El documento discute la desigualdad de género en el trabajo y la sociedad. Históricamente, las mujeres han estado subordinadas y relegadas a ciertos roles, mientras que los hombres dominan la esfera pública y el poder. Se necesita un cambio para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, otorgándoles los mismos derechos y oportunidades. La educación es fundamental para romper los esquemas impuestos y fomentar una nueva sociedad inclusiva basada en el respeto y la tolerancia.
El documento discute la desigualdad de género en el trabajo y la sociedad. Históricamente, las mujeres han estado subordinadas y relegadas a ciertos roles, mientras que los hombres dominan la esfera pública y el poder. Se necesita un cambio para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, otorgándoles los mismos derechos y oportunidades. La educación es fundamental para romper los esquemas impuestos y fomentar una nueva sociedad inclusiva basada en el respeto y la tolerancia.
El documento discute la desigualdad de género en el trabajo y la sociedad. Históricamente, las mujeres han estado subordinadas y relegadas a ciertos roles, mientras que los hombres dominan la esfera pública y el poder. Se necesita un cambio para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, otorgándoles los mismos derechos y oportunidades. La educación es fundamental para romper los esquemas impuestos y fomentar una nueva sociedad inclusiva basada en el respeto y la tolerancia.
Plantear problema y alternativas de solución. Fase 4-
Guillermo Enrique Ramos
Código 7684997
Enith Cecilia Franco
Tutora
Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD
Bogotá D. C. 09 de marzo de 2019
GÉNERO, TRABAJO Y PODER
Si bien es cierto que la mujer ha logrado un reconocimiento y posición
en el mundo laboral, gracias a su esfuerzo, dedicación, luchas y preparación a nivel académico, es mucho lo que le falta por conquistar y alcanzar y la oportunidad es ahora de reclamar los derechos de ciudadanía que por mucho tiempo le han sido negados.
La división del trabajo ha abierto una enorme brecha entre el sexo
masculino y el femenino, debido a las diferentes formas en que la mujer ha sido subordinada y como esta subordinación ha sido adoptada en distintas sociedades; históricamente ha existido una fuerte convicción, que la mujer no es apta o competente para desarrollar ciertos cargos en el mundo laboral, lo cual influye en los roles y en las relaciones de poder entre la mujer y el hombre incluyendo la existente división sexual del trabajo, relegando la posición de la mujer en la sociedad a un segundo plano, debido a las creencias que las destrezas adquiridas por la mujer se han orientado hacia el hogar, y a la procreación, ubicándolas en una situación de no poder; y las del hombre se han orientado en sentido contrario, este tipo de análisis sugiere que la mujer tiende a "especializarse" en actividades domésticas porque la capacidad de generar recursos económicos en el hombre es mayor.
La esfera pública continúa dominada por los hombres, y el espacio
privado/doméstico se sigue beneficiando de la «servidumbre» impuesta al género femenino; las desigualdades sociales son el resultado de una serie de factores que se han generado al interior de la familia, desconociendo que la participación de hombres y mujeres en las responsabilidades de la familia y de la producción doméstica, se debe dar en condiciones de igualdad entre los sexos.
La adquisición de la igualdad entre el hombre y la mujer supone que han
de tener iguales derechos, oportunidades y responsabilidades que les permitan desarrollar sus talentos y capacidades para su propio desarrollo personal y para beneficio de la sociedad; sin embargo, esta condición no se ha producido por igual en todos sectores del campo laboral, debido a factores sociales, políticos, religiosos, económicos y culturales, y porque la mujer ha sido subvalorada en diferentes escenarios sociales.
¿Cómo trabajarían el tema de equidad de género desde su formación
disciplinar en sus contextos regionales? Es imperioso reconocer la necesidad de un cambio sustancial en el rol tradicional del hombre y de la mujer, para posibilitar la participación igual de la mujer en todas las actividades de la sociedad, “ya que la concentración de mujeres en determinados sectores y puestos, esto es, la segregación horizontal (diferencias en la representación de mujeres y hombres en los diversos sectores de actividad económica) y vertical (diferente concentración de hombres y mujeres en determinados niveles y puestos), sigue siendo muy marcada”.
Desde la bioética y principalmente desde la dimensión sociocultural, se
deben romper con esos paradigmas, que la mujer como ser sexual está condicionada solo para la procreación y el cuidado de los hijos, ignorando muchas veces que el comportamiento sexual funciona como una forma de comunicación social, pues a través de él, el ser humano expresa afecto, amor, odio, cólera, insatisfacción, deseo y necesidad entre otras emociones, sentimientos y sensaciones; por otra parte la identidad sexual de las mujeres y de los hombres no es el resultado directo de su sexo biológico, sino de las pautas de socialización y de representación cultural sobre lo que significa ser mujer o ser hombre en un determinado contexto social y cultural, lo que dignifica a cada individuo y lo engrandece como tal.
Desde la dimensión afectiva, se debe comprender que los afectos
implican mecanismos fisiológicos, componentes cognitivos, expresiones comportamentales, condicionantes sociales y culturales, que afectan la vida del ser humano principalmente la de la mujer cuando es subvalorada o subyugada culturalmente por una sociedad patriarcal y cuando no ocupa el lugar que le corresponde socialmente.
Finalmente desde la dimensión cognitiva, la mujer ha demostrado ser
capaz de abrir horizontes e iluminar caminos y alcanzar las metas que se ha propuesto a través de la educación, logrando el crecimiento y el desarrollo pleno como ser humano y a través de su rol social, transformar la sociedad.
El mejor escenario para trabajar el tema de equidad de género es el
ámbito educativo, ya que a través de él se pueden romper esquemas impuestos por la sociedad y arraigados en una cultura que no le ha permitido avanzar a la mujer, que la ha limitado y encasillado en un mundo lleno de fronteras, de prohibiciones, de barreras de todo tipo.
Históricamente la educación posee una visión de instrumento
socializador, que puede entonces partir de la existencia de una realidad social, la cual contiene en sí, el campo que ocupa la realidad formadora. En todo este proceso, el mundo académico tiene un papel de responsabilidad, gobernar en democracia, es decir participativamente con creatividad y abiertos a nuevos cambios de la sociedad, así como con una visión holística de los nuevos retos, es la tarea creciente y compleja que la escuela debe asumir como nuevo proceso de la realidad social.
Desde el entorno educativo se pueden generar escenarios de cambios en
nuestra sociedad y replantear nuestra manera de pensar, trabajando en la educación y la corresponsabilidad desde edades tempranas y en todos los niveles educativos, forjando una nueva sociedad y una cultura incluyente que promueva la igualdad, el respeto y la tolerancia en todos sus ámbitos.
De igual forma se debe promover la formación de la comunidad
educativa en proyectos orientados hacia la igualdad de género; la familia, es fundamental para la transmisión de valores de respeto, tolerancia e igualdad entre mujeres y hombres, pero la instrucción desde las aulas de clase, es la mejor manera de empezar a eliminar los contenidos excluyentes en nuestra cultura.
Es necesario generar conciencia en los estudiantes y llevarlos a la
reflexión, propiciando estrategias que les permita prevenir o erradicar de su entorno íntimo, personal y social la desigualdad y, por ende, la violencia de género, como ejemplo, se pueden trabajan dilemas morales que permitan un cambio de actitud y de mentalidad, también se pueden realizar dinámicas de juegos de roles, en las que se haga énfasis en la distribución de roles y tareas por géneros que se dan en la sociedad y como los asume cada individuo.
Gabriel García Márquez sostiene en su ensayo “Por un país al alcance de
los niños” que: La Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo no ha pretendido una respuesta, pero ha querido diseñar una carta de navegación que tal vez ayude a encontrarla. Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación, desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética -y tal vez una estética- para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños”
Hoy como nunca debemos pensar y repensar en un cambio social que
propenda por el respeto de cada individuo, por la restitución de sus derechos y para que nuestra sociedad goce de unos derechos en igualdad de condiciones, en donde las políticas del Estado protejan el rol social y sexual de la mujer. Bibliografía
Ester Barberá, Isabel Martínez Benlloch, (2004) Psicología y Género,
pág. 193-206 Pearson. Recuperado de http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2053/book.aspx?i=4701&opensearc h=Psicolog%C3%ADa%20y%20g%C3%A9nero%20&editoriales=&edicio n=&anio= Polaino, A. (2000), La bioética y la orientación del comportamiento sexual humano, Universidad de la Sabana. Recuperado dehttp://personaybioetica.unisabana.edu.co/index.php/personaybioetica /article/view/627/1802 García M, Gabriel; La Proclama: “Por un país al alcance de los niños” Recuperado de: https://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/w3-article- 340541.html
PROYECTO DE INTERVENCION - Mitigación Del Acoso Escolar en Los Estudiantes Del Grado Sexto de La Institución Educativa Antonio Nariño de La Tebaida Quindío.