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VIOLENCIA HACIA LA MUJER EN COLOMBIA

Una De las situaciones que se siguen encontrando con gran frecuencia es la violencia hacia la mujer,
en donde se ven vulnerados diferentes derechos humanos y fundamentales. Queremos centrarnos
en uno de los derechos fundamentales que se ven vulnerados hacia las mujeres: “Artículo 12. Nadie
será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.” (Constitución Nacional de Colombia).

En la actualidad según investigación realizada por la Defensoría del pueblo, “el 22% de las mujeres
en Colombia, reportan haber experimentado violencia física o psicológica en el último año. Esta
violencia la sufrieron con mayor frecuencia las jóvenes (28 %) y las mujeres”. Unido a esto se ve
reflejada la violencia hacia la mujer a partir del acoso sexual. Hay un sentimiento universal renovado
de rechazo a este tipo de violencia. La investigación muestra que es muy grande el número de
mujeres que han sentido acoso sexual en el trabajo, el estudio u otros espacios sociales, el 20% de
las mujeres encuestadas registran haber sido víctimas de acoso sexual en el último año, suma que
asciende a casi 3,5 millones.

Si hablamos de derechos humanos, nos dirigimos directamente hacia el nacimiento de ellos. El


primer intento de codificación de los derechos humanos se hizo en 1947, aunque no tuvo carácter
vinculante, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la cual se reconocieron
expresamente, entre otros, el derecho a la vida, a la igualdad, a la libertad y a la seguridad de la
persona; a no ser discriminado, o sometido a esclavitud, o a tortura, o a tratamientos degradantes.
Dicha Declaración fue adoptada por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones
Unidas), en Paris, Francia, el 10 de diciembre de 1948.

Desde este momento se habla de la dignidad, igualdad y la seguridad de todas las personas, por lo
que podemos afirmar que el concepto de derechos humanos hace referencia primeramente al
sentido, de la dignidad humana, que es antes que cualquier formulación jurídica o política, una
condición o cualidad moral, inherente a todo ser humano sin ningún tipo de limitaciones, sean estas
económicas, físicas, culturales, raciales, sexuales, etc... Dignidad que se sitúa entre dos cualidades
esenciales: la libertad y la plena igualdad de los seres humanos.

Estos derechos han de ser reconocidos tanto para hombres como para mujeres, sin embargo en la
realidad muchos de estos derechos son limitados hacia las mujeres, y se encuentran con una serie
de limitaciones legales a la hora de defenderlos. Es una realidad que a nivel internacional, el
maltrato y el uso de la violencia hacia la mujer es reiterado y se constituye en hechos cotidianos,
desde la idea que la mujer pertenece o es un objeto que se obtiene por un matrimonio o un
contrato, hasta la idea que la mujer es débil y necesita de un hombre para ser guiada. En nuestra
realidad Colombiana aún continúan manifestaciones y hechos concretos de violencia hacia la mujer
por cuestiones culturales.

Desde este punto de vista se habla de tortura o tratos crueles. La tortura, es un hecho punible, no
solamente en la legislación colombiana sino también en el ordenamiento jurídico internacional. Al
respecto, la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes,
expresa en su artículo 1 que: "Todo acto por el cual se infrinjan intencionalmente a una persona
do/ores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un
tercero información o una confesión, se castigaría por un acto que ella haya cometido, o se sospeche
que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras”. En este orden de ideas
el sometimiento a la mujer a tratos crueles sea por personas externas o por aquellos cercanos a ella
han de ser castigados igualmente.

En nuestro País, además de la Constitución que presenta herramientas para defender los derechos
fundamentales, existen otras normas que se orientan a los diferentes derechos. Para efectos del
documento nombramos aquellas que van en torno a la defensa de este derecho fundamental:

- La Ley 188 de 1994, creó en Colombia la Dirección Nacional para la Equidad de las Mujeres, que en
la actualidad es una dependencia del Departamento Administrativo de la Presidencia de la
República.

- La Ley 294 de 1996, por medio de la cual se desarrolla el art. 42 de la Constitución y se dictan
normas para prevenir, remediar y sancionar la violencia intrafamiliar, de la cual la mujer es una de
sus principales víctimas. Entre las más importantes medidas, se destacan las siguientes: Las que
consagran la “igualdad de derechos y oportunidades del hombre y la mujer”; un proceso judicial
sumario y breve que permita la protección inmediata de la víctima de violencia intrafamiliar, sin
perjuicio de las acciones penales; la que tipifica la violencia intrafamiliar como un delito contra la
armonía y la unidad de la familia; y la que tipifica la violencia sexual entre cónyuges como otro de
tales delitos.
- La Ley 731 del 14 de enero de 2.002, “por la cual se dictan normas para favorecer a las mujeres
rurales”, la cual “(…) tiene por objeto mejorar la calidad de vida de las mujeres rurales, priorizando
las de bajos recursos y consagrar medidas específicas encaminadas a acelerar la equidad entre el
hombre y la mujer rural” (art. 1o).

Sin embargo, unido a la norma es importante tener en cuenta la educación como la principal arma
en contra de la violencia. Educación que hace referencia a la forma como las familias formamos a
nuestros hijos y los roles que han de jugar en la vida, la educación que tiene que ver con la formación
tanto a hombres y mujeres en torno a la constitución de un proyecto de vida que vaya más allá de
cumplir unos roles establecidos, y que por el contrario se vean enriquecidos en la vida social, política
y económica de un País. Cuando se educa se rompen esquemas preestablecidos y se puede
construir desde la persona una idea más democrática e igualitaria de la vida misma, de manera que
se construya una sociedad en donde ningun@ esté en desigualdad y por tanto no se dé espacio a
acciones violentas o degradantes.

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