dudas, el apóstol más sobresaliente del Sagrado Corazón de Nuestro Señor. De allí que, si alguien quiere tener una idea exacta de la devoción a ese divino Corazón, deberá acercarse a las lecciones de esta religiosa visitandina del siglo XVII.
Ahora bien, su mensaje o testamento espiritual,
transmitido a ella por el mismo Corazón de Jesús, ¿qué tiene para decirle al mundo de hoy? En palabras de Santa Margarita misma, “el Corazón de Jesús es la escuela en que se aprende la ciencia de los Santos, la ciencia del puro amor, que hace olvidar todas las ciencias mundanas”. Pero, ¿qué significa exactamente “la ciencia de los Santos” o “la ciencia del puro amor”? ¿Acaso es un conocimiento reservado para las almas consagradas a la vida religiosa? ¿Se trata de un mensaje espiritual que ya quedó en el pasado, pues fue dado a conocer hace aproximadamente tres siglos?
La respuesta a ambas preguntas es “no”, de acuerdo
con lo que Nuestro Señor le revela a Santa Margarita: “Mi Divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres…”; “He aquí este Corazón, que ha amado tanto a los hombres, que no se ha reservado nada hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor…”; “Nuestro Señor me ha descubierto en su divino Corazón tesoros de amor, de gracia, de misericordia, de santificación y de salvación… ha formado el designio de manifestar este Corazón a los hombres, de abrirles las riquezas que este tesoro contiene, a fin de que todos los que quieran tributarle y procurarle todo el amor y honor que puedan, sean enriquecidos profusamente con estas divinas riquezas, cuyo manantial es este Sagrado Corazón”. En otras palabras, los destinatarios de tales declaraciones de amor, pero al mismo tiempo del tierno y suave reclamo que se desprende de las mismas, somos todos los hombres, de todas las vocaciones y de todas las épocas.
“Nuestro Señor me ha descubierto en su divino
Corazón tesoros de amor, de gracia, de misericordia, de santificación y de salvación. Me ha dado a conocer que Su Corazón Sagrado es un tesoro escondido que no anhela más que difundirse y ser distribuido para enriquecer nuestra pobreza; que ha formado el designio de manifestar este Corazón a los hombres, de abrirles las riquezas que este tesoro contiene, a fin de que todos los que quieran tributarle y procurarle todo el amor y honor que puedan, sean enriquecidos profusamente con estas divinas riquezas, cuyo manantial es este Sagrado Corazón” (Santa Margarita María). “Según las enseñanzas de la Beata Margarita María, las dos principales señales para discernir el grado más o menos elevado del amor que el alma tiene a Dios es ver su actitud ante el pecado y en presencia del sacrificio. ¿Qué temor tiene al pecado? ¿Qué generosidad muestra frente al sacrificio? El verdadero amor, dice la Beata, rechaza toda falta cometida con intención, es decir, con entera deliberación y no rehúsa ningún sacrificio que Dios le prepare” (P. Oblato de María Inmaculada).