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VIGENCIA DE ORTEGA

Organizado por el Centro de Estudios Orteguianos de la Fundación José Ortega y Gasset, se celebrará la
próxima semana en Madrid, desde el día 15 hasta el 17, un Congreso Internacional en torno al filósofo
español. En el aniversario de La rebelión de las masas, Misión de la Universidad y La deshumanización del
arte, prestigiosos especialistas debatirán sobre la vigencia de su pensamiento

IGNACIO SANCHEZ CÁMARA

A rebelión de las masas de Or- sobre la degradación de la cultura a y los mecanismos civilizados de la
tega y Gasset, uno de los tres manos de la democratización y del democracia representativa, y pro-
libros más difundidos de la historia igualitarismo mal entendidos. El pugnaban la acción directa y la vio-
de la cultura española, es además, si prototipo del hombre-masa no era, lencia. ¿Podía tener algo que ver con
no me equivoco, uno de los más inte- para Ortega, el marginado o el el fascismo un libro que albergaba
ligentes del siglo. Es quizá también obrero no cualificado sino que, por el un extenso capítulo bajo el rótulo «El
imo de los ensayos que han sido más contrario, se encontraba entre los mayor peligro, el Estado»? Pasó con
tergiversados e incomprendidos. Se profesionales -científicos, profeso- el célebre ensayo algo muy parecido
trata de un diagnóstico sobre las cau- res, médicos, ingenieros o periodis- a lo que sucedió con su artículo «De-
sas filosóficas y morales de la crisis tas- que proyectaban en todos los mocracia morbosa», incluido en el
europea y en general, de Occidente. ámbitos de la realidad social la segu- tomo II de El Espectador. Nada había
No consiste, por tanto, en un libro po- ridad que obtenían de su sabiduría en él que se opusiera a la democracia
lítico, aunque también se ocupe, en- estrechamente especializada. La re- política. Lo que aUí, como en La rebe-
tre otras muchas cosas, de política. belión de las masas va unida a la lión de las masas, se contenía era una
Ni la palabra «rebelión» ni la palabra «barbarie del especialismo». El hom- advertencia contra los riesgos de la
«masas» poseen un sentido político, bre-masa es un bárbaro que no nos democracia frenética, de la exten-
sino social, antropológico y moral. amenaza más allá de nuestras fronte- sión del principio democrático más
La politización del libro y de su au- ras sino que habita entre nosotros y allá del ámbito de la política, al con-
tor, su interpretación en clave polí- aspira a entronizar la barbarie en el junto de la vida social toda. Lo que
tica, ha sido la vía regia hacia su in- seno de una vieja civilización. Su psi- era, y será siempre, morboso, es la Bloom, Alasdair Maclntyre o George
comprensión. cología es la del niño mimado, la del democracia en arte, ciencia, religión, Steiner, entre otros, sobre la crisis de
Según Ortega, toda sociedad se señorito satisfecho, superficial, que en las reglas del trato social y en las la cultura contemporánea, se en-
encuentra constitutivamente for- pretende tener sólo derechos y nin- formas del sentimiento, en suma, en cuentran muy próximos al espíritu
mada por una minoría selecta o guna obligación, y que desprecia todo lo que ni es ni puede ser polí- de la obra de Ortega.
ejemplar y una masa dócil o vulgar todo aquello que ha hecho posible la tica. Recientemente, Christopher
La raíz de este hecho se encuentra en civilización y el progreso bajo los Hoy, setenta años después de su Lasch pretendió dar la vuelta a la te-
la existencia de dos formas antagóni- que vive. publicación, podemos preguntarnos sis orteguiana en su libro La rebelión
cas o tipos ideales opuestos de vida: Quienes pensaron -no debieron por el destino de sus análisis y adver- de las élites y la traición a la democra-
la noble, caracterizada por el es- de leer el libro- que las masas eran el tencias, podemos indagar si el fenó- cia. En él, sostiene que en nuestro
fuerzo y la excelencia, y la vulgar, ca- conjimto de los proletarios y que la meno subsiste, si ha concluido por tiempo, son las élites las que se de-
racterizada por la mediocridad y la rebelión era un fenómeno político, triunfar, o si, por el contrario, las ma- sentienden de su responsabilidad so-
inercia. La minoría selecta es el con- no podían entender nada y lo poco sas han renunciado a su rebelión y cial para dedicarse a lo suyo, traicio-
junto de los hombres nobles, y las que podían entender sólo podía desa- han regresado a la docilidad. El nando así tanto su misión como las
masas están formadas por el hombre gradarles. Quizá no alcanzaron a asunto merecería más espacio que el exigencias de la democracia. Para él,
vulgar En toda sociedad ha habido, comprender los perfiles de su propio de esta breve nota, pero, sin justifi- la principal amenaza no procede ya
hay y habrá, hombres-masa. Lo pecu- retrato. Pues precisamente la politi- car ahora mi tesis, me permito conje- de las masas sino de quienes se en-
liar del momento europeo que el pen- zación absoluta de la vida y la opción turar que lejos de haberse sofocado cuentran en la cima de la jerarquía
sador diagnostica, en el crepúsculo a favor de la «hiperdemocracia» eran la rebelión, en gran medida ha triun- social. Sin embargo, cabe pregun-
de la década de los veinte, en la hora características fado, pese a que tarse si estos que han alcanzado la
de su madurez, es la rebeldía de las del hombre-masa, ,,; •% ^,-v, .;] ,; ,.^ ;í,.; sus consecuen- cúspide de la jerarquía social no son
masas contra la ejemplaridad y la ex- es decir; de ellos. . > 5 ""' " " ', cías políticas sí precisamente los más conspicuos re-
celencia de las minorías. Se trata de presentantes de la masa, si no consti-
una rebelión vital y, por tanto, moral. No era extraño iíOíllbrt"it íLl c í h; d^M hayan sido, por
tuyen la última evidencia del triimfo
Lo que Ortega describe y censura es que el retratado , ; . ; . , ,.,;: : , 4 ;: fortuna, derro- social de las masas. Abdican de su
la pretensión de los peores, vital, mo- se rebelara contra H.UIUKÍ '"''•' ••* ''^' ' tadas. Los efec- obligación, tal vez porque piensan
ral e intelectualmente, de imponerse el retrato y contra Srño::"n,L" :•;; Tiicn'ii-K úuí" *^°s ^^ "-^ rebe- que sólo tienen derechos y, entre
sobre los mejores, fenómeno que, en el retratista. Tam- , ,' lión triunfante ellos, el de dedicarse a su capricho o
el caso de que triunfara, sólo podía poco era imposi- pfi'ít'IUJi"' Ui M uortKUUN V 0^ al menos, no interés personal. El ensayo de Lasch
conducir a la crisis espiritual de ble que alguno de n; rm-i • • ^;Si,.-.,;.^,T,,:. sofocada, son el más me parece una confirmación
Europa. ellos se apre- :. .-w,- •• que una refutación del de Ortega. La
"~ " relativismo cul-
Hay quienes sólo leen de los libros surara a percibir tural y moral, la rebelión de las masas, sobreviviente
el título y las solapas, o quienes los en el ensayo una más o menos velada degradación de la educación y de la hoy e incluso triunfante, se mani-
leen bajo los anteojos de sus prejui- defensa del autoritarismo o del fas- cultura, la crisis de la Universidad, el fiesta en la pretensión de destruir o
cios o de los tópicos vertidos por al- cismo. Y lo cierto es que el libro tenía politicismo y la hiperdemocracia, en negar toda excelencia, abolir la vi-
gún comentarista o recensor Y, claro, consecuencias políticas, pero no pre- suma, la barbarie que coexiste junto gencia de los deberes y conducir a la
se enteran más bien de poco. El en- cisamente ésas. Por el contrario, a las más grandes y elevadas produc- degradación cultural y moral y a la
sayo de Ortega nada tiene que ver constituye una defensa de la demo- ciones del espíritu. Quizá baste aso- crisis de la educación superior M
con los temores de la burguesía ante cracia liberal frente al acoso de los marse a la televisión para compren-
el avance del comunismo sino que totalitarismos fascista y comunista, der en qué medida vivimos bajo el in- Ignacio Sánchez Cámara es cate-
anticipa un género que ha terminado movimientos políticos representati- flujo de la rebelión, o incluso bajo el drático de Filosofía del Derecho de la
por hacer fortuna: el ensayo crítico vos del hombre-masa, que aborre- imperio, de las masas. Análisis como Universidad de La Coruña.
cían el parlamentarismo, la libertad los de Alain Finkielkraut, Alian
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