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Daniela Andrea Vargas Ortega

Código 1611329

POTABILIZACION DEL AGUA

Se denomina agua potable o agua para consumo humano, al agua que puede ser
consumida sin restricción debido a que, gracias a un proceso de potabilización, no
representa un riesgo para la salud. El término se aplica al agua que cumple con
las normas de calidad. ¿De dónde proviene el agua potable? El agua puede
provenir de diferentes tipos de fuentes. El agua natural o agua cruda, destinada a
consumo humano proviene de ríos lagos y vertientes (fuentes superficiales) y de
perforaciones (fuentes subterráneas). Las aguas superficiales necesitan de un
proceso específico para llegar a ser potable, este proceso complejo se
denomina Potabilización del Agua.

El tema de la potabilización del agua ha cobrado importancia en los últimos


tiempos debido a los altos índices de contaminación, y a la escasez del vital
líquido al que se enfrentan algunos países. Son factores de riesgo los agentes
infecciosos, los productos químicos tóxicos y la contaminación radiológica. El agua
proveniente de ríos está expuesta a la incorporación de materiales y
microorganismos requiriendo un proceso más complejo para su tratamiento. La
turbiedad, el contenido mineral y el grado de contaminación varían según la época
del año.

El primer paso para garantizar el suministro del agua es la captación que es el


agua del medio natural que llega a las plantas desde diferentes puntos de
captación. La potabilización empieza con un proceso de decantación que consiste
reposar el agua en unos tanques para eliminar el lodo y demás partículas que se
encuentran en suspensión y se depositan en el fondo, luego se añade sustancias
químicas llamados agentes coagulantes (normalmente un metal trivalente )y
agentes floculantes (polielectrólito) que tienen como misión agrupar las pequeñas
partículas en suspensión que lleve el agua con el fin de que su peso sea más
grande y puedan sedimentar con más facilidad, acelerando así el proceso.
Posteriormente el agua circula por un filtro de arena o grabas de diferente grosor
para eliminar los restos que aún quedan. Una vez filtrada, el agua pasa a
un depósito donde se desinfecta mediante la adición de cloro. Este gas se añade
en dosis pequeñas, pero suficientes para poder eliminar todas las bacterias
perjudiciales que pueda llevar el agua. Al final del proceso se realiza un análisis
para controlar su calidad son: físicos, químicos y microbiológicos para garantizar
que es apta para el consumo humano. Todos los organismos que se encuentran
en el agua son importantes en el momento de establecer el control de la calidad
de la misma sin considerar si tienen su medio natural de vida en el agua o
pertenecen a poblaciones transitorias introducidas por el ser humano.

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