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del Código Civil. También expresa que la sentencia apelada contiene errores de
apreciación de los hechos que constan en autos, y ni siquiera establece o explica el porqué SERVIC
S.A. se encuentra obligada al pago de la suma a la que fue condenada, no haciendo exposición
alguna al respecto. Agrega que al no haberse considerado la exposición de la víctima al daño no se
ponderó adecuadamente el daño sufrido por los familiares de ésta. También añade que no se
consideró la responsabilidad de la Municipalidad de Santa Juana, al otorgar un permiso para
conducir a una persona que c laramente no reunía los requisitos exigidos por la Ley de Tránsito
para poder acceder a él. Expone que SERVIC S.A. sólo había autorizado para que
en el marco del contrato de arrendamiento suscrito con Bellsouth Inversiones S.A., y acompañado
a estos autos, los vehículos de su propiedad fueran conducidos por personas con licencia de
conducir al día, otorgada válidamente, es decir, con el cumplimiento de todos los requisitos que a
este respecto establece la ley, y como lo reconocen los actores civiles, la licencia que poseía el
querellado no había sido otorgada conforme a la legislación que regula la materia.
A fojas 631 apeló la parte querellante pidiendo que, en lo penal, se eleve la sanción aplicada al
querellado al máximo que la ley permite al efecto; en cuanto a lo civil, solicita que manteniéndose
la decisión se declare que se elevan los montos de indemnización a las sumas que fueron
originalmente solicitadas por los demandantes, esto es, la suma de cien millones de pesos para la
cónyuge sobreviviente, María Jara Medina, cincuenta millones de pesos para cada uno de los hijos
de la víctima, Cristina Antonio Figueroa Jara y Karina Leonor Figueroa Jara, y la suma de veinticinco
millones de pesos para cada uno de los hermanos de la víctima, esto es, para José Luis Figueroa
Sepúlveda y Bernardo Segundo Figueroa Sepúlveda. Además, estas sumas deberán pagarse
reajustadas desde la fecha de dictación de la sentencia hasta el momento del pago efectivo y con
intereses corrientes para operaciones reajustables desde igual fecha o desde la fecha que el
Tribunal establezca. Por otra parte, pide que se revoque la sentencia, en cuanto no se dio lugar a
la demanda civil interpuesta en contra de la Ilustre Municipalidad de Santa Juana, ya que el
querellado a la fecha de los hechos contaba con 19 infracciones de tránsito con un total de 235
días de suspensión por diversas causas y motivos, desde infracciones leves a infracciones
gravísimas.
SEGUNDO : Que con relación a la petición subsidiaria de la defensa del sentenciado, contenida en
su contestación de fojas 196, esto es, la reducción prudencial del monto de la indemnización, de
acuerdo con el artículo 2330 del Código Civil, por haberse expuesto la víctima al daño, debiendo
considerarse, además, la víctima era una persona de avanzada e dad, no eran muchos los años de
expectativita de vida que tenía, y los hijos y hermanos son personas de edad adulta.
Como lo expone la defensa, de acuerdo con lo dispuesto en el citado artículo 2330, la apreciación
del daño está sujeta a reducción si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente. Es cierto
que la responsabilidad civil tiene por objetivo reparar el daño causado, en la medida que se
ocasionó, de tal manera que si a él han contribuido otros, en particular la víctima, debe
supeditarse la distribución de la responsabilidad a la causa en su justa medida. En principio, quien
responde por la totalidad del daño es quien lo ha causado, de allí que si no existió exposición
imprudente de la víctima al daño, no puede aplicarse reducción alguna de la responsabilidad civil
del demandado. Pero si la hubiera, la conducta de la víctima debe ser culpable, ilícita, lo que exige
que en forma previa se determine la imprudencia de la mencionada víctima. En todo caso, es
preciso tener presente que aún cuando exista culpa en la víctima, pero si ella no ha influido de
modo alguno en la producción del daño, no procede la reducción del artículo 2330.
En el caso de autos, no se ha demostrado de modo alguno la imprudencia de la víctima en los
hechos ocurridos. En efecto, ante una causa de fuerza mayor en una vía de mucho tránsito
Eduardo Figueroa Sepúlveda se vio en la necesidad de bajar del vehículo que conducía para
cambiar un neumático, "con sus respectivos elementos de seguridad", como se indica en el
considerando segundo de la sentencia en alzada, pero el procesado, sin mantener una distancia
razonable ni prudente respecto del taxi bus no identificado que lo antecedía, obligándolo a
efectuar una maniobra de viraje hacia la izquierda ante la presencia de una camioneta
estacionada, reaccionado tardíamente, lo que provocó el accidente fatal.
Por estas razones, no procede la reducción prudencial del monto de la indemnización.
TERCERO: Que en cuanto a la petición de la querellante de aplicarse reajustes e intereses, se
concederá dicha petición debiendo calcularse los primeros a partir de la fecha de la sentencia de
primera instancia y los segundos, que corresponden a intereses corrientes par a operaciones
reajustables, a partir de la mora.
CUARTO: Que respecto de las demás alegaciones de los recurrentes, este Tribunal concuerda con
el razonamiento y conclusiones del Tribunal de primera instancia, por lo que la sentencia en lo
demás será confirmada.
QUINTO: Que en cuanto al informe del Ministerio Público Judicial, de fojas 629, se concuerda en
cuanto en lo penal estuvo por confirmar la sentencia en estudio.
Por estas consideraciones, citas legales y lo dispuesto en los artículos 510, 514