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Falencias de los médicos veterinarios zootecnistas y zootecnistas en el desarrollo de su profesión

Las actividades ejercidas por los médicos veterinarios zootecnistas (MVZ) y zootecnistas están
reguladas por la ley 576 de febrero del 2000, a su vez el tribunal nacional de ética profesional de
medicina veterinaria y zootecnia ha analizado las principales quejas por parte de los usuarios
enfatizado a los servicios prestados por los MVZ y zootecnistas, en el campo de acción de dichos
profesionales se evidencian deficiencias en la práctica como: impericia, falta de conocimiento y
poca comunicación con sus clientes.

Diferentes son las quejas presentadas al tribunal nacional de ética profesional de medicina
veterinaria y zootecnia por parte de los usuarios entre ellas, la deficiencia en la exploración
semiológica y uso de pruebas diagnósticas así como la impericia en el momento de realizar
actividades concernientes a su profesión ya sea en el ámbito médico veterinario o el zootecnista.

La praxis de la medicina veterinaria y la zootecnia con lleva al conocimiento previo, así como en
cualquier profesión y una mala práctica de dicha actividad tiene consecuencias jurídicas; desde mi
punto de vista en gran manera las quejas presentadas son por falta de comunicación con nuestro
cliente, debemos tener en cuenta que los MVZ tienen pacientes (Animales) pero a su vez los
clientes (Dueños) son los que juzgan esta labor.

Existen pasos a seguir en el momento de valorar, diagnosticar y curar un animal, pero muchos de
los profesionales por experiencia se saltan algunos de estos pasos y si los resultados son negativos
como la muerte de un animal o empeoramiento del mismo, el cliente tendrá razones para realizar
trámites jurídicos o simplemente mediar con el profesional.

El punto clave de toda relación es la comunicación en este caso el del médico veterinario y el
cliente, es la buena comunicación, en ocasiones se comunica mal con los gestos faciales que con
las palabras que se dicen, un ejemplo real de esta situación es cuando se llevan a un paciente
donde el veterinario, pero previamente le habían auto medicado y por temor se callan estos
detalles conllevando a una sobre dosis de un posible medicamento o a la inhibición del mismo.

Por otro parte todos los procesos diagnósticos, exámenes y tratamientos a realizar con el
paciente, es indispensables comunicárselas al cliente, entendiendo que en ocasiones para el
cliente no es un animal sino un miembro más de la familia y que al recibir respuestas negativas
como la muerte, sin saber con anterioridad los riegos su impacto psicológico será mayor.

En relación a lo mencionado anteriormente del vínculo casi familiar que se crea con las mascotas
debemos saber que el cliente espera con ansias el mejoramiento de su mascota, por consiguiente,
además de comunicar todos los procesos que se realizaran se debe procurar informar todos los
acontecimientos de la mejor manera procurando afectar lo menos posible a el cliente.

Aunque creo que el problema principal radica en la falta de comunicación es evidente que existen
profesionales que carecen de conocimiento y pericia o simplemente veterinarios negligentes
independiente de los diferentes aspectos deben asumir responsabilidades pertinentes a sus actos
durante la práctica de la profesión

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