UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM

FACULTAD DE EDUCACIÓN
PROYECTO DE VIDA
COMENTARIO CRÍTICO DEL ENSAYO ELOGIO A LA DIFICULTAD

Estaniaslao Zuleta en el Elogio a la Dificultad, propone una reflexión como acicate a la supresión de toda
idealización de la felicidad que pretenda acaudillar hacia fines que impliquen la depreciación de la lucha
y del proceso que conduce a su realización. Para conseguirlo, apela a razonamientos cargados de rigor y
trascendente agudeza que posibilitan dilucidar que “La pobreza y la impotencia de la imaginación
nunca se manifiestan de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad.
Entonces comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas, países de Cucaña. Una vida sin riesgos,
sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte.” (Zuleta, 1980)
Nuestra consonancia con el texto de Zuleta, dimana en una filiación ambigua que converge entre la
fascinación y discordancia. Lo primero, como resultado de la incontrovertible pertinencia de sus juicios,
y la excepcional resonancia embebida en su cavilación. Lo segundo, consecuencia de una interpelación
circundante que formulamos como coartada en favor de la sociedad a la que detracta. ¿En la actualidad,
es plausible considerar que el hombre es el único responsable de su tendencia facilista y propensión a la
conquista de ideales pretendidos bajo la filosofía del mínimo esfuerzo?, o quizá ¿es víctima de una
ideología promovida y generalizada que se erige en una sociedad bajo la mascarada de eficiencia?
Afirmamos que la automatización simplifica la coexistencia en una sociedad saturada de procesos
rutinarios y que su implementación, ha potenciado la abstracción de soluciones inmediatas a tareas
monótonas y sugestivas, no obstante, esto tiene un precio muy alto: está volviendo estúpidas,
dependientes, inoperantes y especialmente facilistas a las personas. En correspondencia, es preciso
replantear que, si bien es evidente que hace la vida más sencilla y productiva, esas mejoras tienen una
consecuencia fatal: el deterioro del desempeño de las funciones humanas y de su voluntad para esforzarse.
“La automatización altera la forma en que actuamos, aprendemos y lo que conocemos” (Carr, 2010),
ya que no solo se está encargando de las actividades repetitivas, sino también de aquellas que determinan
la esencia del ser humano: su capacidad de cuestionar, indagar, pensar, analizar y particularmente, crear.
Aunque esta concomitancia no es reciente, hoy día resulta mucho más perturbadora e incluso agobiante
porque es excesivamente generalizada y por momentos incluso imperceptible.
En conclusión, es imperioso permitirse considerar que la inoperancia y el tendencioso facilismo de la
sociedad -particularmente la moderna-, también podría obedecer a la necesidad de modelar una
deshumanizante estrategia que se configura como estratagema en un mundo donde solo importa los
resultados más que los métodos, los fines más que los medios.