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Durmiente
Autor: Hermanos Grimm
PERSONAJES
DIRECCIÓN ESCÉNICA
NARRADOR: Hace ya muchos, muchos años, en unas tierras muy lejanas había un reino gobernado
por dos monarcas.
REY: Querida reina y mujer mía. Han pasado ya muchos años y nuestra ilusión de tener un hijo o
una hija no se ha podido cumplir. Y por ello estoy muy triste. (El rey tiene cara de afligido)
REINA: Tu tristeza durará muy poco tiempo porque tengo una sorpresa para ti. Pronto nacerá
nuestro hijo o nuestra hija, que será el futuro rey o la futura reina de estas tierras. (Se acerca al
rey)
REY: (El rey, con muestras de alegría) ¡Qué contento me ha puesto esta gran noticia! ¡Soy el Rey
más feliz del mundo! (El rey abraza a la reina y salen de escena)
Los reyes reaparecen en escena pero en este caso la reina se ve embarazada, se muestran felices
para luego salir de escena
NARRADOR: Y no pasó mucho tiempo y la reina dio a luz una preciosa niña. El nacimiento colmó
de alegría a los dos reyes.
(Suena la música y aparecen en escena los reyes con su pequeña hija Aurora)
ACTO II
Personajes: Narrador, Rey, Reina
Se abre el telón y están en el centro del escenario el Rey y la Reina. Hay una mesa con tintero,
papel y una campanilla junto a una silla en uno de los laterales del escenario. El Narrador, en un
lugar apartado.
(Aparece el Rey, con voz alta, tocando la campanilla para llamar al secretario)
REY: ¡TILÍN! ¡TILÍN! ¡Secretaria Doña Fulgencia, Secretaria Don Fulgencia!, ¡Ven con algo para
escribir que tengo que ordenarte algunas cosas!
(El Rey con voz más baja, dirigiéndose a la reina)
REY: La alegría que tú y yo tenemos debemos compartirla con nuestro pueblo. El nacimiento de
nuestra hija será el motivo para celebrar una magnífica fiesta, la mejor fiesta que jamás se haya
celebrado en la historia de este reino.
REINA: Tú ya sabes que las fiestas me encantan. Me parece una idea estupenda. Empecemos ya
con los preparativos.
REY: Sí, efectivamente, te hemos hecho llamar, Secretaria Doña Fulgencia. Escúchame con mucha
atención y escribe lo que te ordene. Como sabes, la reina y yo hemos tenido una niña y este
acontecimiento ha traído al palacio una alegría que quiero compartir y disfrutar con todas las
personas de mi reino.
REY: Pues quiero que organices una fiesta grandiosa. No puede faltar de nada. Apunta, apunta
todo lo que se debe disponer y ya verás qué bien nos lo pasaremos en el festín:
REY: Bien, tienes razón, iremos más despacio, Secretaria Doña Fulgencia.
turrones y mazapanes,
leche, y refrescos,
chucherías....
Todo eso y todo lo que se te ocurra.
NARRADOR Y el Rey siguió y siguió dictando todo lo que se necesitaba para organizar la fiesta, y el
secretario escribía, escribía, escribía...
(El secretario continúa con el gesto de seguir escribiendo, a la vez que el rey mímicamente
prosigue dictando)
REY: Entonces escribirás unas invitaciones a todos los habitantes de mi reino para que puedan
venir a palacio y disfruten todos ellos de la fiesta. Este será el texto de la carta que enviarás a mi
pueblo. A las hadas del reino no olvides invitarlas. Escribe, escribe
NARRADOR: Cuando el secretario acabó de escribir las cartas, el rey se retiró a sus habitaciones.
ACTO III
Personajes: Narrador, Secretario
Se abre el telón y están todos celebrando la gran fiesta ofrecida por los reyes.
NARRADOR. Ya estaba todo preparado. Llegó el día de la gran fiesta. Estaban todos los invitados
dentro del palacio. El rey levantó su copa y dijo:
REY: Nos hemos reunido aquí en el palacio para celebrar el nacimiento de nuestra hija. Es un
motivo de júbilo tanto para mí como para la reina, y por eso os pido que levanten sus copas y
demos tres hurras por la princesa.
TODOS: ¡ IP IP HURRA! ¡IP IP HURRA! ¡IP IP HURRA !¡Viva los reyes, viva la princesa!
REY: ¡Qué satisfecho estoy! ¡Qué regocijo me invade! ¡Qué alegría más grande!
(Suena una música de fondo y el rey y la reina bailan por el salón. Se queda el rey con Aurora y
la reina sale)
NARRADOR: Y como no podían faltar los regalos. Cuando concluyó el baile, el hada Morgana en
representación de todas sus amigas hadas procedió a su entrega.
(Morgana, dirigiéndose a la niña, que está en brazos de su padre. Toca con su vara la cabeza de
la princesa)
MORGANA: Yo te regalo el don de la belleza. Serás una princesa muy hermosa. Cuando crezcas
podrás entender que la belleza es importante, el don de la sabiduría. Serás una princesa muy
sabia. Cuando crezcas podrás entender que la sabiduría es importante, el don de la riqueza. Pero
recuerda que lo más importante no son los tesoros, lo más importante de todo es ser feliz
NARRADOR: De pronto unos fuertes golpes se oyen por todos los rincones del palacio.
NARRADOR: La puerta se abre y aparece un hada, la única que no había sido invitada.
MALÉFICA: Soy la más vieja de todas las hadas de este reino y no comprendo cómo no me han
invitado a la fiesta del nacimiento de su hija. Ustedes invitado a todas las hadas menos a mí.
(Maléfica en tono muy enfadado. Se acerca al rey y toca con su varita mágica la cabeza de la
princesa)
MALÉFICA: ¡No acepto sus disculpas! ¡Mis poderes malignos condenarán a muerte a su hija
cuando cumpla 15 años. Es mi deseo que cuando cumpla esta edad se pinche con el uso de una
rueca!
(Suena la canción de Maléfica y ella se pone a bailar y cantar mientras los demás personajes se
muestran preocupados. Al terminar la canción sale de escena)
(El rey se pone a llorar amargamente. Morgana se acerca a los reyes para deshacer el maleficio.
Toca con su varita la cabeza de la pequeña)
MORGANA: No se preocupen, majestades, que su hija no morirá, sino que dormirá
profundamente en un sueño que durará 100 años, hasta que un apuesto príncipe la despierte con
el beso de amor.
REY: Mejor es que duerma profundamente a que muera. ¡Que la fiesta continúe y que a mi pueblo
no le falte de nada! Y para evitar que la princesa se pinche con el huso de una rueca doy esta
orden ahora mismo. Apunta, Secretaria Doña Fulgencia.
SECRETARIA: (la secretaria toma papel y una pluma) Ahora mismo, Majestad, procedo a tomar
nota.
NO SE PINCHE JAMÁS.
Firmado
Vuestros Reyes
REINA: Que la fiesta continúe durante tres días y tres noches. Y ahora bailemos todos una danza
(suena la música y comienza el baile)
ACTO IV
Personajes: Narrador, Aurora, Maléfica disfrazada de vieja, Hada buena)
Se abre el telón y están jugando y cantando durante unos segundos la hada y la princesa). El
Narrador, en un lugar apartado.
NARRADOR: Aurora fue creciendo y creciendo. Tenía ya 15 años cuando un día jugaba y jugaba
alegremente por los jardines del palacio, acompañada siempre por Morgana.
(La princesa se acerca a la vieja para interesarse por lo que está haciendo)
Aurora: ¿Qué haces, buena mujer? Jamás he visto hacer a nadie lo que haces tú. ¿Me dejas?
Déjame ver.
(Morgana se muestra muy preocupada porque la princesa tenía entre sus manos el huso y la
rueca y se podía pinchar)
MORGANA: No toques nada, princesa, que su padre hace ya muchos años que prohibió esas cosas
en el castillo.
AURORA: ¡Ay!
(La princesa se cae al suelo del jardín en el momento en que se pincha con el huso de una rueca)
MALÉFICA: Ja, ja, ja! (al público). Mis deseos se han cumplido. Al pincharse la princesa con el uso
de la rueca, se ha quedado dormida para siempre.
ACTO V
Personajes: Príncipe, Pastora, Princesa, Reina.
Están en el centro del escenario todos los personajes. El Narrador, en un lugar apartado.
NARRADOR: Y pasaron muchos, muchos años. Como los jardineros dormían en el palacio, todo
estaba muy descuidado. Las hierbas habían crecido mucho, tanto, que solamente se veían las dos
torres altas del castillo.
NARRADOR: Un día un príncipe cazaba por esas tierras y se encontró con una.
PRÍNCIPE: Hola pastora. Estoy cazando por estas tierras. ¿Qué es lo que se ve sobre la maleza?
¿Un castillo? ¿Un palacio?
PASTORA: Sí, un palacio que según dicen no ha entrado nadie desde hace 100 años. Dicen que una
princesa muy bonita duerme en sus habitaciones. Eso es todo lo que sé, Señor.
PRÍNCIPE - Gracias pastora. Enséñame el camino para entrar en el palacio que quiero conocer a
esa princesa que dices que es muy bonita. Y toma estas monedas de oro.
NARRADOR: La Princesa, al sentir el beso del Príncipe, se despertó del largo sueño, se levantó del
lecho, y se puso muy contenta al ver al guapo príncipe frente a ella.
PRINCESA: ¡Oh! ¿Eres tú el Príncipe el que me ha despertado? Gracias por poner fin a este gran
sueño.
PRÍNCIPE: Sí, he sido yo. ¡Qué bonita eres! Me casaré contigo, si así lo deseas.
REY: Estamos aquí reunidos para celebrar este gran acontecimiento. Nombro heredera de mi reino
a mi hija que hoy se casa con este joven tan apuesto. Que sean muy felices. Tres hurras por ellos:
¡Ip Ip hurra! ¡ Ip Ip hurra! ¡ Ip Ip hurra!
NARRADOR: Sólo falta añadir que el Príncipe y la Princesa fueron muy felices y tuvieron muchos
hijos.