ENSAYO-LOS SIETE SABERES

CAPÍTULO III

ENSEÑAR LA CONDICIÓN HUMANA

En el futuro la educación se deberá centrar en la enseñanza de la condición

humana. Desde niveles básicos se deberá tener conocimiento acerca de éste tema
para poder resolver interrogantes tales como, “¿Dónde estamos?”, “¿Quiénes
somos?”, “¿De dónde venimos?” y “¿A dónde vamos?”.

Estas interrogantes, dentro del texto, se trataran de responder situando al ser

humano en un contexto cósmico y terrenal dando un punto de vista compartido con
el autor.

Habrá que hacer hincapié en la humanidad, sobre su destino en un sentido individual

y como especie humana, la cual está entrelazada a los demás habitantes del planeta
Tierra, pero como seres únicos con cualidades y capacidades que cada uno de
nosotros posee.

Los seres humanos estamos enmarcados dentro de lo que se conoce como

naturaleza, tenemos que tener muy en cuenta que en el sitio donde nos
encontramos actualmente es solo una pequeña parte de un universo que está en
constante expansión, y éste a su vez es sólo uno de tantos universos existentes.
Si bien se dice que, hace cinco mil millones de años debido a las destrucciones
cósmicas derivadas de la explosión de un Sol que antecedió al nuestro, fue que ese
proceso ayudo a que el planeta Tierra se conformara como tal. Nuestro mundo, y
hablando más específicamente con una visión propia, se encuentra dentro del
cosmos pero paradójicamente nosotros nos encontramos aislados de él, ciertamente
nuestro mundo depende en gran medida del Sol, el cual nos brinda luz, calor y
energía tan necesarios para el desarrollo de la vida, los alimentos, el agua y las
distintas especies que habitan el planeta. Sin embargo, no fue hasta hace cuatro mil
millones de años y a consecuencia de terremotos, tormentas, levantamiento del
fondo marino y reacomodamiento de la corteza terrestre que comenzó una era
donde el planeta se convirtió en un sitio apto para albergar la vida.

Se podría decir que somos seres terrenales pero también seres cósmicos, estamos
formados por las mismas moléculas de las cuáles están formados los árboles o los
animales. Hay que reconocer que como seres vivos tenemos una identidad terrenal,
pues dependemos de la biósfera terrestre; nacemos, nos desarrollamos y
sobrevivimos gracias a ella. Estamos formados del planeta Tierra y ésta, es parte de
nuestra identidad física y biológica al tener una relación de dependencia de vitalidad
para con ella. Como seres naturalmente reflexivos siempre nos hacemos la
interrogante acerca de nuestro origen y procedencia en el universo, podríamos decir
que la vida y su origen provienen del Sol, y que todos los caminos de esta vida han
sido creados enteramente por él, y el conjunto de todo eso se encuentra en un
planeta que también fue formado por el Sol. Hablando sobre la condición humana es
bastante probable que suene extraño decir que las características propias de los
animales y los humanos se puedan llegar a juntar para poder conformar dicha
condición. Por tanto se entiende que el proceso de evolución que ha tenido el
hombre, llamado “Hominización” (Desde nuestros antepasados hasta el hombre
actual), es de suma importancia pues ello nos ayuda a comprender la estrecha
relación que hay entre la animalidad y humanidad. Según C. Darwin (1859) “El
hombre surgió del grupo de los homínidos, que a su vez derivó de los primates, que
sufrieron esa magnífica transformación para tomar la posición erecta, los cambios
dentales y sobre todo, el desarrollo encefálico” (p110). Aunque también se puede
mencionar que lo humano del ser humano, es ser un organismo entera y plenamente
biológico y cultural. Por tanto, el hombre sólo se completa como un ser enteramente
humano en la cultura, de esto podemos decir que hay tres bucles, el primero dice
que: No hay una cultura sin cerebro humano y no hay mente (capacidad de
conciencia y pensamiento) sin cultura, una vez que la mente ha surgido interviene el
funcionamiento cerebral con efecto retroactivo, entonces hay una triada entre bucle
cerebro, mente y cultura. El segundo bucle se define como: Razón, efecto e impulso,
y se da por la complejidad humana que integra la animalidad (mamífero o reptil) en
la humanidad y la humanidad en la animalidad. Y el tercer bucle trata sobre
individuo, sociedad y especie y se cumple por el desarrollo conjunto de las
autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de
pertenencia con la especie humana. El ser humano deberá comprender que su
complejidad es un conjunto de diferentes aspectos que son complementarios del
mismo ser, pero a la vez pueden significar algo contradictorio. Debemos aceptar
nuestra parte cósmica, así como la parte terrestre. Llegando a ese punto, los seres
humanos finalmente, debemos entender que nuestro destino es el mismo que el de
la especie humana, que el del destino individual, entrelazados e inseparables y que
tenemos ese destino y una condición común como habitantes del planeta tierra. En
un sentido filosófico, “para muchos la carencia del sentido trascendental de la vida
es el núcleo de la angustia de la existencia humana, otros creen que el sentido
personal de la vida es suficiente para que la vida adquiera sentido, al margen de que
haya o no un sentido trascendental” (Hurtado 2016:p25-9).
En conclusión, se puede decir que, en pro de una educación consiente y eficiente,
se tendrá que hacer énfasis en el entendimiento de lo que es la condición humana
y todo lo que ello conlleva.
Por lo tanto, habrá de hacerse hincapié en la enseñanza correcta de las ciencias
básicas de la tierra o ciencias naturales, y que estas tengan como principal
objetivo el estudio de distintos aspectos de ésta, un ejemplo de tales ciencias
vendrían siendo la biología y la ecología.
Todo esto con el fin de tener muy claro la condición que los seres humanos
tenemos en el planeta tierra.
Habiendo llevado a cabo una enseñanza eficaz de la condición humana, su
complejidad y multidimensionalidad, se deberá entender que el hombre es un ser
totalmente biológico, y que sin cultura seriamos simplemente animales.