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La Gallinita

Carros atorados en plena esquina de Miguel Iglesias con Billinghurst. Se oye un


claxon, luego otro, otro y otro. Algunos parten al aire al mismo tiempo, otros antes,
otros después. Su juego de tiempos es insoportable. Prefiero la de los albañiles:
cogen ritmo con más facilidad. Me imagino que es por la propia colectividad y
conectividad que tienen. Todos están haciendo uno solo: un edificio, una casa,
una torre, un campo, un ‘algo’ en conjunto. De hecho los albañiles comen juntos,
se ríen, se joden, se ponen chapas, sudan juntos, se ensucian juntos. Es como
una relación de convivencia, pero de 8 horas nada más. Sin embargo, en el tráfico
no. Todos quieren llegar a sus destinos como sea. Les llegas al pincho. Se llegan
al pincho.

Miré a ver si los semáforos funcionaban. Estaban perfectos. Dos buses estaban al
medio. Parecían pechearse como dos colegiales. Nadie se atrevía a meter el
puñete. Si ni brazos tienen. Sin embargo tampoco querían retroceder. Los
pequeños trataban de escabullirse alrededor. Yo quería tomar una mototaxi.
Estaban al frente tratando de pasar. Pasó una, llena. Otra, llena. Otra, igual. En
ese momento vino una señora con sus dos hijas y se paró más cerca de la
esquina. Vino una moto vacía y se subió. Yo ahí, en el sol, con ese ritmo horrible
de los cláxones. Era necesario ponerle ritmo a eso. ¿Cómo aguantar quemarte en
el sol con ruido y con esmog? Una cumbia, puede ser. No suelo llevar ni Iphone, ni
MP3, ni walkman, ni nada. Es peligroso con tanto choro suelto. Recordé lo último
que había estado escuchando a todo volumen: Manzanita y su Conjunto. ¿Algo
para acabar esta situación? Le puse play a La gallinita.

La guitarra a un tiempo. El timbal entrando con golpes a contratiempo. El teclado


haciendo síncopa. Esas frases de guitarra gallinescas: camina como una gallina,
lenta, precavida, rápida, cacarea, extiende sus alas para dar saltos, le late el
pescuezo, mira de un lado a otro, picotea, saca garras. Se defiende como Gallina
Fina de Kid Minino, pero ahora era una gallina contra los cláxones. Era una buena
gallina, criada por el guitarrista Berardo ‘Manzanita’ Hernández. Vino una mototaxi
vacía. ¿Acá a la CT? Dos soles, pe. Ya. Subí. A través del plástico vi que seguía
el desorden. Cláxones derrotados. La gallinita los venció.

* Interesados buscar en Youtube: ‘Manzanita y su conjunto La gallinita’; y, si


quieren saber quién es Gallina Fina, poner ‘Gallina Fina vs Kid Minino’.

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