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Los resonadores vocales son una parte fundamental en el canto.

Pero… ¿te has sentido frustrado alguna vez porque no consigues utilizarlos?

¿O los utilizas pero sientes cómo se cansa tu voz?

Bueno, ha llegado el día.

Aclaremos el asunto 🙂

¿Qué son los resonadores vocales?

Los resonadores vocales son ciertas partes de tu cuerpo donde resuena tu voz
y se amplifica.

Pero no sólo eso.

También son los encargados de hacer que tu voz tenga el sonido que tiene y
sea diferente del resto.

Es exactamente igual que muchos instrumentos musicales.

La guitarra acústica, la batería, el violín, … todos tienen una zona hueca


donde resuena el sonido de origen.

El sonido de origen en una guitarra o el violín es el movimiento de las cuerdas


al rasgarlas.

En una batería es el impacto de la baqueta con el parche.

En tu voz es el sonido que emiten tus cuerdas vocales al resistir el aire que
viene de tus pulmones.

El sonido de origen también tiene su huella auditiva

Aunque los resonadores vocales amplifican y «colorean» el sonido de origen,


no lo es todo.

Tu voz también gana o pierde volumen dependiendo del grosor de tus cuerdas
vocales y de la cantidad de aire que les envíes.

Por otra parte, también tienen su sonido característico que hacen que sea tu
voz, diferente a la de los demás.
De la misma que puedes rasgar más o menos las cuerdas de una guitarra, o que
el sonido de una batería cambiará dependiendo de qué parches utilices.

Esto es importante saberlo, ya que ambos tienen su papel.

Pero volviendo a los resonadores vocales…

Antes que nada, ¡el pecho no es un resonador!

Antes de explicarte cuáles son los resonadores vocales principales y cómo les
puedes sacar partido, quiero arrojar un poco de luz sobre el pecho como
resonador vocal.

Casi casi (CASI) apostaría mi ropa interior limpia a que alguna vez te han
dicho que el pecho es un resonador vocal importantísimo.

Pues aquí estoy yo para decirte que no es así 🙂

Casi puedo oírte decir ¡Pero el pecho me vibra cuando hablo o canto notas
graves!

Pero tiene su explicación, y es muy sencilla.

Esa vibración que sientes es lo que se llaman vibraciones simpáticas (son muy
majas ellas ).

¿Has ido alguna vez a algún sitio donde tuvieran la música muy alta?

Una discoteca, un concierto, …

¿Sentías como tu pecho o incluso todo tu cuerpo vibraba con la música?

¡Pues es exactamente lo mismo! 🙂

El viaje de la voz: ¿cuáles son los resonadores vocales principales?

Ahora te voy a explicar el camino que recorre tu voz, desde el momento que
se origina hasta que sale al exterior.

Paso a paso iremos viendo qué resonadores la modifican y amplifican.

Las cuerdas vocales: el origen


Como ya sabes, el sonido se origina en tus cuerdas vocales.

El aire que viene de tus pulmones hace que éstas vibren y generen sonido.

Ese sonido viaja mayormente hacia arriba, lo cual es otra razón de por qué el
pecho no actúa como resonador vocal.

Resonador #1: La laringe

El primer resonador vocal que se encuentra tu voz nada más nacer es la


laringe.

La laringe es muy manipulable, ya que la puedes subir y bajar, y


principalmente es un resonador para las frecuencias más agudas de tu voz.

Puedes cambiar el color de tu voz subiendo o bajando tu laringe, aunque como


te explicaré después, no es buena idea, a no ser que sepas muy bien lo que
estás haciendo.

Resonador #2: La faringe

La faringe es el resonador vocal más importante que tenemos.

Está justo encima de tu laringe y tu esófago.

Se podría decir que es toda la pared que ves al fondo de tu boca, después de la
campanilla.

El resto de resonadores, a excepción de la laringe, tienen que trabajar con lo


que la faringe les proporciona, ya que la voz siempre va a pasar por ahí.

Resonador #3: La cavidad oral

Comúnmente conocido como «la boca».

Este también es un resonador muy importante, y a diferencia de los demás, es


mucho más fácil de manipular.

En la boca puedes mover la lengua, el velo del paladar, los labios y la


mandíbula.
Cada movimiento de todos estos componentes cambiará la forma en la que tu
voz resonará en esta cavidad.

Resonador #4: La cavidad nasal

A diferencia de lo que mucha gente piensa, esta cavidad no es tan importante.

Si le das demasiada presencia a este resonador, vas a conseguir que tu voz


suene nasal.

Si ese es tu objetivo, ¡genial!

Pero normalmente queremos quitarle nasalidad a la voz, no añadirla.

Por cierto, si quieres saber cómo librarte de esa nasalidad, aquí tienes un buen
artículo.

¿Por qué no deberías tratar de manipular tus resonadores vocales o


poner la voz en ellos?

Me alegro de que me hagas esa pregunta (bueno vale, me la he hecho yo


mismo XD ).

Como hemos dicho ya decenas de veces en muchos de nuestros artículos, la


voz no se puede mover.

Después de haber leído todo lo anterior ya lo sabes, puesto que la voz nace en
las cuerdas vocales y sólo en las cuerdas vocales.

Aún y así, si te quedan dudas, puedes leer estos dos artículos.

En vez de pensar así, tienes que verlo como que puedes cambiar elementos
para dirigir las ondas de sonido de tu voz a un sitio u otro.

Por ejemplo, volviendo a la nasalidad, si bajas el velo del paladar y subes la


parte trasera de tu lengua, el sonido va a ir más dirigido a tu cavidad nasal.

Pero al final no es tan fácil controlar los resonadores a voluntad, y si lo


intentas vas a tener muchos problemas.

¿Cómo sacarle partido a los resonadores vocales?


La realidad es muy diferente.

Si quieres que tu voz resuene y gane cuerpo, deja de manipularla.

No trates de hacerla más gruesa bajando tu laringe artificialmente, por


ejemplo.

Si lo haces, entorpecerás el trabajo que se supone que tus cuerdas vocales


deben hacer, y vas a conseguir el efecto contrario.

La clave para que tu voz resuene de verdad con todo su brillo y potencial es
muy sencilla.

¡Déjala en paz! 😀

De verdad, apártate de su camino y déjala fluir libremente.

Si intentas llevarla a este resonador o a este otro, poner voz de personaje


maligno de dibujos animados o cualquier cosa extraña, lo que vas a hacer es
añadir tensiones a ese camino que te he descrito, al camino de la voz.

Con esas tensiones conseguirás apagar el sonido natural de tu voz y notarás


que te cuesta más conseguir más volumen, ya que lo conseguirás a base de
fuerza.

Si intentas forzar sensaciones (como el clásico cantar en la máscara), acabarás


gritando.

Te lo digo por experiencia…

Esas sensaciones deben ocurrir cuando tu voz está relajada y libre.

Sé que me repito más que el ajo, pero de verdad que es muy importante.

¡Ojo! No estoy diciendo que no puedas hacer sonidos temporales para


reeducar tu voz, pero recuerda que son… ¡temporales!

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