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La historia de la minería peruana a través del tiempo ha sido dividida, para su mejor estudio en
dos grandes períodos: Prehistoria e Historia. La Prehistoria comprende a su vez dos grandes
épocas: Pre-Inca e Inca.
Desde los inicios de esta antiquísima y dilatada época, el aborigen peruano incorporó los
recursos minerales a su lucha por la supervivencia y dominación de un medio hostil, y a lo
largo de esa enconada lucha por la forja de una cultura, no sólo utilizó los minerales en su
alimentación, sino también en la elaboración de toscos y rudimentarios utensilios. Prueba
de ello son los instrumentos líticos hallados en 1969 por el arqueólogo norteamericano
Richard Mac Neish, en Poccaicasa, Ayacucho, a los que se atribuye una antigüedad
comprendida entre los 20,000 a los 22,000 años antes de Cristo.
Si bien consiguió aquellos hitos culturales, caracterizados por la utilización de los minerales,
el antiguo peruano no se quedó ahí, sino que avanzó a la etapa de las grandes culturas,
etapa en la cual alcanzaron su mayor expresión la alfarería, los instrumentos líticos y
apareció rica y orgánicamente la minería metálica y la metalurgia. Prueba de ello son las
culturas Chavín de Huántar, provincia de Huari, departamento de Ancash, con una
antigüedad de 900 a 500 años a.C., ampliamente estudiadas por el arqueólogo peruano
Julio C. Tello en 1919.
Huantar (Ancash) 1200 - 200 a.C. Esta primera civilización peruana se asentó en su poder,
basado en un orden teocrático; tuvo su centro en el templo Chavín de Huantar, en cuyas
paredes y galerías abundaron las esculturas de feroces dioses con rasgos felinos.
Otra cultura antigua fue la Vicús, a unos 900 kilómetros al Norte de Lima, sobre la carretera
Panamericana cerca de Piura y con una antigüedad entre el milenio anterior a Cristo y 300
años de nuestra era.
Surgió en la costa Sur del Perú. Alcanzó un gran desarrollo en el arte textil, por sus mantos,
cerámica, técnicas de momificación y trepanaciones craneanas, que demuestran su
avanzada tecnología médica. Cultura Paracas Paracas, descubierta por Tello en 1925, y
clasificada en períodos que varían entre 700 y 500 años A.C.
La cultura Nasca (300 a.C. - 900 d.C.) Venció al desierto costeño con acueductos
subterráneos y dejó en ese terreno grandes figuras geométricas y de animales que, al
parecer, constituyeron un calendario agrícola que hasta ahora asombra a los investigadores.
Nazca ubicada en el tiempo hacia el año 100 de nuestra era, como la fecha inicial; y
Mochica, llamada Proto Chimú por Max Uhle. Todas estas culturas conocieron el oro, la
plata, el cobre, el platino, y muchas veces mezclaron los minerales rudimentariamente.
Se ubicó en la sierra peruana, en la región del Collao (que abarca territorios de Chile y
Bolivia) y legó a los peruanos las terrazas de cultivo, los andenes, y el manejo de diversos
pisos ecológicos en la agricultura.
Y es así como el hombre peruano inició la era de los grandes imperios pre-incas, en los
cuales los metales y la metalurgia alcanzaron un alto grado de desarrollo.
Expresión de tan grande avance fue la cultura Tiahuanaco, que se centró en el Alto Perú, al
Sur Este del lago Titicaca y a 4,000 m.s.n.m.; en sus diferentes períodos abarcó más de un
milenio, casi desde el principio de nuestra era hasta el siglo XIV, a las vísperas del
nacimiento del incario. Esta cultura se caracterizó por su arquitectura lítica de grandes
proporciones, como la famosa Portada del Sol y el conjunto de grandes monumentos de
Kalasasaya. También conocieron la cerámica y la metalurgia, campo este último en el que
trabajaron con acierto el cobre y el estaño, logrando el bronce, como también el oro y la
plata.
La refinada cultura Chimú (700 d.C.) Trabajó el oro y otros metales y construyó con barro la
ciudad de Chan Chán, ubicada en Trujillo.
Cultura Chimú
El reino Chimú, con una duración relativamente breve, del año 1,200 de nuestra era hasta
el 1,460, forjó una cultura excepcional, que se expresó especialmente en su arte para
trabajar los metales. Este reino pre-inca no sólo conoció la alfarería, sino que logró las más
avanzadas técnicas para trabajar el oro, al que trataron por fundición, soldadura, martillo,
remache, repujado y laminado. Prueba de tan avanzado arte son las numerosas piezas de
oro halladas en Batán Grande, Lambayeque; y los utensilios domésticos y rituales como los
tumi, porras estrelladas y puntas de lanza.
En la costa Norte se desarrolló y aglutinó a las autoridades militares de los valles costeros,
como el conocido señor de Sipán. Los huacos retrato de la cultura Moche y su iconografía
sorprenden por su elaboración y el manejo del diseño.
Cultura Moche
A esta gran variedad de recursos del antiguo minero peruano, hay que agregar las hornillas
de piedra y cerámica, crisoles para fundición y yunques de cobre, bronce y piedra o
engastados en madera.
Ante tantas evidencias del uso de los minerales por los antiguos peruanos, los etnólogos y
antropólogos se han preguntado: ¿En qué fechas de la cronología y con qué culturas
apareció el uso de tal o cual metal? Al respecto, Paúl Rivet, etnólogo y antropólogo francés
que precisa y compendia científicamente las más variadas respuestas a dicha interrogante,
ha sostenido que el cobre apareció en la alta meseta peruano-boliviana con la civilización
Tiahuanaco, es decir hacia el cuarto de siglo de nuestra Era, y en la región de la costa del
Perú, con la civilización Chimú.
En sus conclusiones, Rivet estableció que la utilización del oro fue anterior a la del cobre,
puesto que el oro aparece desde el principio de la cultura Nazca en la costa peruana, y
desde el principio del período Chavín en la Cordillera Septentrional peruana.
Orfebre-Recortado: se
observa el proceso de
recortado de una lámina de oro. Se realizaba sobre una
superficie dura (tass) con un cincel de corte usualmente
de un metal de mayor dureza (cobre). El proceso termina
cuando la lámina adquiere la forma que el orfebre
espera. Todas las herramientas y la lámina de oro son
pre hispánicas.
Cultura Tiahuanaco
Cultura Inca. Idolillo elaborado con láminas de oro embutidas y unidas con
soldadura. Representa a un personaje de élite (orejón) con las manos
recogidas hacia el pecho.
La época incaica se inició entre los siglos XII y XIII de nuestra era, y su expansión y
consolidación llegaban a su punto más alto precisamente en los tiempos en que se producía
el descubrimiento de América.
A su llegada al Perú, el hecho que más impacto a los españoles fue la abundancia y uso de
metales preciosos. Encontraron una industria minera muy activa y diversificada, que aparte
del oro y la plata trabajaba también el cobre en gran escala, conocía el mercurio y elaboraba
variadas aleaciones entre las cuales la principal fue el bronce, y otras de producción irregular
y hasta ocasional, como el plomo y el zinc, y aún el platino.
También los incas alcanzaron gran destreza en el trabajo de la piedra, realizando, sin otros
recursos que el ingenio y herramientas elementales, movilizaciones ciclópeas de bloques
que pesaban hasta cien toneladas, logrando uniones y acabados tan notables -como la
famosa piedras de los doce ángulos en Cusco- que demuestran no sólo precisión, sino
también procedimientos acerca de los cuales no se ha logrado hasta ahora una explicación
concluyente.
Conocieron el petróleo natural, aunque ignoraron sus usos, los venenos arsenicales y los
sulfuros. En textilería emplearon sales minerales como mordientes. Igualmente extrajeron y
aplicaron múltiples colorantes, tales como el cinabrio en varios tonos de rojo, el verde de la
atacamita, el gris de la blenda de zinc con ganga de hierro, el anaranjado de cinabrio y
ganga ferruginosa, el gris azulado, cerúleo de la azurita con malaquita, el rojo oscuro algo
azulado de un óxido férrico, el gris verdoso de la obsidiana, el anaranjado del rejalgar, y el
amarillo del oropimente, emplearon también el aluminio, óxidos de hierro y de antimonio,
turquesa pulverizada y ocre rojo.
En el conocimiento y desarrollo de la
actividad minera, el minero de la época
inca supo explotar buen número de minas.
En el área de la provincia franciscana de
San Antonio de Charcas que comenzaba
en el Cusco y acababa en Tarija, se
produjeron las mayores riquezas de oro y
plata, estaño, cobre y demás metales.
Pudiéndose enumerar los yacimientos de
Potosí, Chichas, Lipes, Charcas (con más
de veinte asientos), Oruro, Carangas, Berenguela, Sicasica, Pocajes, Tiahuanaco, Larecaja,
San Antonio de Esquilache, Cailloma, Lampa, Pomasi, Santa Lucía, Condoroma,
Vilcabamba y Carabaya, con mención especial de este último valle donde hay en más de
ocho cerros de la cordillera todos los minerales de oro que corren tierra adentro.
Valcárcel dice que en el informe presentado por Rodríguez de Figueroa en 1583 se señala
que las minas de Larecaja se llaman Llachane y que fueron dadas por el Inca a los indios
de la provincia de Omasuyo, y que después encontraron otras en Cutari, en Tora, en
Tipoyane o Ayche, todas las cuales eran de oro. Las de Hiana hacia Pallallunga fueron
dadas a los yungas de Larecaja; las de Carabaya estaban en los cerros de Apuruna y
Vilcabamba en el río Grande de Callana y en Hipara; y que todas eran de Inca, las que
posteriormente fueron llamadas San Juan del Oro y de San Cristóbal, y señaladas a los
indios de Huancané y Vilque para extraer el metal. El oro estaba en pepitas y las minas de
mayor volumen correspondían a los yacimientos de Carabaya; y que la gente que
beneficiaba las minas de esa región pertenecía a los pueblos de Sananguía, Mocomoco,
Uxatica, Ichuma, Ambaña, Cumbaya, Hilacaya. Así mismo las minas de oro y plata de Porco
y Tarapacá.
La forma como se llevó a cabo la explotación de dichas minas fue descrita por Pedro Sancho
de la Hoz, secretario de Francisco Pizarro en los siguientes términos: “Están las minas en
la caja de un río, a la mitad de la altura, hechas a modo de cuevas, a cuya boca entran a
escarbar la tierra y la escarban con cuernos de ciervo y la sacan fuera con ciertos cueros
cosidos en forma de sacos o de odres de pieles de ovejas. El modo con que las lavan del
mismo río una seriola de agua, y en la orilla tienen puestas ciertas losas muy lisas sobre las
cuales echan la tierra, y echada sacan por una canaleta el agua de la seriola que viene a
caer encima y el agua se lleva poco a poco la tierra, y se queda el oro en las mismas lozas
y de esta manera lo recogen. Las minas entran mucho dentro de la tierra, diez brazas unas
y otras veinte, y la mina mayor que se llama Guarnacabo, entra cuarenta brazas. No tiene
luz ninguna ni más anchura que para que pueda entrar una persona agachada y hasta que
esta no salga, no puede entrar ninguna otra”.
El autor además destaca que este tipo de mina no es común y que contrasta con el de otras
zonas del continente y aún de la misma región, que son simples pozos profundos, como la
altura de un hombre y que se abandonan para abrir otros cuando exceden de esa hondura.
Otra valiosa conclusión, digna de ser comentada, es que las minas de la región del Titicaca
eran trabajadas solamente cuatro meses al año, desde el amanecer hasta el atardecer.
Aunque los incas extraían una gran variedad de metales, el cobre era el de uso más extenso,
mientras que el oro era de propiedad del Estado, quien disponía de inspectores para el
control de la producción, así como para evitar que nadie robase.
Metalurgia Inca
Si bien Garcilazo hizo algunas referencias sobre la utilización del plomo, y su mezcla con el
metal de la plata, las apreciaciones científicas sobre la metalurgia del plomo en el incario
son cautelosas, estimándose que, en todo caso, debe buscarse su huella en las zonas
andinas del Perú más que en la costa.
Sin embargo, en la costa peruana se han encontrado objetos de ese metal (cucharas y
figuras de animales) y en el Cusco dos figuras, una humana y otro animal, en plata cuprífera
recubierta de plomo, y que actualmente se encuentran en el citado Museo del hombre en
París. En este mismo existe un fragmento de sandalia funeraria proveniente del Bajo Perú,
que es de latón: sería uno de los pocos indicios de aleación de cobre con zinc o sea de la
metalurgia del zinc.
También los indios supieron fundir y colar los metales y aleaciones que empleaban, con
excepción del platino y el hierro. Hay indicios que la soldadura autógena (unión de dos
objetos de la misma composición metálica) fue aplicada ya por los antiguos peruanos. Como
prueba existe una figurina del Cusco, representando una llama hecha de láminas de oro.
Está compuesta de quince partes: el cuerpo, el cuello, la cabeza, orejas, patas, genitales y
cola está unidos por soldadura.
Los autores ya anotados señalan finalmente que en la costa peruana los metales conocidos
fueron el oro, la plata, el cobre, estaño, plomo; las aleaciones de cobre y estaño; plata y
cobre; oro y cobre; plata y oro; plata, oro y cobre; y las técnicas aplicadas: martillaje,
endurecimiento por martillaje en frío, coladura ordinaria y con cera perdida, puesta en calor;
enchapado en oro sobre plata y sobre cobre, enchapado de plata sobre cobre o sobre
aleación de cobre y plata, soldadura autógena y soldadura ordinaria, trefilado, proceso de
repujado, revestimiento metálico, recortado.
La minería Colonial tuvo más de extracción que de industria. Se trabajó sin método, con
desperdicio de recursos y energías. Los primeros años de la conquista fueron de distribución
de las riquezas del imperio incaico. Sólo cuando los templos, palacios y tumbas comenzaron
a mostrar signos de agotamiento, se pensó en las minas.
Durante esos años, los indígenas, como una forma de resistencia pasiva, eliminaron huellas
e indicios que hubieran permitido localizar las vetas metálicas explotadas por ellos, algunas
de las cuales no llegaron a ser descubiertas jamás por los peninsulares.
1.3.1. Los Años Iniciales. -
Conocida es la intensa agitación que siguió a los primeros años de la conquista. Las
guerras entre conquistadores y el poder real español abarcaron más de veinte años, ya
se cuentan desde la prisión de Atahualpa en diciembre de 1532, o su muerte en agosto
del año siguiente: o desde la fundación de Lima por Pizarro el 18 de enero de 1535; hasta
que con el marqués de Cañete comenzó un poco de tranquilidad en el Virreinato.
Según la relación que diera a conocer José Balta - Ingeniero minero y estadista peruano,
la cronología minera del Perú colonial tendría su punto de partida en 1537, con la
explotación de los yacimientos de oro y plata de Lucanas y Parinacochas, siguiéndole los
descubrimientos de minas de plata en Jauja y Huancayo el año de 1539; las de oro en
Jaén y Carabaya los años de 1544 y 1545 respectivamente. Así mismo Cieza de León
menciona, en 1533, minas en Chacas, Sandia, Carabaya y Cajamarca.
El suceso más importante data de 1540 cuando Gonzalo Pizarro y Diego Centeno
consiguieron que los indígenas de su encomienda les proporcionasen la ubicación del
asiento argentífero de Colque Porco, que según los nativos conocían, y del cual, según
Cieza de León, se había extraído buena parte de la plata que recubría algunos de los
muros del Templo del Sol, el Coricancha en el Cuzco. Las minas de Porco, cuyas menas
eran principalmente pirargirita o plata roja, rosicler, que los antiguos peruanos
denominaron cochizo, quedaron en manos de los hermanos Pizarro, Francisco, Gonzalo
y Hernando; y de ellas se abasteció para sus recursos Gonzalo, cuando la ambición le
impulsó a las aventuras belicistas que culminaron con su muerte.
Cuando el padre Acosta visitó Potosí en los tiempos del Virrey Toledo, el año de 1547, los
trabajos de excavación habían alcanzado cerca de 400 metros de profundidad; las vetas
variaban de ancho entre 1.65 m y 21 cm, y la ley de mineral se calculaba de 6 a 10 marcos
- el marco equivale a 230 gramos - por quintal, o sea de 30 a 50 kilos por tonelada métrica,
estimándose pobres los minerales de 2 a 6 kilos por tonelada métrica.
Según Carlos Prieto, autor de “La minería en el Nuevo Mundo”, considera que las minas
de Potosí rindieron, del año 1545 a 1803 1,095.500.000 de pesos.
La riqueza argentífera del Altiplano, primero Porco, pero sobre todo Potosí, quitó
significación a otras explotaciones mineras que se emprenden en los primeros años de la
colonia (Lucanas, Parinacochas, Jauja, Huancayo, Jaén, Cajamarca, Chacas, Sandia,
Carabaya).
Huancavelica
Las minas de este nombre eran conocidas en tiempo de los incas, y de ellas obtuvieron el
cinabrio o bermellón que, con el nombre de llimpi, era utilizado como colorante facial, con
fines de adorno, festivos, bélicos o religiosos; existiendo la presunción de que se le
empleara aún antes del Tahuantinsuyo.
Fue durante el gobierno del Virrey Marqués de Cañete, que se favoreció la búsqueda de
mercurio como lo acredita una Real Cédula expedida el 4 de setiembre de 1555, donde
se recomienda al mencionado virrey estudiar unas notas del secretario Vásques de Molina
y del consejero Vaca de Castro, acerca de la manera de valerse del mercurio para tratar
los minerales de plata.
El virrey favoreció por todos los medios la búsqueda de vetas de mercurio, y hacia 1558,
Gil Ramírez Dávalos y Enrique Garcés hicieron algunos hallazgos menores,
consiguiéndose inclusive una especie de exclusiva de explotación, que fue derogada.
A base de las referencias indirectas sobre el cinabrio usado por los indios, Garcés y
algunos socios suyos efectuaron trabajos de exploración y cateo en las zonas de
Huancavelica, pero el descubrimiento de las ricas minas de azogue fue hecho por un indio
llamado Navicopa.
El lugar donde estuvieron esas minas de azogue era una meseta deshabitada a 3,800
metros de altura, situada cerca de la ciudad de Huamanga.
Se dice que, en la primera exploración realizada por Cabrera, este encontró una veta que
representaba 80 varas de longitud por 40 de ancho, en la cual podían trabajar
simultáneamente más de trescientos hombres. Posteriores trabajos mostraron una gran
veta que se denominó la “Descubridora”, después Santa Bárbara, con una anchura de
más de 30 metros, que corría de Norte a Sur, y se extendía a flor de tierra por unas siete
leguas.
La producción de las minas de Huancavelica no sólo cubrió con holgura las necesidades
internas, sobre todo para el tratamiento de la plata, sino que, aún más, se hicieron
considerables envíos de azogue a México.
Huantajaya
La mina de Chiflón fue trabajada desde la cumbre a tajo abierto, quedando temporalmente
abandonada cuando se agotó la veta de superficie. Casi un siglo más tarde, en 1680, el
indio Domingo Quilina descubrió nuevas vetas, que puso en conocimiento de Francisco
de Loayza.
Las vetas de estas minas se presentaban rodeadas de capas de sal gema; en ella se
descubrió más tarde la huantajayita, un cloruro doble de sodio y plata, de composición 20
NaCl, AgCl, que se presenta en incrustaciones o en cristales cúbicos.
Cerro de Pasco
Desde antes de la llegada de los españoles, la zona de Cerro de Pasco era objeto de
trabajos mineros para la extracción de la plata. Es en el año de 1630, en el gobierno del
virrey Luis Gerónimo Cabrera, que se descubrió el mineral de Yauricocha o Pasco. Se
atribuye el hallazgo al indio Huari Capcha, pastor de ovejas de una hacienda del lugar.
La explotación se realizó desde el comienzo con marcado buen éxito, atrayendo a muchos
mineros, entre ellos Martín Retuerto, quien abrió en Lauricocha, dentro de la hacienda
Paria, el primer socavón que resultó muy rico, y que muchos años después, en 1745, fue
vendido a José Maíz, quien perforó otro socavón.
La gran cantidad de plata extraída de Cerro de Pasco en la época Colonial provino casi
exclusivamente de la explotación de los pacos superficiales que se beneficiaban por el
método de amalgamación. Los socavones hechos fueron de poca profundidad, solo en el
año de 1780 se comenzó el de San Judas, con una penetración de 1,400 varas bajo tierra,
unos mil doscientos metros. Su ejecución duró alrededor de unos veinte años,
terminándose en 1800, aunque uno de sus ramales, el Yanacancha, se prosiguió hasta
1807. Además, en 1806, se emprendió la construcción del socavón de Quiulacocha.
Se creyó inicialmente que se trataba de tres minas diferentes, pero las excavaciones y
avances posteriores demostraron que era un solo manto, con varios pliegues, con
afloramientos visibles en una extensión de más de tres kilómetros. El yacimiento se
extiende por una serie de montañas, en la mesa de Bombón, a más de 4000 metros de
altitud, rodeando la laguna de Colquijirca, de pórfido cuarcífero, cuyo nombre significa en
quechua “Cerro de plata”.
El gran problema de las minas de Cerro de Pasco fueron las inundaciones que dificultaban
e impedían los trabajos. La solución llegó a través de la revolución industrial, y la primera
máquina a vapor usada en América fue instalada en la mina Santa Rosa de Cerro de
Pasco, en 1816.
Fue durante las luchas por la independencia que las tropas realistas destruyeron las
bombas a vapor porque las minas de Cerro de Pasco eran la principal fuente de ingresos
económicos para los independientes.
Laycacota
Fue José Salcedo, quien, en 1657, según unos por revelaciones de un indio, según otros
por consejo de una india, atacó el crestón del vecino Cerro de Laycacota, descubriendo
una valiosa veta; lo mismo hizo en la laguna cercana que mandó barrena, “encontrando
una rica mina de plata blanca”, que pudo ser extraída a poco costo, abriéndose dos bocas
principales, la de “Las Animas” y la de “Laycacota la baja”. Se asegura que, de esta última,
en una sola noche, José Salcedo sacó 93 bolsas de mineral, por valor de más de cien mil
pesos. En la misma mina obtuvo un bloque de plata maciza y sin mezcla, que pudo ser
marcada como si fuera una barra una vez fundida para separar el quinto del rey. La riqueza
del cerro se extendió a los cerros de Cancharani, Azoguine y otros.
Los Salcedo envanecidos y soberbios por el éxito económico alcanzado con la mina de
Laycacota, se enfrentaron a las autoridades coloniales, siendo el virrey Conde de Lemos,
quien apresó a José Salcedo y lo llevó a la horca.
El virrey Conde de Lemos hizo arrasar y asolar la población de San Luis de Alba
(Laycacota), que contaba con más de tres casas y dispuso el traslado de la capital de la
provincia de Paucarcolla a la población de San Juan Bautista de Puno.
No obstante estar entre los más ricos yacimientos de plata explotados durante la colonia,
los datos de las minas de Hualgayoc son escasos, lo que tal vez obedece a lo tardío de
su descubrimiento español, el año de 1771.
Los minerales de Hualgayoc contenían oro, plata, cobre y plomo. Humboldt indica que
también hay huellas de habérseles beneficiado a la orilla derecha del río Mucurpampa,
entre el cerro de San José y el lugar que los indígenas denominan Choropampa, donde
se han encontrado grandes masas de oro diseminadas en ramas y fibras, contorneadas
en algunas vetas de rosicler y de plata sulfúrea.
Humboldt indica que la plata sacada de esas minas en los primeros 30 años, desde 1771
a 1802 “excede probablemente en mucho” de 30 millones de pesos; y Raimondi menciona
la misma cantidad como rendimiento de los últimos 30 años del siglo XVIII.
Minería de oro
La producción aurífera durante la colonia tuvo menos importancia que la de la plata. Según
da cuenta Cieza de León en su relato sobre las guerras civiles del Perú, al principio se
explotaron y en gran escala desde 1542, los yacimientos de Carabaya, así como los de
Oruro, Asillo y Azángaro.
Además de los de Carabaya, también fueron famosos los de Sandia; unos y otros habían
sido intensamente trabajados durante el Tahuantinsuyo; y su explotación hispánica se
incrementó después de la derrota de Gonzalo Pizarro por La Gasca, probablemente hacia
1549, a la llegada de numerosos españoles prófugos que fundaron la población de San
Juan del Oro.
En la relación que Fray Buenaventura Salinas ofrece sobre las minas descubiertas hasta
1630, se mencionan entre las de oro: Carabaya, Chilpacas, Collay, Chimbo, Zaruma,
Chocorbos, Cuenca, Sarguansongo, Mandinga, Popayán, Quixos, Valladolid, Cuayllay,
Labia, Canas y Canchis, San Juan del Oro y Vilcabamba.
Descubrimientos posteriores son los de Alpacay en 1680, San Juan de Chorunga en 1750;
Chalhuani en 1775. En los departamentos del Sur se trabajaban además los yacimientos
de la Convención, Paucartambo y Cotabambas, atestiguando una extensa población los
desmontes dejados en las minas de Cochasayguas (Cotabambas). En el Norte, los
lavaderos de Pallasca y las minas de Pataz. Según la memoria del Virrey Gil, en su época,
de 1790 a 1795, había en actividad 69 minas de oro, con 122 molinos, sin contar los
lavaderos.
Entre muchas minas que fueron descubiertas y trabajadas, requieren mención especial
las de Castrovirreyna y San Antonio de Esquilache. Hay que agregar el cerro de
Colqueporco (cerro de plata en quechua) en la provincia de Huaylas.
Minerales varios.
Conocido es que los conquistadores españoles solo pusieron interés en los metales
preciosos, oro y plata, que se hizo extensivo al azogue por la importancia que este mineral
tenía para el más provechoso beneficio de la plata.
Es natural que, con la Colonia, en todo lo que no fuera oro y plata, la minería languideciera.
Lo poco que se extrajo de otros metales fue ocasionalmente, por encontrárseles como
componentes de aquellos.
Es a raíz de las incursiones de los barcos piratas que las autoridades coloniales se
acordaron de la utilización del cobre y del estaño para la fundición de cañones de bronce,
indispensables para la defensa del litoral.
El plomo se extraía de casi todas las minas de plata. Las minas de zinc apenas se
explotaron. En cuanto al hierro, su explotación fue nula; sólo al final de la dominación
española se descubrieron las minas de Santiago del Estero y Salta, ambas en Argentina.
Mención especial debe hacerse de las breas coloniales, que si bien extraídas y
aprovechadas en mínimas proporciones, constituyeron el antecedente de la industria
petrolera desarrollada en la República ya en el presente siglo XX. La historia de esta
explotación se centra exclusivamente en las minas de Amotape en Trujillo.
La explotación de las salinas fue otro sector importante, siendo las más significativas las
de Yocolla, Potosí, Chilca, Tumbes, Puerto Viejo, valle de Huaura, en la provincia de
Condesuyos.
Es hacia fines del virreinato que en Minerva Peruana se hace noticia, el año de 1809, el
descubrimiento del nitrato de soda, cuya explotación sólo habría de comenzar en 1830,
en los primeros años de la República. Es el punto de partida de la historia del salitre.
La metalurgia colonial.
Las primeras fundiciones realizadas por los españoles datan de la llegada de Francisco
Pizarro, que “mandó fundir cierto oro que estos caciques (de Hachire, Almotaje o Amotape,
Tangarará) y el de Tumbes habían dado de presente”. Esta inaugural fundición, para
reducir el oro a tejos, se habría realizado en Tangarará o en el puerto de San Miguel de
Piura.
Los métodos hispanos no siempre fueron eficaces, y así, en Potosí durante 25 años, hasta
la amalgamación se siguieron usando las pequeñas y primitivas guairas de los indios.
Como inventor del proceso metalúrgico de amalgamación se reconoce a Bartolomé de
Medina español llegado a México hacia 1553. El método se utilizó durante tres siglos sin
sustanciales modificaciones, solamente con algunas mejoras, entre las cuales es
destacable el beneficio de caso y conocimiento inventado en 1590 por Alvaro Alonso
Barba.
Esta etapa se caracterizó por la explotación del guano y el salitre; en 1884 se inicia la
reconstrucción de un país abatido por una derrota.
En el período de 1884 hasta el término del siglo se dieron importantes hechos que vale la
pena mencionar.
El 8 de febrero de 1890 se da la Ley por la cual se exonera por 25 años la industria minera
a todo gravamen e impuesto excepción de la contribución de minas instauradas por la ley
del 12 de enero de 1877, en el año de 1890 se descubre los boratos de Arequipa.
El interés del sector empresarial se desplazó hacia la minería de cobre; mineral que había
cobrado importancia luego del alza de su cotización a mediados de la década de 1890-1899
y de la reducción considerable del costo de transporte; en 1892 el ferrocarril central llega a
Casapalca y el año siguiente a la Oroya.
Posteriormente, para hacer rentable la explotación de minerales de menor ley en esta zona,
hubo necesidad de instalar fundiciones, que permitieran disminuir aún más el costo del
transporte que, en estos casos, resultaba elevado.
De esta forma a comienzos del siglo, se encontraban operando once fundiciones en Cerro
de Pasco y cuatro en zonas aledañas, las cuales llevaron un mayor dinamismo económico
a la zona.
El año de 1904 se inicia la explotación de bismuto en las minas de San Gregorio que
perduraría hasta 1914, ese mismo año se constituyó la azufrera Sechura. Para explotar el
azufre de la costa del desierto de Sechura en 1905 se exporta 1778 Kg. de mineral de níquel
de Ayacucho, el año de 1907 se inicia la explotación de antimonio y en 1907 la de vanadio.
En 1910 se comenzaron a trabajar los yacimientos de tungsteno de Ancash y la libertad y
en 1915 se inicia con la explotación del molibdeno.
En el año de 1915 al cumplirse los 25 años de rigor de la ley del 29 de noviembre de 1890
que exonero todo impuesto a minería, se establecen los derechos de exportación como una
forma de impuesto a las utilidades al oro, la plata y el cobre.
En el año de 1922 se crea la dirección de minas y petróleo y el año de 1926 al darse la ley
7574 se exonera al plomo y al zinc de todo impuesto.
Pasada la crisis de los años 29 al 32 resurge la minería aurífera al amparo de la ley 7601
del año 1930 y tomó impulso la minería de plomo y zinc.
La creación del Banco Minero del Perú el año de 1942 de fundación del Instituto Geológico
en el año de 1944, la división de la Dirección de Minas y Petróleo en dos direcciones en
1949, la creación de las Jefaturas Regionales de Minería y el Registro de Concesiones y
Derechos Mineros en marzo de 1950 y promulgación del Código de Minería el 12 de mayo
de 1950 son hechos relativamente recientes.
En los últimos 50 años, el Perú registra la producción de 20 metales: oro, plata, cobre,
plomo, zinc, fierro, tungsteno, vanadio, manganeso, molibdeno, níquel, arsénico, antimonio,
bismuto, mercurio, cadmio, estaño, indio, telurio y talio; y de 24 no metálicos: petróleo,
carbón, azufre, cal, cemento, sal, yeso, agua, mineral, arcilla, baritina, bórax, cuarzo, caolín,
ocres, sillar, graba, sílice, mica, asbesto, salitre, sulfato de magnesio, talco y tierra de
infusorios.
A raíz de dicha norma, y gracias al dictado de leyes que daban incentivos tributarios a la
actividad minera, se produjo un flujo significativo de inversión extranjera destaca la creación,
en 1901, de la empresa Cerro de Pasco Mining Corporation, Northern Perú Mining and
Smelting Company y la Vandium Corporation.
En 1902 se funda el Cuerpo de Ingenieros de Minas y ese mismo año, se organiza la Cerro
de Pasco Mining Co. Predecesora de la Cerro de Pasco Copper Corporation.
La producción de cobre empezó a crecer desde comienzos del siglo, sobre todo por el
aumento de la producción de Morococha y la apertura dl tramo ferroviario la Oroya - Cerro
de Pasco, lo cual favoreció el transporte y, por ende, la explotación de minerales. Asimismo,
en 1906, se puso en funcionamiento la fundición de Tinyahuarco, que empezó a producir
cobre blíster.
En general, entre 1900 y 1917, la minería metálica tuvo un crecimiento importante debido
principalmente a la inversión extranjera que introdujo capital en gran escala y nuevas
tecnologías. Así, la minería volvió a ser una de las principales fuentes de ingreso de divisas,
aunque sin igualar todavía la importancia de productos agrícolas como el algodón y el
azúcar.
Se puede concluir, entonces, que la mayor importancia adquirida por las empresas
Nacionales medianas y pequeñas no fue producto de un desplazamiento del capital
extranjero de los yacimientos que poseía y que siguió explotando, sino del mayor apoyo
estatal a la minería nacional y de la relativa menor tasa de inversión de las empresas
extranjeras.
A partir de 1948, con el régimen del General Odría, se da un nuevo impulso a la actividad
minera al otorgársele un adecuado trato cambiario y al liberalizarse, además, la importación
de bienes de capital e insumos más importante aún, en 1950, se promulgó el nuevo Código
de Minería que racionalizó los impuestos y asignó mayor importancia al impuesto a la renta
que al aplicado a las exportaciones. Permitió, al mismo tiempo, mejores márgenes por
depreciación y agotamiento.
La Cerro de Pasco Mining Corporation, por su parte empezó a extraer intensivamente zinc
y plomo en Casapalca y Cerro de Pasco, con lo cual se incrementó la participación del
capital foráneo en la explotación de estos metales. Los precios de ambos metales y del
cobre subieron de manera importante, debido a la política norteamericana de acumulación
de stocks y a la Guerra de Corea.
Entre 1960 y 1969 se produce una pérdida de dinamismo en la pequeña y mediana minería
ante la caída de los precios del plomo y zinc. El estado, por su parte, mantuvo una presencia
cada vez más importante a través del Banco Minero; aunque todavía toda la explotación
minera estaba en manos privadas.
La inversión extranjera, que fue particularmente elevada durante el período 1950-1959,
experimentó una reducción en la década siguiente, pues sus relaciones con el gobierno se
deterioraron fundamentalmente, por que se la grabó con mayores impuestos, sin embargo,
la producción no se vio afectada, pues entraron en operación los proyectos desarrollados
en el decenio anterior. Este fue el caso de Toquepala, que recién entró en la fase de
explotación en 1960. La única mina grande cuyo desarrollo se inició en este período fue la
de Cobriza, propiedad de la Cerro de Pasco Mining Corporation.
A partir de la llegada al poder del gobierno militar (1968) la actividad minera en el Perú sufrió
profundos cambios, especialmente, en la estructura de propiedad, por el rol empresarial que
se le asignó al estado.
En 1968 se creó el Ministerio de Energía y Minas para hacerse cargo de la política sectorial.
En 1970, mediante el Decreto Ley 18225, se establece el monopolio del Estado en la
comercialización y refinación (sobre derechos adquiridos) de productos mineros; se creó la
Empresa Estatal Minero-Perú para llevar a cabo la explotación directa de yacimientos, se
suprimió la reserva por agotamiento que establecía el artículo 54 del Código de Minería del
año 1950 y también se estableció el pago del impuesto a la renta en una escala progresiva
determinada en base al ratio de renta bruta (diferencia entre el precio de venta y los costos,
sin considerar los intereses, depreciación y amortización del activo fijo) sobre la inversión
(inversión en activo fijo del año).
En 1971, mediante el Decreto Ley 18880, se promulgó una nueva "Ley general de Minería".
Esta establecía que los yacimientos minerales son propiedad del estado, quien puede
entregarlos en concesión a particulares para su trabajo. Por otra parte, se dividió la actividad
minera en dos campos: la privada y la estatal. Además, se creó la comunidad minera y las
acciones laborales con el fin de otorgar participación a los trabajadores en el patrimonio de
las empresas.
En los primeros años de la década del 1970-1979, la producción de los principales metales
presentó un comportamiento diferenciado. Mientras que la producción de cobre y hierro
cayeron entre 1970 y 1976; la de plata, plomo y zinc creció en forma significativa. En estos
tres casos, dicho desarrollo se vio alentado por la mejora en la cotización de estos metales.
TRABAJO ENCARGADO
LECTURAS ADICIONALES 1.
Mensual Sociedad Nacional de Minería y Petróleo Año V N°3 Abril Mayo 1996, Perú. 2.
Perú.
…….
Desarrollo minero
Alcance
Este sector incluye, en general, todas las ramas de la minería y canteras de acuerdo a la
Gran División 2, Minas y Canteras, de la Clasificación Internacional Industrial de las
Actividades Económicas de las Naciones Unidas, Informes Estadísticos Serie M, No. 4,
Rev. 2, Add. 1.
Objetivos
La política minera del Banco se orientará hacia el apoyo de proyectos y programas cuya
finalidad sea la identificación y explotación económica de los recursos minerales en los
países miembros regionales en vías de desarrollo y de las instituciones del sector,
guardando consistencia, en su caso, con los respectivos planes de desarrollo económico.
Campos de Actividad
Capital de Trabajo
Teniendo en cuenta las inversiones en moneda extranjera que hay que realizar en
algunos items que forman parte del capital de trabajo, tales como brocas, algunos
productos químicos, etc., se podría hacer excepciones, previa justificación en cada caso,
a la política general del Banco, en el sentido que el Banco no financia capital de trabajo.
Criterios de Evaluación
In addition to complying will all the requirements included in other chapters of this
Manual on this matter, the following specific aspects should be given special
consideration in performing the economic, financial, technical, institutional and legal
evaluation of mining projects:
d) Tratar de asegurar los beneficios del proyecto a la colectividad y evitar los proyectos
"enclaves";
e) Información adecuada sobre el yacimiento que permita juzgar los posibles efectos
derivados de condiciones geológicas inesperadas;
1.
Por ejemplo, una variable es la evolución de las inversiones mineras: mientras a inicios de
la década del 90 apenas se invertía algo más de mil millones de dólares en exploraciones
a nivel global, el año 2012 -momento pico de la expansión de las inversiones- se
superaron los 20 mil millones de dólares solo en actividades de exploración.
¿Cuánto puede durar esta nueva etapa? Todo indica que se habría entrado a un escenario
en el que la reducción de los flujos de inversión se explica por el lado de los fundamentos
del propio sector minero a nivel global y que podría continuar algunos años más.
Pero las inversiones no solo se multiplicaron en miles de millones de dólares en diferentes
momentos, sino que el número de países con minería también creció de manera notoria.
Lo cierto es que en la actualidad cada vez se desarrolla minería en regiones más remotas
o que eran hasta hace poco zonas protegidas: en Asia Central y África Occidental; desde
Alaska hasta la Patagonia en las Américas, son algunas de las regiones que testimonian
esta expansión.
Lo cierto es que las inversiones mineras hoy en día acceden a zonas que hasta hace muy
poco eran consideradas restringidas: por ejemplo, Mongolia hace apenas unos años ha
permitido el ingreso de inversionistas extranjeros a sus territorios para la exploración y
eventual explotación de recursos naturales. Otro ejemplo son las zonas de frontera de los
países en las que por motivos de seguridad nacional hasta hace un tiempo no se permitían
inversiones de empresas privadas, sobre todo extranjeras.
Por otro lado se encuentra el grupo de países con gobiernos que promueven un mayor
control de los recursos naturales desde el Estado. Los denominados gobiernos
progresistas de la región que implementan políticas post neoliberales, han apostado por el
control de la renta extractiva como uno de los aspectos más saltantes de sus
administraciones: “el Estado juega un papel más activo y logra una mayor legitimación por
medio de la redistribución de algunos de los excedentes generados por ese
extractivismo…” [2]. En este grupo, aunque con diferencias y matices, se ubican los
gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, El Salvador, Uruguay.
Por lo tanto, pese a las orientaciones políticas distintas en casi todos los casos se apuesta
por economías profundamente dependientes del sector extractivo: el extractivismo
conservador y predominantemente transnacional de Colombia y Perú y el neo
extractivismo de los denominados gobiernos progresistas o post neoliberales con mayor
control desde el Estado de los procesos que se impulsan.
Quizás un punto en común entre ambos bloques de países son los problemas sociales y
ambientales que enfrentan y que no han dejado de estar presentes pese a cambios en el
marco legal e institucional. En Ecuador y Bolivia, el movimiento indígena denuncia que
preceptos constitucionales importantes como los que definen los derechos de la naturaleza
o el derecho a la consulta previa libre e informada, vienen siendo revisados y cuestionados
por leyes específicas como la de minería y la de recursos hídricos (Ecuador) y la del
Órgano Electoral Plurinacional (Bolivia). En Venezuela se denuncia que algunos estados,
como el de Zulia, “se han convertido en una zona de sacrificio minero petrolero” [3] y en
Argentina se cuestionó proyectos de envergadura como el de Pascua Lama que afectaba
toda una zona de glaciares. En Brasil el manejo de las grandes inversiones en zonas
sensibles como la Amazonía y la flexibilización de las normas ambientales han provocado
crisis políticas, como la que terminó con la renuncia de la entonces ministra del Ambiente,
Marina Silva, en el primer gobierno del presidente de Lula da Silva.
Por lo tanto, la presión ha sido enorme en las dos últimas décadas y seguramente lo
seguirá siendo, pese a las fluctuaciones recientes de los precios internacionales de los
principales commodities y las tendencias identificadas de menores inversiones. Lo cierto
es que la historia de economías como las latinoamericanas muestra lo gravitante de las
actividades extractivas, tanto en épocas de bonanza como en las de crisis.
El peligro es que se pretenda seguir haciendo extracción de recursos naturales sin tomar
en cuenta los mensajes que nos vienen dando tanto la naturaleza como las poblaciones en
las zonas de influencia de los proyectos. Naomi Klein nos recuerda que "la naturaleza
intenta decirnos que necesitamos un modelo económico radicalmente diferente" y, por otro
lado, las poblaciones expresan una abierta defensa de sus derechos económicos,
sociales, culturales y ambientales, frente a la presión de los modelos extractivistas
imperantes en los países: los intentos que apuntan a sostener el extractivismo minero son
cada vez más criticados y deslegitimados por amplios sectores de la sociedad.
Por lo tanto, el reto sigue siendo como recuperar los equilibrios necesarios y como se
construye una verdadera gobernanza territorial. Dos décadas y media de expansión
minera obligan a pensar en generar nuevas tendencias y verdaderos escenarios de
transiciones que permitan salir del actual modelo extractivo exacerbado y depredador que
afecta derechos y produce una fuerte y creciente conflictividad social a nivel global.
El impacto
Rotulada muchas veces como “motor de crecimiento”, la actividad minera fue el factor
decisivo para el surgimiento y posterior crecimiento de importantes ciudades y pueblos del
mundo. Sin embargo, los yacimientos poseen una vida útil, ya sea porque se agotan los
recursos allí existentes o porque su explotación ya no es rentable para quien la realiza;
siendo un factor de estancamiento o retroceso de dichos asentamientos de población
cuando estos dejen de funcionar.
En conclusión los beneficios que pueden traer la instalación de una empresa minera en un
lugar determinado no siempre serán positivos sino que su distribución muchas veces en muy
desigual.
Esxtra:
Chile sigue siendo el país con el mejor clima para la inversión, así en
2012 haya habido un 30% de incremento en los costos. Argentina, en
este momento, es el país de mayor riesgo en América Latina para la
inversión minera, según varios analistas. Sin embargo, dicho sector se
consolida como uno de los pilares de la economía de ese país. Según
fuentes oficiales, la minería fue factor fundamental para un superávit
comercial, en 2012, de US$10.000 millones.
“En lo que ha sido una mala política de Pascua Lama no solo hemos visto
un deterioro desde el punto de vista de la calidad del ambiente, sino que
también una fragmentación muy fuerte respecto del tejido social. Esto,
porque algunas malas empresas entienden que la responsabilidad social
es entregar dinero para dividir a comunidades, que es lo que hemos
visto a partir del proyecto Pascua Lama. Y tampoco me parece justo
extender las malas prácticas de Barrick Gold al resto de la gran minería”,
explica.
http://radio.uchile.cl/2014/04/24/estudio-senala-impacto-negativo-de-
mineria-canadiense-en-america-latina
Link al
informe: https://ia902509.us.archive.org/34/items/ElImpactoDeLaMiner
aCanadienseEnAmricaLatinaYLaResponsabilidadDe/D48953_DPLF_Spanis
h_LOWRES.pdf
La última resistencia son los pueblos, pero en centro y sur América, los
gobiernos ajustan las leyes para evitar que protesten e impidan el
acceso de la maquinaria en su territorio: se les criminaliza, agrede y
detiene.
Jen Moore, encargada del programa para América Latina para Mining
Watch Canada, asegura que también que existen ventajas tributarias: no
pagan impuestos sobre inversiones fuera del país; existen relaciones
exteriores armonizadas para servir la industria minera, que incluye la
promoción diplomática, la cooperación internacional; impunidad en casos
de abuso; fuerte dependencia sobre mecanismos voluntarios; poca
implementación de la ley anti-corrupción, respuestas lentas a solicitudes
bajo la ley de acceso a la información, y obstáculos para demandar a
empresas en Canadá por violaciones fuera del país.
Fue en el reporte «Informe del Relator Especial sobre los derechos de los
pueblos indígenas, James Anaya: Las industrias extractivas y los pueblos
indígenas » (A/HRC/24/41), Consejo de Derechos Humanos, de 2013.
Herrera refiere los estos fragmentos de los informes del Relator Especial
y habla que aún y con estos mecanismos legales a nivel internacional,
en el momento de la instalación de una empresa extractiva, no se les
solicita si quiera audiencia para tener el consentimiento a los pobladores
de los lugares donde pretende extraer minerales en América.
Otro de los puntos que critica Herrera sobre los informes del Relator
Especial, es quién debe de hacer las consultas para aprobar la
instalación de un proyecto extractivo, porque en reiteradas ocasiones,
considera que el Estado o los gobiernos están obligados a que se
realicen informados para ejercer su derecho de libre determinación; pero
el último documento expuesto ante el Consejo de Derechos Humanos
toma otro rumbo, y da cuenta del apoyo a las empresas mineras.
Del informe de Anaya se extrae el fragmento: “En virtud de su derecho
a la libre determinación, los pueblos indígenas son libres de entablar
negociaciones directamente con las empresas si así lo desean. De hecho,
las negociaciones directas entre las empresas y los pueblos indígenas
pueden ser la forma más eficiente y conveniente de llegar a acuerdos
para la extracción de los recursos naturales existentes en los territorios
indígenas que respeten plenamente los derechos de los pueblos
indígenas, y pueden proporcionar a estos oportunidades de promover
sus propias prioridades de desarrollo”.
Herrera habla que en el año del 2009, Anaya sostuvo una posición
contraria a la de su último informe, y en ese documento refiere que es el
Estado quien debe garantizar el proceso y respeto de los resultados de la
consulta.
El trabajo en México
Su complexión física era exacta para el trabajo, sostener al que hace los
boquetes, corpulento y alto, acostumbrado al trabajo duro y constante;
por todo lo demás era desechable, y lo fue hasta que bajaron de la
camioneta de la empresa en una de las calles de Durango.
Esa falsa competencia laboral hace que tanto la empresa, como los
sindicatos y los administradores del outsourcing abusen, y si algún
trabajador reclama se le despide o lo amenaza despidiendo a amigos o
familiares, dice al ejemplificar que así sucede en Carrizalillo, y por esto
ya no realizan demandas.
Defender lo sagrado
No hay respuesta efectiva del Gobierno mexicano, y es por eso que las
movilizaciones y los recursos legales han servido, asienta.
El conflicto andino
Pero, también existen los mineros populares, pues son habitantes de las
mismas comunidades dedicadas a la extracción de minerales, y es el
espacio, en el centro-sur del territorio peruano el lugar donde más se
practica esta actividad sin el control adecuado de sustancias tóxicas, “es
una minería sucia y se usa el arsénico con las manos, y en las casas, lo
que hace más daño que incluso la gran minería”, advierte.
Crecimiento:
Al menos así lo estima la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que este
jueves publicó sus previsiones para la región.
El organismo mantuvo los pronósticos para el bloque en su informe anterior: unincremento del
1,1% en el Producto Interno Bruto (PIB).
La Cepal ve un panorama esperanzador pese a los "riesgos geopolíticos" que hay en la zona. Uno de
los motivos sería la mejora de los precios de las materias primas que se exportan desde
Latinoamérica.
Esto tuvo un efecto negativo en el crecimiento al que se sumaron las reducciones en inversión
pública y minera. Aunque las exportaciones han continuado tirando de la economía.
BBC Mundo te explica cuáles son los países que más y menos crecerán en 2017.
+1,1%
Toda la región
+5,6% Panamá
+5,3% República Dominicana
+4,7% Nicaragua
+4,1% Costa Rica
Cepal
Getty
Panamá
La Cepal espera que el país centroamericano crezca en 2017 un 5,6% gracias a sectores como la
construcción, el transporte y las finanzas.
A esto también contribuirá el aumento de dinamismo en el Canal de Panamá, que hace un año fue
ampliado.
Se le añadió una tercera esclusa que permite el paso de barcos más grandes, por lo que se presume
que esta obra de ingeniería esté generando mas ingresos.
Panamá suma varios años de crecimientos superiores al 4%, aunque la economía se ralentizó en
2016 porque actividades como la intermediación financiera y la hostelería crecieron a un ritmo
menor.
República Dominicana
Al igual que Panamá, República Dominicana lleva un par de años creciendo a menor ritmo.
La inversión en el país se está moderando, al igual que los ingresos generados por sectores como
la industria y la construcción.
Estos crecieron a más del 7% durante el primer trimestre del año, seguidos de la hostelería, que
incrementó sus ingresos en un 6,6%
Nicaragua
Centroamérica y México conforman el área que mayor dinamismo tendrá este año, con
un crecimiento en conjunto del 2,5%.
Rusia le adelantó a Venezuela más de US$1.000 millones a través de la petrolera estatal
Rosneft
No es de extrañar entonces que la mayoría de países que más incrementarán su PIB estén en este
bloque.
El tercer lugar lo ocupará Nicaragua, si la Cepal acierta con su previsión de una subida del 4,7%.
En esta nación, será la demanda interna la que más aporte al buen comportamiento de la economía.
Costa Rica
Costa Rica crecerá un 4,1%, según la Cepal.
El año pasado, fueron los servicios financieros y de seguros uno de los principales motores del
crecimiento.
Venezuela
Venezuela es el único país de toda América Latina cuya economía decrecerá.
El país sudamericano depende fuertemente del petróleo, que supone el 95% de sus exportaciones.
Derechos de autor de la imagenBET_NOIREImage captionLa empresa petrolera venezolana
PDVSA tiene una deuda de unos US$25.000 millones.
Pero el precio del crudo ha caído más de un 50% en los últimos tres años, creando un gran agujero
en las cuentas nacionales.
A esto se suma el enorme tamaño de la deuda externa, que la Cepal estima en unos US$151.007
millones, y la alta rentabilidad que el gobierno ha estado ofreciendo a sus acreedores.
Los rumores de que el país se declarará en default son más fuertes que nunca.
Qué son los acreedores 'holdout' y por qué los economistas los señalan como un serio
peligro para Venezuela
Hasta ahora, el Estado siempre ha priorizado el pago de la deuda, pero esto se ha hecho en
detrimento de la economía interna, reduciendo las importaciones de bienes para el consumo dentro
de sus fronteras, por ejemplo.
Por estos motivos, la Cepal cree que el PIB del país disminuirá en 2017 un 7,2%.
Brasil
El gigante sudamericano crecerá apenas el 0,4%, según la Cepal.
La cifra es pequeña, pero representa una mejora, ya que el país sumaba dos años de caídas del PIB.
Derechos de autor de la imagenMICROGENImage captionBrasil volverá a crecer tras dos años de
reducción del PIB.
El principal reto, según este organismo, está en recuperar los niveles de inversión, que continúa
disminuyendo tras los escándalos de corrupción desatados con el caso Lava Jato.
Elevar el consumo de las familias se presenta como otro desafío, ya que lleva 9 años reduciéndose.
El escenario político y el bajo crecimiento crean una incertidumbre que complica que la demanda
aumente.
Ecuador
La Cepal estima que Ecuador crecerá un 0,7% este año.
Esto representa una leve mejora respecto a 2016, cuando el PIB disminuyó en un 1,5%, y al año
anterior, cuando sólo se incrementó en un 0,2%.
El principal motivo fue, al igual que en Venezuela, la drástica reducción del precio del petróleo.
Sin embargo, los crecimientos registrados a finales de 2016 e inicios de 2017 hacen creer al
organismo que el país volverá a registrar incrementos.
Derechos de autor de la imagenRUDIMENCIALImage captionLa caída de precio del petróleo ha
afectado las economías de Ecuador y Venezuela.
La Cepal asegura en el informe que el es de esperarse que las políticas del nuevo presidente, Lenín
Moreno, "mantengan un alto grado de continuidad con las del anterior".
Ecuador en su propio "Juego de Tronos" entre presidente, vicepresidente y expresidente
Pero la Comisión cree "probable" que el mandatario se muestre "más conciliadorhacia el sector
privado y preste más apoyo a las actividades de exportación".
Cuba
Cuba registró el año pasado una caída del PIB negativa por primera vez en dos décadas. Esta se
situó en el 0,9%.
Esto se debió a la restricción de los envíos de petróleo desde Venezuela y a las limitaciones
financieras generadas por el incumplimiento de los ingresos por exportaciones.
La Cepal, sin embargo, calcula que la economía de la isla crecerá este año aunque sólo un 1%.
El organismo señala que la recuperación de los precios internacionales del petróleo (aunque débil),
el níquel y el azúcar junto a la política fiscal den un impulso "importante" a la producción.
Además, la Comisión espera la llegada de inversión extranjera en los próximos dos años. Esta se
enfocaría en sectores como el turismo y las energías renovables.
Promociones
Proyectos
Señalamos tres países Canadá quien tiene las siguientes inversiones con
la COMPAÑIA MINERA ANTAMINA S.A. realiza la Ampliación Antamina en
ANCASH, HUARI, SAN MARCOS donde se extrae cobre y zinc; con MINERA
BARRICK MISQUICHILCA S.A. realiza la Ampliación Lagunas Norte en LA
LIBERTAD, SANTIAGO DE CHUCO, QUIRUVILCA donde se extrae oro;
con INVICTA MINING CORP S.A.C. realiza Invicta en LIMA, HUAURA,
LEONCIO PRADO; con LA ARENA S.A. realiza La Arena en LA LIBERTAD,
SANCHEZ CARRION, HUAMACHUCO donde se extrae oro y cobre; con HUDBAY
MINERALS INC. realiza Constancia en CUSCO, CHUMBIVILCAS.
Cartera:
Redacción:
Carlos Bessombes
La cartera de proyectos mineros para el periodo 2017-2019, en función a su inicio de construcción, de producción y viabilidad, con los que
cuenta el país asciende a US$ 48.832 millones.
Así lo informó Peru Top Publications en el marco del Perumín 33 Convención Minera que se realiza en esta ciudad.
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triclocarbán
Magali Arellano, gerente de investigación y proyectos de la publicación explicó a La República que por primera vez desde que se
hace este tipo de investigaciones se creó un indicador de viabilidad de desarrollo de proyectos mineros con una metodología de semáforo.
El color verde significa que el proyecto se construirá en dos años o al 2020. En este color hay 15 proyectos que implican una inversión
de US$ 11.441 millones. Ya hubo un avance en la inversión de US$ 3.195 millones.
En este paquete, 5 son de cobre, 4 de oro, 1 de plata, 2 de hierro, 1 de zinc, 1 de estaño y 1 de fosfatos. Entre los más representativos
proyectos cupríferos están la ampliación de Toquepala (inicio en 2018), que empieza en el 2018, Ariana (en el 2020), Quellaveco, Mina
Justa, la expansión y ampliación de Toromocho.
Lo interesante de este paquete es su aporte a la producción minera. Arellano explica que, por ejemplo, solo en el caso del cobre el aporte
sería de 520 toneladas métricas finas, en oro sería de 531 mil onzas. En plata la producción adicional sería de 8,4 millones de onzas.
En la actualidad la producción nacional de cobre se ubica en 2 millones 800 toneladas métricas finas con lo que con la producción adicional
se superarían los 3 millones de toneladas métricas finas, y el Perú mantendría el segundo lugar mundial. No obstante, Arellano prevé que en
2026 la producción de cobre llegaría a los niveles de Chile que supera los 5 millones de toneladas.
Contribución al PBI
El peso del subsector minero en el Producto Bruto Interno (PBI) es de 10% en términos reales y de 14% considerando el valor agregado
en otros sectores. En tal sentido, la cartera de proyectos para los próximos dos años mantendrá el peso de la minería en la economía nacional
y su aporte al PBI sería de dos puntos porcentuales, explicó Arellano.
Añadió que una mejor contribución a la economía sería posible con el ingreso de mega proyectos como Michiquillay, Río Blanco o Las
Bambas, pero “hoy las empresas, como es el caso de Buenaventura, Hochschild o La Poderosa, tienen un crecimiento modular. Ahora no se
piensa en grandes proyectos de la nada sino crecer en el mismo proyecto que tienen a los alrededores, y lo hacen con mucha cautela. Además
hay un tema de redimensionamiento, el de las plantas concentradoras se achican un poco para empezar a producir”, detalló Arellano.
Otros colores
El semáforo amarillo, identifica a proyectos que en cuatro años iniciarán su construcción. Aquí están 13 por US$ 13.650 millones. El más
representativo es Tía María. También están los proyectos proyectos emblemáticos Fosfatos Pacífico, Magistral, Olaechea, San Gabriel, Tía
María, Anubia, Haquira, Michiquillay, entre otros que ya ejecutado US$ 87 millones de inversión.
En el tercer paquete de proyectos, semáforo rojo, se encuentran aquellos proyectos que se estiman empezarían a construirse en seis años a
más. Se trata de 16 proyectos que implican una inversión de US$ 23.739 millones, entre los cuales están Minas Conga, Santa Ana, San
Luis, Cañariaco y otros más que fueron paralizados en algún momento.❧
Datos
Aunque la cartera de proyectos mineros del Ministerio de Energía y Minas es de US$ 53.773 millones, están ejecutadas inversiones por US$
4.941 millones, por ello la cartera neta es de US$ 48.832 millones.
Los países de la Alianza del Pacífico tienen una cartera conjunta de proyectos que demandará US$ 252.372 millones de inversión en diez
años.
Perú y Chile tienen el 37% de cobre mundial
Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), reveló que el Perú y Chilerepresentan el 37% de la
producción mundial de cobre.
Respecto al Perú, cuya exportación de metales asciende a US$10.995 millones, Gobitz recordó que en la actualidad el cobre es el principal
metal exportado (62% del total) por US$6.780 millones. En tanto, para Chile, este metal representa el 84% de sus minerales exportados, por
US$13.871 millones (en total, Chile exporta minerales por un valor US$16.360 millones).
Destacó también la importancia de México y el Perú en la exportación de plata, pues ambos representan el 38% del mercado mundial. En
tanto, resaltó la importancia de Colombia en el mercado mundial de carbón, donde ocupa la cuarta posición y cuyas exportaciones ascienden a
US$ 5.516 millones.