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SUJETO – IMPERSONALIDAD

1. Analice las oraciones destacadas. Reconozca los sujetos explícitos y estudie sus estructuras.
Fundamente teóricamente.
2. Identifique tres oraciones impersonales de distinto tipo. Fundamente.
La estructura señalada entre < > está transpuesta y cumple una función dentro de la oración en la
que se encuentra. No debe estudiar su estructura interna.

Mis padres me sacaban a veces a pasear. Todos los fines de semana íbamos al "Loew's Capítol" de la calle
F, donde siempre exhibían películas recién estrenadas. Después venía un "floor show" en vivo. Mientras las
coristas levantaban sus largas piernas al unísono veíamos la orquesta de Glenn Miller o de Tommy Dorsey,
o Jimmy Dorsey, o tal vez Artie Shaw. El programa, que alternaba cine y teatro, se repetía dos o tres
veces por día. Entre una parte y otra, como recreo, aparecía un organista que ejecutaba canciones
religiosas, patrióticas y populares, las que eran coreadas por el público siguiendo la letra que se proyectaba
en la pantalla. A nosotros nos parecía pintoresco estar sentados en la oscuridad esperando la película
[…].
A menudo pensaba en Montevideo. Me imaginaba en el interior del apartamento de mi abuela,
bastante pequeño, donde quedaron viviendo cinco personas y un perro. La Pama no era dueña de la
cocina. Le mandaban hacer mandados que no estaba acostumbrada a cumplir como, por ejemplo, ir a la
farmacia. También debía pasear al perro sola. Mi abuela se enojaba porque el Pin Pon hacía caca en el
centro del living. Entonces rezongaba a la Pama. La Pama dormía en un cuarto chico. Debía extrañarme
mucho, como yo a ella. Querría tenerla aquí conmigo. . Hélène vuelve a ir a la escuela, sólo que ahora a
cuarto año. La Señorita es Chela, una un poco gordita, de tacos altos y poderosa voz, cariñosa. ¿Dónde
estará realmente ahora la niña de los rulitos encantadores, la que sabía sonreír tiernamente? Se asombraría
de verme, porque me parece que estoy cambiado. Aquí a los nueve o diez años los niños ya usan pantalones
largos. Parezco disfrazado. Ayer me tomé un tranvía, que era celeste y blanco, y muy rápido. Viajé
solo y me fui a un estadio cerrado en que había un rodeo. Es parecido a la doma de la Semana de
Turismo en el Prado. Aquí también hacen pruebas con el lazo, pero están vestidos de cowboys.
También hacen una especie de doma de novillos, bastante bruta. Muy interesante. Me mezclo en la
calle con la gente y nadie me pregunta nada, nadie me da bola. Cuando tengo que hablar trato de ser
sintético. Me imagino a Tarzán preguntándole a Jane por dónde pasa el tranvía, y ahí me veo yo. Pero
de a poco la voy llevando. Cuando terminaron las vacaciones de verano se reabrieron las escuelas A
mí me mandaron a una Escuela Elemental del Estado, cercana al hotel y exclusiva para blancos.
<Cuando fui a la escuela y me pasaron al patio> me desubicaba la ausencia de guardapolvos y
de moños. Hasta las maestras estaban vestidas como si estuvieran en su casa. A pesar de que los
salones eran chicos tenían espacio para acomodarse aquí, y había pocos alumnos por clase. Pero los
ambientes internos se veían poco soleados y eran relativamente chicos, no como en mi escuela, que
era un edificio antiguo y tenía salones grandes y atiborrados, de techos altos. Los chiquilines me
recibieron con hostilidad y desde el primer recreo me agredieron. Poco a poco se fue formando un
círculo en mi entorno, sin que las maestras atinaran a hacer nada. Comenzaron entonces las burlas.
Uno de ellos me empujó por encima de otro, que se encontraba en cuatro patas detrás de mí. Yo di una
vuelta hacia atrás y caí sobre el cemento del patio. Me dolió la cabeza. Y protesté. Mi reacción no
fue tanto una respuesta agresiva sino un quejido. Una maestra se acercó y me entró de nuevo al salón
de clase, donde no había nadie, hasta que terminó el recreo. Cuando finalizó el horario escolar volví
lentamente al hotel, añorando a mis viejos compañeros del Cordón. Sentía nostalgia y extrañaba sus
moñas azules anchas y elegantes.
Gualberto Trelles Merino: Una historia montevideana
Ed. de la Banda Oriental. Montevideo, 2010

Primera parte. Analice las oraciones destacadas. Reconozca los sujetos


explícitos y estudie sus estructuras. Fundamente teóricamente

1) El programa, que alternaba cine y teatro, se repetía dos o tres veces por día.

El ejercicio pide el reconocimiento del sujeto explícito. Por lo tanto exige el marco teórico
de Alarcos en su Gramática de la Lengua Española (Espasa, Madrid, 1994).

“320. Se ha visto (§ 313.1º) que cuando el sujeto gramatical expresado por el morfema
personal incluido en la terminación del verbo no hace una referencia inequívoca en la
situación de habla, se agrega un adyacente que especifica la designación de esa persona y
que denominamos sujeto explícito o léxico. Su presencia es, pues, optativa, ya que para que
haya oración basta la existencia del sujeto gramatical. Así, al decir Escribió, proferimos
una oración, pues en esa forma verbal hay un sujeto gramatical (tercera persona del
singular) del cual se predica la noción «escribir» significada por el signo léxico. Cuando
interesa precisar la alusión real de esa tercera persona, se añade un sustantivo (o unidad
equivalente) que funciona como sujeto explícito, diciendo El niño escribió, La secretaria
”.La relación de dependencia entre el segmento que funciona como sujeto explicito y la
terminación de persona (o sujeto gramatical) del verbo se hace patente mediante la
concordancia, que consiste en igualar los morfemas de persona y número entre ambos
sujetos:
3ª. pers. el niño escribió 3ª. pers Los niños escribieron
2ª. pers. sing. tú escribiste 2ª. pers. plural Vosotros escribisteis
1ª. pers. Yo escribí 1ª. pers. Nosotros escribimos”

(EMILIO ALARCOS LLORACH GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, Ed. Espasa


Calpe, Madrid, 1994, p.266).

El sujeto explícito es El programa, que alternaba cine y teatro,

El sustantivo programa oficia de núcleo del sujeto y recibe un complemento de


estructura oracional
que alternaba cine y teatro
Dice Alarcos: “Es sustantivo toda palabra capaz de cumplir en los enunciados
llamados oraciones (§ 311) la función de sujeto explícito (por ejemplo, Sale humo,
Pasan coches) o la de objeto directo ( por ejemplo, Hay humo, Había coches, § 78
y § 327) sin necesidad de ningún otro elemento.” (EMILIO ALARCOS LLORACH
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1994, p.60)

La concordancia se observa, entonces, entre el núcleo del sujeto y la terminación


verbal, esto es, el sujeto gramatical.

El programa se repetía Los programas se repetían.

Manuel Seco, en su Gramática esencial del español, (cuya lectura está


recomendada en la guía) formula las mismas consideraciones respecto de la
concordancia. Seco no ve la oración como estructura endocéntrica sino como
estructura exocéntrica. También Di Tullio, que considera el sujeto como un
argumento externo (lectura 3 de la unidad 4) habla de la concordancia como un
elemento caracterizador del sujeto.
En la unidad 3, al tratarse la relación predicativa, se habla del sujeto. Se cita allí la
postura de Amado Alonso y Henríquez Ureña en su Gramática Castellana:

“El verbo declara siempre, con las formas especiales de su terminación, a cuál de las tres clases de sujeto,
o personas gramaticales, se refiere el predicado, y qué número tiene esa persona, si plural o singular. A esta
regla, de que el verbo ajuste las formas de su desinencia a la clase de sujeto que tenga, se llama
concordancia

El programa es el núcleo del GSN que funciona como sujeto

Que alternaba cine y teatro es un termino adyacente. Es una oración transpuesta


a adjetivo. En el apéndice 2 de la unidad 4 se expone el concepto de
transposición.
No existe en la lengua un adjetivo que equivalga a que alternaba cine y teatro.
Pero podemos probar su valor adjetivo intentando una conmutación de alcance
aproximado:
Un programa alternante
Un programa alternador

Se trata de una oración transpuesta de relativo explicativa. El adyacente aparece


entre pausas. Esto implica que la información portada por la subordina no modifica
el valor referencial del antecedente programa. En otras palabras, no es necesario
el adyacente para comprender a que idea refiere el sustantivo pero es parte
integrante del grupo nominal que el sustantivo forma.

“Puesto que las oraciones transpuestas de relativo equivalen a los adjetivos,


también determinan a su núcleo sustantivo de dos maneras y pueden ser
especificativas (o determinativas) y explicativas (o incidentales). Las primeras
restringen la referencia sugerida por el antecedente y suelen constituir con él un
grupo fónico unitario. En cambio, las explicativas añaden alguna particularidad que
no modifica lo aludido por el antecedente y, por su carácter prescindible, admiten
delante de sí una pausa, lo cual justifica el término de incidentales que también se
les asigna.” EMILIO ALARCOS LLORACH Gramática de la Lengua Española (1994)
Ed. Espasa, Madrid, 1996, ps.332

2) A nosotros nos parecía pintoresco estar sentados en la oscuridad esperando la


película […].

estar sentados en la oscuridad esperando la película es el sujeto

En el análisis de ejemplos propuesto bajo el título “Dificultades para reconocer el sujeto” se


establece que el pronombre demostrativo neutro eso cumple siempre funciones propias del
sustantivo.
La estructura que consideramos puede ser sustituida por el demostrativo neutro.

A nosotros nos parecía pintoresco eso.

Pero hasta aquí solo probamos su valor sustantivo, no hemos probado que funcione como
sujeto. Y siguiendo el razonamiento que propone el ejemplo de la guía podemos probar la
sustitución paradigmática:

A nosotros nos parecía pintoresco ese hecho

Con esta sustitución, la concordancia se hace patente: A nosotros nos parecían pintorescos
esos hechos

Queda probado, así, que el segmento que consideramos es el sujeto de la oración.

Como estructura, se trata de un grupo sintáctico nominal. En efecto, teniendo en cuenta la


definición que vimos más arriba y la conmutación que hemos propuesto se advierte que la
estructura es “un segmento constituido por un núcleo y un término adyacente que funciona en la
oración como equivalente de un nombre”.
Núcleo: el infinitivo estar

Adyacente: sentados en la oscuridad


Adyacente: esperando la película

3) <Cuando fui a la escuela y me pasaron al patio> me desubicaba la ausencia de


guardapolvos y de moños.

El sujeto explícito es la ausencia de guardapolvos y de moños. Lo prueba la concordancia:

Me desubicaban las ausencias de guardapolvos y de moños

También es un grupo sintáctico nominal.


Núcleo: la ausencia
Adyacente: de guardapolvos y de moños

4) Hasta las maestras estaban vestidas como si estuvieran en su casa.

La estructura que puede ser considerada sujeto es hasta las maestras. En efecto, el
sustantivo maestras concuerda con el verbo estaban (la maestra estaba vestida).
El problema lo plantea la preposición que introduce al sustantivo. En la guía se plantean
dos posiciones. Para algunos autores (por ejemplo, Alcina y Blecua) se trata de un sujeto
encabezado por una preposición.
Pero para otros autores, entre los que se encuentra Alarcos, esta estructura hasta las
maestras no es el sujeto de la oración.

Dice Alarcos:
“Con la preposición hasta se encuentran segmentos que en apariencia funcionan
como sujetos explícitos:
Hasta los gatos quieren zapatos.
Hasta el imaginar acabada por ser una fatiga (1.404)
Hasta Petra pidió una tarde permiso a la señora (1.439)
El hecho de que en lugar de hasta pudiese aparecer una unidad de oficio adverbial
(por ejemplo, Incluso los gatos...¸Aun el imaginar...) sin que variara el sentido, no
debe inducir a considerar hasta en tales casos como un adverbio, puesto que, al
contrario que estos, no goza de autonomía ni funciona aisladamente como
enunciado. Es preferible interpretar los segmentos con hasta como adyacentes
que denotarían el límite final de la serie de elementos constitutivos del sujeto
explícito. Por ejemplo, en El Cura, Fermín, y hasta los guardias [...] la habían

aconsejado [...] que dejase aquel tráfico (1.312), el sujeto explícito del núcleo
habían aconsejado es la serie El Cura, Fermín, y hasta los guardias, cuyo último
elemento con hasta indica el fin de la enumeración. Cuando este segmento
aparece aislado como en los ejemplos de arriba, se sobreentiende un término
previo totalizador: Todos, hasta los gatos, quieren zapatos; Todo, hasta el
imaginar, acababa por ser una fatiga; Todo el mundo, hasta Petra, pidió una tarde
de permiso a la señora”. EMILIO ALARCOS LLORACH GRAMÁTICA DE LA LENGUA
ESPAÑOLA Ed., Espasa Calpe, Madrid, 1994 (§ 326,p. 273)

De modo que el segmento hasta las maestras es, para Alarcos, un adyacente que
denota el límite final de una serie de elementos constitutivos del sujeto explícito
(por ejemplo, las directoras, las alumnas, las funcionarias, hasta las maestras). La
preposición indica el final de la enumeración. Hay que sobreentender un término
previo totalizador que sería el verdadero sujeto:

(Todas) hasta las maestras estaban vestidas como si estuvieran en su casa

5) Me dolió la cabeza

El sujeto es la cabeza.
La concordancia puede probarse como hecho gramatical aunque resulte extraño desde el
punto de vista referencial el poner el sustantivo cabeza en plural.
Me duelen las cabezas
Si se tratara de algún sustantivo cuyo plural, por razones referenciales, no
resultara extraño (por ejemplo, rodillas) el razonamiento de la concordancia
resultaría más natural:
Me duele la rodilla
Me duelen las rodillas.
Pero la concordancia es un fenómeno gramatical y no debe confundirse con la
relación que una unidad tenga con su referente extralingüístico, como lo explica
José A. Martínez en la lectura 5.

En cuanto a la estructura, puede discutirse si este segmento la cabeza constituye


o no un grupo sintáctico nominal. Vimos que, según Alarcos, para que se configure
un grupo sintáctico nominal debe haber por lo menos un adyacente.

Aquí tenemos un sustantivo cabeza y un artículo la.

El aspecto a resolver será, entonces, determinar si el artículo es o no adyacente


del sustantivo.
Para Alarcos, que es el teórico que seguimos, sustantivo y artículo no constituyen un
sintagma nominal.

En efecto, dice Alarcos:

“79. Entendemos por artículo el que suele llamarse definido o determinado, cuyos
significantes son el, la, los, las, lo. Según se estudiará (§ 167) , la unidad conocida
como «artículo indefinido o indeterminado» (un, una, unos, unas) es magnitud
completamente distinta por las funciones que desempeña. Dos rasgos esenciales los
separan: el «indefinido» es palabra tónica, y en consecuencia puede cumplir un papel
en el enunciado sin el concurso de otros elementos; en cambio, el artículo propiamente
dicho (el, la, etc.) es unidad átona y dependiente, pues presupone la presencia de otras
unidades en las que se apoya fónicamente y de las que no es separable por constituir
con ellas un grupo fónico.

Es cierto que el artículo (como otras unidades estudiadas más adelante, caps. IX,
XI, el «indefinido», los «demostrativos», etc.) es un elemento determinante del
sustantivo, pero lo es de otro modo funcional que los que desempeñan los
morfemas ñde número. Así como singular o plural determinan el alcance de la
referencia que hace el sustantivo en que están incluidos, también el artículo
delimita la denotación efectuada por el sustantivo. Por ello, aunque el artículo
precede en la secuencia al sustantivo y en la escritura se mantiene separado por
un blanco, al revés de los signos que manifiestan el género y el número, que se
posponen y se juntan, es también como estos un accidente del sustantivo. Por
tanto, el sustantivo puede estar o no determinado por el artículo y presentar las
correspondientes diferencias de significación: Sopla el viento frente a Sopla
viento, Vino en el coche frente a Vino en coche, Gritaban los niños frente a
Gritaban niños, Compraron las rosas frente a Compraron rosas, etc.” EMILIO
ALARCOS LLORACH GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA Ed., Espasa Calpe,
Madrid, 1994 (§ 79 p. 66)

Si el autor considera el artículo como un morfema del sustantivo, la estructura la cabeza


no conforma para Alarcos un sintagma nominal. El sujeto en este caso es solo un
sustantivo, sin adyacentes.
Otros autores apuntan en el mismo sentido, esto es considerar que el sustantivo y su
artículo no constituyen un sintagma nominal. Es la postura de Gemma Rigau
(lectura 6). En el capítulo 5 de la Gramática Descriptiva (pp. 313-314) la autora
establece que los nombres contables constituyen con sus adjuntos intensionales un
sintagma nominal. Este queda habilitado para funcionar como argumento verbal si
cuenta con un elemento determinante o un cuantificador. Sostiene Rigau: “De esta
manera puede hablarse de una agrupación mayor a la del S.N., encabezada por un
determinante ([el [nuevo cartero]]) o un cuantificador ([cuatro [muleros]]).” Esta
agrupación mayor puede recibir los nombres de ‘sintagma determinante’ o ‘sintagma
cuantificativo’, según la naturaleza del especificador que la introduce. Para la autora,
entonces

1 el sintagma nominal no incluye los determinantes.


2 hay distintos tipos de modificadores del sustantivo nuclear del sintagma
nominal:
3 adjetivos: son los que expresan propiedades intensionales, internas
al sintagma
4 especificadores: son los determinantes y cuantificadores, que
denotan propiedades extensionales, externas al sintagma.

Para otros autores el artículo es un complemento del sustantivo. Manuel Seco, en su


Gramática Esencial del Español, dice:

“7.3. Los adjuntos: artículo y adjetivo.

Entre los sustantivos, el nombre común va habitualmente acompañado, cuando


funciona como núcleo del sujeto, por un tipo de palabras cuya misión principal es
trasladar a la realidad el concepto representado por el nombre. Estas palabras
«actualizadoras» expresan la aplicación a un ser preciso (o a varios) del nombre que
sirve para designar a cualquiera, indiferenciado, de los que pertenecen a esa especie.
Vemos estos acompañantes del nombre, cuya posición es siempre delante de él y que
se llaman artículos, en los ejemplos: EL vigilante de la obra no nos dejó pasar; No todos
LOS insectos tienen alas; […] UNOS hombres vinieron a verle; UNA chica no puede ir
sola por estos sitios. Los artículos son de dos tipos, definido (el, los, la, las, lo) e
indefinido (un, unos, una, unas). (…)

7.3.3 Los adjuntos y la función de complemento.

El adjetivo y el artículo son, pues, los adjuntos naturales del nombre, las palabras cuya
misión propia es la de acompañar a un nombre actualizando, apuntalando y precisando
su significación. Esta misión no es exclusiva de los adjuntos, como vamos a ver en
seguida. Todas las palabras o grupos de palabras que, como los adjuntos, desempeñan
ese papel, se llaman complementos.” MANUEL SECO Gramática esencial del español,
(1972) Espasa, Madrid, 2005, ps. 137-138
Segunda parte. Identifique tres oraciones impersonales de distinto tipo.
Fundamente.

En Montevideo por esta época todavía hace frío, sopla el viento, hay finas lloviznas que terminan por
empapar la ropa

De este enunciado que, según la propuesta teórica de Alarcos, conforma un grupo oracional
yuxtapuesto, seleccionamos la primera oración:

En Montevideo por esta época todavía hace frío

El verbo nuclear de la oración es “hace”. Se trata de una oración impersonal.


Está constituida por el núcleo “hace” y tres adjuntos “en Montevideo”, “por esta
época” y “frío”.
Dice Alarcos “330. Algunos verbos con variación personal quedan inmovilizados
en tercera persona de singular y rechazan cualquier sujeto explícito. El verbo
haber utilizado en las formas compuestas de todos los verbos, solo es
autónomo en construcciones impersonales con tercera personal de singular, y,
entonces, en el presente de indicativo adquiere incluso un significante particular
hay. (...) Es análogo el uso del verbo hacer, que hoy sustituye a haber en las
referencias temporales. En lugar de No ha muchos años se dice No hace
muchos años. Con otros sentidos, también presenta usos impersonales: Hace
frío (=Lo hace), Hacía tres meses (=Los hacía), Ayer hizo dos semanas que se
marchó (donde el segmento encabezado por que no puede ser sujeto, sino
adyacente circunstancial. El error vulgar señalado para haber, se presenta
también con hacer: Pues cuatro años van a hacer (93.324) en lugar de va a
hacer.” (EMILIO ALARCOS LLORACH GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, Ed.
Espasa Calpe, Madrid, 1994, § 330 p. 275).
También la Real Academia reconoce este uso impersonal del verbo hacer.
“c) En su uso impersonal, haber, hacer y ser adoptan construcciones iguales a
las de los verbos que expresan fenómenos de la naturaleza; p. ej Hubo fiestas,
Hace calor, Es temprano, donde las palabras fiestas, calor, temprano son
complemento de los verbos respectivos. El sujeto queda indeterminado, algo
así como [la gente, el pueblo] tuvo fiesta; [la estación, el tiempo] hace calor;[el
momento a que me refiero] es temprano. La tercer persona de singular del
presente de indicativo de haber, como unipersonal, es ha cuando denota
transcurso de tiempo; v.gr. Tres años ha, Mucho tiempo ha, y en las frases ha
lugar, no ha lugar . En cualquiera otro caso es hay, como en Hay paso, Hay
indicios.
d) Haber y hacer tienen entre sus varias acepciones la de indicar vagamente
existencia o presencia, análoga a la que corresponde a los verbos ser y estar:
No hay nadie; Hace mucho frío. Esta significación indeterminada explica que en
algunas provincias españolas de Levante, y en numerosos países
hispanoamericanos, se interpreten con verbos personales y se diga Hubieron
fiestas, Habían muchos soldados, Hicieron grandes heladas, concertando el
verbo con su complemento plural, porque no es sentido como complemento
sino como sujeto.” REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Esbozo de una Nueva
Gramática de la Lengua Española. (1973) Espasa Calpe, Madrid, 1975, 3.5.7.
p. 384.
El verbo rechaza sujeto explícito. De modo que se trata de un caso de
impersonalidad sintáctica. Pero tampoco se puede determinar el agente de la
acción verbal. Y aquí estamos en el plano semántico.
Gómez Torrego sostiene “Las oraciones semánticamente impersonales se
caracterizan por ocultar el agente o actor de la acción verbal. Hablar de agentes
o actores es hablar de una función semántica, no sintáctica. Normalmente su
ocultamiento se debe a indeterminación, generalización o encubrimiento
pragmático. Las oraciones sintácticamente impersonales se caracterizan por la
ausencia de sujeto léxico-sintáctico (función sintáctica), al margen de si se
omite o no el <quién> de la acción verbal, es decir, el actor”. LEONARDO
GÓMEZ TORREGO LA IMPERSONALIDAD GRAMATICAL. DESCRIPCIÓN Y NORMA.
(1992) Arco/Libros, S.L., Madrid,1994
De modo que también es un caso de impersonalidad semántica.

Todos los fines de semana íbamos al "Loew's Capítol" de la calle F, donde siempre exhibían películas
recién estrenadas.

De este enunciado, que para Alarcos conforma una oración compleja, elegimos la oración degradada

donde siempre exhibían películas recién estrenadas

Es un caso de oración impersonal con el verbo en tercera persona de plural que


no concuerda con ningún sujeto explícito. No aparece la partícula “se” para
determinar la impersonalidad. Alcanza con la conjugación del verbo en tercer
persona del plural.
Dice Alarcos “Hay casos con sujeto gramatical en tercera persona de plural en los
que tampoco aparece sujeto explícito: Llaman a la puerta, Ahí arriba tocan el
piano, ¡Que me matan! El plural del verbo no implica que la referencia a la realidad
se corresponda con varios entes, puesto que el actor de la actividad designada por
el verbo puede ser único; hay indiferenciación del número, pero la persona es
tercera (como en los equivalentes de sentido Alguien llama a la puerta, Alguien
toca el piano, Alguien intenta matar). Tampoco aquí la falta de sujeto explícito está
condicionada por motivos gramaticales.” (EMILIO ALARCOS LLORACH
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1994, §
328 p. 274).
Para Alarcos, entonces, se trata de un caso de impersonalidad semántica (lo
indeterminado es el actor de la acción) pero no de impersonalidad sintáctica, dado
que el verbo podría recibir un sujeto explícito del tipo “Alguien exhibía películas
recién estrenadas”.
También la Real Academia Española de la Lengua reconoce esta construcción
impersonal. “3.5.6. Oraciones impersonales. a Cuando el sujeto no se expresa
ni se sobreeentiende por el contexto o la situación de los interlocutores, la
oración se llama impersonal. Todos los verbos , transitivos e intransitivos,
pueden usarse impersonalmente en la voz activa, bien por desconocerse el
sujeto, bien por callarse intencionadamente, o bien pro carecer de todo interés
para los interlocutores; v. gr.: Llaman a la puerta, o al teléfono (sujeto
desconocido); Me han regalado un reloj (sujeto callado intencionadamente); No
permiten pasar (sujeto sin interés). El verbo va siempre en tercer persona del
plural, aunque el que habla sepa que el sujeto es una sola persona: Dispararon
un tiro; Le han dado un tiro en la cabeza. El carácter indeterminado del sujeto
puede comprobarse en las siguientes oraciones: Aquí cantan, allá ríen; Dicen
que han llegado tropas; Cuentan pormenores alarmantes de lo ocurrido; Lo
tienen por tonto; Este año recogerán buena cosecha”. REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA Esbozo de una Nueva Gramática de la Lengua Española.
(1973) Espasa Calpe, Madrid, 1975, 3.5.6. p. 382.

Para Gómez Torrego, sin embargo, es un caso de impersonalidad semántica y


también sintáctica. Tratando un caso similar (lectura 2, unidad 5) concluye que
“ni se dice el agente ni es recuperable un sujeto léxico-sintáctico, pues tales
oraciones con un posible ellos, ellas como sujeto significarían algo distinto”. Y
en el apartado 4. dedicado a impersonales sintácticas y semánticas, dice: “Sean
las frases Llaman a la puerta, Llaman al teléfono, Me han pegado un tiro, Me
han suspendido en Matemáticas. En casos como estos, parece clara la
impersonalidad sintáctica, pues el sujeto de tales oraciones no está tácito sino
que es cero. No es recuperable por una forma pronominal ellos-as, como podría
pensarse, ya que secuencias como <ellos llaman a la puerta> y <ellos me han
pegado un tiro> no son equivalentes a las que comentamos. Creemos que los
morfemas de 3ª. Persona de plural no refieren en estos casos a ningún
elemento contextual recuperable como sujeto. Dicho de otra manera la 3ª.
Persona del plural n muestra deixis textual n i realiza referencia alguna. Hay
que tener en cuenta que, en español, el pronombre de 3ª. Persona (él, ella,
ellos, ellas, ello) implica el rasgo de deixis referencial y de determinación (se
refiere a elementos anteriores consabidos). Eso hace que sea incompatible con
las terceras personas verbales arreferenciales o adeícticas. Ahora bien, cuando
por medio del contexto es recuperable, el sujeto léxico-sintáctico, no puede
hablarse de impersonalidad sintáctica: Pronto vendrán mis padres. Si llaman
(ellos) a la puerta les abres. He tenido unos profesores muy duros: siempre me
han suspendido (ellos) en Matemática. Está claro, pues, que la impersonalidad
sintáctica con terceras personas del plural solo se da cuando es irrecuperable
contextualmente un sujeto léxico-sintáctico.” LEONARDO GÓMEZ TORREGO
LA IMPERSONALIDAD GRAMATICAL. DESCRIPCIÓN Y NORMA. (1992)
Arco/Libros, S.L., Madrid,1994
En el ejemplo que nos ocupa el sujeto no es recuperable contextualmente. Por lo tanto,
para Gómez Torrego es impersonal desde el punto de vista sintáctico, además de serlo
desde el punto de vista semántico

De este enunciado, que para Alarcos constituye una oración compleja, seleccionamos la segunda
oración degrada, (que funciona como adjetivo del sustantivo canciones) dentro de la cual hay otra
oración transpuesta que funciona como adjetivo del sustantivo letra.

que se proyectaba en la pantalla

Es una oración impersonal nucleada por el verbo “proyectaba” precedido de una


partícula átona “se” que lo impersonaliza.
Dice Alarcos: “En estos contextos [aquellos en los que no hay posibilidad de
sujeto léxico] /se/ es un elemento que transpone el núcleo verbal a la categoría
de los caracterizados por la “indeterminación léxica del sujeto”, o construcción
impersonal” EMILIO ALARCOS LLORACH ESTUDIOS DE GRAMÁTICA FUNCIONAL
DEL ESPAÑOL (1980) Gredos, Madrid, Cap. XII p. 163.

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