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cautelares
Derecho
Procesal II
(Procesal Civil)
Medidas cautelares (pp. 319 a 412)
Concepto. Naturaleza
En el ámbito civil, las medidas cautelares se han definido como aquellas que tienden a impedir que
el derecho, cuya actuación se pretende, pierda virtualidad o eficacia durante el tiempo que
transcurre entre demanda y sentencia.
Expresa Palacio (2005) que el proceso cautelar es aquel que tiende a impedir que el derecho,
cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro proceso, pierde su
virtualidad o eficacia durante el tiempo transcurrido entre la iniciación de dicho proceso y el
pronunciamiento de la sentencia definitiva.
Naturaleza
Fassi y Yañez (1989) expresan que todas las medidas cautelares son de naturaleza preventiva.
Constituyen un anticipo de la garantía jurisdiccional y son un accesorio o instrumento del proceso.
Además, se hallan supeditadas y encuentran su justificación en la necesidad de mantener la igualdad
de las partes en el juicio y evitar que se convierta en ilusoria la sentencia que ponga fin al mismo.
Finalmente, n o constituyen un fin en sí mismas, sino que se hallan ineludiblemente preordenadas a la
emisión de una ulterior resolución definitiva.
Procedencia. Objeto
El objeto de las medidas cautelares consiste en asegurar el cumplimiento del pronunciamiento que
eventualmente ha de dictarse en un juicio. Su carácter es eminentemente preventivo y más que a
hacer justicia, está destinada a asegurar que la justicia alcance el cumplimiento eficaz de su
cometido.
Nuestro artículo 456 del C.P.C.C. Córdoba, sostiene que salvo el embargo preventivo y los
supuestos contemplados en las leyes de fondo, las medidas cautelares pueden ser solicitadas
conjuntamente con la demanda o después. El escrito debe expresar el derecho que se pretende
asegurar, la medida que se pide, la disposición legal en que se funda, y el cumplimiento de los
requisitos que correspondan, en particular, a la medida requerida.
Presupuestos de procedencia
Señala Ferreira de la Rúa (2009) que en algunas oportunidades alcanza la enunciación clara,
lógica y coherente de la pretensión; en otras, es necesario además que se aporten ciertos
elementos probatorios indispensables para la admisión de la cautelar por el tribunal.
La doctrina considera que existe una necesaria vinculación entre el peligro en la demora, como
fundamento de las medidas precautorias y la solvencia de la parte contra quien se dirigen, de
manera que, mientras menos sea esta, mayor será el peligro.
Expresa Martínez Crespo (1996) que los jueces deben buscar un verdadero equilibrio entre dos
derechos legítimos: el del demandante, que se le asegure el resultado de la acción que ha
interpuesto, y el no menos legítimo derecho de defensa del demandado.
Cabe señalar, que quedan exentos de este requisito, conforme al art. 460 C. P. C. C. Córdoba:
la nación, la provincia, las municipalidades, los entes oficiales autárquicos y a quien litigue
asistido por asesor legrado o con beneficio de litigar sin gastos.
Efectos
1
Art 457 – Ley N° 8465 (1995) Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba. El Senado y la Cámara
de Diputados de la provincia de Córdoba.
3
Las medidas cautelares tienen los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si
transcurren diez días sin tramitarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo plazo
luego de culminado. (art. 465 C. P. C. C. Córdoba).
Embargo
La medida de embargo impone obligaciones, pero no impide el uso racional del bien cuando fue el
propio deudor quien resultó designado depositario.
También debe advertirse que la afectación que implica el embargo no impide que el objeto pueda
ser enajenado con autorización judicial, a condición de que se comunique fehacientemente al
adquirente su nueva situación jurídica y este asuma el compromiso que genera la situación.
Es de especial importancia, respecto al uso del bien, el hecho de quién fue designado depositario:
si lo fue el deudor, puede usarlo racionalmente, salvo expresa disposición del juez en sentido
contrario. Si, por el contrario, el depositario es un tercero, le está vedado su uso y además deberá
conservar al bien en condiciones hasta el momento de la subasta.
Palacio (2005) define al embargo preventivo como la medida cautelar en cuya virtud se reafectan
e inmovilizan uno o varios bienes de quien ha de ser demandado en un proceso de conocimiento o
en un proceso de ejecución, a fin de asegurar la eficacia práctica de las sentencias que en tales
procesos se dicten.
Preventivo: el que se traba antes de la iniciación del juicio o durante el trámite del juicio ordinario o
abreviado. Se halla autorizado para asegurar el cumplimiento tanto de obligaciones de dar cantidades
de cosas o cosas ciertas y determinadas, así como también de hacer o de no hacer. Para su
despacho, en nuestro sistema legal, se requiere solamente el otorgamiento de contracautela.
Cuando es trabado antes de la demanda rige un plazo de caducidad y pesa sobre el embargante
la carga de entablar demanda en el término de 10 días; si así no lo hace, deberá responder por las
costas, daños y perjuicios que hubiere ocasionado.
Ejecutivo: el que se ordena juntamente con la demanda ejecutiva y que, como se funda en un título
que goza de presunción de autenticidad, no requiere demostración de la verosimilitud del derecho y
tampoco deberá prestarse fianza. Art. 526 del C. P. C. C. Córdoba.
Si el objeto de la medida son bienes muebles, se oficiará al oficial de justicia para que lleven
adelante la medida, quien podrá usar la fuerza pública o allanar el domicilio a los fines del
cumplimiento de su cometido. Art. 534 C. P. C. C. Córdoba.
4
Por lo general se designa como depositario judicial al mismo demandado, quien adquiere desde ese
momento la condición de un simple guardador y conservador de la cosa con diferentes facultades y
obligaciones según sea o no propietario del bien embargado. En esta última hipótesis, su obligación
es mantener la cosa en condiciones de seguridad adecuadas a los fines de que no se deteriore,
disminuyendo de esta manera la garantía para el acreedor.
Individualizar el bien que se pretende embargar. Art. 532 y 536 C. P. C. C. Córdoba. Se debe
mencionar expresamente quién es el sujeto autorizado a intervenir en el diligenciamiento de la
medida, además de especificar la designación del depositario.
Debe llevarse la orden de allanamiento y auxilio de la fuerza pública, según dictaminan los arts. 534,
537 y 539 del C. P. C. C. Córdoba.
De recaer la medida sobre bienes inmuebles o muebles registrables, el oficio deberá dirigirse a las
reparticiones públicas respectivas y se efectivizará previo informe sobre dominio y gravámenes. En
caso de solicitarse sobre créditos bastará una notificación al tenedor con orden de depósito del
monto en una entidad bancaria a la orden del tribunal.
Decimos que es una medida mutable porque puede sustituirse el depositario, como así también
ampliarse (por ejemplo, cuando los bienes sean insuficientes o de dudosa realización) o reducirse.
Bienes inembargables
El principio según el cual los bienes del deudor constituyen la garantía de los acreedores no es
absoluto, en razón de la nómina de bienes que, tanto las sustanciales como procesales, han
establecido que son inembargables. Así en el ámbito del proceso civil cordobés se ha regulado en
el art. 542 tal previsión.
Conforme otras leyes podemos mencionar como ejemplo: la inembargabilidad de la vivienda única
(art. 58, Constitución de Cba. y Ley Provincial N° 8067), inembargabilidad de los haberes jubilatorios
(art. 14, inc. C, Ley Nacional N° 24.241), etc.
En forma simultánea el código regula el secuestro, que es la medida cautelar en virtud de la cual
se desapodera al demandado de un objeto de su propiedad, o que se encuentra bajo su guarda, y la
consecuente aprehensión judicial y depósito, con el fin de evitar que este se pierda o pueda ser
destruido o deteriorado. El fin es asegurar la eficacia del embargo y el eventual resultado de juicio.
En cuanto a la medida en sí, es más rigurosa que el embargo ya que solo recae sobre bienes
muebles o semovientes, que son los únicos factibles de aprehensión. Esta medida procede cuando
el embargo por sí solo no garantiza la medida preventiva, ello puede darse por la indebida
utilización del bien embargado por parte del demandado, si se lo ha constituido como depositario,
por el intento de ocultamiento o venta de la cosa, o en el caso del art. 570, inc. 3, del C. P. C. C.
Córdoba.
Debemos decir que por las afirmaciones vertidas el secuestro es una medida complementaria.
Seguidamente los invitamos a compartir el artículo “Levantamiento del embargo” que puede resultar de
interés:
5
Levantamiento de embargo
Sonia Cabral 2
Sumario: 1. Palabras previas. 2. Situaciones que autorizan el levantamiento de un
embargo trabado: 2.1. Por cesación de las circunstancias que determinaron la traba
de la medida. 2.2. Por caducidad. 2.3 Por inembargabilidad. 2.4. Por abuso o exceso
del embargante. 2.5. Levantamiento de embargo sin tercería. 2.6. Por tercería de
dominio. 3. Palabras finales. 4. Bibliografía consultada.
1. Palabras previas.
Sabido es que las medidas cautelares procuran por un lado que se mantenga
protegido el crédito por ellas garantizados y, desde otro costado, que su traba no
ocasione perjuicios al deudor.
En esta sencilla exposición nos proponemos particularizar las distintas situaciones que
autorizan el levantamiento de un embargo trabado.
2
Docente de Teoría General del Proceso, Cátedra C, Universidad Nacional de Córdoba. Docente de Derecho Procesal
I (Teoría General del Proceso). Universidad Empresarial Siglo 21.
3
Art. 203 Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y art. 463 Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia
de Córdoba.
4
Podetti, Ramiro, “Tratado de las Medidas Cautelares”, Ediar Buenos Aires, 1969, p. 87 [utiliza la expresión
“interinidad”].
5
Perrachione, Mario C., Medidas Cautelares, Ed. Mediterránea, Córdoba, 2006, p. 41.
6
subsiste durante tiempo intermedio 6.
Por último, podrá solicitar “la mejora de la contracautela, probando sumariamente que
es insuficiente” (art.461. C.P.C.C.).
2.2. Por caducidad : Esta manera de hacer procedente el levantamiento de una medida
cautelar se halla prevista en el art. 207 del C.P.C.N y el art. 465 del C. P.C. C,
aunque, como veremos, con diferencias en cuanto a los efectos que el plazo
produce.
6
Ibidem.
7
Wetzler Malbran, Alfredo R., Provisionalidad de las medidas cautelares y cosa juzgada formal, en E.D. 136-255.
8
Olcese, Juan María: “El embargo preventivo en el C.P.C. de Córdoba”, Semanario Jurídico, Tomo 81 -1999-B.
7
La caducidad se produce cuando no se promueve la acción pertinente “dentro de
los diez días posteriores a aquel en que la medida se trabó o desde que la
obligación fuere exigible. El fundamento de esta caducidad es evitar que se ejerza
presión sobre el embargado utilizando el poder jurisdiccional en violación del principio
de igualdad consagrado en el artículo 16 de nuestra Carta Magna. Ello es así porque
al decretarse y cumplirse las cautelares sin audiencia de la parte afectada por
ellas, ésta puede quedar indefinidamente trabada por la medida aun ignorando que
exista”9.
El plazo se cuenta por días hábiles, según lo normado por los artículos 42 y 43 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia y 152 del Código Procesal Civil
de la Nación.
Hasta allí todo lo precedentemente dicho es igual tanto para la Nación y para la
Provincia de Córdoba. La diferencia entre lo normado por ambos cuerpos legales
estriba en el tratamiento que ambas leyes procesales prevén si el embargante no
entabla la demanda pasados los diez días.
En tanto que conforme lo normado por el art. 465, pesa sobre el embargante la
carga procesal de entablar la demanda dentro del plazo de diez días; si así no lo
hiciere deberá responder por las costas y por los daños y perjuicios ocasionados. Vale
decir, entonces, que se requiere actividad del embargado solicitando la caducidad de
la medida. Esa solicitud se le dará vista al embargante, y si éste no acredita haber
promovido la demanda antes del pedido de caducidad, el tribunal ordenará la
cancelación de la medida.
Por último, agregamos que respecto al embargo anotado cinco años atrás, se
extingue una vez cumplidos esos cinco años contados desde el día siguiente a su
inscripción en el registro que corresponda. Este plazo es continuo y completo
debiendo terminar en la medianoche del último día y comprende los días feriados, a
tenor de lo preceptuado en los arts. 27 y 28 del Código Civil Argentino.
2.3 Por inembargabilidad: Si bien no existe una regla expresa, nuestro derecho común
implícitamente reconoce que el patrimonio del deudor es la prenda común de los
acreedores, por ello todos los bienes del deudor –apreciables en dinero- son
susceptibles de embargo.
9
Novellino, Norberto José, Desembargo, en Revista de Derecho Procesal 1 Medidas Cautelares, Pág. 90,
Rubinzal Culzoni, 1998.
10
Conf. Palacio, Lino Enrique y Alvarado Velloso, Adolfo, “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
explicado, Rubinzal Culzoni, Santa Fé 1992, t. 4º, p.344, punto 164.1.1.1.2; CSJN, 17/6/82, Rep. E.D. 16 -713.
8
Dicha lista ha variado mucho, atento los distintos parámetros que se han tomado en
cuenta para dimensionar el alcance de tales frases, aunque en la mayoría de los
casos, se ha optado por hacerlo contemplando el nivel medio de vida logrado por la
población, sin perjuicio de considerar también las características propias de cada
situación concreta11.
Cabe destacar que no solamente el deudor titular de los bienes embargados puede
solicitar el levantamiento de la medida indebidamente trabada. También se encuentran
habilitados para hacerlo su conyugue e hijos a tenor de lo preceptuado por el art.
219 del C.P.C.C.N.12
Vale señalar que, siendo de orden público las normas sobre inembargabilidad de
bienes, el levantamiento del embargo de dichos bienes afectados puede hacerse de
oficio 15, aun cuando la resolución que lo decretó se halle consentida por los
afectados, y a petición del deudor o de su familia (cónyuge o hijos) en cualquier
momento, no rigiendo plazo alguno. En la antedicha afirmación la jurisprudencia es
coincidente. Sin embargo, cuando no existe criterio uniforme sobre la
11
Novellino, Norberto José, ob. citada, p. 94.
12
De Lazzari concluye que el uso del término conyugue indica la imposibilidad de que la concubina ponga en marcha
esta pretensión, a pesar de que juegue en su favor el beneficio de la inembargabilidad. En contra se pronuncia
Novellino, ob. citada p. 95, a tenor de la aparente contradicción existente en los Arts. 219 y 220 del C.P.C.C.N. Así el
art. 219 habla del deudor y “de su mujer e hijos”, en cambio el art. 220 dice “El embargo indebidamente trabado
sobre algunos de los bienes enumerados en el artículo anterior podrá ser levantado, de oficio o a pedido del deudor
o de su cónyuge o hijos”. El autor deduce que ante la amplitud del término mujer del art. 219 autoriza a comprender
que alcanza a la concubina. También, Novellino, José Norberto, Embargo y Desembargo y demás medidas
cautelares, 4ª Edición, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1994, p. 195 y ss., punto I.
13
De Lázzari, Eduardo Néstor, Medidas Cautelares, Ed. Platense, La Plata, 1995, T.1, Pág. 403 y ss. con cita de Devis
Echandía, Teoría General de la Prueba Judicial, V.I. p.509/510.
14
C4a C.C Cba. “Preper SRL c/ González Francisco José y Otro”-P.V.E.- Otros títulos- Recurso de Apelación. Semanario
Jurídico, tº 94 2006-B p. 456 y 457.
15
Con respecto a este aspecto, algunos precedentes destacan que el juez no tiene la obligación de disponer en
levantamiento, sino tan solo la potestad de hacerlo. Esta es la opinión de Novellino. En contra De Lázzari, entiende
que se trata de una cuestión de orden público que los jueces han de cumplimentar como expreso deber.
9
inembargabilidad del bien, el juez no debe tomar la iniciativa de desembargar de
oficio.
2.4. Por abuso o exceso del embargante. Esta situación está prevista en el art. 208 del
C.P.C.C.N. Se configura cuando quien solicitó la medida precautoria ha actuado con
dolo o con culpa al pedirla, o no puso en la solicitud la debida diligencia, sin
perjuicio de que debe existir un principio atenuante al juzgar esta conducta, dado
que debemos suponer que el juez que decretó a la traba del embargo preventivo ha
realizado, previamente, una valoración acerca de su procedencia o no19.
16
Arazi, Roland, Medidas Cautelares. p. 118, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1999.; Novellino, Embargo y Desembargo,
p.117.
17
De Lázzari, Medidas Cautelares, t.I, p. 464 y 465.
18
Arazi Roland, Medidas Cautelares. p. 119, Ed. Astrea, Buenos Aires,1999. Jurisprudencia y doctrina que allí se
cita.
19
Novellino, Norberto José, Desembargo, Revista de Derecho Procesal Nº 1, Medidas Cautelares, Rubinza
Culzoni, 1998, Santa Fe, p. 97.
10
Sabido es que las medidas cautelares son susceptibles de ocasionar perjuicios y para
asegurar el eventual resarcimiento de esos perjuicios las leyes procesales exigen al
peticionario la prestación de la contracautela.
El art. 459 primer párrafo Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba
adhiere a esta doctrina, estableciendo un factor de atribución de responsabilidad
objetiva, pues dispone: “El solicitante deberá prestar fianza, u otra caución, según el
caso, por las costas y daños y perjuicios si resultare que el derecho que se pretende
asegurar no existe”.
Respecto a los requisitos de la petición debemos decir que la admisibilidad del pedido
de levantamiento de embargo sin tercería se encuentra sujeta al aporte de
elementos que señala el art. 441, es decir acreditando in continenti22 su posesión
20
Spota, Alberto G., “Responsabilidad en materia de medidas cautelares”, L.L, 1989 -E-p. 486. Fernández, Raúl E.,
“Informe sobre medidas autosatisfactivas, anticipación de tutela jurisdiccional y tutela preventiva en el derecho de
daños”, Zeus Córdoba, Nº 195,2/5/06, Nº 1, p. 339,340.
21
Arazi Roland, ob. cit. p. 136.
22
Según el Diccionario Jurídico de Gonzalo Fernández De León (Ed. ABECÉ S.R.L., 2ª ed., t. III, p. 162), la alocución " in
continenti" empleada en el art. 441 del C. de P.C., significa al instante prontamente, sin dilación. Interpretando dicha
expresión, y las demás exigencias contenidas en la norma aludida, la jurisprudencia ha entendido que para la
procedencia de la solicitud de levantamiento de embargo que autoriza, la acreditación del dominio de los bienes en
cabeza del peticionante debe ser tan categórica que haga innecesaria la deducción de la tercería respectiva; quien
11
actual, en conformidad con el título de propiedad que exhibiera, según la naturaleza
de los bienes.
Se ha dicho que el tercero debe traer la más concluyente de las pruebas de dominio o
posesión de la cosa embargada, debiéndose interpretar los medios probatorios de
manera estricta tal que no exista lugar a dudas acerca del derecho pretendido.
Vale recordar que de la lectura de la norma se desprende que la petición será
resuelta sin apertura a prueba.
invoque su amparo -se ha precisado- debe acreditar el dominio exhibiendo el título que corresponda a la naturaleza
del bien involucrado, y lo debe hacer en el acto de su presentación pues no hay posibilidad de completarlo con
posterioridad; por todo ello -se ha puntualizado también- la admisibilidad de la petición debe juzgarse con criterio
restrictivo (confr. M. Martínez Crespo, “Cód. Proc. C. y C. de la Pcia. de Cba. - Ley 8465”, Advocatus Cba. 1996, ps.
118/119.
23
Ferreyra de De la Rúa, Angelina, González de la Vega de Opl, Cristina, “Código Procesal Civil y Comercial de la
Provincia de Córdoba, Ley 8465, Comentado y Concordado con los Códigos de la Nación y Provinciales, Tomo II,
Segunda Edición. Actualizada, Editorial La Ley, p.822 y 823.
24
Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, del Trabajo y de Familia de Villa Dolores
(CCivComTrabyFamiliaVillaDolores), 04/03/2003, Autos: Garay, Javier M. c. Martínez, José S.: LLC 2003, 1304 - DJ
2004-1, 1314 La solicitud de levantamiento de embargo peticionada por un tercero que alega ser el titular de los
12
Cabe mencionar conforme se ha decidido, que si para acreditar la propiedad del
tercero sobre los muebles embargados se acompaña documentación cuya autenticidad
es necesario comprobar, excediendo el simple trámite impuesto por la ley ritual no
corresponde el levantamiento del embargo, máxime si los bienes se encontraban en
el momento de la traba del embargo en el domicilio del demandado.
Por último, cabe destacar que no es requisito previo para iniciar la tercería el
haber intentado el levantamiento del embargo por la vía del art. 441 del C.P.C.C. toda
vez que como anticipado es sólo una posibilidad que la ley procesal le concede al
tercero de manera rápida y económica.
2.6. Por tercería de dominio: Este supuesto está legislado en el en el Título V del
Libro I del Código Procesal Civil de la Provincia de Córdoba, es decir, antes del
Título VI del mismo Libro donde se tratan las medidas cautelares. Señala Novellino
que este desembargo está previsto anticipadamente y fuera de contexto25.
Respecto a la tramitación del instituto bajo examen de acuerdo al art. 439 del
C.P.C.C. se sustancian por el trámite declarativo, para ello se tienen en cuenta los
parámetros fijados por la ley procesal para descifrar el procedimiento a seguir. Así
bienes muebles sobre los que se trabó la medida y que los mismos son utilizados para su actividad habitual de
comerciante, debe ser rechazada si la prueba documental que ofrece no es idónea para acreditar en forma
categórica la titularidad de propietario que invoca, siendo este un requisito legalmente exigido.
25
Novellino, Norberto José, Desembargo, Revista de Derecho Procesal Nº 1, Medidas Cautelares, Rubinzal
Culzoni,1998, Santa Fe, Pág. 98.
26
Ferreyra De la Rúa, Angelina, González de la Vega de Opl, Cristina, Ob. cit. p.808.
27
Conforme lo normado por los artículos 2378 y 2379 del Código Civil. En este sentido se pronuncian Palacio, Lino
Enrique y Alvarado Velloso, Adolfo, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación explicado, Rubinzal Culzoni, Santa
Fé, 1992, t. 3º p. 347 in fine.
28
Novellino, Norberto José, ob. cit. p. 99.
13
dicho parámetro está dado por la importancia económica de la cuestión, verbigracia,
por el monto del embargo.
3. Palabras finales.
Sin ánimo de agotar el tema, hemos expuesto en forma sucinta las distintas
modalidades que se presentan dando lugar al levantamiento de un embargo trabado.
Sabemos que la exposición realizada, lejos de agotar el tema, implica sólo un esbozo
que permite a quienes posean más conocimiento y agudeza intelectual profundizar y
enriquecer.
4. Bibliografía consultada:
14
Intervención y administración judicial
Es aquella medida cautelar en virtud de la cual una persona designada por el juez, en calidad de
asesor externo de este, interfiere en la actividad económica de una persona física o jurídica.
Dicha intervención se realiza ya sea para asegurar la ejecución forzada o para impedir que se
produzcan alteraciones en el estado de los bienes (Palacio, 2005).
Anotación de litis
Tiene por objeto asegurar la publicidad de los procesos relativos a bienes inmuebles o muebles
registrables, con el fin de que la sentencia que sobre ellos recaigan puedan de ser opuestos a
terceros adquirentes del bien litigioso o a cuyo favor se constituyó el derecho real sobre este. No
impide su enajenación ni produce los efectos del embargo o de la inhibición ni restringe las
facultades del propietario. Busca hacer conocer la existencia de un juicio que afecta al bien.
La anotación de la litis es propia de los procesos que tienen por objeto la modificación de una
situación registral, como el caso de la usucapión o la reivindicación.
Prohibición de innovar
Tiende a impedir que se modifique una situación de hecho o de derecho existente en un momento
determinado, a los fines de mantener la igualdad de pares con intereses contrapuestos.
Como contracara de ella, se admite también la medida innovativa que implica una orden tendiente
a reponer las cosas a un momento anterior a la iniciación del proceso.
15
Figura 1: Modelo de embargo de bienes muebles:
Queda facultado para allanar domicilio y hacer uso de la fuerza pública si fuera
necesario (art. 533 del C.P.C.C).
Se encuentra autorizado para intervenir en el diligenciamiento del presente el Dr.
Roberto Causana, MP 123791.
Diligenciado que sea el presente se servirá devolverlo al Tribunal por la misma vía de
recepción. A tales efectos deberá labrar acta circunstanciada, cumplimentando el A.R
N 5, Serie B, año 1986, del TSJ.
Sr. GERENTE
DE ARCOR S.A.
s………………..D
Se hace saber a UD. que en los autos caratulados: RAMOS MARIA DOMINGA
C/ ZEQUIEL BARROS-EJECUTIVO POR COBRO DE CHEQUES, LETRAS O
PAGARES, EXP. N° 123654/36, en trámite por ante el tribunal de 1° instancia y 18
nominación civil y comercial, secretaria a cargo de la autorizante, se ha dispuesto
remitirle el presente oficio a fin de que tan luego de recibido procedan a trabar
embargo sobre los haberes que perciba en esa Empresa el Sr Ezequiel Barros, D.N.I
30.996.019, en la proporción de ley, hasta cubrir la suma de Pesos Cinco mil ($ 5000.-)-
Los importes que sean retenidos deberán ser depositados a la orden de este Juzgado
y para estos autos en el Banco Córdoba, Sucursal Tribunales en el plazo de 2 días de
liquidados los haberes, bajo apercibimiento del art. 239 del Código Penal.
Se deja constancia que el Dr. Mauricio Berrotaran, MP. 1-29458, se encuentra facultado
para diligenciar el presente.
Es la que puede dictar el juez, según las particularidades del caso, cuando no existe una la ley una
previsión específica que satisfaga la necesidad de aseguramiento. Constituye una regla importante
ya que la realidad cotidiana presenta permanentemente nuevas situaciones y cuestiones a
solucionar que no se ajustan específicamente a los institutos legales previstos en la ley.
Su otorgamiento está condicionado a que no pueda utilizarse otra medida cautelar; que exista temor
fundado de perjuicio y que se trate de medidas de seguridad que resulten más aptas al objeto
del juicio.
17
“Perez Cuesta SACI C. Estado Nacional s/ acción declarativa de inconstitucionalidad
[prohibición de innovar]” del 25 de junio de 1996. La Ley, 1996. D- 689).
7Que el juez de grado tuvo por acreditada prima facie la verosimilitud del derecho
invocado por el actor cuando dispuso la traba de embargo sobre bienes muebles e
inmuebles del patrimonio de los demandados a fin de resguardar el eventual
pronunciamiento a dictarse sobre el planteo indemnizatorio del apelante;
verosimilitud que se vincula con los presupuestos de la relación jurídica y
circunstancias fácticas determinantes del reclamo.
8- Que para probar el recaudo del peligro en la demora – necesario en toda medida
cautelar - el recurrente llevó a cabo diligencias a fin de evidenciar la existencia de los
intentos realizados por los demandados para disminuir su patrimonio lo que se veía
agravado por la falta de seguro de accidentes de trabajo respecto del personal que
desarrollaba sus tareas en la empresa GRAFI GRAF SRL.
9- Que ante tales afirmaciones la alzada no podía desentenderse del tratamiento
concreto de las alegaciones formuladas so color de incurrir en prejuzgamiento, pues
en ciertas ocasiones – como ocurre en medida de no innovar y en la medida cautelar
innovativa – existen fundamentos de hecho y de derecho que imponen al tribunal
expedirse provisionalmente sobre la índole de la petición formulada estudio que era
particularmente necesario en el sub lite en razón de que el recurrente pretendía
reparar - mediante esa vía – un agravio causado a la integridad física y psíquica
tutelada por el art. 5 Inc. 1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
10- Que ello resulta así pues es de la esencia de esos institutos procesales de
orden excepcional enfocar sus proyecciones – en tanto dure el litigio- sobre el fondo
mismo de la controversia, ya sea para impedir un acto o para llevarlo a cabo,
porque dichas medidas precautorias se encuentran enderezadas a evitar la
producción de perjuicios que se podrían producir en caso de inactividad del
magistrado y podrían tornarse de muy dificultosa o imposible reparación en la
oportunidad del dictado de la sentencia definitiva.
11- Que de considerarse admisible el único sustento dado por el a quo, la medida
cautelar innovativa se convertiría en una mera apariencia jurídica sin sustento
alguno real en las concretas circunstancias de la causa, habida cuenta de que toda
presentación en tal carácter se enfrentaría con el valladar del eventual
prejuzgamiento del tribunal como impedimento para la hipotética resolución favorable
al peticionario.
12- Que el mencionado anticipo de jurisdicción que incumbe a los tribunales en el
examen de ese tipo de medidas cautelares, no importa una decisión definitiva sobre la
pretensión concreta del demandante y lleva incita una evaluación del peligro de
permanencia en la situación actual a fin de habilitar una resolución que concilie –
según el grado de verosimilitud. Los probados intereses de aquel y el derecho
constitucional de defensa del demandado.
13- Que en tales condiciones, y sin perjuicio de señalar que lo expresado no implica
decidir concretamente sobre la procedencia del reclamo formulado por el actor,
corresponde declarar procedente el recurso extraordinario pues media relación
directa e inmediata entre lo resuelto y las garantías constitucionales que se dicen
vulneradas (art. 15, Ley 48).
Por ello se declara admisible el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia
apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por medio de quien
corresponda, proceda a dictar nuevo fallo con arreglo a lo expresado. Agréguese la
queja al principal. Eduardo Moliné Oconnor - Carlos Fayt- Guillermo López - Antonio
Boggiano- Enrique Petrachi- Gustavo Bossert- Adolfo Vázquez, en disidencia.
Disidencia del Dr. Vázquez.
Considerando: Que el recurso extraordinario, cuya denegación origina la presente
queja no se dirige contra una sentencia definitiva o equiparable a tal (art. 14, Ley 48)
Por ello se desestima la queja - Adolfo Vázquez. (CSNJ, Camacho Acosta Maximino c.
Grafi Graf SRL y otros. Buenos Aires, agosto 7 de 1997).
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Los procesos urgentes (pp. 398 a 412, T. II)
En este sentido, se incluyen dentro de ellos al amparo y al habeas data. La tutela de urgencia o
procesos urgentes reconoce en la actualidad tres tipos principales de mecanismos diferenciados
entre sí: las medidas cautelares propiamente dichas, de la que ya hemos hecho referencia, las
medidas autosatisfactivas y la tutela anticipada, debe mencionarse además el proceso monitor.
Por último, debemos mencionar el proceso monitorio. Esta categoría constituye un proceso en el
que la estructura contradictoria normal se invierte.
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Referencias
Corte Suprema de Justicia, Camacho Acosta Maximino c/ Grafi Graf SRL y otros. Buenos Aires, 7
agosto de 1997.
Fassi, S. y Yáñez, C. (1989). Código Procesal Civil y Comercial. Buenos Aires: Edit. Astrea.
Ley Nacional N° 24.241 (1993). Sistema integrado de jubilaciones y pensiones. Senado y Cámara de
Diputados de la Nación Argentina.
Martínez Crespo, M. (1996). Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba – Ley
8465. Córdoba: Advocatus.
Palacio, L. (2005) Manual de Derecho Procesal Civil. Buenos Aires: Lexis Nexis- Abeledo - Perrot.
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