruz de la misión.
Quince años de perdón por cada sermón que D I A S E N QUE SE GANA I N D U L -
se oiga. GENCIA P L E N A R I A
Siete años de indulgencia por andar juntan- Concedida por la Santa Sede, á los fieles que
do gente para oír la doetrina, como también por habiendo recibido los santos Sacramentos, y o-
avisar ó excitar á los forasteros á que asistan rando por la intención del Sumo Pontífice, vi-
á ella. sitaren alguna iglesia de la Compañía de Jesus.
Cien dias por explicar á la familia la doctri- Dia 1? Enero, Circuncisión del Señor, [Con-
na oída en los sermones, y otras muchas indul- cedida el 16 de Octubre 17-50].
gencias por todos los actos religiosos y obras Dia 5 Febrero, los santos mártires del Japón,
de piedad hechas en la misión, como son can- Pablo Miqui, Juan de Goto y Diego Quisai de
tar, asistir á las procesiones, etc. la Compañía.
Así consta de las bulas de Inoc. X I y X I I I , Dia 11 Mayo, san Francisco de Jerónimo de
Benedicto X I V , Clemente X I I I y Pío VII. la misma; [17 Marzo 1840].
Todas estas indulgencias son aplicables á las Dia 16 Mayo, san Juan Nepomuceno mártir;
Animas del Purgatorio. [22 Agosto 1731].
Añádase á esto que Gregorio X V I , en 17 Dia 16 Junio, san Francisco de Regis de la
de Mayo de 1841, concedió 200 dias de iddul- Compañía de Jesus; [29 Febrero 1742].
gencia por cada uno de los 40 dias que se re- Dia 21 Junio, san Luis Gonzaga idem,
ce la oracion señalada en la misión para obte- [22 Abril 1742]. Además indulgencia plena-
ner del Cielo la perseverancia en los buenos ria en cada uno de los seis domingos que pre-
propósitos. Y quien comulgue en uno de di- ceden á su fiesta, ó de otros seis domingos con-
chos 40 dias á esta intención, ganará indulgen- secutivos del año en que se celebrare la seise-
cia plenaria. Come también haciendo lo mis- na; [11 Diciembre 1739 y 7 Enero 1749].
mo un dia cualquiera de los seis meses prime- Dia 31 Julio, fiesta de san Ignacio de Lo-
roa, despues de la misión. León X I í , 12 A- yola, fundador de la Compañía de Jesus, oo-
bril 1826. mo también los diez domingos que precedan á
su fiesta, ú otros diez domingos consecutivos Indulgencia plenaria en un dia del mes
del año; [8 Junio 1622 y 7 Enero 1767]. de su agregación, si confesados y comulgados
Dia 27 Setiembre, fiesta de los 6antos Cos- hacen oracion según la intención del sumo
me y Damian; [22 Agosto 1731]. Pontífice.
Dia 10 Octubre, san Francisco de Borja, ter- 2* Indulgencia plenaria, si confesados y co-
cer general de la Compañía; [28 Agosto 1683]. mulgados en el dia de Corpus, ó en uno de los
Dia 13 Noviembre, san Estanislao Koska, dias de la octava hacen oracion, como se dijo án-
novicio d é l a Compañía; [31 Julio 1727]. tes, etc.
Dia 3 Diciembre, san Francisco Javier, ^ 3* Indulgencia plenaria en el primer juéves
como también en uno de los diez viérnes y do- de todos los meses, habiendo confesado, comul-
mingos que preceden ó vienen despues de su v* gado y haciendo oracion según la intención del
fiesta en los otros nueve, siete años y siete sumo Pontífice, etc.
cuarentenas; [8 Junio 1622].
4? Indulgencia plenaria, para la hora de la
Comulgando en la comunion general que se
muerte, si arrepentidos de corazon, invocaren,
celebra una vez al mes. [22 Agosto 1613].
á lo ménos de corazon, si no pudieren con la
Los que hicieren ocho, ó, por lo ménos, cinco
boca, el dulcísimo nombre de Jesus y María.
días de ejercicios espirituales en alguna casa de
la Compañía, [Bened. X I V , 15 Jul. 1749]: ó 5^ Indulgencia plenaria, á quien confesado y
en cualquier otro punto bajo la dirección de al- v comulgado, visite en alguna iglesia al Santísi-
guno de nuestros Padres; [29 Marzo 1753]: mo Sacramento, aunque sea depositado en el
y aun haciendo solamente el dia de retiro pre- sagrario, rogando á Dios como arriba, etc. En
parándose á una buena muerte. [16 May. 1753]. J ^ l a s fiestas de la Concepción, Natividad, Puri-
INDULGENCIAS DE LA P I A UNION. ficación, Anunciación y Asunción de la santísi-
La congregación primaria del Sagrado Cora- ma Virgen María; las de Sr. san Jesé, san
zon de Jesús, [ó Pía Union], existe en Roma; Juan Bautista, de los santos Apóstoles san Pe-
y en México en la iglesia de Santo Domingo dro y san Pablo, 6an Juan Evangelista, de to-
está la Pía Union y el libro de asiento. Las in- dos los Santos, y en la conmemoracion de los
dulgencias de la congregación, son las siguien- fieles difuntos.
tes: Pió V I I , concedió perpetuamente á los ads- 6? Siete añoa y siete cuarentenas de indul-
critos á l a Cofradía, las indulgencias si- gencia, á los que confesados y comulgados visi-
guientes: >*>ten al Santísimo Sacramento como se ha dicho
42
íive. 3*? Todos los dias de las nueve fiestas que
a r r i b a , e n las o t r a s fiestas de la s a n t í s i m a V i r - Delebra la Iglesia, de la santísima Virgen Ma-
gen María y de los Apóstoles. ría. El dia de San Márcos Evangelista. 5"?
7? Las mismas indulgencias y de arn- El dia de la Ascensión del Señor. 6? El dia de
ba, á los que estando enfermos, pero que con- la vigilia del Espíritu Santo, y los seis dias que
fosados y comulgados, y en lugar de la visita, siguen de la vigilia etc. 7 ? Los tres dias de las
rezaren cinco Padre nuestros Ave Marías y témporas de adviento, y las cuatro dominicas
Gloria Patris, en honor del santísimo Sacra- del mismo adviento. 8° El primer dia de la pas-
mentó: y otro Padre nuestro, Ave Mana y Glo- cua de Natividad y I09 tres siguientes. 9 ? Los
ria Patri, según la intención del sumo Ponti- dias de la Circuncisión y Epifanía del Señor.
fice, eto. . , . 10? Las tres dominicas de la Septuajésima, Sexa-
8? Sesenta días de indulgencia, por cualquier jésima y Quincuajésima. Finalmente, todos
o b r a p i a d o s a h e c h a d e v o t a m e n t e , por los agre- los dias del año hay estación en Roma, aunque
gados, en cualquier dia que sea, etc. _ no con indulgencia plenaria, etc., pues los ex-
9? Se ganan las mismas indulgencias, de las presados ántes, son los de las plenarias, etc.,
Estaciones de Roma, según el decreto de la sa- (Véase el bulario por Mendo Cruciato, disp,
grada Congregación de indulgencias, de 9 de 20, cap. 3«? n. 17).
Julio de 1777, á todos los agregados que los
d i a s d e estación, prescritos en e Misal Ro-
mano, visitaren en alguna iglesia al Santi imo
Sacramento, aunque sea depositado en el a-
grario, haciendo oracion como arriba se dice,
eto. (cois). (*) F I N D E L TOMO.
L o s días señalados para las estaciones
en R o m a , s e g ú n a l g u n o s s u m a r i o s y q u e se ga-
nan también en muchas otras partes donde h -
y a la F i a U n i o n d e l s a g r a d o C o r a z o n d e J e s ú s ,
e C o n las s i g u i e n t e s : 19 T o d o s los d í a s de
Es propiedad del editor, quien perseguirá an-
c u a r e s m a , a s í f e r i a s como d o m i n g o s , i - l o d o s
te la ley á quien reimprima esta obra sin su
os días d e la o c t a v a d e la R e s u r r e c c i ó n tal
el día d e ella h a s t a la d o m i n i c a i n a l b i s mclu-
I N D I C E D E LAS M A T E R I A S Q U E C O N -

T I E N E E S T E TOMO.

Novena á las almas del Purgatorio 1


Lamentos de las ánimas 61
Acto heróico de caridad 64
Modo de oir bien la Santa Misa 69
Himno veni Sancti Spiritus 82
Te-Deum Laudamus 84
Sacramentos 85
Exámen de conciencia 89
Motivos de contrición 100
Avisos para la confesion 104
Para ántes de la comunion 108
Oraciones para la confesion y comunion... 146
Actos para ántes de la comunion 148
Hacimiento de gracia 111
Oración para ofrecer la visita de Altares. 115
Ofrecimiento de la estación 116
' MOT -
Método para visitar con fruto á Jesús sa-
cramentado 117
Aceptación de la muerte 119
Súplicas á Jesús crucificado.... 121
Recomendación del alma 129
Práctica para andar el Via-Crucis 136
Letanías del Santísimo Sacramento 156
Indulgencias 159
43
^ *
V

vio > : Í JV? maj .»

Personas que contribuyeron, y la cuota que


¿tnaUstoft ^ 5
I *®' j \ dieroD, para la reimpresión del presente devo-
cionario.

I
D. Pablo Felguerez .... ft 10.00 CVS.
» Juan J . González 5.00
1 •--— #
Se ha impreso con las licencias necesarias. a Román Navarro 5.00
» Alejandro Rivas 5.00
» Antonio Ramírez 4.00
» Agustín Zamora 3.00
» José María Miranda 3.00

]
w » Antonio Zamora 2.00
'•'•i • .
D? Felipa González 6.00
V » Petra Landa 6.00

Lili
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?.IÍ 03 l/V ÍJ
» Lázara López 5.00
» Teresa Cosío 3.00
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» IsidraTabuyo 1.00
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EL MES DE NOVIEMBRE,

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E l SUFRAGIO
DE LAS

BENDITAS ALMAS
DEL
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PURGATORIO.

ZACATECAS.
Imprenta de Villagrana: Calle de la
Compañía Número 22.
EL MES DE NOVIEMBRE, EN SUFRAGIO DE LAS
BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO, POR FRANCISCO
VITALI, SECRETARIO QUE FUE DEL EXMO. SR. CAR-
DENAL PRINCIPE ALBANI. ABREGLADO A LA ULTIMA
EDICION ITALIANA, QUE SALIO A LUZ COBREOIDA
Y AUMENTADA POR EL MISMO AUTOR.

^
Inspira, Dómine Deus meus, inspira servís
* tuis, frairibus meis, Dóminis meis, quibus et
voce et corde et litteris servio, ut quotquot haec
La licencia expresa "para la reimpresión
legerint meminerint cum ajjiectu pió in hao
de la obra, se encuentra al fin del Devo- luce transitoria fratrum meorum sub te Patre
in matre chatolica. S. A U G . GONFESS. LIB. I X ,
cionario. c. 13, N. 37.
„ i , . . -. . - - — —

S R . PROVISOR: He leído con cuidado la t r a -


ducción del Mes de Noviembre, en favor de las
almas del Purgatorio, que escribió en italiano
Francisco Vitali, y ahora vertido en español,
trata de imprimir el Presbítero Lic. D. Leó-
nides Perez. Según mi juicio, y el de algunas
personas inteligentes, está hecha la traducción
con bastante acierto: y por lo que pertenece al
asunto contenido en ella, será de mucha utili-
dad, y animará á los fieles á socorrer á las al-
mas que se purifican en el Purgatorio, moverá
— 4 — — 5 —
los sentimientos piadosos de nuestros corazo- dias con los socorros ministrados á los po -
nes; no conteniendo nada contra los dogmas brecitos: á tí que fuiste el primero que me ins-
de nuestra santa religión. Soy por lo mismo piraste la idea de un mensual ejercicio de pie-
de sentir, que V. S. se sirva conceder la li- dad en favor de las almas del Purgatorio, pa-
cencia que se pide, para imprimir dicha tra- ra el uso de la devocion privada de nuestra
ducción, y las oraciones tomadas de la Ancora familia, y que despues de haberlo acabado re-
de salvación escrita por el P. Mach. petidas veces me e&timüiaste á imprimirlo pa-
México, 24 de Octubre de 1 8 6 5 . — Á g i M n ra mayor aprovechamiento á las almas de los
difuntos; à tí que al dejarnos para vivir una
Rada.
vida inmortal, tierno hasta lo sumo con tus
México, Octubre 26 de 1865. queridos pobrecitos, y con las almas que pa-
Visto el dictamen del Sr. Canónigo Dr. D. decen en el Purgatorio, quisiste coronar el úl-
Agustín Rada, concedemos la licencia que so- timo acto de tu voluntad cou un legado de una
licita el suplicante para i a impresión del Mes cuotidiana y perpetua suministración de ali-
de Noviembre, en favor de las almas del Pur- mentos á los más necesitados de la patria, y
gatorio, y de las oraciones que se le han ad- de una còngrua renta para el ejercicio de esta
juntado, con calidad de que en la impresión se santa devocion en una iglesia pública; á t í e^,
incluya este, así como el dictámen del Sr. Con- debido, y á tí dedico este librito que se pué- ¡
sultor, y de que no lo vea la luz pública, an- de considerar más bien como tuyo que como'
tes de ser confrontado por el mismo. mio. El cual, si por la fuerza del sentimiento,
y por el efecto de la conmocion no logra ple-
Lo decretó y firmó el Sr. Provisor, doy fe.
namente el piadoso fin que tú supiste inspirar-
Herrera.—Lic. José Juan Victoria, Notario.
me, ruégote no lo atribuyas á falta de deseo
ó de voluntad, que en mí fueron iguales al
sumo anhelo de obedecerte; sino á aquella di-
A LA ALMA GENEROSA DE ALEJANDRO VITALI, ferencia de temple que habia entre mi dema-
siado frió corazon y el tuyo inflamado en
FRANCISCO SD HIJO.
caridad.
Sea como fuere, esta es obra y oferta de tu
A tí, alma querida de mi padre, que sen-
hijo que no pretendió otra cosa que satisfacer
tías una verdadera necesidad de beneficiar á
tu voluntad, y que ahora tampoco pretende
tus semejantes, y que en vida señalaste tus
— 6 —
sino darte una prueba de su filial obediencia y desahogo de dolor bañaban el frió cadáver del
de su cariño que no se extinguió á tu muerte, difunto, éstos acompañaban su espíritu apri-
sino que vive y arde, no ménos devoto é in- sionado en las regiones de la inmortalidad por
tenso. Acéptalo tú, de buena gana, y admiti- el deseo de llevarle ó traerle socorro y ayuda.
do (como tus virtudes no dejan duda), en la «Cuando se está persuadido (escribía un
Gorte de aquel Dios que fué siempre el blanco de profundo académico de las inscripciones de
tus cuidados y de tus deseos, preséntalo á El, t pa- Francia, tom. 2, inscrip. 12,pá f f . 110), deque
ra que lo bendiga á fin de que esta devota el alma vive despues de la destrucción del
práctica en la Iglesia militante se extienda por cuerpo, cualquiera opjnion que se tenga sobre
todas partes, y pueda traer paz y salud á las el estado en que esta se halle despues de la
benditas almas del Purgatorio, á la tierra fa- muerte, no hay cosa más natural, que hacer
vores y gracias, al cielo aumento de gloria y votos y oraciones para proporcionar felicidad
de felicidad. á las almas de nuestros parientes y amigos A-
quellos mismos que por «us principio? pardeen
más prevenidos contra tal uso, muchas veces
PROLOGO. confiesan sinceramente no poderte detener en
I n piedad para con ios difuntos es uno de aquellos graves momentos de hacer votos se*\
3^-primeros sentimientos del corazon del hom- cretos que la misma naturaleza arrancó de sú J
foi. No pudo excitarse en el jardin de Edén, pecho, por aquellas personas con quienes es-
donde la muerte no tenia entrada; pero cuan- taban estrechamente unidos con dulces y ca-
do nuestros progenitores fueron arrojados so- ros vínculos. Señal evidente d e q u e este es
bre esta miserable tierra, debieron llorar sobre un sentimiento grabado por el dedo de Dios
en el ccrazon de los hombres; he aqui porqué
el destrozado cadáver de su hijo Abel; y a-
se encuentra en todo lugar y en todos lospue-
quella fuente de llanto, que entónces se abrió
blos del mundo.»
por la primera vez sobro la degradada huma-
nidad, no se cerró jamás, y se dilató tanto Pero las tradiciones más venerandas y más
más copiosa, cuanto se acrecentaron despues puras de la piedad para con los difuntos, se
más los estragos de la muerte. hallan entre aquellos pueblos en los cuales
Por tanto, miéntras se derramaban por los reinó la religión del Dios vivo. Conservada
ojos copiosas lágrimas, surgian en el corazon entre estos incorrupta la tradición primitiva
férvidos votos, y si aquellas por un natural la fantasía del hombre no pudo andar errante
en tantos estados imaginarios de la otra vida, ascojido,. que enfcónees s&'jdebiakpflr los sagra«
como se fingió la idolatría, ni tampoco abando- dos Oráculos, cumplida .¿i luto cuando poí
narse á tantas ridiculas prácticas mortuorias tréintíVíjdias hnbia sidoñllorada'la. muer¡té del
en las que los gentiles ponían todo su zelo El que fiabi&.SffÍHiu de ^teingiíM^ol Cuya uso no
fiu de la verdadera religión f u e siempre el de sola me a t e a « « oq se r va vivir en la actual/disper-
acercar y unir las almas de los difuntos á la sión' de la nación hebrea, sino que desde el
primera fuente de toda felicidad, que es Dios principio: de la ley niosaica por mandado de
p a r a hacerlas bienaventuradas en t i y por El. Bies (fué) pr«eor»tW(é ¡íqaelte eScFavasiprooéli?
De allí las obligaciones y oraciones al lodopo- t a s q u e q u e k i ' d o huéffanas en la guerra por
deroso para hacerlo benigno a ellas, y las obras la pérdida üe.susipítdres, no¡podían cas-arae. cori
expiatorias en bien de las mismas para hacer- los hijbficdíJiJacob, ® pop. treinta dias no hubie-
las dianas de El. En estas dos clases se divi- sen Uoirario á.Ios-autores-de su vida. Esto,' di-
den todos los sufragios que desde e principio ce el historiador Josefo, .fué reconocidoipor to-
del mundo hasta ahora, f u e r o n practicados en dos los sabios, por término justo y convedieute
la verdadera Iglesia, en favor de los difuntos. para llorar á aquellas personas queridas j^ue
Y J o * han sido los modos; pero no pertenece se partían dé entre nosotros. Perotla Iglesia
al prólogo de un librito de devocion, examinar- católica^ q u e désdd los tiempos .apostólicos se
l o s ) ' exponerlos todos. De uno solo se hace a- ha m o c a d o tan piadosa; para con sus hijos di-
qui mención que ha ocasionado esta piado- funtos, no contenta cd» encomendarlos; incesan-
temente al Señor en sus oraciones, dcoTdóies-
^ Cuando llegó á la muerte el gran patriarca pecial favor á.este luto mensal, que,¡e$; como la
J a c o b sus hijos le lloraron por treinta días y primera exprewon y el mÓB-aijriorosottribató de
4 la muerte del sumo sacerdote M r ó n ^ d e s u la pialad de los ^ue Sobreviven.6 sua^ifuntos
hermano Moisés, se renovó aquel luto tngesi deudos. De aquíil.Tijjo su ¡origen aquel «agrado
rito que se llama. Dia trijétíiibo:.de4os diífrintos,,
explicado-pot.ios Ptubrkisíthá; oon hermosas a-
luciones místicas,.sancionado por san Gregorio
¿ i T t s s w a n a Magno, icón la -«¡dicion de> treinta mi*aí en
treiufn: 'ii^steunséculivori. enriquecido. per el
papa- Inocencio con santas induljencias, inser-
por » « 1 , adquirió tauto vigor en el pueblo to por los mondes de Cluni éri las. prácticas de
— 10 — — 11 —
piedad, adoptado casi universal mente de los su órden, para ayudar á su difunta madre
fieles por muchos siglos, encomendado con su« Raingarda. Cario Magno con munificencia
ma alabanza por Benedicto X I I I , en sus trijé- imperial, dejó á los canónigos Plevinienses la
simos sobre el purgotorio, y que queria Bene- dotacion y el cargo de rezar todos los años,
dicto X I V que volviese á su primitivo fervor treinta psalterios, y celebrar otras tantas mi-
en utilidad de los difuntos no ménos que de los sas por el reposo y paz de su perdido Rotardo;
vivientes. Ni faltaron leyes particulares que la serenísima infauta Isabel Clara Eugenia, a-
impusieran á los fieles la obligación de obser- demás de la celebración de cuatro mil misas,
mandó hacer por treinta dias continuos, preces
varla; pues en el Sínodo de Baviera, fué esta-
públicas y privadas por el alma de su difunto
blecido que á la muerte de alguno de los obis-
consorte el archiduque Alberto; y por el mis-
pos ó Abades de aquella Provincia, cada uno
mo espacio de un mes, san Luis Beltran, se e- '
de los que sobrevivían debiese personalmente
jercitaba en asperísimas penitencias y fervoro-
decir treinta misas, y hacer celebrar otras tan-
sísimas oraciones, en favor do un correligioso
tas el propio Obispo ó Abad á la muerte de
suyo difunto, que el trigésimo dia tuvo el con-
cada Presbítero ó monje; en el Sínodo de suelo de verle subir al cielo. Por un mes tam-
Chelsit se ordenaba el rezo de algunas preces bién continuo, refiere san Pedre Dam:ano, que
por un mes entero, á fin de obtener para los se acostumbraba en su monasterio ofrecer con
difuntos la entrada más pronta en el reino la asistencia de todos los religiosos, el divino
bienaventurado; y en los Capitulares de los re- sacrificio por cada Monge que moria, y en el
yes de Francia, se mandaba se hiciesen por de Fulda, por igual espacio de tiempo, se con-
treinta dias' oblaciones y ayunos en sufragio sideraba el difunto como presente á la mesa,
de los amigos y parientes difuntos. para dispensar á los pobrecitos en sufragio de
Por lo cual, la piedad de los fieles robuste- su alma, la porcion de su alimento cuotidiano.
cida por tantas pruebas, aunque de varios mo- Quiso san Norberto, que en su órden Premos-
dos, siempre Be dedicó fervorosamente á con- tratense se observase el doble oficio de la pie-
sagrar un mes á la memoria de los difuntos. dad monástica, para con los difuntos hermanos;
Así lo practicó el clero de Mest, por su difun- y en la de los predicadores, (entendido sola-
to obispo Cleodolfo, ofreciendo por treinta dias mente para sufragio de los difuntos), la regla
en su sufragio, misas, penitencias, oraciones, del insigne patriarca Domingo, manda que por
cada hermano ó hermana que muriera de
limosnas; y así también el santo abad Pedro de
Cluni mandó se hiciesen á todos los priores de
el Breve de RioiuVM. fomtif memoria, el
muerte violenta^ se rece por; treinta veces por
cadaMé£o'ci«n (pairear n u k t m s , por ¿fite co'rig- rótaróte&n^uiira^fe wduígencia .plena-
ta los ¡Salmeé0! pan^i» hciai es,i y. por cada sacer- n a ; k devdcion .'íie vlos fi«kíMiue,por ¿ftftjtfft
dias coiitía^^fchiüiesg«;,^!; piadoso ejercicio
dote te<8wifc Misa. ; Treinta raigas también'eh
treinta, dias continuos, imploró del oWfepó
Teobabíé, él lateral d e un.pifante,;como"troció ft*»gel» de. Ji»»s;boo® t torio. i¡
abflírfji «itígui^iqiPBlitwiWíyarfao autorizada
de áé'red¿neiod'déülk«'ll*mus del HtwgifcfriiJ
p á o t á ^ b i a e >se wdftwlfc á tudds Jos, estados
y tfñmafamero igual' d&imisás; c e l e b r a o s é ^ í -
de Ja tytajplM^dftlfrefrg&J y, de/gracia* ^ t o
gualrípempo, ¡contestó el 'seráfico san-P^cuai
Bfttíer jeíifpl'ájiHiiiü el ;jwga*iBÍ<sqty¿&*ylÍ0d¿&8r
Biiilólá á.unü piadosa.matrona, qúej hsí tañando
iw ieesfíea-aufnegb. i ^ t o ' b e p d i ^ ^ a J e j a s - n d é l
bastanteopara; sacar del Pu-cgatorio y llevar al
Purga toii(v4' *ñi<fOWftilte GtiMKfpioracioei! de
Gisle el :iliífe üe'suíáifanto steudo. :-Ad«ftife{
toduá los fieles difuntos se ^ltíbra¿ píiíila Igle-
e u í u n a compaíi&tfde misioneros. q¡ue" ibah ¡flora-
sia en el segundo dia de JJovien.bre, asi esto
gar'. wn: sus s u d o r e s fl-^stólicos IHS tierraB' del
mes ipafetió.íei ea/wiíH'B»póiiiíi i p ra, t¿:l; prácti-
M a d d e é . seJcaiftlHíioiqiia .-celebramen treintaoai.
ca; N f l i í ^ s e ufestónotecii^qww miute.'pupda
sas. cada.¡unía tiálelU^ien sufragio del que so-
practiisir oníotTCBrtiomipusjá heeietaokm.dé ca-
eumbiera; •y(3l3vicíiíáio apostólico. la Pfline-
da uhn; ántes>bien, ^¡ian cébase morabian gene-
siasoídfewU todós'fms hacendó tos, ftpiicaf.iigfta'l-
ral de k s JÜfuritós h'uiáiéchoj elegiií aquel mes
nyebte- treinta' misas- |íor(éio<lffifeafi«fld&:-al nfti
por titúlenle la O,bravia piedad particular pa-
delüpa^re Bachelot^el ^irnero •-queilletó la fé
ra con niuwtné* amados parientes ó amigos,
á. aquéllo? -lugares. : InR»sheraSbi&H pues, son
conciliará'iiwjnrla' ; práctica al acontecimiento
la» ! piád¿sas cofr5tdina que. en ^icnHetitiíéteíOs
de su muerte, y asi servir el presento
ptescob&Q;-el i^wiero^dq frditítííwisa* ca-
librity, para ejerpicio-<je^la devoción pública y
dan cofrade dífanto^ y 'diversüsübistomdores
priVadaV ' ^ ^ ^
BOS refierenijqueueliUBdixife ¿ufcaiga/icon trienta El método seguido, e^e,! Que se usa en to-
inéruefafcós >¿aóri&<Mfí á las a l m a s t e los difun- - <I OIJJ ? ."I'' . • ».<• '•-! «• ' •

tos, era prácticakpie .ssis tiéqdés observaban dos los nonios de devociones mensuales:, una
escrupulosamente. . S a ' H m i t é ^ n e i á n f l ^ las :dis* corona, una meditación,'un ejemplo, una jacu-
posiciones de. los particulares que' logaron >á su latoria; : sólbutente q u e s e n v e í ; d é l o s obse-
projjBfc^lma. ipor.un mes-iiotero, .deppues--de su quios .cuotiiia»w^ i e proponen^ por e¡jerciá*
mbert^iiy^ solamente, p o r ¡último, se recuerda moral, sufragios, que mejbt convienen al ca-

— 15 —
rácter de la presente devocion, y que sacados Disponed, ¡oh Señor! y con la abundancia
de alguna piadosa práctica de los fieles, servi- de vuestra gracia, confortad nuestros ánimos,
rá para hacer más fácil y devota la ejecución. para que con sentimientos de fe, de caridad y
Y si alguno le pareciese que se hace gravoso de compasion, penetrando en la penosa cárcel
este piadoso ejercicio* por llevar dos ejemplos del Purgatorio podamos procurar á los fieles
en cada dia, responde San Bernardino de Se- difuntos la mayor abundancia de sufragios que
na, que en estas obras de sentimiento donde redunde en favor suyo, gloria vuestra, y pro-
más se trata de mover el corazon que de instruir vecho de nuestras almas.
el entendimiento, los hechos y los ejemplos son
más eficaces, para lograr elfinde aprovechar CORONA
á las almas que padecen, y de aumentar el es- BE LOS DIFUNTOS.
tímulo en nuestras almas para huir el vicio Rezaremos la piadosa corona de los difun-
y adquirir la virtud. tos, diciendo cuatro Padre nuestros y cuarenta
Ave Marías, en memoria de las cuarenta horas
Gesta, ac narrationes sanctorum Doctorum, que Nuestro Señor Jesucristo estuvo en los
ac peritorum virorum, non solum auditu ju- infiernos despues de su muerte, en sufragio de
cundae sunt, sed et útiles, admodumque salu» las benditas almas del Purgatorio, y particu-
tares, moltum moltuosque proficientes ad co- larmente del alma de N. N. (aqui, si se quiere,
rrectionem hominum á suis vitiis, et peccatiis, se puede nombrar aquella alma que particu-
vehemeuterque provocantes ad amorem sancti- larmente se desea socorrer), para que el Se-
tatis e t desiderium aeternae salutis. Tom. 2, ñor se digne libertarlas lo más presto, de sus
serm. 64, art. 4, c. 2, de Purgatorio. penas, haciendo intención de ganar á favor de
las mismas, todas las indulgencias concedidas
por la Santa Iglesia, al ejercicio de esta
INTRODUCCION. devocion.
V. Deua, in adjutórium meum inténde.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del R. Dómine, ad adyuvándum me festina,
Espíritu Santo. Amen. V. Réquien aetérnam dona eis Dómine
Postrados en la presencia de Dios con el R. Et lux perpétua lúceat eis.
mayor fervor de espíritu, supliquémosle que V. Requiéscant in pace
nos asista en el ejercicio de esta devocion. Amen.

— 15 —
rácter de la presente devocion, y que sacados Disponed, ¡oh Señor! y con la abundancia
de alguna piadosa práctica de los fieles, servi- de vuestra gracia, confortad nuestros ánimos,
rá para hacer más fácil y devota la ejecución. para que con sentimientos de fe, de caridad y
Y si alguno le pareciese que se hace gravoso de compasion, penetrando en la penosa cárcel
este piadoso ejercicio* por llevar dos ejemplos del Purgatorio podamos procurar á los fieles
en cada dia, responde San Bernardino de Se- difuntos la mayor abundancia de sufragios que
na, que en estas obras de sentimiento donde redunde en favor suyo, gloria vuestra, y pro-
más se trata de mover el corazon que de instruir vecho de nuestras almas.
el entendimiento, los hechos y los ejemplos son
más eficaces, para lograr elfinde aprovechar CORONA
á las almas que padecen, y de aumentar el es- BE LOS DIFUNTOS.
tímulo en nuestras almas para huir el vicio Rezaremos la piadosa corona de los difun-
y adquirir la virtud. tos, diciendo cuatro Padre nuestros y cuarenta
Ave Marías, en memoria de las cuarenta horas
Gesta, ac narrationes sanctorum Doctorum, que Nuestro Señor Jesucristo estuvo en los
ac peritorum virorum, non solum auditu ju- infiernos despues de su muerte, en sufragio de
cundae sunt, sed et útiles, admodumque salu» las benditas almas del Purgatorio, y particu-
tares, moltum moltuosque proficientes ad co- larmente del alma de N. N. (aqui, si se quiere,
rrectionem hominum á suis vitiis, et peccatiis, se puede nombrar aquella alma que particu-
vehementerque provocantes ad amorem sancti- larmente se desea socorrer), para que el Se-
tatis e t desiderium aeternae salutis. Tom. 2, ñor se digne libertarlas lo más presto, de sus
serm. 64, art. 4, c. 2, de Purgatorio. penas, haciendo intención de ganar á favor de
las mismas, todas las indulgencias concedidas
por la Santa Iglesia, al ejercicio de esta
INTRODUCCION. devocion.
V. Deua, in adjutórium meum inténde.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del R. Dómine, ad adyuvándum me festina,
Espíritu Santo. Amen. V. Réquien aetérnam dona eis Dómine
Postrados en la presencia de Dios con el R. Et lux perpétua lúceat eis.
mayor fervor de espíritu, supliquémosle que V. Requiéscant in pace
nos asista en el ejercicio de esta devocion. Amen.
—17 —
: Un Padre nuestro, diez Ave Marías y un
Áoú&haudñ R[ aoo X -°¡ ^ e a o q ^ i ' i
Réquiem aeternam.
• tódéftmoS eiMste- ^misterio el tt-
III.
v i t e ^ é cWéi ^ . .. i,.
«i m * de Consideremos en este tercer misterio, el su-
* con mo consuelo que sintieron las almas del Pur-
: del tóente 4 * p f t f t « d é » su: m u é * gatorio cuando vieron disiparse por el Reden-
t é - t n e n s é ^ q « ^ alWs^'Ao. f ^ ^ tor las tinieblas de aquella profunda prisión,
se encuentran entre a ^ e f e alro<feio»a*nWa. y resplandecer cada una de ellas con tanta luz,
que no quedó mancha alguna en ellas de sus
ma8, están ^ ^ m ^ T ^ antiguas culpas, y pensemos que con nuestros
tra piedad W ^ g ^ H ^ p r e . * I* sufragios podemos también nosotros disipar
aquellas tinieblas, y purificar aquellos espíri-,
tus hasta borrar toda mancha, y ¿«refacer la
deuda de f us pasados defectos. Pidamos por
tanto al Señor y á la Santísima Virgen que
concedan tanta eficacia á nuestras oraciones,

^-rm^^ í
que puedan hacerlas perfectamente dignas de
los ojos de Dios.
Un Padre nuestro, diez Ave Marías y un
• : . . . „ . oRíi gpicrifldJo'íoisteriq la • Réquiem aeternam.
- Consideremos eu e ^ ^ las.almaá
IV.
Consideremos en este cuarto misterio el in-
menso regocijo de que fueron poseídas las al-
dtílcfr sorpresa que en me. mas del Purgatorio, cuando fueron libertadas
por el divino Redentor, de aquel abismo de
dolores, y llevadas gloriosamente al reino bie-
naventurado, y pensemos que también noso-
uas qufe p^V ttl» tros podernos librarlas de aquella horrenda <
tado; V I j S k M ^ f p a e lla- prisión, y haceVlas felices para siempre en la.
podemos ta^Wen-noSot.os
B as que tan m e l - ^ ^ «, c i , gloria celestial; roguemos por tanto al Senos *
m o 3 por tanto al b ^ r 7 ; ^ .^e£{ras
en que concedan
goraciones, ^
que produzcan ei^ l s m o . ^ t o .
—18 — — 19 —
y á la Santísima Virgen que concedan tanta Padre celestial, que eres Dios,
eficacia á nuestras oraciones que puedan abrir Ten piedad de ellas.
las puertas del Purgatorio, é inti o lucirlas en Hijo Redentor del mundo, que eres Dios,
el suspiradísimo gozo del Paraíso. Ten piedad de ellas.
Un Padre nuestro, diez Ave Marías y un Espíritu Santo, que eres Dios,
Réquiem aeternam. Ten piedad de ellas.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios,
ORACION.
Ten piedad de ellas.
¡Oh Jesús, oh María, esperanza, salud, y Santa María.
felicidad de todos los fieles! desde el profundo Santa Madre de Dios.
abismo de sus miserias á vosotros se vuelven Santa Virgen de las vírgenes.
las benditas almas del Purgatorio, é imploran Madre de Jesucristo.
el beneficio de vuestra sangre, ¡oh Jesub! y el Madre de la divina gracia.
fruto de vuestros dolores, ¡oh María! Esta Madre Purísima.
sangre, estos dolores que fueron de tanta eficacia Madre Castísima.
la primera vez en el Calvario, que libraron á Madre Virgen.
Madre Inmaculada.
§a
todo el mundo de toda iniquidad, .ibren de sus Q
penas á las almas del Purgatorio, y por los Madre Amable. ¡>
méritos de sangre tan preciosa y de dolores Madre Admirable. •d^
tan acerbos, sean conducidas salvas al cielo a- Madre del Criador. ' g
Madre del Salvador.
quellas prisioneras infelices (y en particular
el alma de N) por las cuales os pedimos con Virgen Prudentísima.
a
Virgen Venerable.
todo el fervor de nuestro espíritu.
Virgen Laudable.
¡>
GQ
LETANIA Virgen Poderosa.
Virgen Misericordiosa.
DE LA SANTISIMA VIRGEN. Virgen Fiel.
Espejo de Justicia.
Señor, ten piedad de ellas.
Trono de la eterna Sabiduría.
Jesucristo, ten piedad de ellas.
Causa de nuestra alegría.
Jesucristo, óyenos.
Vaso espiritual de elección.
Jesucristo* escúchanos.
— 20 —
— 21 —
Vaso precioso de la gracia.
ORACION.
Vaso de verdadera devocion.
Rosa Mística. ¡Oh Dios! que concedeis el perdón de los
Torre de David. pecados, y quereis la salvación de los hom-
Torre de Marfil. bres, imploramos vuestra clemencia, para que
Casa de Oro. por la intercesión de la bienaventurada siem-
Area de la Alianza. pre Virgen María, y por la de todos los san-
d tos, hagais que lleguen á participar de la eter-
Puerta del Cielo.
na bienaventuranza todos nuestros hermanos,
Estrella de la mañana. O parientes y bienhechores difuntos, que han pa-
Salud de los enfermos. í>
sado de esta vida á la otra. Por nuestro Señor
Refugio de los pecadores.
Jesucristo vuestro hijo. Amen.
Consoladora de los aflijidos. ' ^
o
Auxilio de los cristiauos. 53
Reina de los Angeles.
Reina de los Patriarcas.
tí Dia Primero.
1
Reina de los Profetas. >r MEDITACION.
Reina de los Apóstoles. ui Existencia del Purgatorio.
Reina de los Mártires.
PUNTO I .
na de los Confesores. .yin i
Reina de las Vírgenes. La muerte es cierta. Está ya dado el gran
Reina de todos los Santos. decreto en virtud del cual todos los hombres
Reina concebida tin la culpa original. han de morir. Cualquiera otra desgracia po-
Cordero de Dios que borras los pecados del drá evitarse, pero la muerte jamás, no hay es-
^ mundo. tado que libre de ella, ni edad, ni condicion,
Perdónalas Señor. ni sexo, ni ninguna otra defensa humana. Des-
Cordero de Dios que borras los pecados del de el primero hasta el último de los hombres,
mundo. tienen que ver su ocaso, y ya muchos llegaion
Oyenos Señor. á él, otros los siguen, y todos, como el agua
Cordero de Dios que borras los pecados del que se desliza, caeremos finalmente en el se-
mundo. pulcro sin remedio, y entre tanto ¿qué es lt)
Ten piedad de ellas. que hacemos nosotros ¡oh cristianos! preparé-
— 22 — — 23 —
monos al inevitable fin que nos espera; ¡oh He aqui la necesidad de establecer un lugaf
cuán amarga no será la muerte si no nos dis- intermedio entre el cielo y el Infierno; lugar
ponemos con tiempo á recibirla! no de término sino de tránsito, donde las al-
mas de los fieles difuntos, como el oro se puri-
PUNTO II. fica de la escoria, se purifican también ellas y
Con la muerte se sale de este mundo y se se perfeccionan para la gloria. Ahora bien, en
va á la otra vida, ¿y qué cosa hay en la otra este lugar cae la mayor parte de las almas que
vida? La fe nos enseña que hay un Paraiso. un se salvan, y pocas se libran de él, porque son
Infierno, un Purgatorio. Las almas perfectas, pocas las que no quedan contaminadas del pol-
no reas de culpa, no deudoras de pena, libres vo mundano, ¿deseamos nosotros evitarle?
de los lazos del cuerpo, al pun'.o vuelan á go- Purifiquémonos perfectamente en esta vida,^su-
zarse en el Paraiso. Las almas manchadas con puesto que quien sale purificado de ella vuela
culpa grave, son arrastradas por el peso de sus directamente al cielo.
iniquidades al Infierno para recibir el mereci-
do castigo de la Divina Justicia. ¡Oh que di- ORACION.
versidad entre las unas y las otras! Aquellas e- ¡Oh cielo, cielo, tú nos atraes poderosamen-
ternamente bienaventuradas con Dios; estas te con tus premios! ¡infierno, infierno, tú nos
condenadas para siempre con los demonios. espantas horriblemente con tus castigos! ¡Pur-
¿Cuál de estas dos suertes queremos nosotros? gatorio, Purgatorio, tú nos llenas de compa-
en nuestra mano está la elección: si queremos sión y de piedad por tus penas! Oid, oh gran
el Paraiso con los justos, vivamos como viven Dios, nuestras súplicas: cerrad para todos los
los justos; si nos horroriza el Infierno, huya- fieles las puertas del horroroso abismo: abrid
mos del pecado que conduce al Infierno. para ellos los de la gloria bienaventurada, y
librad, ¡oh Señor! de sus peras á cuantas al-
PUNTO I I I .
mas se encuentran en el Purgatorio, y llamad-
Pero si el alma sorprendida de la muerte se las á gozar con vos de la inmarcesible corona
hallase no en pecado mortal, ni en la más per- de la eterna felicidad.
fecta justicia, sino en un estado medio, por de-
cirlo asi, y por lo cual ni pudiera ser conde- EJEMPLO.
nada al Infierno por no ser digna de tanta pe- Murió en la diócesis de Nocera un jovencito
na, ni ser introducida luego al Paraiso por_ no que habia profesado una devooion eiDjjularísí-
ser digna aún de tanta gloria, ¿4 dóndo irá.
— 20 —
— 21 —
Vaso precioso de la gracia.
ORACION.
Vaso de verdadera devocion.
Rosa Mística. ¡Oh Dios! que concedeis el perdón de los
Torre de David. pecados, y quereis la salvación de los hom-
Torre de Marfil. bres, imploramos vuestra clemencia, para que
Casa de Oro. por la intercesión de la bienaventurada siem-
Area de la Alianza. pre Virgen María, y por la de todos los san-
d tos, hagais que lleguen á participar de la eter-
Puerta del Cielo.
na bienaventuranza todos nuestros hermanos,
Estrella de la mañana. O parientes y bienhechores difuntos, que han pa-
Salud de los enfermos. í>
sado de esta vida á la otra. Por nuestro Señor
Refugio de los pecadores.
Jesucristo vuestro hijo. Amen.
Consoladora de los aflijidos. ' ^
o
Auxilio de los cristiauos. 53
Reina de los Angeles.
Reina de los Patriarcas.
a Dia Primero.
1
Reina de los Profetas. >r MEDITACION.
Reina de los Apóstoles. ui Existencia del Purgatorio.
Reina de los Mártires.
PUNTO I .
na de los Confesores. .yin i
Reina de las Vírgenes. La muerte es cierta. Está ya dado el gran
Reina de todos los Santos. decreto en virtud del cual todos los hombres
Reina concebida tin la culpa original. han de morir. Cualquiera otra desgracia po-
Cordero de Dios que borras los pecados del drá evitarse, pero la muerte jamás, no hay es-
^ mundo. tado que libre de ella, ni edad, ni condicion,
Perdónalas Señor. ni sexo, ni ninguna otra defensa humana. Des-
Cordero de Dios que borras los pecados del de el primero hasta el último de los hombres,
mundo. tienen que ver su ocaso, y ya muchos llegaion
Oyenos Señor. á él, otros los siguen, y todos, como el agua
Cordero de Dios que borras los pecados del que se desliza, caeremos finalmente en el se-
mundo. pulcro sin remedio, y entre tanto ¿qué es lt)
Ten piedad de ellas. que hacemos nosotros ¡oh cristianos! preparé-
— 22 — — 23 —
monos al inevitable fin que nos espera; ¡oh He aqui la necesidad de establecer un lugaf
cuán amarga no será la muerte si no nos dis- intermedio entre el cielo y el Infierno; lugar
ponemos con tiempo á recibirla! no de término sino de tránsito, donde las al-
mas de los fieles difuntos, como el oro se puri-
PUNTO I I .
fica de la escoria, se purifican también ellas y
Con la muerte se sale de este mundo y se se perfeccionan para la gloria. Ahora bien, en
va á la otra vida, ¿y qué cosa hay en la otra este lugar cae la mayor parte de las almas que
vida? La fe nos enseña que hay un Paraiso. un se salvan, y pocas se libran de él, porque son
Infierno, un Purgatorio. Las almas perfectas, pocas las que no quedan contaminadas del pol-
no reas de culpa, no deudoras de pena, libres vo mundano, ¿deseamos nosotros evitarle?
de los lazos del cuerpo, al pun'.o vuelan á go- Purifiquémonos perfectamente en esta vida,^su-
zarse en el Paraiso. Las almas manchadas con puesto que quien sale purificado de ella vuela
culpa grave, son arrastradas por el peso de sus directamente al cielo.
iniquidades al Infierno para recibir el mereci-
do castigo de la Divina Justicia. ¡Oh que di- ORACION.
versidad entre las unas y las otras! Aquellas e- ¡Oh cielo, cielo, tú nos atraes poderosamen-
ternamente bienaventuradas con Dios; estas te con tus premios! ¡infierno, infierno, tú nos
condenadas para siempre con los demonios. espantas horriblemente con tus castigos! ¡Pur-
¿Cuál de estas dos suertes queremos nosotros? gatorio, Purgatorio, tú nos llenas de compa-
en nuestra mano está la elección: si queremos sión y de piedad por tus penas! Oid, oh gran
el Paraiso con los justos, vivamos como viven Dios, nuestras súplicas: cerrad para todos los
los justos; si nos horroriza el Infierno, huya- fieles las puertas del horroroso abismo: abrid
mos del pecado que conduce al Infierno. para ellos los de la gloria bienaventurada, y
PUNTO N I . librad, ¡oh Señor! de sus peras á cuantas al-
mas se encuentran en el Purgatorio, y llamad-
Pero si el alma sorprendida de la muerte se las á gozar con vos de la inmarcesible corona
hallase no en pecado mortal, ni en la más per- de la eterna felicidad.
fecta justicia, sino en un estado medio, por de-
cirlo asi, y por lo cual ni pudiera ser conde- EJEMPLO.
nada al Infierno por no ser digna de tanta pe- Murió en la diócesis de Nocera un jovencito
na, ni ser introducida luego al Paraiso por_ no que habia profesado una devooion eiDjjularísí-
ser digna aún de tanta gloria, ¿4 dóndo irá.
— 25 —
ma á San Bemardino de Sena, y este Santo da la ejecución de sus piadosos legados: todas
para recompensarle de esta, obtuvo del Señor aquellas almas, en fin, recurren á vuestra fe,
el poder de restituirle U vida. Mas ántes qui- á vuestra caridad para un generoso y pronto
zo informarle bien de las cosas del otro mun- socorro. Imaginemos que huy se repite otro
do; por lo cual, haciéndose su guía, le condujo tanto ó cada uno de nosotros, y cada una de
á las regiones infernales, donde entre torbelli- las pruebas más significativas de su devocion
nos de densísimo humo y de inquieto fuego, le al purgatorio. (P. Francisco Beartio, de la S.
mostró una multitud casi infinita de réprohos, de Jesús, contin. Bolandist. in act. sanct. in
devorados por una eterna desesperación. Des- append. ad 20 inajO.
pues lo trasportó al cielo, donde dispuestos,en Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
bello órden los coros de los ángeles y los ejér- rías y Réquiem, en memoria de la pasión de
citos de los Santos, se gozaban de una felici- nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
dad superior á todo pensamiento. Y por últi- fieles difuntos, (y particularmente de N. N.),
mo, le hizo observar la prisión del Purgatorio, suplicando al Eterno Padre que se apiade de
donde entre ardorosísimas llamas se purifican sus almas por la sangre que derramó su divi-
las almas de los difuntos hasta que se hacen no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
dignas de la gloria celestial. Fué para él un JACULATORIA.
espectáculo que le movió á gran compasion el Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
ver como aquellas almas afligidas con sus pe- Jesús, misericordia, Padre Nuestro, Ave Ma-
nas y despidiendo desgarradores suspiros, vo- ría y Réquiem. (*) Añadiremos un Padre
laron en torno suyo y le : rogaban que cuando nuestro y Ave María por los propagadores de
volviese al mundo, contase á los mortales sus » esta devocion.
crueles tormentos, y los moviese á socorrerlas SUFRAGIO.
con copiosos sufragios, lo que él hizo con gran- Omnium finis appropinquavit, itaque vigi-
dísimo fruto de aquellas infelices. Luego que
Al rezar estas preces está en cada vez,
volvió á la vida, hablaba á cuantos encontra-
anexa la indulgencia parcial de trescientos
ba, del Purgatorio: Tu padre, decia á uno, es-
dias, y la plenaria para quien confesado y co-
t á en aquellas abrazadoras llamas esperando
mulgarlo, la practica por un mes entero según
los efectos de tu piedad filial; tu hijo, decía á
el Breve de Pió V I I de feliz memoria, de 7
otro, se eucomienda á tu paternal cariño; tu
de Febrero de 1817.
bienhechor, reprochaba al heredero, te recuer-
— 27 —
late in orationibus, mutuam charitatem haben- Mas en tí se halla siempre la clemencia: y
tes (1. Petr. 4. 7.) Para mantener la mutua en vista de tu Ley, he confiado, ¡oh Dios tnio!
comunicación de los oficios de la caridad con Tu palabra sostuvo á mi alma y ella espe-
los difuntos, ejercitémonos en rogar por ellos ró en tí.
y particularmente en el rezo del De, Profan- Desde el amanecer hasta la noche, esperó
áis. El P. D. Juan Pablo Mootorfano, Tea- Israel en el Señor.
tino, para demostrar un dia á un espíritu de- Porque en la mano está la misericordia y
masiado mundano el valor de los piadosos la redención.
sufragios en favor de los difuntos, tomó una Y es el que le redimió de todas sua iniqui-
gran suma de dinero y la puso en un platillo dades.
de la btbinza, y en el otro puso el psalmo Di V. Señor, dales eterno descanso.
Profundis escrito en un pequeño papel, el R. Y luzca para ellas la luz perpetua.
cual preponderó de tal modo á aquel metal V. De ia puerta del infierno.
tan estimado, que le levantó inmediatamente R. Líbralas, ¡oh Señorl ¿
al aire con grandísimo asombro de los espec- V. Descansen en paz.
tadores. Animémonos con esto á rezar con R. Asi sea.
frecuencia tan precioso Psalmo en sufragio de V. Señor, oye mi oracion.
nuestros difuntos, y desde el primero hasta el R. Y mi clamor llegue á tí.
último dia de este mes sea el De Piojunáis ORACION.
el complemento y el sello de nuestro santo
¡Oh Dios criador y Redentor del mundo!
ejercicio. dígnate conceder el perdón de todos sus pe-
P . D. José Silos Historiador, Ordm. Tea- cados á tus siervo6 y siervas, ti fin de que es-
tin. 1. part. lib. 15. ad ann. 1580. ta gracia que siempre fué el objeto de sus de-
SALMO 129. seos la consigau por nuestras súplicas. Que
vives y reina» por los siglos de los siglos,
Sefior, á tí clamé de lo más profundo de mi Amen.
alma; dígnate oir mi voz. V. Señor, dales eterno descanso.
Estén atentos tus oídos á la voz de mis ple- R. Y luzca para ellas la luz perpetua,
garias. c V. Descansen en paz.
Si te pones á examinar, Señor, nuestras
R. Asi sea.
maldades ¿quién podrá subsistir en tu presencia?
29
— 28 —
esta vida á la otra. Por Nuestro Señor Jesu-
Cuando se quieran hacer sufragios particu-
cristo vuestro Hijo. Amen.
lares por el alma de algún difunto, se dirá al-
guna de las siguientes oraciones ántes de la POR UN SOLO DIFUNTO.
sobre dicha Fidelium Deus, con la cual se
Inclina, Señor, tus oidos á nuestras súpli-
concluirá siempre.
cas, por las que te rogamos que constituyas
ORACION P O R SACERDOTES en la región de luz y de paz, el alma de tu
U OBISPOS. siervo N. N. á quien ordenaste salir de este
¡Oh Dios! que quisisteis elevar á vuestros siglo y que te dignes hacerla compañera de
siervos á la dignidad Pontifical, ó sacerdotal, tus Santos. Por Nuestro Señor Jesucristo.
escogiéndolos y poniéndolos en el número de Amen.
los sacerdotes apostólicos: os suplicamos, que POR UNA SOLA D I F U N T A .
gocen también de t u compañía en vuestra
Te rogamos Señor, que por tu misericor-
gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. Amen.
dia te apiades del alma de tu sierva N. N.,
P O R E L P A D R E Y P O R LA MADRE. conduciéndola ya libre del contagio de la
muerte, á la eterna salvación.
¡Oh Dios! que nos mandaste honrar á
nuestros Padres, apiádate bondadoso de sus POR DOS O MAS DIFUNTOS.
almas, y concédeme verlos algún dia en el go- ¡Oh Dios! á quien es siempre propio tener
zo de tu eterna luz. Amen. misericoidia y perdonar. Sé propicio, á las al-
P O R LOS H E R M A N O S , O POR 0 - mas de tu3 siervos y siervas; perdona sus pe-
TROS P A R I E N T E S O B I E N H E C H O R E S . cados, y libres de los lazos de la mortalidad
merezcan pasar á la vida eterna. Por Nues-
¡Oh Dios! que concedeis el perdón de los
tro Señor Jesucristo. Amen.
pecados, y quereis la salvación de los hom-
bres; imploramos vuestra clemencia, para que CANTORES.
por la intercesión de la bienaventurada siempre Desde tu trono de estrellas
Virgen María, y por la de todos los Santos, ha- Ve á tus criaturas, Señor,
gas que lleguen á participar de la eterna biena- Y escucha sus tristes ruegos
venturanza todos nuestros hermanos, parientes Que te demandan favor.
y bienhechores difuntos, que han pasado de
— 31 —
PUEBLO. Por los que partieron ya,
De las falta» de tus hijos, Cristianos, si ahora fervientes
Ten, Supremo Ser, piedad, Vuestras plegarias al cielo
T en ellos tus ojos fijos Eleváis, ese consuelo
Concédeles luz y paz. Mañana aqui se os dará.
. CANTORES.
Si cual Dios justo, condenas Dia Segundo,
A tus hijos, á penar,
Vean deshechas sus cadenas M E D I T A C I O N .
Por tí, ¡Dios de la bondad!
Estado del Purgatorio.
PUEBLO.
PONTO I .
De las faltas, etc.
Aunque es cierto que el Señor puede conde*
CANTORES. nar á las almas de los difuntos á purgar la
Vierten tus esposas llanto pena de sus faltas á donde mejor le agradare,
Y á tí dirigen su voz, lo es también que en el centro de la tierra,
Hazlas perfectas, Dios Santo, hay un lugar especial llamado propiamente
Si dignas de tí, no son. Purgatorio, en donde de ordinario están dete-
PUEBLO. nidos con grave dolor, los espíritus humanos
que aun no están bastantemente perfecciona-
De las faltas, etc.
dos para entrar al cielo. Este es llamado lu-
NOTA: Si, pues, agradase concluir cada dia gar inferior, pozo profundo, mar tempestuoso,
la solemnidad con sentimientos correspondien- tierra de miseria y de tinieblas, de torbe-
des al sufragio que se propone, se podrán en- llinos y de oscuridad, muy próximo al infier-
tónces cantar las estrolas puestas al fin de ca- no, ó más bien, una estancia del mismo infier-
ta dia cerno sigue: no. ¡Oh qué horror, pues, no debe excitar en
ESTROFA. nuestror ánimos tan terrible cárcel de la jus-
Pronto la guadaña impía ticia divina, y cuánta compasion no debemos
Nos herirá en un segundo: tener de las almas que están allí sufriendo el
Q remes en este mundo castigo de sus pecadosl
— 32 — — 33 —
PUNTO II. ras de su eterna salvación. Saldrán sin duda
del Purgatorio, pero tendrán ánte3 que pagar
¿Mas cuales ion las penas que se padecen
hasta el último cuadrante, la deuda contraída
en el purgatorio? Nos dicen comunmente los
en vida con la Divina Justicia, por sus culpas.
Santos Tadres y Doctores, que son las mis-
¿Y cuándo llegarán á satisfacerla? Quién án-
mas que las del infierno. N«.y hay dife-
tes y quién despues, según la calidad de la
rencia, dice Santo Tomás, entre los tormen-
culpa y la cantidad de la pena correspondien-
tos del infierno y los del purgatorio; con el
te; y nos dicen los doctores, que algunas no
mismo fuego, prosigue san Agustin, se quema
saldrán de aquella cárcel atormentadora, sino
la paja !y se purifica el oro entre las mismas
en el dia del juicio final. ¡Oh cuán largo penar!
llamas; sigue diciendo san Gregorio, encuentra
¡Oh cuán caro cuesta el pecado! guardémonos,
el réprobo su suplicio y su purificación el
pues, de cometerlo, y si le hemos cometido,
justo. Ahora bien, si el infierno es la pena
apresurémonos á borrarle en vida, para que
mayor que la Divina Justicia aplica 4 las
nada tengamos que pagar despues de la muerte.
criatuias rebeldes, imagiuéuionos cuáles se-
rán los tormentos de las almas del purgato- ORACION.
rio al sentirse oprimidas y penetradas por a- up ,!»;(' afronté i • :f le i'.íifsí1 ¡!ij>na ¿oi>
quel mismo elemento atormentador que for- Gran Dios, dadnos gracia y fuerza para
ma la desesperación eterna de los réprobos. huir de toda culpa, y para detestarla en la
presente vida. El fuego terrible del Purgato-
PUNTO III. rio, los atroces tormentos que alli se pade-
La única diferencia que hay entre las penas cen, la duración de la pena tan prolongada,
de los réprobos y las de las almas del purga- son otros tantos motivos fuertes y muy pode-
torio, es, que las primeras son eternas y las rosos que nos hacen concebir un sumo horror
segundas temporales. Apénas entra el conde- al pecado, y todo nos conmueve el corazon
nado al infierno, cuando pierde la esperanza de para acudir con el mayor empeño, á socorrer
salir de alli por una eternidad. No hay re- á aquellas almas benditas. Hechad, vos tam-
dención ni salvación para quien abusó hmta bién, ¡oh Señor! una mirada benigna hácia e-
lo último de la redención y salvación que le llas, y haced por vuestra grau misericordia que
procuró la sangre preciosísima de Jesucristo; llegue cuanto antes el fin de tan larga aflixion,
las almas del purgatorio, por otra parte, ador- siguiendo á aquellos tormentos vuestra gloria,
nadas con la gracia del Redentor, están segu- y á aquella cárcel, vuestra mansión bienaven-
5
— 35 —
turada, donde os adoren y bendigan por una los siglos: dejaré mis despojos en este, en este
eternidad. asilo que yo mo elegí sobre cualquier otro:
EJEMPLO. Eaec requies mea in saeculum sneculi, he ha-
En las conferencias espirituales que san Ma- bitado quoniam elegi caen. Ps. 131, 14. t£n e-
laquías, obispo de Hibernia, tenia frecuente- fecto, al nacer el segundo dia de Noviembre,
mente con sus discípulos, tratándose un dia dt el ardor de la fiebre, no ménos que el fervor
la muerte, propuso que cada uno declarase de la caridad crecieron de tal modo, que se
que en caso de morir fuera de su patria, ¿dón- rompieron los lazos de la vida, y el espíritu
ya libre de la prisión del cuerpo, acompañado
de y cuándo querría mejor,acabar sus (lias?
de las oraciones de los monges y de los fieles,
Como son varios los pensamientos de los hom-
en medio de un numeroso coro de almas libra-
bres, asi diversos fueron también sus parece-
das por él del Purgatorio con abundantes su-
res, y quién designó un tiempo, quién otro,
fragios, se presentó al tribunal de Cristo, juez,
quién otro, quién este y quién aquel lugar;
para recibir la merecida corona de sus virtu-
mas cuando tocó al Santo exponer su propia o-
des. En tan gran dia, en el cual todo fiel se
pinion, eligió entre los lugares más célebres acuerda de sus difuntos, no nos olvidemos de
del cristianismo el monasterio de Claraba!, que los nuestros, y obremos de modo que queden
tanto florecía entónces por el fervor de la cari- contentos de nuestra piedad.—San Bernardo
dad, y entre los dias del año, el de hoy, que en la vida dé San Maluquíus.
es el de la conmemoracion de los fieles difun-
tos, para gozar de la mayor cópia de sufragios Recemos cinco Padre nuestros, Ave Marías
que en tan gran dia, y en tan skbto lugar es- y Réquiem, en memoria de la Pasión de nues-
taba ciertísimo de obtener. No quedó sin e- tro Señor Jesucristo, en sufragio de los fieles
fecto su deseo, pues poco despuea, habiéndose difuntos, suplicando al Eterno Padre, tenga
puesto en camino para postrarse á los piés del piedad de sus almas, por la sangre derramada
sumo poutífice Eugenio I I I , apenas llegó al por su divino Hijo, diciendo cinco veces la si-
monasterio de Clarabal, cuando fué asaltado guiente:
de tan feroz enfermedad, que bien conoció JACULATORIA.
que se acercaba el dia de su muerte. Por
lo cual, levantando los ojos al cielo, en Eterno Padre, por la sangre preciosísima de
hacimiento de gracias, exclamó con el Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
Salmista: Aquí será mi descanso por todos ría y Réquiem. ¿y <•
— 36 — — 37 —
Añadiremos un Padre nuestro y Ave Ma- f No rechacéis al difunto,
ría, por los propagadores de esta devocion. Que á vos vá de duelo lleno,
Acogedlo en vuestro seno,
SUFRAGIO.
Tened. Señor, de él, piedad.
Mortuo ne prohíbeos- gratiam. Eecl. 7, 37. Si arrepentido á Vos, llega,
No neguemqs en este dia copiosos sufragios á Lleno de fe y de esperanza,
nuestros dijuntos. El perdón, ¿por qué no alcanza!
En el dia de la conmemoración de todos }0h Dios, de suma bondad!
1
• r-t
los difuntos acostdinbraban los religiosos de [
santa Teresa reunirse en la capilla, despues
del oficio de Réquiem, para lo que llaman o-
Dia Tercero.
frenda de los difuntos, y quién ofrece hacer
por ellos austeras penitencias, quién largas o- MEDITACION.
raciones, quién limosnas, quién ganar indul- Pena de Sentido.
gencias, unos celebrar misas, otros rezar ofi- PONTO I .
cios, otros visitar Iglesias y hospitales; de suer-
El Señor, dice el profeta, llamó para mi-
te que se recoge una abundantísima cópia de
nistro de su justicia al fuego, el cual devoró
sufragios para socorrer al Purgatorio. Hoy es
el profundo abismo de la iuiquidad, y la par-
el dia de la Conmemoraron general de los di-
te anexa á la imperfección de los justos. El
funtos, y coloquemos eu el ejercicio de nues-
fuego, continúa el apóstol, prueba las obras
tra santa devocion esta costumbre, digna de
de cada uno; consume las malas, purifica las
ser de todos imitada. Cada uno impóngase á
buenas, y quien se salva, casi por medio del
6Í mismo aquellas obras de piedad que en su
fuego se salva. De estas autoridades se de-
fervor cree poder elegir para alivio de los di-
duce principalmente que una de las penas del
funtos; prométalas, pues, á ellas, prométalas
Purgatorio, es la de sentido causada por el
á Dios, y despues mantenga fielmente su pro-
fuego, cuya sentencia es común entre los lati-
mesa. f
nos con quienes convienen también la mayor par-
Hacet L. 3, cap. 2, art. 2, parag. 2. te de los griegos, rogándose en una y otra Igle-
sia para que aquellas benditas almas seatr^i-
De profundis y conclusión, como en la pá-
bres de aquellas tan penetrantes llamas. Una-
gina 26.
mos nuestro espíritu con el de las menciona,
severas de la divina justicia, castigan á pro-
das iglesias, y como Aaron en el gran in-
porción de los deméritos de cada uno y hacen
cendio del campo israelítico, pongámonos tara-
sentir más dolorosos los efectos de su suplicio
bien nosotros por medianeros eutre Dios y
en aquellas potencias y sentidos que mayor
ellas, pidámosle que lo más pronto las libre
parte tuvieron en la culpa. El hjmbre en me-
de tantos tormentos.
dio de las distracciones del mundo, no eleva á
PUNTO II.
tan alto el pensamiento; pero ved aqui, oh cris-
tianos, lo que significa una falta de más ó una
El fuego del Purgatorio, como enseñan las
falta de ménos, quiere decir, un tormento más
escuelas, no es metafórico ni ideal, sino verda-
ó uno ménos, esto es, un Purgatorio más acer-
dero y material, y es tanto más activo y po-
bo y redoblado.
deroso, que el fuego de este mundo, cuanto
que el nuestro es solamente una sombra, una ORACION.
imagen, un fuego piutado en comparación del ¡Gran Dios! ¡Cuántos purgatorios no me-
que arde en el abismo. Las llamas aplicadas recemos por nuestros innumerables pecados,
por los macabeos á las torres de los beanitas, y cuántos purgatorios redoblados no padece-
que en breve las redujo á cenizas, el horno en- rán por sus faltas muchísimas almas de los
cendido por Nabucodònosor con fuego siete ve^ difuntos! ¡Ah Señor! moveos á piedad de e-
ees multiplicado, las llamas devoradoras de llas, de nosotros; perdonándonos en esta vida
Pentápolis, que en breves instantes consumie- las culpas para no pagar nuestras deudas en
ron aquella basta provincia, apénas represen- la otra con tanto rigor, de ellas, extinguiendo
tan las más pálidas centellas de aquel elemen- los ardores de aquel fuego tan vivo y que tan
to atormentador. ¡Ah! ¿quién podrá sufrir los atrozmente las atormenta. Derramad vuestras
ardores de tan vivas llamas?
misericordias sobre vivos y muertos, y unos
y otros bendecirán eternamente vuestro san-
PONTO M . to nombre.
_ Mas aquellas llamas no sólo son vehementes EJEMPLO.
sino también sábias y justas, como enseñan los Miéntras la venerable Sor Paula de Santa
santos padres, haciéndose más penetrantes y Teresa hacia fervorosísima oracion en sufrajio
atroces donde fué más deliberada é intensa la de las almas del Purgatorio, se abrió delante de
maldad. Nada dejan sin castigo, vengadoras BUS ojos aquella cárcel de tormentos, y vió qu®
— 41 —
aunque era uno solo el fuego que atormentaba Añadiremos un Padre nuestro y Ave Ma-
á las almas allí encerradas, mas en medio de ría por los propagadores de esta devocion.
un mismo fuego eran diversas las penas de ca- SUFRAGIO.
da una, y asombrada por tal diferencia pre- Sustulisti mortuum ab inferís in verbo Do-
guntó la causa al ángel custodio que la asistia mini Dei. Ecle. 48. 5. Rezando la oracion
el cual la respondió: que secun las obr*s se pa- Dominical se libran del Purgatorio las almas
gaba á cada una. y que la cualidad de las cul- de los difuntos.
pas determinaba la entidad y medida de las Apareció al B. Conrado de Ojeda, francis-
penas. La que en vida habia sentido más el cano, otro religioso de la misma órden, muer-
aire de la soberbia y de los honores, quedaba to poco ántes, rodeado de vivísimas llamas,
más abatida cun penosos oprobios; la que más suplicándole que le aliviase con sus oraciones
desahogo habia dado á su apetito y á su car- de las gravísimas penas que sufria; y él rezó
ne, era traspasada con más acerbas llamas; la inmediatamente en sufragio suyo un Padre
que estaba manchada de faltas pequeñas, poco nuestro con el Réquiem aeternam; y sintiendo
padecía; y era grandemente atormentada la el difunto gran refrigerio, suplicó al caritati-
que se hallaba con mayores deudas. Justo es vo Padre que lo repitiese, quien al momento
Dios, y en el Purgatorio ejerce la más exacta le complació, y aumentándose cada vez más se
justicia, y si nosotros queremos huir-de su ri- alivió, ¡ah! por tus entrañas de misericordia de
gor, abstengámonos de probocarle con nues- nuestro Dios, replicó aquella alma, continuad,
tras culpas.—[En su vida.) oh Conrado, tal oracion que me proporciona tan
Recemos cinco Padre nuestros, Ave Ma- grande alivio: y entónces el siervo de Dios la
rías y Réquiem en memoria de la pasión de repitió hasta cien veces, y á la centésima el di-
nuestro Señor Jesucristo, en eufrajio de los funto cambió el tono de súplica en el de haci-
fieles difuntos, suplicándole al Eterno Padre miento de gracias y de júbilo, sintiéndose ya
se apiade de sus almas por la sangre que de- libre de toda pena llamado á la gloria del
rramó su divino Hijo, diciendo cinco veces la cielo. El ejercicio pues en que debemos po-
siguiente ner hoy nuestro mayor empeño sea en el de
JACULATORIA. í rezar muchos PadrfS nuestros con Réquiem,
Eterno Padre, por la sangre preciosísima en sufragio de los fieles difuntos, quienes re-
de Jesús, misericordia.. Padre nuestro, Ave cibirán no sólo alivio y consuelo, sino también
gloria y felicidad sempiterna.
María y Réquiem.
— 43 —
F r . Bartolom. á Pisis libr. 2. cap. 25. y con la mayor actividad penetra y despedaza,
Cbron. de los Herus. men. libr. 4. cap. 30. no ya los cuerpos, sino las almas de los di-
De Profanáis y conclusión como en la pá- funtos en lo más íntimo de todos sus senti-
gina 26. dos. ¿Y qué corazon hay tan duro que no se
Abrirá la horrenda cárcel conmueva á la suma acervidad de este su-
Aquella oracion hermosa, plicio?
Que á su Iglesia fiel esposa PUNTO II.
Le dictara el Salvador. Aquel fuego produce en las almas que lo
Si por tí feliz una alma sufren, no sólo una sensación dolorosa, sino tan-
Saliera de aquel tormento, tas cuantas son las varias especies de tormen-
Grande será su contento, tos que hay en el universo. Serán en hora
Igual premio á tu favor. buena diversos entre sí por su naturaleza, o-
puestos por sus principios, contrarios por
sus efectos; mas por un prodigio de la Di-
Dia Cuarto. vina Justicia, todos se coligan, se reúnen y
MEDITACION. conspiran juntamente á atormentar sobre cuan-
Atrocidad del fuego. to puede imaginarse á las almas del Purgato-
PUNTO I .
rio. De alli es que calor y frió, hambre y sed,
fastidio y congojas, tinieblas y espantosísima
Para formarnos alguna idea de la atrocidad luz, todo á un tiempo se padece en sólo el fue-,
del fuego del Purgatorio, imaginémonos que, go, y todo forma el continuado martirio de
según la frase de la Sagrada Escritura, Dios cada alma. ¡Oh que inexplicable cúmulo de
nuestro Señor reúne y acumula todo.'- los ma- penas contiene en sí mismo aquel fuego vindi-
les q,ie hay en este mundo, y poniéndolos co- cativo!
mo en alambique, extrae de ellos la esencia
PUNTO ra.
más pura, y el espíritu más subido, y que
con semejante espíritu enciende el horno del Ahora se comprende bien lo que dicen los
Purgatorio. ¿Podrá imaginarse incendio más Santos Padres; á saber, que el fuego del Pur-
vivo y más terrible que este? Ahora bien, el gatorio es mucho más atroz que cualquiera o-
fuego del Purgatorio es llamado precisamente tra pena causada ó por la postración de la na-
por el Profeta, espíritu do ardor, espíritu que turaleza, ó por el rigor de la humana justicia,
— 43 —
F r . Bartolom, á Pisis libr. 2. cap. 25. y con la mayor actividad penetra y despedaza,
Cbroo. de los Herus. men. libr. 4. cap. 30. no ya los cuerpos, sino las almas de los di-
De Profanáis y conclusión como en la pá- funtos en lo más íntimo de todos sus senti-
gina 26. dos. ¿Y qué corazon hay tan duro que no se
Abrirá la horrenda cárcel conmueva á la suma acervidad de este su-
Aquella oracion hermosa, plicio?
Que á su Iglesia fiel esposa PUNTO n.
Le dictara el Salvador. Aquel fuego produce en las almas que lo
Si por tí feliz una alma sufren, no sólo una sensación dolorosa, sino tan-
Saliera de aquel tormento, tas cuantas son las varias especies de tormen-
Grande será su contento, tos que hay en el universo. Serán en hora
Igual premio á tu favor. buena diversos entre sí por su naturaleza, o-
puestos por sus principios, contrarios por
sus efectos; mas por un prodigio de la Di-
Dia Cuarto. vina Justicia, todos se coligan, se reúnen y
MEDITACION. conspiran juntamente á atormentar sobre cuan-
Atrocidad del fuego. to puede imaginarse á las almas del Purgato-
PUNTO I .
rio. De alli es que calor y frió, hambre y sed,
fastidio y congojas, tinieblas y espantosísima
Para formarnos alguna idea de la atrocidad luz, todo á un tiempo se padece en sólo el fue-,
del fuego del Purgatorio, imaginémonos que, go, y todo forma el continuado martirio de
según la frase de la Sagrada Escritura, Dios cada alma. ¡Oh que inexplicable cúmulo de
nuestro Señor reúne y acumula todo.'- los ma- penas contiene en sí mismo aquel fuego vindi-
les q,ie hay en este mundo, y poniéndolos co- cativo!
mo en alambique, extrae de ellos la esencia
PUNTO I I I .
más pura, y el espíritu más subido, y que
con semejante espíritu enciende el horno del Ahora se comprende bien lo que dicen los
Purgatorio. ¿Podrá imaginarse incendio más Santos Padres; á saber, que el fuego del Pur-
vivo y más terrible que este? Ahora bien, el gatorio es mucho más atroz que cualquiera o-
fuego del Purgatorio es llamado precisamente tra pena causada ó por la postración de la na-
por el Profeta, espíritu do ardor, espíritu que turaleza, ó por el rigor de la humana justicia,
— 44 — - 4 5 -
<5 por la crueldad de los más bárbaros verdu- fuego la penetraba y traspasaba de una manera
gos; porque de cualquier especie que sea, se tan sorprendente, que el buen siervo de Dios,
encuentra no ménos intensa en el Purgatorio, no se pudo contener en pedirle alguna seme-
y se encuentra privada de toda cualidad que la janza ó alguna prueba que le hiciese conocer
mitigue, y reunida con todo otro cualquier géne- su actividad y fuerza. Si me pides una seme-
ro de tormentos, en el vivísimo fuego encen- janza, respondió aquella alma, sábete que las
dido y alimentado por la Diviua Justicia. Pues más encendidas llamas de la tierra, son un cé-
si nosotros somos tan delicados que no podría- firo suave en comparación del ardor que yo
mos sostener un dedo en las llamas de la tie- experimento; y si quieres una prueba, extien-
rra, ¿qué no debemos hacer para evitar las de la mano, y al decir es'.o hizo caer sobre su
atrocísimas del Purgatorio? palma una gota de sudor desprendido de la vo-
rasísima llama; con la que el siervo de Dios
ORACION. sintió tan excesivo dolor que exhaló un grito
Salvadnos, ¡oh Señor! de las llamas de un tal, que despertó á todos los hermanos que
fuego tan cruel, y no permitáis jamás que dormían, y no pudiendo resistir más al exce-
caigamos en él, ántes bien librad y salvad á sivo temor, cayó en tierra desmayado y ca6Í
las infelices almas allí detenidas, que experi- muerto, conforme lo hallaron los otros religio-
mentan al presente todo género do tormentos sos que corriendo á su celda, apénas pudie-
y penas. Sea vuestra soberana clemenm pa- ron hacerle volver en sí con las máa eficaces
ra nosotros el escudo de defensa que piadosa- medicinas. Preguntándole la causa de tanto
mente nos salve de tan gran castigo, y para mal, mostró la llaga producida por la ardo-
ellas el bálsamo de refrigerio y de salud que rosa gota, de la cual se resintió todo el tiempo
sane toda llaga, mitigue todo dolor y haga su- de su vida. Si, pues, una sola gota de aquel
ceder á las congojas padecidas la dulce felici- sudor fué tan penetrante y aflictiva, ¿qué hu-
dad del gozo eterno. biera sido una chispa, una llama, un incendio
de aquel fuego devorador? Aprendamos de es-
EJEMPLO. to, (como predicabadespues el siervo de Dios),
cuán terrible sea el fuego del Purgatorio, y
Apareció al venerable Estanislao Cholcoca,
cuanto debamos hacer para evitarlo.—P.
dominico de Polonia, una al ma del Purgatorio ro-
Joann. Bapt. Manni in Sacr. Trisges. Disc. 6.
deada de vivísimas llamas, gimiendo y suspiran-
do de una manera increíble. La violencia del Rezarémos cinco Padre nuestros. Ave Ma-
ría y Réquiem en memoria de la pasfon de caz la mortificación del cuerpo unida á la ora-
nuestro señor Jesucristo, en sufragio de los cion para el rescate de las almas del Purga-
fieles difuntos, [y particularmente de N N.] torio, hagamos también hoy nosotros algunas
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de en sufragio de ellas, porque ¿quién sabe cuán-
sus almas por la sangre que derramó su divi- to tiempo hará que lo esperan nuestros difun-
no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente: tos en aquellas atrocísimas llamas.
Tomas Cantimprat. L. 2, Apunt. Cap. 53,
JACULATORIA. N. 19.
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de De profundis ele., y conclusión como en la
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma- pág. 26.
ría y Réquiem. Añadirémos un Padre nues- Penas y flagelaciones,
tro y Ave María, por los propagadores de es- Te ofreceré muy gustoso,
ta devocion. Por conseguir, Dios piadoso,
¡Ay! tu justicia aplacar.
SUFRAGIO.
¡Cuán felices mis cuidados,
Ad amulandum provacem carnem meam, et Cuán felices mis dolores,
salvos faciam aliquos ex lilis. Rom. 11, 14. Serán, si de los ardores
Con las mortificaciones y penitencias corpo- Llego una alma á libertar!
rales se satisface d9 tal modo la deuda de a-
quellas almas, que se llega á librarlas de sus
penas. Dia Quinto.
Otton IV, muerto en grande opinion de MEDITACION.
santidad apareció á una tia suya, abadesa, Modo con que el fuego del Purgatorio
suplicándole que hiciese rezar en su monaste- atormenta á las almas.
rio y aun en otros, varias preces acompañadas
PONTO I .
de disciplinas, para librarle de las atrocísimas
llamas que sufría en el Purgatorio. Se reza- Siendo el fuego del Purgatorio corpóreo y
ron las preces y se hicieron las penitencias pe- material, ocurrirá tal vez á alguno el pre-
didas, y su alma despues de pocos dias voló guntar cómo pueda obrar sobre las almas des-
desde aquel abismo de dolores al centro de tituidas de toda materia corpórea. En aqueila
fca delicias del Paraíso. Si es, pues, tan efi- manera, responde el Pontífice San Gregorio, que
— 48 — — 40 —
Lucifér y los ángeles rebeldes, si bien son puroa PUNTO ra.
espíritus, son atormentados con el fuego mate- Consideremos pues, oh cristianos, que s-
rial del infierno; asi ántes del juicio univer- quellas almas no tienen como nosotros las ma-
sal lo pueden ser también, y lo son en efecto nos corpóreas ó de carne, mas las manos s o l
las almas humanas sin cuerpo condenadas al de fuego: no tionen piés, mas los piés son do
infierno ó al Purgatorio. El fuego de los a- fuego; no tienen los otros miembros come
bismos es un instrumento de la Justicia de los nuestros de c a ñ e , mas todos son dé fuego.
Dios, la cual puede castigar un espíritu por De fuego es la cabeza que despide siempre
medio de un cuerpo, como su omnipotencia centellas; de fuego el pecho, que siempre'arde;
anima á un cuerpo por medio de un espíritu. de fuego las entrañas, que arrojan siempre lla-
Nos es desconocido y sorprendente el modo; mas; de fuego todas las partes que siempre
crujen. No ven sino fiaego, no oyen sino fue-
pero no es ménos verdadero, concluye San Ber-
go, no respiran sino fuego, no tocan sino fue-
nardino de Sena, miéntras que seria una imper-
go. En el fuego están siempre, y se revuel-
donable presunción querer comprender con la
ven siempre en el fuego. ¡Oh fuego! ¡oh fuego
corte lad de la vista del hombre, las obras ma-
del Purgatorio! ardamos pues en suma cari-
ravillosas del poder divino.
dad en esta vida, si no queremos arder en la
PUNTO I I . otra en el fuego del Purgatorio.
Esforzándose los Santos Padres y Doctores
á darnos alguna explicación del modo con que ; mTb
el fuego del Purgatorio atormenta las almas Encended vos, ¡oh Señor! el fuego de la di-
encerradas en aquella cárcel, nos dicen que o- vina caridad en nuestros pechos y haced que
bra en ellas por aligación; y quieren decir que arda de tal manera, que á todos nos santifi-
aquellas almas no tienen ya el cuerpo que te- que, haciéndonos emplear á todos empeñosa-
nían en vida, mas el fuego del Purgatorio se mente en socorrer y librar á nuestros herma-
une de tal manera y se apega á aquellos des- nos difuntos, de los insufribles ardores del
nudos espíritus, que les sirve como de un tor- Purgatorio. El fuego que para ellos se apaga,
mentosísimo cuerpo. Es esta una idea que nos se apaga también para nosotros; la piedad que
llena de espanto y de horror, mas nuestra idea usamos con ellas la encontraremos más abun-
es siempre menor de lo que es en verdad. ¡Oh dante para nosotros, y purificados en las lla-
cuán inexplicable es el tormento que experi- mas de vuestro santo amor en esta vida, lie-
mentan aquellas ánima» benditas!
7
garemos más felizmente á su soberana fuente da la pobreia religiosa se complacía durante
en la otra, cuanto oon más generosa mano de- su vida en adornar su celda con escogidos
tramaremos al presente sus afecto« en el Pur- muebles. Un escribano empuñaba en sus ma-
gatorio. nos un tintero de fuego, una pluma de fuego,
EJEMPLO. un sello de fuego en castigo de la poca exacti»
A la venerable madre Franeisca del Santí- tud con que habia ejercitado su delicado ofi-
simo Sacramento, carmelita, gran devota de cio; un caballero revolvía entre sus mano« Un
las almas del Purgatorio, se dejaban ver á me- mazo de abrasantes naipei y manejaba meofr»\
nudo por permisión de Dios, aquellas almas das encendidas, en pena de su inmoderada ití-^
no «ólo revestida* de fuego á manera de un clinacion al juego. Todo en suma era faegé
cuerpo abrasador, sino también con los instrn- en las almas que se le aparecían; de fuego las
mantos oon los cuales habían pecado en vida: formas, de fuego los vestidos, de fuego la
de fuego también eran estos y despedían fue- signias, de fuego hasta el aire que los rodWtf j
go por todas partes. Un obispo se le apareció ba. Los pecados y los defec'os son el pábulo
revestido de los ornamentos sagrados, con la de este fuego que cada uno puede encender f
mitra en la cabeza y el báculo en la mano; extinguir por sí mismo. Huyamos los defec-
mas los ornamentos, la mitra, el báculo eran tos y los pecados y se apagará para nosotros
de fuego, y formaban su más cruel tormeDto el fuego del Purgatorio.—Fr. Joaquín dé Sim-
en el Purgatorio porque habían sido el objeto ia Muría, earmel. détealt. en la vida de la ve-
de su vanagloria en la tierra. Un sacerdote te- nerable Francitca del Santísimo Sacramento,
nia la corona encendida y despidiendo llamas, lib.2.
•j i >
abrasada la lengua más que un hierro hecho
Retaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
ascua, las manos centellando de vivo fuego,
rías y Réquiem, en memoria de la pasión' de
-la estola le servia da una cadena encendi-
Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los.
da al cuello, y los otros ornamentos de una
difuntos, suplicando al Eterno Padre que se
vestidura penetrante de llamas, por la irre-
apiade de sus almas por la sangre que derra-
verencia usada en el ejercicio del sagrado
mó su divino Hijo, diciendo cinco veces la si-
ministerio. Se demostró un religioso rodea-
guiente:
do de muchas y muy preciosas alhajas, si-
JACULATORIA. .,,
llas, mesas, piedras, pinturas y cuadros; mas
tado da fuego; porque contra la profesión Eterno Padre, por la sangre preciosísima T5BÍ
- 5 3 -
Jesús, misericordia. Padre Nuestro, A r e Ma- totros, si acaso nos aconteciese, caer en aque-
ría y Réquiem. Añadiremos un Padre Nues-
llas llamas.
tro y Ave María por los propagadores de esta
P. Jacob. Calesio, en la vida del P. Julio
devociou.
Mansinelli de la Soc. de Jesus. L. 3. Cap. 2.
SUFRAGIO.
De profundi» etc., y conclusion como en la
-ílo obn'i.k í.t 08 ob«¿Í91d(* Bid**"» • • i •>,!:
Induétn illum túnica tua, et cingulo iuo con- página 26.
«
fortado eurri. Itai. 22. 21. Con el vestido que Tiende tu mano bondadosa
se da al pobre de limosna se procura alivio y Y enjuga del pobre el llanto,
refrigerio á las almas del Purgatorio. Dale un vestido, algún manto
César Costa, Arzobispo de Capua, mirando A aquel que desnudo está.
al P . Julio Mansinelli con un vestido tan des- Y las desnudas y tristes
trocado que apénas podía resistir el frió, le Animas del Purgatorio,
regató un manteo de invierno, con el cual sa- Por tu piedad, bien notorio
liendo un dia aquel religioso despues de la Grande alivio sentirás.
muerte del Arzobispo, vió salirle al encuentro
el difunto prelado, que todo rodeado de vivo
fuego le pedia por caridad aquella capa. Se Dia Sexto.
la quitó prontamente de las espaldas el buen MEDITACION.
siervo de Dios, y se la dió al espíritu apare- Divina Justicia Vindicativa.
cido, el cual embozándose en ella, en vez de
PUNTO I .
quedar ésta toda consumida por el fuego, de-
tenia y extinguía de tal manera las ardientes Habiendo las almas santas del Purgatorio
llamas, que sintió el difunto grande refrigerio. triunfado ®n vida de su enemigo el demonio,
Ahora que se acerca el invierno demos también no es justo que caigan en sus manos en el o-
nosotros, si podemos, alguna capa ó algún ves- tro mundo para ser atormentadas por él. Si
tido á los pobres que están más necesitados, permite Dios que en su carrera mortal sean
en sufragio de las aimas del Purgatorio; que también tentados y perseguidos los justos por
lo que repare á los pobres del frió, mitigará i aquel maligno espíritu, pero no lo permite en
aquellas almas el ardor del fuego, y ellas sen- la otra vida porque aqui es lagar de prueba y
tirán graado alivio, y sentiremos también ne- d t palea, alli de término y de racompenw.'
Por lo que Dios mismo es el que enciende y torio, forma para ellas un título da distinción
con su aliento aviva el fuego del Purgatorio y complacencia; mas el ser castigadas y ator-
que castiga y purifica aquellas hijas escogidas mentadas por la mano misma de Dios á quien ado-
de la gracia; y si bien las ama tiernamente, ran, hace más sensibles los golpes y más pe-
no obstante les hace probar los efectos más sado el azote que los hiere. ¡Ah! exclaman,
rigorosos de su justicia. ¿Y nos quejamos no- damos gracias ¡oh Sefior! á vuestra piedad,
sotros si Dios de cuando en euando nos visita porque nos habéis librado de los dientes del
con alguna tribulación en esta tierra? dragón infernal, mas ¡ay! cuán aflictivo es pa-
FUNTO II. ra nosotros mirar vuestro rostro más de Juez
Dice un profeta que Dios está en el fuego, que de Padre, vuestra mano más de vengador
y que como un artífice derrite y purifica en que de Esposo. Vuestra misericordia se ha
ardiente crisol la plata y el oro, y lo liquida convertido en rigor, y nosotros no sentimos
para fundirlo y reducirlo á vistoso trabajo, &> sino los dardos de vuestro encendidísimo eno-
, si entre las llamas de aquella encendida cár- jo. ¡Oh Padael ¡Oh Juez! ¡Oh atormentador!
cel el Sefior limpia y purifica á los hijos de ¡Oh Esposo! ¡Ay! apiadaos de quien no ds-
Leví para hacerlos dignos de sí; ó á la mane- sea ni suspira sino por vos!
ra que un diligente escultor á fuerza de golpes ORACION.
de su cortante cincel imprime en el duro már- Oíd, Señor, oid estas voces pues son vocee
mol las formas del original que se propone, no de vuestras hijas muy amadas. Vuelva á vues-
de otra suerte Dios, con el severo azote de su tro rostro la serenidad y la dulzura, resplan-
Justicia, hiere repetidamente á aquellas almas dezca en vuestros ojos un rayo de clemencia
afligidas hasta que esculpe en ellas la imágen y de gracia, deponga vuestra diestra el azote
de su perfección, haciéndolas dignas de la glo- de la ira y del rigor, y por uno de aquellos
ria eterna del cielo. ¡Ah! sin méritos y per- rasgos de bondad que os declaran Dios de las
fección no se puede entrar en la gloria. Y no- misericordias, elevad aquellas infelices que pa-
sotros, ¿qué es lo que hacemos para mere- decen al seno eterno de vuestra bienaventuran-
cerla? za. Tales son sus deseos y tales también los nues-
PUNTO ra.
tros. Escuchad á las hijas que os ruegan; escuchad
á los siervos que interceden por ellas; escuchad
La consideración de no ser aquellas almas
al Purgatorio y á la tierra para conceder el cielo
Atormentadas, por los demonios en el Purga-
á quien no halla reposo hasta poseerle con vos-
— o« —
EJEMPLO.
píritus cosa de qué reprenderlo g , y purifica
Murió en el convento de loi religiosos me- toda mane ha y defecto contanto rigor de jus-
nores ida París un religioso apellidado el an- ticia, que emplea toda la fuerza de su omni-
gélico por su vida angelical, y un maestro de potencia para purificar con el más vivo fuego
Teología que habia sido su gran confidente, las almas y hacerlas dignas del Paraiso. A cu-
aunque sabia bien la costumbre de aquel sa- yas palabras, arrepentido el Teólogo de su ne-
grado asilo, es decir, la obligación que tenia gligencia, ofreció en los tres siguientes dias el
cada sacerdote de celebrar tres misas por el augusto sacrificio del altar en sufragio de a-
alma de cada difunto de la misma religión, queila alma con tanta devocion, que consiguió
sin embargo dejaron de ofrecerlas esta vez librarla del Purgatorio. Mas si tal leecion a-
por el alma de dicho religioso, creyendo que provechó al difunto, no fué ménos eficaz para
por la alta perfección á que llegó en la tie- el religioso vivo, el cual se dedicó despues tan
rra, fuese hecho desde luego feliz comprensor de veras á santificar su vida, que de sublime
en «1 cielo. Pero ¡ciián falaces son los juicios Teólogo de los divinos misterios, pasó á eer
de los hombres! Aquel religioso que se creia un vivo modelo de perfección cristiana. San-
tan perfecto cayó en el Purgatorio, dónde es- tifíquenos también á nosotros la misma lec-
perando en vano, los acostumbrados sufragios ción, y haga que nos demos á la más exacta
de su amigo, de quien ae los prometía aún observancia de nuestros propios deberes.—Fr.
mayor#s, se le apareció una noche quejándo- Mauro U/ysupone en la Orden de los Men. P.
se amargamente de tal descuido entre los más 2. L. 4, C. 7.
acerbos dolores; de lo que asombrado el P. Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
maestro quiso excusarse diciendo que no ha- rías y Réquiem en memoria de la pasión de
bia pensado jamás t\ue u n a perfección tan su- Nuestro Señor Jesucristo, en sufrajio de los
blime hubiese necesitado refinarse en el fuego fieles difuntos, suplicando al Eterno Padre que
del Purgatorio. Mas keu respondió aquella al- se apiade de sus almas por la sangre que de-
ma, nemo credit quam disiriete judicit Dtus, rramó su divino Hijo, diciendo cinco veces la
et quam severe puniat no se puede humana- siguiente ,
mente comprender cuán rigurosos son los jui-
cios de Dios y cuán severamente castiga cual- JACULATORIA.
quier defecto. Los cielos no son limpios de- Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
lante de sus ojos; halla en los más puros es- Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
8
ría y Réquiem. Añadiremos un Padre nues- las almas del Purgatorio.—Nicio Erytrio
tro, y Ave María por ios propagadores de es- Ejem. 8.
ta dovocion. De pro fundís ete., y conclusión como en la
SUFRAGIO. pág.26.
Voluntas est, non ut allis sü remessio, vo- Si de tu fiero enemigo
lts antem tribulatio, sed ex aequalitate. 2 Cor. Las ofensas perdonares
8. 13. Esta es la voluntad de Dios, que co- Y en vez de venganza ansiares
mo nosotros perdonamos á nuestros enemigos Paz, unión y eterno amor:
las ofensas, asi casi por igualdad perdone él á También las almas pacientes
los difuntos la deuda de sus culpas. Perdón obtendrán del cielo
Una viuda rica en Bolonia, á cuyo hijo dió Gozarán paz, gran consuelo,
muerte un forastero, teniendo entre las manos Lenitivo á su dolor.
al reo, no sólo no le entregó á la justicia; sino
ántes bien con cristiano heroísmo le protejió y
le instituyó heredero en lugar de su perdido Dia Sétimo.
hijo. Un rasgo tan noble de aquel corazon a- MEDITACION.
gradó tanto al Señor, que libró inmediatamen- Pena del gusano 6 sea del remordimiento.
te de las penas del Purgatorio al jó ven difun-
to, el cual lleno de júbilo y todo resplande- PUNTO I.
ciente se dejó ver á su virtuosa madre en el La segunda pena del Purgatorio, más cruel
acto que volaba al cielo. La justicia de Dios que el mismo fuego, es la del gusano de la
es inflexible; pero jamás se deja vencer en cor- conciencia, ó sea del remordimiento que se
tesía. Si queremos, pues, que perdone la deu- 6iente por los defectos de la vida pasada. Tres
da de sus penas á las almas del Purgatorio y dolorosas miradas echa el alma sobre la vida
las reciba en su corte, anticipémonos nosotros pasada, y con la primera ve cuánto mal po-
con perdonar á nuestros enemigos las injurias, día haber evitado y no lo evitó. ¿Cuántos
y con hacerlos participantes de nuestro amor; pensamientos, cuántos afectos desordenados
que no dejará Dios de pagar perdón con per- podia haber reprimido? ¿Cuántas palabras o-
don, amor, con amor. Por consiguiente el ejer- ciosas, cuántos actos indecorosos podia haber
cicio de este dia sea el reconciliarnos con nues- omitido? ¿De cuántas debilidades y de cuán-
tros enemigos, si los tenemos, en sufrajio de tos escándalos podia haber huido? Y no
— 60 — — 61 —

pudiendo ménos de reconocerse culpable mien- con un fervor mayor, y con una exactitud
tras hubiera podido no serlo, siente un grande más constante en el servicio de Dios. ¿Y por
dolor, no tanto por el daño que se ocasionó á qué no lo hacemos?
sí misma, cuanto por el disgusto que ha dado PUNTO III.
á Dios. ¡Oh, verdaderamente feliz, aquel á
Con otra mirada más sublime hácia el cielo,
quien la conciencia no remuerde de algún de-
ve por último, el alma en el Purgatorio, el
lito! Procurémos, pues, atentamente, ¡oh cris-
lugar que le ha sido destinado en el reino e-
tianos! no caer jamás en pecado.
terno; pero al mismo tiempo conoce y mira
PUNTO II.
con dolor, que con haber evitado, como esta-
Con una segunda y más penetrante mirada
ba en su mano, tantos defectos, y con haber
que la traspasa profundamente, ve el alma
obrado todo el bien que le era posible, seria
en el Purgatorio el bien que podia haber he-
mucho más glorioso y resplandeciente su tro-
cho en vida y no lo hizo. ¿Qué más pudiera
no en el Paraiso. Porque es indudable, que
haber hecho el Señor para hacerla fructificar
habiendo muchas moradas en aquella patria
para su eterna salud? La hizo nacer en el seno '
bienaventurada, cada grado de mérito, aumen-
de la fe, la adornó de conocimiento y de liber-
ta á proporcion los grados de gloria, y cuan-
tad, se dignó apacentarla con los santos Sa-
do más se acerca el alma á Dios con la per-
cramentos, fortalecerla con gracias celestiales,
fección de la caridad en esta vida, tanto más
atraerla á sí con el ejemplo de los buenos.
se allega á él en la otra. ¿Deseamos, pues, ¡oh
Con tantos estímulos y auxilios debía, á ma-
cristianos! gozar la más sublime gloria en el
nera de gigante, haber corrido velozmente por
cielo? esforcémonos en ser los más virtuosos y
el camino de la santidad, y llegado á la máa
perfectos en la tierra.
alta perfección. Pero ella, á pesar de todo, se
ORACION.
detuvo muchas veces en el camino, otras an-
duvo á paso lento, se resfrió en los ejercicios Dadnos gracia, ;oh Señor! para que nos ha-
de piedad, dejó pasar muchas ocasiones de o- gamos cuales vos nos deseáis, perfectos y se-
brar el bien, é hizo por culpa suya, ineficaces, mejantes á vos, para que huyamos de todo
muchas gracias del Señor. A vista de tantas mal, para que crezcamos en toda suerte de
negligencias, llora y suspira por no tener ya bienes, y para que ñas gsfnemos un lugar dis-
tiempo de recuperar lo perdido. Nosotros, em- tinguido junto á vos en el cielo. Las almas del
pero, ¡oh cristianos! podemos aún repararlo Purgatorio, porque faltaron en alguna de estas
cosas, pagan rigurosamente la pena en aquella
en medio del cual, el alma del barón con los
cárcel de dolores entre los continuos remordi-
más dolorosos gemidos, hacia la confesion de
mientos de su espíritu. Tranquilizad, ¡oh Se-
su vida pasada, y se acusaba de las culpas co-
ñor! su conciencia, aquietadla con la remisión
metidas, particularmente de los disimulos que
de la pena debida á las culpas que cometieron,
usaba en la córte, por los cuales pagaba tan
con llamarlas á la corona y á la gloria, pues
rigurosa pena: y lloraba por el bien espiritual
demasiada amarga es su aflixion, de la que
omitido por respetos humanos, cuyo daño co-
continuamente se alimentan en aquel abismo
nocía entónces ser incalculable: é imploraba con
profundo.
los gritos más penetrantes la piedad de los fie-
EJEMPLO. les para obtener de la misericordia de Dios la
La baronesa Sturtón en Inglaterra, llamó pronta remisión de sus culpas. Más que las
un dia al P . Juan Cornelio, de la Compañía da palabras, fueron las lágrimas con que acompa-
Jesús, gran siervo de Dios, para mandarle ce- ñó su narración aquel buen religioso, y asi co-
lebrar un misa en sufragio dp su difunto espo- mo los que la oyeron, sacaron de ella ánimo
so, llamado Juan; y á la mitad de la misa, ca- para evitar en lo sucesivo toda clase de peca-
balmente despues de la consagración hasta el dos, y para enfervorizarse siempre más en la
fin del Memento de los difuntos, quedando a- carrera del bien; asi también nosotros saque-
quel sacerdote en éxtasis por largo rato, veían mos igual fruto pensando que es mejor resol-
sensiblemente los circunstantes en la pared la- verse ahora á un tenor de vida más regular
teral de la capilla, un resplandor que ondeaba, y perfecto, que llorar en el Purgatorio un tar-
semejante al reverbero de una encendida llama dío deseo y arrepentimiento.—P. Daniel Bar-
que ardiese en el fondo del altar. Concluido . tolo, en la ffist. de Ing. L. 5, C. 7.
el sacrificio, deseaban con impaciencia la baro- Rezarémos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
nesa y sus compañeros, que el buen religioso rías y Réquiem; en memoria de la pasión de
les hiciese saber la causa de tan larga demora nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
y del resplandor tan vivo que reverberaba en fieles difuntos, [y particularmente de N. N.]
la pared. Y prorumpiendo entónces el siervo suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
de Dios, en aquella expresión de la Sagrada sus almas, por la sangre que derramó su divi-
Escritura: Bienaventurados los muertos que no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
mueren en el Señor, comenzó á referir que ha- JACULATORIA.
bía visto un basto recinto lleno de vivo fuego, Eterno Padre, por la preciosísima sangre do
— 64 — — 65 —
Jesús, misericordia. Padre nuestro. Ave Ma- Rossa de la Soc. de Jesus, en la vida del ven.
ría y Réquiem. Graciano Punzoni, c. 8.
Añadirémos un Padre nuestro y Ave Ma-
De profundis, ele. y conclusión cono en la
ría por los propagadores de esta devocion.
página 26.
SUFRAGIO. Podéis muy bien distraeros
Si quod solatium chariiatis si quae societas En fiestas, aunque inocentes,
Mas tened, siempre presentes
spiritus implete gañdium mevm, ut idem sapia-
A los que sufriendo están. ,, r ,
tis charitatem habentes. Philip. 2. 1. En las
conversaciones de los amigos y los divertimien- Y del placer que oa^egr¡& .>0¿<f ¿
tos sociales no nos olvidemos de nuestros di- Haced piadosos y amantes, ,;
Que sean participantes
funtos, mas hagámosles también participantes
Y sus penas calmarán.
de ellos, con algún caritativo oficio de socorro
espiritual.
El piadoso Arcipreste de Arona, Graciano Dia Octavo.
Punzoni, para alegrar la conversación de sus MEDITACION. J
?
buenos amigos, solia colocar sobre la mesa de
Pena de Daño.
juego, una porcion de confites y dulces con el c
pacto, de que quien fuese vencedor en el juego, , FüNTO I. «j .¡, •
1
mano á mano se tomase una porcion de ellos, La pena más gran de que se sufre em iel Pur-
y á quien tocara la última, mandase celebrar gatorio es la de daño, que consiste en »sepa-
alguna misa, ó hiciese .algún otro sufragio por ración de Dios. Cien y mil mil penas d©' sen-
los difuntos. De £ste modo, el juego no Eer- tido redobladas, dice el Crisòstomo no pueden
via de peligro ni de remordimiento, sino ántes compararse con el sentimiento de comparecer
bien de recreo á los jugadores, y do alivia al indigno á los ojos de la Majestad Divina y de
Purgatorio. Prociíremos también nosotros san- ser desechado de su presencia. Una alma lé-
tificar el trato y sociedad con los amigos, con jos de Dios es un objeto fuera de su centro;
la piedad para con los difuntos, la cual les se- y aunque lo está por poco tiempo, sin embar-
rá tanto más agradable, cuanto qué, con raro go, el ser por culpa suya le hace su estado tan
ejemplo, será derivada de la misma alegría de amargo que no hay lengua creada que lo pue-
nuestras conversaciones sociales.—Marc. Ant. da explicar. ¿Y nosotros tantas veces peído«
9
— 64 — — 65 —
Jesús, misericordia. Padre nuestro. Ave Ma- Possa de la Soc. de Jesus, en la vida del ven.
ría y Réquiem. Graciano Punzoni, c. 8.
Añadirémos uu Padre nuestro y Ave Ma-
De profundis, etc. y conelusion como en la
ría por los propagadores de esta devocion.
página 26.
SUFRAGIO. Podéis muy bien distraeros
Si quod solatium chariiatis si quae societas En fiestas, aunque inocentes,
Mas tened, siempre presentes
spiritus implete gandium meum, ut idem sapia-
A los que sufriendo están. ,, r ,
tis charitatem habentes. Philip. 2. 1. En las
conversaciones de los amigos y los divertimien- Y del placer que oa'Alegra ¿
tos sociales no nos olvidemos do nuestros di- Haced piadosos y amantes, ,;
Que sean participantes
funtos, mas hagámosles también participantes
Y sus penas calmarán.
de ellos, con algún caritativo oficio de socorro
espiritual.
El piadoso Arcipreste de Arona, Graciano Dia Octavo.
Punzoni, para alegrar la conversación de sus MEDITACION. J
?
buenos amigos, solia colocar sobre la mesa de
Pena de Daño.
juego, una porcion de confites y dulces con el C
pacto, de que quien fuese vencedor en el juego, , FÜNTO I. >,[; '
1
mano á mano se tomase una porcion de ellos, La pena más gran de que se sufre eai iel Pur-
y á quien tocara la última, mandase celebrar gatorio es la de daño, que consiste en ^ s e p a -
alguna misa, ó hiciese .algún otro sufragio por ración de Dios. Cien y mil mil penas d©' sen-
los difuntos. De £ste modo, el juego no Eer- tido redobladas, dice el Crisòstomo no pueden
via de peligro ni de remordimiento, sino ántes compararse con el sentimiento de comparecer
bien de recreo á los jugadores, y do alivio al indigno á los ojos de la Majestad Divina y de
Purgatorio. Procuremos también nosotros san- ser desechado de su presencia. Una alma lé-
tificar el trato y sociedad con los amigos, con jos de Dios es un objeto fuera de su centro;
la piedad para con los difuntos, la cual les se- y aunque lo está por poco tiempo, sin embar-
rá tanto más agradable, cuanto qué, con raro go, el ser por culpa suya le hace su estado tan
ejemplo, será derivada de la misma alegría de amargo que no hay lengua creada que lo pue-
nuestras conversaciones sociales.—Marc, Ant. da explicar. ¿Y nosotros tantas veces perde«
9
mos á Dios sin.:,damos, cuidado algupo? Bien Tal pirohibicion f u é tan sensible á u^iel' iiíi
se v e q u e estamos animados por los .sentidos, grato corazon, que prefería el destierró'é'th-
y hechos Viles esclavos de la culpa. vocaba la muerte deplorando su suerte con tan
PONTO II. amargo llanto1; que convirtió; él'réal^alacw en
Cuando una alma queda libre de los lázos un teatro de tristeza y de dolor. A las almas
del cuerpo se abstrae; pOT decirlo así, de to- del Purgatorio les fué ya levantado'el destie-
dos los sentidos, deja él mundo y con todas rro del mundo, están seguras de la glotfa^él
sus facultades, con más,fuerza que un cuerpo Paraíso; p'éfo por sus iñvperfeccióríe8!nb>'p\iéde
grave es impelido hácia su centro,, es llevada la Justicia Divina admitirlas á la visióti^ifití»-
á Dios: semejante á un caudaloso rio que di- fica de su rd&rt) divino. Están' defófaidáfc en
vidido en su curso en varios arroyos, reunién- aquel lugar de expiación, y sus deseos, sus
dose despues en un solo cause vá-á-desembo- suspiros y gemidos son tan continuados y pro-
car con grande ímpetu en la mar; pfero si an- fundos, que no sólo hacen resonar las bóvedas
tes de entrar en-él-encuentra un fuerte obstá- de aquella Cárcel, sino que penetran hasta el
culo que lo ^ t i e n e , se incha, murmura, brama cielo. | Ah! lleguen alguna vez'también á nues-
é intenta abrirse paso por todas partes; tal es tros oidos pará' movernos á interponed lo^más
igualmente el estado d¿l alma , en el feliz mo- fervorosos oficíós con la soberana clemencia,
mento de uniVsíÜ T)ÍOS; sintiéndose detenida para que sean consoladas con la vista de 6ú
por la divina justicia en ePPurgatorio se aflije, ttttfBI P8fireF 9 C l ahito \ aa iáuo Y¿
se^eshaeejnsje 'despedazaré inquieta en sua ORACION. »oldoQ
•e0pgo|as¿£»O:haHa paz ni descanso basta que Consolad, oh Señor, á aquellas -álmas que
no llega a l i e n o del sumo bien. Nosotros ¿qué . desean ardientemente unirse á vos. A vo8< lefe
ánsias sentimos del oír <4 U m 1 cuanto; más se- inclina la naturaleza como á su último fitfjá
parado, del mondo se vive, tanto .más se sjei# vos las dirige la gracia como á su cénfcro bien-
jfista áaNá^íyi -si de ningún modo 1&'experimen- aventurado; á () vos las lleva el amor comó al
tamos, es ífdd icio de que somos en un todo del objeto suspirado; á vos las impele el deseo eo-
:mttaáo;y:no de Dios. u n a e s o í G ob aoj 'lno á blanco de sus afectos. No hay f&ra ellas
íadma v.jmei; PONTO ni. yol 'f sino Dios por quien á cada instante suspiran,
naiBcconcüiado Absalón con David le obligó Consoladas pues, ¡oh Señor! en suá ardientes
-éste á volver á la corte; pero le fué prohibido deseos, consóladlas en sns incesantes suspiros
al mismo tiempo comparecer en su presencia. con daros á ellas prontamente en premia,¡Ün
C
— 68_—
bienaventuranza, en corona de su irresistible mente qué cosa sea estar léjos de vos, para
afecto., Ja /'í-ielaio eup que evitando todo peligro de perderos en esta
EJEMPLO. vida, podamos unirnos con vos sin dilación al-
T0 No «olamente por el continuo ejercicio de guna en la otra.—Anal, ele los PP. Capuch.
las más heTÓicas virtudes religiosas, sino mu- año de 1548.
cho más poT las austerísimas penitencias con Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
que maceraba BU carne subió á tal grado de rías y Réquiem en memoria de la Pasión de
perfecoion Fr. Antonio Corzo, capuchino, que Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
arai-tenido comunmente en grandísimo concep- fieles difuutos (y particularmente de NN.)
to de santidad. Pero llegado el fin de sus dias suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
no pudo 6ubir. derechamente al cielo sin pasar sus almas por la sangre que derramó su divi-
i n t e » joser detenido en la penosísima cárcel no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
del Purgatorio, de donde habiendo salido por JACULATORIA.
permisión divina, se dejó ver al enfermero del Eterno Padre, por la preciosísima sangre
convento en el estado más deplorable; el cual de Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave
vuelto en sí de la primera sorpresa, ¿cómo, María y Réquiem. Añadiremos un Padre nues-
dijo-, ohlí Fr, Antonio condenado al Purgatorio, tro, y Ave María por los propagadores de es-
vos á quien creiamos en lo alto de la gloria? ta devocion.
¿Y cuál es y cuán grande la pena que sufrís? SUFRAGIO.
Doble es la pena, contestó el difunto, que yo
padezco. La del sentido, es tan grave y tan a- In conlritione filiae popule mei oculus meus
troe, que no se puede explicar; mas la que no ajjictus est, nec tacuit, so quod non esset te-
tiene comparación y supera á toda idea, es la quies Trhen. 348. Al profundo penar de las
pena de daño, que me priva de la visión bea- almas del Purgatorio acarrea mucho alivio la
tífica del sumo Bien. Faltándome este, todo mortificación de los ojos, que no dejaremos de
me falta,:y seré siempre la criatura más infe- practicar en su socorro.
liz miéntras estuviere léjos de él: Por lo cual Todos los miembros del pacientísimo Job,
encomiéndame á todos loa religiosos para que estaban cubiertos de hediondas úlceras; pero
me ayuden-eficazmente con sus sufragios, por- él no tanto se quejaba de estas, cuanto de los
que yo no puedo estar más sin mi Dios. ¡Olí ojos, á los cuales se negaba la vista del sumo
Dios! |oh Dios! Hacednos comprender final- bien que es Dios. In amaritudinibus moratur
— 7| —
pculus meus; cur faciem tuam abscondis? Co- 3ible, cuanto más se conoce su mérito, se a-
mo si dijera, explica admirablemente Tertu- precian y so le profesa mayor
liano, es el dolor de los dolores, mí mayor que aumen-
tormento el no poder veros todavía ¡oh mi tan ía pena de 4*uo en 'él Purgatorio. ¡Oh
Señor! De oculo quaeritur, qui Mus in tor- cuán sublime conocimiento tienen de Dios a-
mentis positus est. Pero tormento más cruel, y quellas almas h ^ d i t a s i Le conocieron en vida
àtfc fôi'ëe bis almas con la luz de 1;; razón, con ía luz de la fe, y
del Purgatorio, quV suspiran con mucho ma- con las ilustraciones especiales de su gracia;
yor deseo par la vista de Bios,'y para apre- pero mejor le conocieron aí salir de este mun-
surársela, mortifiquemos nuestros ojos cerrán- "dó,! y séñíiladamente cuando en el juicio parti-
dolo? á los objetos' m'undanos, que cuanto :rás cufar des pues de la muerte fueron presenta-
cerraremos los nuestros más se abrirán los su- das á él, y él imprimió en su mente tan viva
yos para ver claramente el rostro de Dios.— imágen de sí mismo, que de ninguna otra co-
Job. C. IT. 2. Tertul de Penii. sa puede ocuparse ya su entendimiento sino
dé Dios. Y nosotros ¡oh cristianos! volvemos
7 De pro fundís,.età., y conclusión como en k
por-Ventura el pensamiento", hacia nuestro Dios?
pág. 26. : ;< • : .->•. ' ;. v : :'.[
ijoodpaid c f e o - i o a ^ j ^ aoo *í¿;q B^JÍÍOT^
, Lograreis que vuestros ojos
H u y a n de miradas vanas,. , , Dél conocimiento dél : enténdimiento, nafete
Si de las pdmp£s mitadanas la deliberación de la voluntad, y si el objeto
contemplado por lk mente es bueno, nos senti-
«»a .V mos atraídos hácia él, y se engendra en nües-
Encontrarán un consuelo, , tro corazoh el amor. Pero, ¿quién más bueno
Y fijarán en el cielo que Dios, que es 18 fuente de la verdadera
Sus miradas en Jehová bondad, el piéfago de toda perfección? De a-
:
'i ! ' ' iO ,8010 801 ai qui es, que al dirigir sus miradas hácia á él,
• > y-» I I y-» ftòf tanto por el natural deseo, cuanto por los im-
.doL oinis'i pulsos de la caridad, se aviva y se enciende
oioq v- ;.> mmmmy. : de tal modo el amor; divino en las santas al-
Intensidad déla pena de Daño. mas del Purgatorio, que ya son todas y ente-
OÍDna íeb aJaiv ¿1 R C ^ g ^ a e esíáuo r-oí h .aojo ramente de Dios, y arden todas por Dios; pero
La pérdida W W Ù j t ó , és 1 'tanto más sen- entre tanto están allí detenidas^ están priva-
- 7 2 —_ - 7 3 —
das de la vista del amado bien. Imaginémo- Acreciéntese su luz de gracia con su luz de
nos, pues, las ánsias y el dolor que las ator« gloria: Sáciese la llama de su puro amor con
menta. ¡Ahí ¿por qué es tan frío nuestro cora- la posesion del Sumo Bien: Apáguese el sen-
zon? ¿Cómo no se inflama también en el amor timiento de su gratitud con el anhelado desa-
divino? Amemos sumamente á Dios en esta hogo á los piés de su bienhechor. Dignaos, ¡oh
vida, y entóneos podremos esperar gozarle sin gran Dios! dar cumplimiento á sus fervorosos
demorarnos largo tiempo en el Purgatorio. deseos, que nosotros prometemos por ellas, hu-
PUNTO m .
millar siempre nuestro entendimiento en obse*
quio de la fe, consumid nuestro corazon en un
Dios no solamente es bueno en sí mismo, si- incendio de caridad, consagrad todo nuestro a-
no que es bueno también con nosotros, y cada fecto en veneración y agradecimiento hacia
dia nos colma de sus beneficios. Cuanto tene- vos, á quien rogamos que acepteis nuestras
mos todo es suyo, cuanto tendremos lo habre- humildes ofertas, en rescate de aquellas infe-
mos sólo de él. Sea en el alma, sea en el cuer- lices almas que tanto padecen.
po, en esta vida ó en la otra, él es autor de
todo nuestro bien. ¿Cuánta, pues, debe ser la EJEMPLO.
gratitud para con tan generoso bienhechor? El alma de una piadosa matrona muerta en
Bien lo sienten las almas del Purgatorio, las Luxemburgo, empezó á aparecerse en la fies-
cuales, en la economía de su eterna salud, re- 4 ta de todos los santos, á una devota doncella,
conocen una á una las gracias á ellas dis- pidiéndole sus sufrag os. Cuantas veces iba
pensadas por el Señor. Bien quisieran mostrar ésta á la iglesia, y se acercaba á la mesa eu-
á sus piés, su reconocimiento, y darle las de- , cari, tica le seguia aquella alma, la cual, á la
bidas gracias; pero el momento feliz no ha lle- elevación de la hostia sacrosanta, se inflamaba
gado todavía, y cuanto más se retarda, tanto en el rostro de tanto ardor, que parecía un se-
más se aumenta su pena. Nosotros podemos rafín del cielo. Pero fuera del templo no se
anticipárselo con sufragios. ¿Y por qué no lo dejaba ver jamá<; por lo cual le preguntóla
hacemos? doncella, qué quería significar con aquello, y
ORACION. exhalando ella un profundo suspiro: ¡Ah! tú
no sabes, exclamó, cuán gran pena sea el estar
¡Ah! Señor, vednos aqui'prontos á hacerlo
léjos de Dios! No hay comparación que lo pue-
todo para librar del Purgatorio á aquellas al-
da exprosar. Vivísimo es el deseo, intolerable
mas, y enviarlas felices para siempre al cielo.
10
— 74— - 7 5 -
si ánsia, inmenso el ímpetu que me lleva á
Dios, y el carecer de él por castigo, me pone JACULATORIA.
en tanta 4esolacion, que es nada el mismo in- Eterno Padre, por la preciosísima sangre
tensísimo fuego que me rodea. Para mitigar de Jesús, misericordia. Padre nuestro,. Ave
su aspereza, el Señor me ha concedido veuir María y Réquiem.
al templo, y adorarle en su casa, en la tierra, Añadiremos un Padre nuestro y Ave María,
hasta que ilegue á gozarle en su corte en el por los propagadores de esta devocion.
cielo. Y aun bajo la sombra de los místenos, SUFRAGIO.
su presencia, consuela tanto á mi espíritu, que Parasii in eonspectu meo mensam adversus
vivo sólo por él, ¿qué será cuando llegue á eos qui tribulant mae. Psalmo. 22, 5. La me-
verle claramente en el cielo? y diciendo esto, sa eucarística, ha preparado á los mortales,
rogaba á la devota jóven que le acelerase tan para calmar también las tribulaciones y las pe-
feliz momento con sus piadosos sufragios, los nas de las almas del Purgatorio.
que se apresuró ella á acumular con tal em- Entre copiosos torbellinos de llamas, apa-
peño, que á diez de Diciembre la vió más res- reció un dia á un siervo de Dios, un amigo su-
plandeciente que un sol, volar al seno de Dios. yo difunto, quien con extremo desconsuelo le
¡Oh alma bienaventurada! Dios es el centro, el dijo, que estaba privado de la vista de Dios,
fin, el todo de la criatura racional. Fijemos por la poca frecuencia, y por la tibieza con
bien esta máxima en nuestra mente, y no bus- que durante su vida se habia acercado á la
caremos en la tierra otro bien que á Dios, y sagrada mesa, por lo cual le suplicaba que hi-
en la otra no tendremos sino á Dios por nues- ciese por él una comunion sacramental, con el
tra eterna recompensa.—P. Joan E. Nieremb. más grande fervor de espíritu, esperando en
de la Herm. de Dios, lib. 2, 11. virtud de la misma, verse libre de sus penas.
Correspondió el siervo de Dios prontamente á
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- la piadosa súplica, y obtuvo la gracia deseada,
rías y Réquiem, en memoria de la pasión de dejándose ver despues de la comunion el al-
nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los ma del difunto, rodeada de luz, en el acto de
elevarse á la gloria. Estimúlenos, pues, tam-
fieles difuntos, [y particularmente de N. N.]
bién la caridad, á alimentarnos con esta carne
suplicando al Eterno Padre se apiade de sus
divina, en sufragio de los difuntos, puesto
almas, por la sangre que derramó su divino
que al decir de san Buenaventura, la comu-
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
— 76 — - 7 7 —
nion es uno de los medios más eficaces para cia del amor con que las almas del Purgatorio,
alcanzar la eterna bienaventuranza. Trahat te animadas de la gracia suspiran por su Dios,
ad comunicandum chantas, cum ad réquiem di- añade tanta intensidad á sus penas, que casi
functorum nihil efficacius ínterpellet. De pra- las hace superiores á las del mismo infierno.
parat Miss.—Blosio in monili spirituali. C. 6. ¡ Ah! Ciertamente, que el amor no satisfecho es
De pro fundís, etc., y conclusión, como en k el más cruel tormento del corazon humano.
Cuidemos, pues, ¡oh cristianos! de arreglar un
pág. 26.
afecto tan vehemente.
Acercaos á la gran mesa,
Que os tiene Dios prevenida, PUNTO II.
Gustareis el pan. de vida Por el grandísimo amor que las almas del
Y lograréis su favor. Purgatorio tienen á Dios, desean en todo ins-
En ese instante dichoso tante unirse á él, mas no lo pueden conseguir
Pedid á Dios con anhelo, hasta que no queden plenamente purificadas en
Que lleve á gozar del cielo las llamas. Por lo cual, cuanto más suspiran
Las almas que castigó. por ver á Dios estimuladas por el amor, otro
tanto desean no verle, detenidas por sus demé-
ritos. El amor, pues, al mismo tiempo las
Dia Décimo. mueve y las detiene, las eleva y las ábate, las
MEDITACION. enciende y las hiela, y con alternarse de con-
tinuo los afectos contrarios, hieren y despeda-
Resignación de las almas del Purgatorio. zan de tal suerte su ánimo, que es mucho más
PUNTO I. cruel el fuego que las quema en lo interior,
Conocer que Dios es el último fin de la que el que las abraza por de fuera. La paz
criatura racional, y desgraciadamente no po- del alma es la felicidad del hombre, y nosotros,
derle amar, es la pena de daño que padece el ¿cómo amamos la paz y la procuramos con
réprobo en el infierno; amar á Dios libre y ne- las obras?
cesariamente, y no poderlo gozar por deméri- PUNTO ni.
to, es la pena de daño propia del Purgatorio,
y si el ódio que por carecer de la gracia tie- Atendido el perfecto amor á Dios, deben
nen contra Dios los infelices condenados, for- las almas del Purgatorio estar resignadas en
ma una gran parte de sus penas, la vehemen- sus penas, y la resignación, si no las quita del
- 7 9 -
todo en la tierra, endulza de tal modo su e- y admitiéndolas en el goce de vuestra eterna
margura que disgusta ménos, y á veces se ha- felicidad.
ce agradable lo que se padece. Pero en el EJEMPLO.
Purgatorio no es asi. Porque por lo mismo Santa Gertrudis amaba, por las excelentes
que están aquellas almas más resignadas en virtudes de que estaba adornada, á una vir-
la voluntad de Dios, son también más ator- gen á quien pingó al Señor de llamar asi, en
mentadas, pues en virtud de su misma confor- la flor de sus años, y miéntras despues de su
midad desean hacerse enteramente dignas de muerte la encomendaba á Dios con gran fer-
su amor, y conociendo que no lo son todavía, , vor, arrebatada en espíritu vióla estar en la
se deshacen por serlo lo más pronto posible, á presencia del Salvador, engalanada con un
fuerza de sufrimientos. Por consiguiente, cuan- precioso vestido y radiante de viva luz; pero
con el semblante triste, y temerosa de presen-
to más padecen más desean padecer, y no se "
tarse delante de su divino esposo Jesús. De
sacian jamás de sus tormentos. ¿Qué especie
lo que maravillada la Santa, volviéndose há-
de martirio es este tan inexplicable? Y noso-
cia ella, ¿qué pereza es esta, le dijo, que tú
tros, joh cristianos! ¿no buscarémos sino rosas
demuestras? ¿Asi correspondes al celestial es-
y flores, divertimientos y placeres? Confundá-
poso, y asi piensas hacerte digna de él? A lo
monos, pues, y enmendémonos como es debibo.
que la prudente virgen, perdona, ¡oh madre!
ORACION. le contestó, que mi estado no me permite aún
acercarme á él. Estoy, es verdad, confirmada
jOh cuánta confusion nos causa, ¡oh Señor! en la gracia, estoy destinada para esposa del
nuestra conducta! Nosotros nos humillamos Cordero inmaculado, mas conviene purgar per-
al considerar la admirable resignación de las { fectamente toda clase de defectos, ántes de u-
almas del Purgatorio. ¡Ah! Por esta misma nirse en un abrazo eterno con el bien adorado.
resignación dadles, ¡oh gran Dios! la libertad. Todavía ofende su purísima vista alguna pe-
No merece ya penar quien está dispuesto á su- queña mancha, y hasta que yo no sea entera-
frir tormentos mayores. Es bien digno de mente perfecta, como él lo desea, no me atre-
vuestra gloria, quien se abstendría de ella por veré jamás á entrar en aquel gozo celestial
más tiempo por tal de aún más merecerla. A* que no sufre mancha de imperfección. ¿Y po-
ceptad, ¡oh Señor! los generosos sentimientos dremos nosotros esperar obtenerlo si 110 nos
de aquellas almas, y sed generoso también vos enmendamos perfectamente de nuestras eul*
pon ellas, perdonando todas sus pasadas faltas
— 80 — — 81 —
pas? Mas, ¿cuándo lo harémo9? Rápido es el de sobrellevar aquella abstinencia en obsequio
. tiempo y vuela; y si el tiempo pasa no lo ha- de la gran sed que padeció Jesucristo en el
remos, no lo podremos hacer j a m á s . — L . Blos. Calvario, ó del ardor que experimentan hácia
in monil. spirit. c. 13. Dios las almas del Purgatorio en medio del fue-
Rezarémos cinco Padre nuestros, Ave Ma- go; y se resignaban de buena voluntad las re-
rías y Réquiem, en memoria de la pasinn de ligiosas, á aquella mortificación de la superio-
nuestro señor Jesucristo, en sufragio de los ra, por santos fines. Procuréiaos también no-
fieles difuutos, [y particularmente de N. N.] sotros, resignarnos en las mortificaciones que se
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de ro3 ofrecen en la vida, mortificándonos á me-
sus almas por la sangre que derramó su divi- nudo por propia elección, y especialmente en
no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente: el beber, pues el licor de que nos abstengamos,
será, por medio de la caridad, un refrigerio á
JACULATORIA. aquellas almas que penan, en satisfacción de
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de su vivo y contrariado deseo que tanto las an-
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma- gustia.—Dorn. María Marquesen los Diar.
ría y Réquiem. Dóminic.. en lu vida de Sta. M. Erna. S de Mayo.
Añadiremos un Padre nuestro y Ave Ma- De pro fundís, ele., y conclusión, como en lap. 26.
ría, por los propagadores de esta devocion. Separad d^ vuestra mesa
Los vinos y los licores,
SUFRAGIO.
Meditad en los ardores
Non dabuni eis potum calicis ad consolan- Que otros sufriendo estarán.
dum supermortuos. Jerem. 1 6 . 7 . La virtuo- Con esto habréis conseguido
sa abstinencia en la bebida, servirá de alivio Satisfacer los agravios,
* á nuestros difuntos, si por ellos la prac- Que otros pechos y otros labios
ticáremos. Infirieron á Jehová.
En el monasterio de Santa Margarita, en Día Undécimo.
Verceli, había una regla de no beber jamás
MEDITACION.
fuera de las horas acostumbradas, sin especial
permiso de la superiora, la cual, negándola al- Consuelo y tormento de la esperanza.
guna vez, para hacer ejercitar la virtud, solía PUNTO I.
endulzar la negativa con reflexiones morales La esperanza unas veces sirve de consuelo,
11
—-Sa-
otras de tormento al corazon humano. Ningu-
tamente con él herederas de su bienaventura-
na espera tanto como las almas del Purgatorio,
do reino; contemplan las obras que hicieron en
y ninguno siente más que ellas las contrarias
vida y esperau la corona inmarcesible de jus-
impresiones de tan violento afecto. El objeto
ticia; que no puede el soberano Juez negar á
de bu esperanza es Dios, Dios que se promete
su mérito En estos tres fundamentos se con-
y se dá por merced al justo:'y si en conside-
solida su esperanza do tal modo, que no sólo
ración de tan grande premio los mayores san-
escluye toda desconfianza y temor, sino que
tos del antiguo y nuevo Testamento rebosaban
también se desarrolla toda la fuerza y la efica-
de júbilo entre las más acerbas desgracias d9
cia de una posesion que están próximas á ob-
la vida, y las más crueles persecuciones de los
tener y no puede faltar. ¡Oh qué soberano con-
tiranos, con más razón las almas del Purgato-
suelo! ¡qiré áncora tan fume y segura para el
rio, en medio de los tormentos de aquella cár-
Purgatorio! Y nosotros ¿tenemos más funda-
cel, dolorosa esperiraentan d i g n a c i ó n y con-
mentos de temer ó de esperar? ¡Oh profundo
ítHelo, reflexionando que en breve Dios mi-rao
pensamiento que debe poner en solicitud todo
enjugará todas sus lágrimas de dolor, y llega-
nuestro espíritu!
rán á recrearse en el seno del sumo Bien.
PUNTO III.
¿Por qué en las atribulaciones de la vida no le-
No obstante que las almas del Purgatorio
vantamos también nosotros los ojos al cielo y
estén segurísimas de poseer á Dios, su Majes-
no nos animamos á sufrir con paciencia aque-
tad empero difiere el comunicarse á ellas has-
llas penas que serán recompensadas con tan
ta que estén enteramente purificadas de toda
grande gloria?
mancha; para que ests misma dilación redoble
PUNTO II. . . y acreciente el ardor de 6us deseos, y ensan-
Pero la esperanza es tanto más consoladora, chándose el ánimo con multiplicarse y euce-
cuanto es m á s cierta, y ¿quién puede esplicar derse sus ájisias, se haga más capaz de poseer
suficientemente la seguridad con que las almas y gozar un bien iufinito. De este modo, si la
del Purgatorio esperan la posesion de Dios? certidumbre de la esperanza por una parte
Ell»s dan una ojeada al inmutable decreto de consuela, por otra aflije la dilación del bien de-
la Divina Predestinación, y se hayan de ante- seado, y á manera de un verdugo doméstico
mano elegidas para 18 gloria eterna; se acuer- atormenta y martiriza con aquellos mismos de-
dan de las promesas de Jesucristo, y adorna- seos que forman el alimento y la vida de la es-
<4asiCon su gracia no pueden dudar de ser jus- peranza. De aquí es que este suplicio es tanto
veces se dejó ver, y dos veces desapareció a-
mavor cuanto mayor es el objeto que se espe-
quel maravilloso espíritu sin romper el silen-
ra, y tanto más violento, cuanto mas intenso
cio; pero á la tercera, cobrando ánimo el en-
es el amor que se le tiene. No hablo a los
fermero: en el nombre de Dios, dijo, os pre-
murtales frios é insabibles, dice S. Agustín,
gunto, ¿quién 6ois y qué deseáis de mí? A cu-
pero dadme un corazon que ame, un covazon
ya pregunta respondió: yo soy el alma de Fr.
que espere el soberano Bien, dadme un cora-
Juan, por la que tú ruegas, y vengo con per-
zon tal, y sentirá todn la fuerza de cuauto digo.
miso de Dios á decirte, que he sido elegido
OTTACION.
para el cielo, de lo cual poseo una prenda en
Nosotros, {oh. Señor! aunque frios é insensi-
los resplandores que me rodean. Bendigo y
bles, sen ti mus el fiero contraste que deben su-
doy gracias al Señor por su infinita misericor-
frir las almas del Purgatorio por los contrarios
dia para conmigo, mas entretanto sufro el cruel
afectos de la esperanza en vos. ¡Ahí vos que
martirio de una larga dilación en pena de ha-
asi como sois el Dios de la esperanza, lo sois
ber omitido algunos oficios de Réquiem que de-
también del consuelo y de la paz. aquietad su
bía de rezar en vida por mis hermanos difun-
espíritu y contentad sus deseos. Poned térmi-
tos. Iluégote, por tanto, por aquella bondad
no á la larga dilación que las atormenta. Cho-
que siempre me has manifestado, que pongas
cen, finalmente, de vos, que seis el soberano
todo empeño para que con la mayor solicitud
objeto de su esperanza. Lleguen por ultimo a
se supla mi falta, á fin de que quitado el im-
vos, toh gran Dios! pues con poseeros serán
pedimento, pueda lo más presto posible, llegar
plenamente consoladas y felices para siempre.
R
EJEMPLO. á la consecución del sumo bien, que es el col-
En el seráfico convento de la Concepción de mo do mis deseos. No bien habia acabado es-
las islas Canarias, en el año de 1641, habían, tas palabras el espíritu aparecido, cuando voló
do muerto el gran siervo de Dios, Fr. Juan de el enfermero al padre guardian para informar-
Via, el buen lego Ascenso, que le había asisti- le de la visión que habia tenido; el cual solíci-
d a con mucha caridad en su última enferme- to por satisfacer los deseos del difunto, convocó
dad, como enfermero, ofrecia s u f r i o s a Dios á capítulo á todos los religiosos del convento,
por su alma; cuando en el mayor fervor de su y habiéndoles referido brevemente el suceso,
oracion f u é sobrecogido por la aparición de un ordenó que c^da uno fuese á la iglesia á rezar
religioso de su órden todo rodeado de respUn- aquellos oficios cuya omision tonia detenido á su
decientes rayos que le ofuscaban la vista. Dos hermano en el Purgatorio. Así lo hizo, y de allí
— 87 —
á poco, volvió rodeado de los más vivos resplando- Siendo, así, que las penas de las almas del
res, y lleno de un júbilo sin igual, á dar gracias al Purgatorio crecen'á medida que se retarda el
enfermero y á la religiosa comunidad, por la gra- momento de llegar al cielo, muchos fieles de-
cia obtenida en virtud de la cual se iba á gozar votos se han impuesto una ley, de procurarles
de Dios eternamente. ¡Dichoso él, y no n.énos nuevos sufragios á cada hora, y cuantas veces
oyen el toque del reloj, le acompañan con al-
dichosos nosotros si le podemos seguid ¿Mas de
guna breve oracion que sirve de alivio á aque-
quién depende sino de nosotros el seguirle á a-
llas almas, y acelera eu libertad. Impongámo-
quella patria bienaventurada imitémosle en la
nos también nosotros la misma ley, y al toque
santa conducta de la vida, y éntónces participa-
de cada hora, recemos un Padre nuestro, un
remos de su celestial felicidad des-pues de la
Ave María y un Réquiem, en sufragio de las
muerte.—Fr. Franñt. G. de Origin, Scruph.
almas de los difuntos, quo nos quedarán bien
Relig. Purt. 4. in Pro me Cunar, n. 7. agradecidos de la frecuencia con que de ellos
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- nos acordáremos, y nos pagarán las preces de
rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de cada hora, con obtenernos otras tantas bendi-
Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los ciones del cielo.
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre se-apiade de sus Depri-fundís, etc.,y conclusión, comoenlap. 26.
almas por la sangre que derramó su divino Hi- Pasa el tiempo, y no concluye
lo, diciendo cinco veces la siguiente: De estas almas el tormento,
JACULATORIA. Pasa el tiempo, y el momento
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de No llega de descansar.
Jesús, misericordia, Padrenuestro, Ave Mana Si al sonido de las horas
y Réquiem. Por ellas, votos hacéis,
Añadiremos un Padre nuestro y Ave Ma- Abreviar conseguiréis
ría- por los propagadores de esta devocion. Su doior y su penar.
SUFRAGIO.
Ego enim per singulas horas et per singulos
Dia Duodécimo,
MEDITACION.
dies de precor Altisimum nocte de die. Esdrae
9. U. Al toque de cada hora, hagamos sentir Santidad de las almas del Purgatorio.
PUNTO I .
á nuestros difuntos, los efectos de la piadosa
jnemoria que de ellos conservamos. ¿Por qué deméritos son condenadas las ai-
— 87 —
á poco, volvió rodeado de los más vivos resplando- Siendo, así, que las penas de l a s a l m a s del
res, y lleno de un júbilo sin igual, á dar gracias al Purgatorio crecen'á medida que se retarda el
enfermero y á la religiosa comunidad, por la gra- momento de llegar al cielo, muchos fieles de-
cia obtenida en virtud de la cual se iba á gozar votos se han impuesto una ley, de procurarles
de Dios eternamente. ¡Dichoso 61, y no méuos nuevos sufragios á cada hora, y cuantas veces
oyen el toque del reloj, le acompañan con al-
dichosos nosotros si le podemos seguid ¿Mas de
guna breve oracion que sirve de alivio á aque-
quién depende sino de nosotros el seguirle á a-
llas almas, y acelera eu libertad. Impongámo-
quella patria bienaventurada imitémosle en la
nos también nosotros la misma ley, y al toque
santa conducta de la vida, y éntónces participa*
de cada hora, recemos un Padre nuestro, un
iemos de su celestial felicidad despues de la
Ave Muría y un Réquiem, en sufragio de las
m u e r t e . — F r . Franñt. G. de Origin, Scruph.
almas de los difuntos, quo nos quedarán bien
Relig. Purt. 4 . in Pro me Cunar, n. 7 . agradecidos de la frecuencia con que de ellos
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- nos acordáremos, y nos pagarán las preces de
rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de cada hora, con obtenernos otras tantas bendi-
Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los ciones del cielo.
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
suplicando al Eterno Padre se-apiade de sus Deprefundis, etc..y conclusión, comoenlap. 26.
almas por la sangre que derramó su divino Hi- Pasa el tiempo, y no concluye
lo, diciendo cinco veces la siguiente: De estas almas el tormento,
JACULATORIA. Pasa el tiempo, y el momento
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de No llega de descansar.
Jesús, misericordia, Padrenuestro, Ave Mana Si al sonido de las horas
y Réquiem. Por ellas, votos hacéis,
Añadiremos un Padre nuestro y Ave Ma- Abreviar conseguiréis
ría- por los propagadores de esta devocion. Su dolor y su penar.
SUFRAGIO.
Ego enim per singólas horas et per singulos
Dia Duodécimo,
MEDITACION.
dies de precor Altisimum nocte de die. Esdrae
9. 44. Al toque de cada hora, hagamos sentir Santidad de las almas del Purgatorio.
PUNTO I .
á nuestros difuntos, los efectos de la piadosa
memoria que de ellos conservamos. ¿Por qué deméritos son condenadas las ai-
da culpa como de la vista y de la mordedura
mas á las atroces penas del Purgatorio? Si eí
de una venenosa serpiente.
mundo los considerase, los llamarla vagatelas,
PUNTO I I I .
juegos, fragilidades de fácil perdón ó de nin-
gún reato. Pero no así Dios, que conoce su Hay teólogos de profunda doctrina que sos-
malicia intrínseca y los castiga á medida de su tienen que el reato de culpa no se remite sino
en la presente vida, por medio de la detesta-
verdadera gravedad. ¡Oh.cuan diversos son
ción sincera del pecado, y por la infusión de la
los juicios de los hombres de los de Diob! No-
gracia santificante. Por consiguiente, no detie-
sotros juzgamos según nuestros caprichos y mo-
ne mancha alguna de culpa á las esposas de
vidos de las pasiones que nos dominan. Dios
Dio?, en las expiadoras llamas del Purgatorio,
juzga con su inalterable justicia, que no está
siuo solamente ei reato de pena debida á sus
sujeta, ni á prevención ni á error. No nos de-
culpas, la cual, puede quedar aún, y queda
jemos, pues, engañar, de las falsas ilusiones frecuentemente de hecho, para descontarse en
del mundo. la otra vida. Por eso dice la divina Escritura,
PUNTO I I .
que no saldrán de aquella cárcel atormentado-
Los deméritos de aquellas almas, comun- ra, hasta que hayan dado á la divina justicia
mente se cree que consisten en pecados llama- la satisfacción más cumplida. ¿Nosotros cuán-
dos veniales, las cuales son culpas ligeras en tas deudas tenemos, seguu el testimonio de
comparación de las mortales, pero que se pue- nuestra conciencia, por las culpas cometidas?
den llamar gravísimas, comparadas con la ofen- ¿Y en dónde pensamos pagarlas, en ésta ó en
sa hecha á Dios, bondad infinita. Pues si las la otra vida? Considerémos cuánto más rigu-
culpas veniales son castigadas con tanto rigor rosa sea la satisfacción de la otra vida que la
en el Purgatorio, ¿por qué hacemos de ellas ten de ésta, y por lo mismo propongamos darla lo
poco caso hasta bebérnos'as como, *e bebe el más pronto posible.
agua, y tener por escrupulosa á quien procura
ORACION.
evitarlas? Abramos, ¡oh cristianos! los ojos del
espíiitu sobre un objeto de tanta importancia, ¡/ h, sí! bien conocemos ¡oh SeñorI que la
y propongámonos á huir cuauto sea posible, satisfacción que se exige en la vida futura, es
de todo defecto aunque lijero, y no reprobe- más rigurosa que en la presente, y mejor que
mos en adelante, sino ántes bien, imitemos la nosotros lo experimentan las almas de los di-
cautela y solicitud de aquellos piadosos fieles, funtos, en memoria de las atrocísimas penas
que por amor de Dios huyen del peligro de to- del Purgatorio. Por defectos que á nuestros
12
ojos no aparecen cerno tales, ó en pena de coi- biera querido decirle, ¡oh hermana, cuán tre-
¿ 8 ya borradas y remitidas, suele vuestra jus- mendos son los juicios de Dios! ¡cuán riguroso»
ticia usar con ellas de tanto rigor, que supera los castigos por la más pequeña culpa! Si os
cuanto puede comprender la mente humana. pudiese explicar las penas que yo padezco en
:Ah Señor! Basta, diga finalmente vue, ra so- el Purgatorio por aquellos defectos que creía-
L a n a piedad, y la misericordia rezarsa los de- mos de ninguna monta, jamás cesarías de pro-
rechos de la justicia ultrajada por los pecados curarme eficaces auxilios para salir de ellas.
y las deudas de aquellas infelices que penan; No 03 olvidéis jamás de mí: socorredme con
pues la misericordia debe prevalecer al rigor, toda clase de sufragios; pues demasiado grande
y á la justicia vuestra infinita bondad. es la necesidad; demasiado cruel el martirio
* J
EJEMPLO. que padezco. Por lo cual, aquella sierva de
E n el monasterio de S. Vicente de Mantua, Dios, jamás dejó de procurar copiosos sufra-
murió Sor Paula, religiosa de grande espiritu gios á aquella alma, ha.-ta que tuvo revelación
cuyo cadáver, costumbre puesto en me-
s e g ú n
de que habia volado felízment® al cielo, rotas
d b del coro, estaba rodeado de todas la n on- ya las duras cadenas del fuego. Imaginémonos
jas que estaban cantando el oficio de difur tos que cada alma del Purgatorio nos repite otro
í l beata Estéfana Quinzana, h a b i a p r o f e ^ o tanto, é imitemos el fervor de la beata Estéfa-
á la difunta estrechísima amistad la cual re na, ofreciéndoles sufragios con generosa pie-
gando fervorosamente por su alma fué tras dad.— Francisco Scghisz, en la vida de la
Esté/una, pág. 110.
portada por un cierto fervor de
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
el féretro, en donde postrada con las man
se sintió asir de la mano derecha por
j u n t a s ,
rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
la difunta, con tanta fuerza que no le fué po- Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
sible desprenderse. Asombradas las monjas po
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
U U u c e s l llamaron al
sus almas, por la 6atigre que derramó su divino
mandó á la difunta, en v»rtud «le SHnU obe
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
diencia, que soltase la mano de E ^ é U n a , en
JACULATORIA.
lo que al punto f u é obedecido Na a d i j o la d -
Eterno Padre, por la preciosísima sangre do
funta Paula, mas c o m p r e n d i ó bien la beata Es-
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
¿ a n a qué 'cosa quería significar con aqu
ría y Réquiem.
r e h a r tan fuertemente la mano; como si hu
— 93 —
Las almas santas librad.
^ Añadiremos un Padre nuestro y Ave María,
Acepta los votos férvidos
por los propagadores de esta devocion.
De estas tus siervas, y al cielo
SUFRAGIO.
Irán ellas con anhelo,
Exaudiat Dóminus preces vestras, si per-
A ensalzar vuestra bondad.
manseritis inoratione, etjejuniis. Judit. A. 12.
Oirá el Señor nuestras plegadas en favor de Dia Trece.
los difuntos, si á la perseverancia en las ora- MEDITACION.
ciones añadiéremos el mérito del ayuno.
Incapacidad de merecer de las almas
Un Sacerdote que padecía atrocísimos tor-
del Purgatorio.
mentos en el Purgatorio, suplicó á San Uem-
PUNTO I .
berto que ayunase cuarenta dias en sufragio
Duro es el padecer en este mundo; pero tie-
de su alma, para que con tal penitencia pudie-
ne recompeusas que puedan hacer que se so-
se pagar la deuda que le quedaba de sus cul-
porten con paciencia y aun llegue á desearse
pas. Hízolo el Santo prontamente añadiendo
con alegría. Espántase la naturaleza á la sola
muchas oraciones por aquella al mu, y conclui-
idea de sufrir; pero la consideración de perfec-
do aquel curso cuadragesimal, el mismo sacer-
cionarse uno á sí mismo en medio de los traba-
dote se le apareció de nuevo, dándole las debi-
jos, y de recibir una eterna recompensa en el
das gracias por su caridad, en virtud de la cual
cielo, hacia rebosar de júbilo á los mártires á
volaba glorioso al cielo. El ayuno es una délas
vista de los ecúleos y las hachas, y poblaba la
obras satisfactorias más eficaces para pagar á
Tebaida de fervorosísimos penitentes. Mas el
la divina justicia la deuda de la pena, y abre
padecer del Purgatorio es un padecer que no
á las almas del Purgatorio las puertas de la
admite tales recompensas, es una pura satis-
gloria. Practiquemos, pues, también nosotros
facción de las deudas, y podría llamarse un pu-
en sufragio de nuestros difuntos, y acompañé-
ro pecar. ¡Cuán digno es por lo mismo de
mosle con oraciones para que pueda obtenerles
compasión y de socorro!
más pronta y seguramente el objeto deseado.
PUNTO I I .
—Surio, dia A de Febrero.
La virtud no nace con nosotros, sino se ad-
Deprofundis,etc.,y conclusión, como enlap.26. quiere. La naturaleza nos da la disposición á
Con ayunos y con lágrimas la virtud. Dios nos infunde los hábitos de ella,
Te rogamos, Dios clemente, la gracia nos comunica estímulos y auxilios;
De aquesa cárcel doliente
jo, y su mansión está decretada. Esta reflec-
pero no se adquiere la virtud 6Íno en los actos, y
cion, que hace sus padecimientos mucho más
cuanto másse multiplican estos, tanto más virtuo-
atroces, debe estimularnos por lo ménos á s e r
sos y perfectos serémos. El cuidado del cristiano
más cuidadosos y solícitos en procurarnos en
consiste en perfeccionarse cuanto pueda con la
vida un lugar más distinguido en el Paraíso.
práctica de las virtudes. Pero semejante ejer-
ORACION.
cicio no dura 6Íno cuanto dura la vida. En la
Señor, dadnos gracia y tiempo para acumu-
muerte, con la pérdida de la libertad se pone
lar en esta vida copiosos frutos de buenas obras,
el sello á toda la carrera de merecimientos, y
á fin de obtener cerca de vos un puesto más
basta donde se ha llegado en vida hasta allí se
elevado y luminoso en los cielos; pero al mismo
permanece. Se haya padecido poco ó mucho:
tiempo dignaos de abrir las puertas de ellos &
háyanse ó no practicado actos de virtud, no se
vuestras queridas esposas del Purgatorio, reci-
gana ya ningún mérito en la otra vida. Sean,
biéndolas en aquellos tronos de gloria que 6e
pues, enhorabuena desapiadadas y crueles las
ganaron en vida con 6us obras. Quitad todo
penas que sufren ias almas del Purgatorio,
impedimento que se interponga á su libertad,
sean heróicos sus sentimientos, su virtud no
perdonad toda la deuda que les quede aún por
crece sus méritos, no se aumentan. Apresuré-
expiar entre las llamas, y haced que despues
monos, pues, ¡oh cristianos! á acumularlos en
de tantas penas sufridas en tan dura cárcel,
vida, y no pase un solo dia sin que demos un
lleguen finalmente á obtener de vuestras divi-
paso adelante en la carrera de la virtud.
nas manos aquella corona de justicia y de glo-
PONTO N I .
ria que para su eterna recompensa habéis pre-
A proporcion del progreso en la virtud y de parado en la celestial Sion.
los méritos que se adquieren en la vida, se su- EJEMPLO.
be más alto en el Paraíso, y se obtienen mayo- Grande era la devocion que profesaba San
res grados de gloria. Quien hubiere ganado Nicolás Tolentino á las almas del Purgatorio,
más en la tierra, brillará con mayor esplendor y grande también la confianza que estas almas
en el cielo, y ninguna obra, ninguna palabra, tenían en la piedad del siervo de Dios: y por
ningún deseo quedará sin la correspondiente este motivo, de aquella profunda cárcel le en-
merced por parte de Dios, como El mismo lo viaron como por embajador á su difunto ami-
ha prometido. Las almas del Purgatorio, así go Fr. Pellerimo de Osimo, para obtener de él
como no crecen en méritos, así tampoco ade- grandes sufragios. En medio del euefío, por
lantan en los grados de gloria. Su estado es fi-
tanto, se le apareció en sueños aquella alma, • fragio, con tal fervor, que al concluir la misma,
y habiéndole ántes informado que había sido volvió Fr. Pellegrin á darle las gracias por su
condenado al Purgatorio con otros: Ven le di- generosa caridad, merced á la cual, él con otras .
jo, oh venerable Padre, y mira cuánta es nues- muchísimas almas habían alcanzado la libertad
tra miseria. Y llevándole en espíritu á la gran de las penas y la felicidad del Paraíso. La li-
llanura de Valmanente ¡oh! cuán voraz vió bertad y la gloria de aquellas almas es también
que era el fuego que la inundaba por todas par- el objeto y el fin de nuestros sufragios, y si
tes: ¡oh! cuán dignos de compasion eran los ge- queremos obtenerlos copiosos y seguros, haga-
midos de una inmensa multitud de almas que mos muchos por mucho tiempo, y con mucho
imploraban socorro con los acentos más humil- fervor de espíritu, que así imitando el empeño
des y suplicantes. Y ¡ved, volvió á decirle en- de San Nicolás, no podrá faltar el efecto que
tóneos aquel espíritu, cuáles son, oh Padre, las coronó su piedad.—(En la vida de S. Nicol.)
penas de las almas del Purgatorio y cómo se Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
encomiendan á tu piedad! ellas padecen tor- rías y Réquiem en memoria de la Pasión de
mentos sobre toda ponderación, atroces, empe- Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
ro de ningún modo se pueden ayudar á sí mis- fieles difuntos (y particularmente de N. N.)
mas; mas tú sí que puedes ayudarlas de todas suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
maneras, ofreciendo oraciones, penitencias, sa- sus almas por la sangre que derramó su divino
crificios, y yo te ruego que celebres en su su- Hijo, diciendo cinco veces la siguiente
fragio la misa de Réquiem y hagas otros ejer- JACULATORIA.
cicios de piedad; pues si te dignas interceder Eterno Padre, por la sangre preciosísima de
por ellas para con el Supremo Señor, no dudes, * Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
supuesto que la mayor parte, libres de las cade- ría y Réquiem. Añadiremos un Padre nuestro
nas abrasadoras, subirán al cielo por tus sufra- y Ave Maria por los propagadores de esta de-
gios. Despertando el Santo á aquellas pala- voción.
bras, al instante se levantó del lecho, y postra- SUFRAGIO.
do en tierra dirigió á Dios las más fervorosas
súplicas hecho un mar de lágrimas por aque- Comtdent fructus. viae suae, tuisque comiliis
llas infelices: y pedida humildemente en la ma- satu rubuntur. Prov. 1. 81. De las plegarias
ñana del siguiente dia la licencia al P . Prior y de las buenas conversaciones tenidas en los
del convento, consagró toda la semana é su su- paseos y en los viajes, las almas del Purgatoria
&
1<v
— 98 — — 99 —
no ménos que los viajeros reciben consuelo y Pacientes: orad por ellas
ealvacion. Y seguirán vuestras huellas
Solia el P . Luis Monaci, clérigo regular me- Librándoos de cualquier mal.
nor, santificar los viajes con oraciones, en su-
fragio particularmente de los fieles difuntos, y
Dia Catorce.
MEDITACION.
un dia. miéntras atravesaba á de-horas una
Dios no suele, según la presente Providencia,
desierta campiña, las almas del Purgatorio, por
socorrer á las almas del Purgatorio.
las cuales iba rezando el Santo Rosario, se de-
PUNTO I .
jaron ver en forma humana, y le libraron de
las manos de algunos salteadores de caminos, Este mundo es un reino en el cual tiene ca-
que por la avaricia de la presa se habían pro- bida la bondad no ménos que la justicia, y don-
puesto asesinarle. Este ejemplo nos hace ver de si alguna vez se ha :e sentir el azote do la
cuán ventajosamente puede emplearse el tiem- ira divina, campean mucho más los rasgos ge-
po en los viajes y pateos; y solos ó acompaña- nerosos de la amable misericordia. MHS en el
dos, no malogremos todas las horas del camino otro mundo no será así. Serán divididas y se-
ó del paseo en pensamientos vanos, ó inútiles paradas las regiones de la bondad y de la ius-
conversaciones, sino que interrumpámoslo al ticia. y la primera triunfará completamente eu
ménos de cuando en cuando con santas oracio- el cielo, y la segunda hará suírii los mns terri-
nes en sufragio de las almas del Purgatorio, bles suplicio* en el infierno. Y en el Purgato-
las cuales nos librarán de los peligros, con tan- rio ¿cuál de los dos divinos atributos reinará
ta más seguridad, cuanto más presto, merced más, la bondad ó Ja justioi»? Siendo el Purga-
á nuestra piedad llegaren al colmo de sus de- torio una habitación del abismo, reina igual-
seos en la gloria. mente en él aquel atñbuto que hace tan es-
pantoso el infierno: la inflexible justicia divina.
P . Greg. Camfor. de los Cler. Reg. Mer. w
¡Oh cuánto debe temerse también el Purgatorio!
fartum. hom. lib. 1 . cap. 10.
PUNTO I I .
De pro fundís, etc.,y conclusión, comoenlap.26.
La santidad, la justicia, el amor mismo de
Caminantes que con gusto
Dios hace inexorables su brazo divino en cas-
Emprendéis viajes penosos,
tigar á las almas del Purgatorio; la santidad,
Y que deseáis presurosos
porque siendo tan esencialmente contraria á
Vuestro destino tocar. toda imperfección y defecto, no puede absolu-
Tened confianza en las almas
—100 —
tamente permitir que éntre á la gloria ninguna esta vida, conviene que sea compensada por la
alma manchada; la justicia, porque debiendo acerbidad de los suplicios, que sólo la Omni-
compensar todo derecho de la divinidad ofen- potencia y la ju8ticiade Dios pueden decretar
dida, no puede dejar de castigar aquellas al- proporcionadamente.
mas hasta que haya exigido de ellas hasta el Deduzcámos por tanto qué intensidad de
último complemento de su deuda; el amor, por- penas domina en el Purgatorio, casi capaces de
que deseándoles plenamente perfectas, las pu- superar los tormentos del infierno.
rifica en las penas hasta que se hagan una co- ORACION.
pia muy semejante de la boudad suprema. ¡Oh Justo sois, ¡oh Señor! y ejercitáis la más ri-
misterio de rigor verdaderamente divino! Pro- gurosa justicia en el Purgatorio sobre las almas
curemos al ménos nosotros satisfacer en la vi- allí detenidas. Esta es la ley que os habéis im-
da presente las exigencias de estos tres divi- puesto á vos mismo, pero jamás os habéis im-
nos atributos, para no experimentar, como a- puesto la ley de excluir intercesores y media-
quellas infelices pacientes, un inflexible rigor neros para ellas. Antes bien, os agrada la me-
en el Purgatorio. diación de los hombres, la deseáis, la aeeptais,
PUNTO I I I . y nosotros nos presentamos delante de vos co-
De aquí es que á pesar de ser Dios rico en mo intercesores y*medianeros de aquellas al-
misericordia y piedad, á pesar de que ama mas desoladas. Escuchad, ¡oh gran Dios! nues-
tiernamente á aquellas almas, no suele sin em- tras súplicas, aceptad nuestras oblaciones. No-
bargo en su presente providencia conceder la sotros os pedimos que concedáis á aquellas des-
más leve remisión, ni de los defectos ni de las consoladas hijas de Sion la libertad tan suspi-
penas de sus esposas en el Purgatorio, sino que . rada, y os ofrecemos para su rescate todo el
debe sacar enteramente la gloria de su santo mérito de este santo ejercicio, todas las obras
nombre, aun de aquellas mismas penas que, no de piedad que se practican por los fieles en to-
por un placer cruel de verlas padecer, sino por do el universo. Sea vuestro rigor satisfecho
el purísimo fin de hacerlas dignas de sí, les con tanto bien, y la gracia que os pedimos co-
aplica la divina justicia con una acerbidad sin rone las plegarias de la tierra y los ardientes
igual. Porque exigiéndose, no tanto la pena, deseos del cielo. •
cuanto la perfección de aquellas almas, y no EJEMPLO.
siendo ellas ya capaces de obtenerla por faltar- Murió la hermana de S. Malaquias, la cual
les la libre voluntad, fuente de todo mérito en por sus defectos tuvo que ir al Purgatorio, en
o í o s -
donde su piadoso hermano la auxilió con mu- cuento los sufragios de los fieles, que cuanto
chos sufragios; pero habiendo cesado ya de ha- son más copiosos, tanto más pronto las hacen
cerlos, una noche oyó una voz descorocida que dignas del cielo. Procuremos nosotros hacer
le dijo que su hermana estaba fuera de U Igle- muchos por nuestros difuntos, y sea tan cons-
sia esperando sus auxilios. Comprendió el San- tante el empeño que en esto pongamos, que
to la necesidad de la difunta, y comenzando de llegue á abrirles las puertas de la gloria eter-
nuevo los devotos ejercicios omitidos, des pues na.—{San Bernardo, en la vida de San Mala-
de algún tiempo en el átrio de la Iglesia, con guías.)
vestido negro, desconsolada y triste, por lo cual Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
aumentó él su fervor, y ningún dia trascurrió rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
sin que hiciese por ella graudes obras de pie- Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
dad. En este estado pudo aquella alma entrar difuntos, (y particularmente de N. N.) supli-
al templo, y mudar el traje negro en otro gris, cando al Eterno Padre que se apiade de sus
pero no pudo acercarse hasta el altar, porque almas por la sangre que derramó su divino Hi-
aun no era digna. Entonces apareció por se- jo, diciendo cinco veces la siguiente
gunda vez ai hermano, quien confiando en el
poder de los sufragio?, ofreció de ellos tanta JACULATORIA.
copia á Dios, que al fin satisfizo con ellos toda
su deuda con la Divina Justicia. Por lo cual Eterno Padre, por la preciosísima tangro do
tuvo el consuelo de verla por la tercera vez, Jesús, misericordia. Padre Nuestro, Ave Ma-
adornada de una blanquísima vestidura, próxi- ría y Réquiem.
ma al altar, y agregada al número de los esco- Añadiremos un Padre nuestro y Ave Matía
gidos; lo que quería significar, que habia sido por los propagadores de esta devocion.
admitida íi la gloria del Paraíso. Las diversas SUFRAGIO.
apariciones de esta difunta nos hacen conocer
la economía ordinaria de la Providencia Divi- Mafiis autem laboret operando manibus suis
na, que no suele con un acto absoluto de vo- quod bonum est, ut habeat unde tnbuat neeesi-
luntad y de potencia librar á las almas del Pur- tatem pnlienti. Bph.es. A. 28. Si nuestro esta-
gatorio, sino que procede generalmente con do no nos proporciona medios para socorrer á
exactitud j justicia, y exige de ellas todo el las necesitadas almas del Purgatorio, supla la
falta una s?.nta industria, qn<* aun en h mán
débito de la pena, aceptando solamente en des-
deplorable miseria puede encontrarse con qué
aliviarlas. . L . , Dia Quince.
El hermano Andrés de Simoni, portero del MEDITACION.
noviciado de San Andrés en Roma, se dió con
Recíproca comunion de auxilios entre
ganta industria á cultivar en el jardín una por-
1 las tres Iglesias.
cion de flores, que ofrecía en ramilletes á los
PUNTO I.
más ilustres personajes que frecuentaban aque-
lla casa religiosa, suplicándoles que les diesen La Iglesia cristiana es un cuerpo moral cuya
alguna limosna, que en parte distribuía á loa cabeza es Jesucristo, dividido en tres Iglesias
pobres, y en parte empleaba en misas que man- particulares como en otros tantos miembros
d a b a aplicar en sufragio del Purgatorio. Dios que la componen, á saber: en la Iglesia triun-
no suele ayudar á aquellas almas, por una eter- fante que reina en los cielos, en la Iglesia Pur-
na ley que se ha iu puesto á sí mismo, mas lo gante que padece en el Purgatorio, y la mili-
pueden muy bien todos los hombres, y si al- tante que combate sobre la tierra. Hay entre
g u n o c r e e que le falta con qué hacerlo, imite
estas Iglesias una mútua comunicación de ca-
en alguna manera la santa industria de Simoni, ridad, que se llama comunion de los Santos,
pues una caridad ingeniosa puede fácilmente en virtud de la cual se ayudan y socorren re-
procurarlas lo que á la Divina Providencia no cíprocamente. Por consiguiente, si Dios por la
plugo concederlas. ley que se ha impuesto á sí mismo no suele so-
correr á las almas del Purgatorio, lo pueden no
P . Juan. Rho. Var. Yir. Hist. lib. 1. c. 4. obstante las otras dos Iglesias; y en lo cual es
n. s. , digna de admiración la maravillosa economía
Depro fundís, etc.,y conclusión, como en lap. 26. de la Providencia Divina, la cual, miér.tras re-
serva para sí la parte de la rigurosa justicia,
No tan sólo en los palacios
confiere á otros la de la piadosa misericordia
La piedad encuentra abrigo,
en sufragio de las almas santas del Purgatorio.
Puede ser de ella testigo
Rindamos, pues, al Señor, las debidas gracias,
Una choza, un pobre hogar.
y aprovechémonos de tan singular favor.
Y el que, rico ó pobre, pide
PUNTO I I .
Por las almas sin consuelo,
Los dichosos moradores del Cielo, en medio
Puede ganarles el cielo
de su felicidad, no se olvidan de las almas del
Y sus penas mitigar.
' Í4
con el mayor empeño, correspondan á la bené-
Purgatorio, y si bien no lea es dado merecer
fica facultad de que estamos revestidos.
por sí mismos, pudiendo sin embargo rogar por
ORACION.
otros, no cesan de implorar la divina clemen-
Señor, vos que nos habéis dado la facultad
cia en favor de ellas, movidos no ménos por las
de socorrer á las almas del Purgatorio, dadnos
gravísimas penas que afligen á aquellas infeli-
también el empeño y el celo para ponerlo en
ces, que por la ardientbium caridad que á ellas
práctica. No quede e-téril la fuente de la be-
los une, y finalmente, por la felicidad que con
neficencia, produzca un don tan precioso frutos
librarlas se les aumenta en la gloria. Así, pues,
dignos de sí, ¿mas qué frutos puede producir
el cielo está en comunicación con el Purgato-
una planta si no fuere regada y animada por
rio, y le ayuda y le socorre, no con el tributo
otra gracia? Encienda, pue3, esta vuestra gra-
de'lágrimas como se acostumbra en la tierra,
cia en nuestros corazones, el amor á los fieles
sino con los más santos y abrasados afectos há-
difuntos, inflámelos y confórtelos con senti-
cia el Soberano Señor. ¡Oh qué bello ejemplo
mientos de tierna piedad y devocion; que en-
de emulación para nosotros! ¿y quién no querrá
tónces sabremos corresponder á vuestros rectí-
imitarle?
simos fines, y emulando á los ángeles y á loa
PUNTO III.
santos, demostraremos con las obras, que la
Nosotros también, aunque peregrinos en la Iglesia militante, no ménos que la triunfante,
tierra, tenemos comunicación con el Purgato- puede y sabe socorrer á la purgante, que se
rio En nuestras manos están las llaves de a- encomienda á entrambas con las más fervoro-
quella cárcel profunda, y poseemos abundancia sas instancias.
de aguas prodigiosas para apagar aquellas lia- EJEMPLO.
mas tan ardientes. Así como los ángeles y los Se observaba en el Monasterio de Santa Ca-
santos, nosotros también los mortales podemos tarina en Nápoles la loable costumbre de poner
librar d aquellas almas benditas de sus atrocí- fin á las obras hechas en el dia con rezar en el
simas penas; los ángeles y los santos solamen- dormitorio las Vísperas de difuntos, á fin de
te pueden hacerlo con sus oraciones; mas noso- impetrar del Señor paz y descanso á las almas,
tros con todo género de sufragios y de buenas ántes de dar reposo al propio cuerpo: Tan de-
obras. ¡Oh, cuán vasto campo se abre á nues- vota práctica era sumamente grata al Purga-
tra caridad, para que nos ejercitemos en alivio torio, no ménos que ai cielo; mas en una noohe,
do aquellas infelices! apliquemos la hoz á mies por las estraordinarias ocupaciones del Monas-
t i * rtm, y hagamos que nuestras obras. hecBas
terío, prolongadas hasta una hora muy avan- Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
zada, se recogieron las monjas 6Ín hacer el acos- rías y Réquiem; en memoria de la Pasión de
tumbrado sufragio á los difuntos. Pero hé Hquí Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de loa
que en lo más dulce del sueño descendió del fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
cielo una multitud de ángeles, los cuales pues- suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
tos en órden, donde solían orar las religiosas, BUS almas, por la sangre que derramó su divi-
cantaban con una melodía verdaderamente ce- no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
lestial, las omitidas vísperas. La única que ve- JACULATORIA.
laba á aquella hora en oracion, era la venera- Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
ble Sor Paula de Santa Teresa, la cual sorpren- Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
dida con aquel canto, salió presuro&a á la cel- ría y Réquiem.
da para unirse á las que cantaban, que creia Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
fuesen sus hermanas. ¡Pero cuáuta no f u é su ría por los propagadores de esta devocion.
admiración cuando vió tantos ángeles cuantas SUFRAGIO.
eran las religiosas del monasterio, haciendo las Engredimini portas has, ut adoretis Domi-
veces de éstas para que no quedasen defrau- num templum Domini templum Domini tem-
dadas de tanto bien las almas del Purgatorio! plum Domini est. Jerem. 7. 2. Siendo la visi-
Inflamóse entónces la venerable sierva de Dios ta de las Iglesias muy eficaz medio para librar
en la devocion hácia las infelices almas que pa- á las almas del Purgatorio, no dejemos de a-
decen, á quien se diguan prestar socorro los provecharle hoy en su sufragio.
ciudadanos del cielo, no ménos que los de la Leonarda Colima de Dola, que habia penado
tierra, y referido el suceso á sus compañeras, > ya diez y siete años en el Purgatorio, rogó á
se resolvieron á no omitir jamás 'en adelante su sobrina llamada Ugueta Boi, que visitase
por circunstancia alguna, aunque poderosa, el por tres veces en su sufragio tres Iglesias de
piadoso ejercicio en sufragio de las almas de la Santísima Virgen en Borgoña, cumplidas las
los difuntos. Si nosotros tenemos alguna devo- cuales devotamente, f u é al punto librada de
ta práctica á favor del Purgatorio, procuremos los tormentos del Purgatorio. También noso-
no omitirla jamás, y si no, abracémosla, pues tros propongámonos hoy visitar tres Iglesias
mucho importa al Purgatorio, al Cielo y á la en sufragio de las almas del Purgatorio, é ima-
tierra, que sean socorridas aquellas infelices.— ginando que las tres mencionadas Iglesias 6eaa
(En la vida de la ven. Sor Paula de Sta. Ter) como una figura de la Iglesia Universal de Je-
— 111 —
suoristo, roguemos en ella por la recíproca co- por medianero en el Santo sacrificio de la mi-
munión de los Santos, para que la Iglesia triun- sa, pues entónces se renueva el sacrificio del
fante, la purgante y la militante, ayudándose Calvario, y se ofrece la saDgre, la carne, la hu-
mutuamente, pueda cada una obtener plena- manidad, y la divinidad del Salvador, como
mente verse libre de los peligros, salva de las precio de su rescate. Y siendo este sacrificio,
penas, é introducida en la gloria bienaventu- por razón de la víctima, de un valor infinito,
rada. una sóla misa seria suficiente por sí misma pa-
P . Teofil. Beinam. Heterocol. Spirit. p. 2. ra librar á todas las almas del Purgatorio; mas
lect. 3. punet. 5. quaest. 9. porque el fruto se aplica á medida de la inten-
De profanáis etc., y conclusión, como en lap. 26. ción del oferente, de la aceptación del Señor,
Entremos al santo templo y de la disposición de las mismas almas, por
Y allí postrados de hinojos, eso debemos apresurarnos lo más que nos sea
Fijemos en Dios los ojos, posible en su sufragio, en lo que experimenta-
Demandándole piedad. rán un gran alivio.
Como los ángeles ruegan PUNTO n .

Allá en el cielo esplendente, El otro modo de intercesión pública, es cuan-


Pidamos humildemente do la Iglesia congregada en reuniones ó cuer-
Por los que penando están. po, implura en las solemnidades sagradas, pie-
dad para con los difuntos. ¡Oh cuan eficaces
Dia Diez y seis. son para el Purgatorio las oraciones hechas en
MEDITACION. común! Rogó la Iglesia por la libertad del a-
Modo de sufragar á las almas del Purgatorio póstol San Pedro, y un ángel resplandeciente
por vía de gracia. de viva luz bajó del cielo á la tenebrosa pri-
PUNTO I . sión, y rompiendo las cadenas y los grillos de
De dos maneras se puede procurar alivio á que estaba cargado, le salvó de las manos de
las almas de los difuntos, por vía de gracia, Herodes. Semejantes milagros se renuevan
cuando la Iglesia, con intercesión pública ó frecuentemente en el Purgatorio, cuándo la
privada, implora del Altísimo que sean libra- Iglesia ruega por las almas de los difuntos, pa-
das del Purgatorio, y entre las públicas inter- ra que sean libres de los vínculos de BUS cul-
cesiones, es la más eficaz, cuando Nuestro Se- pas. A la eficacia de la oracion pública des-
tter Jesucristo, cabeza de la Iglesia, se pone ciende el ángel de paa y de la* á aqosllnpro-
— 111 —
suoristo, roguemos en ella por la recíproca co- por medianero en el Santo sacrificio de la mi-
munion de los Santos, para que la Iglesia triun- sa, pues entónces se renueva el sacrificio del
fante, la purgante y la militante, ayudándose Calvario, y se ofrece la sangre, la carne, la hu-
mutuamente, pueda cada una obtener plena- manidad, y la divinidad del Salvador, como
mente verse libre de los peligros, salva de las precio de su rescate. Y siendo este sacrificio,
penas, é introducida en la gloria bienaventu- por razón de la víctima, de un valor infinito,
rada. una sóla misa seria suficiente por sí misma pa-
P . Teofil. Beinam. Heterocol. Spirit. p. 2. ra librar á todas las almas del Purgatorio; mas
lect. 3. punet. 5. quaest. 9. porque el fruto se aplica á medida de la inten-
De profanáis etc., y conclusión, como en lap. 26. ción del oferente, de la aceptación del Señor,
Entremos al santo templo y de la disposición de las mismas almas, por
Y allí postrados de hinojos, eso debemos apresurarnos lo más que nos sea
Fijemos en Dios los ojos, posible en su sufragio, en lo que experimenta-
Demandándole piedad. rán un gran alivio.
Como los ángeles ruegan PUNTO n .

Allá en el cielo esplendente, El otro modo de intercesión pública, es cuan-


Pidamos humildemente do la Iglesia congregada en reuniones ó cuer-
Por los que penando están. po, implora en las solemnidades sagradas, pie-
dad para con los difuntos. ¡Oh cuán eficaces
Dia Diez y seis. son para el Purgatorio las oraciones hechas en
MEDITACION. común! Rogó la Iglesia por la libertad del a-
Modo de sufragar á las almas del Purgatorio póstol San Pedro, y un ángel resplandeciente
por vía de gracia. de viva luz bajó del cielo á la tenebrosa pri-
PUNTO I . sión, y rompiendo las cadenas y los grillos de
De dos maneras se puede procurar alivio á que estaba cargado, le salvó de las manos de
las almas de los difuntos, por vía de gracia, Herodes. Semejantes milagros se renuevan
cuando la Iglesia, con intercesión pública ó frecuentemente en el Purgatorio, cuando la
privada, implora del Altísimo que sean libra- Iglesia ruega por las almas de los difuntos, pa-
das del Purgatorio, y entre las públicas inter- ra que sean libres de los vínculos de BUS cul-
cesiones, es la más eficaz, cuando Nuestro Se- pas. A la eficacia de la oracion pública des-
tter Jesucristo, cabeza de la Iglesia, se pone tiende el ángel de paa y de la* á aqnsllapro-
—112 — — 113 —
funda cárcel, para romper las cadenas que las con asiduidad al Señor, para que se mueva á
oprimen y conducirlas á la gloria bienaventu- piedad de nuestros difuntos.
rada. Protesta el Señor por boca de David, ORACION.
que si el pueblo fiel le invoca á favor de aque- Piedad, piedad, ¡oh Señor! de tantas almas
llas infelices, no podrá dejar de escuchar sus que gimen en medio de tan crueles tormentos;
oraciones. Levantemos, pues, todos reunidos piedad invoca vuestro pueblo postrado á vues-
las manos ¿ Dios para obtenerles la libertad, tros piés; piedad pide la Iglesia con devotas
por que tan ardorosamente suspiran. oraciones; piedad iuiplors para ellas el Verbo
PUNTO I I I .
Encarnado, que en el augusto altar renueva el
sacrificio de sí mismo; vos habéis prometido
También las oraciones privadas de los fieles escuchar la voz de vuestro pueblo, oir las ple-
obtienen para aquellas almas desoladas refri- garias de la Iglesia: no podéis dejar de oír y
gerio y salud. Nosotros ofrecemos á Dios fer- escuchar las súplicas y las voces de la sangre
vorosas súplicas; y subiendo á lo alto nuestra de Jesucristo. ¡.ih! todos á una voz os ruegan
oracion, hace descender la Divina misericordia por la libertad de las almas del Purgatorio.
al Purgatorio. La oracion es la llave del cielo, ¡Oh! no se niegue la gracia á tanto intercesor,
el medio más eficaz para mover el corazon de y triunfe sohre las miserias de aquellas, vuestra
Dios; á la oracion de Elias se abrieron las ca- misericordia y vuestra piedad.
taratas del firmamento, y cayó tan abundante EJEMPLO.
lluvia, que refrigeró á la desolada Samaría; y El emperador Teófilo, aunque habia sido un
por las oraciones de los vivos, se conmueven de gran perseguidor de las sagradas imágenes en
tal modo las entrañas misericordiosas del Se- . vida, no obstante, habiéndose convertido ántes
ñor, que derrama ¿ manos llenas sobre las al- de morir, detectó sinceramente sus culpas, mas
mas de los difuntos las gracias, el perdón, la no pudiendo en aquel último trance hacer la
libertad y la gloria. ¡Oh cuán fácil es socorrer debida penitencia de ellas, tuvo que pagar sus
al Purgatorio! Podrá alguno escusarse con de- deudas en el Purgatorio. Su piadosa consorte
cir que no le es dado hacer limosnas, ó que su Teodora, que tanto habia trabajado por su con-
complexión es tal que no puede practicar ás- versión, hizo mucho más para librarle de laB
peras penitencias! mas ¿quién podrá alegar sin- penas de la otra vida. No sólo la piadosa prin-
ceramente que no puede orar? Roguemos. pues, cesa con toda su cohorte se desahogaban en co-
ya en lo privado, ya en las Iglesias públicas piosas lágrimas y en fervorosísimas oraciones,
VS
— i n - 115 —
girió que mandó además ofrecer muchos sacri- que otros las hagan en su sufragio; pues cuan-
ficios y preces en todos los monasterio?; y re- to más s® aumenten, tanto más fácil y cierta
currió también al santo Patriarca de Constan- será su libertad.—Genand. en laDefen. del Cone.
tioopla, Metodio, para que con el pueblo y con Florent. Lee. 3.
el Clero, multiplicase las oraciones públicas y Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
privadas, con una munificencia verdaderamente rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
real, en sufragio del alma de su difunto espo- Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
so. No pudo resistir el corazón de Dios á la fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
fuerza de tantas oraciones. Por lo cual, en me- suplicando al títerno Padre, que se apiade de
dio del fervor de las oraciones comunes, apare- sus almas por la sangre que derramó su divino
ció i aquel venerable prelado en el templo de Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
Santa Sofía, un ángel resplandeciente de celes- JACULATORIA.
tial luz, que dijo: Epücopr.. exauditae sunt pre- Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
ces tua, et veniam Theophilus impetravit. Han Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
sido oídas, oh pastor venerable, tus oraciones, ría y Réquiem.
y en virtud de ellas ha sido condonado á Teó- Añadiremos un Padre nuestro y Ave María,
filo todo el débito de pena. La misma Teodo- por los propagadores de esta devocion.
ra tuvo en este tiempo una visión, en la cual SUFRAGIO.
el Eterno Juez le aseguró, que por sus súpli- Sacrifícate sacrificium justiiiae, et speratein
cas y por las de sus sacerdotes, Teófilo salía Domino Psalm. A. 6. Ofrezcamos por las al-
libre del Purgatorio. Propter te luorumque sa- mas del Purgatorio el santo sacrificio de la mi-
cerdotum preces, tno eonjugi de peni-im. Por , sa, y esperemos en la misericordia del Señor
lo cual las súplicas y las plegarias se convir- que servirá para librarlas de sus penas.
tieron en hacimicnto de gracias y de alegría, Apareció al V. Enrique Sussón un correli-
no sólo en la corte, sino también en toda la ciu- gioso suyo difunto, que implorando de él pie-
dad de Constantinopla, por la glorificación im- dad: de sangre, exclamó, de sangre hemo« me-
petrada a! emperador difunto, lié aquí el efec- nester, ¡oh hermano! para extinguir las vivísi-
to de Us oraciones de los fieles por las almas mas llamas que en el Purgatorio nos atormen-
de los difuntos, y para que los mismos puedan tan, de la sangre del Cordero Divino ofrecide
experimentar el alivio deseado, multipliquemos en la santa misa. Ofrezcamos, pues, misas en
por nosotros mismos las oraciones y bagamos socorro de las almas del Purgatorio, y sea rf
sufragio de este dia celebrar, ó mandar cele- gearles la gloria. No considera tanto el Señor
brar, ó al ménos oir una misa por las almas del la cantidad de la limosna, sino el afecto con
Purgatorio. quo se hace. Seamos, por tanto, ricos ó pabres,
De pro fundís etc.,y conclusión, como en la p. 26. procuremos todos dar según nuestro estado lo
En el instante supremo más que podamos de limosna para bien del Pur-
Que el sacerdote levante gatorio; que cuanto fuere mayor el mérito de
La hostia sagrada, anhelante hacerla, tanto más copiosa será la redención
Pedid á Dios compasion. de aquellas almas benditas.
Pedidle para las almas PUNTO I I .

Que penan, paz, refrigerio, Las oblaciones piadosas de aceite, cera, ó de


Y ese sagrado misterio cualquiera otro género que se hagan á la Igle-
Mitigará su dolor. sia en sufragio de los difuntos, les producen
refrigerio y la salvación; pero son contadas en-
Dia Ttf'-'7-y Fieta. tre las limosnas que sirven al culto de la reli-
MEDITACION. gión y al alivio de los fieles. Otra clase de li-
Modo de socorrer á las almas del Purgatorio mosnas son igualmente todas las obras de cari-
por vía de justicia. dad temporales ó espirituales para con el pró-
PONTO I. jimo, y todas las veces que se ejercitan con la
Se socorre á las almas del Purgatorio por intención de socorrer á las almas del Purgato-
vía de justicia, cuando se redime su pena con rio, se recoge un doble fruto; el de socorrer á
limosnas ó se descuenta con ayunos. La limos- un mismo tierrpo á los necesitados de esta vi-
na es un precio que se exhibe para compensar , da y á los mucho más necesitados de la otra.
los derechos de la Divina Justicia, da una sa- ¡Oh qué rica miés está preparada á nuestra
tisfacción equivalente á la pena, libra de los caridad! imploremos el auxilio divino para que
lazos del pecado, y admite á la participación á la abundancia do esta, corresponda el núme-
de la Divina gracia y de la vida eterna. Es ro y el empeño de los devotos operarios.
como una agua que cae sobre el Purgatorio, y PUNTO I I I .

que mitiga y extingue las llamas de aquel ac- Se descuenta finalmente la pena debida á la
tivo fuego, y entre las obras de caridad que Divina Justicia, con los ayunos, y bajo el nom-
pueden ejercitar los vivos en favor de los di- bre de ayuno se comprenden, todas las espe-
funtos, es una de las más poderosas para gran- cies, no sólo da penalidades voluntarías, aiao
— US — —119 —
también de las tribulaciones necesarias de la cuentran de nuestros socorros! Movidos por
vida, siendo todas obras satisfactorias por los tanto á compasion de sus penas, ponemos no-
pecados, ¿quién hay que no pueda de alguna sotros en las manos de los pobres por medio da
manera mortificarse á sí mismo, ya en las po- la limosna, una parte de sus bienes. Dignaos,
tencias del alma, ya en los sentidos del cuerpo? ¡oh gran Dios! de aceptarlos por su cuenta, pa-
¿quién es aquel que no padezca muchos males ra que sati.-fechas finalmente las partidas de
en el curso de la vida, ya sean generales ó par- su deuda, puedan ser admitidas á la suspira-
ticulares? ¿Por qué, en beneficio de aquellas al- da posesion de la herencia celestial.
mas no traficamos con estas aflicciones? Cada EJEMPLO.
padecimiento nuestro es para ellas un verdade- Arrobada un dia milagrosamente la beata
ro alivio, como si ellas mismas lo sufriesen, Cristina, de tal manera que ya todos la tenían
cuando los ofrezcamos á Dios en descuento de por muerta, fué conducida primeramente á pre-
sus penas. Nada perdemos de mérito obrando senciar las penas del Purgatorio, de las cuales
así: ántes bien, le acrecentamos, porque á la quedó sumamente conmovida, y desde allí al
paciencia de sobrellevar los males, añadimos la cielo, do cuya gloria fué altamente arrebatada;
caridad de ayudar á otros. Tomemos, pues, y miéntras se gozaba en medio de los coros de
el uso do tolerar y de ofrecer todos nuestros los celestiales moradores, díjole el Señor, que
trabajos en sufragio de las almas del Pur- dejaba á su elección, ó volver á la tierra, ó
gatorio, que así agradaremos mejor á Dios, me- quedar para siem pre en aquella cohorte celestial.
receremos más para nosotros, y las socorrere- La santa, llena de vivísima caridad como el
mos mucho más. apóstol, mejor es, respondió, retardar la pro-
ORACION. pia felicidad por algún tiempo, que dejar do
Nosotros os ofrecemos, ¡oh Señor! todas las socorrer á las almas santas atormentadas en
penas de nuestra vida; y cuanto suframos en el ton crueles suplicios: pido, por tanto, volverá
cuerpo, cuanto toleremos en el alma, todo os lo la tierra, para aliviar con mis penitencias al
ofrecemos en sufragio de las almas santas del Purgatorio. Y vuelta á la tierra, no solamente
Purgatorio. Vos nos habéis colmado de aque- sobrellevaba con heróica paciencia la» grandí-
llos bienes que pasaron á nuestras manos de simas tribulaciones que el Señor le mandaba,
las de Duestros difuntos, los cuales nada con- sino que también agregaba de su parte tan
servaron para sí. 6Íno que todo nos legaron. cruel martirio de espíritu y de cuerpo, que su
Mas ahora ellos. joh cuán necesitados se en- vida parecia verdaderamente un prodigio. Ella
— 120 — — 121 —
contradecía perpetuamente BU voluntad, negá- Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
base aun la3 más inocentes satisfacciones, y rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
tenia siempre su espíritu enclavado en una cruz Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
de dolores. Y por lo que hace al cuerpo, ¿quién fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
podría contar todas sus penas? Ayuno cuoti- suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
diano, y algunos dias sin probar alimento al- sus almas, por la sangre que derramó su divi-
guno, sueño muy breve, y ese atormentado con no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
duros maderos y agudas puntas; vestido de gro- JACULATORIA.
serísima lana, semejante más bien á un áspero Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
silicio; disciplinas muy sangrientas, baños de Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
agua helada, pruebas de fuego abrasador; re- ría y Réquiem.
volcarse entre espinas» lastimar su cuerpo con Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
las ruedas de los molinos, herirse con duras ría por los propagadores de esta devocion.
piedras y suspenderse de ecúleos: cruelísimo , SUFRAGIO.
fué su continuo ejercicio en los cuarenta y dos Pauperi prorrige menun tuam, ut perficiaiur
años que sobrevivió: y á cuantos la exhorta- propiatio. Eccl. 7. 36. Para que lo más pron-
ban á moderar el fervor de tan rigorosas pe- to posible se cumpla la propiciación y la paz
nitencias, mucho más rigorosas son, respondía, de los difuntos, seamos liberales de copiosas
Y más insoportables las penas que vi padecer- limosnas para con los pobres de Jesucristo.
ge en el Purgatorio; y pido encarecidamente al Refiere San Paulino, que el célebre sonador
Señor que me couceda vida y fuerzas para con- Panmaquio honró principalmente el cadáver de
tinuarlas y acrecentarlas, en refrigerio y sal- , su difunta consorte con el llanto y con la pom-
vación de aquellas infelices. ¿Mas sólo los san- pa fúnebre, y alivió á su alma con una copio-
tos son los que han de dar pruebas tan genero- sa distribución de limosnas, dándole de esta
sas de compasion para con los difuntos? Re- suerte un sincerísimo testimonio de su amor
flexionemos que bu vida debe ser siempre para aun despues de su muerte. Llanto y honor fú-
nosotros, no sólo objeto de maravilla, siuo tam- nebre es lo que casi todos dan á los despojos
bién dechado de imitación. Procuremos, por mortales de sus difuntos parientes, mas ¿quién
tanto, seguir su3 huellas, si no en todo, al mé- hay que dispense en sufragio de sus almas co-
nos en parte, para alivio del Purgatorio.—Lo- piosas limosnas á los pobres? Porque el mayoi
ren. Sur. en la vida de la adm. Crist. 23 <k Jun. empeño de los fieles debería ser el de provee?
16
—122 —
ai bien de la mejor parte de ellos, es decir, del mas el dispensarlas, está reservado á los pas-
espíritu. Sea pues, el sufragio de este dia ha- tores de la Iglesia, y principalmente al Sumo
cer, según el estado de cada uno, alguna limos- Pontífice Romano. Hay indulgencias concedi-
na por nuestros difuntos, lo que acarreará á das á los vivos, las cuales no se ganan sino por
quien cumple las obras prescritas, y otras en
sus almas refrigerio y salvación.
favor de los difuntos, las cuales pueden ser a-
S. Paul. Epist. 7 á Panmaquio.
plicadas por los vivos. ¡Oh! cuán benigno ha
De profanáis etc.,y conclusión, como en lap. 26. sido el Señor en multiplicar los medios de so-
Del pobre aliviad las penas; correr al Purgatorio.
Limpiad del enfermo el Danto;
PUNTO I I .
Ved del anciano el quebranto,
Entre las indulgencias, unas son parciales,
Ved del huérfano el pesar.
que perdonan una 6Óla parte, y otras plenarias,
Y el pan que les deis gozosos
que perdonan toda la pena temporal que á ca-
Purificará vuestra alma,
da pecado estaba prescrita en los antiguos cá-
Logrando también la calma
nones penitenciales. Por lo cual, si se gana una
De los que penando están. indulgencia parcial por las almas de los difun-
Dia diez y ocho. tos, se descuenta ordinariamente parte do su
MEDITACION. deuda; si una plenaria, te borra ésta entera-
mente, y libres de aquella cárcel de fuego, vue-
Con las santas indulgencias se sufraga á las lan á gozar la eterna felicidad del Paraíso. ¡Oh!
almas del Purgatorio. ¿quién hay entre nosotros que no pueda pro-
PUNTO I . curar tanto bien al Purgatorio? Todos tenemos
Otro eficacísimo medio, cuyo origen se re- la misión legítima de hacerlo; todos lo pode-
monta á los tiempos apostólicos y con el cual mos si queremos; y cuanto más generosa es la
se sufraga á las almas del Purgatorio, son las Iglesia en abrirnos sus tesoros en favor de a-
santas indulgencias, merced á las cuales se re- quellas almas que tanto padecen, seremos más
mite la pena temporal debida á los pecados. inexcusables, si no lo hacemos.
Los méritos do Nuestro Señor Jesucristo, de
PUNTO m .
María Santísima y de los Santos, forman este
Para ganar las santas indulgencias por los
precioso tesoro; y así como estos méritos cons-
difuntos, se requiere el estado de gracia y la
tituyen u n valor infinito, así las santas indul-
ejecución de las obras prescritas. El primer
gencias pueden concederse sin límite alguno;
—124 —
requisito, pues, es el estar libre de todo peca- f intención de ganar todas las indulgencias con-
do mortal en el cumplimiento de las referidas cedidas por el ejercicio de esta devocion, .y os
ofyras, y si alguno no lo estuviere, debe purifi- . prometemos ganar también otras en lo sucesi-
carse con una buena y santa confesion. El se- vo para sufragar al Purgatorio, y para nuestro
gundo es practicar las obras prescritas, las cua- propio aprovechamiento; mas vos, ¡oh Señor!
les de ordinario consisten en la confesion, co- prevenidnos, acompañadnos, asistidnos siempre
munión y el rezo de algunas preces, según la . con vuestra gracia en tan devoto empeño, para
voluntad del concedente. Y es de notar que ' que no falten en nosotros las disposiciones ne-
las personas que acostumbran acercarse cada cesarias para conseguir copioso fruto.
ocho dias al sacramento de la penitencia, pue- EJEMPLO.
den ganar todas las indulgencias que caen en Santa María Magdalena de Pazzis habia
el curso de la semana, aunque no se confiesen • asistido con suma caridad á la muerte de una
con más frecuencia. E i medio, pues, de las hermana suya de altísima perfección, á quien
santas indulgencias, no sólo aprovecha á las al- las monjas no sólo hicieron prontamente los
mas del Purgatorio, sino que además santifica acostumbrados sufragios de la religión, sino
las nuestras con el uso de los sacramentos, y que aplicaron también las santas indulgencias
con el ejercicio de las virtudes. Sea, por tanto, que se ganaban aquel día. Quedaba expuesta
nuestro empeño recoger este doble fruto de todavía la difunta en la Iglesia, y desde las
tan saludable medio de salvación. • rejas la miraba con afectos de ternura y devo-
ORACION. cion María Magdalena, implorando para ella
Cuanto más grande ¡oh Señor! es vuestra paz y reposo eterno, cuando vió salir de aquel
dignación en proveernos de abundantísimos me- , yerto cadáver el alma de sü hermana, resplan-
dios con que aliviar á las almas del Purgato- ' deciente de viva y hermosa luz, y elevarse há-
rio, tanto mayor debe ser nuestro empeño en cia el cielo para recibir la corona de eterna glo-
valemos de ellos en favor de aquellas infeli- ria. No pudo la santa contenerse de exclamar:
ces, no ménos que de nuestras propias almas. Adiós, hermana: adiós, alma bienaventurada,
Las santas indulgencias son un tesoro inagota- ántes voláis vos al cielo que vuestro cuerpo
ble, abierto siempre á beneficio de los vivos y baje al sepulcro. ¡Oh felicidad! ¡oh gloría! ¡Ah!
de los difuntos; y tanto más os complacéis, En los brazos del Divino Esposo acordaos de
cuanto más se enriquecen de él los fieles. Hé nosotros que suspiramos en la tierra. Y al de-
aquí, pues, ¡oh Señor! que nosotros hacemos cir esto, se le apareció su Esposo Jesús para
— 126 —
—127 —
consolarla, diciendo que en virtud de las san-
tas indulgencias aplicadas por aquella alma, SUFRAGIO.
habia sido ésta libertada tan pronto de las pe- In praesenti témpora vestra abundantia illo-
nas del Purgatorio y admitida en las mansio- rum inopiam suppleat. 2. Cor. 8. 14. Con la
nes de la gloria. Por lo cual avivóse en lo su- riqueza que poseemos de las' santas indulgen-
cesivo de tal modo en aquel monasterio el fer- cias, procuremos socorrer las extremas necesi-
vor de ganar toda clase de indulgencias, que dades que aquejan á las almas del Purgatorio,
se hacia casi escrúpulo de malograr negligen- aplicándolas en su sufragio.
temente alguna. ¿Cómo no se enciende tam- Arrebatada en espíritu la beata Mariana de
bién en nuestros pechos una chispa de aquel Quito, vió en una gran plaza una mesa llena
santo fervor? Imitemos á aquellas vírgenes en de oro, de plata, de diamantes, de perlas y de
tan bello empeño, que no podrá faltar el efec- todo género de piedras preciosas, y oyó una
to de la libertad de las almas del Purgatorio, voz que clamaba fuertemente: el tesoro está á
si nosotros no faltamos á las disposiciones ne- la disposición de iodos, quien quisiese coja y
cesarias para ganar dignamente las santas in- aprovéchese de él. Era este tesoro una imágen
dulgencias.—En la -vida de Santa María Mag- del inmenso tesoro de las indulgencias, expues-
dalena de Pazzis. n. 1. cap. 39. to todos los dias en la Iglesia á beneficio co-
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- mún de los fieles. Quien desea, pues, valerse
rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de de él para «í y para otros, apliqúese á ganar
Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los las santas indulgencias, y no dejemos de ha-
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.) cerlo en sufragio de las almas del Purgatorio,
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de á las cuales acarrean tanto alivio, y que con
sus almas, por la sangre que derramó su divino tanta ánsia las esperan de nuestra caridad.
Hijo, diciendo cinco veces la siguiente: En la vida de la beata Mar. de Quito.
JACULATORIA. Deprofundis etc.,y conclusion, como en la p. 26.
Amplio tesoro de gracias
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de La religion proporciona;
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma- Es la más rica corona,
ría y Réquiem. E s el más preciado bien.
Añadiremos un Padre nuestro y Ave María, Estimadla en-lo que vale
por los propagadores de esta devocion. Y haréis cesar el desvelo
—128 — —129 —
De las almas sin consuelo, queridas esposas. ¿Y podremos nosotros dar
Cesando el vuestro también. á Dios una negativa?
• PUNTO I I .
Bia Diez y nueve. ¿De cuánto placer no sirvió á A braham, for-
MEDITACION. zado á sacrificar d su hijo Isaac, la aparición
Desea Dios que se hagan copiosas sufragios por de aquel ángel propicio que le detuvo la dies-
tra? ¿Cuánto gozo no causó á Saúl su pueblo,
las almas del Purgatorio.
cuando con generosa oposicion libró de la muer-
PUNTO I .
te al valeroso Jonatás? Pue3 mucho más agra-
Las almas del Purgatorio fueron en vida o- daremos nosotros á Dios, cuando vea que nos
hedientes á la ley de Dios, justas en sus obras le oponemos piadosamente en el acto en que
v victoriosas de sus enemigos. De aquí es que atormenta á las almas del Purgatorio, inten-
el Señor, las ama y las aprecia con indecible tando librarlas del pesado azote de su justicia.
cariño y les tiene dispuestas en el cielo, coro- ¡Mas ay! ¡cuánto ee duelo al ver que nos mos-
nas inmarcesibles de gloria. ¡Vías entre tanto, tramos sordos á su solicitud, é inflexibles á las
debe portarse con ellas, á manera de un ene- acerbísimas penas de aquellas sus hijas. No
migo y castigarlas en adema* inflexible; así hay, repite con inconsolables gemidos, por bo-
es que dividido entre los rigores de la justicia ca de su profeta, no hay un hombre piadoso
que se opouga á mis iras y calme los furores
Y los tiernos impulsos de la misericordia, vuel-
de mi justicia. ¿Y podremos nosotros compren-
ve alternativamente sus miradas ora á aquellas
der estos afectos del Señor, y quedamos en
almas pacientes, ora. á nosotros que podemos
* completa inacción, sin procurar socorro a l P u r -
darles la libertad, y miéntras por exigirlo asi
gatorio?
su eterna ley, se vuelve airado hacia aquellas, .
movido de su benéfico corazon se vuelve á no- PUNTO M .
sotros como fuente de toda piedad; mientras á Secundemos, pues, ¡oh cristianos! concluye
ellas las rechaza, á nosotros nos solicita, nos Job, secundemos las piadosas miras de nuestro
estimula, nos mueve y llega hasta rogarnos que celestial soberano, y hagamos todos los esfuer-
le libremos de tan penoso contraste, que le ha- zos posibles, para consolarle en sus queridas
' o-auios una dulce violencia, que detengamos su bijas. ¿Qué medianero hay máa poderoso? ¿Qué
diestra armada, que le arrebatemos de e la c | intercesor más eficaz? Nosotros, que por nece-
^ o t o con que hiere y atormenta á aquellas sus sidad tenemos que postrarnos tan á menudo á
17
el Purgatorio, hizo solemne donacion á Santa
los piés del Altísimo, para impetrar millares Teresa, de una casa con jardín, sita en^ Valla-
de gracias, ¿110 le otorgaremos hoy, ésta que dolid, para que se erigiese en ella, lo más pron-
nos pide? ¡Ah, no seamos tan insensibles! Ha- to posible, un monasterio en favor de la Santí-
gamos de Dioses con el mismo Dios, y con una sima Virgen María. Mas ocupada la Santa en
generosa copia de sufragios empeñemos de tal la fundación de otras casas religiosas, iba dila-
manera su bondad, que no nos niegue sus gra- tando la ejecución, cuando el caballero fué sor-
cias en lo venidero, sino que como lo hizo^ con prendido de un accidente mortal, y en pocos
el Santo Job, cuando rogaba por sus amigos, instantes, arrebatado de entre los vivientes.
nos las redoble y acreciente según su gran mi- Sintió muy al vivo la Santa este golpe, y no
sericordia. cesaba de encomendarlo al Altísimo con fervo-
ORACION. rosísimas oraciones, habiéndose dignado su Ma-
Son para nosotros, ¡oh gran Dios! muy dig- jestad revelarle, que Mendoza se hallaba libre
nas de veneración vuestras voces; son muy dig- del infierno pero no del Purgatorio, de dond®
nos de ser cumplidos vuestros deseos. Deseáis no saldría, sino hasta cuando en el nuevo mo-
vos, y nos pedís, que rescatemos del Purgato- nasterio se celebrase la primera misa. Por lo
rio á las almas, para que vuelen á ser biena- cual, aunque se apresuraba la Santa por poner-
venturadas en vuestro seno. Aquí nos teneis se, lo más pronto posible en camino para Valla-
prontos á empeñarnos de todos modos, en co- dolid, á fin de poner mano á la obra; mas obli-
rresponder á los deseos de vuestro corazon. gada á detenerse en Avila por negocios de gran-
Nada dejaremos por hacer de cuanto pueda de importancia, envió entretanto al padre J u -
contribuir á tan santo fin, y cuando veáis, ¡oh lián de Avila, para que fuese disponiendo las
Señor! que nuestra caridad va entibiándose, os cosas de la nueva fundación, y de allí á poco
pedimos que con vuestra gracia nos enfervori- llegó ella misma para comenzar, los trabajos.
céis de nuevo, para que podamos finalmente Mas porque la grandiosidad de la empresa re-
llegar á romper aquellas abrasadas cadenas, y quería largo tiempo, mandó fabricar provisio-
á conseguir con nuestros sufragios la eterna fe- nalmente una capilla, para comodidad de las
licidad á vuestras hijas. religiosas que había llevado consigo. Mucho
EJEMPLO. sentía no poderse poner término con prontitud
En el dia de la Conmemoracion de los fieles á la grande iglesia del monasterio, por temor
difuntos, queriendo D. Bernardino Mendoza, do que se retardase el rescate del alma del ca-
mostrar un rasgo de generosa piedad para con
ballero, del Purgatorio; mas ¿cuánto no fué su SUFRAGIO.
consuelo cuando á la primera misa celebrada Necessarium duximus significare vobis, ut et
en la capilla provisional, arrebatada en éxtasis, vos quoque agaiis diemignis. 2. Maehab, 1. 18.
vió al alma de Mendoza que volaba del Purga- Será útil y conveniente que en cada mes, se
torio al cielo? Complacióse ella de la felicidad determine y se consagre al ménos un dia, para
del caballero, dando gracias al Señor por la so- socorrer de un modo especial, á las almas del
licitud con que le habia librado de las penas, Purgatorio.
y se enfervorizó tanto más en la devocion de Penetrado el padre Juan Fabricio, de la Com-
las almas del Purgatorio, cuanto más empeña- pañía de Jesús, de cuánto se complace Dios en
do en su rescate veía al Señor. Imitemos no- ver nuestros esfuerzos para librar á las almas
sotros á Teresa, imitemos á Dios, y procure- de aquellas penas tan atroces, tanto dijo y tan-
mos, como aquella serafina de amor, correspon- to hizo con los superiores del colegio de Muns-
der lo mejor que sea posible á las intenciones ter, que los indujo á fijar en cada mes un dia,
de la divina bondad, que es suma, en el deseo dedicado especialmente á las almas del Purga-
de ver felices cuanto ántes en el cielo las almas torio, en el cual dia se celebrasen en su iglesia,
del Purgatorio.—P. Franc. Riv. en la vid. de adornada de lúgubre aparato, fúnebres exe-
Sta. Teresa, l. 2. c. 10. quias, misas de Réquiem, y otros piadosos su-
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- fragios en favor de aquellas almas. No es, sino
rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de do pocos, el poder imitar tan espléndida devo-
Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los cion, mas todos podemos destinar un dia en ca-
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.) da mes á particulares sufragios; á saber, ora-
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de . ciones en mayor copia, oir con devocion mas mi-
sus almas, por la sangre que derramó su divi- sas, ejercitarse en alguna mortificación del
no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente: cuerpo y del espíritu, acercarse á los Santos
Sacramentos, ganar indulgencias, consagrar en
JACULATORIA.
6uma el dia, al socorro de I03 fieles difuntos.
Eterno Padre, por la preciosísima sangra de Hagamos, hoy, el propósito de elegir en lo su-
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave María cesivo todos los años, un dia en cada mes, para
y Réquiem. aliviar á las almas del Purgatorio.
Añadiremos un Padre nuestro y Ave María P. Felipe Alegam be, Héroes y victim. de car. de
por los propagadores de esta devocion. la Soc. de Jes. año de 1656, en el Rhin inferior.
— 134 — —135 —
Deprofundis etc.,y conclusión, como en lap. 26. Dios, y rehabilitarse de nuevo en sus derechos
Escuchad. ¡Ay! lo» gemidos á la eterna felicidad; y nosotros con los sufra-
Atended las tristes voces gios enviamos también á aquellas almas al seno
De los que en llamas atroces de Dios, y las ponemos en plena posesion del
Se arrepienten de su error. reino bienaventurado. Podemos pues, todos,
Sea por lo menos un dia hacernos redentores del Purgatorio, y dignos
A su alivio, consagrado, imitadores de Jesucristo. ¿Quién será el que
Y este será el suspirado no quiera participar de tanta gloria?
Dia de gloria, un dia de amor. PUNTO I I .
Jesucristo, para redimir al mundo, descen-
Dia veinte. dió del cielo, se vistió de nuestra frágil huma-
MEDITACION.
nidad, y derramó toda su • preciosísima sangre
Con los sufragios hechos en favor de las almas
para nuestro rescate. No se exige tanto de no-
de los difuntos, se imita y se completa la
sotros para ser redentores del Purgatorio. No
Redención del Salvador.
es necesario que sacrifiquemos nuestra vida, ñi-
PUNTO I .
que nos privemos de todos nuestros bienes. Si
La obra de la Redención fué la obra digna los sacrificios que se hacen en el mundo, si to-
de un Dios, y el imitarla es casi lo mismo que do lo qne se emplea en juegos, en vanidades,
hacerse semejante á la Divinidad. Alegrémo- en pecados, lo aplicásemos en sufragio de aque-
nos pues, ¡oh cristianos! porque todos podemos llas almas santas, ¡oh cuánta parte de su deuda
ser fieles imitadores de una obra tan santa, quedaría satisfecha! Si cuanto padeció Jesu-
enviando al Purgatorio copiosos sufragios. Je- I cristo por la redención del mundo fuese aplica-
sucristo con la redención libró al hombre del do por nosotros, como lo hacían los primeros
reato de la culpa, y nosotros, con los sufragios cristianos, por la redención del Purgatorio, ¡oh
borramos también en aquellas almas las man- cuántas de aquellas infelices volarian continua-
chas de sus defectos; Jesucristo salvó al hom- mente al seno de Dios. Valgámonos, pues, co-
bre da la deuda de la pena eterna, y nosotros mo es debido, de los medios que Dios nos da
con los sufragios satisfacemos también por el en el órden de la naturaleza, y de los que Je-
resto de la pena de que son'deudoras aquellas sucristo nos suministra en el órden de la gra-
almas á la Divina Justicia; Jesucristo, con su cia, y podremos enviar del Purgatorio al cielo
gracia hizo recobrar al hombre la amistad de un infinito número de almas.
— 134 — — 135 —
Deprofundis etc.,y conclusión, como en lap. 26. Dios, y rehabilitarse de nuevo en sus derechos
Escuchad. ¡Ay! los gemidos á la eterna felicidad; y nosotros con los sufra-
Atended las tristes voces gios enviamos también á aquellas almas al seno
De los que en llamas atroces de Dios, y las ponemos en plena posesion del
Se arrepienten de su error. reino bienaventurado. Podemos pues, todos,
Sea por lo menos un dia hacernos redentores del Purgatorio, y dignos
A su alivio, consagrado, imitadores de Jesucristo. ¿Quién será el que
Y este será el suspirado no quiera participar de tanta gloria?
Dia de gloria, un dia de amor. PUNTO I I .
Jesucristo, para redimir al mundo, descen-
Dia veinte. dió del cielo, se vistió de nuestra frágil huma-
MEDITACION.
nidad, y derramó toda su • preciosísima sangre
Con los sufragios hechos en favor de las almas
para nuestro rescate. No se exige tanto de no-
de los difuntos, se imita y se completa la
sotros para ser redentores del Purgatorio. No
Redención del Salvador.
es necesario que sacrifiquemos nuestra vida, ñi-
PUNTO I .
que nos privemos de todos nuestros bienes. Si
La obra de la Redención fué la obra digna los sacrificios que se hacen en el mundo, si to-
de un Dios, y el imitarla es casi lo mismo que do lo qne se emplea en juegos, en vanidades,
hacerse semejante á la Divinidad. Alegrémo- en pecados, lo aplicásemos en sufragio de aque-
nos pues, ¡oh cristianos! porque todos podemos llas almas santas, ¡oh cuánta parte de su deuda
ser fieles imitadores de una obra tan santa, quedaría satisfecha! Si cuanto padeció Jesu-
enviando al Purgatorio copiosos sufragios. Je- I cristo por la redención del mundo fuese aplica-
sucristo con la redención libró al hombre del do por nosotros, como lo hacían los primeros
reato de la culpa, y nosotros, con los sufragios cristianos, por la redención del Purgatorio, ¡oh
borramos también en aquellas almas las man- cuántas de aquellas infelices volarían continua-
chas de sus defectos; Jesucristo salvó al hom- mente al seno de Dios. Valgámonos, pues, co-
bre da la deuda de la pena eterna, y nosotros mo es debido, de los medios que Dios nos da
con los sufragios satisfacemos también por el en el órden de la naturaleza, y de los que Je-
resto de la pena de que son'deudoras aquellas sucristo nos suministra en el órden de la gra-
almas á la Divina Justicia; Jesucristo, con su cia, y podremos enviar del Purgatorio al cielo
gracia hizo recobrar al hombre la amistad de un infinito número de almas.
—136 —
PONTO I I I . es solamente propia de aquellas almas, sino
Elevemos aún nuestro pensamiento, ¡oh cris- que es también vuestra, porque por el afecto
tianos! y conoceremos, que así como en esta son comunes entre vos y ellas las penas y loa
tierra la Divina Sabiduría no deja al justo, pe- gozos. Ya vos nos enseñasteis con vuestra Re-
nar solo en medio de sus trabajos, sino que dención cuánto merecen las almas, y nuestros
desciende con él á la cárcel, y no le abandona deberes nos enseñan cuánto mereceis vos. Por
entre las cadenas, así Nuestro Señor Jesucris- vos, pues, y por ellas, queremos hacer todo es-
to, en la cárcel del Purgatorio, no abandona á fuerzo posible por vaciar el Purgatorio de to-
las almas entre las llamas, sino que las acom- das las almas que están allí prisioneras. To-
paña, y padece en ellas como Redentor en sus 1 maremos de vos el ejemplo que nos diste para
redimidas, como Padre en SÜ3 hijas, como a- que le imitásemos, mas imitando nosotros tal
mante en sus esposas, como cabeza en sus miem- ejemplo, haced que podamos ser vuestros ver-
bros, por cuya libertad es tan solícito como si daderos secuaces y discípulos, no sólo por la
fuese propia, y nos repite con la voz más con- intención, sino aun más por el afecto, procu-
movedora, lo que decia en el mundo de sus po- rando una completa redención al Purgatorio,
brecitas: á saber, que cuanto hagamos en favor con una série no interrumpida de sufragios,
de aquellas almas, El lo acepta como hecho á valorados con el mérito de vuestra preciosísi-
sí mismo, como si El fuese el paciente que por ma sangre.
nuestros sufragios debiese ser redimido de tan- EJEMPLO.
ta pena. ¿Pueden desearse motivos más fuer- La gran sierva de Dios, Sor Mariana Villa-
tes y más poderosos para decidirse á una obra , ni, del órden de Santo Domingo, meditando un
de tanta piedad? Alentémonos, pues, á hacer- [ dia con singular devociou sobre la Pasión de
la con todo empeño, y á semejanza de El, que Nuestro Señor Jesucristo, ofreció en descuen-
descendió despues de la muerte con el espíritu to de las penas que sufren las almas del Pur-
al Purgatorio para hacer felices á aquellas al- gatorio, el valor y el mérito de cada uno de
mas, descendamos también nosotros con abun- los instrumentos de la misma. Cuando en la
dantes sufragios, para grangearles la verdade- noche siguiente, en un éxtasis misterioso vió
ra paz y la libertad sempiterna. desfilar en doble órden una larga série de mu-
ORACION.
chas personas vestidas de blanco, que con su-
ma veneración llegaban, quién la cruz, quién
¡Oh Señor Nuestro Jesucristo! nosotros ve-
los clavos, quién las espinas, quién los azotes,
mos muy bien que la causa del Purgatorio no
—138 —
ésta la columna, aquella la lanza, algunas loa del Purgatorio, y entregaba las almas rescata-
cordeles, otras los martillos, el guante, el va- das al trono del Eterno. Ofrezcamos, pues,
so, la esponja, la caña, y todas las otras sacra- también nosotros frecuentemente, con senti-
tísimas insignias de la Redención del Hijo del mientos de fervorosa piedad, la Pasión de
Hombre. A todas las precedía una Virgen Nuestro Señor Jesucristo, á beneficio de los
con una gloriosa palma en la mano, como en difuntos, y así, redimiendo muchas almas de
señal de triunfo, que las guiaba á un suntuosí- aquellas acerbísimas penas, las conduciremos
simo templo, donde al entrar depositaba cada también nosotros del Purgatorio al cielo, del
una con profunda reverencia, sobre un altar extremo de las penas á la cima de toda felici-
de oro, el propio instrumento á ios piés de un dad. —Fr. Domingo M. Marches, en la vida
Señor, que tenia semblante de Divino, y de de Sor María • Villani. I. 2. c. 5.
cuyas manos recibían todas en contracambio Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
una esplendidísima corona, cou lo cual la de- rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
claraba reina y esposa muy amada. Por lo Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
cual, rebosando de júbilo, le tributaban solem- fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
nes acciones de gracias á la gloriosa Virgen suplicando al Eterno Padre, que se apiado de
que las babia conducido á tanta felicidad. A- sus almas, por la sangre que derramó su divi-
quel suntuosísimo templo, término feliz de a- no Hijo, diciendo cin^o veces la siguiente:
quella devota turba, era el cielo, último fia y JACULATORIA.
centro bienaventurado de la criatura racional: . Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
aquellas personas que llevaban los venerables Jesuá, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
signos de la Pasión, eran las almas del Purga- ^ ría y Réquiem.
torio, libertadas por el mérito de los preciosos Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
instrumentos de la Pasión de Jesucristo: aquel ría por los propagadores de esta devocion.
Señor, que las remuneraba con una corona in- SUFRAGIO.
marcesible, representaba á Dios, que les con- Spíritus Domini misit me, ut praedicarem
feria la corona de eterna gloria: y la Virgen, annum placatilem Domini ut consorer omnes In-
que con la palma en la mano, las conducía al gentes. Isai. 61. s. El espíritu del Señor de-
altar, denotaba la venerable sierva de Dios, sea de nosotros, que propaguemos la devocion
que con la devota oferta de los instrumentos hácia las almas del Purgatorio, y que las con-
de la Pasión, se constituyó gloriosa redentora solemos con una abundante copia de sufragioi.
—140 —
Rogaudo un dia Santa Margarita de Corto-
na por las almas del Purgatorio, se le apareció
Dia veintiuno.
MEDITACION.
el Redentor, y: amada mia la dijo, vé en cali-
dad de embajadora á la religiosa familia de Gloria que se acrecienta al ciclo con
Francisco, y anúnciale de mi parte, que en sus los sufragios del Purgatorio.
devotos ejercicios haga continua memoria de PUNTO I .
las almas de los difuntos, y no las abandone Si, al decir del evangelista San Lúeas, se
jamás como lo hacen tantos aun entre sus más festejaba altamente en el cielo la conversión
estrechos parientes y amigos. La misión de de una alma pecadora, que puede de nuevo es-
Santa Margarita puede considerarse como en- traviarse del camino de la salud, ¿cuál será la
comendada también á nosotros; y no nos con- gloria de aquellos dichosos moradores al intro-
tentemos con sufragar solos nosotros por aque- ducirse en aquella patria celestial sin peligro
llas almas, sino que procurémosles también o- ya de perder una de aquellas afligidas almas,
tros sufragadores con el ejemplo, con las pala- la cual no se podia uuir á ellas sino por medio
bras, y particularmente con conducirlos á esta de una dilatada y rigorosísima expiación? Es-
santa devocion, y entónces podremos, llamarnos to, responde D^ivid, acrecienta inmensamente
verdaderamente redentores y apóstoles del la alegría y la gloria del Paraíso, y toda aque-
Purgatorio. lla feliz Iglesia de santos exaltará las limos-
P. Juan Rolando in Act. Sanet 22 de nas de la tierra, que con aumentar el número
Febrero, en la vida de Santa Margarita de de los bienaventurados, aumenta también su
Cortona. felicidad y su gozo, una mirada, pues, al cie-
Deprofundis etc., y conclusión, como en la p. 26. lo, ¡oh cristianos! que se regocija y alegra con
nuestros sufragios, y despues dejemos de ha-
Hoy el Señor nos envía cerlos si podemos.
Su Espíritu Soberano, PUNTO II.
Para que fieles vallamos A esda hombre, desde su nacimiento, le ha
Sólo á predicar piedad. sido destinado un ángel para su custodio y
Piedad por los miserables guía. En el curso de la vida, cada uno de los
Que están en duelo profundo, fieles se elije algunos santos para sus especia-
Piedad, clamemos, y el mundo les protectores y abogados, y entre todos ellos
Al fin nos escuchará. se entabla una confianza tan íntima y un amor
— 143 —
tan particular, que cuanto más de voeacion y salios y las amadas prendas de su dulce amor.
obsequio profesa el hombre á aquellos ángeles ¡Dichosos nosotros si podemos proporcionar á
y á estos santos, tanto más se empeñan en María tanto placer! Hagamos la prueba y pon-
procurar su salvación. Imaginémonos, por gamos generosamente todos los esfuerzos posi-
tanto, ¿cuál será el gozo espiritual y el inefa- bles para poner término á tan noble empeño.
ble trasporte de los ángeles de guarda y de ORACION.
los santos protectores y abogados, cuando del Al ver, ¡oh Señor! cómo toda la corte celes-
profundo báratro del Purgatorio vengan á u- tial se regocija por la libertad de las almas
nirse en su compañía sus devotos clientes tan del Purgatorio, nuestra devocion se despierta
y enardece hácia á ellas, por aumentar siem-
deseados y protegidos por ellos para ser feli
pre más la gloria del Paraíso. Pero ¿cuánto
ees para siempre en el cielo? Bendecirán eter-
más se alegrarán los ángeles, los santos, Ma-
namente las misericordias del Señor que se
ría Santísima y las mismas almas sacadas de
dignó secundar sus afanes, y harán resonar
tan dura prisión, si pudiesen vernos en su
las bóvedas de aquella eterna mansión con las
compañía para alabaros y bendeciros eterna-
alabanzas de aquellos fieles que, merced á los
mente? Sea pues, para su placer y el nuestro
sufragios, pusieron el último complemento á esta la merced do la piedad que usamos, sea
la felicidad de sus protegidas. ¿Quién, pues, ésta la corona con que os digneis remunerar
no querrá ser tan glorificado en el Paraíso: nuestra devocion, ¡oh Soberano Hacedor y
PUNTO III. glorificador de los, ángeles y de los hombres;
Pero, la que más que todos rebosará de pla- porque obtenida esta merced, esta corona, ha-
cer en la glorificación de las almas del Purga- bremos obtenido cuanto de más grande puede
torio, será aquella en quien están fijas las mi- desearse sobre la tierra, cuanto más de feliz
radas del Universo, esto es, María Santísima, se puede obtener en el cielo.
la cual, como Pveina escogida, como Madre de
EJEMPLO.
todos los hombres, y en especial como Madre
Un sacerdote romano muy devoto de las al-
y Reina de las almas que están en el Purga-
mas del Purgatorio, fué trasportado en espíri-
torio, invitará á su Hijo, invitará á su Espo- tu al templo de Santa Cecilia en Transtiber, en
so, invitará á los coros de los ángeles, y á los donde cortejada de un crecido número de án-
órdenes de los Santos á alegrarse y regocijar- geles y santos, apareció María Santísima sen-
ce con ella, viendo finalmente llegar á su feli- tada sobre su trono resplandeciente, y miéntras
císimo reino, á su materno seno, sus fieles va-
—144 —
reinaba por todas partes un profundo silencio, y compañero de aquella dichosa corte de ciu-.
vió postrarse en medio de aquella sublime reu- dadanos del cielo, que entre mucho regocijo lo
nión, hacia la augusta Virgen, y en ademan su- condujeron á la gloria eterna del Paraíso. En
plicante, una mendiga cubierta de un vestido esto desapareció la visión, la cual, con el ejem-
andrajoso, porque sobre los hombros llevaba u- plo de la piadosa mendiga, nos enseña cómo de-
na piel de rarísimo precio, la cual, con copiosas bamos rogar á la Santísima Virgen é interpo-
lágrimas; imploraba piedad por el alma de uu ner, la mediación de los ángeles y de los san-
ciudadano romano, que habia muerto hacia po- tos, para obtener una más pronta libertad á
cos instantes. Era este Juan Patricio, señor las almas del Purgatorio.—S. Pedro Damia-
de gran caridad; pero que por algunos defectos no, Opuse. 84, c. 4.
habia sido condenado al Purgatorio. Esta pre- ^ Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
ciosa piel que yo llevo, exclamaba la piadosa rías y Réquiem, en memoria de la pasión de
mujer, me la dió el difunto, ¡oh María! por a- nuestro señor Jesucristo, en sufragio de los fie-
mor vuestro eu el umbral de vuestra Basílica, les difuntos, suplicando al Eterno Padre, que
mientras yo me helaba de frió. Un don tan se apiade de sus almas, por la sangre que de-
sublime no puede quedar sin premio, un acto rramó su divino Hijo, diciendo cinco veces la
tan generoso no puede dejar de mover vuestro siguiente:
corazon á socorrerle. Amparadlo, pues, ¡oh ma- JACULATORIA.
dre de las misericordias! en esta hora en que Eterno Padre, por la preciosísima sangre
se encuentra en la mayor necesidad; dadle á él de Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave
la vestidura de gloria, como él dió esta precio- María y Réquiem.
sa vestidura por vuestro amor. Tres veces re-, ^ Añadirémos un Prdre nuestro y Ave Ma-
pitió tan fervorosa súplica la piadosa mujer, y u- ría, por los propagadores de esta devocion.
niéndosele para darle valor á sus rueges, los án- SUFRAGIO.
geles y los santos allí presentes, ordenó María Dahtt capiti tuo augmenta gratiarum, et «o-
que fuese traído Juan á su presencia, el cual se roña inclyta proteget te. Prov. 4. 9. El reso
presentó cargado de pesadas cadenas, y mién- del santo rosario es uno de los medios más e-
tras él esperaba el éxito de su destino, la reina ficaces para alcanzar la salud eterna á los di-
del cielo le hizo señal de gracia, y se vió en fuutos, derramando sobre sus almas un tesoro
un instante libre de sus ataduras, y recibido inmenso de gracias. . f
y acogido como hijo do ella, y como hermano Habiendo caido en el Purgatorio uua cierta
19
—146 —
Alejandra Aragonesa, que era hermana de la
cofradía del rosario; el santo patriarca Domin- Dia veintidós.
go, y los hermanos de la referida cofradía, se MEDITACION.
empeñaron en socorrerla con tantos sufragios, El sufragar á las almas del Purgatorio,
que presto lograron librarla de sus penas. Por es una de las más excelentes
lo cual, sumamente agradecida aquella alma á oirás de la fe.
tan grande beneficio, se apareció al Santo fun-
FTJNTO I.
dador para dar gracias en su persona á toda la
El pensamiento de sufragar á los difuntos
religiosa hermandad por sus piadosos socorros,
es santo por el santísimo principio de fe de
y para animarle á predicar y á extender por
donde proceden. Los sentidos acompañan al
todo el mundo la devocion del santo rosario, en
hombre hasta la tumba; más allá de la tumba
virtud del cual muchas almas se ven libres del
se oscurece la razón, y poco vé. La fe es la
Purgatorio. Si el rosario, pues, es de tanto
antorcha luminosa que disipa las tinieblas del
provecho al Purgatorio, tomemos ó mantenga-
otro mundo, y nos obliga á no abandonar las
mos la piadosa costumbre de rezarle cada dia;
almas de los difuntos. Deshágase en buena
pero en este particularmente, apliquemos una
hora el cuerpo, y redúzcase á cenizas, el al-
tercera parte más en sufragio de aquellas al-
ma no perece con la muerte corporal, sino que
mas, para que se digne María Santísima lla-
incorruptible é inmortal, entra en las rejio-
marlas consigo al cielo á acrecentar el júbilo y
nes de la eternidad para recibir 6u recompen-
la gloria de la corte celestial.
sa. ¡Oh cómo se aviva la fe de la inmortali-
B. Alano de la Roche, part. 5. Psalterii.
dad de los espíritus y del premio de las obras,
cap. 52. cuando presentamos abundantes sufragios por
De pro fundís etc.,y conclusión, como en lap. 26 las almas del Purgatorio! Así como el esfor-
De Guzmati la oracion, muy gustosos zado Judas Macabeo, dió una prueba irrefra-
Os ofrecen piadosas las gentes, gable de su religiosa creencia en la otra vida,
En favor de las almas dolientes cuando ofreció en el templo de Jerusalén, las
Porque sois Madre augusta, de amor. doce mil dracmas de plata por la expiación de
Si aun los truenos, si aun las tempestades sus difuntos hermanos, así, cuando nosotros
A una seña de tí, luego calma, ofrecemos sufragios por los muertos, demos-
Haz señal, y al instante las almas tramos muy bien que creemos que no han si-
Cesarán en su pena y dolor.
— 148 —
4o ellos reducidos á la nada, sino que viven y uuo de los más poderosos estímulos para prac-
viven en comunicación con nosotros: que ven- ticarlas, ¿cómo podremos dispensarnos, ¡oh cris-
drá dia en que iremos á reunimos con ellos, tianos! de sufragar á las almas del Purgatorio,
y que enviamos por delante provisiones de o- en que se ejercita con tanto mérito una exce-
bras piadosas, las cuales al presente serán d e lente obra de fe?
provecho para ellos; pero que mucho más a- PUNTO I I I .
provecharán á nosotros cuando vayamos á u- Mas ofreciéndose piadosos sufragios, ¿á dón-
nirnos con ellos en el otro mundo. No seamos, de se envían las almas? Se evían al cielo, pa-
pues, avaros con ellos; porque cuando más li- ra ser eternamente felices con Dios. Hé aquí
berales seamos con ellos en vida, tantas ma- otro sublime objeto de la fe, que ejercitamos
yores ventajas reportaremos para nosotros con los sufragios. No es un fin terreno y ca-
mismos, despues de la muerte duco el que mueve la piedad de los fieles para
PUNTO IR. con los difuntos; la fe no tiene miras mezqui-
Los reyes de la tierra, no son reyes sino de nas y bajas. Ella desplega un vuelo de la tie-
los que viven. La muerte sustrae á los hom- rra al cielo, descorre el velo de la divinidad, y
bres de su imperio, y Dios sólo es el soberano en el seno de aquel Sér inmenso, que es todo
de los vivos y de los muertos, delante del cual felicidad por esencia, nos muestra el término á
hasta los muertos viven. Cuya verdad confe- que ¡legan las almas socorridas por nuestra pie-
samos de hecho, cuando rendidos ofrecemos á dad. Ya se considere por tanto, el principio do
Dios sufragios por los difuntos: reconocemos donde procede, ó los atributos divinos que en-
entónces su absoluto dominio sobre todo el u- grandece, ó el dichosísimo fin á que conduce
niverso: reconocemos la dependencia que tienen el sufragar á los difuntos, es uno de los pensa-
de él todos los mortales, bien sea los que vi- mientos más santos, uno de los actos más he-
ven ahora en el mundo, ó bien sean del núme- róicus de la fe. Sea, pues, este, el más fre-
ro de los que han pasado al otro; damos satis- cuente ejercicio de nuestra vida, y sea tanto
facción á la divina justicia, por los deméritos fecundo en obras, cuanto más vivificado esté
que estos cometieron en vida: damos satisfac- del espíritu de fe.
ción á la divina misericordia con librarlos del ORACION.
Purgatorio: nos ejercitamos, en suma, en los ac- ¡Oh Dios! Autor, objeto y premio de la
tos más meritorios de fe para con el Sér Supre- santa fe, nosotros no os conocemos en la tie-
mo. y si la nobleza y el mérito de las obras, es rra, más que bajo la sombra de los enigmas,
bajo el velo de los misterios: mas para las al- gida; mas ápesar de la atención con que fijó
mas del Purgatorio, el velo de la fe está en por todas partes sus miradas, no le fué posible
parte rasgado, y ya os experimentaron como descubrirle sino allá al último de todos, cubier-
juez, no resta, pues, más que os consigan co- to con un vestido de color oscuro, humedecido
mo premio. Completad, ¡oh Señor! para ellas, todo, y que apénas podia dar un paso. A vista
este último rasgo de vuestra justicia y bon- de semejante espectáculo virtió la inconsola-
dad. Entregaos á ellas como premio y corona ble madre un copiosísimo torrente de lágri-
de la vivisima fe que alimentaron en la tierra, mas, y con voz conmovida é interrumpida por
de la firmísima confianza de que se alimen- los sollozos: ¿por qué, le dijo, ¡oh hijo mió! vas
tan en el Purgatorio, y entóneos desaparecerá tan diverso de los demás, y tan abatido? ¿Por
toda la solicitud de su fe y de su esperanza, qué te quedas tan atrás de tus compañeros en
y sólo triunfará con la feliz posesion de vos, el camino? A lo que el triste jóven, ¿veis, ¡oh
la perfección de aquella caridad, de aquel a- madre! respondió, esta vestidura tan lúgubre
mor, que en la tierra, en el Purgatorio y en y tan mojada? Este es el beneficio del luto que
el cielo, las abrasó v las cousumirá eternamente. conserváis por mí, el fruto de las lágrimas que
EJEMPLO. por mí derramais. El llanto y el luto me agra-
A una madre que por lar^o tiempo habia van y me impiden moverme con paso velóz co-
llorado incesantemente por la muerte de su hi mo mis compañeros. ¡Ah! Poned término de
jo, sin socorrerle empero, con los sufragios de una vez al doloroso desahogo de la naturaleza,
la religión, á fin de dirigir á un fin más prove- y si deveras me amais y deseáis verme feliz,
choso su ternura, demostró el Señor en espí- reanimad vuestra fe, y socorredme con las o-
ritu una solemne procesion de jovencitos, los bras de fe y de caridad. Haced piadosos sufra-
cuales engalanados con vestiduras blancas, en- gios, como hacen las otras madres, no ménos
riquecidas con varios adornos, se dirigían ale- tiernas; pero más religiosas y sabias que vos;
gres hácia un magnífico templo. El templo e- entónces podré, dichoso y feliz, caminar más
ra el cielo, las vestiduras blancas, eran las ves- ' presto, y llegar con mis compañeros al suspi-
tiduras de la fé. y los varios adornos eran las rado término del Paraíso. En esto desapare-
obras de caridad de que estaban enriquecidos. ció la visión, y quedó la madre tan solícita de
La desolada madre, que tenia siempre fija la allí en adelante en procurarle socorros espiri-
mente y el corazon en su perdido hijo, con su- tuales, cuanto habia sido en lo pasado liberal
ma ánsia lo buscaba entre aquella turba esco- en derramar por él incesantes lágrima?. El mis-
— 153 —
tisfaccion de tan grande mérito, perdona á la
mo sentimiento de fe se excite en nosotros pa-
mísera criatura la deuda de sus pecados, y la
ra con nuestros difuntos, y nos haga, no tanto
constituye de nuevo en el derecho del reino
sensibles para llorarlos, cuanto piadosos para
eterno: hi deseamos, por tanto, eficazmente y
socorrerlos con buenas obras.—Tomás Cantim-
de veras, ver perdonada la deuda de las almas
prat, lib, 2. Apum. eap. 33, n. 17.
que penan en ia cárcel del Purgatorio, y ver-
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
las entrar prontamente en la posesion del feliz
rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
reinado que las aguarda, ofrezcamos á menu-
Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
do á Dios, por ellas, el precio de la redención,
fieles difuntos, (y ^particularmente de N. N.)
ofrecido por su divino Hijo en el Calvario. A-
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
6Í lo hacia la B. Arcóngela Panigarola, para im-
6us almas, por la sangre que derramó su divi-
petrar la libertad de su padre Gotardo, del
no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
Purgatorio, y la obtuvo en pocos dias; así
JACULATORIA.
también la obtendremos nosotros para nues-
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
tros muertos si imitamos su constancia y fer-
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
vor. Octavio in Vitiat, de la Soc. de Jes.,
ría y Réquiem.
en la vida d e . la B. Arcángela Panigarola.
Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
P . 1, c. 11.
ría por los propagadores de esta devocion.
SUFRAGIO. •o : i áiíéíii»teoxí» «¡-m ttKt <toi'j3":q no '»qi9Uü
Tu quoque in sanguine Testamenü tui emisis- De i rofun dis etc.,y conclusión, como en la p. 26.
tí viudos tuos de lacu. Zach. 9, 11. Con la pre-
ciosa oblacion de la sangre del Nuevo Testa- ¡Oh padre de los vivientes!
mento, se libran del profundo lago del Purga- Por quienes sangre Vertiste,
torio, las almas de los difuntos. A quienes tu amor les diste
El espectáculo más-sublime de nuestra fe Enclavado en una cruz.
'• f 1
es el del Calvario, donde Jesucristo derramó * i,
6obre el madero de la cruz toda su sangre, por
No olvides á los difuntos, . oh ioJ
las llagas abiertas en sus manos, en sus piés y
Dales consuelo á sus penas,
en su costado, en rescate del linaje humano.
R« mpe sus duras cadenas,
No puede la divina justicia resistir á tan tier-
Y dales eterna luz.
no espectáeuloj y viéndose vencida por la sa-
— 155 —
PUNTO I I .
Cuando nos decidimos á socorrer la indigen-
Dia veintitrés. cia de nuestros semejantes, nos mueve por lo
MEDITACION.
común un espíritu por naturaleza sensible y
El sufragar á las almas del Purgatorio, piadoso. La vista de una necesidad preceden-
es uno de los actos más heroicos te hiere fuertemente nuestros sentidos, y se a-
de caridad. podera de nuestro corazon de tal manera, que
PUNTO I . casi no está en nuestra facultad rehusar el so-
Entro las virtudes del cristianismo, la cari- corro; involuntariamente brotan las lágrimas
dad es la mayor, dice San Pablo, y se ejerci- de nuestros ojos, la mano 6e mueve espontá-
ta en el grado más perfecto cuando se soco- neamente en su auxilio, y cuanto más bien
rren las miserias de las almas del Purgatorio. formado esté un corazon, tanto más se afec-
Gran caridad es dar de comer a 1 hambrien- ta por compasion sensible y por ternura. Pero
to que desfallece, vestir al desnudo que se cuando empleamos nuestra beneficencia para
hiela de frió, visitar al enfermo que gime en- con el purgatorio, no hay ningún objeto que
tre dolores. Mas el objeto de tal caridad es el esté bajo el dominio de los sentidos: nuestro
cuerpo, miéntras que el de los piadosos sufra- ánimo está purificado de toda eraocion terre-
gios es el alma, y cuanto el alma excede al na: nuestra caridad es del todo espiritual. Por
cuerpo en precio, tanto más excelente es la ca- lo mismo se acrecienta siempre su mérito, lo
ridad hácia los muertos que hacia los vivos. que nos debe estimular á practicarla con todo
No se pretende por eso con el ejercicio de la empeño.
una excluir el de la otra, ántes bien, elfindel PUNTO M .

cristiano debe ser unirlas á entrambas, y con La caridad, en fin, tiene su órden y requie-
una mano socorrer al pobre, y con la otra su- re que se provea ante todas cosas á quien ya-
fragar al Purgatorio; puesto que con la doble ce sumergido en las más graves miserias, á
caridad se ayuda más copiosamente á unos y quien ménos puede ayudarse por sí mismo, á
á otros, y nos asemejamos más al Divino Au- quien está unido con nosotros con más estre-
tor de Nuestra Santísima Religión de Jesucris- chas relaciones, y á quien está más adelanta-
to. Esforcémonos, por tanto, en perfeccionar do y firme en la amistad de Dios. Pero ¿qué
tan bella obra, y alcanzaremos copiosas bendi- miserias por grandes que sean en esta tierra
ciones de la tierra y del cielo. pueden compararse con la más ligera pena del
— 157 —
Purgatorio? ¿Quién más, que aquellas almas tinguible amor en beneficio y alivio de los di-
encerradas en aquella cárcel es imcapaz de a- funtos. ¡Oh caridad, caridad de Dios! ¡Ah! in-
yudarse, puesto que nada pueden merecer por flama nuestros corazones, y nuestro ardor sa-
sí misma?? ¿En dónde se hallará quien tenga brá entófices superar al del Purgatorio, para
con nosotros mayores relaciones que ellas, hacer felices eternamente las almas sumergi-
siendo así que cuanto hay en la sociedad, en das en aquellas vpracísimas llamas.
la Iglesia, en el órden de la naturaleza y-de
EJEMPLO.
la gracia, nos liga á ellas con dobles vínculos?
¿Y quién finalmente puede sobrepujarlas en el Gran cuestión se suscitó un dia entre dos
carácter de la santidad y de la amistad ¡con insignes religiosos de la Orden de Predicado-
Dios, estando ya confirmadas en la gracia y res, Bertrán y Benito, sobre cuál fuese acto
en los dones deí Señor? Todo, pues, concurre más sublime de caridad, si emplearse en su-
á dirigir nuestra omdad hácia ellas; y ¿á pe- fragar á los difuntos, ó en convertir á los pe-
sar de tan grande impulso que por todas par- cadores. Sostenía Bertrán la parte de los pe-
tes recibimos, permaneceremos perezosos é in- cadores diciendo: que el Verbo Divino habia
dolentes? .¡Ah! reanímese en nuestro corazón venido del cielo á la tierra expresamente á bus-
la caridad viva del cristianismo, y hagamos carlos, que están en continuo peligro de per-
sentir á aquellas almas los más copiosos derse eternamente, y que cooperar á su salud
efectos. es lo mismo que cooperar á la grande obra de
ORACION.
la redención divina; miéntras que las almas del
¡Oh eterna caridad de Dios, de quien se pro- Purgatorio están ya en estado de seguridad, y
paga toda caridad en el mundo! ¡Ah! descien- si sufren tormentos, estos son temporales y en
da sobre nuestros corazones una centella de tu breve irán á gozar la gloria eterna del Paraí-
divino fuego para hacer nuestra caridad verda- so. A todo esto replicaba Benito defendiendo
deramente perfecta. Entónces tendremos más la causa de las almas del Purgatorio, que des-
en consideración las miserias de los espíritus; pues de su muerte el Redentor descendió á la
que las de los cuerpos; entónces nuestra cari- prisión para librarlas de sus cadenas, y que si
dad será purificada de todo afecto sensible y los pecadores están ligados por las culpas, sus
terreno; entónces conservará sus grados y la vínculos son voluntarios, y que pueden rom-
perfección de aquel órden que procede de tí, perlos con la gracia de Dios cuando quieran,
y se convertirá como en un incendio do inex- miéntras las del Purgotorio están allí deteni-
—158 —
das en atrocísimos tormentos, sin poderse ayu- rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
dar de modo alguno. Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
. Por lo cual, así como es más digno de ser fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
socorrido un enferno acosado de dolores, el suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
cual no puede hacer uso de sus miembros pa- sus almas, por la sangre que derramó su divi-
ra ayudarse, que un méndigo sano y robusto no Hijo, diciendo cineo veces la siguiente:
que por mera poltronería yace en el más as- JACULATORIA.
querosa miseria, así debe preferirse siempre el Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
socorro de las almas desoladas del Purgatorio, Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
que la conversión de los pecadores; aunque la ría y Réquiem.
obra más perfecta será aquella que haga es- Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
tensiva la caridad á las unas y á los otros. ría por los propagadores de esta devocion
Pero Bertrán fio cedia al peso de tan convin- ' ^ SUFRAGIO.
centes razones, por lo cual permitió el Señor lrnus quisque vestrum apud se seponat, re-
que una alma del Purgatorio en una noche viniese consens quod ei bcne plucuerit. 1 Cor. 16. 2.
á su encuentro con un enorme peso material y Procure cada uno de nosotros ahorrar alguna
que se lo cargase sobre las espaldas, y así ago- cosa para emplearlo en beneficio de las pobres
biándole le hiciese sufrir mucho, para que re- de este, y del otro mundo.
conociese por experiencia aquella verdad que El P. Juan B. Magnanti, del Oratorio, lle-
negaba raciocinando. Despues de esto cedió vaba consigo una bo^a en donde echaba todos
muy de veras á socorrer las almas de los difun- los ahorros que podia hacer en sus gastos per-
tos con todo género de sufragios, y fué despues sonales, y todas las limosnas que lograba reco-
tanto más devoto del Purgatorio, cuanto en lo ger de la beneficencia de los demás, y la lla-
pasado habia sido poco solícito. No siempre maba crumenam animarum, esto es, la bolsa de
permite Dios estos sucesos, mas el hecho de las almas, porque era un fondo destinado tan-
Bertrán sea una instrucción útil para nosotros to al socorro de los pobres, cuanto al sufragio
que nos enfervorice en la devocion y en el ali- de las almas de los difuntos. Si nosotros
vio de aquellas infelices prisioneras.—Fr. Teo- queremos satisfacer todas las exigencias del
doric de Apol. lib. 3 de la vida de Santo Do- mundo, aun cuando tengamos un rico patrimo-
mingo c. 8. nio, jamás no3 bastará para cubrir los gastos
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- de necesidad y de lujo. Conviene ahorrar al-
go en nosotros mismos, y entónces tendremos tes, sino también las bestias hácia los de su
siempre un fondo pronto é inagotable para sa- especie; ese sentimiento no se extingue en el
tisfacer los deberes de caridad para con nues- hombre con la muerte, sino que dura más allá
tros prójimos, tanto de este mundo como del del sepulcro. No hay nación tan bárbara sobre
otro. Tengamos, pues, también nosotros nues- la tierra, que no tenga cuidado de sus muertos,
tra crumintto animvrum, ó sea nuestra bolsa que no sienta piedad de sus almas, y que no
de ahorros en f*vor de los vivos y de los muer- procure sufragarlos de alguna manera. La mis-
tos, y establezcamos desde hoy las partidas ma naturaleza, pues, nos lleva á tener compa-
de qué hemos de cercenar alguna cosa para el sión del infelicísimo estado de las almas del
caritativo socorro de nuestros hermanos. Juan Purgatorio, á las que estamos unidos por la hu-
Marciande la Congregación del Oratorio. Tom. manidad, y seria una crueldad el resistir á un
sentimiento tan vivo del corazon humano.
1. lib. 2 o. 29.
PUNTO I I .
De pro fundís etc.,y conclusión, como en lap. 26
La religión no rompe los vínculos de la na-
Cuán despreciable es el oro
Que el hombre tanto desea, • turaleza, ántes bien los estrecha, los refuer-
Pues que muchas veces sea za, los perfecciona. El vínculo de la fraterni-
Ministro de la maldad. dad universal que tenemos con todos los hom-
Mas si para alivio al mísero bres por razón de la descendencia de nuestro
Lo conserva el sabio: entónces primer padre Adán, es mucho más íntimo y
Ministro de eternos goces perfecto entre nosotros los cristianos por razón
El oro también será. de la religión que nos reúne á todos en Jesu-
cristo. El es la cabeza de todos los fieles, y
Dia veinticuatro. cada uno de estos es miembro de su cuerpo
MEDITACION. místico, la Iglesia. Debemos, pues, mirar á
Razones generales que nos obligan á socorrer las almas del Purgatorio como una parte del
á las almas del Purgatorio. todo, como á una porcion de nosotros mismos,
PUNTO I . porque no están separadas de la Iglesia, sino
El amor es la vida del corazon, y la natura- que ántes bien forman la porcion más escogida
leza ha impreso de tal modo este sentimiento que presto será glorificada en el cielo. Trasla-
en todos los vivientes, que no sólo lo experi- démonos. pues, en espíritu al Purgatorio con
menta la criatura racional hácia BUS semejan- los sentimientos de una religión llena de cari-
21
— 163 —
dad, y consolemos á aquellas afligidísimas al- el amor á la patria, para que viviendo se ayu-
mas en sus angustias. dasen entre sí, y no se olvidasen los unos de
PONTO I I I . los otros despues de la muerte. ¡Ah! tú que
La razón de patria nos constituye más veci- eres el autor de todo generoso sentimiento, re-
nos y allegados á aquellos que tuvieron con nueva entre nosotros la observancia de leyes
nosotros un mismo y común suelo natal. El co- tan santas, la emulación de tan venerables
nocimiento especial de cada uno de ellos, las máximas, la práctica de amor tan saludable,
diversas relaciones que á ellos nos ligan, la u- para que inflamado nuestro corazon de este tri-
niformidad de costumbres y de los hábitos que plicado espíritu de beneficencia, pueda derra-
se adquieren viviendo en su compañía, son o- mar con generosa abundancia sufragios en el
tros tantos títulos en nuestro corazon que nos Purgatorio.
obligan á tener una peculiar consideración con EJEMPLO.
nuestros couciudadanos, así en esta como en Graciano Panzoni, cura párroco de Arona,
la otra vida. En esta misma vida comenza- era tan dado á las obras de piedad, que solía
mos las relaciones de la patria, que se comple- socorrer á los difuntos en el cuerpo y en el al-
tan despues en aquella gran patria del cielo, ma: en el cuerpo, dándoles sepultura, en el al-
en donde estaremos todos reunidos en una e- ma, sufragándolas de continuo. Tuvo particu-
terna caridad. Mas hasta tanto esto no se larmente un vasto campo para ejercitar su ca-
cumple, siempre nos obligan los deberes de ridad en un año, hizo por aquella comarca te-
patria, que deben animarnos á hacer tanto más rribles estragos. Pereció un guan número de
generosos para con el Purgatorio, cuanto que ciudadanos y de soldados napolitanos de la
se encuentran ya en el último grado de nece- guarnición, y el buen párroco se dedicó ente-
sidad aquellas almas benditas. Traigamos por ramente á asistirles con medicinas y servicios
tanto continuamente á la memoria los tres re- personales en la enfermedad, con sepultarlos
feridos títulos de naturaleza, de religión y de despues de la muerte, y con sufragarlos en la
patria, y así no3 moveremos eficazmente á ge- otra vida. Pasando el contagio, miéntras que
nerosa piedad para con los difuntos. un dia se paseaba junto al cementerio con el
ORACION. piadosísimo Gobernador de aquella ciudad D.
¡Gran Dios! t ú inspiraste é imprimiste en Alonso Sánchez, vieron entrambos salir de u-
los corazones de los hombres las leyes de la na parte de aquel sagrado recinto y entrar por
naturaleza, tú las máximas de la religión, tú otra una fila de personas cubiertas de un lú-
, —164 — — 165 —
gubre manto. Cuanto más fijaban la vista, rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
tanto más les parecia la cosa ménos natural, Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
por lo que empezaron á creer seria una visión fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
misteriosa, y entraron en gran deseo de saber lo suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
que querian dar á entender, y lo que pretendían sus almas, por la sangre que derramó su divi-
aquellos que salían y entraban en procesion. no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
Aquellas, decía el gobernador, son las almas JACULATORIA.
de los pobres soldados de la guarnición muer- Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
tos poco há, las cuales, no teniendo quien las Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
socorra, imploran de este modo nuestra piedad. ría y Réquiem.
A mí me parece, respondió el párroco, que son Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
así las almas de los soldados extranjeros como ría por los propagadores de esta devocion.
las de nuestros conciudadanos difuntos, pero SUFRAGIO.
como quiera que sea, todos fueron hombres co- Omnis populus comuni lamentatione etfietu «-
mo nosotros, todos son nuestros hermanos en náni mes preces suas Domino effuderunt
Jesucristo, y nos pertenecen por naturaleza, finito -fleta et Oratione completa, consolaii
por religión y por patria. Socorrámoslos, pues, sunt. Judith 6. 14. Los sufragios comunes y
á todos, repusieron ambos de común acuerdo, las preces públicas por los difuntos, hacen tan
y unidos en santa caridad ordenaron, que a- dulce violencia al corazon de Dios, que suelen
(Juella misma noche se diese con la campana de ordinario producir un felicísimo efecto.
la señal para un sufragio general de misas que Cuando en las familias religiosas, en las co-
deberían celebrarse en su sufragio la maña- fradías ó reuniones piadosas muere algún suge-
na siguiente. Los motivos de naturaleza, de to perteneciente á ellas, deben todos los otros
religión y de patria, que movieron á estos pia- hermanos sufragarle según los diversos insti-
dosos personajes á tan generoso socorro, mué- tutos de cada una, y particularmente cuando
vannos también á nosotros á recordar frecuen- se celebran oficios y aniversarios comunes y
temente y á sufragar con mano generosa las generales, á los cuales están obligados á asis-
almas de los difuntos que gimen en el Purga- tir. Todos los hombres, todos los fieles, todos
torio.—H. Marco Ardo. Bon. de la Soc. de los ciudadanos, formamos cada uno en su posi-
Jes. en la vida del Ven. Graciano Panzoni c. 8. ción respectiva, una 6ola familia, y por eso to-
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- dos deben concurrir á los sufragios que cele-
—167 —
—166 —
vas. Ahora bien, ¿qué almas son las que habi-
bran por los difuntos, la Iglesia, la patria y la
tan el Purgatorio? Considerémoslo bien con
devocion de los fieles, y este sea precisamente
los ojos del espíritu. ¿No son estas las de nues-
el propósito de h o y , de no faltar jamás á los
tros antepasados tan afanosos, de nuestros pa-
públicos y generales sufragios que en este lu-
dres tan solícitos, de nuestras madres tan tier-
gar se hacen por las almas del Purgatorio.
nas, de nuestras esposas tan amadas, de nues-
Deprofundis etc., y conclusión, como en la p. 26.
tros hijos tan queridos, de nuestros hermanos
Con lágrimas en los ojos
tan benévolos? ¿No son aquellas mismas con
Elevemos nuestro ruego:
las cuales estábamos unidos con los más estre-
o Cese ¡oh Dios! el vivo fuego
chos vínculos de sangre, y que formaban con
En q u e esas almas están.»
nosotros una misma familia? ¿Y podremos ce-
Y Dios compasivo y bueno
rrar los ojos sobre sus miserias y no movernos
Atenderá nuestro llanto,
á piedad de su estado?
Y h a r á cesar su quebranto
PUNTO II.
Y en placer lo tornará.
A las voces de la sangre prevalecen tal vez
Dia veinticinco. las de la amistad, porque son más conformes
MEDITACION. á nuestra índole, y á la elección de nuestro
Otras razones especiales que nos obligan á su- ánimo. E l parentesco hace más relación al
fragar á las almas del Purgatorio. cuerpo, y la amistad une propiamente las
PUNTO I . almas y las estrecha de tal modo, que vienen
á hacerse indivisibles. La muerte no puede
La sangre, la amistad y los beneficios, son
ni debe separarlas. E s t a cambia las relacio-
títulos tan sagrados que no pueden ni deben
nes de amistad, no las destruye; pues si los a-
olvidarse j a m á s . La voz de la sangre habla
migos comunicaban entre sí en vida con las vo-
siempre al corazon, y se deja oir en este mun-
ces y con los oficios recíprocos de humanidad,
do no ménos q u e en el otro. Todos tenemos
despues de la muerte deben comunicar con la
parientes a q u í y allá, aquí están los vivos, a-
piadosa memoria y con los sufragios de la re-
llá los muertos, y somos deudores de ciertos
ligión para la adquisición de la eterna bien-
oficios que la sangre reclama para con los unos
aventuranza. Quien abandona á los amigos en
y los otros. Quien no cuida de los suyos, de-
la miseria, es un desnaturalizado, es un impío.
cía San Pablo, e s un bárbaro, un desleal, peor
Yo amaba en vida con la más tierna amistad
que los salvajes mismos que moran en las sel-
- 169 —
ilos que nos beneficiaron á costa de merecer el
á Teodosio, decia el Santo Obispo Ambrosio,
Purgatorio por nosotros.
y era plenamente correspondido; si la muerte
ORACION.
me lo ha arrebatado, no por eso dejaré de se-
Dulcísimo Señor nuestro, ¡oh cuántos títu-
guirlo con el afecto á la región de los vivos,
los nos mueven y nos obligan á tener piedad
ni lo abandonaré jamás con los oficios de pie-
para con los difuntos! Oblíganos la sangre con
dad, hasta que con mis oraciones y con mi
sus vínculos, la amistad con* sus afectos, los
llanto no llegue á conseguirle la vida eterna.
beneficios con su correspondiente gratitud, y
Hé, aquí, oh amigos del mundo, el ejemplo
no hay sentimiento en nuestro corazon que no
que debeis imitar.
respire conmocion y piedad hácia ellas. Por
PONTO N I . tanto, con todos los sentimientos de nuestro co-
No sólo por los parientes y amigos, sino tam- razon, os suplicamos tengáis piedad de nues-
bién por los bienhechores debemos hacer espe- tros difuntos, y por la ternura que mostraron
cial memoria en nuestros sufragios. Los bene- en vida hácia nosotros vuestros siervos, sacad-
ficios deberían imprimir en nuestro ánimo un los de la profunda cárcel de tormentos en que
sentimiento eterno de reconocimiento; no hay gimen, y llevadlos á vuestra bienaventurada
cosa de mayor oprobio en el mundo qu¿ mere- mancion, á recibir el eterno galardón de su be-
cer el nombre de ingrato. El ingrato se degra- néfico amor.
da hasta hacerse de peor condicion que las bes- EJEMPLO.
tias, las cuales se muestran reconocidas para Habiendo perdido á su padre la venerable
con quien las beneficia. Mas ¿quién hay que Sor. Catarina Paluzzi, por ocho dias continuos
pueda vanagloriarse de no haber recibido bene- la devota hija no hizo otra cosa que sufragar
ficio alguno de los fieles difuntos? Si fuimos á su alma. Innumerables fueron las peniten-
conservados y alimentados, si recibimos edu- cias en que se ejercitó, prolongaba la oracion
cación é instrucción, si poseemos honores y ri- quo tenia con el mayor fervor el día y la no-
queza?, ¿no debemos todo esto al exquisito cui- che, no omitía ganar indulgencia alguna en
dado que tuvieron de nosotros? Y ¿quién sa- aquel tiempo, y dando fin á aquel sagrado oc-
be si por habernos procurado demasiadas ven- tavario con multitud de misas á que ella asis-
tajas no estén expiando entre las llamas el desor- tía personalmente con suma piedad. Confiaba
denado amor que nos tuvieron? Seria, pues, la piadosa hija que con esto habría ya propor-
una muy bárbara crueldad el olvidar á aque- cionado á su padre la posesion de la eterna fe-
22
— 171 —
licidad; más jcuán 110 fué su sorpresa, cuando niendo por obra todos los medios á fin de con-
arrebatada en espíritu fué conducida por el seguirlo; que todo esto exige el débito del a-
Salvador y por su especial abogada santa Ca- mor filial, todo, la deuda de la naturaleza y de
talina de Seua al Purgatorio, y vió en qué a- la sangre.—Fr. Domingo M. Márquez en el
bismo de dolor yacía el alma de su padre! No diar. dominio, din 19 de Octubre en la vida de
podía creer primero sus propios ojos, más se le la Ven. Catalina Paluzzi.
comprimió el corazon cuando vino á herir sus Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
oidos la voz de su mismo padre que la llamaba rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
por su nombre, y le suplicaba con profundos Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
gemidos le socorriese en sus penas. Quería res- fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
ponder la hija y decirle muchas cosas; pero suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
impaciente por prestarle el requerido auxilio, sus almas, por la sangre que derramó su divi-
bañado el rostro en lágrimas, se postró á los no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
piés de su celestial esposo Jesús, rogándole que JACULATORIA.
por los méritos de su sangre divina librase á Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
su padre de aquel infelicísimo estado. Des- Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
pues se volvió á Santa Catalina, para que con ría y Réquiem.
su poderosa intercesión avalorase sus humildes Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
preces, y en fin, para satisfacer á la divina jus- ría por los propagadores de esta devocion.
ticia; yo, añadió, ¡oh gran Dios! yo tomo sobre SUFRAGIO.
mí las culpas de mi padre, yo las expiaré con Panen tuum super sepulturam j'usti conüitue.
los padecimientos que fuerer. más de vuestro Tob. 4.18. Demos á los muertos alguna porcion
agrado imponerme, mas mi padre sea salvo, de nuestro alimento, dando de comer al pobre.
sea libre mi padre: y con medio tan eficaz con- Entre los antiguos hebreos y los primitivos
siguió inmediatamente rescatarlo del Purgato- cristianos, habia la costumbre de celebrar ban-
rio, y hacerlo feliz en el cielo por toda la eter- quetes do caridad sobre las tumbas de los di-
nidad. Nunca será demasiado cuanto hagamos funtos, á los cuales se invitaban á los sacer-
por nuestros padres. Si ellos nos dieron la vi- dotes, á los parientes y á los pobres, para que
da, nosotros debemos en cambio procurarles la ántes y despues de la comida rogasen por las
gloria, empleándonos en esto sin cesar, é ínter- almas de aquellos á quienes eran consagrados
poner para ello la intercesión de los santos, po- estos ágapes mortuorios; si bien se abolieron
que sabe, jeneralmente hablando, resistir jos
en lo sucesivo por los abusos que en ellos se
impulsos del corazon, y á vista de las mise-
introdujeron, sin embargo, aconsejaban los sa-
rias de los otros, se conmueve de tal manera,
grados pastores que se sustituyeran aquellos
que da y promete todo cuanto puede. Estos
convites con comidas particulares á los pobres,
efectos de la benéfica naturaleza, se palpan
á fin de que rogaran á Dios por los muertos
particularmente en la circunstancia de la
con tanto mayor férvor, cuánto con más libe-
muerte, cuando en el momento de separarnos de
ralidad se hubiesen apacentado en el cuerpo y
las personas que nos son tan queridas, nos en-
confortado en el ánimo. Sigamos nosotros tan
comendamos á su piedad, y movidos á compa-
saludable consejo, y para corresponder á las
sión les ofrecemos y reprometemos una eterna
voces de la sangre, de la amistad, y de los
memoria, y una perenne comunicación de pia-
beneficios de los difuntos, hagamos que repor-
dosos sufragios. Mas, ¡ay! Con el sonido lú-
ten alguna ventaja de nuestra mesa, privándo-
gubre de las campanas so desvanece por lo co-
nos de alguna vianda cualquiera para donar-
mún la memoria de los muertos, y concluidos
la á los pobrecitos de Jesucristo, á fin de di-
aquellos últimos oficios de la religión, ningún
rigir al Ser Supremo por su medio, nuestras ora-
sufragio se hace ya por aquellas desoladas al-
ciones y votos. Est. Job. el cap. 4. 18 de Tob.
mas, que reclaman en vano de entre las lla-
De -profundís etc., y conclusión, como en la p. 26.
mas, la fe de la aceptada promesa. ¿Querre-
Pide pan estendiendo la mano
mos también nosotros, quebrantar la palabra
El que de hambre ¡infeliz! desfallece,
dada á nuestros muertos? ¡Ah, no! Que cuan-
Corazon cual de piedra parece
to más vehementes son los padecimientos en
Tiene aquel, que no diere á este pan.
el Purgatorio, tanto más viva debemos con-
Porque el pan que al hambriento donares,
conservar su memoria, tanta mayor fidelidad
Y que causa á su pena consuelo,
y constancia debemos mostrar en las promesas.
A las almas purgantes el ciclo
PUNTO I I .
Ante Dios, para siempre obtendrá.
Muchas veces, empero, el débito do sufra-
Dia veintiséis. gar á las almas de los muertos, no sólo dima-
MEDITACION. na de promesas, sino también de justicia, y es-
to se verifica, cuando tenemos que satisfacer
Deberes de justicia para con el Purgatorio.
legados piadosos. La religión, la justicia y to-
PUNTO X.
do el órden social, prescribe y manda la ejecu-
El hombre ha sido formado de tal modo,
cion de los piadosos legados, y aquellos que no tan severas, nos dan bien á conocer, cuán gra-
los cumplen, apropiándose sus rentas, son de- ve delito sea el defraudar de los sufragios
fraudadores, son ladrones sacrilegos, son desa- prescritos, la esperanza de los muertos. Pues
piadados verdugos de las almas abandonadas si los mismos gentiles eran tan religiosos para
á la voracidad del fuego; contra los cuales re- con los muertos, que no se atrevian á apode-
claman así las leyes divinas como humanas. derarse ni aun de sus vestidos, sino que junta-
¡Miserable de aquel que se alimenta de las o- mente con el cadáver los quemaban en holo-
blaciones de los muertos! El cree tener una causto, ¿con cuánta mayor razón deberían los
buena mesa impunemente, y no advierte que fieles emplear en sufragio de los difuntos, lo
se alimenta de un manjar que, cuanto es bené- que ellos mismos se reservaron para su alma?
fico para los difuntos, otro tanto es pernicioso
ORACION.
para los vivos. Muchas son las familias que se
arruinan por no haber satisfecho las obligacio- No permitáis jamás, ¡oh gran Dios! que no-
nes de misas, y demás piadosos legados de los sotros faltemos á los deberes de justicia, con
autores de sus dias. Seamos, por tanto, no só- las almas santas del Purgatorio. Harto sagra-
lo diligentes, sino aun escrupulosos sobre este do £S su derecho, muy imponente es nuestra
particular, para no atraer sobre nuestra cabeza, deuda, asi por las promesas que les hicimos,
las maldiciones del cielo. como por los legados por ellos impuestos. Son
PONTO III. muy justas las leyes de la Iglesia contra los
El Concilio de Trento, impone á los seño- sacrilegos defraudadores de las obras pías, y
res obispos la obligación de vijilar cuidadosa- merece justamente vuestra terrible indignación
mente el cumplimiento de los piadosos legados, el que quiere alimentarse con el pan de los
el Yacence, aprobado por san León el grande, muertos. Mas nosotros, ¡oh Señor! queremos
ordena, que sean arrojados como infieles do satisfacer plenamente todas las obligaciones
los lugares sagrados, los que se apropian las que nos incumben, y os suplicamos os digneis
obligaciones de los muertos, ó retarden el en- aceptar esta satisfacción en descuento de lo
tregarlas á la Iglesia, y otros concilios orde- que nuestros difuntos deben á vuestra justicia,
nan que sean separados estos, de la comunion para que cuanto ántes, puedan verse libres de
eclesiástica, por todo el tiempo que dilanten las abrasadas cadenas del Purgatorio,, y con-
la ejecución de la piadosa voluntad de los di- seguir la tan suspirada y dichosa libertad del
funtos. Estas leyes tan rígidas, y estas penas Paraíso.
— 176 — — 177 —
EJEMPLO. próxima, y despues de la muerte un singular
Ua buen soldado que hasta la vejez habia castigo para ejemplo de otros. Y no sólo serás
servido honradamente á Cario Magno, ha- castigado por tus culpas, sino también por las
llándose en artículo de muerte, llamó al úni- mias, y pagarás por mí lo que me quedaba por
co sobrino que quedaba de la familia, y no te- satisfacer á la divina justicia. Desfallecido á
niendo más bienes que un caballo con sus a- tal intimación el sobrino, y pensando arreglar
rreos, le' encargó que lo vendiese despiíes de sus cosas para la otra vida, cumplió el legado
su muerte, y emplease el precio en sufragios de su tio, dispuso su propia alma para evitar
de su alma. Aceptó el sobrino el deber de la muerte eterna, mas no pudo evitar la enun-
cumplir la voluntad de su tio, quien murió de ciada muerte del cuerpo, que de allí á pocos
alli á pocas horas; pero el hecho no corres- dias vino á arrebatarlo. La ingratitud y la in-
pondió á la promesa. Era el caballo tan pre- justicia para con los difuntos, es muy aborre-
cioso que comenzando el jóven á servirse de cible á los ojos de Dios, que la castiga mu-
él en algunos viajes, le pareció tan bueno, que chas veces en este mundo y en el otro. Sír-
se le hacia cosa muy dura el deshacerse de él. vanos, pues, de lección saludable el ejemplo de
Iba, por tanto, dilatando la venta, y p a s a d o otros, para no cometer tan grave delito.—To-
dias y aun meses, se adormeció su conciencia más Cantinp. lib. 2. Apun. c. 53. n. 25.
de manera, que llegó á olvidarse enteramente Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
de su tio, y de la obligación que le habia de- rías y Réquiem, en memoria de la pasión de
jado, tanto, que ya miraba el caballo como nuestro señor Jesucristo, en sufragio de los fie-
propio; pero miéntras disfrutaba de él tranqui- les difuntos, suplicando al Eterno Padre, que
lamente, una voz desconocida vino á turbar se apiade de sus almas, por la sangre que de-
su paz en una noche, y la voz era la de su tio, rramó su divino Hijo, diciendo cinco veces la
el cual le reprendió su cruel descuido: ¿por siguiente:
qué, lo dijo, has tu violado la obligación que JACULATORIA.
yo te impuse, y la fe que tú me juraste? Por
tí he debido sufrir largos y penosos tormentos Eterno Padre, por la preciosísima saDgre
en el Purgatorio; más por la misericordia de de Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave
Dios estoy ya libre, y en este instante vuelo María y Réquiem.
á gozar de la gloria eterna. Pero sábete, que Añadirémos un Padre nuestro y Ave Ma-
en°pena de tu delito te espera una muerte ría, por los propagadores de esta devocion.
23
—-178 — — 179 —
SUFRAGIO. Doblad los ruegos, y llegue, ¡ay! la hora,
Convertimini ad moniíionem vineíi spei an- Que calme y cese nuestro dolor.
nuntiantes duplieia Zach. 9, 12. Daremos á Así á vosotros, las afligidas
los muertos que fiaron en nosotros, una recom- Almas queridas, están diciendo,
pensa proporcionada, p o r j a s obras omitidas si Sufragios muchos de vos pidiendo,
las redoblamos, en número y en fervor. Por ir al cielo, por ver á Dios.
Reconvino un novicio difunto al Ven. Dio-
nisio Cartuciano, por no haber rezado por su
Dia veintisiete.
MEDITACION.
alma dos oficios que le había prometido en vi-
da, y miéntras procuraba Dionisio disculparse Ingratitud de la tierra para con
de su falta, el espíritu aparecido exhalando el Purgatorio.
profundos gemidos respondió: ¡oh! si tú pade- PUNTO I .

cieses la más pequeña parte de los tormentos Si todos los cristianos oyesen, como convie-
que yo sufro, ciertamente que no admitirías ne, las voces de la naturaleza, de la religión,
tantas escusas. Y entónces el cartuciano, no de la patria; si escuchasen las insinuaciones
sólo rezó con sumo fervor los dos oficios pro- de la sangre, de la amistad, de los beneficios;
metidos, sino que añadió otras muchas preces, si cumpliesen los deberes de sus prometimien-
en recompensa de su pasada negligencia. Exa- tos, y los que emanan de rigurosa justicia, de-
minemos nosotros si hemos omitido ó diferido berían llover en tanta abundancia los sufragios,
lo que debíamos á los difuntos, ya sea por tí- sobre el horno del Purgatorio, que bastarían
tulo de promesa ó de justicia, y si hemos imi- á extinguir aquellas ardientísimas llamas, que
tado ai cartuciano en su descuido, imitémosle abrasan á nuestros difuntos. Mas es tal la es-
mejor en la pronta reparación, y con muy a- terilidad de la tierra, que, ó no cae en él una
bundantes sufragios, hagamos una generosa re- sola gota de refrigerio, que mitigue tan gran-
compensa por nuestra indiferencia pasada, á des ardores, ó es tan rara, que se asemeja,
nuestros muertos. P. Godofr. Hesquen. con- por decirlo así, al rocío de la mañana, que en
tin. de los Bolán, in act. Sanct. 12 de Marzo la estación del calor más bien abrasa que re-
in la vid. del V. Dion. Cart. fresca. De aquí, es, que en vez de alivio, re-
ciben de la tierra aquellas almas, aumento de
De profundis etc.¡y conclusión, como en la p. 26.
pena y de dolor, á causa de nuestro cruel ol-
¡Almas ingratas que así olvidadas
vido, tanto más reprensible, cuanto mayores
Habéis estado, de nos, hasta ahora!
—-178 — —179 —
SUFRAGIO. Doblad los ruegos, y llegue, ¡ay! la hora,
Convertimini ad moniíionem vineíi spei an- Que calme y cese nuestro dolor.
nuntiantes duplieia Zach. 9, 12. Daremos á Así á vosotros, las afligidas
los muertos que fiaron en nosotros, una recom- Almas queridas, están diciendo,
pensa proporcionada, p o r j a s obras omitidas si Sufragios muchos de vos pidiendo,
las redoblamos, en número y en fervor. Por ir al cielo, por ver á Dios.
Reconvino un novicio difunto al Ven. Dio-
nisio Cartuciano, por no haber rezado por su
Dia veintisiete.
MEDITACION.
alma dos oficios que le había prometido en vi-
da, y miéntras procuraba Dionisio disculparse Ingratitud de la tierra para con
de su falta, el espíritu aparecido exhalando el Purgatorio.
profundos gemidos respondió: ¡oh! si tú pade- PUNTO I .

cieses la más pequeña parte de los tormentos Si todos los cristianos oyesen, como convie-
que yo sufro, ciertamente que no admitirías ne, las voces de la naturaleza, de la religión,
tantas escusas. Y entónces el cartuciano, no de la patria; si escuchasen las insinuaciones
sólo rezó con sumo fervor los dos oficios pro- de la sangre, de la amistad, de los beneficios;
metidos, sino que añadió otras muchas preces, si cumpliesen los deberes de sus prometimien-
en recompensa de su pasada negligencia. Exa- tos, y los que emanan de rigurosa justicia, de-
minemos nosotros si hemos omitido ó diferido berían llover en tanta abundancia los sufragios,
lo que debíamos á los difuntos, ya sea por tí- sobre el horno del Purgatorio, que bastarían
tulo de promesa ó de justicia, y si hemos imi- á extinguir aquellas ardientísimas llamas, que
tado al cartuciano en su descuido, imitémosle abrasan á nuestros difuntos. Mas es tal la es-
mejor en la pronta reparación, y con muy a- terilidad de la tierra, que, ó no cae en él una
bundantes sufragios, hagamos una generosa re- sola gota de refrigerio, que mitigue tan gran-
compensa por nuestra indiferencia pasada, á des ardores, ó es tan rara, que se asemeja,
nuestros muertos. P. Godofr. Hesquen. con- por decirlo así, al rocío de la mañana, que en
tin. de los Bolán, in act. Sanct. 12 de Marzo la estación del calor más bien abrasa que re-
in la vid. del V. Dion. Cart. fresca. De aquí, es, que en vez de alivio, re-
ciben de la tierra aquellas almas, aumento de
De profundis etc.,y conclusión, como en la p. 26.
pena y de dolor, á causa de nuestro cruel ol-
¡Almas ingratas que así olvidadas
vido, tanto más reprensible, cuanto mayores
Habéis estado, de nos, hasta ahora!
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son los títulos que nos obligan á aliviarlas. ss uniesen las voces de aquellas almas para es-
Hagamos, al ménos, que no se nos pueda e- timularla! Mas hijas é imitadoras fieles de a-
char en cara un olvido semejante. quel Dios, que desde la cruz pedia perdón pa-
PONTO H . ra los mismos que le crucificaban, misericordia,
¡Qué contraste, dice san Cirilo, forman el claman, piedad, perdón para aquel hermano,
Purgatorio y la tierra! En aquella profunda para aquel hijo, para aquel esposo, que olvida-
cárcel padecen las almas todo género de tor- dos de ellas, han prolongado su martirio en me-
mentos en medio del fuego, y en la tierra no dio de las llamas. La piadosa voz de tan ama-
hay quien vuelva una piadosa mirada para das hijas tiemplan el justo enojo del Dios de
compadecerse de ellas. De allá con la voz en- las venganzas, y se convierten en misericordia
tre-cortada por el llanto, imploran auxilio y los castigos merecidos por nosotros. Si, pues,
socorro: y aquí no hay quien benigno preste no nos mueven sus gemidos, múevanos al mé-
oido á tales voces. De allá se reclaman los nos su piedad, y recompensémosla con tan fer-
prometidos sufragios, y el cumplimiento de los vorosos sufragios, que logremos libertarlas pa-
legados piadosos: y aquí no hay quien religio- ra siempre, de tan desapiadados tormentos.
samente extienda la mano para cumplir tales ORACION.
deberes. Allá se consumen en exclamaciones No miréis, ¡oh Señor! nuestro olvido é in-
y en lágrimas de desolación; y aquí ninguna gratitud para con aquellas almas abandqnadas,
alma se conmueve, ningún corazon se enternece sino escuchad sus voces, que son voces, que
por abrir las puertas de aquella prisión de fue- aclaman piedad y perdón para nosotros. No
go. ¿Quién creería jamás tanta barbaridad nos haremos ya en lo de adelante, sordos y
en los hombres, tanta crueldad en los cristia- duros, insensibles é ingratos para con el Pur-
nos, tanta ingratitud y perfidia en los más gatorio. Nos penetraremos de las penas tan a-
queridos amigos y parientes? ¿Serémos acaso troces que sufren en aquella cárcel de dolores,
nosotros de este número? las traerémos de continuo en la memoria, y
PONTO n i . no dejarémos jamás de mitigarlas y abreviar-
Y ¿qué hacen las almas del Purgatorio en las con copiosos sufragios. Mas vos, ¡oh Se-
cambio de tanta dureza? ¿Clamarán por ven- ñor! perdonadnos nuestro pasado descuido,
ganza? ¿Implorarán castigos? Ya la divina jus- concedednos el no volver á caer más en él y
ticia arde en un santo enojo contra nuestra in- dadnos gracia y fuerza para mantener siempre
humana crueldad, y ¡miserables de nosotros s \ constante nuestro santo propósito.
- 183
de sentir? ¿Producen, empero, en nosotros, el
Caida la tarde se retiraba de asistir á un mo- efecto de un pronto socorro á su favor? Si no
ribundo, á su colegio de la Bahía, el P . José ha sido así en el tiempo pasado, séalo, al mé-
Anchieta, de la Compañía de Jesús, cuando o- nos, en lo venidero, y formemos un firme pro-
yó salir del fondo de un estanque, cerca del pósito, de no olvidarnos jamás de los fieles di-
cual pasaba, llanto y lamentos, tales, que pa- funtos.—P. Sebastian Peretar, en la vida del
recían ser de personas humanas. Al oir estas P. José Anchieta, lib. 2, cap. 3.
voces, comenzó su compañero á espantarse, á Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
temblar y á sudar frió, mas él, tomándole de rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
la mano le hizo acercarse más á la laguna, pa- Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
ra mejor considerar aquellos dolorosos gemidos; fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
y cuanto más se acercaba al lago, más se con- suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
vencía de que eran voces de almas condenadas sus almas, por la sangre que derramó su divi-
á padecer allí su Purgatorio. Por lo cual, ma- no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente:
ravillado y movido á compasion.—Aeíerne JACULATORIA.
Deus exclamó quam magna est potentia tua.— Eterno Padre, por la preciosísima sangre de
Y luego, lleno de fe, se postró en tierra, y re- Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma-
zó de rodillas con su compañero cinco Padre ría y Réquiem.
nuestros y Ave Marías, á las sacratísimas lla- Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma-
gas de Jesucristo, para implorar el eterno des- j ría por los propagadores de esta devocion.
canso á aquellas almas llorosas. Como rogó SUFRAGIO.
aquel buen siervo de Dios, así aconteció; pues Fili in mortuum produc lacrymas, et ne des-
cesaron al momento, y no se oyeron más en pidas sepulturam illius. Eccli. 38. 16. Acor-
aquel estanque los dolorosos gemidos. ¿Cuán- démonos de los muertos delante de sus sepul-
tas veces, las benditas almas del Purgatorio, cros, y pidamos el eterno descanso para sus
hacen llegar á nuestros oidos y á nuestro co- almas.
razon sus clamores, ya con las voces de los Un buen religioso acostumbraba rezar algu-
ministros de Dios, ya con los beneficios ó cas- na oracion, siempre que pasaba delante de al-
tigos con que somos visitados, bien con I03 re- gún cementerio; pero un dia pasó tan distraído
mordimientos de la conciencia, ó con las ins- por delante de uno de estos depósitos sagra-
piraciones de la gracia que no podemos dejar dos, que no se acordó de hacerlo. Entónces,
— 184 — — 185 —
los muertos que habia allí sepultados salieron, Y que al Purgatorio fueron
por permisión de Dios, de sus tumbas, y afli- Por mandato del Señor.
gidos por tal omision, entonaron el versículo
8- del salmo 1 2 8 . — E t n o n dixerunt, qui prae-
Dia veintiocho.
teribant: Benedictio Domini super vos.—Y no MEDITACION.
dijeron I03 que pasaban: La bendición del Se- Gratitud de las almas del Purgatorio
ñor sea sobre vosotros. Turbado á semejante para con sus bienhechores.
espectáculo y pesaroso de su omision, añadió PUNTO I.
al momento lo que sigue del mismo versículo La Sagrada Escritura refiere que el Sumo
del referido salmo.—Benedicimns vobis in no- Sacerdote Onías, y el gran Profeta Jeremías
mine Domini.—Os bendecimos en nombre del habiendo muerto, no olvidaron por esto á sus
Señor: Y entónces, aquellos, como si hubieran hermanos que aun quedaban en la tierra, sino
recibido la bendición del Señor, se inclinaron * que el primero fué visto con las manos exten-
agradecidos al piadoso religioso, y desaparecie- didas suplicar fervorosamente al Dios de Is-
ron. Dejó este acontecimiento al religioso más rael por su pueblo, y del segundo dice el Sa-
animado en su piadosa costumbre, y aprenda- grado Texto, que rogaba mucho por su patria.
mos nosotros la devota práctica de hacer algún El ínteres que manifestaron estos insignes cam-
sufragio, siempre que tengamos que pasar de- peones de la antigua alianza en el seno do Abra-
lante de algún cementerio ó sepultura; pero han, no es sino una imágen de la solicitud y
propongámonos no interrumpirla jamás, para del empeño que siente la iglesia Purgante por
que no se nos pueda vituperar nuestro descui- la iglesia militante, á favor de la cual desde
do ó negligencia. P . Felip. Dutremán, in P e d . aquel lugar de seguridad y de pena, dirige in-
Chris. tom. 1, part. 2, cap. 19. cesantemente al trono del Eterno las más ar-
dientes súplicas. Se puede decir que este sea el
Deprofundis etc.,y conclusión, como enlap.26. oficio de las benditas almas del Purgatorio, ro-
Pedid á Dios el alivio gar siempre, siempre rogar por nosotros. Y no-
De las almas sin ventura; sotros, ¿no rogaremos también por ellas?
Suban cantos de ternura PUNTO II.
Hasta el trono del Señor. No solamente los vínculos de la religión y
Venid y rogad de hinojos de la caridad en que consiste la comunion de
Por los que fieles murieron, los santos, 6Íno mucho más los sentimientos de
24
gratitud y de reconocimiento impelen á aque- chas é intereses, y a en el beneficio de la con-
llas almas á recompensar los sufragios de los cordia doméstica y de la pública reputación.
hombres con una variada multiplicación de so- Hé, aquí, por qué el hombre devoto del Purgato-
corros. En el Purgatorio no hay tanta diver- rio nadará en la abundancia y en la paz, y go-
sidad de afectos,' ni tanta distracción de pen- zará, dice David, de larga vida, y le conser-
samientos, comó en el mundo. Uno sólo es a- vará el Señor enteramente sano, y le vivifica-
llí el pensamiento, esto es, Dios; uno sólo el a- rá en medio de la mortandad de los pueblos, y
fecto hácia Dios; y cuanto concurre á este pen- le hará dichoso no sólo en sí mismo, sino aun
samiento. y cuanto más prontamente satisface en su descendencia. Ved, pues, el verdadero
este afecto, atrae todos los sentimientos de a- medio de ser felices en la tierra haciendo co-
quellas férvórosísimas almas. Por lo cual, si piosos sufragios por las almas del Purgatorio,
los sufragios de los hombres les aceleran la po- por cuyo medio no dejaremos de alcanzar las
sesión de Dios, se sienten de tal modo movi- gracias que principalmente necesitamos.
das de ternura para con sus bienhechores, que ORACION.
se olvidan casi de sí mismas por su bien, y pro- ¡Oh de cuántas gracias necesitamos! ¡oh Se-
curan obtener de todas maneras en cambio pa- ñor! á todos se extiende nuestra necesidad,
ra ellos, las más copiosas bendiciones del cielo: porque nada tenemos de nosotros, y la más
¡Oh verdaderamente dichoso el que pueda em- grave miseria es que poco conocemos nuestro
peñar su gratitud á beneficio suyo! estado, poco ó nada os pedimos, y esto mismo
PUNTO III. que pedimos, no sabemos ó no nos reducimos
Librarnos de las desgracias, aumentarnos á quererlo como se debe. ' Mas hé aquí que
los bienes, prolongarnos los dias de la vida, es- interponemos los más eficaces intercesores
tas son las principales bendiciones de la tierra para con vuestra Divina Majestad, interpone-
que obtienen para nosotros las almas del Pur- mos las almas santas del Purgatorio que tan
gatorio. No podemos vernos excentos de to- empeñadas están por nosotros, y os son tan a-
tos los males; pero dé muchos somos preser- ceptas. Desde lo profundo de su cárcel os re-
vados merced al auxilio divino, y merced al presentan nuestra indigencia, é imploran de
favor de aquellas almas benditas. Nosotros vos las gracias necesarias para remediarla.
íes damos á-ellas uno, y nos devuelven ciento, Por tanto, en consideración á ellas, usad con
unas veces visiblemente, y otras sin que lo nosotros de vuestra generosa misericordia; quo
percibamos, ya en la prosperidad de. las cose- no dejaremos de recompensarles con abundan-
—188 — — 189 —
te copia de sufragios que lleguen siempre al mo amigo ó como enemigo. Moviéronse al
Purgatorio en su beneficio. mismo tiempo de la otra parte otros tantos de
á caballo que declararon ser milicia del cielo,
EJEMPLO.
que acudía en auxilio del duque para recupe-
Entre los muchos rasgos de generosa benefi- rar la piadosa ciudad de los sufragios, y po-
cencia de Eusebio, duque de CerdeSa, se cuen- niéndose de acuerdo los dos ejércitos aliados,
ta la de haber destinado todos los réditos de u- marcharon juntos con banderas desplegadas
na de sus más ricas ciudades, á beneficio del contra el invasor. Pasmóse Ostorgio al ver el
Purgatorio. El poderoso rey de Sicilia, Ostor- doble ejército, y sabiendo que la que vestía
gio : ávido de gloria y mucho más de riquezas, de blanco era milicia celestial, mandó al mo-
le movió la guerra, y marchando de improviso mento á pedir la paz ofreciendo la restitución
con un poderoso ejército contra la piadosa ciu- de la ciudad ocupada, y una doble recompensa
dad, la sometió á su poder. Esta infausta con- por los daños ocasionados. La ^ paz f u é con-
quista hirió el ánimo de Eusebio, más profun- cluida con condiciones muy ventajosas, y mién-
damente que si se hubiese perdido la mayor tras el duque daba las gracias al prodigioso e-
parte de su ducado; y resuelto á recobrar sus jército por el socorro qne le habia prestado, el
derechos, se movió con algunas tropas que pu- jefe de este le reveló que todos sus soldados
do recoger en aquellas angustiadas circunstan- eran almas libertadas por él del Purgatorio,
cias, para recuperar su posesion. Muy infe- las cuales incesantemente velaban por su feli-
rior en número era el ejército del duque; pero cidad. Este prodigio no pudo ménos de en-
marchaba valeroso en la confianza de que la cender al buen duque en la devocion de las al-
desigualdad de la fuerza seria compensada con mas del Purgatorio, por cuyo medio alcanzó
la santidad de la causa que defendía. Llegó siempre grandes mercedes, las cuales no nos
el dia de presentar la batalla, y miéntras de faltarán también á nosotros si con todo empe-
una y otra parte se disponía el ataque, se dió ño nos damos á socorrerlas.—Fr. Alejo Sega,
aviso á Eusebio de que además del de Ostor- en Triumph. animun. part. 1. sufrag. 4. c. 2 .
gio, habia aparecido un nuevo ejército con u- Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma-
niforme é insignias todas blancas; tan inespe- rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de
rado suceso le desconcertó al principio, y man- Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los
dando contener todo movimiento, envió cuatro fieles difuntos, (y particularmente de N. N.)
de á caballo á saber si aquel ejército venia co- suplicando al Eterno Padre, que se apiade de
sus almas, por la sangre que derramó su divi- — 191 —
no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente: que cuanto más calláremos y mortifiquemos
JACULATORIA. la lengua, tanto más rogarán aquellas almas
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de por nuestro bien, y nos alcanzarán toda clase
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma- de bendiciones y de gracias. S. Pedro Da-
ría y Réquiem. mian. en la Epist. 14 á Des. Abad c. 7.
Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma- Deprofundís etc.. y conclusión, como en lap.
rta por los propagadores de esta devocion. Refrenad la torpe lengua,
SUFRAGIO. Guardad silencio profundo,
_ Posuí ori meo custodiam, obmuiui, et humi- Dejad las pompas del mundo
liatus sum et silui á bonis. Psam. 38. 2. Un Que esto es agradable á Dios.
virtuoso y prolongado silencio, puede ser de Con el silencio se alcanza
gran alivio al Purgatorio, De las almas el consuelo,
Por algunos dichos burlescos y jocosos, fué Y ganándoles el cielo
Duranno condenado á un durísimo Purgatorio, Se termina su dolor.
y para obtener cuanto ántes su libertad, le fué Día veintinueve.
permitido pedir sufragios de sus monges; cu- MEDITACION.
yo abad creyó que no podia haber otro más
oportuno que un rigoroso silencio, que impu- Sufragios que podrán prometerse en el Purga-
so por dos semanas á todos los individuos del torio los bienhechores de aquellas
monasterio. En efecto, trascurrido el tiempo benditas almas.
PUNTO I .
del silencio prescrito, Duranno fué librado de
las penas del Purgatorio, y circundado de glo- Con la medida con que tratáramos á los o-
ria apareció al abad y á los monges, dándoles tros, seremos tratados también nosotros mis-
gracias por haberle prestado un socorro tan e- mos, y la felicidad de hallar ó no hallar piedad
ficaz. ¡Ah! todos nos deslizamos en hablar, y en la otra vida, no es sino efecto y mérito de
el Purgatorio está lleno de almas que penan la que practicamos sobre la tierra. La piedad
por los defectos cometidos, por el exceso en el es una dichosa semilla que produce piedad, y
hablar. Para librarlas, pues, de tan penosa el hombre en el siglo futuro no recoge otra co-
cárcel, observemos también nosotros un rigo • sa sino lo que siembra en el presente. Por lo
Toso silencio en este día, y estemos seguros, cual, si hemos sembrado sufragios en el Pur-
gatorio, los recogeremos más copiosos y abun»
— 192 — —193 —
dantea para nosotros, cuando noa acontezca una participación más copiosa de los sufragios
caer en aquella región infelicísima de penas: comunes, y aun de los particulares que se ha-
mas si no hemos dado otras pruebas que de ol- gan por otros. Procuremos, pues, al presente, este
vido y de dureza, ¡ay! cuán triste será el fru- divino favor para no desearlo inútilmente, cuan-
to que recogerán nuestrasalmas! Encontraremos do no tendremos ya más tiempo en la otra vida.
allá la misma dureza y el mismo olvido que tu- PUNTO III.
vimos en vida para con los difuntos, lo que no» En el mundo se obra más por imitación que
será tanto más sensible, y doloroso, cuanto mé- por principios, y el ejemplo es la razón más
nos podremos dudar que es fruto infelicísimo de influente en las acciones de los hombres, bi,
nuestra presente conducta. Para evitar, pues, pues, nosotros hubiésemos dejado en la tierra e-
tan triste caso, seamos generalmente piadosos iemplos de una verdadera devocion para con e
para con el Purgatorio. Purgatorio, habrá otros que nos o m i t e n en tal
i
PUNTO II. T piedad: más si hubiéramos dado el escándalo
Dios todo lo puede; pero no está obligado á de una fria indiferencia y de un cruel olvido,
hacer milagros. En los consejos de su santísi- ¿no seremos acaso olvidados y descuidados
ma voluntad ha establecido una cierta econo- también nosotros? Aprovecha dejar misas y
mía de providencia de la que ordinariamente otros piadosos sufragios á los herederos, pa-
no se aparta. Hace nacer su sol sobre los te- ra que los hagan celebrar despues de la muer-
rrenos ingratos y sobre los buenos; mas sobre te- pero los herederos serán como fuimos no-
los ingratos parece que pierde su inflojo este sotros, puntuales y exactos en cumplirlos, ó
astro benéfico, y sobre los buenos produce a- negligentes é injustos en omitirlos. De nues-
bundantes cosechas; lo quo sucede ahora en es- tra conducta, por tanto, depende todo, asi el
te, sucede también despues en el otro mundo: prepararnos un fruto de piedad en el otro
y aunque á ninguno de los difuntos podrán fal- mundo, como procurarnos el favor divino, y
tarle los sufragios de la religión, al ingrato, i granjearnos una generosa correspondencia de
empero, para con el Purgatorio, por justa re- los fieles. ¿Quién querrá defraudarse á si
tribución de la Divina Justicia, poco ó nada le mismo de tanto bien?
aprovecharán, aun los que se hagan por él; y ORACION.
por el contrario, el que fué misericordioso y ¡Ah! nosotros no queremos defraudarnos, ¡oh
piadoso, encontrará una piedad felizmente fe- Señor! del beneficio de la piedad de los demás,
cundada y acrecentada por el favor divino, con y de vuestra misericordia: ántes bien, nos en-
25
comendamos en gran manera á las entrañas de gloria dándole gracias, y prometiéndole una
vuestra infinita bondad, y á las obras de caridad grata correspondencia en el cielo. En tan san-
de nuestros hermanos. En el otro mundo no se to ejercicio habia pasado ella casi todo el cur-
puede recibir bien alguno, si no emana de tan so de su vida, y llena de confianza se acerca-
preciosas fuentes. Todo lo demás nos faltará; pe- ba á la muerte, cuando el enemigo infernal
ro todo lo tendremos si vos, oh gran Dios, nos a- que de todo saca pretextos para tentar á los
sistís con vuestra clemencia, si los piadosos fie- mortales, comenzó á representarle en la imagi-,
les nos socorren con sus sufragios. Y para em- nación que ella se hallaba despojada de la par-
peñar vuestra bondad y la caridad de nuestros te satisfactoria de toda obra humana, y que
hermanos en socorrernos, quereis vos que nos próxima á dejar la vida; caería en el Purgato-
granjiemos para ello el mérito en la presente vi- rio per muchísimo tiempo para purificarse en
da. Nosotros prometemos hacerlo con todo empe- él de sus faltas. Estas angustias de espíritu
ño; ¿cómo podrémo8 salir con ello sin vuestra a- le habian de tai modo penetrado el corazon y
yuda? Vos sois el que dais el poder y el querer: sumergídola en una desolación tal, que vino á
vos sois quien sembráis en nuestras almas la consolarla su celestial esposo Jesús, el cual y
semilla de una generosa piedad. ¡Ah! derra- ¿porqué, la dijo, oh Gertrudis, estás así pen-
mad en abundancia esta tan divina semilla, que sativa y triste, t ú que siempre habías gozado
será nuestro mayor empeño corresponder ple- de la más alegre serenidad? ¡Ah Señor, res-
namente á vuestra gracia. pondió ella, cuán triste as mi situación! Cer-
EJEMPLO. cana á la muerte me encuentro privada de la
Cierta doncella llamada Gertrudis educada satisfacción de mis obras que apliqué á los di-
en la escuela de la caridad, se habia acostum- funtos; y ahora ¿con qué pagaré á la divina
brado desde los primeros años á ofrecer eu su- justicia las deudas de las culpas que he come-
fragio de las almas del Purgatorio, la parte sa- tido? Entónces el amoroso Salvador, no temas,
tisfactoria de todas las buenas obras que hacia. replicó, oh querida esposa mia, pues que por
Era tan agradable, tan devota práctica al Pur- eso mismo acrecentaste el capital de tus méri-
gatorio y al cielo, que no raras veces se com- tos, y no sólo llegaste á satisfacer la deuda de
plació el Señor en indicarle las almas más ne- tus ligeras faltas, sino que adquiriste también
cesitadas á las cuales debia aplicarla, y las altísimos grados de gloria en la eterna biena-
mismas almas que por su medio eran libradas venturanza. A s í remunera mi clemencia con
de las penas, se le dejaban ver al subir á la premio tan generoso la caridad para con los di-
— 196 — —197 —
funtos, y t ú presto vendrás á recibirlo en el enfermos, acarrea refrigerio y consuelo á las
Paraíso. Dicho esto desapareció, y desapare- almas del Purgatorio.
ció también toda angustia del corazon de Ger- Ninguna clase de gentes nos representan me-
trudis, y se sintió animada más que nunca de jor en este mundo el estado de las almas pa-
un gran fervor de sufragar á las almas de los cientes, que los presos, los cuales están en las
difuntos. La declaración hecha por el Salva- cárceles privados de libertad, y los enfermos
dor á esta virgen, es instrucción y estímulo que sufren en el lecho los ardores de la fiebre
para nosotros. Animémonos, pues, del mayor y la incomodidad del mal. Muchos devotos de
fervor para socorrer á las almas del Purgato- las almas del Purgatorio se han dedicado muy
rio, pues será abundante é inmensa la merced especialmente á visitar con una caridad cris-
con que seremos retribuidos en el cielo.—B. tiana á los unos y á los otros, como para so-
Dionisio Cartu. en el trat. de Nov. cit. por el correr más sensiblemente en ellos, á aquellas
P. Martin de Roa de Estat. anim. c. 20. i infelices almas que penan de continuo. Y nues-
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- tro ejercicio en este dia sea una imitación fiel
rías y Réquiem, en memoria de la pasión de de su piedad: dediquémonos á visitar á los en-
nuestro señor Jesucristo, en sufragio de los fie- fermos y á los encarcelados, llevándoles algún
les difuntos, suplicando al Eterno Padre, que socorro, no sólo con palabras de consuelo, sino
se apiade de sus almas, por la sangre que de- también con ofrendas de generosa beneficencia,
rramó su divino Hijo, diciendo cinco veces la tanto en su auxilio, como en sufragio de las almas
siguiente: del Purgatorio, pues esta doble caridad nos a-
JACULATORIA. provechará muchísimo en la otra vida.
Eterno Padre, por la preciosísima sangre Deprofundis etc.. y conclusión, como en lap. 26.
de Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave No abandones en su suerte
María y Réquiem. Al que enfermo ó afligido,
Añadirémos un Padre nuestro y Ave Ma- En la cárcel sumergido
ría, por los propagadores de esta devocion. Gusta amargo padecer.
SUFRAGIO. Consuélalo en sus dolores,
Non desis plorantibus in consolatione Consuélalo en su quebranto,
Non te pigcat visitare infirmum. Eccle. 7. 39. Y así enjugarás el llanto
La piadosa visita de los encarcelados y de los De los que penando estén.
_ — 198 —
— 199 —
^ j a treinta, bien vos de las duras cadenas del pecado. E-
MEDITACION. llos nos abrieron las dichosas puertas del P a -
Empeño de las almas del Purgatorio, para con- raíso, abridles también vos las puertas y el ca-
seguir la salvación eterna á sus bienhechores. mino para llegar á vos. ¿Serán excluidos de
PUNTO I . este reino los que tanto se empeñaron por ace-
Si mucho ruegan por nosotros, si nos obtie- leradnos su posesion? ¿Serán privados de vues-
nen muchas gracias miéntras son infelices pri- i tra visión beatífica, los que nos hicieron pron-
sioneras las almas del Purgatorio, ¿cuánto más tamente volar á deleitarnos en vuestro seno?
eficaz será su intercesión, cuando lleguen á ser ¿No se salvarán aquellos que nos salvaron?
gloriosas reinas en el Paraíso? No serán ellas • ¡Ah! no, dad; ¡oh dulcísimo Señor! á nosotras
como el ingrato copero de Faraón, que vuelto que somos vuestras hijas y vuestras esposas,
de la cárcel á la corte, olvidó en su prosperi- I ya que tanto os complacéis en nosotras, dad-
1
dad al afligido intérprete de su sueño, José. nos aquellas almas por quienes nuestra gra-
El sentimiento de su gratitud se aumenta en titud os ruega con el mayor fervor. Por lo
proporcion que se proporciona y se sublima su cual, es común sentir de los santos Padres y
estado, y estando en el cielo más próximas á Doctores, que quien se empeña en sufragar á
Dios, y animadas de una caridad más perfecta las almas del Purgatorio, no podrá perecer ja-
para con nosotros, no cesan de rogar hasta ha- más. ¡Oh dichosa suerte! ¡Oh seguridad en-
ber alcanzado las más especiales gracias tempo- vidiable! Seguridad y suerte digna de adqui-
rales y espirituales á sus devotos". ¿Quién, pues, rirse si necesario fuese, con cuanto poseemos.
no querrá esforzarse por enviar al cielo el mayor PUNTO I I I .
número posible de intercesores tan eficaces? Con vuestpos bienes de fortuna, decia nues-
PUNTO IR. tro Señor Jesucristo, haccos há tiempo de ami-
. L a Pernera gracia que apénas entradas al • gos, que cuando faltáreis os reciban en los eter-
cielo pedirán como embajadoras nuestras aque- nos tabernáculos. Estos amigos son los pobres;
llas almas bienaventuradas, será la salvación pero no todos los pobres de la tierra llegan á
eterna de sus bienhechores. Gran Dios, dirán los eternos tabernáculos.. Las aliñas del Purga-
ellas postradas ante el trono del Altísimo, te- torio sí, que siendo las más pobres, están segu-
ned misericordia de aquellos que tuvieron pie- ras de entrar en aquella gloria, y si llegan á
dad de nosotras. Ellos nos libraron de las a- ella merced á nuestros sufragios, ¡oh! cuán an-
bragadas cadenas del Purgatorio, libradles tam- ; ciosas y solícitas estarán por recibirnos en su
— 201 —

compañía á gozar de Dios eternamente. Nos ¡oh Señor! y perseverante en todo tiempo,
saldrán al encuentro con la milicia celestial, tanto para borrar toda mancha de injusticia ó
serán nuestra compañía y nuestra corona, y de desconocimiento que en lo pasado háyamos
nos conducirán como en triunfo ante el trono usado con aquellas almas, cuanto para corres-
del Eterno, á recibir el galardón de nuestra ponder en lo venidero á los deberes generales
generosa caridad. ¿Quién hay que no sienta con- y especiales, con los cuales la naturaleza, la
movérsele el corazon en vista de un tan dicho- religion, la patria, la sangre, la amistad y los
so fin? ¿Quién hay que no quiera ejercitarse beneficios nos ligan al Purgatorio. Para lo
de todos los modos posibles, en uDa devocion cual no habrá miramiento que nos distraiga,
tan piadosa como ventajosa? ¡Ah, sí! manten- ni dificultad que nos desaliente, ni tédio que
gámosla siempre, no la abandonemos jamás, nos resfrie, ni otro motivo alguno que nos re-
que demasiado grande es el interés que debe traiga. La devocion hácia el Purgatorio será
empeñar á nuestro corazon. el alma de nuestra fé, el objeto más tierno de
ORACION. nuestra caridad, la práctica más constante de
nuestra vida. Tal es el firme propósito que
Un interés universal, ¡oh Señor!, empeñan
hacemos á la conclusion de este santo ejerci-
nuestros corazones en la devocion de las al-
cio. Bienaventurados y santos del cielo, Vir-
mas del Purgatorio: un interés en la tierra
gen Santísima y Redentor Nuestro Jesucristo,
que nos libra de casi todos los males, nos col-
que tanto os gozáis en la libertad de las al-
ma de casi todos los bienes, y hace venturo-
mas del Purgatorio', impetradnos vos, y con-
sos los dias de nuestra vida; un interés en el
cedednos virtud y fuerza para mantenerlo siem-
Purgatorio que nos hace acreedores de la gra-
pre constante con el uso de todos los eficacísi-
titud de aquellas almas, nos dispone al goce
mos medios de gracia y de justicia que nos su-
de muchos sufragios, y nos libra de la prolon-
ministra la religion y la Iglesia. La Iglesia del
gación de aquellas acervísimas penas, un inte-
cielo coadyuve y corresponde á la de la tierra,
rés en el cielo que nos adquiere poderosos pa-
en socorrer á la purgante, á la cual Dios Nues-
tronos, mueve á piedad hácia nosotros vues-
tro Señor, si bien lo desea sobremanera, no
tro corazon, y asegura el importantísimo nego-
suele socorrer directamente en su presente
cio de nuestra eterna salvación. Pues si tal
providencia, y que no puede ayudarse á sí
y tan grande es el interés que nos mueve,
misma. Alivíese aquella infeliz Iglesia que
•cuál deberá ser el empeño con que debamos
bien lo merece, por su santidad, por su largo
procurarlo? Muy grande queremos ponerlo.
26
— 202 — — 203 —
penar, y por su heróica resignación; alíviese tísimo le concediese una muy abundante copia
de tan acerbas penas de daño, del gusano, del de gracias para hacerlo triunfar, sino que al-
fuego, y en suma, del infelicísimo estado del canzaron también el poderle socorrer y asistir
Purgatorio, al cual la razón y la fé nos repre- con su presencia y eficacia en aquel decisivo
sentan con los más negros colores. El cielo, conflicto. Y descendiendo desde luego del cie-
el Purgatorio, y la tierra, os ruegan por la de- lo cual valerosos guerreros, algunas se arroja-
solación d é l a s almas que padecen; escuchad ron contra aquel infernal enemigo para auyen-
sus voces, y haced bienaventuradas para siem- tarle, otras rodearon el lecho del moribundo
pre en vuestra gloria, á aquellas infelices. para defenderle, y otras finalmente se dirigie-
Así sea. ron á él de la misma manera para confortarlo.
EJEMPLO. Entónces exhalando él del pecho un profundo
El último trance de la muerte, es el tiempo suspiro, y lleno de una inexplicable confianza:
más peligroso para el cristiano, porque entón- ¿Quién sois vosotras, les dijo, que así me soco-
ces todos los enemigos infernales concurren pa- rréis? Somos nosotras, respondieron ellas, mo-
ra perderle. TJn personage que habia pasado radoras del cielo hechas felices por vuestros
sus años en la práctica de las virtudes, la de sufragios, y somos venidas aquí á pagaros
la caridad para con las almas del Purgatorio, vuestra piedacl y á conduciros de la muerte á
como hubiese llegado al último período de la la vida, del combate al triunfo, de este lugar
vida, se vió tanto más horriblemente asaltado de angustias á la posesion de la eterna felici-
del mónstruo infernal, cuánto más fundadamen- dad. Sonrióse el enfermo á tan fausto anun-
te temía él no poderlo ganar ya en adelante. cio, y más sobrecogido de alegría que de aba-
Parecía que todo el abismo se habia desenca- timiento, cerró los ojos, á la luz del día respi-
denado contra él, y lo asaltaba y estrechaba rando su semblante un aire suavísimo y celes-
por todas partes. Fuerte resistencia oponía el tial. Su alma, cándida como una paloma, pre-
moribundo que sudaba y se afligía más por sentándose al divino acatamiento, halló tantos
las angustias del ánimo, que por la muerte del protectores y abogados, cuantos eran aquellos
cuerpo. Lo que tenia á su favor era que con celestiales espíritus que lo acompañaban; de
los muchos sufragios hechos en vida, habia en- modo que declarada que fué digna de la glo-
viado del Purgatorio al cielo un crecido nú- ria eterna, entró á ella como en triunfo en me-
mero de almas, las cuales, mirando á su bien- dio de las bendiciones de aquellas reconocidas
hechor en tanto apuro, no sólo pidieron al Al- almas, que no sabian saciarse de ensalzar su
— 204 — — 205 —
piedad. Una eosa semejante sucederá con no- piadosos ejercicios con sus correligiosas y o-
sotros, si la perseverancia y el empeño de su- t.ras piadosas personas que la visitaban, á fin
fragar á las almas del Purgatorio, duran en de rescatar de sus penas el mayor número po-
nosotros hasta la muerte.— Vinet. de Est. A- sible de aquellas desoladísimas almas. Hoy
nimun. Cap. 1. es el trigésimo dia del mes, y va á concluirse
Rezaremos cinco Padre nuestros, Ave Ma- el ejercicio de esta santa.devocion. Pero no
rías y Réquiem, en memoria de la Pasión de cese en nosotros el cuidado y el empeño por
Nuestro Señor Jesucristo, en sufragio de los el Purgatorio, sino ántes bien, á imitación de
fieles difuntos, (y particularmente de N. N.) aquella fervorosísima devota, formemos tam-
suplicando al Eterno Padre, que se apiade de bién nosotros en nuestras familias una alianza
sus almas, por la sangre que derramó su divi- voluntaria y una santa sociedad de sufragios
no Hijo, diciendo cinco veces la siguiente: en el curso del año á beneficio de nuestros di-
JACULATORIA. funtos, y estimulándonos con una santa emu-
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de lación de espíritu en una obra de tanto méri-
Jesús, misericordia. Padre nuestro, Ave Ma- to, hagamos sentir al Purgatorio sus felices e-
ría y Réquiem. fectos, como si se continuase siempre el devo-
Añadiremos un Padre Nuestro y Ave Ma- to ejercicio del mes de Noviembre que ya ha
ría por los propagadores de esta devocion. terminado en sufragio de aquellas benditas al-
SUFRAGIO. mas. Fr. Joaquín de Sta. M* Cárm. Desc. en
Socritatem habemus adinvicen, el sanquisJe- la vid. de la V. Franca, del Smo. Sacram.
suchristi iilii ejus emundat nos ab omni pecca- lib. 2.
to. 1. Joan. 1. 17. Para purificar más pronto De pro fundís etc., y conclusión, como en lap. 26.
de sus defectos en virtud de la sangre de Je- Como una falange unida
sucristo, á las almas del Purgatorio, formemos Con vigorosa esperanza,
entre nosotros una santa sociedad para reco- Hagamos todos pujanza
ger hasta donde sea posible, copiosos sufragios Armados de caridad:
en su provecho.
La V. Madre Francisca del .Smo. Sacra- Y una dulce fuerza al cielo
mento, Carmelita descalza, manifestó tanto Hagámosle, y al instante,
empeño por el Purgatorio, que llegó á estable- El Purgatorio triunfante
cer una sociedad de muchas devociones y de Por nosotros quedará.
— 206 — — 207 —
única que, por decirlo así, las contiene á to-
VOTO D E CESION das espiritualmente. Por tanto, es digno de
que ae suele hacer por algunos fieles, de to- la mayor alabanza el voto con que la piedad
das las obras satisfactorias de la vida de los fieles suele socorrer al Purgatorio, ce-
á favor de las benditas almas diendo en beneficio de aquellas almas las o-
del Purgatorio. bras satisfactorias de su vida, por lo cual ilus-
tres personages y santos de insigne mérito lo
Por bula de Su Santidad Gregorio X V de consideran como una sublime especulación de
santa memoria, que comienza Pastoris 'Eterni, bienes, en la cual la ganancia está en propor-
se aprobó el instituto de la Asociación de Her- cion del capital, y al decir del sábio, se ha-
manos, fundado por el P. Domingo de Jesús ce uno más rico de los bienes espirituales,
M®, Carmelita Descalzo, en el cual entre otros cuánto es más generoso en hacer á otros par-
piadosos ejercicios en favor de los difuntos, es- ticipantes de sus propias obras. Alii dividunt
tá el de ofrecer y consagrar á su sufragio, la propria et diiiores fiunt. (*) «Yo estuve tan
parte satisfactoria de las propias obras, cuya persuadido de tan poderosas razones, (predi-
devota práctica derivada del grande ardor de caba á su pueblo el Emo. Arzobisp. de Bene-
la caridad ya para con el prójimo, al cual se vento. Vicente M- Orcini,) que un año re-
cede aquella parte de las obras para librarle anuncié de esta cátedra, todas las pobrísimas
lo más presto de sus gravísimas penas, ya pa- «obras penitenciales, que habia yo hecho y
ra con Dios, para cuya mayor gloria se acele- «con la divina gracia hiciese, en favor de aque-
ra la bienaventuranza de las almas del Purga- l l a s benditas almas; y ahora ratifico plenísi-
torio que le bendicen en el cielo; está tan le- «mamente la misma renuncia, traslación y
jos de ser en detrimento de los intereses espi- «donacion de cuanto hiciere que pudiese ser
rituales de los vivos, que por el contrario a- «del agrado del Señor, contentándome de bue-
crecienta el mérito de todas sus obras, les «na gana con ser privado de ellas de la misma
adquiere mayores grados de gloria en el cielo, «manera solemne con que me despojé de todo
y con el acto de esta generosa ofrenda, pro- «patrimonio y de toda voluntad propia en mi so-
porcionándoles una condigna satisfacción, si «lemne profesion religiosa, y suplico al Señor
los priva de las satisfacciones particulares de «acepte, este mi pobre afectuosísimo obsequio.»
cada una de sus acciones; pero la acumula y
reúne al valor de tan alto precio de aquella (*) Prov. 11. 24.
— 208 —
(*) Este piadosísimo Arzobispo, elevado des- N. B. La distribución de las obras se ha
pues á la suprema Cátedra de S. Pedro con puesto en las manos de María Santísima, por-
el nombre de Benedicto X I I I , no sólo aprobó que Ella es la graciosa Reina y la Madre afec-
el sobre-dicho voto con su autoridad apostó- tuosísima no solamente nuestra, sino también
lica, sino que también enriqueció con singula- de las almas del Purgatorio, la cual conoce me-
rísimos privilegios é indulgencias á aquellos jor quiénes tengan mayor necesidad y más las
fieles que quisieren hacerlo y ponerlo en prác- merezcan, entre aquellas infelices, mejor pue-
tica, como consta de su decreto de 23 de A- de avalorarlas con su eficacísima mediación
gosto de 1728, confirmado despues por la S. cerca de su Hijo, y mejor, en fin. nos hará sen-
de Pió V I el 12 de Diciembre de 1788, y re- tir sus ventajas en esta y en la otra vida.
novado últimamente por el sumo P. Reinante
Pió I X el 30 de Setiembre de 1852. Y por
que muchos devotos del Purgatorio me han a-
lentado á agregar á este mi librito una suscin- P R I V I L E G I O S E INDULGENCIAS
ta fórmula del sobredicho voto para aquellos
que movidos de las acerbísimas penas de a- concedidos por los Sumos Pontífices á los que
quellas almas, y del mérito y excelencia de es-
hicieren el anterior voto
ta donacion, sintiesen de corazon la generosidad
de hacerlo, á lo que me he prestado muy gus- de cesión.
toso, añadiendo la siguiente.

FORMULA D E L VOTO.
1? Los sacerdotes en todos los días del a-
Yo N. N. cedo y renuncio en favor de las fío pueden gozar del indulto personal de altar
benditas almas del Purgatorio la parte satis- privilegiado en donde quiera que celebren el
factoria de todas las buenas obras que hiciere Santo Sacrificio de la misa.
de hoy en adelante, para que se distribuya por 2? Además, los seculares de uno y otro
las manos de María Santísima, según fuere de sexo en cualquier dia que comulgaren, como
su agrado. también en todos los lúnes del año, oyendo la
6anta misa, pueden ganar indulgencia plenaria
(*) Segundo Trig. de los Serm. sob. el aplicable solamente á los difuntos, añadiendo
Pug. Serm. 2 núm. 18. la visita de alguna iglesia ú oratorio público
27
— 208 —
(*) Este piadosísimo Arzobispo, elevado des- N. B. La distribución de las obras se ha
pues á la suprema Cátedra de S. Pedro con puesto en las manos de María Santísima, por-
el nombre de Benedicto X I I I , no sólo aprobó que Ella es la graciosa Reina y la Madre afec-
el sobre-dicho voto con su autoridad apostó- tuosísima no solamente nuestra, sino también
lica, sino que también enriqueció con singula- de las almas del Purgatorio, la cual conoce me-
rísimos privilegios é indulgencias á aquellos jor quiénes tengan mayor necesidad y más las
fieles que quisieren hacerlo y ponerlo en prác- merezcan, entre aquellas infelices, mejor pue-
tica, como consta de su decreto de 23 de A- de avalorarlas con su eficacísima mediación
gosto de 1728, confirmado despues por la S. cerca de su Hijo, y mejor, en fin. nos hará sen-
de Pió V I el 12 de Diciembre de 1788, y re- tir sus ventajas en esta y en la otra vida.
novado últimamente por el sumo P. Reinante
Pió I X el 30 de Setiembre de 1852. Y por
que muchos devotos del Purgatorio rae han a-
lentado á agregar á este mi librito una suscin- P R I V I L E G I O S E INDULGENCIAS
ta fórmula del sobredicho voto para aquellos
que movidos de las acerbísimas penas de a- concedidos por los Sumos Pontífices á los que
quellas almas, y del mérito y excelencia de es-
hicieren el anterior voto
ta donacion, sintiesen de corazon la generosidad
de hacerlo, á lo que me he prestado muy gus- do cedon.
toso, añadiendo la siguiente.

FORMULA D E L VOTO.
1? Los sacerdotes en todos los días del a-
Yo N. N. cedo y renuncio en favor de las fío pueden gozar del indulto personal de altar
benditas almas del Purgatorio la parte satis- privilegiado en donde quiera que celebren el
factoria de todas las buenas obras que hiciere Santo Sacrificio de la misa.
de hoy en adelante, para que se distribuya por 2? Además, los seculares de uno y otro
las manos de María Santísima, según fuere de sexo en cualquier dia que comulgaren, como
su agrado. también en todos los lúnes del año, oyendo la
6anta misa, pueden ganar indulgencia plenaria
(*) Segundo Trig. de los Serm. sob. el aplicable solamente á los difuntos, añadiendo
Pug. Serm. 2 núm. 18. la visita de alguna iglesia ú oratorio público
27
en el cual oren algún tiempo según la intención
del Sumo Pontífice.
3° También á unos y otros ha sido concedí-
do aplicar en sufragio de las almas del Purga-
torio todas y cada una de las indulgencias que
ganaren en cualquiera forma que hayan sido INDICE.
concedidas. Dias. Pags.
49 Estos privilegios é indulgencias son ex- Dedicatoria 4
tensivos á todas partes del Orbe Católico, y Prólogo 6
valen perfectamente sin necesitarse la expedi- Introducción 14
ción de un nuevo Breve. Corona de los difuntos 15
l p Existencia del Purgatorio 21
2 Estado del Purgatorio 31
3 Pena de sentido 37
4 Atrocidad del fuego 42
5 Modo oon el cual el fuego del Purga-
torio atormenta á las almas 47
6 Divina Justicia vindicativa 58
7 Pena del gusano ó sea del remor-
dimiento 59
8 Pena de daño 65
9 Intensidad de la pena de daño YO
10 Resignación de las almas del Purga-
torio 76
11 Consuelo y tormento de la esperanza. 81
? íí .jtj 12 Santidad de las almas del Purgatorio. 87
-i ' 13 Incapacidad de merecer de las almas
• • , • -
del Purgatorio 93
14 Dios según la presente providencia no
suele socorrer á las almas del Pur-
gatorio 99
en el cual oren algún tiempo según la intención
del Sumo Pontífice.
3° También á unos y otros ha sido concedí-
do aplicar en sufragio de las almas del Purga-
torio todas y cada una de las indulgencias que
ganaren en cualquiera forma que hayan sido INDICE.
concedidas. Dias. Pags-
49 Estos privilegios é indulgencias son ex- Dedicatoria 4
tensivos á todas partes del Orbe Católico, y Prólogo 6
valen perfectamente sin necesitarse la expedi- Introducción 14
ción de un nuevo Breve. Corona de los difuntos 15
l p Existencia del Purgatorio 21
2 Estado del Purgatorio 31
3 Pena de sentido 37
4 Atrocidad del fuego 42
5 Modo oon el cual el fuego del Purga-
torio atormenta á las almas 47
6 Divina Justicia vindicativa 58
7 Pena del gusano ó sea del remor-
dimiento 59
8 Pena de daño 65
9 Intensidad de la pena de daño YO
10 Resignación de las almas del Purga-
torio 76
11 Consuelo y tormento de la esperanza. 81
? íí .jtj 12 Santidad de las almas del Purgatorio. 87
-i ' 13 Incapacidad de merecer de las almas
• • i del Purgatorio 93
14 Dios según la presente providencia no
suele socorrer á las almas del Pur-
gatorio 99
— 213 —
15 Ricíproca comunion de auxilios entre para con sus bienhechores 185
las tres iglesias 29 Sufragios que podrán prometerse en
16 Modo de sufragar á las almas del Pur- el Purgatorio los bienhechores de a-
gatorio por via de gracia quellas benditas almas .. 191
17 Modo de socorrer á las almas del Pur- 30 Empeño de las almas del Purgatorio
gatorio por via de justicia para alcanzar á sus bienhechores la
18 Con las santas indulgencias se su- salvación eterna
fraga á las almas del Purgatorio... Voto de cesión que suelen hacer algunos
19 Desea Dios que hagamos copiosos floles de todas las obras satisfacto-
sufragios por las almas del Purga- rias de la vida, en favor de las al-
torio mas santas del Purgatorio 205
20 Con los sufragios hechos por las al- Privilegios é indulgencias concedidas por
mas de los difuntos se imita y se com- los Sumos Pontífices á los que hi-
pleta la Redención del Salvador... cieren el voto de cesión 209
21 Gloria que se acrecienta al cielo con
los sufragios por el Purgatorio
22 El sufragar á las almas del Purgato-
rio es una de las obras más excelen-
tes d e la fe
23 El sufragar á las almas del Purgato-
rio es uno de los actos más herói-
cos d e caridad
24 Razones generales que obligan á su- F I N D E L INDICE.
f r a g a r á las almas del Purgatorio...
25 Razones especiales que obligan á su-
f r a g a r á las almas del Purgatorio..
26 Deberes de justicia para con el Pur-
gatorio
27 Ingratitud de la tierra para con el
Purgatorio
28 Gratitud de las almas del Purgatorio
— 215 —
INSTRUCCION I N T E R E S A N T E Y a desde el nacimiento de la santa Iglesia ca-
tólica, le confirió la potestad de comunicar, y
sobre las sagradas indulgencias y las condici<
á nosotros la capacidad de poder participar el
oes que se requieren para
tesoro de las sagradas indulgencias, en virtud
conseguirlas.
de las cuales, con un ligerísimo trabajo nues-
tro, podemos satisfacer, aun totalmente, lo que
Dos frutos amarguísimos produce el pecado
debíamos por nuestros pecados perdonados ya,
en nuestras almas: la culpa, que nos priva de
en cuanto á la culpa y en cuanto á la pena e-
la gracia y amistad de Dios, y la pena que nos
terna. Este tesoro compuesto de los méritos
priva de gozaría en el paraíso. Esta pena se
y satisfacciones de Jesucristo, de ios de la San-
divide en dos: la una temporal, y la otra eter-
d í s i m a Virgen María y de los Santos, ó más
na; la culpa y la pena eterna, se nos perdonan
. bien, del valor de la satisfacción del Divino Re-
enteramente en el santo sacramento de la pe-
dentor; que fueron superabundantes é infinitas,
nitencia, siempre que nos acercamos á recibir-
y de las de María Santísima y de los mártires
lo con las debidas disposiciones; mas la pena
que no las hubieron menester para expiar sus
temporal, no se perdona rogularmente toda en
"propias culpas: este tesoro, repito, persevera
dicho sacramento, con esto nos queda que sa-
de continuo ante el acatamiento de Dios. La
tisfacer mucha parte, ó en esta vida con peni-
misma doctrina, sobre las indulgencias que el
tencias y obras buenas, ó en la otra con el fue-
Concilio de Trento llama tesoros celestiales, es
go del purgatorio, y ¿quién puede penetrar los
la que enseñó Clemente V I , de santa memo-
secretos juicios de Dios? ¿Quién jamás podrá
ria, cuando dice: que Jesucristo con la supe-
saber todo lo ique la justicia divina exige en
rabundancia de su pasión, dejó aquí en la tie-
la presento vida, en pago de nuestras deudas,
rra á la Iglesia militante un tesoro infinito, no
ó si ia satisfacción fué suficiente para que se
envuelto en un sudario, ni escondido en un
nos perdonara en el todo, ó en solo una parte la
campo, sino recomendado con las llaves del cie-
pena temporal de que somos deudores á Dios?
lo á San Pedro y á todos los vicarios de Jesu-
¿y quién podrá dar á conocer lo tormentoso
cristo en la tierra, sucesores suyos, para que
del fuego del purgatorio, en que se ha de dar
lo dispensasen saludablemente á los fieles. Al
la satisfacción en la otra vida? Mas ¡sea para
cúmulo de este tesoro, se allega los méritos de
siempre bendita y alabada la clemencia y la
J la Santísima Madre de Dios y de todos los es-
piedad de nuestro divino Redentor Jesucristo!
, cogidos, desde el primero hasta el último de
— 217 —
— 216 —
loa justos. Tales riquezas, como que son infi- suerte de morir, iríamos derechamente al cielo:
nitas, jamás se disminuyen, sino que perma- lo mismo se dice respecto á las almas del
necen en un ser, al modo de un inmenso Océa- purgatorio luego que ganada por nosotros
no que no se agota por más que se le saque. una indulgencia, (si es aplicable) se aplica
Es, pues, cierto, que los cristianos no están por modo de sufragio á alguna de ellas5, sale de
en libertad para valerse á su arbitrio de este sus penas y entra en la gloria, si la justicia
tesoro, sino sólo, cuando, del modo y en la divina se digna aceptarla.
cantidad que determina la santa Iglesia y el De todo lo dicho, se infiere ya, cristiano lec-
romano Pontífice. Comunmente las indulgen- tor, de cuánto precio son las sagradas indul-
cias se dividen en dos clases, llamándose unas gencias, cuánto su valor y cuán grande el a-
parciales; esto es, de algunos dias, de algunas provechamiento espiritual que traen á los fie-
cuarentenas, de un año, ó de muchos años, etc: les cristianos. Indulgeniiarum usum christiano
otras se llaman plenarias en forma de jubileo. populo maximé saltarem esse, dice el Sagrado
Por medio de la indulgencia parcial, sea de Concilio de Trento. Por eso cada cristiano de-
dias, sea de cuarentenas, etc., se perdona á be tener un santo empeño en ganar las más
quien las recibe, otro tanto de aquella pena que se puedan, para aprovecharse más á sí
temporal que habia de padecer en esta ó en la mismo, y para sufragio de los fieles difuntos.
otra vida, cuanto se le hubiera descontado si Las condiciones que para ganar las sagradas
por igual tiempo practicara las penitencias que indulgencias se requieren, son las siguientes:
imponian los antiguos cánones de la Iglesia, En primer lugar: que el que las pretende ga-
llamados penitenciales. E n cuanto al efecto nar, se halle en estado de gracia, esto es,
de perdonarse toda la pena temporal de que en la gracia de Dios, porque el que es reo de
somos deudores á Dios, aun despues de per- la culpa, y de la pena eterna ante su divina
donados nuestros pecados, todas las indulgen- Majestad, es incapaz de recibir la remisión de
cias plenarias son iguales; mas sólo en la ple- la pena temporal. Antes pues, de ejecutar las o-
naria, concedida en forma de jubileo, se da fa- bras que se piden paraganarlas, debe confesarse,
cultad á los confesores para poder absolver de y no pudiendo hacerlo, excitarse, por loménos,á
casos reservados, y de dispensar ó conmutar un acto de verdadera contrición para recobrar
voto3 simples, etc. De suerte, que como di- la gracia si acaso le ha perdido.
cen uniformemente los teólogos: si despues de En segundo lugar: como la Iglesia al abrir
ganar una indulgencia planaria nos tocase la al tesoro de las sagradas Indulgencias, ha im-
28
puesto siempro á los fieles cristianos la obligación las indulgencias del jubileo, sea ordinario ó ex-
de ejecutar ciertas obras ligadas aciertas circuns- traordinario, y las que se dicen concedidas en
tancias de tiempo, de lugar y otras semejantes, forma de jubileo, porque para lograr estas, á
se requiere que así cumplamos personalmente más de las obras asignadas, debe hacerse tam-
todas las asignadas, tanto en el tiempo como bien la confesion en el tiempo establecido en
en el modo; y en el fin, para poderlas gaDar, el Breve de su concesion, como consta del
v. cr. de rodillas, en pié, al son de la campana, Decreto de la Sagrada Congregación de In-
á tal hará, en tal dia, contritos, confesados, co- dulgencias, de 9 de Diciembre de 1763,. apro-
mulgados, etc. Y si alguna de las obras asig- bado por Clemente X I I I .
nadas en el todo, ó en parte notable, se omi- II. En cuanto á la comunion, debe hacerse
tiere, ya sea por ignorancia, ya por negligen- en los días mismos que se manda, para ganar
cia, ya también por impotencia: si alguna de la indulgencia plenaria especialmente; no obs-
las condiciones prescritas de tiempo, de lugar, tante, cuando en una festividad comienza la in-
etc., sea por el motivo que fuere, no se obser- dulgencia, desde las primeras vísperas, puede
van, tampoco 60 gana la indulgencia. la comunion hacerse en la vigilia, ó sea en el
Aquí debemos quedar advertidos de tres dia ántes de la dicha festividad, según la de-
decretos generales de la Sagrada Congregación claración de la misma Sagrada Congregación
de Indulgencias, relativos á la confesion, comu- con decreto de 12 de Junio de 1822, confir-
nión y oracion, como obras casi siempre asigna- mado por Pío VII.
das en la concesion de las indulgencias. I I I . En cuanto á las oraciones que se asig-
I. En cuanto á la confesion. Las personas nan para ganar las indulgencias, se pueden re-
que tienen la laudable costumbre de practicar- zar alternadamente, esto es, con otras perso-
la, á lo ménos una vez cada semana, aunque nas, como el rosario, las letanías, el Angelus
no estén legítimamente impedidas-, basta aque- Domini, el de profundis y semejantes, según la
lla confesion para que puedan lograr las indul- declaración de Pió V I I con decreto de la Sa-
gencias que hubiere concedidas para cada dia, grada Congregación sobredicha, de 29 de Fe-
sin necesidad de confesarse por cada una de e- brero de 1820.
lla8, con tal que cumplan con las otras diligen- Por último; se requiere en tercer lugar, pa-
cias y obras asignadas, á no ser que se reco- ra ganar la indulgencia plenaria y remisión de
nozcan reos de culpa mortal cometida despues todos los pecados, aun veniales, que se detes-
de la última confesion. Se exceptúan también ten los dichos pecados veniales, y se deponga
— 221 -
también todo afecto á todos y cada uno de e- menester, ántes que falte á los qne la han me-
llos. Dios con su divina gracia haga que se ha- nester. Por esta causa se instituyen aniversarios,
llen tales disposiciones en todos los cristianos capellanías, memorias pías, cuyos sufragios se
que están deseosos de ganar las indulgencias: aplican á los que las establecieron hasta que
los cuales sepan también, que aunque con todo salen por ellos del purgatorio; y cuando ellos
empeño procuren ganar indulgencias, no por e- están libres, aprovechan á sus descendientes
so están excusados de hacer frutos dignos de ó á las almas del purgatorio, á quien aplicaron
penitencia, y de dar á la justicia divina algu- su intención cuando las fundaroa, porque no
na satisfacción por medio de las obras saluda- habiéndola determinado, entónces se quedan en
bles penales, de piedad y de devocion, por las el tesoro de la Iglesia, de donde se reparten
culpas cometidas. las indulgencias.
Aunque las indulgencias que los vivos ga- ORACIONES
nan por sí ó por los difuntos, tienen cierto e-
y piadosos ejercicios que se podrán practicar
fecto, y las acepta Nuestro Señor infaliblemen-
en cada uno de los dias de este mes, anexas
te por los unos y por los otros; pero porque no
las indulgencias que le están concedidas por los
estamos ciertos 6Í de nuestra parte cumplimos
Sumos Pontífices, aplicables en sufragio de las
las diligencias necesarias, como se requiere pa-
benditas almas del Purgatorio, sacadas de la co-
ra conseguir la indulgencia por los difuntos, se
lección de oraciones y piadosos ejercicios, obra
deben ganar todas las que se pudieren, porque
aprobada y mandada publicar por la Sagrada
unas cumplan lo que faltó en las obras, y lo de-
Congregación de Indulgencias
más que restare de satisfacción, aproveche á
el año de 1821.
otros á quien nosotros se la aplicamos.
Lo mismo, y con más razón, debemos hacer
en los demás sufragios de misas, oraciones, li- TRISAGIO A LA SANTISIMA
mosnas, ayunos, etc., los cuales debemos siem- TRINIDAD.
pre repetir y multiplicar, porque no sabemos á
cuánto llegue la deuda de los difuntos, ó si fal- Clemente X I V con decreto de la Sagrada
tó la disposición que de nuestra parte se re- Congregación de indulgencias de 26 de Junio
quiere para que les sean de provecho, y es me- de 1770, confirmando de nuevo perpétuameo-
jor, como dice el glorioso Dr. San Agustín, te la indulgencia concedida por su predecesor
que eóbre la satisfacción, porque ya no la han Clemente XIII. concede cien dias por una vez
- 222 - — 22o —
al dia, á quien con corazon contrito adorando ritos de Jesui-risto, en acción de gracias por
á la »Santísima Trinidad, rezare devotamente la sangre que derramó en el huerto por noso-
el sobredicho Trisagio, y que se pueda conse- tros, y por estos mismos méritos, supliquemos
guir tres veces en los domingos, y en la fiesta á FU Divina Majestad, nos conceda el perdón
é infraoctava de la Santísima Trinidad. de nuestros pecados.
Concedió además, perpètuamente, indulgen- Padre Ntro., Ave María y Gloria etc.
cía plenaria una vez al mes (á quien en el dis-
II. Ofrezcamos á la Sma. Trinidad los mé-
curso de él U hubiere rezado diariamente) en
ritos de Jesucristo, en acción de gracias por
un dia, al arbitrio, si confesando y comulgando
su preciosísima muerte, Bufrida en la cruz por
hiciere oracion por las necesidades de la I-
nosotros; y por estos mismos méritos supli-
glesia etc.
quemos á Su Divina Majestad nos perdone
Tres Gloria Patri en acción de gracias. las penas debidas por nuestros pecados.
Pio V I I , con Rescripto de la Sagrada Con- Padre Ntro., Ave María y Gloria etc.
gregación de indulgencias de 11 de Julio de I I I . Ofrezcamos á la Sma. Trinidad los mé-
1815, ooncede perpètuamente á todos los fieles ritos de Jesucristo, en acción de gracias, por
trescientos dias de indulgencia, rezando por la inefable caridad con que bajó del Cielo á la
la mañana, al medio dia y en la tarde tres Glo- tierra á tomar carne humana y padecer y mo-
ria Patri, etc., en hacimiento de gracias á la rir por nosotros en una cruz: y por estos méritos
Santísima Trinidad por las gracias y privile- pidamos á su Divina Majestad se sirva condu-
gios concedidos á María Santísima; y cien dias cir nuestra alma despues de la muerte á la
de indulgencia por cada vez que los digan: y | gloria celestial.
además plenaria una vez al mes á los que con- •
Padre Ntro., Ave María y Gloria etc.
fesados y comulgados en un dia, al arbitrio,
despues de haber hecho dicho ejercicio tres León X I I con Rescripto de su propio puño
ocasiones diariamente en los treinta dias de 2 1 de Octubre de 1822, concede perpetua-
anteriores. mente á todos los cristianos, cien dias de in-
dulgencia por cada vez que devotamente reza-
ren estos tres ofrecimientos, para obtener una
O F R E C I M I E N T O S A LA S A N T I -
buena muerte, y á los que habiéndolos rezado
SIMA TRINIDAD. diariamente por un mes, si confesados y comul-
gados hacen oracion según la intención de S .
I. Ofrezcamos á la Sma. Trinidad los mé-
— 225 —
S., concede su indulgencia plenaria en un dia María Santísima; amo á mi Dios y quisiera a-
al arbitrio. marle si posible fuera con el mismo amor con
que este Señor se ama á sí mismo; amo á mi
ACTOS D E FE, E S P E R A N Z A Dios, amo á mi Dios, amo á mi Dios, y de no
haberle amado y de haberle ofendido, en el al-
Y CARIDAD. ma me pesa, pequé, Señor, habed misericordia
Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, de mí.
creo en Dios Espíritu Santo, creo en el miste- Benedicto X I V con decreto de la Sagrada
rio de la Sma. Trinidad, Padre, Hijo, Espíri- Congregación de Indulgencias de 28 de Enero
tu Santo, tres personas distintas y un solo de 1756, dejando en su vigor las indulgencias
Dios verdadero, creo que la segunda persona concedidas por Benedicto X I I I , desde 15 de
de la Sma. Trinidad que es el Hijo, se hizo Enero de 1728, de nuevo concede á todos los
hombre en las purísimas entrañas de María que devotamente rezaren estos actos, siete a-
Santísima siendo esta señora Virgen Purísi- ños y siete cuarentenas de indulgencia, y á los
ma ántes del parto, en el parto y despues del que los rezaron diariamente por espacio de ua
parto, y siempre Virgen; creo todo aquello mes, indulgencia plenaria si confesados y co-
que cree y confiesa Nuestra Madre la Iglesia mulgados hicieren oracion por las necesidades
católica, apostólica romana, y en esta fe y de la Iglesia según la intención de 6U Santidad.
creencia quiero vivir y protesto morir. Además, en el artículo de muerte concede
Espero en Dios Padre, espero en Dios Hijo, igualmente indulgencia plenaria á los que dia-
espero en Dios Espíritu Santo, espero en mi riamente hubieren rezado estos actos.
Dios que por los méritos de mi Señor Jesu- NOTA.—Pónese aquí una fórmula de actos
cristo, por la intercesión de la Santísima Vir- más común aunque como declara el mismo
gen y de mis buenas obras, me ha de perdo- Benedicto X I V en el citado decreto, para ga-
nar mis pecados, me ha de dar su gracia y des- nar las indulgencias, no es necesaria una de-
pues su gloria. terminada fórmula de palabras, sino que cada
Amo á Dios Padre, amo á Dios Hijo, amo uno puede usar la que quiera con tal que en
á Dios Espíritu Santo, amo á mi Dios y qui- ella se expresen y expliquen los particulares
siera amarle con aquel amor con que le aman motivos de cada una de las tres virtudes
JOS ángeles y Santos; amo á mi Dios y quisie- teologales.
ra amarle con aquel amor con que le ama
— 227 —
nacer pasible y mortal entre nosotros: ser cir-
INVOCAR EL SMO. NOMBRE cuncidado, reprobado y perseguido por los ju-
díos, entregado por tu discípulo Judas con un
DE JESUS.
saorílego ósculo, y como corderito manso é
Alabado sea Jesucristo. Se responderá: por inocente, atado con cordeles é ignominiosamen-
siempre sea alabado. te llevado á Anás, á Caifásy Herodes, ser acu-
Sixto deseando que los fieles cristianos sado con falsos testigos, despedazado con azo-
terigan con frecuencia en la boca y en el cora« tes, coronado de espiuas, herido con bofetadas,
zon el Smo. nombre de Jesús junto con el de insultado con esputos, cubierto por escarnio
María para tenerlo también despues en la vuestro rostro, y de mil maneras vilipendiado,
muerte, en su Bula Reddituri de 15 de Julio ultrajado y saciado de oprobios é ignominias;
de 1587, concede para siempre cien días de in- y por último, quisiste ser despojado de vues-
dulgencia por cada vez que de este ú otro mo- tros vestidos, enclavado y levantado en una
do invoquemos el Smo. ( nombre de Jesús. cruz entre dos infames ladrones, amargado con
JACULATORIAS A J E S U S , hiél y vinagre y traspasado con una lanza,
hasta consumar la obra de nuestra redención.
MARIA Y J O S E .
;Oh piadosísimo Redentor mió! por estas tan
Jesús, José y María, yo os doy mi corazon grandes y tan atroces penas sufridas por mi
y el alma mia. Jesús, José y María, asistid- amor, que yo aunque indignísimo, voy consi-
me en la última agonía. Jesús, José y María, derando, y por la santa cruz y vuestra muer-
Balga con vos en paz el alma mia. te amarguísima, libradme de las penas del in-
Pió V I I , con Decreto Urbis et Orbis, de la | fierno (y á este vuestro siervo agonizante) [*]
Sagrada Congregación de indulgencias, de 28 ' y dignaos acojerme en el paraíso, á donde con-
de Abril de 1807, concede indulgencia perpe- duciste al arrepentido ladrón crucificado con
tua de trescientos dias, por cada vez que á lo voz, ¡Oh Jesús mió! que con el Padre y el
ménos con corazon contrito se rezaren estas Espíritu Santo vives y reinas por todos los si-
tres jaculatorias, y cien dias por cada una de glos y de los siglos. Amen.
las tres. Cinco Padre Nuestros, Ave Marías y Glo-
ORACION DE SAN AGUSTIN. ria Patri, etc.
Señor mío Jesucristo, que por redimir al
mundo de la esclavitud del infierno, quisiste [*] Si se dice por algún agonizante.
(
— 228 —
Con decreto de la Sagrada Congregación de to crucificado rogando por las necesidades de
Indulgencias, de 25 de Agosto de 1820 Pió i la Iglesia, confirmado despues por Pió VII
V I I , concede perpetuamente, á todos los fieles con decreto ürbis et Orbis, de la Sagrada Con-
cristianos que con corazon contrito rezaren es- gregación de Indulgencias, dado en 10 de A-
ta oracion de San Agustín con cinco Padre bril de 1821.
Nuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria ORACION-A LA P R E C I O S I S I M A
de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesu- SANGRE D E J E S U S .
cristo, trescientos dias de indulgencia por una ¡Oh sangre preciosísima de vida eterna, pre-
vez al dia, é indulgencia plenaria al que ha- cio y rescate del Universo todo, bebida y lava-
biéndola rezado por un mes entero confesado torio de nuestras almas, que protejeis de con-
y comulgado haga oracion según la intención tinuo la causa de los hombres aute el trono de
de Su Santidad. la suprema misericordia! ¡Ah! yo os adoro pro-
fundamente, y quisiera en todo lo posible re-
ORACION D E L A N T E D E ALGUN compensar las injurias y desprecios que reci-
CRUCIFIJO. bís continuamente de las hnmanas criaturas, y
Miradme ¡oh mi amado y buen Jesús! pos- especialmente de aquellas que os blasfeman te-
trado en vuestra santísima presencia; os rue- merariamente. ¿Quién no llenará de bendicio-
go y suplico con el más vivo fervor, imprimas nes esta sangre de valor infinito? ¿Quién no se
en mi corazon los sentimientos de fe, esperanza sentirá inflamado de afecto hácia Jesús que la
y caridad, dolor de mis pecados y propósito derrama? ¿Qué fuera de mí si no hubiera sido
firmísimo de jamás ofenderos: miéntras yo con comprado con esta sangre divina? ¿Y quién,
! Señor, os la ha sacado de las venas? ¡Ah! esta
todo el amor y compasion de que soy capaz,
voy considerando vuestras cinco llagas comen- ha sido únicamente obra do tu amor. ¡Oh a-
zando por aquello que de vos dijo ¡oh buen Je- mor inmenso, que nos has dado este bálsamo
sús! el santo Profeta David: «Han taladrado saludable! ¡Oh inestimable bálsamo salido de
mis manos y mis piés, y se pueden contar to- la fuente de un inmenso amor! ¡Oh! haced que
dos mis huesos.» todos los corazones, todas las lenguas te poda-
Clemente y Benedicto X I V , conceden per- mos alabar, celebrar y dar gracias, ahora y
pétuamente indulgencia plenaria al que con- siempre hasta el dia de la eternidad. Amen.
fesado y comulgado rezare devotamente esta V. Redimístenos, Señor, con tu sangre.
oracion delante de alguna imágen de Jesucris- R. Y nos hiciste un reino para Dios.
— 231 —
OREMOS. Alabemos, pues, noche y dia,
La sangre de Jesús con alegría.
Omnipotente y sempiterno Dios, que cons.
tituiste Redentor del mundo á tu Hijo Unigé- León X I I , con su propio rescripto de 25 de
nito, y quisiste ser aplacado con su sangre: Octubre de 1823, concede perpétuamente á to-
te rogamos nos concedas el venerar de tal dos los fieles, cien dias de indulgencia por ca-
suerte el precio de nuestra salud, y ser defen- da vez que devotamente rezaren el siguiente
didos de los males de la presente vida en la ofrecimiento de la preciosísima sangre de Nues-
tierra, que nos alegremos con su fruto en los tro Señor Jesucristo al Eterno Padre, con un
cielos: que contigo vive y reina en unidad del Padre Nuestro, Ave María y Gloria Patri á la
Espí ritu Santo por los siglos de los siglos. Amen. Santísima Trinidad, en agradecimiento de to-
Pió V I I con Rescripto de 18 de Octubre dos los beneficios recibidos: é indulgencia ple-
de 1815, concede perpetuamente trescientos naria á los que la hubieren rezado por un mes,
dias de indulgencia á los que con corazon con- si confesados y comulgados en un dia al arbi-
trito rezaren esta oracion á la preciosa sangre, trio hiciesen oracion por las necesidades de la
como también cien dias á los que rezaren las Iglesia según la intención del Sumo Pontífice,
siguientes jaculatorias:
Su sangre ha derramado por mi bien, OFRECIMIENTO AL ETERNO PADRE.
Viva, viva Jesús por siempre Amen. Eterno Padre, os ofrecemos la sangre pre-
En !>u sangre, Jesús, puso mi vida, i ciosísima de Jesús, derramada por nosotros
Su infinita bondad sea bendecida. con tanto amor y dolor de la llaga de su ma-
Este licor precioso sea alabado, . no diestra: y os suplicamos, que por su virtud
Que del infierno, al mundo ha rescatado. y méritos, nos conceda vuestra divina Majes-
La sangre de Jesús aplaca la ira tad la santa bendición, para que en virtud ds
Del Padre, y de la muerte nos retira. ella podamos ser defendidos de nuestros ene-
Si la sangre de Abel clama venganza, migos, y ser libres de todos los males dicien-
La de Jesús total perdón alcanza. do: La bendición de Dios Padre Omnipoten-
Si nuestro corazon su sangre riega, te, y del Hijo y del Espíritu Santo sea sobre
El exterminador á él no se llega. nosotros, y permanezca siempre. Amen.
Si de Jesús se alaba el precio eterno,
Pió V I I , con Rescripto firmado de su pro-
El cielo se recrea, tiembla el infierno.
pia mano, á 29 de Marzo de 1817, couceda
— 232 - -
cien dias de indulgencia á los que devotamen- I de su cabeza visible el Sumo Pontífice roma-
te rezaren la siguiente: no. por los cardenales, obispos y pastores
de? almas; y por todos los ministros del
JACULATORIA U O F R E C I M I E N T O AL
Santuario.
ETERNO PADRE. Aquí se dice un Gloria Patri y despues la
Eterno Padre, yo os ofrezco la sangre pre- Jaculatoria.
ciosísima de Jesucristo, en satisfacción de mis Bendigamos y demos gracias á Jesús.
pecados, y por las necesidades de la Santa Que con su sangre nos lavó en la cruz.
Iglesia. II. Eterno Padre: Yo os ofrezco los méri-
Pió V I I , con Rescripto de la Secretaría de tos de la preciosísima sangre de vuestro que-
los Memoriales, dado á 22 de Setiembre de rido Hijo Jesús, mi Redentor divino, por la
1817, concede á todos los fieles perpétuamen- paz y concordia de los reyes y príncipes cató-
te trescientos dias de indulgencia por cada vez licos, por la humillación de los enemigos de
que con corazon contrito rezaren los siguien- la santa Iglesia, y por la felicidad del pueblo
tes ofrecimientos de la sangre preciosa de Je- católico.
sús á su Eterno Padre con siete Gloria Patri Un Gloria Patri.—Bendigamos etc.
y Jaculatoria, haciendo intención de recom- I I I . Eterno Padre: Yo os ofrezco los mé-
pensar todos los ultrajes que recibe en su pre- ritos do la preciosísima sangre de vuestro que-
ciosa sangre, precio y rescate nuestro, y re- rido Hijo Jesús, mi Redentor divino, por la ilu-
zándolos diariamente por un mes, concede in- minación de los incrédulos, por la extirpación
dulgencia plenaria en un dia al arbitrio en que de todas las herejías, y por la conversión de
confesados y comulgados hicieren oracion se- . todos los pecadores.
gua la intención del Sumo Pontífice. Un Gloria Patri.—Bendigamos etc.
I V . Eterno Padre: Yo os ofrezco los méri-
tos de la preciosísima sangre de Jesús vuestro
OFRECIMIENTOS AL E T E R N O PADRE.
querido Hijo y mi Redentor divino, por todos
I. Eterno Padre: yo os ofrezco los méritos mis parientes, amigos y enemigos, por los ne-
da la preciosísima sangre de vuestro querido cesitados, enfermos y atribulados, y por todos
Hijo Jesús, mi Divino Redentor, por la propa- aquellos por quienes sabéis que debo pediros
gación y exaltación de mi amada madre la San- y quereis que os pida.
ta Iglesia, por la conservación y prosperidad | Un Gloria Patri.—Bendigamos etc.
— 234 —
V. Eterno Padre: Yo os ofrezco ios méri- año de indulgencia por cada vez que al son de
tos de la preciosísima sangre de Jesus vuestro la campana, en señal de la elevación del San-
querido Hijo y mi Redeutor divino, por todos tísimo Sacramento de la misa cantada conven-
aquellos que en este tiempo pasaren á la otra tual ó parroquial, en donde quiera que se ha-
vida, para que los libréis de las penas del in- llen, adoren hincados de rodillas con alguna o-
fierno, y los admitais cuanto ántes á la pose- racion á Jesucristo sacramentado, y dos años si
sión de vuestra gloria. esto mismo se practica en la iglesia donde se
Un Gloria Patri.—Bendigamos etc. hace la elevación del Sacramento.
V I . Eterno Padre: Yo os ofrezco los mèri- Visita al Santísimo Sacramento en el cir-
tes de la preciosísima sangre de Jesus vuestro cular de cuarenta horas.
querido Hijo y mi Redentor divino, por todos Paulo V. con su Breve Cum felicis recorda-
aquellos que son amantes de tan gran tesoro, ¡ - timis de 10 de Mayo de 1606, concede indul-
por aquellos que están unidos conmigo adorán- gencia plenaria á les confesados y comulgados
dola y honrándola; y últimamente por aque- rogando por las necesidades de la Iglesia
llos que trabajan en la propagación de esta hicieren esta visita, y diez años y otras tantas
devocion. cuarentenas de indulgencias por cada vez que
Un Gloria Patri.—Bendigamos etc. se haga dicha visita con firme propósito de en-
VII. Eterno Padre: Yo os ofrezco los méri- mendarse.
tos de la preciosísima sangre de Jesus vuestro Pió V I con Rescripto de la Secretaría de
querido Hijo y mi Redentor divino, por todas los Memoriales, de 24 de Mayo de 1776, con-
mis necesidades espirituales y temporales, y cede cien dias de indulgencia á todos los fieles
en sufragio de las benditas ánimas del Purga- que contritos de corazon por lo ménos, rezaren
torio, especialmente por las que han sido más una vez al dia en alabanza al Santísimo Sacra-
devotas del precio de nuestra redención y de mento la siguiente jaculatoria.
los dolores y penas de nuestra amada Ma- Sea alabado y dense gracias en todo momento.
dre María Santísima. Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Un Gloria Patri.—Bendigamos etc. Pió V I I con Rescripto de 21 de Enero de
Viva la sangre de Jesus, ahora y siempre 1815, concedió doscientos dias de indulgencia
y por todos los siglos de los siglos. Amen. á los que con contrición de sus pecados, devo-
Gregorio X I I I en su constitución ad Exi- tamente rezaren el siguiente desagravio honro-
tandum, concede perpètuamente á los fieles un j so á Jesús Sacramentado, confirmado por Leon
una vez al dia, á los fieles que devotamente re-
XIICOD Rescripto de su mano de 13 de Agos-
zaren la siguiente oraciou al Santísimo Sacra-
to de 1818.
mento y al Sagrado Corazon de Jesús.
D E S A G R A V I O A J E S U S SA- ORACION AL AMABILISIMO CORAZON
CRAMENTADO. DE JESUS.
Con el profundísimo respeto, que la misma Ya veo hasta dónde ha llegado vuestra ex-
fe me inspira, ¡Oh mi Dios y Salvador Jesu- cesiva caridad, ¡oh Jesús mió Amantísimo! De
cristo, verdadero Dios y verdadero hombre! yo vuestra misma carne y de vuestra sangre pre-
os adoro y os amo con todo el corazon, ahí ciosísima, me habéis preparado una mesa divi-
oculto en ese augustísimo sacramento del al- na. para daros todo entero á mí. ¿Qué cosa os hi-
tar, en compensación de todas las irreveren-
zo l l e g a r hasta ese trasporte de amor? Ninguna
cias, profanaciones y sacrilegios que yo por mi
otra cosa ciertamente sino vuestro corazon a-
desgracia haya podido cometer hasta aquí: co-
morosísimo. ¡Oh Corazon adorable de mi Jesús!
mo también por todos aquellos que os han he-
Hoguera encendidísima de amor divino, recibid
cho y puedan haceros en adelante. Os adoro,
en vuestra llaga sacratísima el alma mia, para
pues, ¡oh Dios mió! no cuan digno sois, ni cuan-
que en esta escuela de caridad, aprenda yo á
to debo, pero á lo ménos, cuanto puedo y
corresponder á aquel Dios que me dió una
soy capaz de adoraros; y quisiera poderlo ha-
cer con aquella perfección de que son capaces orueba tan admirable de su amor. Amen.
todas las criaturas racionales. Entretanto, yo O F E R T A AL SANTISIMO CORAZON
quiero adoraros ahora y siempre, no sólo por DE JESUS.
aquellos católicos que no os adoran y no os a- Con Rescriptos de 9 de Junio de 1807, y de
man, sino también en suplemento suyo, y por 26 de Setiembre de 1819, Pió VII, concede per-
la conversión de los herejes, cismáticos, impíos, petuamente cien dias de indulgencia por cada
ateos, blasfemos, envenenadores, mahometanos, vez que con corazon contrito se haga esta ofer-
judíos é idólatras. Ah! sí Jesús mío; seáis cono- ta, é indulgencia plenaria si habiéndola practi-
cido de todos, adorado, amado, y ensalzado en cado diariamente por un mes, confesados y co-
todo momento en el Santísimo y Divinísimo mulgados la hicieren, rogando según la inten-
Sacramento. Amen. ción del Sumo Pontífice.
Yo N. N., para ser agradecido á vos, y para
Pió V I con Rescripto de 7 de Noviembre
reparar mi infidelidad; os doy mi corazon, y
de 1787, concede cien dias de indulgencia por
una vez al dia, á los fieles que devotamente re-
XIICOD Rescripto de su mano de 13 de Agos-
zaren la siguiente oraciou al Santísimo Sacra-
to de 1818.
mento y al Sagrado Corazon de Jesús.
D E S A G R A V I O A J E S U S SA- ORACION AL AMABILISIMO CORAZON
CRAMENTADO. DE JESUS.
Con el profundísimo respeto, que la misma Ya veo hasta dónde ha llegado vuestra ex-
fe me inspira, ¡Oh mi Dios y Salvador Jesu- cesiva caridad, ¡oh Jesús mío Amantísimo! De
cristo, verdadero Dios y verdadero hombre! yo vuestra misma carne y de vuestra sangre pre-
os adoro y os amo con todo el corazon, ahí ciosísima, me habéis preparado una mesa divi-
oculto en ese augustísimo sacramento del al- na. para daros todo entero á mí. ¿Qué cosa os hi-
tar, en compensación de todas las irreveren-
zo l l e g a r hasta ese trasporte de amor? Ninguna
cias, profanaciones y sacrilegios que yo por mi
otra cosa ciertamente sino vuestro corazon a-
desgracia haya podido cometer hasta aquí: co-
morosísimo. ¡Oh Corazon adorable de mi Jesús!
mo también por todos aquellos que os han he-
Hoguera encendidísima de amor divino, recibid
cho y puedan haceros en adelante. Os adoro,
en vuestra llaga sacratísima el alma mia, para
pues, ¡oh Dios mió! no cuan digno sois, ni cuan-
que en esta escuela de caridad, aprenda yo á
to debo, pero á lo ménos, cuanto puedo y
corresponder á aquel Dios que me dió una
soy capaz de adoraros; y quisiera poderlo ha-
cer con aquella perfección de que son capaces orueba tan admirable de su amor. Amen.
todas las criaturas racionales. Entretanto, yo O F E R T A AL SANTISIMO CORAZON
quiero adoraros ahora y siempre, no sólo por DE JESUS.
aquellos católicos que no os adoran y no os a- Con Rescriptos de 9 de Junio de 1807, y de
man, sino también en suplemento suyo, y por 26 de Setiembre de 1819, Pío VII, concede per-
la conversión de los herejes, cismáticos, impíos, petuamente cien dias de indulgencia por cada
ateos, blasfemos, envenenadores, mahometanos, vez que con corazon contrito se haga esta ofer-
judíos é idólatras. Ah! sí Jesús mío; seáis cono- ta, é indulgencia plenaria si habiéndola practi-
cido de todos, adorado, amado, y ensalzado en cado diariamente por un mes, confesados y co-
todo momento en el Santísimo y Divinísimo mulgados la hicieren, rogando según la inten-
Sacramento. Amen. ción del Sumo Pontífice.
Yo N. N., para ser agradecido á vos, y para
Pío V I con Rescripto de 7 de Noviembre
reparar mi infidelidad; os doy mi corazon, y
de 1787, concede cien dias de indulgencia por
— 238 —
me consagro enteramente á vos, amable Jesús
blica, y bagan oracicn según la intención del
mió; y con vuestra ayuda propongo no pecar
más. Amen. sumo Pontífice.
AL TOQUE D E ORACIONES.
Rdzar el santo Rosario.
Benedicto XIII, con breve universal y per-
Benedicto X I I I con breve, Sanctíssimus, de
petuo, injuncta nolis, de 14 de Setiembre de
13 de Abril de 1736, concede á todos los fie-
1724, á todos los cristianos, que al toque de
les cristianos, que á lo ménos, con corazon con-
la campana, bien sea en la mañana, ó al medio
trito, rezaren el Rosario entero, esto es, de quin-
dia, ó en la tarde, ya metido el sol, rezaren hin-
ce misterios, ó á lo ménos, una tercera parte,
cados de rodillas el Angel del Señor anunció
esto es, cinco misterios, cien dias de indulgen-
á María etc., con tres Ave Marías, y la oraciou,
cia por cada Padre nuestro y por cada Ave Ma-
Rogárnoste, Señor, infundas tu gracia, etc., con-
ría. Y si por un año entero rezaren, á lo mé-
cede cien dias de indulgencia, por cada vez que
nos, la tercera parte del Rosario, y en un dia
arrepentidos de sus pecados lo rezaren; é in-
á su arbitrio, se confesaren y comulgaren, les
dulgencia plenaria y remisión de todos los pe-
concede indulgencia plenaria.
cados, una vez al mes, en un dia, que confesados
y comulgados hagan oracion por la santa Iglesia.
L E T A N I A DE LA SANTISIMA VIRGEN.
JACULATORIA A L A INMACULADA
Sixto V; en 11 de Julio de 1587. Redituri, CONCEPCION D E MARIA.
concede doscientos dias de indulgencia, á los Con Rescripto de 21 de Noviembre de 1793,
que devotamente rezaren dicha letanía. Y Pió Pió VI, concede perpetuamente, cien dias de
V I I , con decreto Urbis et Orbis de la S. O. de indulgencia, por cada vez que con corazon
30 de Setiembre de 1817 laextendió á trescien- contrito, rezaren devotamente una de las si-
tos dias de indulgencia, concediendo además guientes jaculatorias.
perpetuamente, á los que la rezaren todos los Bendita sea la Santa é Inmaculada Concep.
dias, indulgencia plenaria, en las cinco fiestas cion de la Bienaventurada Virgen María.
de precepto de la Santísima Virgen, esto es, En tu Concepción, ¡oh Virgen María! fuis-
la Concepción, la Natividad, la Anunciación, la te inmaculada: ruega por nosotros al Padre,
Purificación y la Asunción, con tal que en es- cuyo hijo Jesús, concebido por obra del Espí-
tas fiestas, verdaderamente arrepentidos, con- ritu Santo diste á luz.
fesados y comulgados, visiten una iglesia pú- Pió V I I , ccn Rescripto de 26 de Setiembre
— 240 —
de 1817, concede perpetuamente, sesenta dias, todas las gracias necesarias para salvarnos.
por una vez al dia, á quien devotamente reza- > Sed nuestro socorro en las necesidades, nues-
re la siguiente oracion, al sagrado Corazon de tro alivio en las aflicciones, nuestro consejo en
María, con la alabanza á los santísimos cora- las tentaciones, nuestro refugio en las perse-
zones de Jesús y María; é indulgencia plena- cuciones, nuestra ayuda en todos los peligros,
ria en una de las tres fiestas de María santí- y más especialmente en el último combate de
sima, la de su Natividad, la de la Asunción, nuestra vida, al tiempo de nuestra muerte,
y la de su sagrado Corazon, con tal que ha- , cuando todo el infierno se desencadenará con-
biendo confesado y comulgado, visite una tra nosotros para arrebatar nuestras almas, an-
iglesia ó un altar dedicado á la B. V., y allí aquel punto terrible de que pende nuestra e-
baga oracion según la intención del Sumo ternidad. ¡Ah! sí, entónces, ¡oh Virgen piado-
Pontífice. sísima! hacednos sentir la dulzura de vuestro
corazon maternal, y la fuerza de vuestro po-
ORACION AL SAGRADO CORAZON der para con Jesús, abriéndonos en la fuente
D E MARIA SANTISIMA. misma de la misericordia, un seguro refugio,
¡Oh Corazon de María, madre de Dios y ma- donde podamos juntarnos á bendecirlo con vos
dre nuestra! Corazon amabilísimo, objeto de en el Paraíso, por todos los siglos de los siglos.
las complacencias de la adorable Trinidad, y Amen.
digno de toda la veneración y ternura de los
ALABANZA A LOS SAGRADOS CORA-
ángeles, y de los hombres: Corazon lleno de
bondad, y tan compasivo de nuestras miserias, ZONES DE J E S U S Y DE MARIA.
dignaos de deshacer el hielo de nuestros cora- Conocido, alabado, bendito, amado, servido
zones, y haced que seamcs unidos enteramente y glorificado sea siempre y en todas partes, el
al del Divino Salvador. Infundid en ellos el divinísimo Corazon de Jesús, y el purísimo
amor de vuestras virtudes, inflamadlos en a- : corazon de María. Amen.
quel dichoso fuego de que está abrasado con- Con decreto, Urbia et Orbis, de la S. C. de
tinuamente: encerrad en vos la Santa Iglesia, Indulgencias de 11 de Agosto de 1824, León
custodiadla, y sed siempre su dulce asilo y su XII, á más de haber confirmado perpetuamen-
castillo inexpugnable contra todo acometimien- te los cien dias de indulgencia concedidos por
to de sus enemigos. Sed nuestro camino para Pió VII en 3 804, á cualquiera de los fieles
ir á Jesús, y el conducto por quien recibamos j que con corazon contrito hubiese rezado en ho-
31
— 242 —
ñor de María Santísima la siguiente oracion cicio de las virtudes, y especialmente la de la
con tres Ave Marías: con nuevo rescripto de castidad. A quienes la hubieren rezado dia-
dicha S. C. de 10 de Mayo de 1828, añade riamente por espacio da un mes, al fin del
otros cien dias de indulgencia rezando di mismo, concede indulgencia plenaria en un dia,
cha oracion. á su arbitrio, que confesados y comulgados,
ORACION. hagan oracion según la intención del Sumo
Virgen Santísima, Madre del Verbo encar- Pontífice.
nado, tesorera de las gracias y refugio de los I. Os venero con todo el corazon, Virgen
miserables pecadores: nosotros ocurrimos á Santísima, que soÍ3 sobre todos los ángeles y
vuestro maternal amor con fe viva; y os pedi- Santos del Paraíso, como Hija del Eterno Pa-
mos la gracia de hacer siempre la voluntad de dre, y os consagro el alma mía con todas sus
Dios y la vuestra, y ponemos nuestro corazon potencias. Ave María, etc.
en vuestras santísimas manos, pidiéndoos la II. Os venero con todo el corazon, Virgen
salud del alma y la del cuerpo; y esperamos Santísima, que sois sobre todos los ángeles y
de cierto, que vos, Madre nuestra amorosísi- Santos del Paraíso, como Madre del Unigénito
ma, nos oiréis, y por eso, con fe viva decimos: Hijo; y os consagro mi cuerpo ccn todos sus
Ave María. sentidos. Ave María, etc.
Aquí se rezan las tres Ave Marías, y I I I . Os venero con todo el corazon, Virgen
despues: Santísima, que sois sobre todoB los ángeles y
Te rogamos, Señor, preserves á tus siervos Santos del Paraíso, como Esposa querida del
de toda fragilidad, por la intercesión de la Espíritu Santo; y os consagro mi corazon con
Bienaventurada virgen María, y postrados, de todos sua afectos; pidoos me alcancéis de la
todo corazon te pedimos, nos defiendas pro- Santísima Trinidad los medios para salvarme.
picio de las acechanzas da nuestros enemigos, Ave María, etc.
por Jesucristo nuestro señor. Amen. Con Rescripto de la S. C. de Indulgencias,
León X I I , con su propio Rescripto de 21 de 10 de Enero de 1815, Pió V I I , concede
de Octubre de 1823, concede perpetuamente perpetuamente, cien dias de indulgencia á to-
á todos los fieles, cien dias de indulgencia, por dos los fieles, por cada vez, que á lo ménos,
cada vez que rezaren las breves oraciones si- JÍOV corazon contrito, rezaren devotamente la

guientes, con tres Ave Marías á la Beatísima siguiente oracion, en honor de la Beatísima
Virgen, pidiéndole su protección para el ejer- Víreen María y de Señora Santa Ana, su ma-
— 244 —
res, rezando BU corona, ú otras preces adap-
dre. Y á quieu por un mes la rezare, á lo mé-
nos, diez oraciones, concede indulgencia plena» tadas á esta devocion. . , . Bbs.
Siete Ave Marías, con la jaculatoria, Rae-
ria en la fiesta ds Señora Santa Ana, si verda-
deramente arrepentido, confesado y comulga- g0
° p l v Í l con breve universal y perpetuo de
do, en ese dia, visitare devotamente una igle-
1? de Diciembre de 1815, concede t r e s c i e n ^
sia, y rogare á Dios según la intención del Su-
dias de indulgencia, á los que con corno con-
mo Pontífice.
trito, rezaren siete Ave Marías, anadiendo des
ORACION. pues de cada una el verso.
Dios te salve llena de gracia: el Señor es Ruegoos Santa Madre que nagas,
contigo, tu gracia sea conmigo: bendita seas Que esculpidas estas llagas,
entre las mujeres, y bendita sea Santa Ana tu Queden en mi corazon.
madre, de la cual naciste tú, ¡oh Virgen Ma- A los que en todo el mes hubieren practica-
ría, sin mancha ni pecado! y de tí nació Jesu- do devotamente tan piadoso ejercicio, concede
cristo, Hijo de Dios vivo. Amen. en cada mes indulgencia pleoana y remisión
de todos los pecados, que se conseguirá en un
E L HIMNO STABAT MATER. dia al arbitrio, en que confesados y comulga-
Inocencio X I , con su breve, Commissae No- dos, oren por la Iglesia, etc.
bit de de Setiembre de 1681, concede per- Pió VI, con breve perpetuo de 2 de Octu-
petuamente cien dias de indulgencia á los fie- bre de 1795, concede cien dias de indulgencia
les cristianos, por cada vez que en honor de por cada vez que con corazon á lo ménos con-
la Beatísima Virgen de los Dolores, devota- trito, rezaren la siguiente oracion al Angel de
mente rezaren el himno Stabat Mater. la guarda. Despuee, Pió V I I , con decreto TJr-
Una hora de oracion en el año. bit et Orbis, de la S. C. de indulgencias, con-
Clemente X I I , con decreto Urbis et Or- cede perpetuamente, á los fieles, que á lo mé-
bis de la S. C. de indulgencias, de 4 de Febre- nos una vez al dia, hubieren rezado dicha ora-
ro de 1736, concedió indulgencia plenaria una cion, por el espacio de un mes, indulgencia pie-
vez al año, á todos los fieles, que en dia, á su naria, en cualquier dia, á su arbitrio, en que
arbitrio, y confesados y comulgados, hicieren verdaderamente arrepentidos, confesados y co-
una hora de oracion, en honor de María San- mulgados visiten alguna iglesia, y allí hagan
tísima de los Dolores, considerando sus dolo- oracion por la canta Iglesia.
— 247 —
ORACION AL ANGEL DE LA GUARDA. predicador de la verdad en todo ei mundo.
Alcanzad me, os ruego, fe viva, esperanza fir-
Angei de Dios, que eres mi custodia, y á me, caridad perfecta, un total desacimiento da
quien estoy encomendado por ía soberana pie- mí mismo, desprecio del mundo, paciencia en
dad, ilumíname; defiéndeme, dirigeme y go-
las adversidades y humildad en la prosperi-
biérname. Amen.
dad: atención en la oracion, pureza de corazon.
Pió VI, con Rescripto de 28 de Julio de recta intención en el obrar, diligencia en el
1778, concede perpetuamente, á los fieles cris- cumplir las obligaciones de mi propio estado,
tianos, cien dias ue indulgencia, si á'lo me- constancia en los propósitos, resignación en la
nos, contritos, rezaren la siguiente oracion, á voluntad de Dios, y perseverancia en la divi-
los Santos Apóstoles Pedro y Pablo con un Pa- na gracia hasta la muerte, para que medianto
dre nuestro, Ave María y Gloria; é indulgen- vuestra intercesión y vuestros gloriosos méri-
cia plenaria, si en la fiesta de dichos Sanios, tos, vencidas las tentaciones del mundo, de-
ó en uno de los nueve dias precedentes á ella, monio y carne, me haga digno de llegar á go-
ó en uno de I03 de la infraoctava confesados zar eternamente de la presencia del supremo
y comulgados, devotamente visitaren alguna y eterno pastor de las almas, Jesucristo, que
iglesia, ó un altar dedicado á dichos Santos con el Padre y el Espíritu Santo, vive y reina
Apóstoles, y allí rezaren la siguiente o- por los siglos de los siglos. Amen.
racion, etc., pidiendo á Dios por la santa
Iglesia, etc. P O R LOS F I E L E S A G O N I Z A N T E S .
Tres Padre nuestros á la agonía de Jesucris-
ORACION A LOS SANTOS APOSTOLES
to, y tres Ave Marías á los dolores de la San-
P E D R O Y PABLO. tísima Virgen.
¡Oh Santos Apóstoles, Pedro y Pablo! Yo. Pío V I I , con Rescripto y suces^o decroto
N. N., os elijo desde hoy para siempre, por de 18 de Abril de 1809, concede trescientos
mis especiales protectores y abogados; y me dias de indulgencia, por cada vez que rogando
alegro humildemente, tanto con vos, ¡oh san- por los fieles agonizantes, con corazon contri-
tísimo Pedro, Príncipe de los Apóstoles! Por- to, devotamente rezaren tres Padre nuestros,
que sois aquella piedra, sobre la cual Dios e- en memoria de la pasión y agonía de Jesucris
dificó su Iglesia: como cou vos, ¡oh santísimo to, y tres Ave Marías en memoria de los acer-
Pablo! escojido de Dios, vaso de elección y bos dolores sufridos por María San tí * i nía, pro
»
— 248 —
ría con el verso: Eterno Padre: os rogamos
eenciando la agonía áe su querido Hijo Jesu-
por las ánimas de vuestros siervos, que re-
cristo, y á los que por un mes entero hubieren
dimisteis con la sangre de Jesús. Y el Re-
practicado tan piadoso ejercicio, á lo ménos u-
quiera oternam etc. A los que por un mes en-
na vez al dia, concede indulgencia plenaria y
tero practicaren diariamente este piadoso ejer-
remisión de todos los pecados, que se consegui-
cicio, concede indulgencia plenaria en un día
rá una vez al mes en un dia á su arbitrio, en
del mes en que confesados y comulgados ha-
que confesados y comulgados hagan oracion se-
gan oracion por la Santa Iglesia.
gún la piadosa mente del Sumo Pontífice.
Pió V I I con decreto Urbis et Orbis de la Sa- Pío V I I , confirma perpetuamente las si-
grada Congregación de Indulgencias de 19 de guientes indulgencias ya ántes concedidas,
Marzo de 1818, concede perpetuamente á to- á quien da de comer á tres pobres, en memo-
dos los fieles que con corazon contrito devota- ria y para honrar de un modo particular á Je-
mente rezaren la siguiente Jaculatoria de re- sús, María y José.
signación en la voluntad de Dios por una vez I. Por cada vez que esto haga con corazon
al dia, cien dias de indulgencia; y á los que la arrepentido de sus propias culpas, siete años
rezaren diariamente, concede indulgencia ple- y siete cuarentenas de indulgencia.
naria una vez al año, en un dia á su arbitrio II. Indulgencia plenaria si en el mismo dia,
en que confesados y comulgados, hicieren ora- confesado y comulgado, hiciere oracion según
cion según la intención del Sumo Pontífice. la intención del Sumo Pontífice.

JACULATORIA.

Hágase, sea alabada y eternamente ensal-


zada la justísima, altísima y amabilísima vo-
luntad de Dios en todas las cosas.
Pió V I I con breve universal y perpetuo de
7 de Febrero de 1817, concede trescientos
dias de indulgencia á todos los cristianos que
con corazon á le ménos contrito, considerando
devotamente la pasión de Nuestro Señor Je-
sucristo rezaren en sufragio de los fieles difun-
tos cinco veces el Padre Nuestro y Ave Ma-
INDICE

DE LAS MATERIAS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


PAOS
Indic8 del mes de Noviembre. 211
Instrucción sobre las indulgencias 214
Oraciones que se pueden hacer en el mes
de las ánimas 221
Trisagio á la Santísima Trinidad 221
Tres Gloria Patri en acción de gracias.... 222
Ofrecimientos á la Santísima Trinidad 222
Gobierno Eclesiástico de Zacatecas.—Zaca- Actos de Fé, Esperanza y Caridad 224
9 Invocar el Santísimo nombre de Jesús... 226
tecas, Junio l de'1885.—Siendo bien cono-
cido el devocionario titulado «Mes de ánimas» Jaculatorias á Jesús, María y José 226
escrito por Vitali, este Gobierno Eclesiástico Oración de San Agustín 226
tiene á bien conceder su licencia para que se Oración delante de algún crucifijo 228
Teimprima, pudiendo los fieles ganar cuarenta Oración á la preciosa sangre de Jesús.... 229
dias de indulgencia, siempre que bien dispues- Ofrecimiento al Eterno Padre 231
tos rezaren el ejercicio que corresponde á ca- Jaculatoria ú ofrecimiento al Eterno
da dia del mes.—Asi el Sr. Provisor y Gober- Padre 232
nador de la Mitra lo decretó y firmó.—Armas. Ofrecimiento al Eterno Padre 232
—Baudelio B. Guerra, Pro—secretario. Visita al Santísimo Sacramento, en la cir-
cular de 40 horas 235
Sea alabado y dénse gracias 235
Desagravio á Jesús Sacramentado 236
Oración al amabilísimo Corazon de Jesús. 237
Oferta al santísimo Corazon de J e s ú s . . . . 237
Letanía de la Santísima Virgen 238
Al toque de oraciones ... 239
Jaculatoria á la Inmaculada Concepción
de María 239
Oración al sagrado corazon de María san-
tísima 240
TABLA D E LAS ERRATAS
Alabanza á los sagrados corazones de Je-
sús y de María 241 MAS NOTABLES.
Oración 242
El himno Stabat Mater 244 Págs. Lins. Léase.
Una hora de oracion en el año 244 14 17 multum.
Siete Ave Marías con la jaculatoria 245 23 22 las de la gloria.
Oracion al Angel de la guarda 246 27 5 espere.
Idem á los santos apóstoles Pedro y 27 7 en su mano.
Pablo . 246 27 9 y él es el que le redimirá.
P o r los fieles agonizantes 247 35 4 Ps. 131.15.
Jaculatoria 248 36 27 Haut.
41 5 Eceli.
41 25 y llamado.
Personas que contribuyeron, y la cuota que 42 2 Frat.
dieroD, para la reimpresión del presente devo- 45 31 Ave Marías.
cionario: siendo el valor déla reimpresión$150. 46 14 ¿Emulandum provocem,
D. Cayetano López $ 10.00 cvs. 49 28 con ellos.
» Juan L. López »10.00 » 51 24 de los fieles difuntos.
» Margarito Robles »10.00 » 52 7 cum.
» José de Jesús Mendoza »10.00 » 56 26 judicet.
» Antonio Felguerez » 5.00 » 57 19 en la de los Men.
» José Isaac Rojas » 5.00' » 58 5 remissio aulem 6. 15.
» Simón Guerrero » 5.00 » 64 6 qua gaudium.
» Manuel Alegría » 2.00 > 65 20 y mil.
D? María Felguerez » 10.00 » 65 26 lo esté.
» Félix Barrientos » 10.00 » 66 2 dominados.
» Trinidad Trujillo »10.00 » 66 .23 de ver.
» Petra Muñoz » 8.00 » 69 20 populi mei.
» Pragedis Robles » 5.00 » 69 21 afflicim eo.
73 27 profundísimo. 116 2 las almas santas del Purgatorio.
82 1 Ninguno. 117 1 grangearles la felicidad de la
92 4 Exeaudiet. gloria.
98 11 imaginemos. 117 2 cuanto el afecto.
93 11 de este mundo. 117 13 porque son.
94 1 con los actos. 118 12 ofrecemos.
95 30 Pellegrimo. 120 1 su propia voluntad.
97 2 Pellegrimo. 120 7 atormentador.
97 27 consiliis. 121 15 porrige manum.
98 6 deshora. 121 16 propiüatio.
99 27 hacen. 12« 1 diciéndole.
"100 19 tiernísimamente. 130 23 enfervoreceis.
102 29 gradualmente, 132 15 á las almas.
103 11 de los fieles difuntos. 133 8 Fatricio.
103 23 Magis. 187 20 María.
104 3 en el noviciado. 139 27 placalilem.
104 20 6.4.n.5. 139 27 consolarer.
105 11 y en la militante, 140 3 amada hija mia.
106 10 y socorre, 141 7 se festeja.
107 25 en todo el dia. 141 12 perderse.
109 19 no dejemos de practicarla. 142 1 cuanta devocion.
109 21 Colina. 143 23 cuanto de más feliz.
110 8 Rainandus. 143 31 un trono.
110 25 por vía de gracia y por vía de 154 26 Jesucristo.
justicia, por vía de gracia cuan- 155 5 presente.
do la Iglesia, 156 13 hácia á ellas.
111 14 un grande, 157 31 las almas del Purgatorio.
111 17 ó en cuerpo, 161 2 este sentimiento.
112 4 le invocare, 163 30 de una puerta.
113 25 s u deuda, 167 30 este es un.
314 24 y en alegría sino. 171 21 Pancm.
i72 5 rogaseD.

r
178 2 vincti.
185 17 estando en el seno,
168 7 hácia Dios.
192 22 lo que sucede.
193 12 imiten.
193 13 hubiéramos.
193 24 el procurarnos.
J95 9 buena.
14 se perfecciona y aumenta.
5 colores. Escuchad! oh Señor,
las voces de todo el Universo.
El cielo, el Purgatorio.
204 4 Anim.
204 20 Societatem invicem.
204 20 sanguis.
208 3 solamente.'
208 7 perpetuamente.

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