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GEOGRAFÍA HUMANA
2019
Introducción
Este trabajo tiene como tema de referencia las transformaciones territoriales tanto en
espacios urbanos como rurales, dentro del contexto del proceso de reestructuración del
sistema capitalista operado a partir de los años 70´ aproximadamente.
En ese sentido el trabajo está dividido en dos partes: en la primera se destacan las
principales tendencias que asumen las nuevas transformaciones urbanas en el contexto del
capitalismo global haciendo hincapié fundamentalmente en la segregación social y el rol
que tienen las nuevas tecnologías; en la segunda, se sintetizaran los procesos de cambios
más importantes en los territorios rurales procurando también como objetivo describir las
implicancias que tienen las nuevas tecnologías en el sector productivo rural y sus impactos
medioambientales.
A su vez partimos desde un enfoque que considera al territorio como algo no solamente
físico sino también social. Es social y físico porque indica los procesos de cambio social,
las acciones y sus transformaciones. Por otro lado este concepto encierra ciertos elementos
que serían importantes señalar: la superficie (extensión del espacio); los actores sociales
(empresas, trabajadores, Estado, pueblos originarios, etc.); y por último los recursos
naturales, definidos alternativamente como “bienes comunes”.
En el tema que estamos analizando los cambios que se dan en el modo de producción
capitalista repercuten de forma directa sobre los territorios tanto rurales como urbanos, en
estos últimos pueden verse ciertos elementos de “similitud” a escala mundial, mientras que
en los territorios rurales la situación se presenta de forma distinta en cada lugar.
Un primer dato de los nuevos tiempos viene a ser la reducción en las tasas medias de
crecimiento anual del PIB, que de representar el 4,9% entre 1960-1973, descendieron al
2,4% de promedio en los años siguientes. Un segundo dato tiene que ver con el crecimiento
continuo en las cifras de desempleo con una tasa superior al 8% en países desarrollados, lo
que sumado a otros factores provoca un paro estructural.
Más concretamente, lo ocurrido en los últimos años supone el final de una fase histórica, la
del capitalismo fordista y la transición hacia otra fase identificada como de capitalismo
global. Siguiendo los planteos que realizan los autores lo primero que define la situación de
los últimos años es una expansión de las fuerzas productivas con la nueva revolución
tecnológica, que no supone una sustitución de la base energética, sino que está centrada en
la generación y difusión de nuevas tecnologías de la información como también en el sector
agrario. En segundo lugar el propio cambio tecnológico facilita la ampliación de los
mercados que adquieren una dimensión global (globalización de los mercados), controlados
por grandes grupos empresarios (concentración empresarial). En tercer lugar hace que
aumente la segmentación y descentralización de los procesos, pero interconectados
mediante redes de flujos materiales e inmateriales (redes empresas). La consecuencia
directa es una profundización en la división del trabajo tanto en el seno de la empresa como
en el exterior. Al mismo tiempo tiene lugar una creciente especialización funcional del
territorio, que genera nuevas formas de desigualdad territorial.
“La brecha urbana ilustra aquí la creciente fragmentación social, que en sus antípodas se
manifiesta, por un lado en las “ciudades” fortificadas que habitan las clases altas y medias-
altas, y por el otro, en los guetos pobres que cobijan a los excluidos del sistema [...]. Entre
uno y otro extremo se insertan los barrios enrejados, donde residen las clases medias y
medias bajas” (Svampa, 2004: 100-101).
Los cambios y transformaciones que se han analizado hasta ahora también afectan a los
territorios rurales, que no son una excepción y se hallan en pleno proceso de cambio y
reestructuración.
Sin embargo a partir de los años 30, y con más fuerza a mitad de siglo, la situación fue
cambiando por varios motivos: en primer lugar, en casi todas las partes de la región s
produjo un fuerte proceso de urbanización, alimentado en gran medida por las migraciones
rurales y la industrialización, lo que redujo la demanda de mano de obra rural. El
porcentaje de ésta se redujo con respecto a la Población Económicamente Activa hasta el
30% en 1980. En segundo lugar debido al crecimiento de la población urbana se produjo un
aumento de la demanda de producción agrícola, lo que a su vez generó el empleo de todo
tipo de elementos tecnológicos novedosos para la producción agraria, desde semillas hasta
maquinaria. La aparición en el continente de los efectos de la Revolución Verde, con sus
paquetes tecnológicos de alto rendimiento transformó profundamente a la agricultura. Entre
algunos de los cambios podemos mencionar como más importantes: a) la homogenización
de las prácticas agrícolas, a través de la aceptación de nuevas tecnologías, que mezclaban
los los adelantos de la Revolución Verde con los resultados de la biotecnología y la
adopción masiva del uso de agroquímicos y de semillas modificadas genéticamente; b)
relacionado con lo anterior, en este marco de Revolución Verde hay un mayor impacto
ambiental, un factor de profundas implicaciones en los espacios rurales como generadores
de conflictos ambientales como la deforestación, el agotamiento de suelos y de recursos,
etc. Lo que a largo plazo significará una redefinición de la fisonomía de los espacios
rurales.
Para observar esto con mayor claridad nos serviremos del aporte de Carlos Reboratti en
base al caso de la soja en Argentina. La gran diversidad ambiental de la región permitió que
este producto se adaptara sin mayores problemas, salvo su impacto negativo sobre los
ecosistemas locales y su papel como impulsores de los procesos de exclusión de aquellos
productores que no podían acceder al capital o la tecnología para producir este nuevo
cultivo. Este nuevo producto además venía de la mano de una ampliación de los mercados
internacionales, dirigidos por una parte al consumo de commodities, productos masivos no
diferenciados dirigidos a la industria de procesamiento de alimentos, sea para el consumo
humano o animal. La producción de soja comenzó a incrementarse desde los años 70´ hasta
transformarse en el cultivo más dinámico de los últimos años del siglo XX con más de 25
millones de hectáreas.
Sin embargo los mismos precios de los campos hicieron que los sojeros se expandan hacia
el norte, buscando tierras más baratas. De esta forma se inicia la segunda expansión, pero
esta vez ubicado en el área chaqueña y el borde andino del noroeste. Aquí las tierras para
agricultura se lograban mediante la deforestación, y en muchas ocasiones esas tierras
forestales estaban ocupadas por poblaciones autóctonas o por campesinos. La expansión
sojera fue también la aparición en América Latina de la biotecnología y las nuevas técnicas
de labranza. La primera aplicada a la producción agropecuaria de la soja y el maíz. En el
caso de la soja se buscó reforzar su capacidad de resistencia a la aplicación de glifosato, un
herbicida de amplio espectro y bajo en el mercado, lo que dio como resultado en el
mercado de semillas “la soja RR”. En Argentina los productores adaptaron muy
rápidamente este producto y para fines del siglo casi el 90% de la cosecha de soja se hacía
utilizando soja RR.
El segundo factor productivo fue la aparición de tecnologías para la conservación del suelo,
basadas en la idea de “labranza cero” y el uso de técnicas de siembra directa. Esto reducía
muchísimo el número de veces que el suelo era removido y reducía el problema de erosión
al mantener los restos de la cosecha anterior y sus raíces, que actuaban como protectores y
fijadores. Pero el problema estribaba en que mantener los restos de cosecha anterior
significa que la actividad de malezas y pestes persiste y para controlarlas hay que hacer uso
de los herbicidas y pesticidas. Como vemos, en los dos casos la relación entre la industria y
la agricultura se hace necesaria.
Reflexiones finales
A modo de cierre, será necesario tener en cuenta varias cuestiones que serían importantes
revisar. En cuanto a las transformaciones en los espacios urbanos en el último siglo
registramos varias tendencias: la preponderancia de los flujos, la consolidación de los
territorios-red y los archipiélagos territoriales, la selectividad del capital, el desarrollo de las
tecnologías de la información, el avance del espacio privado como ente regulador del
territorio, crecimiento de las zonas periféricas o de la mancha urbana, incremento de la
polarización social, reestructuración neoliberal del Estado como factor explicativo de estos
procesos territoriales y por último el incremento o consolidación de la segregación
residencial. Sin embargo para un entendimiento más profundo de estos temas será necesario
revisar unas cuantas preguntas que considero más importantes y que no han podido ser
abordadas: ¿Cuáles serían las principales características de la agenda pública en materia de
desarrollo urbano para aplacar los efectos de la creciente polarización social? ¿Qué rol
debería tener el Estado en un contexto de economía global? Y por último ¿Cuál es el
impacto de las nuevas tecnologías sobre la estructura urbana de las metrópolis?
En cuanto al escenario rural en los últimos, se pueden sintetizar las siguientes tendencias:
cambio demográfico en donde la población reside cada vez más en las ciudades donde
puede acceder a los servicios básicos, concentración de tierras en pocas manos, injerencia
de las nuevas tecnologías que mezclaban los desarrollos de la Revolución Verde junto con
los resultados de la biotecnología (uso de agroquímicos y semillas modificadas
genéticamente), concentración en algunos productos masivos internacionales o
commodities como la soja, presión por la producción para la exportación en detrimento de
producción de alimentos para el mercado interno, frontera entre lo urbano y lo rural se
vuelve cada vez más difusa, preocupación creciente respecto a los conflictos
medioambientales, etc. A tal respecto se pueden formular las siguientes preguntas: ¿Cómo
aparece el Estado involucrado en todas estas transformaciones? ¿Qué papel juegan las
nuevas tecnologías y cómo se relacionan con las técnicas “tradicionales”? ¿Qué
implicancias ambientales se expresan ante el avance de la soja en Argentina?
Referencias bibliográficas